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Propuesta práctica de valoración y control del entrenamiento

 

Maestro: especialidad en Educación Física por la Universidad de Murcia. Graduado en Ciencias

de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Pontificia de Salamanca. Máster

de Investigación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Murcia

Maestro de Educación Física en el C.E.I.P. Micaela Sanz Verde de Archena (Murcia)

Andrés Rosa Guillamón

andres.rosa@um.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          La valoración del entrenamiento proporciona información constante acerca del proceso de entrenamiento, y del estado físico-técnico del deportista. A través de este control, el entrenamiento se convierte en un proceso racional, y favorece que el deportista pueda obtener el mejor rendimiento posible. De esta manera, en el presente trabajo se plantea una propuesta práctica de valoración y control del entrenamiento.

          Palabras clave: Planificación. Periodización. Condición física.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 186, Noviembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    La valoración de la condición física es un componente relevante en el control del entrenamiento. La finalidad del control del entrenamiento es proporcionar una información constante acerca de los efectos del trabajo realizado durante este proceso, y del estado físico-técnico del deportista (González Badillo & Rivas, 2002). A través de este control el entrenamiento se convierte en un proceso racional, y se obtiene una mayor cantidad y calidad de información que facilita a entrenadores, preparadores físicos y deportistas una serie de estímulos adaptados a las necesidades del deportista, y obtener así el mejor rendimiento.

    La valoración del entrenamiento implica una forma de medida. Una medida adecuada es una tarea compleja en el ámbito deportivo, y es necesaria para realizar tanto un diagnóstico preciso como un seguimiento del proceso desarrollado.

    La valoración de la condición física persigue una serie de objetivos (González Badillo, Ribas & Ribas, 2002):

  • Controlar el proceso de entrenamiento.

  • Valorar la relevancia de las distintas cualidades físico-técnicas en el rendimiento específico: varianza explicada.

  • Definir las necesidades de cada cualidad física dentro de la condición física general.

  • Definir las potencialidades y debilidades del perfil del deportista.

  • Verificar la relación entre los progresos en las distintas cualidades físicas, y el rendimiento específico: relación entre cambios.

  • Predecir en la medida de lo posible los resultados.

  • Prescribir el entrenamiento más adecuado en función de: a) Las necesidades de las distintas cualidades físicas en la disciplina deportiva y del propio sujeto; b) Los resultados de los test realizados hasta el momento.

  • Valorar la influencia de unas cualidades físicas sobre las demás.

  • Discriminar entre deportistas del mismo y de distintos niveles deportivos.

    Cuando se plantea la realización de mediciones de la condición física, se deben de tener en cuenta una serie de consideraciones:

  • Se debe de tener muy claro qué es los que se pretende medir: fuerza, resistencia, velocidad, etc.

  • Se debe de asegurar que el instrumento de medida posea fiabilidad, validez, constancia y precisión adecuadas, de manera que cada magnitud de la cualidad o fenómeno que se mida reciba una valoración idéntica en todos los momentos en que sea utilizado.

  • Considerar las circunstancias en las que se realiza la medición: temperatura, hora, calentamiento previo, actitud del deportista, etc.

  • Conocer los mecanismos de producción de fuerza, velocidad, resistencia, potencia, etc., y la relación entre estas cualidades y el rendimiento deportivo. También, se debe de considerar la sensibilidad de los test realizados a los cambios fisiológicos y técnicos producidos por el entrenamiento, y la influencia que tiene en los resultados la similitud entre el test y la tipología del entrenamiento realizado.

  • Los grupos musculares, movimiento, velocidad y tiempo de aplicación de la prueba deben ajustarse lo máximo posible a las características del gesto específico, de manera que los resultados obtenidos sean representativos del tipo de cualidad física que se requiere en una especialidad deportiva específica.

    A partir de las consideraciones anteriores, en el presente trabajo se plantea una propuesta práctica de valoración y control del entrenamiento.

