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¡No pueden esconderse las consecuencias: …hagamos
un cielo de esta Tierra!

 

*Prof. auxiliar

**Prof. asistente

Filial Universitaria. Municipio Minas

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

Facultad de Camagüey

Msc. Oscar Fernández Naranjo*

Msc. Salomé Elena Sánchez del Risco**

salome@fcf.camaguey.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El presente trabajo en condición de artículo tiene el propósito de ofrecer información actualizada respecto a la influencia del cambio climático en la salud del hombre que, pese a la amplia existencia bibliográfica que se atesora para el mundo, aún no se poseen las respuestas prestas en correspondencia a la prevención, mejoramiento y solución de los retos que hoy día de manera extrema afectan a diferentes regiones. No constituye tampoco intención que se interprete como mero acopio de resultados acumulados para contribuir al incremento del acervo cultural; pero sí, debe constituir punto de partida para que los decisores o encargados de emprender la materialización de la Estrategia Ambiental a escala de planeta, sumen ante tal desafío al recurso más vulnerable que está expuesto a desaparecer: el hombre.

          Palabras clave: Cambio climático. Estrategia ambiental. Prevención.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 187, Diciembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Desarrollo

    La contemporaneidad se distingue por poseer el más injusto orden internacional que ha conocido la historia, plagado de guerras inadmisibles, imposiciones jurídicas, desigualdades sociales que se acrecientan cada día a través de una economía global, donde proliferan las diferencias garrafales entre países desarrollados y subdesarrollados.

    Por ello, luego de dos décadas de predominio de corrientes neoliberales a escala global, los resultados registrados en materia económica, social y ambiental son decepcionantes, sobre todo si se analiza desde la perspectiva Norte-Sur, lo que se manifiesta en el plano económico al hacerse más crítica la brecha que separa a los países del mundo en correspondencia al desigual nivel de progreso alcanzado.

    En el plano social, se expresa en un creciente número de pobres, incluso en la proliferación de cinturones de pobreza en los propios países desarrollados y en el orden ambiental se han agravado los problemas que más preocupan a la humanidad -reflejado en lo fundamental por el cambio climático- cuya expresión más significativa se percibe en su calentamiento global que hoy día afecta todo el planeta.

    La propia evolución del hombre y su dispersión por el mundo, unido a sus peculiares capacidades mentales y físicas lograron escapar a las constricciones medioambientales que limitaban a otras especies y alterar el medio ambiente para adaptarlo a sus necesidades, así ha quedado demostrado que mientras los grupos humanos siguieron siendo pequeños y su tecnología modesta, su impacto fue solamente local.

    No obstante, al ir creciendo esta y mejorando la tecnología, aparecieron problemas más significativos y generalizados, por lo que actualmente la demanda sin precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el desarrollo tecnológico someten al medio ambiente, está produciendo un declive cada vez más acelerado en la calidad del mismo y en su capacidad para sustentar la vida; por tal razón, en el intercambio del hombre con la naturaleza se debe poner el acento en el principio humanista: todo para el bien del hombre.

    Reforzando dicha idea, se corrobora que en el orden ambiental se han agravado los problemas que más preocupan a la humanidad como expresión de los limitados esfuerzos internacionales para hacer frente al deterioro del mismo; así por ejemplo la agricultura y la pesca han experimentado una reducción en los rendimientos en zonas tropicales y subtropicales, agravando los problemas de seguridad alimentaria que afectan a numerosos países subdesarrollados ubicados en esas latitudes.

    A ello se añade las constantes violaciones de los derechos más elementales y su materialización más concreta en la pobreza, que es el reflejo del limitado esfuerzo respecto al cuidado y protección del medio ambiente; no obstante, la crisis ambiental no es contemplada pasivamente por las personas razonables del planeta, por lo que desde diferentes puntos de la Tierra, incluyendo los lugares más inaccesibles del mundo, llegan mensajes clamando por detener la acción destructora del hombre contra la naturaleza y contra sí misma.

