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La diversidad léxica en dos ciudades de habla 

hispana: la Mérida venezolana y Santiago de Cuba

 

Licenciada en Filología en la Universidad de Oriente

Master en Estudios culturales cubanos y del Caribe

Doctora en Ciencias Lingüísticas

Profesora de español en la Universidad del Deporte de Santiago de Cuba

Dra.C. Alina Bestard Revilla

albestardr@scu.uccfd.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar acerca de la importancia que tiene en el estudio del español la consideración de la diversidad lingüística, social y cultural de las comunidades sociales. El estudio de la lengua a partir del análisis de la realidad histórica concreta, alcanza en los momentos actuales gran relieve, específicamente en un mundo como el de hoy, donde se trata de imponer esquemas culturales que nada tienen que ver con la idiosincrasia particular de cada país. En este sentido, la diversidad léxica y terminológica, ocupa un lugar de interés pues refleja de manera inmediata los rasgos socioculturales, las costumbres y el modo de ver la vida cada pueblo. Como parte de la competencia comunicativa que el hablante trata de alcanzar para lograr un mejor desarrollo en sus relaciones interpersonales, al analizar temas tan interesantes como el del léxico, el de la cortesía, el saludo, el sistema de tratamiento nominal y pronominal es crucial hacerlo situándolos en el contexto sociocultural específico de cada región o país, describiendo y explicando las modificaciones en el uso que han sufrido estos aspectos de la lengua, de manera que el hablante alcance la competencia comunicativa adecuada que le permita descubrir, valorar significados, interpretar actitudes del hablante e intenciones implícitas en el acto de habla.

          Palabras clave: Diversidad léxica. Enfoque sociocultural. Sistema pronominal y nominal en español.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 187, Diciembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El léxico es uno de los niveles de la lengua que con mayor dinamismo expresa los rasgos socioculturales de cada país. Igualmente, a través del léxico y la entonación identificamos rápidamente a los originarios de una región determinada dentro de un mismo país, precisamente porque el léxico refleja con gran nitidez y rapidez las características sociales y culturales de los diferentes grupos humanos. Lo mismo pasa con la cortesía verbal, considerada como universal lingüístico, con un desarrollo similar en todos los países.

    Cada cultura ordena de un modo particular y determinado los principios que rigen la interacción con las formas de cortesía en las relaciones interpersonales de sus miembros, y lo que puede ser un valor de primer orden en una cultura, puede no serlo necesariamente en otra. Esta diversidad cultural responde a la diversidad social que tienen los países; y del conocimiento y respeto que se tenga de esta diversidad depende la capacidad de convivencia que todos debemos desarrollar.

    La competencia comunicativa intercultural definida como la habilidad para negociar los significados culturales y de actuar comunicativamente de forma eficaz de acuerdo con las múltiples identidades de los participantes es hoy en día uno de los objetivos principales a lograr por el profesor de lenguas. De acuerdo con este modelo se busca el desarrollo de habilidades no sólo cognitivas, sino también afectivas y comportamentales.

    El objetivo de este enfoque, desde la comunicación está en asumir una actitud positiva para comprender las convenciones, normas, actitudes que regulan los comportamientos entre la lengua materna y la extranjera en la comunidad de vida compartida, en comprender las convenciones, hábitos socioculturales que regulan la participación en el contacto interpersonal de los hablantes nativos. Estamos pensando, por ejemplo en la forma de saludo cuando llamamos y a veces hasta gritamos en la calle el nombre de la persona con un simple y único objetivo: saludar. Para muchos extranjeros la formulación de la llamada representa un acto que hay que cumplir y ya aquí estamos en presencia de un malentendido, un cubano cordial y un extranjero formal que piensa en el para qué de la llamada.

    Los países que integran la comunidad caribeña presentan una riqueza y matices extraordinarios en lo que a cortesía y formas de tratamiento se refiere, los distingue sobre todo su variedad, su familiaridad y afectividad, que nos hace ser parecidos dentro de la diferencias de cada cual. El objetivo de este trabajo es presentar una indagación sociolingüística sobre el comportamiento del léxico y la cortesía en las relaciones interpersonales en dos ciudades de habla hispana: Mérida (Venezuela) y Santiago de Cuba, donde es posible observar las características que nos distinguen así como aquellas que nos acercan a los países de la comunidad lingüística caribeña con los cuales nos unen los nexos histórico-culturales que se entrelazan en un pasado común.

