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Elementos implicados en el concepto psicomotricidad. 

Capacidades físicas y cognoscitivas

 

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

Facultad de Santiago de Cuba

(Cuba)

MSc. Leonardo Silva Speck

lsilvas@iscf.ciges.inf.cu

MSc. Edelsys Lligxa Zayas Rodríguez

ezayasr@iscf.ciges.inf.cu

MSc. José Escandón Jústiz

jescandonj@iscf.ciges.inf.cu

Lic. Pedro Enrique Lafaurié Olivares

pelafaurieo@iscf.ciges.inf.cu

 

 

 

 

Resumen

          En los análisis de las capacidades para el desarrollo de cualquier tipo de deporte es inherente la valoración de las capacidades físicas como esencia para erigir el trabajo, así como las capacidades cognoscitivas que de ella depende la integración del accionar del individuo como un todo. En estos análisis psicólogos y profesionales de la cultura física coinciden en el proceso estimulador que debe primar como condicionante para el buen desarrollo deportivo. En este sentido el articulo que se presenta muestra desde las concepciones del desarrollo psicológico y funcional las condicionantes para sus análisis, lo cual permite adentrarse en esta temática con fines de acciones interventivas que propicien en la concreción efectividad de lo que se realiza. Consideramos que la invitación a los análisis parte de la integración a una enseñanza desarrolladora en la educación física adaptada ante la discapacidad.

          Palabras clave: Psicomotricidad. Cualidad físicas. Cualidades cognitivas.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 182 - Julio de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El desarrollo de las capacidades posee dos concepciones en su tratamiento: una, como consecuencia del desarrollo de las habilidades intelectuales (punto de vista psicológico) y otra, como base para el desarrollo de habilidades motrices (punto de vista morfofuncional) (Meinel, 1979).

    Las capacidades se expresan en un proceso biológico externo e interno de relación, su desarrollo está dado sobre la base de las aptitudes y habilidades, y estas tienen en común con las capacidades que son premisas coordinativas del rendimiento que se desarrolla en la actividad.

    Mediante el proceso de enseñanza, el niño adquiere conocimientos; desarrolla hábitos y habilidades; así mismo, en el proceso de dominio de la actividad que se aprende se desarrollan sus capacidades, las cuales quedan como productos cualitativamente superiores del propio desarrollo (Silvestre, 2000; Zilberstein, 2000).

    La asimilación de los conocimientos y habilidades es el resultado “directo” de la enseñanza y el desarrollo de las capacidades correspondientes, resultado “indirecto” que va a depender de los múltiples factores ambientales que encuentre el niño y que se desarrollan en la actividad (Davidov, 1982; López, 2001).

    Al considerar que las capacidades no son innatas sino que se desarrollan en la actividad y constituyen el resultado de la enseñanza, se puede encontrar un contenido y un método de enseñanza apropiado que permitan fomentar el desarrollo de una u otra capacidad al más alto nivel en todas las personas. Lo anterior revela la necesidad de conocer en qué consiste cada capacidad y qué es lo que se debe enseñar atendiendo a ellas.

    A continuación se detallan las capacidades físicas. Estas constituyen fundamento del aprendizaje y perfeccionamiento de acciones motrices para la vida; se desarrollan sobre la base morfológica que tiene el organismo y representan uno de los componentes esenciales para el desarrollo de la capacidad de rendimiento físico del individuo. (Ruiz, 1985; Doval, 1996).

Desarrollo

    El desarrollo de las capacidades físicas está determinado por las posibilidades morfofuncionales del individuo y por los factores psicológicos y ambientales y se dividen en capacidades condicionales, coordinativas y de movilidad.

    Las condicionales son cualidades energético-funcionales del organismo que posibilitan un rendimiento elevado. Se desarrollan como resultado de la acción motriz consciente del ser humano y, al mismo tiempo, constituyen condiciones de esas acciones motrices y de otras por desarrollar. Entre estas se encuentran la fuerza, la rapidez y la resistencia, así como otras complejas que son combinaciones de las tres (Meinel, 1979; Ruiz, 1985; De la Paz y Arcia, 1996; Doval, 1996).

    Las capacidades coordinativas se pueden definir como las de organizar y regular el movimiento. Se interrelacionan con las habilidades motrices y solo se hacen efectivas en el rendimiento ante la actividad, por medio de su unidad con las capacidades condicionales (Ruiz, 1985; De la Paz y Arcia, 1996; Doval, 1996).

    Meinel (1979) considera que el sentido de la coordinación del movimiento desde el punto de vista subjetivo puede calificarse como la capacidad de llevar a cabo organizadamente actos motores, al hacer que el propósito sea realizado de forma eficiente, económica y segura.

    Doval (1996) hace un análisis de estas capacidades coordinativas como sensomotrices que se consolidan durante el desarrollo de la personalidad, las que se aplican, consecuentemente, en la dirección del movimiento inherente a una acción motriz con una finalidad determinada.

