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Evaluación de la condición física en personas de 60 años ó más

 

*Subdirectora de Cultura Física del Municipio Centro Habana. La Habana

**Profesor Titular y Consultante de la Universidad de Ciencias

de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo”

(Cuba)

MSc. Leidys Escalante Candeaux*

leidymyy@inder.cu

Dr.C. Hermenegildo Pila Hernández**

drpila@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          Como consecuencia del creciente interés en el estudio de la tercera edad, se ha seleccionado un tema de gran interés en Cuba, pues actualmente solo se mide la resistencia entre las capacidades físicas que todo profesor debe conocer para la programación de su labor docente en este grupo de edades. Se estructuró una batería de tests que permite evaluar rapidez, resistencia, flexibilidad y fuerza. Fue aplicada en una muestra nacional conformada por siete provincias –Pinar del Río, La Habana, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Las Tunas y Santiago de Cuba–, en tres municipios en cada una de ellas. Con los datos obtenidos en el diseño de muestra nacional se conforma la Norma Cubana para la Evaluación de la Condición Física en personas de 60 años ó más. Esta investigación sirve de apoyo al Programa del Adulto Mayor por su validez, respondiendo a necesidades e intereses del organismo nacional cubano, el INDER. Aporta herramientas útiles: una batería de tests, el manual para su aplicación y un software, esperando mejorar notablemente el proceso docente educativo en la atención a los adultos mayores, al desarrollar su autonomía, conocer sus posibilidades y reducir su dependencia de los demás. Se espera con este estudio lograr que los ancianos sean personas independientes, capaces de realizar por sí mismos la mayor cantidad de acciones motrices, continuar siendo económicamente activos, que puedan tomar decisiones por sí mismos, en la plenitud de sus formas: física, psíquica y espiritual, sintiéndose mas útiles a la sociedad.

          Palabras clave: Adulto mayor. Condición física. Capacidad física. Evaluación.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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    Se conoce que en la actualidad hay más de un millar de cubanos que sobrepasan la centuria y es popular la frase que incluye el proyecto tanto individual como colectivo de “vivir 120 años”. Como consecuencia se produce el envejecimiento de la fuerza productiva teniendo ya en la provincia de Villa Clara más de 350 personas de 60 años o más por cada 1 000 adulto entre 15 y 59 años de edad, ofreciendo una nueva perspectiva al estudio al científico, para investigar y definir cuál debe ser su papel en la búsqueda y realización de objetivos del proyecto social, referido al fomento de la cultura física entre estas personas y de esa manera poder mejorar su calidad de vida. También en la rama de la pedagogía, los intelectuales se preocupan y ocupan, en cómo elevar la calidad y el rigor en la formación de los docentes que los atienden, he ahí el incremento del interés por el estudio de esta etapa de la vida humana: la tercera edad.

    Por otra parte, vivimos una época en que las concepciones respecto a las filosofías y modos de vida, junto con la visión del mundo, producen cambios rápidos y drásticos que provocan una eclosión de enfermedades crónicas no trasmisibles: obesidad, diabetes, hipertensión, asma bronquial, etc.

    Asimismo, el crecimiento proporcional de este grupo atareo, demanda un interés mundial por atenderlo y promocionar la salud mediante la implantación de estilos de vida más activos. El hombre anhela un estilo de vida responsable y saludable, busca el equilibrio con su medio. La salud representa no sólo la ausencia de enfermedad sino, como señala la OMS desde su documento de constitución1, es “el estado de completo bienestar físico, mental y social” y por tanto éste se convierte en un objetivo de la humanidad.

    El mundo está en constante movimiento, cambio y transformación. El deporte es una de las actividades que hoy se realizan mayormente influidas por dichos cambios y pudiera afirmarse que se están viviendo tiempos “acelerados” dentro de los cuales ellos no están exonerados, por el contrario, quizás sea este grupo donde más se haya notado tal interés, millones de ellos están descubriendo los beneficios de la actividad física; los vemos corriendo, montando bicicleta, practicando deportes, gimnasia básica, artes marciales, participando en composiciones gimnásticas, clases de danza, bailes, etc. y acuden a los gimnasios, demandando la creación de nuevas áreas bio-saludables.