2.     Pruebas de valoración y control del entrenamiento

a.     Valoración de la composición corporal del deportista

1.     Peso corporal (kg). El deportista deberá vestir pantalón corto y camiseta de manga corta, estar descalzo, distribuyendo el peso sobre ambos pies, mirando al frente, con los brazos a lo largo del cuerpo, y sin realizar ningún movimiento. Se realizarán dos medidas y se registrará la media de ambas.

2.     Talla (cm). El deportista, descalzo, de pie y erguido, con los talones juntos y con los brazos a lo largo del cuerpo. Los talones, glúteos y parte superior de la espalda en contacto con el tallímetro. La cabeza deberá estar orientada quedando en un mismo plano horizontal la protuberancia superior del tragus del oído y el borde inferior de la órbita del ojo (plano Frankfort). El deportista deberá inspirar profundamente y, manteniendo la respiración se realizará en ese momento la medición tomando como referencia el punto más alto de la cabeza, quedando el pelo comprimido. Se realizarán dos medidas y se registrará la media de ambas.

3.     Perímetro de cintura (cm). Se realizará la medición con el deportista vistiendo pantalón corto, de pie, con el abdomen relajado y con los brazos cruzados sobre el pecho. Desde esta posición, se rodea la cintura con una cinta métrica no extensible. La medición se llevará a cabo en el nivel más estrecho, entre el borde del costal inferior (10ª costilla) y la cresta ilíaca, al final de una espiración normal y sin que la cinta métrica presionase la piel. Se registrarán dos medidas no consecutivas y se obtiene la media.

4.     Pliegue cutáneo del tríceps (cm). Empezará cuando el deportista adopta la posición correcta. La medida del pliegue cutáneo no debe ser tomada en el lado dominante del deportista (esto significa que, cuando alguien es diestro el pliegue cutáneo se medirá en el lado izquierdo). La medida no debe hacerse sobre la ropa. El punto medio-superior del brazo es la mitad de la distancia entre el acromion (la protuberancia ósea más lateral de la parte posterior del hombro) y el olécranon (la estructura ósea que destaca cuando el codo se dobla). El examinador estará detrás del deportista y cogerá el pliegue cutáneo alrededor de 1 cm por encima de la marca del punto medio sobre el músculo del bíceps, formándose un panículo paralelo al eje longitudinal de brazo. La pinza del plicómetro deberá ser aplicada en ángulo recto al "cuello" del pliegue justo debajo del dedo índice y del pulgar sobre la marca del punto medio. Mientras se pellizca el pliegue cutáneo, el examinador suavemente permitirá que las pinzas del plicómetro se cierren y presionen el pliegue durante dos segundos antes de tomar la lectura. Se realizarán dos medidas no consecutivas y se anotará la media.

5.     Pliegue cutáneo subescapular (cm). Empezará cuando el deportista adopta la posición correcta. La medida del pliegue cutáneo no debe ser tomada en el lado dominante del deportista (esto significa que, cuando alguien es diestro el pliegue cutáneo se medirá en el lado izquierdo). La medida no debe hacerse sobre la ropa. El pliegue cutáneo subescapular se tomará en diagonal, inferolateralmente inclinado unos 45º respecto al plano horizontal de las líneas de división natural de la piel. El sitio está justo por debajo del ángulo inferior de la escápula. El deportista estará cómodamente erguido, con las extremidades superiores relajadas a los lados del cuerpo. Para localizar el sitio, el examinador palpará la escápula, desplazará los dedos hacia abajo y lateralmente, a lo largo de su borde vertebral hasta identificar el ángulo inferior. Las pinzas del plicómetro se aplicarán a 1 cm infero-lateral del dedo índice y del pulgar. Se realizarán dos medidas no consecutivas y se anotará la media.

b.     Valoración de la capacidad aeróbica (determinación del consumo máximo de oxígeno- VO2máx)

