Es tiempo de repensar la enseñanza de la Educación Física en Puerto Rico
	Maestro Escuela Elemental “Julio Seijo” Arecibo (Puerto Rico)	Juan Serrano Mendoza juanmeserra@yahoo.com
	Resumen           Este trabajo tiene como objetivo la reflexión sobre la forma en que se observa la materia de educación física en Puerto Rico y algunas alternativas sugeridas que fomenten repensar su enseñanza y el aprendizaje de los alumnos en la Isla.           Palabras clave: Educación Física. Puerto Rico. Departamento de Educación.
	EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 184, Septiembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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    Hace un tiempo se menciona insistentemente dentro y fuera del escenario educativo puertorriqueño la posibilidad de eliminar plazas de maestros de educación física. Cada momento que pasa, aumenta la incertidumbre entre muchos colegas del campo conscientes de la actual crisis económica por la que atraviesa nuestro País y el recorte de gastos que impulsa el gobierno. Además, ante el cuadro en el que la educación física y los profesionales del campo no formamos parte de los maestros altamente cualificados bajo la Ley Pública Federal 107-110, Sección 1111 “No Child left Behind”(NCLB de 2001) podría observarse que esta movida en efecto se está considerando seriamente dentro de las altas esferas educativas y gubernamentales con poder decisional.

    Nuestra profesión está en peligro de desaparecer y en la actualidad está en una posición cuya defensa acerca del alcance y responsabilidad de esta materia de enseñanza ante la opinión pública, carece de argumentos sólidos que puedan colocar a las autoridades de gobierno a buscar otras soluciones presupuestarias que no atenten contra la educación física. Ciertamente, como maestro en continuo aprendizaje para enseñar la materia académica de educación física, me ocupa reflexionar sobre lo que podríamos estar haciendo o dejando de hacer en el campo educativo, situación que incide en subestimar este campo al extremo de cuestionar su importancia y tal situación conduce a pensar en su posible eliminación del currículo académico.

    Ante este panorama hay varias sugerencias que estimo pertinente enfocar para tener argumentos validos a la hora de defender nuestra profesión.

    Debemos estar constantemente aprendiendo. Uno de los grandes problemas que observo frecuentemente es cómo muchos colegas se conforman con lo aprendido en su tiempo de estudiante, como si el conocimiento llegara a su fin al momento de obtener un grado, peor aún, descansan en los muchos años que llevan en un salón de clase lo que se confunde con la experiencia que sabemos es el cúmulo de situaciones vividas para evolucionar positivamente.

    Los maestros de educación física necesitamos conocer nuestra profesión para que la sociedad la entienda. Una vez el profesional tiene claro hacia donde se dirige entonces cuenta con las herramientas para defender apropiadamente su labor y responder a las necesidades de la sociedad con mayor efectividad. Este dato está ampliamente documentado en la literatura (Amber, 1998; Ramos, 2001; Serrano, 2001; Bird, 1999; Ponce, 2006).

    Es necesario promover la investigación en la sala de clases-Una buena alternativa que justifica nuestra labor como profesionales de la enseñanza es la investigación ya que es una herramienta poderosa que permite innovar, mejorar o cambiar las estrategias, conocer el desempeño de los estudiantes y el nuestro como educadores, entre muchos otros beneficios.

    Repensar la capacitación profesional-La mayor parte de los talleres, adiestramientos y conferencias que recibimos los educadores físicos son excelentes para preparar entrenadores deportivos o para dirigir en torneos comunitarios. Sin embargo, necesitamos adiestramientos dirigidos a ampliar la metodología de enseñanza, integrar nuestra materia con las otras que se ofrecen en el currículo escolar, manejar apropiadamente el salón de clase, redacción y estilo, talleres que fomenten la investigación-acción (Action Research) y de búsqueda de información electrónica relacionada con la educación física.