    Por tal razón, es criterio compartido por muchas personalidades de estos tiempos, que la creciente pobreza y práctica neoliberal, junto a la crisis ecológica colocan a la humanidad en una gran encrucijada, dentro de una época donde se exhibe una filosofía de poder y consumismo que no es compatible con las necesidades del hombre y con los limitados recursos.

    Entre otras, son estas razones para aceptar que “Adicionalmente, se reforzaría la escasez de agua y, por tanto, se haría más difícil y costoso el acceso a este recurso básico, también se agudizarían los problemas de salud uno de los más sensibles socialmente en el que el cambio climático tiende a afectar a millones de personas pobres, debido a impactos tales como: el aumento de la mal nutrición; la mayor incidencia de algunas enfermedades como la diarrea, malaria, dengue y enfermedades respiratorias; y las muertes por olas de calor, inundaciones, tormentas, incendios forestales y sequías” 2.

    De manera tal que, funda preocupación para todo hombre que puebla el planeta, la repercusión que engendra el cambio climático provocado por el reforzamiento del efecto invernadero el que constituye el problema ambiental más agobiante de estos tiempos, y que ha atraído la atención de la opinión pública internacional en los últimos años por sus consecuencias manifiestas y previsibles, que no escapan como razón fundamental del accionar irracional que históricamente se ha gestado en el intercambio del hombre con su entorno sobre el cual advirtió Lenin: “Los proyectos humanos que no tengan en cuenta las leyes esenciales de la naturaleza, sólo pueden acarrear calamidades” 3.

    En ese sentido el Vocabulario Meteorológico Internacional define el clima como el “conjunto fluctuante de condiciones atmosféricas, caracterizado por los estados y evolución del tiempo en una porción determinada del espacio”4; en este sentido, cabe recordar que el efecto invernadero es un fenómeno natural, gracias al cual existe la vida en la Tierra y que las preocupaciones en torno al cambio climático no se derivan del efecto invernadero en sí, sino “del reforzamiento de ese efecto a partir de las actividades humanas, lo que consecuentemente permite la observación de diferencias entre las estadísticas de los elementos del clima calculados para diferentes períodos, pero relativo a la misma realidad; se plantea así que se está en presencia de un cambio climático”.5

    Es así pues, que en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), celebrada en Nueva York, se definiera “el cambio climático como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables. Este período es el resultado del atrapamiento en la atmósfera de irradiaciones térmicas que al no poder salir al espacio exterior producen un progresivo calentamiento de la misma”.6

    Comportamientos del cambio climático se han ido manifestando en las últimas décadas en las diferentes regiones del planeta que incluyen intensos y extensos procesos de sequía, graves y devastadores eventos lluviosos, años extremadamente cálidos; y de forma general, un incremento de la temperatura de la Tierra en el orden de 0,74º C; de este modo, los días y las noches frías y las heladas, se han tornado menos frecuentes, en tanto que los días calientes, las noches calurosas y las olas de calor, se han tornado más frecuentes. “En el caso cubano existen manifestaciones que muestran un incremento en la variabilidad del clima, períodos prolongados de sequía, déficit de precipitaciones acompañadas a su vez de períodos de precipitaciones que pueden ser más intensas”7.

    De modo general, “el cambio climático, con una de sus manifestaciones distintivas –el incremento de la temperatura– ha dañado el 60% de los ecosistemas del planeta, el 20% de la corteza terrestre está degradada. Hemos sido testigos de la deforestación, la desertificación, las alteraciones de los sistemas de agua dulce, la contaminación y la pérdida de la diversidad biológica la supervivencia de nuestra especie martilla en la conciencia de la humanidad”8.

    Consecuentemente, el debate internacional acerca del cambio climático, sus causas, implicaciones y estrategias de respuesta para enfrentarlo ha tenido su expresión en el proceso de negociaciones políticas relacionadas con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, puesta en vigor en 1994 y el Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005, incorporando de este modo a lo planteado por Engels en su época cuando declara que “no cabe duda de que cada día que pasa conocemos mejor las leyes de la naturaleza y estamos en condiciones de prever las repercusiones próximas y remotas de nuestras ingerencias en su marcha normal”9.