Test de ida y vuelta de 20 metros (segundos). En una zona delimitada por dos líneas separadas a una distancia de 20 metros, el deportista tiene que realizar un test de carrera de una línea a otra, haciendo el cambio de sentido al ritmo indicado por una señal sonora emitida por un equipo de audio que iba acelerándose progresivamente. La velocidad inicial será de 8,5 km/h y se incrementará en 0,5km/h/min (2 min = 1 palier) (Ver tabla 1). La prueba se interrumpirá cuando el deportista sea incapaz de llegar por segunda vez consecutiva a una de las líneas con la señal de audio. De lo contrario, será interrumpida debido a la fatiga del deportista. Esta prueba solo se realizará una vez.

Tabla 1. Determinación de los paliers de la prueba

    A partir del test de 20 metros de ida y vuelta se puede determinar el VO2máx, a través de la velocidad de carrera que alcanzó el deportista en el último periodo que fue capaz de soportar, con las siguientes ecuaciones:

VO2máx (ml/kg/min) = 5,857 x Velocidad (Km/h) – 19,458

    Con deportistas jóvenes de entre 8 y 19 años de ambos sexos se puede utilizar la siguiente fórmula:

VO2máx (ml/kg/min) = 31,025 + (3,238 x V) – (3,248 x E) + (0,1536 x V x E).

c.     Valoración de la capacidad aeróbica (determinación del umbral anaeróbico)

Test de Conconi (Conconi et al., 1996). En primer lugar se realiza un calentamiento de 15 a 20 minutos, sobre una pista de atletismo y a una velocidad establecida, los deportistas entrenados a 1 minuto cada 200 metros y los menos entrenados 70 segundos cada 200 metros. Luego cada 200 metros se procede a incrementar la velocidad, se reduce el tiempo en unos 2-3 segundos. Cada 200 metros se debe anotar la frecuencia cardiaca y el tiempo de carrera (basta con tener un cronómetro y un pulsómetro).

    Se prosigue con los incrementos hasta llegar al agotamiento, que sucede a los 12-16 aumentos de la velocidad, o a los 2400-3200 metros, unos 10-12 minutos. A partir de los datos obtenidos se puede obtener una gráfica frecuencia cardiaca-carga (velocidad de carrera) que relacione los valores. Se puede trazar una línea recta y ver el punto de inflexión, que será la velocidad crítica, donde la frecuencia cardiaca deja de aumentar proporcionalmente a la carga. También se pueden establecer los niveles del deportista a través de los datos obtenidos en esta prueba (Ver tabla 2).

Tabla 2. Niveles del deportista

d.     Valoración de la potencia anaeróbica

Test anaeróbico Wingate en cicloergómetro (Bar-Or, 1993). Esta prueba comienza con un calentamiento de 13 minutos, tras el cual se introduce una carga en el cicloergómetro y desde parado se realiza una cuenta tras de 5 segundos, tras los cuáles comienza la prueba. El test requiere de un pedaleo con los miembros inferiores o superiores, durante 30 segundos, a máxima velocidad, contra una resistencia constante. Es importante concienciar al deportista de que se pretende saber cuál es la máxima aceleración (el tiempo que tarda en llegar al máximo) que se quiere que sea inferior a 5 segundos. Por tanto, es una prueba que debe ser máxima. Esta resistencia es determinada de antemano, para obtener un rendimiento supramaximal, que supere de 2 a 4 veces la potencia aeróbica máxima, y que induzca a un intenso desarrollo de fatiga casi inmediata.

    El test consta de las siguientes partes:

  1. El deportista empieza progresivamente a aumentar su potencia hasta llegar al máximo (se valora el tiempo que se tarda en llegar al máximo).

  2. Interpretar el valor de la potencia máxima.

  3. Se observa cómo va descendiendo la potencia a lo largo del test hasta acabar los 30 segundos (cualidad del índice de fatiga).