Desarrollo

    El funcionamiento de la cortesía es fruto de una capacidad adquirida culturalmente, pero esta capacidad no tiene la forma de un mecanismo especial que se ocupa exclusivamente de los comportamientos sociales, y los evalúa y procesa de un modo particular, sino que se trata, más bien, de un conjunto específico de supuestos que interactúa con los mecanismos generales de inferencia. Se trata, por tanto, de una serie de conocimientos que se va almacenando en la memoria a medida que crecemos, y que funciona como contexto obligado con arreglo al cual se procesa el comportamiento verbal y no verbal, propio y ajeno. No es un sistema aislado, sino una parte del contenido del sistema central de la lengua.

    Dentro del nivel léxico, las formas de tratamiento han sufrido cambios, en algunos casos han surgido nuevas, otras han modificado su significación añadiendo otros matices conceptuales que responden a la necesidad de designar los fenómenos sociales surgidos, por ejemplo, empleos, actividades, conductas sociales, etc. Sin embargo, hay rasgos vinculados con ellas que se mantienen como características inherentes a las formas de trato del santiaguero, entre ellas podemos destacar la afectividad que refleja nuestro modo de ser hospitalarios, sencillos y solidarios. Este rasgo ha sido apuntado en investigaciones anteriores por la profesora Dorotea Callejas (1983: 114).

    A partir del derrumbe del antiguo sistema socialista hubo cambios que modificaron la vida cotidiana del cubano y que han sido reflejados de diferentes formas en la sociedad, como son conductas no correspondientes con el ideal socialista, desajustes morales, sobre todo en algunos sectores de la población como los jóvenes, nuevos empleos; proponiendo a sus miembros nuevos retos para su solución.

    La ciudad de Santiago de Cuba, tiene una densidad poblacional considerable, es la segunda ciudad en importancia de Cuba. Rica en tradiciones culturales, sociales y políticas fue la cuna donde se gestó el proceso libertario cubano. Estos rasgos, unidos al hecho de ser la más caribeña del país, hacen que esta ciudad posea rasgos que la particularizan y distinguen de las otras ciudades cubanas. A pesar de las características socioeconómicas del país descritas anteriormente, las personas que viven permanentemente en esta ciudad están influidas por el entorno sociocultural que la rodea. La afluencia masiva de miles de personas de otras barriadas al centro urbano que acuden a comprar, o a resolver diversas gestiones permite un ambiente de mayor socialización, una mayor familiaridad en el trato. En el estudio sociolingüístico que hacemos sobre el empleo de las formas de tratamiento en los residentes de esta comunidad se reflejan abiertamente los cambios socioeconómicos ocurridos en el país hacia la década de los 90, especialmente en aquellas esferas de la vida social que han sufrido modificaciones como, el surgimiento de nuevos empleos, de otras conductas sociales y las valoraciones que el individuo hace de esta realidad.

    Además de las formas nominales de tratamiento tradicionales que designan el parentesco, el físico de la persona, el parecido con animales, se encontraron otras que designan aspectos de la vida actual de la comunidad como: jinetero,-a, amarillo,-a, balsero,-a, maceta, machacante y gerente. Junto a ellas se constató la variación en las acepciones de otras como por ejemplo, millonario,-a, cuadro, bárbaro,-a y luchador,-a, las que han añadido nuevos conceptos, adaptados a la realidad designada. El tratamiento de señor,-a, ha incrementado su uso, luego de casi desaparecer al inicio de los años 1960. Es el tratamiento de respeto que se exige para los turistas en hoteles, tiendas, oficinas, etc. Se ha hecho extensivo también a otras personas que ante la despenalización del dólar, y la llegada de mesadas al país han adquirido un estatus socioeconómico diferente a la del resto del pueblo carente de estos medios económicos.

    También han surgido los tratamientos de pepe y yuma para los extranjeros.