    Por ello, representantes de 187 países reunidos en la Conferencia de Bali (Indonesia) acordaron lanzar negociaciones globales para reforzar los acuerdos internacionales sobre cambio climático, que deben ser negociados hasta 2009, dentro de los que se encuentran las acciones para la adaptación ante los efectos del cambio climático tales como: las sequías y las inundaciones; opciones para reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI).

    De igual modo, los mecanismos que aseguren una amplia difusión y empleo de tecnologías idóneas para enfrentar el cambio climático y el financiamiento de las medidas de adaptación y mitigación. Además “el Protocolo de Kyoto considera explícitamente seis gases familia de efecto invernadero: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidroflurocarbonos (HFC), perflurocarbonos (PFC) y exafluoruro de azufre (SF4)”10.

    En el más reciente informe de Evaluación Científica de expertos sobre Cambio Climático (Panel Intergubernamental de Cambio Climático, siglas en Inglés IPCC, 2007) “se concluye que el calentamiento del clima global del planeta es inequívoco, lo que resulta evidente a partir del incremento promedio observado en las temperaturas mundiales del aire, de los océanos, el generalizado derretimiento de los hielos y el aumento del nivel promedio del mar”11.

    Un análisis de la falta de esfuerzo político lo corrobora lo acaecido en Copenhague donde se pudo constatar que los países desarrollados han incumplido los compromisos que adoptaron como parte del Protocolo de Kyoto: aumentando drásticamente sus emisiones; tratan de ocultar el hecho modificando la base de cálculo, que es el año 1990, universalmente aceptada y sustituirla por el año 2005, para ocultar precisamente, esos 15 años de incremento sostenido de emisiones; en segundo lugar, incumplieron sus compromisos de financiamiento a países del sur, a países subdesarrollados, a los que no se puede pedir que no se desarrollen para que no emitan carbono, es imposible desarrollarse sin emitir carbono en las condiciones de la tecnología actual (Castro, 2009).

    Lo antes expuesto se hizo más evidente a raíz del fracaso de dicho evento, diciembre de 2009, “lo que frustró las expectativas en la adopción de medidas urgentes para enfrentar este reto global, tanto por la comunidad científica internacional como a nivel intergubernamental, así como en los movimientos sociales y en otros espacios de debates y toma de decisiones”.12

    Esto una vez más, se corrobora con la participación que en diferentes eventos y escalas han tenido los jefes de estados y gobiernos, líderes mundiales, representantes de estos y otras organizaciones regionales e internacionales que en varias ocasiones se han reunido para analizar y valorar la problemática del medio ambiente que aqueja el planeta, donde ratificados o aplicados, en muchas ocasiones solo han sido aspiraciones por alcanzar, como por ejemplo en temas de desarrollo desigual, la globalización, las producciones contaminantes, la pobreza y la calidad de vida, entre otros lo que se aviene con lo que se afirma que “Por tal razón, hoy día se está planteando y que pone en peligro no solamente la existencia nuestra, pone en peligro la biodiversidad, pone en peligro la vida del planeta y, por lo tanto, hoy día nuestra lucha es por la vida y es una lucha de vida”13.

    Desde 1990 en Cuba se publica el primer informe sobre evaluación científica del Cambio Climático y sus consecuencias para las actividades socioeconómicas y medioambientales, posteriormente se realiza una nueva evaluación bajo el Programa Nacional de Ciencia y Técnica; donde las proyecciones del clima futuro se pudieran incrementar entre 1,6 y 2,5 grados Celsius para el año 2100; en el caso del nivel del mar las proyecciones futuras indicaron incrementos en el orden de 8 a 44 cm para el 2050 y de 20 a 95 cm para el 2100.

    En el caso de la agricultura, de no ocurrir el efecto de fertilización por el dióxido de carbono,”se produciría una disminución de los rendimientos potenciales de todos los cultivos estudiados; ejemplo en la caña de azúcar, las disminuciones de los rendimientos serían menores, mientras que en la papa decaería notablemente. Si el efecto de fertilización por dióxido de carbono se produce, estos impactos cambiarían; el frijol, la soya y el arroz elevarían sus rendimientos, a pesar de que en la papa los rendimientos seguirían disminuyendo.