    El anterior planteamiento, a la luz de los análisis de la etapa sensomotrices (Piaget, 1935), ha servido de sustento en la valoración del niño discapacitado visual; lo cual permite reconocer la necesidad del trabajo en los períodos de la mayor plasticidad de la corteza cerebral, como condiciones para favorecer un adecuado desarrollo de la orientación y la movilidad en el espacio, la autonomía y la independencia.

    La movilidad (conocida también como flexibilidad) es la capacidad de realizar movimientos articulares con gran amplitud. La misma está en dependencia de los factores morfológicos estructurales, de las articulaciones, elasticidad de los músculos, cartílagos y tendones (Meinel, 1979; Ruiz, 1985; Doval, 1996). A diferencia de las capacidades condicionales y coordinativas, la movilidad no está determinada por factores energéticos, ni del proceso de regulación y dirección de los movimientos (Ruiz, 1985, De la Paz y Arcia, 1996).

    En los estudios realizados por la autora, se comprobó que en los niños con discapacidad visual las afectaciones que se dan en el desarrollo psicomotor tienen su base en la capacidades coordinativa y de relación espacial, razón que amerita profundizar en el análisis de dichas capacidades.

    Al igual que todas las capacidades humanas, las capacidades coordinativas no son innatas; estas se desarrollan sobre la base de propiedades fundamentales que tiene el organismo del hombre y en la interacción con el medio.

    Autores como Meinel (1977); Ruiz Aguilera (1985), Doval (1996), así como De la Paz y Arcia (1996), consideran que las capacidades coordinativas se caracterizan por el proceso de regulación y dirección de los movimientos. Estos interaccionan con las habilidades motrices y solas se hacen efectivas en el rendimiento que se obtiene por medio de su unidad con las capacidades condicionales (fuerza, rapidez y resistencia).

    El desarrollo de las capacidades ha de ser el resultado del alcanzado por el aparato vestibular y otros analizadores (óptico y acústico) que favorecen la coordinación, el equilibrio y la agilidad, el cual se complementa en las edades de 12 a 14 años aproximadamente (De la Paz y Arcia, 1996).

    En este sentido, De la Paz y Arcia (1996) promueven el desarrollo de forma intensa de la capacidad física coordinativa desde los seis hasta los once años de edad. Al respecto la autora de esta investigación es del criterio que al estar presentes estas desde que se adquieren las habilidades motrices básicas (caminar, correr, saltar,...), pueden ser alcanzadas y reforzadas con actividades de acuerdo la edad, mediante la actividad de juego y en la educación psicomotriz del niño.

    Ante la presencia de una discapacidad visual debe ser trabajada las capacidades coordinativas y de movilidad en las edades más tempranas, debido a que en el período que proponen estos autores la adquisición se haría tardía.

    Para desarrollar las habilidades y capacidades coordinativas pueden emplearse ejecuciones en las que se modifique la posición inicial o de partida, la estructura dinámico-temporal (más lenta o más rápida), variación de la estructura espacial de los movimientos, variación de las condiciones externas (obstáculos, objetos) y combinaciones de habilidades o movimientos en diferentes situaciones y ritmo de ejecución.

    La ejercitación sistemática de las capacidades coordinativas (equilibrio, ritmo, reacción, orientación espacial) influye directamente en el desarrollo de diferentes capacidades condicionales (multipotencia) y, a su vez, en una mejor predisposición para el aprendizaje de diferentes actividades motrices (juegos, deportes), lo cual favorece el aprendizaje escolar (lectura, escritura y el cálculo).

    Las capacidades coordinativas se han dividido para su estudio como orienta el esquema siguiente:

    En el caso de una discapacidad visual, es necesario profundizar en las capacidades coordinativas especiales, sobre todo en la orientación, el equilibrio, el ritmo, aunque de acuerdo con estudios realizados por algunos autores (Fraiberg, Ochaíta, Pérez Pereira) estos niños presentan también atrasos en capacidades generales o básicas. Por otra parte, los estudios realizados en Cuba por Oquendo y la propia autora revelan que el desarrollo psicomotor tiene implicaciones en la correcta orientación y movilidad en el espacio.

    De la sistematización que se realiza en el estudio de las capacidades coordinativas se valora que para propiciar la coordinación del movimiento, la regulación tónica, la dependencia hacia un objeto o una acción o tarea es necesario el movimiento coordinado y consciente orientado a alcanzar el fin.

    Lo anterior implica ser consecuente con el concepto de psicomotricidad que se asume en este capítulo, que deben considerarse para el desarrollo de una concepción pedagógica en niños con discapacidad visual.

Conclusiones

    Ante la presencia de discapacidades y como ajuste a las necesidades de los individuos es necesaria la valoración de los elementos a tener en cuenta desde el punto de vista psicológico y morfofuncional que hacen significativa la distinción para la adaptación de las prácticas deportivas y lograr la equidad en los sujetos.

Bibliografía

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