    De ahí que este fenómeno nos lleve a preguntarnos: ¿Por qué ese interés por la actividad física? Podemos decir que no es una sola razón, ¿y cuáles son esas razones?, la mayor parte de los autores coinciden en que el adulto demanda realizar actividad física por las siguientes razones:

  • Primera: Compensar la falta de actividad física de la vida cotidiana.

  • Segunda: Vivir de forma más satisfactoria.

  • Tercera: Lograr autoaceptación y estima personal.

  • Cuarta: Prevenir y tratar con éxito las enfermedades.

  • Quinta: Incrementar las relaciones sociales.

  • Sexta: Ocupar de manera satisfactoria el tiempo de ocio.2

    Visto de este modo se ha tomado conciencia de que la mayoría de las veces el deterioro de la salud está directamente relacionado con la ausencia de actividad física y que este hecho, junto con un conocimiento más completo de cómo cuidarla está cambiando los hábitos de vida. Con la actividad física sistemática, el anciano puede garantizar sus actividades básicas de la vida diaria –bañarse, vestirse, alimentarse, entre otras, por sí solo–, así como las instrumentales –realizar tareas domésticas, salir de compras, viajar, asistir a diversas actividades sociales, etcétera–.3 Desde nuestro punto de vista, la evaluación también es apreciable por un profesor experimentado; sin embargo, no todas las evaluaciones de la condición física, por muy experimentados que sean los especialistas, pueden ser empíricas: es necesario contar con procedimientos probados científicamente, como los que se proponen en el presente trabajo.

    En Cuba, sociedad se esmera en lograr que los individuos que lleguen a tan avanzada edad sean personas independientes, capaces de realizar la mayor cantidad de acciones motrices, con desempeño individual; de continuar siendo económicamente activos; que puedan tomar decisiones por sí mismos, que se mantengan en la plenitud de sus formas, de todas sus formas, es decir, tanto en lo psíquico, lo social, lo espiritual y lo físico y, en fin, que se sientan útiles.

    En Cuba, la esperanza de vida, desde mediados del siglo XX, ha venido aumentándose significativamente, produciéndose un envejecimiento acelerado de la población; fenómeno demográfico típico de las sociedades más desarrolladas porque es en ellas donde se hacen más evidentes las causas de este proceso: el innegable desarrollo científico y tecnológico que permite el avance vertiginoso de la medicina y la mejoría de la calidad en la alimentación, unido a una significativa baja de la natalidad, debido tanto al desarrollo tecnológico aplicado en los anticonceptivos, así como al desarrollo sociocultural y la planificación familiar, que ha provocado un cambio de funciones de la mujer en la sociedad. De este modo, y como consecuencia de lo anterior, en el ámbito físico-deportivo y con visión histórica y socio-cultural, debe tenerse en cuenta, por una parte, la tendencia actual al incremento acelerado de la esperanza de vida del ser humano –ya se calcule al nacer o a cualquier edad.

    Antes de 1959, los cubanos que llegaban a los 50 años de edad, en ese momento solo tenían una esperanza de vida de 15,5 años más. En la actualidad es muy probable que después de los 50 se vivan 20 años más: la mayoría alcanza entre 72 y 94 años, en el hombre, y entre 76 y 90, si es mujer.

    En el año 2002 uno de cada 10 cubanos era mayor de 60 años y se calcula que en el año 2050 exceda a la población infantil menor de 14 años, con la posibilidad de que tal proporción continúe ampliándose.4 En estos momentos ya esa proporción se ha alcanzado en algunas regiones del país pues, por ejemplo, en la provincia de Villa Clara hay unos 1.400 ancianos por cada 1.000 individuos del primer grupo de edades.