    Sobre la biodiversidad terrestre, los impactos relacionados con el nivel del mar serían los más importantes, debido a la fragilidad de los ecosistemas costeros; se estimó que el 14% del área boscosa de Cuba se podría afectar, incluyendo buena parte de la vida animal y vegetal a ella asociados”14.

    Consecuentemente en el país, la conservación del medio ambiente y en particular la protección y mejoramiento de la salud se realiza sobre bases científicas, sobre lo cual existen condiciones óptimas para salvaguardar la naturaleza en servicio de las actuales y futuras generaciones, siendo el hombre lo más importante; por tal razón, la política trazada desde el triunfo de la Revolución así como en la Estrategia Nacional a seguir han sido plasmadas históricamente en los documentos principales del territorio, lográndose que la problemática del Medio Ambiente tenga un carácter constitucional y legal, como es el caso del artículo 27 de la Constitución de la República y la Ley Nº 81 del Medio Ambiente, aprobada en 1997; la que responde a los acuerdos y principios aprobados en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, Brasil 1992.

    En correspondencia con ello, la aplicación perseverante de la política ambiental en Cuba se ha caracterizado por pasos concretos desde mucho antes de la celebración de la Cumbre de Río, si se parte de la crítica situación social con altos niveles de pobreza, desempleo, analfabetismo, bajos niveles de salud en que se encontraba sumido el país antes del triunfo de la Revolución, los cuales fueron elementos del Medio Ambiente que tuvieron presentes en el Programa del Moncada y que constituyeron prioridad en la política de la Revolución desde sus inicios en el año 1959; como respuesta a ello se ha disminuido la tasa de mortalidad de 60 a 4,9 por 1000 nacidos vivos y la esperanza de vida se ha incrementado de 61 a más de 77 años; por otra parte, la esperanza de vida en el planeta es de 67 años, en los países ricos es de 79, mientras en algunas naciones pobres es de sólo 40 años.

    De esta manera, en Junio de 1997 es aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular la Ley # 81 del Medio Ambiente, la que consta de 14 capítulos, con un total de 163 artículos y se plasman varios objetivos fundamentales a tener en cuenta, dentro de los cuales, uno de ellos se dirige a propiciar el cuidado de la salud humana, la elevación de la calidad de vida y el mejoramiento del Medio Ambiente en general; por otra parte, en el título XII sobre salud y calidad de vida, en su capítulo III, se refiere al ruido, vibraciones y otros factores físicos que afectan la salud y tranquilidad psíquica de los seres humanos.

    El problema ambiental en la sociedad cubana contemporánea, no tiene la magnitud de otras sociedades capitalistas, en primer lugar, porque existe una voluntad política para diseñar programas estratégicos con esta dirección; segundo, porque la Educación Ambiental está vinculada orgánicamente con la educación y la cultura general integral que se lleva a cabo y tercero, por el control que a nivel de los organismos rectores del estado se ejerce conjuntamente con la población en lo referente a los sistemas y subsistemas medioambientales.

    Un ejemplo elocuente ha sido la campaña de higienización en todo el país cuando se presentó una situación crítica del vector aedes aegyptis; otro ha sido, el interés oficial en resolver en los puertos y ríos que presentan alto índice de contaminación, la creación de grupos de trabajo a nivel de ministerios y de los órganos del Poder Popular para contrarrestar los efectos negativos que pudieran desenlazarse a partir de la proliferación de dichos vectores, por ello, periódicamente en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el tema ambiental está en la agenda de una comisión que atiende el cumplimiento de las orientaciones y directivas comprendidas en dicha política al respecto.

