Análisis teórico de indicadores para el proceso de selección de posibles talentos en el sector de las carreras de velocidad plana |
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*Aspirante del Programa de Doctorado en Ciencias de la Cultura Física Profesor de Atletismo. Dpto Tiempos y Marcas. UCCFD “Manuel Fajardo” **Doctora en Ciencias de la Cultura Física. Profesora Titular Metodóloga de Formación Doctoral. UCCFD “Manuel Fajardo” ***Doctor en Ciencias de la Cultura Física. Profesor Titular Metodólogo de Especialidades de Posgrado. UCCFD “Manuel Fajardo” (Cuba) |
Lic. Lianell Jova Elejalde* Dra.C. Magda Mesa Anoceto** Dr.C. Rodolfo Vidaurreta Bueno*** |
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Resumen Dada la necesidad de considerar indicadores que favorezcan el proceso de selección de velocistas del sector de carreras s en atletismo, se realiza un proceso de revisión documental que sintetiza organizadamente la información aportada por la búsqueda bibliográfica. De cada material consultado se extracta el contenido con carácter selectivo, extrayendo metadatos que permitan construir la visión conceptual y contextual de los indicadores a definir para enriquecer el proceso de selección de posibles talentos en este sector en las etapas de tránsito por las Escuelas de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE). Ofrecer esos resultados del proceso de revisión documental es el propósito de este trabajo. Palabras clave: Indicadores, selección de talentos, carreras de velocidad.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 187, Diciembre de 2013. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
El sistema de selección del velocista cubano propone como criterios los resultados en un conjunto de ejercicios básicos que guardan una elevada correlación con los resultados competitivos, el ritmo de desarrollo de las capacidades motoras dominantes, el ritmo de desarrollo de los resultados competitivos, el ritmo de asimilación de las cargas de entrenamiento, el componente genético, así como también la intuición del entrenador. Su principal limitación radica en que el sistema empleado es el mismo para todas las áreas del Atletismo sin distinción, por tanto, no se toman en cuenta características específicas propias del área de la velocidad que responden a los componentes físico-motriz, biomecánico, antropométrico, técnico y psicosocial.
Para proponer adecuaciones al sistema de selección de talentos en el área de las carreras de velocidad para el ingreso de atletas de la categoría 12-13 años en las EIDE y su permanencia, es necesario determinar aquellos indicadores que posibiliten una selección más eficaz de atletas con características y condiciones específicas que le permitan adquirir rápidos avances en su progresión deportiva en esta área.
En la determinación de indicadores, como en toda actividad científica, la primera referencia es al estudio y análisis teórico realizado; a partir del profundo conocimiento teórico del objeto o fenómeno que se quiere medir, es que se puede determinar cuáles son las características que mejor informan sobre su estado. Se comprende la necesidad de un sólido fundamento teórico al seleccionar los indicadores, hay que tener en cuenta la teoría y comprender las relaciones que pueden existir entre el fenómeno a medir y las características que permiten medirlo, lo cual constituye un paso necesario pero no suficiente pues se requiere también de procedimientos empíricos para la determinación de los indicadores.
El propósito de este trabajo es ofrecer los resultados del estudio y análisis teórico realizado para seleccionar los indicadores que pueden enriquecer el proceso de selección de posibles talentos en esta área en las etapas de tránsito por las Escuelas de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE).
Desarrollo
Tom Téllez, George B. Dintiman y Bob Ward (2001) especialistas que se han dedicado al estudio de la velocidad con recordistas mundiales en las pruebas de 100 metros planos, recomiendan especial atención sobre la técnica de salida, la aceleración, la frecuencia y longitud de zancada, así como la resistencia de la velocidad, aspectos en los que se concuerda, ya que esos indicadores inciden directamente en el resultado de estas pruebas, como demuestran los fundamentos generales de las carreras en publicaciones de la Asociación Internacional de Federaciones Atléticas (IAAF) y los estudios realizados por Romero (2000).
En el ámbito psicológico, Dragan (1979) citado por Bompa (1987) propone indicadores como la estabilidad emocional, la capacidad de superar el stress y la motivación al rendimiento, así como también la capacidad para el ritmo del movimiento. Respecto a las características específicas, se considera el conocimiento de la relación de tipos de fibras, la buena capacidad de reacción y la capacidad de ponerse en movimiento de forma voluntaria.
Por su parte Rudik (1990) propone la motivación por la práctica deportiva (por el rasgo psicológico principal de los motivos que impulsan al hombre a dedicarse al deporte), como la sensación de satisfacción provocada por la práctica de determinado tipo de deporte y además porque este es inseparable de la propia actividad deportiva.