    Reiteramos, en el 2002 representaban uno de cada 10 cubanos y ahora, según los estimados estadísticos más recientemente, al 31 de diciembre de 2011, la proporción ha aumentado casi a un individuo de la tercera edad por cada 5 habitantes, 18,1% del total de la población. De las 2.038.453 personas de 60 años y más, 961.586 son hombres (17,1%) y 1.076.867 mujeres (19,2%). Y en algunos municipios, como Plaza de la Revolución en la provincia de La Habana, representan casi un tercio (26, 8 %) de la población total, en contraste con los territorios más jóvenes del país: los municipios de Moa, en Holguín (10,7%), Caimanera (11,7 %) y Yateras (11,8%), en Guantánamo, así como esta misma provincia (14,7%) y el municipio especial Isla de la Juventud (14,5%). Incluso, la provincia de Villa Clara exhibe un porcentaje muy por encima de la media nacional (21,6 %): de sus trece municipios, once están sobre el 20,0% de envejecimiento mientras los otros dos alcanzan valores muy cercanos (19,3%, Caibarién y 19,5%, Manicaragua).5

    Cuba es uno de los pocos países del llamado “Tercer Mundo” con un envejecimiento similar al de los países más desarrollados. La atención a este sector adquiere aquí una especial connotación y se lucha por una vejez sana dentro de una sociedad feliz para todas las edades. Marcados son los esfuerzos del gobierno cubano dirigidos a la satisfacción de sus necesidades, tanto espirituales como materiales y significativamente en el plano social, lo cual se evidencia en la fundación, primero, de los círculos de abuelos, los comedores comunitarios, la creación de las Cátedras del Adulto Mayor, el perfeccionamiento del sistema de pensiones, del plan de jubilaciones y del plan de trabajadores sociales.

    En la realidad que se estudia, se develan algunos aspectos favorables en ese sentido: política estatal benévola, instituciones especializadas a cargo de su atención y convenio organizativo INDER-MINSAP (Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación y Ministerio de Salud Pública; fuerza calificada para su atención y fuertes relaciones con otros factores comunitarios: los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), los Consejos de Administración Municipal (CAM), talleres comunitarios, entre otros.

    A pesar de todos los esfuerzos puestos en función de ellos y siendo este un programa priorizado por la dirección del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), ese grupo poblacional ha tenido una evaluación limitada de sus capacidades. Hasta el momento, la única prueba que se realiza anualmente a este grupo es la que mide su grado de resistencia, dando lugar a una situación problémica, pues se dejan de evaluar otras capacidades estructuradas dentro de las acciones motrices que potenciarían la independencia funcional.

    Dada nuestra experiencia con este grupo de practicantes, somos conscientes de esa insuficiencia, ya que actualmente solo se mide la resistencia. No es posible entonces que los profesores que los atienden mejoren totalmente su independencia funcional, los docentes ven limitada su labor al desconocer debidamente las diferencias tanto individuales como grupales ello se podría resolver con una batería de tests como la que proponemos, caracterizada por su grado de combinación, integración y pertinencia.

    En un artículo que hemos titulado “El proceso enseñanza-aprendizaje de la actividad física en el adulto mayor”, se analiza detenidamente su importancia, tanto para los docentes como para la sociedad en general, conforme a ese ángulo pedagógico y desde los puntos de vista psicológico, sociológico y el contexto histórico social en general y particularmente en nuestra sociedad.

    Numerosos trabajos referidos a diversos espacios nacionales, regionales y locales, se cuentan ya en Cuba, cuyos resultados han sido recogidos en obras de distintos géneros, incluidas tesis de diplomas, maestrías y doctorados. Entre ellos pueden citarse:

  • Estudio sobre las normas de capacidades motrices y sus características en la población cubana, aportada por el doctor Hermenegildo Pila Hernández.

  • Estado nutricional y actividad física en el adulto mayor, en una población de referencia de Ciego de Ávila, del doctor Ricardo Arencibia Moreno.