    A lo antes expuesto puede añadirse que hoy día, por estudios realizados, se ha podido constatar que la flora y la fauna se ajustan para vivir en una zona durante el decursar de miles de años, de tal manera que se integra al ambiente de forma natural a través de adaptaciones sucesivas a largo plazo, así, en una zona seca, la construcción de una presa provoca un embalse que al estar sometido a los agentes meteorológicos se producen vaporizaciones grandes donde antes no había, trayendo por consecuencia un incremento de la humedad relativa en la zona y consecuentemente también incremento relativo de las precipitaciones y otros procesos más que influyen en las diferentes manifestaciones de vida existentes; de igual modo, en otras investigaciones realizadas, se ha podido determinar, “cómo el ozono influye sobre la llamada mancha blanca del ajo, la afectación sobre las hojas del tabaco y la invalidación del uso industrial de las fibras del henequén por mermas en sus rendimientos”13.

    En Cuba por ejemplo, durante la época colonial se importaron partidas de camellos para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar; ellos no resistieron la humedad ambiental y padecieron enfermedades; la destrucción de las pezuñas de las patas por la humedad existente; algo similar puede ocurrir a la flora y la fauna al actuarse de manera brusca sobre el microclima de una zona, esto puede estar motivado en el caso de los embalses, por el vertimiento accidental o no, de insecticidas y combustibles entre otros. Los insecticidas al tener un ciclo largo de acción pueden contaminar a los peces y en una cadena llegar a infectar al hombre, ejemplo de ello ha sido el diclorofeniltricloroetano (DDT) -ya en desuso- que al incorporarse por el hombre, se acumula en los tejidos grasos, actúa sobre el sistema nervioso central, provocando gran excitabilidad, debilidad muscular y convulsiones.

    Advertencias anteriores fueron avizoradas por la bióloga marina estadounidense Rachel Carson cuando publica “Silent Spring” (Primavera Silenciosa) en 1962 y alerta sobre la sospecha de que el DDT, al incorporarse a la cadena alimentaria y concentrarse por último en los animales superiores, producía disfunciones reproductivas, tales como delgadez en la cáscara de los huevos de algunas aves, ciertas plagas de insectos desarrollaron también de forma progresiva cepas resistentes al DDT, cuyas poblaciones crecían sin freno mientras las de sus depredadores naturales, como las avispas, eran destruidas por las fumigaciones; por estas razones el DDT ha sido prohibido en muchos países, aunque aún pueda utilizarse en casos de emergencia sanitaria extrema.

    En dicha obra, además de declararse los problemas concretos relacionados con los insecticidas químicos, se elevó al plano teórico -por la autora- varios cuestionamientos ambientales en relación con el carácter de las intervenciones sociales en el entorno natural y la preparación ciudadana para realizar las mismas de forma responsable.

    Entre las cuestiones planteadas en esta obra se destacan “la consideración del problema ambiental como alteración de la naturaleza en su conjunto; el problema del tiempo; la intensidad de los cambios; el choque de la actividad humana con la dinámica de la naturaleza; la limitación de los enfoques científicos para dar cuenta de la problemática ambiental; la necesidad de una conducta humana responsable, lo que coloca el problema ambiental en el terreno del compromiso con el futuro y remite a la obra de esta autora como promotora del principio preventivo”14.

    Caso muy similar ha sido el de Viet Nam, donde las fuerzas armadas de los Estados Unidos produjeron un grave ecocidio. “Las bombas yanquis abrieron veintiséis millones de cráteres, los cuales al llenarse de agua, sirvieron de criaderos de mosquitos y propagaron el paludismo… sin contar que más de dos millones de hectáreas fueron rociadas con defoliantes, que actuaron como yerbicidas y arboricidas, causando la desaparición de mangles, con la consiguiente alteración ecológica para la cría de peces y crustáceos”15.

    De modo general la actividad humana ha producido efectos y alteraciones en los sistemas naturales, algunos positivos, otros negativos; unos reversibles, otros irreversibles; algunos temporales, otros de carácter más permanente; unos inmediatos, otros de larga gestación y maduración; visibles a veces, no fácilmente perceptibles en la mayoría de los casos y a menudo despreciables, pero muchas veces catastróficos para todo género de vida.

