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Héctor Olivera González, bateador designado por excelencia

 

Facultad de Cultura Física

Cienfuegos

(Cuba)

MSc. Meilyn Ramos Rodríguez

MSc. Mercedes Rodríguez González

Lic. Dayana Elena Quesada Hernández

omena@ucf.edu.cu

 

 

 

 

Resumen

          La historia cultural de cada región y de cada localidad es el eje fundamental de la historia cultural nacional; pues los análisis culturales o estudios de cultura implican la historia y el empleo de la misma. El adecuado tratamiento a la historia local como parte de la Historia de Cuba constituye un aporte significativo en la educación de las nuevas generaciones, particularmente en lo que refiere la formación de valores y sentimientos y la asunción de una correcta concepción científica del mundo. Dentro del conocimiento histórico se encuentra el deporte como un fenómeno de carácter social, cultural, educativo y de salud. Y es precisamente lo que aborda este estudio que tiene como objetivo describir los hechos más significativos de la trayectoria deportiva de Héctor Olivera González.

          Palabras clave: Béisbol. Historia. Cuba. Héctor Olivera González.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 183, Agosto de 2013. http://www.efdeportes.com

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Introducción

    La localidad es el medio por excelencia para explicar los conocimientos generales que se aprenden de la historia nacional y verificar el cumplimiento de las leyes del materialismo histórico, sobre la base de las experiencias; a la vez que posibilita su desarrollo integral hacia lo intelectual, volitivo y emocional. Ella brinda la posibilidad de que el alumno palpe la realidad histórica, la sienta cercana a él, la imagine como si la viera e incluso la construya.

Héctor Olivera González

    La localidad puede desempeñar un papel importante como coauspiciador de la memoria histórica. Posibilitando la interacción con las fuentes primarias, el olvido es menos posible y el interés por el conocimiento histórico crece; para ello las visitas al museo, la actividad en o coordinada por la sala de historia, las excursiones, los testimonios de testigos o protagonistas de determinadas acciones, el trabajo con documentos, la realización de investigaciones, son determinantes en la conformación de habilidades que le posibiliten al alumno comprender y actuar en correspondencia con la relación dialéctica pasado- presente- futuro.

    Dentro del conocimiento histórico se encuentra el deporte como un fenómeno de carácter social, cultural, educativo y de salud. El estudio de personalidades del deporte en Cienfuegos es un tema de insuficientes investigaciones.

Desarrollo. Héctor Olivera González

    Nació en Cruces, el 30 de Septiembre de 1953, hijo de Pedro Lázaro Olivera Cuellar y Mirtha Rosa González Sarduy, siendo el mayor de tres hermanos, Lázaro Olivera González y Guillermo Olivera González.

    A los cinco años comenzó sus estudios en la escuela “Carlos Manuel de Céspedes” en Cruces y en el año 1966 con solo trece años realizó las pruebas para ingresar en la EIDE provincial de Las Villas, en Atletismo, luego pasó a la Academia de Santa Clara. Aunque el Atletismo fue el deporte en que se inició, su pasión por el Béisbol fue mayor y después de cumplir todos los requisitos exigidos para ese deporte es incluido en la nómina de los peloteros.

    En su niñez se vio precisado a trabajar en labores agrícolas para contribuir al sustento de la casa, dedicándole sus ratos libres a los piquetes que sus compañeros de barrio formaban.

    Comenzó a jugar Béisbol en el equipo de la escuela Carlos Caraballo. En el primer juego trabajó como pitcher y ganaron contra el equipo de Lajas, además bateó de 3-3.

    Cuando comenzó a jugar en los escolares lo hizo como lanzador destacándose por una veloz recta logrando retirar consecutivamente a catorce de sus rivales por la vía del ponche.

    Transcurría 1967 y el equipo de Vegueros fue la victima de Olivera, quien desde la lomita defendiendo los colores del equipo de Las Villas categoría 13-14 años, lograba el ansiado sueño de todo lanzador, propinar un “No Hit No Rum” o un “Juego Perfecto”, basándose para ello en su bola rápida, retirando por la vía del ponche a 14 rivales. En esa victoria los ganadores respaldaron a su lanzador, Olivera, con una abrumadora ofensiva de 16 hits incluido un jonrón. El propio lanzador bateó de 2-2, anotó 3 carreras e impulsó 2.

    Al año siguiente en la categoría 15-16 años, archiva otra actuación sobresaliente, esta vez frente al equipo “Granjeros”, al retirar consecutivamente a 14 hombres por la vía del ponche; estableciendo un record que nadie hasta entonces había logrado. Esa tarde ponchó a 17 en 7 entradas que duró el juego.