  4. Se da una cuenta atrás durante los 5 últimos segundos intentando conseguir que el deportista se exprima al máximo en la bicicleta. Al final de la prueba se valora la potencia mínima.

e.     Valoración de la fuerza máxima

Test de fuerza máxima (1RM). Según Pérez Caballero (2003), en esta prueba es necesario realizar un calentamiento general de 10 a 12 minutos, seguidamente se realizará con una carga muy liviana (30-40% de 1RM) 2 series de 12 a 15 repeticiones recuperando entre ambas un minuto. A partir de la carga del calentamiento específico se ejecutarán (con una progresión que variará entre los 2 y 10 kilos dependiendo del deportista testado y del tipo de ejercicio), 2-3 repeticiones recuperando 1 minuto entre los cambios de carga. Cuando se empiece a percibir, en el deportista testado, cierta dificultad para movilizar la carga se le indicará la realización de una sola repetición y se aumentará la recuperación a tres minutos. Se progresará con esta dinámica hasta el final que será cuando el deportista supere la carga una sola vez.

    El número de repeticiones máximas que se pueden realizar con una carga aumenta conforme disminuye ésta. McDonagh y Davies (1984) indican unas equivalencias entre el valor de RM y el porcentaje respecto a la carga máxima (Ver tabla 3).

Tabla 3. Equivalencias entre el valor de RM y el porcentaje respecto a la carga máxima

f.     Valoración de la fuerza explosiva

Test de Squat Jump (Bosco, 1994). Se trata de efectuar un detente partiendo de una posición semiflexionada (flexión de rodillas de 90º) sin movimiento hacia abajo (Ver tabla 4). El movimiento debe efectuarse con las manos sobre las caderas y el tronco recto. El Squat Jump (SJ) consiste en la realización de un salto vertical máximo partiendo de la posición de flexión de piernas de 90º, sin ningún tipo de rebote o contramovimiento. Los miembros superiores tampoco intervienen en el salto puesto que las manos deben permanecer en la cadera desde la posición inicial hasta la finalización del salto. El sujeto en la fase de vuelo debe mantener el cuerpo erguido, las piernas extendidas y pies en flexión plantar efectuando la caída en el mismo lugar de inicio, con los brazos fijados en la cadera.

Tabla 4. Squat Jump

g.     Valoración de la velocidad-agilidad

Test de 4x10m (seg). En esta prueba es necesario realizar un calentamiento de 8-10 minutos compuesto por ejercicios de movilidad articular (5 minutos) y carrera continua (3 minutos). En una zona delimitada por dos líneas separadas a una distancia de 10m, el deportista tiene que realizar un test de correr y girar a máxima velocidad desde una línea a otra (4x10m) cruzando ambas líneas con los dos pies. Se enumerará en voz alta cada uno de los cuatro tramos de 10m. No se permitirá deslizar y se suspenderá el ensayo si el deportista resbala en algún momento. Se realizarán dos ensayos, previo descanso, registrándose el mejor de los resultados.

h.     Valoración de la capacidad de aceleración

Test de velocidad de 20 metros. Consiste en recorrer 20m hasta llegar a una línea, en la que entrará en máxima velocidad, empezando a contar el tiempo hasta que recorra los 40m. Esta prueba permite establecer niveles en los índices de velocidad del deportista.

Tabla 5. Índices de velocidad

i.     Valoración de la resistencia a la velocidad

Test de Balsom (Balsom, 1993). Previa realización de un calentamiento, se recorrerá a la mayor velocidad posible un triángulo (A-B-C) de 9,1 metros de lado (circuito de sprint) (Ver tabla 6), posteriormente se dispone de 42 segundos de descanso activo realizado en un circuito de recuperación ubicado junto al triángulo. Este circuito será repetido 20 veces consecutivas por el jugador. Para la valoración del resultado se procede a la medición del tiempo de todos y cada uno de los 20 recorridos realizados en el triángulo. Posteriormente se realiza la media de los tres mejores registros y se resta de cada uno de los tiempos cronometrados. Por último, los datos obtenidos se suman para obtener el valor del decrecimiento del rendimiento. La interpretación de este último dato tendrá en cuenta que cuanto menor sea su valor, más similitud existirá entre el primer y último registro, por tanto menos habrá decrecido el rendimiento y en consecuencia mejor será el rendimiento de la resistencia a la velocidad.