    Con relación al tratamiento pronominal como se conoce, la norma en Cuba es tú/usted, ustedes. En la investigación que se ha hecho de esta comunidad, se observó un aumento casi generalizado del tuteo, incluso hacia desconocidos, personas mayores de edad o con cargos profesionales jerárquicamente superiores al del hablante. Junto a este tratamiento pronominal aparecen otras formas nominales de parentesco, como: tío,-a, puro,-a, abuelo,-a, brother, man, que se emplean indistintamente aún cuando no existan rasgos de parentesco real entre los hablantes.

    La explicación social que se ha hecho de este aumento de familiaridad en el trato se debe a cierta pérdida de valores éticos en el tratamiento, sobre todo entre los hablantes más jóvenes (del grupo etario 12-19 años) que no observan las diferencias en razón de la edad, del sexo o de la profesión que el interlocutor posee y exige el tratamiento pronominal de respeto usted o compañero,-a.

    Por otra parte, durante la estancia de la autora de este trabajo, por diez meses en la ciudad de Mérida, Venezuela, como profesora de la misión deportiva cubana, además de la extraordinaria cultura venezolana, pudo conocer la presencia de nuevas formas de trato y de la cortesía, del uso y frecuencia que poseen, del contexto en el que se producen, de su significado particular diferente o similar al cubano.

    Mérida, uno de los estados de Venezuela, fundada por los españoles y llamada Ciudad de los Caballeros, aludiendo a la amabilidad de sus habitantes, o Ciudad de los estudiantes, porque en ella se encuentran una de las mejores universidades del mundo “Universidad de los Andes (ULA)”. Estado donde existen grandes riquezas naturales y con una integración sociodemográfica muy heterogénea, donde hay variedad de culturas, en el que se observa una lucha entre las diferentes clases sociales, instituciones, y grupos. El estado Mérida está ubicado en el occidente de Venezuela. Limita al norte con los estados Zulia y Trujillo, al sur con Táchira y Barinas, al este con Trujillo y Barinas y al oeste con Táchira y Zulia. Su capital es la Ciudad de Mérida. Abarca una superficie territorial de 11.300 km2 1.2% del territorio nacional, y en el censo de 2001, se reportó un total de 715.215 habitantes.

    La mayor parte del estado Mérida está ubicado en la región de los Andes. El extremo noroeste del estado corresponde a planicies y tierras bajas.

    Este estado es el más montañoso del país, efectivamente, lo atraviesan tres sierras de la Cordillera de Los Andes, que son La Sierra Nevada de Mérida con su punto culminante el Pico Bolívar de 5.007 m. que también es la cumbre más alta del país. En esta sierra también se encuentran otros picos de altura considerables como el Humboldt (4.942 m.); La Concha (4.922 m.); Bonpland (4.883 m.); Del León (4.740 m.) y la Silla del Toro (4.775 m.) La Sierra de Santo Domingo, que está localizada al este del páramo de Mucuchíes con su punto culminante en el pico de Mucuñuque de 4.672 m.

    El estado Mérida, por la hermosura de sus paisajes andinos y su agradable clima, es uno de los principales centros turísticos de Venezuela. Posee una extensa red de hoteles no solamente en su ciudad capital, sino que también a lo largo y ancho del estado. Partiendo de la misma ciudad de Mérida, está el teleférico más largo y alto del mundo, que llega al Pico Espejo de 4.765 m.

    Dentro de los estudiosos del español hablado en Venezuela y particularmente, de la cortesía verbal y formas de trato de Mérida, se desataca la lingüista y profesora universitaria Alexandra Álvarez Muro quien expresa que en Venezuela, el uso de las formas de tratamiento pronominales muestran una diferenciación dialectal, de modo que se convierten, casi, en marcadores de identidad. Es por ello que se percibe generalmente al caraqueño, al llanero y al oriental como productores de tú; a los zulianos como productores de vos y a los andinos como productores de usted. Así, se podría interpretar que también en Venezuela los usos de las formas de trato nominales y la cortesía en sentido general ofrecen sus particularidades dialectales según la región donde se hablen. (Álvarez, 2000)