    Para despedirse de las competencias escolares en 1969, cerró con broche de oro su actuación, al propinar otro “Cero Hit Cero Carrera” a expensas del equipo de Matanzas.

    Los quintos juegos escolares fueron testigos de la calidad de este muchacho que, como reza el refrán “Nació para jugar pelota”.

    En el año 1970 el espigado lanzador dentro de las filas juveniles, integró el equipo Cuba que se proclamó “Campeón Mundial Juvenil” por primera vez en torneo efectuado en la ciudad venezolana de Maracaibo, allí regaló otra hazaña, ésta más extraordinaria que las otras. El 10 de Octubre de 1970 en Machiques, a unos 120 Km de Maracaibo, se efectuó el juego de Béisbol entre los equipos de Cuba y Honduras. Ocupaba la lomita de los antillanos Héctor Olivera, un joven y valioso producto de Las Villas, ese día quedó grabado para la historia.

    El cubano, con una efectividad diabólica en sus envíos y con el aplomo y dominio en el montículo, fue eslabonando una silenciosa pero interrumpida cadena de bateadores retirados por su orden hasta llegar a 27, cristalizando así uno de los sueños más anhelados por un lanzador; acreditarse un “Juego Perfecto”, además de retirar por la vía del ponche a 15 de ellos.

    Por su parte la artillería cubana respaldaba a su estelar lanzador con una ofensiva de 19 imparables, incluido 6 dobles, un triple y 1 cuadrangular. El marcador final del encuentro fue de 18 x 0.

Anotaciones por entradas

 

Labor de Héctor Olivera como pitcher

    Al respecto el periodista José Luis Salmerón, en su artículo titulado: “Una hazaña colectiva” comentó:

    “La hazaña alcanzada el sábado por el villareño Héctor Olivera en Machiques, Venezuela, añade un eslabón más a la cadena de éxitos del Béisbol cubano. Pocas veces un atleta tiene un inicio tan brillante, las páginas escritas por Héctor Olivera durante los pocos años que lleva lanzando, ya son dignas de tener en cuenta, y aun más, no pocos jugadores retirados las envidiarían.

    Hay algunos que han visto llegar el ocaso de sus carreras, por cierto estelarísimas, sin haber podido experimentar las emociones que transcurren a partir de la mitad del choque, hasta que se completa el ‘cero hit, cero carreras’ y mucho menos un ‘Juego Perfecto’”.

    En la Oncena Serie Nacional año 1972, está marcado el debut de Héctor Olivera en la pelota grande, siendo una de las figuras jóvenes integrantes del “Staff” de lanzadores de la selección de “Azucareros” que defendió los colores de la provincia. El destacado monticulista de Cruces, aunque se presentó como novato en la “Pelota Fuerte”, es conocido entre la afición al deporte de las bolas y los strikes.

    En aquel momento Olivera tenía 18 años de edad y pesaba 184 libras, su experiencia en el Béisbol era de seis años. Sobre su selección para integrar este conjunto expuso: “Estoy verdaderamente emocionado, y ahora prometo rendir al máximo en el terreno para no defraudar a la afición y darle triunfos a Las Villas”.

    Su actuación en esta serie fue corta ya que solamente trabajó como lanzador una entrada completa, no ganó ni perdió ningún juego y su promedio de efectividad fue elevado 9.00 PCL (promedio de carreras limpias).

    En 1973 como dato curioso, Olivera se encontraba cumpliendo el Servicio Militar en la U/M 1520, la cual contaba con un equipo de Béisbol en el que militaban jugadores de la talla de Sergio Ferrer “Noche Oscura”, Héctor Olivera, entre otros, bajo la dirección de Rafael González “Guantánamo”, este equipo interrumpió la cadena de 10 victorias consecutivas en las series regionales del equipo del CVD, agenciándose el triunfo del Béisbol en la región.

    En la duodécima serie nacional, año 1973, tiene un poco más de participación, como lanzador, trabajó 21.1 innings, ganó un juego y perdió uno, con un promedio de 1.27 carreras limpias permitidas.

    Pero aquel poderoso brazo no sería el protagonista de su mayor alegría, porque aún con 19 años sufría algunas molestias producto de una inflamación por el esfuerzo continuado y aceptó la recomendación de emigrar a los jardines, pues además era un buen bateador.