Se asume la necesidad del estudio de las características antropométricas de los posibles talentos ya que estas constituyen elementos que influyen en los rendimientos que pueda alcanzar el atleta en los futuros desafíos competitivos. Al respecto Grosser (1992) plantea tener presente para la selección de velocistas, características generales como las proporciones corporales favorables (relación tronco-piernas).
Romero (2010) propone marcadores motores por su alta correlación con la posible disciplina competitiva, los tempos de crecimiento de las capacidades motoras dominantes, los tempos de asimilación de la carga de entrenamiento, los tempos de desarrollo de los resultados competitivos, las características antropométricas, la intuición del entrenador y los rasgos psicológicos.
Se asumen todos estos indicadores, con acento en los marcadores motores, las características antropométricas y los rasgos psicológicos, por lo mediato que se necesita que sean estos resultados para la selección para el ingreso a una institución escolar y deportiva en la que continuará la formación y desarrollo de los posibles talentos velocistas.
La bibliografía consultada, entre estas “La guía IAAF de la enseñanza del Atletismo” de los autores Müller y Ritzdorf (2000), perteneciente al Sistema de formación y certificación de entrenadores IAAF; el criterio de Dintiman, Ward y Téllez (2001), en su obra “La velocidad en el deporte”, entre otras, describe que los factores fundamentales de los cuales depende la velocidad en las carreras se deben conocer necesariamente para el estudio de las características de los velocistas.
Se coincide con este planteamiento ya que la velocidad en cualquier tipo de distancia competitiva depende de la frecuencia de los pasos y de la longitud de los pasos. Ellos son la base de sus fundamentos, porque la variación positiva o negativa de uno u otro, o de ambos, tienen una incidencia marcada en la variación de la velocidad y con ella, en el nivel del rendimiento deportivo. Además ambos están limitados en las carreras por las características fisiológicas y el nivel de preparación física del atleta. Por eso, es que el investigador considera tan importante los indicadores de frecuencia de pasos y longitud de pasos para la selección de los posibles talentos para el área de las carreras de velocidad en el atletismo.
Según Müller y Ritzdorf (2000) y el compendio temático electrónico de Romero (2009), la frecuencia de los pasos depende de múltiples factores y entre otros son dominantes el Potencial Nervioso Individual, el tiempo sináptico, el nivel de la labilidad, el nivel de la fuerza rápida y explosiva, el desarrollo de los Sistemas Buffers, la longitud de la distancia competitiva y el dominio técnico.
Este mismo autor señala que tanto el tiempo sináptico como la labilidad tienen componentes hereditarios y bajo un proceso de entrenamiento el organismo logra un incremento de la cantidad de fibras musculares en acción, en el movimiento dado, como consecuencia del incremento de la coordinación intramuscular e intermuscular.
De lo anterior se puede inferir que los atletas que sean potenciales para desempeñarse en el área de las carreras de velocidad deben destacarse por la alta capacidad de realizar movimientos específicos de la carrera con elevada frecuencia, ya que en estas edades es oportuno el trabajo y formación de las habilidades necesarias que requiere el velocista si ya posee de antemano estas características.
Se expresa también que mientras mayor nivel de fuerza rápida y explosiva posee el atleta, mayores son sus posibilidades de disminuir el tiempo de apoyo y las fases de amortiguación y de empuje en la carrera serán realizadas en un tiempo menor.
Como resultado de este análisis, el investigador considera que el tiempo de apoyo es uno de los indicadores a considerar para la selección, coincidiendo con la propuesta de Grosser (1992) pues es incluido en su test de selección.
Todos los sistemas energéticos se ponen en función simultáneamente, para dar respuesta a una habilidad motora dada, aunque unos predominen sobre otros. Ello conduce a que el organismo del principiante corredor está siendo sometido simultáneamente a requerimientos de tipo aerobios, anaerobios, mixtos y a constante acidificación de la sangre.
Los sistemas buffers son los encargados de regular el exceso de acidez o alcalinidad que tiene lugar en la sangre, como resultado de las reacciones de tipo anaerobias.
La frecuencia de los pasos va a estar determinada también por otros factores, siendo uno de ellos el entrenamiento, lo que aboga a favor del criterio, de que es en la propia actividad donde se prueban las potencialidades del hombre y donde se revelan sus posibilidades potenciales.
La longitud de la distancia competitiva influye de manera marcada sobre la frecuencia de las zancadas, por las limitaciones fisiológicas propias del ser humano. Así se obtiene, que a mayor distancia competitiva menor frecuencia de los pasos.