  • Ejercicio físico y deporte en los adultos mayores, de LF Heredia Guerra.

  • Incidencia de la actividad física en el adulto mayor, de Alberto Moreno González y Andrea Castro Zurriago.

  • La motricidad y los efectos del envejecimiento en mujeres de la tercera edad. metodología para su control por el profesor de Cultura Física, del doctor en ciencias pedagógicas René Perera Díaz.

    Este estudio en el campo de la Educación Física se generaliza a partir de la creación de los círculos, fundados en los años 80 del pasado siglo, por el doctor Raúl Mazorra Zamora y su colaborador Rafael Borroto Chao.

    De conjunto con el usuario introductor, el Departamento Nacional de Cultura Física del INDER, hemos realizado una investigación que sirve de complemento al Programa del Adulto Mayor, respondiendo a necesidades e intereses del organismo, pues los profesionales de esta actividad comunitaria se benefician con esta útil herramienta –la batería de tests elaborada con ese fin, el manual para su aplicación y un software complementario– estamos seguros que mejorará notablemente el proceso docente educativo por su actuación transformadora de la realidad social. Con todo lo planteado se favorecerán también los adultos mayores como usuarios receptores, al conocer sus posibilidades y desarrollar su autonomía, reduciendo de esa manera su dependencia de los demás.

    Es necesario perfeccionar el Programa del Adulto Mayor, que ofrezca las indicaciones metodológicas en cuanto a la evaluación de la condición física, cuyos resultados constituirán elementos básicos cognitivos de forma individual y grupal para el profesor, como un punto de partida más integral que les permita o les facilite, la identificación precoz de los adultos que comienzan a sufrir cambios significativos en múltiples sistemas del cuerpo o que ya lo tengan. Estos datos ayudarán a planificar un sistema de ejercicios teniendo en cuenta las alteraciones identificadas.

    Para la ejecución de este plan, además de la investigación previa de la que ya se ha hablado y luego de procesar los datos recogidos en la puesta en práctica de la batería de tests propuesta, se conformó una propuesta de Norma Cubana para la Evaluación de la Condición Física del Adulto Mayor.

    Luego de establecido el marco contextual y teórico sobre la situación actual de la Condición Física de las personas de 60 años o más en Cuba, y diseñada una Batería de Tests se determinó la estructura y el contenido que asume la estrategia nacional para perfeccionar el Programa del Adulto Mayor. Se realizó bajo un diseño muestral, una investigación a nivel nacional para conocer el estado actual, con el análisis estadístico de los resultados obtenidos se elaboraron las normas.

    Veinticinco expertos nacionales evaluaron la batería cuyos test ya estaban debidamente validados por especialistas internacionales.

    Teniendo en cuenta los aspectos que debían considerarse y de conjunto con el Departamento Nacional de Cultura Física, seleccionamos siete provincias las que representaron aproximadamente la mitad del territorio nacional (47 %) y por cada una de ellas, se escogieron tres territorios, o sea, se aplicó la batería en un total de 21 municipios:

  • Pinar del Río: Pinar del Río, San Juan y Martínez y San Luís.

  • La Habana: Mariano, Plaza de la Revolución y Centro Habana.

  • Cienfuegos: Cienfuegos, Rodas y Cumanayagua.

  • Sancti Spíritus: Sancti Spíritus, Cabaiguán y Trinidad.

  • Ciego de Ávila: Ciego de Ávila, Morón y 1° de Enero.

  • Las Tunas: Las Tunas, Majibacoa y Puerto Padre.

  • Santiago de Cuba: Santiago de Cuba, Palma y Contramaestre.

    Así, la medición fue efectuada en 23.254 adultos residentes en esos territorios, incluyendo ambos sexos, siendo las féminas las más representativas.

Métodos

    La investigación tuvo un carácter mixto, predominantemente cuantitativo; por su alcance temporal se hizo transversal, de acuerdo con su finalidad era aplicada y según sus objetivos se clasifica como descriptiva y explicativa.