    Al respecto aparece en el semanario “LPV” del 27 de Mayo de 1973 el siguiente artículo:

    “La presencia en el bosque derecho de Héctor Olivera constituye otra de las agradables sorpresas que presentaron los campeones nacionales en esta serie, decisión tomada por el manager Pedro Pérez. Héctor no descarta la posibilidad de lanzar y por ello mantiene el entrenamiento como lanzador, no hay dudas que el joven ha cubierto un hueco muy grande desde que el mentor Pedrito Pérez tuvo que sacar al “Duke” Hernández de los bosques, para colocarlo en la rotación de abridores. “Estos son los pequeños detalles que hacen grande a un equipo, cada jugador rinde donde lo sitúan”.

    Su actuación en esa serie como bateador fue más prolongada ya que 159 veces fue al bate, conectó 47 hits con un promedio ofensivo de 296.

    Su primer hit en series nacionales se lo conectó a Eduardo de la Torre, en conteo de 2 bolas sin strike, jugando en el estadio “Pablo Avelino” de Cárdenas, aquella tarde fue designado para jugar el LF y bateo de 4-3.

    Todavía esporádicamente sube la lomita pero nuevas inflamaciones en su brazo de lanzar le indican que lo mejor es dejarlo definitivamente.

    Ya instalado en los jardines empieza a dedicarle al bateo gran parte del tiempo, mientras que su peso corporal aumentaba aparejado a su calidad ofensiva.

    De acuerdo a dicha situación, Olivera expresó, “Siempre bateé bastante bien, pero cuando decidí retirarme hasta los jardines, comprendí la necesidad de dedicarle muchas horas al cajón de bateo. Verdaderamente batear me apasiona y mientras más práctico mejor me siento y con más confianza”.

    Como entrenadores tuvo muchos de los cuales estuvieron vinculados todos en su destacada actuación, pero fundamentalmente Pedro More entrenador en la EIDE, otros de estos fueron Lázaro Terry en Cruces, Fermín Márquez, Pedro Pérez, Sergio Borges, Eduardo Martin, José Zayas, Mayito Sala, quien lo llevo al Mundial del año 1970 en Venezuela.

    No olvida Olivera mencionar a Pedro More, su entrenador en la EIDE cienfueguera, quien lo ayudó mucho y contribuyó a formar peloteros de la talla de Pedro Jova, Alberto Martínez y otros.

    Olivera obtuvo muchos resultados sobresalientes durante su trayectoria en el Béisbol, ejemplo de esto, fue Campeón Mundial en el año 1970 en Venezuela, en el 1973 Campeón Nacional , formando parte del equipo de Azucareros, en el 1980 Campeón Mundial de mayores en Japón, siendo éste el que lo llevó a la gloria, obtuvo el Segundo lugar, medalla de plata, en la 5ta Copa Intercontinental en Canadá en el año 1981.También participó en diferentes eventos y competencias obteniendo los mejores resultados.

    Para Héctor Olivera, la temporada de 1983-1984 fue la última defendiendo la camiseta del equipo de Cienfuegos como jugador, su rendimiento ofensivo fue disminuyendo lo cual lo excluyó del equipo de Las Villas ese año, y luego del equipo de Cienfuegos, alejándose definitivamente por decisión propia del Béisbol.

    Después de abandonar el Béisbol como atleta activo se incorporó a trabajar en el CAI “Martha Abreus” del municipio de Cruces durante un tiempo. Posteriormente se trasladó a trabajar en los centrales Mal Tiempo, Ciudad Caracas y finalmente CAI “Carlos Caraballo” donde realizó todo tipo de labor, hasta que es llamado nuevamente del INDER en el año 1997, esta vez como entrenador de equipo de la categoría infantil en su tierra natal, donde rápidamente se aprecian resultados en su labor al ocupar el primer lugar en el Campeonato Provincial de ese año.

    Como una nueva y justa política de la dirección de INDER, se comenzó a reconocer a las figuras del deporte nacional y efectuarse el retiro oficial del deporte activo.

    Fue así que el 12 de Marzo de 1998, en el estadio Municipal “Martín Dihigo” de Cruces, en ocasión de la 37ª Serie Nacional de Béisbol, y con el enfrentamiento de los equipos de Sancti Spíritus y Cienfuegos, se efectuó el retiro oficial del deporte activo de Héctor Olivera González en presencia de su público que tanto lo admiró y lo respetó, como un digno hijo que tanta gloria dio al territorio.

    En mayo de 1999 fue invitado por el Comandante en Jefe y recibido en el Consejo de Estado al efectuarse el segundo partido frente al equipo de los afamadas “Grandes Ligas de los EEUU”, Los Orioles de Baltimore.