    Por otra parte, creo firmemente que la educación física debe enfocar en desarrollar buenos hábitos saludables pero es necesario intercambiar impresiones con los estudiantes sobre los beneficios a corto y largo plazo del ejercicio, el descanso apropiado, la alimentación adecuada y el control de su peso corporal como método de prevención de enfermedades por lo que esto representa para lograr mejorar la calidad de vida de un pueblo. Si el alumno crea conciencia sobre la importancia de llevar estilos de vida activos y saludables aún cuando no derive satisfacción por un deporte particular, podría utilizar otras alternativas que entonces permitan al individuo dedicarse a realizar alguna actividad física de su agrado más que nada por la importancia que esto representa en el balance de la vida.

    La formación de valores a través de nuestra profesión es otro punto que me parece estrictamente necesario incluir en esta reflexión. Ponce (2006), menciona cinco aspectos relacionados con este tema que son fundamentales para la vida en sociedad. Estos son:

1. Valores sociales que le facilitan al individuo comprender qué significa ser parte de un grupo o miembro de un equipo.

2. Valores morales que son posturas, parámetros y guías que le facilitan al ser humano distinguir el bien del mal.

3. Valores intelectuales que son posturas, parámetros y guías de razonamiento esenciales al auto evaluarse para ser un mejor ser humano.

4. Valores estéticos para reconocer lo bello y noble en uno mismo y en otros.

5. Valores personales para reconocer elementos para mejorarse uno mismo como persona.

    El deporte y las destrezas motoras podrían ser efectivas en el desarrollo del estudiante siempre y cuando tengan el propósito de facilitar el deseo e interés por participar en actividades físicas que es algo más completo que lo que mencioné al principio sobre el deporte y la motricidad. Debo destacar que mis diferencias con la utilización del deporte y la motricidad como parte del currículo son con la finalidad en que se emplean (aumento en la cantidad de atletas, competencias y mecánica de movimiento) no como parte de las herramientas para el desarrollo efectivo del estudiante (valores, recreación, salud y uso constructivo del tiempo libre).

    Para finalizar, ante el ”juego de ping pong” que tanto el gobierno por años al igual que el Departamento de Educación tiene con nuestra profesión, debemos hacer ajustes inmediatos para que las personas que manejan el presupuesto gubernamental y la sociedad en general conozca y comprenda la importancia de la educación física no únicamente como parte del ofrecimiento curricular sino que puedan verla como una herramienta que fomenta estilos de vida activos y saludables dentro y fuera del escenario escolar y a la vez, debemos concentrar en las acciones tales como darnos la oportunidad de crecer intelectualmente así como dirigir esfuerzos hacia la formación integral del alumno.

    Ponce (2006) expresó que el maestro de educación física es un educador, no un técnico deportivo. Los maestros educan a través de su palabra y de su ejemplo. Debemos estar a la altura de lo que somos para dar a nuestros estudiantes lo que predica la profesión.

Referencias

• Amber, L. (1998). Actitudes de Administradores Escolares hacia el Programa de Educación Física. Tesis de Maestría. Universidad Metropolitana, Sistema Universitario Ana G. Méndez.

• Bird, V. (1999). Enseñando Educación Física. Editorial Logo, Tercera edición.

• Ponce, O. (2006). Educación Física Pedagógica, Tiempo Libre y Calidad de Vida: En Busca de la Efectividad Profesional. Ponce & Sons Publications, Vega Baja, Puerto Rico.

• Ramos, W. (2001). Percepción y Actitudes de los Directores de Escuelas Intermedias de Arecibo hacia el Programa de Educación Física y el Profesional del Campo. Tesis de Maestría sin publicar. Universidad Metropolitana. Sistema Universitario Ana G. Méndez.

• Serrano, J. (2001). Percepción de Grupos Muestrales sobre el Programa de Educación Física y la Actitud de éstos hacia el Profesional del Campo. Tesis de Maestría sin publicar. Universidad Metropolitana. Sistema Universitario Ana G. Méndez.

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