    Se utilizó una amplia variedad de métodos comenzando por el histórico-lógico en la pesquisa bibliográfica y la organización de la información; el analítico, de empleo permanente, el sintético y la combinación de ambos; así como la encuesta a expertos para la validación de la propuesta. También se emplearon otros métodos, entre ellos, la observación y la medición en la aplicación de los tests.

    Los métodos matemáticos y estadísticos para el procesamiento de los datos obtenidos se utilizaron los del paquete estadístico SPSS v. 15.0 para Windows.

Contribución a la teoría y la práctica del conocimiento

    De muy novedosa ha sido ya calificada la investigación que aquí divulgamos, pues es innegable que resulta interesante la creación y la forma cómo se estructura, por primera vez en Cuba, una batería de tests para caracterizar la dinámica de desarrollo de la Condición Física de las personas de 60 años y más, proponiéndose normas para evaluar los resultados. Tiene también el mérito de haber sido concebida conjuntamente con el usuario introductor, el INDER, cuyos representantes participaron no solo en la confección de la muestra sino en la aplicación de la batería.

    Además, con este estudio se enriquece el conocimiento acerca del desarrollo de la condición física de forma individual y grupal de las personas de 60 años ó más, lo que permitirá el perfeccionamiento de los planes y programas que se aplican y, a partir de ahí, perfeccionar las indicaciones metodológicas para ello. Brinda, además, un valioso aporte pedagógico consistente en la estructura y metodología de aplicación de la batería de tests, con objetivos definidos, la forma de evaluación, requisitos del material y la función del investigador, satisfaciendo asimismo, la necesidad de una adecuada preparación de los profesores de Educación Física en la atención de adultos mayores.

    Tiene como propósito esencial, la proyección del proceso de transformación del trabajo con la creación de una batería de tests para evaluar la Condición Física de los individuos de 60 años y más, de un manual para la aplicación de la misma y de un software que facilita la construcción de la base de datos para el control de los resultados. Todo ello permite conocer el estado actual de las variables estudiadas, y ponerlas a disposición de los docentes dedicados a esta especialidad. Finalmente, facilita las normas de potenciales en estas edades, en resumen proporciona un instrumento de evaluación que redundará en un eficiente trabajo metodológico del profesorado.

Descripción y metodología de aplicación de los tests

    Así como mediante tests se puede conocer la evaluación de un deportista de alto rendimiento y establecer controles y comparaciones, también los profesores de Cultura Física pueden hacer uso de ellos. Su aplicación de forma ordenada contribuye significativamente en los planes de atención a la salud de las personas mayores, pues les permite conocer el estado físico de sus alumnos y, al aplicar un análisis diferencial entre ellos, seleccionar los ejercicios más apropiados según sus individualidades, contribuyendo así a que logren mantenerse un buen estado de salud.

    Aunque el uso de baterías de test de evaluación en Cultura Física no es una técnica pedagógica extremadamente antigua, tampoco es una novedad. Se han utilizado diversas baterías desde la primera mitad del siglo XX “(Sargent, 1921; Fleishman, 1964; AAHPERD6, 1980; CPSAC, 1987), si bien los criterios y los factores valorados no han sido los mismos, actualmente existe un consenso sobre los componentes y factores determinantes de la CF relacionada con la salud7. Para la elaboración de las baterías AFISAL-INEFC8 se analizó una amplia serie de pruebas destinadas a valorar la condición física saludable en adultos, en función de los siguientes criterios prioritarios: validez, fiabilidad, pertinencia, seguridad, aplicabilidad y economía.”9

    En Cuba, Antonio Morales Águila en su tesis doctoral (1996) presenta un diseño de metodología para la elaboración de los tests, el cual sintetiza muy acertadamente los elementos y los pasos a seguir:

  1. Análisis de la actividad, de acuerdo al parámetro a medir.

  2. Definición de la particularidad que se desea medir.

  3. Selección de los ejercicios.

  4. Fundamentación teórica de los ejercicios que se proponen.

  5. Estandarización de los ejercicios.

  6. Pilotaje de los tests.

  7. Selección de los tests para su validación.10

    Asumimos este diseño y además, otras fuentes, entre ellas la española Mª Baldini y sus colaboradores; Spirduso, miembro de la AAHPERD, y la canadiense Clara Fitzgerald.11 En uno de los capítulos de la tesis doctoral que defendemos se explica cómo se realizó la revisión para darle solución al problema existente en nuestro país y proponer una batería de tests que no se limite a la evaluación de la resistencia, sino de todas las capacidades físicas que permiten evaluar en conjunto la capacidad funcional de las personas objeto de estudio, o sea, los principales componentes de la condición física funcional: resistencia, fuerza, flexibilidad y rapidez.

    Veamos a continuación el objetivo específico de cada test, o sea, la capacidad que evalúa:

Test Nombre Capacidad medida

  1. Levantarse de la silla y sentarse en 30 segundos - Fuerza

  2. Flexión y extensión del brazo con pesa - Fuerza

  3. Levantarse y recorrer 2,44 m y volver a sentarse - Rapidez

  4. Extensión del tronco para tocar la punta de los pies - Flexibilidad

  5. Elevación de la rodilla en 2 minutos  - Resistencia

  6. Rascarse la espalda - Flexibilidad

  7. Recorrido en 6 minutos - Resistencia

    El estudio no requirió de un diagnóstico complejo, ni una investigación previa ya que llevamos más de dos décadas trabajando con el Programa del Adulto Mayor e incluso tal experiencia no la hemos obtenido solo en Cuba, pues participamos durante dos años en la República Bolivariana de Venezuela en la Misión “Barrio Adentro”, utilizando ese programa, entre otros.

Metodología para la aplicación de la batería de tests

  • Nombre del test.

  • Definición de la capacidad que se desea medir.

  • Objetivo específico del test.

  • Fundamentación teórica.

  • Metodología: Posición, tarea, tiempo de duración y observaciones.

  • Orientaciones de estandarización: Vestuario, horario y lugar.

  • Medios e instrumentos.

  • Colaboradores: cantidad y función de cada uno de ellos.

  • Protocolo: La planilla recoge el nombre del adulto mayor, su edad, sexo y las repeticiones obtenidas.

  • Procesamiento de la información: Cantidad de mediciones y selección del dato.

  • Normativas de evaluación según los requerimientos de cada tests.

Referencias bibliográficas

  1. Organización Mundial de la Salud (OMS), 1946.

  2. Burgos Gil y otros (2001): Manual Básico. Actividad física para adultos y mayores, p. 12.

  3. Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) [2003?]: Evaluación funcional de la tercera edad. Parte I: Módulos de valoración clínica (3). Internet.

  4. Silvia Martínez Puentes (2002): Cuba más allá de los sueños.

  5. Cuba. Oficina Nacional de Estadísticas (2011): Envejecimiento.

  6. Asociación Americana para la Salud, la Educación Física y la Recreación, de EE.UU.

  7. Bouchard (1994) citado por Ferran A Rodríguez (1998): “Valoración de la condición física saludable en adultos (I): Antecedentes y protocolos de la Batería AFISAL-INEFC”. En: Revista Apunts. Educación Física y Deportes, n° 52, Barcelona.

  8. Batería desarrollada como parte del proyecto AFISAC (Actividad Física y Salud para Adultos en Cataluña en el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña durante los años 1992 al 1995, p.55.

  9. Rodríguez et al (1994, 1995) citado por FA Rodríguez et al (1998), p.56.

  10. Antonio Morales Aguila (1996) citado por Magda Mesa Anoceto (s/f): Asesoría estadística en la Investigación aplicada al Deporte, pp. 101-105.

  11. María Baldini, Aranzazu Bernal Pino, Rodrigo Jiménez-Jiménez y Nuria Garatachea Vallejo (2009): Valoración de la condición física funcional en ancianos.

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