Eventos en los que participó

  • 5º Campeonato Mundial Juvenil. (Venezuela 1970)

  • Tope amistoso menores de 23 años. (México 1973)

  • Mundial de mayores. (Japón 1980)

  • Tope amistoso. (Equipo Las Villas) (Nicaragua 1980)

  • 5ª Copa Intercontinental. (Canadá 1981)

    Héctor Olivera siempre ha sido de carácter reservado, pero muy observador, mantiene buenas relaciones con sus compañeros de equipos entre los que se puede mencionar a: Pedro José Rodríguez (Cheito), Lorenzo Valdés Pino, Pedro Paulo Pérez, Leonel García, Antonio Muñoz, Aquino Abreu, Sergio Ferrer (Noche Oscura), Pedro Palacio, Pepe Zayas, entre otros.

    Actualmente Olivera es un ateta retirado y se desempeña como entrenador de bateo de la preselección del equipo de Cienfuegos. Como entrenador ha obtenido buenos resultados, entre los que se puede destacar el título de campeón provincial en la categoría 11-12, campeón nacional en la categoría 9-10, el 7º, 3º y 8º lugar en la Serie Nacional con el Equipo de Cienfuegos.

    También estuvo cumpliendo misión internacionalista en Venezuela por dos años donde nuevamente se destacó en la formación de nuevos peloteros dando lo mejor de sí.

    En lo personal contrajo matrimonio con Caridad Amaro Pavón, natal de Santiago de Cuba quienes tuvieron diez años de relación y con quien tuvo un hijo, Héctor Olivera Amaro, el cual al igual que su madre reside en Santiago de Cuba, juega como segunda base en el equipo de esa provincia y representa a Cuba en juegos internacionales en el equipo CUBA.

    Héctor Olivera es una persona con muchas cualidades y valores, de gran inteligencia, grandes relaciones como ser humano y como atleta, poco comunicativo, pero muy sincero, honesto, disciplinado, de carácter fuerte y en ocasiones introvertido, con mucho espíritu de sacrificio, lealtad, de profundas convicciones y gran respeto hacia sus compañeros de equipo.

    De él, expresó en entrevista Antonio Muñoz: “Lo conocí como lanzador juvenil en el equipo de Las Villas, cuando llegó a Series Nacionales en Azucareros fue como primera base y jardinero, pero una de las cosas que lo favoreció fue que en Cuba se incluyó el bateador designado y eso fue algo que lo ayudó a desarrollar su carrera deportiva, ya que era un poco lento pero muy buen bateador, yo diría que el bateador designado lo hicieron para él, hizo la selectiva, equipo Cuba. Como persona se puede decir que a pesar de no ser un hombre tan comunicativo tenemos buenas relaciones, es de carácter callado, pero muy observador, de gran inteligencia y grandes relaciones como ser humano. Como atleta ayudó mucho a la provincia de Cienfuegos a la región Central y a nuestro país en el extranjero, si reunimos todas estas condiciones puedo decir que es un buen hombre, ser humano y un excelente compañero de equipo”.

    Sergio Ferrer, refiere que a Héctor lo conoció en el año 1965-1966 cuando comenzó en la EIDE, en la categoría 13-14 y 15-16, después fueron juntos a la ESPA Nacional con la edad de 18 años en los juveniles. Participaron en el campeonato mundial juvenil en Venezuela en el año 1970, donde tuvo un juego perfecto. Después pasaron a la Academia Provincial, antigua provincia de Las Villas-Santa Clara y luego en el año 1972 integraron el equipo de Azucareros, en el cual quedaron en primer lugar y dos en terceros. Después él integró el famoso equipo de Las Villas donde se desempeñó como bateador designado quedando como líder de los bateadores con un AVE.459 y en ese mismo año integró el equipo Cuba y participó en el Mundial de Japón.

    Jesús Manso compañero de trabajo, expresó que Héctor ha sido su compañero de trabajo durante cuatro años y en cada unas de las etapas lo ha sorprendido en su función como entrenador de bateo, demostrando dominio de la actividad y aportando a cada atleta elementos necesarios para eliminar errores. Agregó que es gran compañero, que se puede tratar con facilidad siempre que se tenga paciencia y seas sincero con él. Es sin dudas un artífice de logros que esta dirección y nuestros muchachos estamos obteniendo.