    En resumen el Medio Ambiente -y dentro de éste el clima- junto al estilo de vida y el sistema sanitario, según Lalonde (1974), es un factor implicado directamente en el proceso de salud de las personas; por esto resulta necesario tener pleno dominio de los problemas globales, nacionales y locales que afectan al mismo, como una vía básica primaria, para promover conciencia y desarrollar actitudes positivas ante el problema y alcanzar el reto planteado por Chávez (2009): “Este planeta tiene miles de millones de años, y vivió este planeta miles de millones de años sin nosotros, la especie humana; es decir, no le hacemos falta nosotros para que él exista… seamos capaces de hacer de esta Tierra no la tumba de la humanidad, hagamos de esta Tierra un cielo, un cielo de vida, de paz y de hermandad para toda la humanidad, para la especie humana”.16

Notas

  1. Pichs R. Cambio Climático. Globalización y Subdesarrollo; Editorial Juventud Técnica: 2008. p.28 y 31.

  2. Vladimir Ilich, Lenin. Resumen de la correspondencia de C. Marx y F. Engels. 1844/1883. Moscú, 1968, p.398.

  3. Paz L., Pérez R., López C., Lapinel B., Centella A., Pajón J. et al. Universidad para todos. Curso Cambio Climático. Parte 1; Editorial Academia: 2008; p.2 col. 2.

  4. Pichs R. Cambio Climático. Globalización y Subdesarrollo; Editorial Juventud Técnica: 2008. p.12

  5. Fernández-Rubio A. El cambio climático y sus impactos. Energía y tú. Revista trimestral de CUBASOLAR. Nº 50 (abril-junio 2010), col 1y 2. p.15.

  6. Paz L., Pérez R, Lopez C., Lapinel B., Centella A., Pajón J.M. et al. Universidad para todos. Curso Cambio Climático. Parte 1; Editorial Academia: 2008; p.12, 13 col. 1, 2, 3.

  7. Chávez H. El cambio climático no es el único problema que afecta hoy a la humanidad. Tabloide Especial Nº 1; Editorial Juventud Rebelde: 2009, p.6 col 1, 2.

  8. Engels F. El papel del trabajo en el proceso de transformación del mono en hombre. Dialéctica de la Naturaleza. Editora Política. La Habana, 1979. p. 152.

  9. Pichs R. Cambio Climático. Globalización y Subdesarrollo; Editorial Juventud Técnica: 2008. p.138.

  10. Paz L., Pérez R., Suárez C., Lapinel B., Centella A., Pajón J. et al. Universidad para todos. Curso Cambio Climático. Parte 1; Editorial Academia: 2008; p.12. col. 3.

  11. Rodríguez B. La Cumbre de Copenhague fue un fracaso y un engaño a la opinión pública mundial. Tabloide Especial Nº 1; Editora Juventud Rebelde; 2009 p. 18 col. 1.

  12. Rodríguez F. Si queremos salvar el planeta hay que cambiar el sistema de vida insostenible. Panel “Agroenergía” del VI Encuentro Hemisférico de Lucha contra el Libre Comercio y por la integración de los pueblos, en el Palacio de las Convenciones, 4 de mayo de 2007. Tabloide Especial Nº 3; La Habana: Cuba; Editora Juventud Rebelde: 2007, p. 12 col. 1.

  13. Delgado C. J. Hacia un nuevo saber. La Bioética en la revolución contemporánea del saber. Selección de Lecturas: Cátedra de Filosofía. Escuela Superior del PCC “Ñico López”. La realidad medioambiental contemporánea y la Educación Ambiental. Impreso en los talleres de la imprenta “Ñico López” La Habana, 2005; p.133.

  14. Núñez J. Geografía del Campismo. La Habana: Cuba. Editorial Gente Nueva, 1990. p. 12.

  15. Chávez H. El cambio climático no es el único problema que afecta hoy a la humanidad. Discurso pronunciado en la Cumbre de Naciones Unidas, en Copenhague, Dinamarca, el 16 de diciembre de 2009. Tabloide Especial Nº 1. Año 2010. Editado por Juventud Rebelde, col. 4 p. 7.

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