    Continúa la autora afirmando que el tratamiento pronominal que los merideños prefieren tanto en la producción como en la recepción es usted. Esto se corresponde con el estudio realizado por ella donde se observó el comportamiento en relación con los pronombres personales. Es interesante conocer el hecho de que los merideños parecen reconocer el prestigio del pronombre tú, en el sentido de que es el de uso más corriente, en la actualidad, en la capital, Caracas. Sin embargo, lo usan realmente sólo con los compañeros de estudios y los allegados, pero no con los amigos íntimos y la familia. Otros investigadores del español en la región destacan la preferencia del tú por encima del usted entre las generaciones más jóvenes, como ya se apuntó ocurre en Santiago de Cuba. (Ringer Uber, 1985)

    Concluye Álvarez al afirmar que la variación en el uso pronominal se da en Venezuela y sobre todo en Mérida más por razones dialectales que por razones funcionales. En Mérida, como dijimos, la comunidad parece preferir el usted a expensas del tú y la dicotomía +/- reverencia tiene poca vitalidad funcional. Fenómeno que no ocurre en Santiago de Cuba donde su uso lo determina la dicotomía +/- reverencia, en dependencia de las situaciones específicas del contexto. El uso del tú merideño puede atribuirse quizás, a la afluencia de gente de otros lugares. De este modo, el acercamiento a Mérida, ciudad turística y estudiantil, de otros venezolanos con normas lingüísticas diferentes, contamina de alguna manera el uso de usted.

    Con relación al tratamiento nominal la variedad y cantidad observadas fue extensa, muchas ya existentes en Cuba pero con un significado diferente como es el caso de chévere que para ellos es una forma de saludo que expresa estar bien de estado de ánimo y vaina que significa cosa. De las nuevas formas de trato recogidas encontramos las siguientes: chamo,-a ( muchacho), carajito (niño), malandro,-a (delincuente), bruja (bretera), chico,-a(dependiente), arrecho,-a (incómodo), guapo (lindo, agraciado), cabrón (pareja a la que le han sido infiel), pichirre (avaro), mosca (alerta), pila (rápido), vale( amigo), coño'e madre ( mal nacido), morochos (jimaguas), muérgana (mujer de mala vida), catiro,-a (rubio), consentido( hijo pequeño), pana ( amigo), puchipuerca (mujer de mala vida).

    También compilamos muchas formas de trato similares en el uso a las nuestras, como son: mi reina, corazón, lindura, mi amor, cariño, mi esposo,-a, mi marido,-a.

    Significativo también fue para la autora las diferencias en la manera de nombrar los objetos, como por ejemplo: broma, vaina, cosicato y cuchurumbelo (cosa), franela( pullover), buceta (guagua), violín (mal olor en el sobaco), pecueca (mal olor en los pies), coleto (trapeador), sancocho y mondongo (sopa), sopa (potaje de frijoles), poceta (servicio sanitario), cupo (espacio), caucho (gomas), vergasera (lío), rollo (rolo), coñazo (golpe), reales (dinero), sencillo (menudo), lente (espejuelos) y machito (jeep).

    Junto a estas formas léxicas se pudo comprobar que el merideño es respetuoso, casi ceremonioso, amigable. Al saludar tiene en cuenta las normas de la cortesía, hablan en voz baja, no gesticulan, ni son tan expresivos al hablar como los santiagueros. Sin embargo, los caracteriza en el trato hacia los demás la afabilidad y amabilidad propias de los pueblos andinos.