En los deportistas principiantes todas las acciones que ellos realizan durante la carrera, deben transitar por la lógica de la optimización del empleo de la energía almacenada. Esa optimización responde a la capacidad y a la potencia de su utilización.
En esa lógica prima el criterio de no olvidar que el atletismo es un deporte de tiempo y marcas, que conduce a que todas las acciones del deportista estén matizadas por la inclusión, en los movimientos, de una determinada magnitud de las características cinemáticas y dinámicas intrínsecas en ellos, donde sus manifestaciones temporales, espaciales, espacio-temporales, de fuerza e inerciales, constituyen el eslabón clave en la posesión de un dominio dado de la técnica. En consecuencia, toda la composición de las acciones motoras lleva implícita gradientes de tempo, ritmo, tiempo, longitud, amplitud, dirección, sentido, velocidad, aceleración, de acción y reacción, de inercia, de cantidad de movimientos, en determinada proporción de la masa en acción respecto a su aceleración, entre otros, que son componentes propios de la técnica. Aquellos que responden a las característica cinemáticas modelan el cuadro externo de realización de las acciones motoras por las que transita el principiante, para desplazarse de un lugar a otro, mientras que las de fuerza e inerciales constituyen las acciones dinámicas de la técnica sobre el sistema atleta-apoyo.
De lo expresado se ha considerado que los indicadores que desde el punto de vista de la cinemática todos los que se puedan evaluar durante la ejecución del ejercicio competitivo en los atletas, pueden ser considerados para la selección de los posibles talentos velocistas en las edades 12-13 años.
La longitud de la zancada, y también conocida como longitud del paso, es la medida lineal del paso desde el despegue posterior o empuje hasta la caída o contacto anterior. La longitud de los pasos, depende de múltiples factores, siendo dominantes, entre otros, el nivel de las fuerzas rápida y explosiva, la amplitud de los movimientos, la longitud de las piernas, la longitud de la distancia competitiva, las fibras musculares predominantes y el nivel técnico.
El nivel de la fuerza rápida y explosiva es dominante sobre el tiempo de apoyo y ha sido ampliamente demostrado que a menor tiempo de apoyo mayor va a ser la velocidad de inicio del vuelo del paso. También a menor tiempo de apoyo, pasado el límite de los 9.00 m/s., menor va a ser el tiempo de vuelo, pero este va a ser más rápido.
El tiempo de vuelo, por la información que aporta al igual que el tiempo de apoyo y la relación con el nivel de fuerza rápida y explosiva, se ha considerado por el investigador como uno de los posibles indicadores a tener en cuenta también para la selección de los posibles talentos velocistas.
La amplitud de los movimientos conduce a una mayor longitud de los pasos, asociado con un mayor aprovechamiento de las leyes de inercia y de reacción y una mayor longitud de desplazamiento de las palancas, que al ser frenadas bruscamente, generan mayor longitud del paso, precisamente por la redistribución de los esfuerzos del empuje en dirección a la carrera.
La longitud de la distancia competitiva tiene una influencia marcada sobre la longitud del paso, tal como ocurre con la frecuencia de las zancadas, pues mientras más velocidad tiene la carrera mayor será la longitud del paso y viceversa.
La longitud de las piernas favorece la longitud de las zancadas, pero, limita la posesión de una alta frecuencia de los pasos, pues las articulaciones y músculos están más alejados del sistema nervioso central, lo que conduce a que potencialmente los estímulos motores demoren más en llegar a los músculos efectores, pero lo más importante, las velocidades angulares de las palancas de las piernas, que se mueven en forma circular, se ven más demoradas, pues su radio de rotación se alarga, lo que favorece el momento de la fuerza, pero no la velocidad angular del movimiento. Ello, como es lógico, no niega que velocistas altos, de gran longitud de palancas, no alcancen el éxito, pero potencialmente lo logran más a costa de la longitud de los pasos, salvo excepciones.
Del planteamiento anterior el investigador asume que desde el punto de vista antropométrico es oportuno considerar la longitud de diferentes segmentos corporales, como las extremidades inferiores y la talla en bipedestación por su relación con uno de factores fundamentales de los cuales depende la velocidad en las carreras que es la longitud de los pasos.
Zimkin (1975) plantea que la capacidad funcional de la fibra muscular puede ser modificada con entrenamiento adecuado. Los deportistas con predominio de las fibras de contracción rápida (tipo II A) presentan la capacidad potencial de una alta frecuencia y en consecuencia, son los deportistas con una alta potencialidad para las pruebas de alta velocidad y por extensión, rápidas. Aquellos corredores poseedores de un ciclo de contracción rápida son potenciales velocistas.