    Pedro José Rodríguez (Cheito) manifestó en entrevista realizada que comenzó a jugar con Olivera en el año 1974, integrando el equipo de Azucareros, en aquella oportunidad era pitcher, como lanzador tenía muchas perspectivas, ya desde la etapa escolar venía desempeñando bien su papel, en los juveniles era un pitcher más hecho, lástima que no pudo continuar por la lesión que presentaba en su brazo derecho al lanzar. Como bateador era muy bueno, parado en el cajón de bateo no había quien tuviera más seguridad que él, era una persona muy flemática y oportuno a la hora que más lo necesitaba el equipo. Su presencia en el equipo beneficiaba tanto a Muñoz como a él, ya que los pitcher estaban obligados a lanzarnos a nosotros y no darnos bases por bolas, pues después le tocaba el turno a él. Como persona expresó que es muy buen amigo y compañero nunca tuvo un si ni un no con él y siempre está cuando lo necesitas ya sea en el ámbito laboral como en lo personal.

    En entrevista a Pedro Jova, compañero de equipo en las categorías escolar, juvenil y en el equipo Las Villas, expresó que Olivera fue un buen compañero de equipo, mantenía buenas relaciones humanas, respetuoso, siempre estaba solo, de carácter introvertido. Comenzó como lanzador y conquistó la gloria en esa posición desde los escolares hasta los juveniles, luego cambió de posición por una lesión en su brazo de lanzar, como bateador fue uno de los mejores, luego se introduce el bateador designado y le vino como anillo al dedo, dada sus características, que siendo un hombre muy lento había que aprovecharlo a la ofensiva ya que como bateador era excelente y sus resultados fueron a fuerza de batazos.

    Su hijo, Héctor Olivera expresó que para hablar de su padre se necesitarían más de unas horas. En lo personal puede decir que se siente muy orgulloso de ser su hijo. No tiene ninguna queja sobre él, todo lo contrario, en lo que lo ha necesitado siempre ha estado a su lado, desde pequeño le inculcó el amor por el Béisbol y por la patria. En lo laboral ni hablar, cuando se encuentran los dos en el terreno en los choques de las series nacionales, se siente muy contento, lo ve parado en la posición de coach y siente una emoción que no puede explicar a pesar de estar en equipos contrarios. Su trayectoria en el Béisbol le ha servido de mucho porque sabe que en él tiene una figura a seguir.

Conclusiones

  1. Con la aplicación de métodos científicos se puede describir los hechos más significativos de la trayectoria deportiva de Héctor Olivera González, corroborándose la idea a defender de este estudio.

  2. La actividad deportiva de Héctor Olivera durante su etapa escolar y juvenil estuvo caracterizada por propinar dos juegos de “No Hits No Rum” y establecer un record de 14 ponches de formas consecutivas y un Juego Perfecto.

  3. Se le considera un “bateador designado por excelencia” por sus características naturales como bateador, buen tacto, buena fuerza al bate y su seguridad en cajón de bateo, además de ser un hombre muy lento.

  4. Por el prestigio ganado como atleta y como entrenador, por ser un destacado trabajador e impulsor del deporte, es considerado como un ídolo en la provincia y en el país.

  5. Sus resultados más destacados se centran en el Mundial de Venezuela en 1970, Japón en 1980 y en 1981, Canadá.

  6. Es una persona que posee cualidades y valores, de gran inteligencia , grandes relaciones como ser humano muy sincero, honesto , disciplinado, de carácter fuerte y en ocasiones introvertido, con mucho espíritu de sacrificio, lealtad , de profundas convicciones y gran respeto hacia sus compañeros de equipo.

Bibliografía

  • Abrahantes Matuberria, Víctor Hugo. Análisis comparativo del Equipo de Cienfuegos en Series Nacionales de Béisbol. Trabajo de Diploma; ISCF (CF); 1991. 57.

  • Arroyo Mendoza, Margarita y col. (2006). La investigación científica en la actividad física: su metodología. La Habana. Editorial Deporte.

  • Castro Ruz, Fidel (1996). Fidel y el Deporte. Editorial Deporte.

  • Contreras Cabrera, Juan Andrés. Trabajo de diploma. Francisco Cantero Cuesta, representante del deporte revolucionario. Tutora MSc. Mercedes Rodríguez González. 2011.

  • Entrevista realizada por Dayana Quesada a compañeros de Héctor Olivera. Noviembre 2011.

  • Entrevista realizada por Dayana Quesada a familiares de Héctor Olivera Noviembre 2011.

  • Entrevista realizada por Dayana Quesada a Héctor Olivera. Octubre 2011.

  • Frange, Reynaldo. Del Béisbol casi todo. Editorial Deportes. Ciudad de La Habana, 2006.

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