Tabla 6. Circuito de sprint y recuperación

j.     Valoración de la flexibilidad

Test de dedos-planta. Se realizará un calentamiento previo (10-15 minutos) a partir de carrera continua, movilidad articular, estiramientos suaves y estiramientos específicos. Una vez realizado el calentamiento, el individuo se colocará sentado apoyando la cabeza, la espalda y la cadera en la pared, con la cadera flexionada en ángulo recto con respecto a las extremidades que se encuentran extendidas y juntas. Se coloca el cajón por el costado más ancho en contacto con los pies (90º de angulación del tobillo). Extiende las extremidades superiores hacia delante, colocando una mano sobre la otra, en pronación, a la altura de la regla, sin perder el contacto de la espalda con la pared. El examinador sitúa el punto cero de la regla, en relación a la punta de los dedos de la mano que están más próximos al cajón.

    El deportista a la señal de listo-ya podrá a empezar a realizar la prueba. Tiene que flexionar el tronco hacia delante con un movimiento suave y progresivo, a la vez que desliza su mano sobre la regla, para llegar con la punta de los dedos lo más lejos que pueda. El deportista expulsa poco a poco, el aire mientras realiza la flexión de tronco. La prueba termina con el tronco flexionado hacia delante manteniendo la posición final durante dos segundos para demostrar que ha llegado progresivamente y no de forma brusca.

Bibliografía

  • Balsom, P. (1993). Test de campo par evaluar la capacidad de aceleraciones repetidas de los jugadores de fútbol. Revista de Entrenamiento Deportivo, 7(2), 35-40.

  • Bar-Or, O. (2004) Test Anaeróbico Wingate. PubliCE Standard. 27/02/2004. Pid: 259.
    Bosco, C. (1994). La valoración de la fuerza con el test de Bosco. Colección Deporte y Entrenamiento. Barcelona: Paidotribo.

  • Conconi, F., Grazzi, G., Casoni, I., Guglielummi, G., Borsetto, G., Ballarin, E., Mazzoni, G., Patracchini, M. and Manfredini, F. (1996) The Conconi test: Methodology after 12 years of application. International Journal of Sports Medicine, 17, 509-519.

  • García Manso, J. M., Navarro Valdivielso, M. & Ruíz Caballero, J. A. (1996a). Pruebas para la valoración de la capacidad motriz en el deporte: evaluación de la condición física. Madrid: Gymnos.

  • González-Badillo, J.J. & Ribas, J. (2002) Programación del entrenamiento de fuerza. Barcelona: Inde.

  • González Badillo, Ribas, J. & Ribas, J.J. (2002). Bases de la programación del entrenamiento de fuerza. Barcelona: INDE

  • Léger, L., Lambert, J. (1982). A maximal multistage 20-m shuttle run test to predict VO2max. Eur J Appl Physiol, 5, 77-84.

  • Martínez López, E.J. (2002). Pruebas de Aptitud Física. Barcelona: Paidotribo.

  • Pérez Caballero, C. (2003). Metodología y valoración del entrenamiento de la fuerza. Gabinete de Planificación y Control del Entrenamiento del Servicio de Actividades Deportivas. Murcia: Universidad de Murcia.

  • Santonja, F. & Rodríguez, P.L. (2001). Repercusiones posturales con los estiramientos en flexión de tronco y las pruebas de distancia dedos planta y distancia dedos-suelo. Apunts: Educación Física y Deportes, 65, 64-71.

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