Se considera importante en la selección de posibles talentos para el área de carreras de velocidad la estimación del porcentaje de fibras como indicador en la selección.
Entre las principales características de un velocista se considera que debe ser rápido y fuerte. Debe poseer una alta coordinación y la capacidad de relajación en grado elevado. Otro de los aspectos importantes en el velocista es que debe ser poseedor de una alta capacidad de reacción y con una alta capacidad de mantener una velocidad máxima el mayor tiempo posible.
Documentos oficiales de la IAAF en los que se plasman resultados de investigaciones de autores que han trabajado en el sector de la velocidad como Romero (2000), Dintiman, Ward y Téllez (2001) y Cortegaza (2007), dejan claro que entre las particularidades del corredor de velocidad se destacan la poseer mayor longitud de pasos, una alta frecuencia de pasos, poder realizar el paso anterior con mayor amplitud, realizar el contacto con el suelo con mayor ángulo, respecto a la horizontal, perdiendo menor velocidad en el apoyo anterior, menor sacudida del cuerpo en la carrera y por ello mejor conservación del equilibrio central del cuerpo.
La cantidad de pasos es necesario a criterio del investigador como elemento que permite determinar la frecuencia de pasos promedio y la longitud promedio de estos en la distancia competitiva, mientras que la velocidad es la resultante de la relación entre espacio y tiempo o del producto de la frecuencia de pasos y la longitud de pasos del atleta en la distancia competitiva.
También se puede destacar y se asume lo relacionado al respecto por artículos publicados por la Universidad Estatal Península de Santa Elena en el 2009 en los que se refiere que el tiempo empleado para desarrollar una cierta tarea puede considerarse también como una medida de la velocidad del atleta.
Se destaca que la velocidad es un factor determinante en los deportes explosivos, mientras que en las competiciones de resistencia su función como factor determinante parece reducirse con el aumento de la distancia. La velocidad puede ser un factor determinante directamente, como por ejemplo en, la reacción al estímulo en la salida. Aquí también se asume el criterio de que es importante tener presente que la velocidad aumenta pero que ello no lleva necesariamente a una mejora del rendimiento y que el modelo de velocidad y aceleración de los movimientos relacionados debe ser sincronizada de modo que cada parte del sistema de palancas pueda hacer una contribución óptima de fuerza.
Grosser (1992), Villamarín (1999), Cometti (2002) y Romero (2010) hacen alusión a algunos indicadores como indicadores biomecánicos a tener presente ya que influyen directamente en el rendimiento.
Desde hace años se plantea que no existen características comunes en los velocistas respecto al peso y la talla, ya que con la talla alta o baja o el peso relativamente alto o bajo se han logrado resultados relevantes en las pruebas de velocidad. No obstante el autor de esta tesis considera que hay que tener presente para el trabajo con los velocistas, algunos parámetros como longitudes de los segmentos corporales.
Así pues, el peso, la talla y la edad son otros atributos que pueden ser indicadores a controlar por los entrenadores al buscar las características ideales.
La talla (estatura) de los atletas se registra en los atletas en bipedestación, sin calzado, talones unidos, empleando el método de Martin, postura relajada, brazos a ambos lados del cuerpo, con la cabeza colocada en Plano Frankfort, vista al frente. La talla desde la posición de sedestación es utilizada para determinar la estatura de los atletas desde esa posición.
La longitud de miembros inferiores se mide desde la cresta ilíaca hasta la base de apoyo. También se considera la longitud de los segmentos corporales.
Se asume que los indicadores antropométricos expuestos anteriormente, por su marcada relación con la longitud de los pasos durante la carrera constituyen también indicadores de rendimiento y por lo tanto, se deben tener en cuenta para la selección de talentos, aunque también pueda influir la técnica y las capacidades de fuerza explosiva y flexibilidad.
Indicadores técnicos son relacionados por autores como Grosser (1992); Dintiman, Ward y Téllez (2001); Brown (2007) y Romero (2010).
En el caso de Grosser (1992), Téllez, Dintiman y Ward (2001) y Romero (2006) incluyen en sus propuestas evaluar la técnica la arrancada baja para los talentos velocistas. En el caso de Brown, Lee (2007) y Romero (2006) -en el Programa para la formación básica del velocista cubano- hacen alusión a los ejercicios especiales de carrera entre los que se encuentran la carrera elevando muslos, carrera elevando muslos con extensión de piernas al frente, salto alterno y la carrera progresiva que son ejercicios empleados como forma de evaluación de la técnica avalado por la Federación Cubana de Atletismo.