    A través de este estudio contrastivo entre las ciudades de Mérida y Santiago de Cuba, se pudo apreciar que la comunidad ocupa, como sabemos, un determinado territorio, y funciona como una unidad social, en la que se integran diferentes grupos (familia, organizaciones e instituciones) alrededor de problemas cotidianos, estableciéndose interrelaciones que provocan un conjunto de relaciones interpersonales sobre la base de necesidades que garanticen la asimilación de esas relaciones sociales. La interacción de esos grupos con sus tradiciones, identidad, necesidades e intereses conforma el sentido de pertenencia e identidad dialectal que los distingue. La forma peculiar de expresión de esta interrelación social y ambiental refleja las influencias sociales más generales, matizando a las personas que viven en la comunidad, permitiéndoles dejar su huella en nuevos aspectos. El lenguaje, expresa como ninguna otra forma de expresión comunicativa, esta interrelación del individuo con su grupo comunitario y a su vez de ellos con los problemas más amplios que afectan a todo el país. Se puede afirmar, que la lengua es el termómetro de la sociedad, como dijera el lingüista Sergio Valdés Bernal, en la VII Conferencia Internacional Lingüístico-Literaria (2002) de la Universidad de Oriente, porque ella capta las “altas, medias, bajas” temperaturas sociales, los fenómenos y procesos que se producen, los cambios y variaciones sociales, así como también contribuye a solucionarlos, a través del diálogo, de la exposición abierta y franca de las dificultades y de las posibles soluciones para erradicarlas.

    En el habla urbana convergen todas las manifestaciones lingüísticas diferenciadas, y al mismo tiempo caracterizadoras de la diversidad de los grupos sociales que interactúan y constituyen la comunidad. Esta multiplicidad tiene al mismo tiempo inserción en la variedad regional a la que pertenece (Causse, 1998: 18).

    En la comunidad social, el cambio lingüístico es un complejísimo proceso que implica factores de muy diferentes signos: sociales, geográficos, psicológicos, pragmáticos, que se producen dentro de la comunidad de habla, que demuestra en el uso el estatus social del grupo social que lo emplea, sus intereses comunes, preocupaciones, características, etc.

    En el caso de los rituales de cortesía verbal y las formas de tratamiento, la elección de una forma determinada, en situaciones comunicativas diversas, nos remite a normas lingüísticas, a un contexto social, nivel cultural, estados anímicos, psíquicos del hablante. Estos aspectos imbrican los estudios actuales de la Sociolingüística con otras ramas de la ciencia como la Psicología, Sociología y la Etnología.

    El comportamiento lingüístico de un individuo es al mismo tiempo un comportamiento de tipo social, pues la selección de un signo lingüístico no es enteramente libre, sino que está sociológicamente condicionado.

Conclusiones

    Este trabajo se inserta dentro de los estudios sociolingüísticos, por lo cual resultó imprescindible establecer la relación que existe entre lengua-cultura-sociedad, ubicando dentro de ella el comportamiento sociolingüístico de las formas de tratamiento en Santiago de Cuba y la ciudad de Mérida, en Venezuela.

    El corpus lingüístico compilado, fue estudiado, analizado y clasificado en campos semánticos (alusivo al cargo o profesión, alusivo al comportamiento social y el alusivo a otros aspectos de la vida social del santiaguero y del merideño) lo que permitió contrastar el uso y la variedad de formas de tratamiento del habla popular de estas dos ciudades de habla hispana, de acuerdo con el contexto sociocultural donde se producen y que activa el significado mostrado.

    Se tomaron en cuenta las variables sociales: edad, sexo, nivel de instrucción y ocupación. Dentro de las variables lingüísticas se analizaron: formas de tratamiento, personas gramaticales y sistema pronominal.

    Se acopiaron un total de 932 formas nominales de tratamiento, de las que 335 pertenecen a los campos semánticos seleccionados. La variable sexo masculino fue la que más formas nominales aportó, siendo la más innovadora, así como fueron los niveles medio y superior los más rentables.

    Como se expresó al inicio de este trabajo, el nivel léxico es el más susceptible de cambiar pues es capaz de reflejar e interpretar esa nueva realidad, nombrándola, clasificándola. Los estudios sociales no pueden prescindir del estudio de la lengua y viceversa, porque la lengua es el soporte y reflejo de las relaciones sociales, se transforma y modifica según lo hace la realidad histórica de un país determinado.

    A través de este estudio sobre la cortesía verbal y las formas de trato en Santiago de Cuba y Mérida se ha tratado de lograr un acercamiento mayor al conocimiento de la cultura e identidad que nos distingue, pues, según dijera en una ocasión la profesora Dorothea Callejas las formas de tratamiento en Santiago son el reflejo del, carácter hospitalario, alegre y entusiasta del santiaguero (1983: 99).

Bibliografía

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