Por otra parte, Rudik (1990), Grosser (1992), y Campos Granell (1996), además de autores cubanos como Sánchez (2004) y Cañizares (2008), apuestan por tener presente indicadores psicosociales como elementos que influyen en el desempeño atlético del posible talento. Entre los principales indicadores que consideran tener presentes destacan la motivación, la rapidez de reacción simple en el caso del atletismo y la atención.
El estudio de estas obras ha llevado a tener en cuenta la motivación, la reacción simple, la concentración de la atención, y desde el punto de vista social el apoyo familiar.
A partir de la revisión bibliográfica realizada y el análisis correspondiente que se presupone, los indicadores asumidos por el investigador para la selección del posible talento en el área de velocidad en las edades de 12-15 años se han agrupado por dimensiones.
Zatsiorski (1989) considera que una dimensión es la proyección de determinados atributos en una cierta dirección. Es decir, que las dimensiones son el nivel del contenido más general e incluyen a factores e indicadores de la misma naturaleza.
A continuación, se muestran los indicadores agrupados por dimensiones.
Tabla 1. Dimensiones e indicadores para la selección del posible talento
en el área de velocidad (según bibliografía consultada)
Conclusiones
La revisión teórica de aspectos relacionados con indicadores que toman en cuenta características específicas del área de la velocidad ha permitido la obtención de criterios propios acerca de cuáles podrían ser, en principio, un grupo de indicadores a utilizar para enriquecer el proceso de selección de posibles talentos.
El conjunto de indicadores develado de la revisión documental realizada, condiciona la utilización de procedimientos empíricos para arribar finalmente a la determinación de aquellos indicadores que posibilitarían una selección de atletas con características y condiciones específicas que le permitan adquirir rápidos avances en su progresión deportiva en el área de la velocidad, y posteriormente proponer adecuaciones al sistema de selección de talentos en esta área en las etapas de tránsito por las EIDE.
Bibliografía
Brown, Lee. E. (2007). Entrenamiento de la velocidad, agilidad y rapidez. Editorial Paidotribo.
Bompa, Tudor (1987). La selección de atletas con talento. Revista de entrenamiento deportivo. Volumen 1. Nº 2.
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Cañizares Hernández, Marta (2008). La psicología en la actividad física. Su aplicación en la educación física, el deporte, la recreación y la rehabilitación. Editorial Deportes, La Habana.
Cometti, G. (2002). Entrenamiento de la Velocidad. Editorial Paidotribo. España.
Cortegaza Fernández, L. y Yanocci Enríquez Castillo (2007). Selección y formación de velocistas escolares con la utilización de medios alternativos. ISCF “Manuel Fajardo”. Facultad Cultura Física, Matanzas.
Dintiman, George B.; Ward, Bob y Téllez, Tom (2001). La velocidad en el deporte, Madrid, Ediciones Tutor.
Grosser, M. (1992). Entrenamiento de la velocidad. Fundamentos, Métodos y programas. Editorial Martínez Rosa, S.A. Barcelona.
Müller, H. y Ritzdorf, W. (2000). Correr!, Saltar!, Lanzar! Guía IAAF de enseñanza de Atletismo. Santa Fe, Centro Regional de Desarrollo. Asociación Internacional de Federaciones Atléticas (IAAF).
Romero Frómeta, Edgardo (2000). Programa para la formación básica del velocista cubano. Atletismo II. Unidad Impresora José Antonio Huelga, Ciudad Habana.
Romero Frómeta, E. y González Catalá, S. (2006). Particularidades de la Iniciación Deportiva. En su Compendio Temático Nº 5, Quito, ESPE.
Romero Frómeta, E. (2010). Selección de posibles talentos deportivos. [Multimedia] UCCFD Manuel Fajardo, Ciudad Habana.
Rudik, P.A. (1988). Psicología. Libro de Texto. La Habana, Editorial Pueblo y Educación.
Sánchez Acosta, María Elisa y González García, Matilde (2004). Psicología del entrenamiento y la competencia deportiva. Editorial Deportes, La Habana
Villamarín Menza, Samuel (1999). Caracterización morfofuncional de las velocistas infantiles-juveniles colombianos. ISCF “Manuel Fajardo”, La Habana. Tesis de Maestría.
Zatsiorski, V. M. (1989). Metrología deportiva. Moscú, Editorial Planeta.
Zimkin, N.V. (1975). Fisiología Humana. Editorial Científico-Técnica. Ciudad de la Habana.
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