efdeportes.com

Evaluación de Proyectos Recreativos-Deportivos. 

El caso del Proyecto Recreativo del Consejo Popular 

Palatino en el municipio Cerro, La Habana, Cuba

 

*Profesor Titular. UCCFD “Manuel Fajardo”

*Profesora Instructora. UCCFD “Manuel Fajardo”, La Habana

(Cuba)

Dr.C. Jerry Bosque Jiménez*

Lic. Migdalia Santisteban Domínguez**

jbosque@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          El presente artículo tiene el propósito de socializar algunas ideas sobre la evaluación de Proyectos Recreativos-Deportivos, para lo cual se apoya en una evaluación realizada al proyecto recreativo comunitario del Consejo Popular "Palatino" en el municipio Cerro, La Habana, Cuba. La evaluación siguió un diseño, que se concibe como un tipo de investigación aplicada cuya finalidad primordial se orienta a la búsqueda de juicios de valor sobre el di­seño, aplicación y resultados de programas de intervención social que posibiliten tomar decisiones pertinentes y mejorar la aplicación del programa. De tal forma se detectaron los aspectos positivos y puntos débiles del Proyecto evaluado.

          Palabras clave: Recreación comunitaria. Proyectos recreativos-deportivos. Investigación evaluativa.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 181 - Junio de 2013. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    El deporte social, deporte comunitario o deporte para todos, según las más diversas acepciones, la entendemos como la práctica de actividades físicas y deportivas orientadas a la población en su conjunto, sin discriminación de edad, sexo, condición física, social, cultural o étnica, diversa en sus manifestaciones, generadora de situaciones de inclusión, entendiendo al deporte como un ámbito propicio para el desarrollo social.

    Este tipo de deporte, asume y reconoce el derecho a jugar, a moverse, el derecho al placer a través de la actividad física de toda la población, por tal motivo, estas variadas prácticas y formas de actividad física y recreación sana, constituyen un aspecto esencial en el buen uso del tiempo libre y muy importante en la elevación de la calidad de vida, es por ello que hoy, no es solo en los países desarrollados que se le da, cada vez una mayor preponderancia, a la utilización de este medio para elevar la calidad de vida de la población. En los países subdesarrollados y en especial en América Latina, en los últimos tiempos, se ensayan diversas fórmulas en este sentido, pero resulta imprescindible la búsqueda de estrategias que permitan enfrentar una política de desarrollo de la práctica de la actividad física, el deporte y la recreación en función de la promoción de salud con un carácter masivo en las comunidades, que conlleven a la mejoría de la calidad de vida de la población y el buen uso del tiempo libre, como asegura Waichman (1995) pero que al mismo tiempo sean eficientes en el aprovechamiento de los escasos recursos, que se dispone para ello.

    En Cuba, en la actualidad, se realizan actividades físicas y recreativas, que permitan un adecuado uso del tiempo libre, de cualquier comunidad, sea urbana o rural, cosa que es evidente al observar las actividades, tanto en las instalaciones deportivas, como en los lugares de residencia. Teniendo en cuenta la anterior, hoy es todo un reto, para el organismo INDER, llevar a cabo proyectos comunitarios, sobre todo, si tenemos en cuenta que la comunidad, es el eslabón primario de todo proceso parti­cipativo, de esparcimientos, de cohesión interpersonal, de sentimientos com­partidos de todos los miembros de determinados asentamientos como proceso de desarrollo social.

    En el caso del Consejo Popular "Palatino" en el municipio Cerro, La Habana, Cuba, aunque existe un proyecto institucionalizado por el organismo rector, que se les ofrece como herramienta a los promotores y metodólogos de recreación para su desempeño y su preparación de manera eficiente, con respecto a las actividades físicas y lúdicas comunitarias, existe un marcado descenso, no solo en la cantidad de actividades, sino también de participantes. Además es evidente que hoy, no existe un estudio de investigación que nos ofrezca elementos objetivos sobre la evaluación de estos programas, para posteriormente medir los impactos que tienen para la comunidad.

    Es por ello que esta investigación se propuso un acercamiento a la evaluación del proyecto, revisar los nexos que pueden establecerse entre los programas de actividades físicas, recreativas en las intervenciones comunitarias. Una visión de las actividades que trascienda el marco estricto de la simple realización, pudiera ser una alternativa para la difícil creación de los necesarios espacios de concentración y participación donde se involucren activa y comprometidamente los miembros de la comunidad en la transformación de su realidad.

    Se realizó una revisión bibliográfica relacionada con los aspectos que atañen a la fundamentación teórico conceptual para la realización de esta investigación, fue necesario conocer conceptos que a nuestro criterio son importantes para el desarrollo de programas de actividades físicas y recreativas y su implementación comunitaria. Además del análisis e interpretación de los resultados obtenidos de la evaluación del programa que se desarrolla en el Consejo Popular "Palatino" en el municipio Cerro.

Sobre la evaluación de los Programas de recreación

    Los autores Osorio y Rico A (2005) opinan que la evaluación es una tarea fundamental que debería de realizarse como parte integral del proceso de planeación, y es aún más significativa para los programas de recreación, ya que quienes los realizan deben acometer permanentemente la labor de demostrar su valor y mérito para que se justifique continuar realizándolos.

    En cuanto a los Modelos de Diseño de programas, estos autores afirman que “se puede asumir que el hacer la evaluación supone abordar una serie de interrogantes como: ¿Qué estamos intentando lograr?, ¿Qué hemos logrado actualmente?, ¿Qué ha funcionado y que no?, ¿Qué necesitamos hacer para mejorar nuestro desempeño futuro?” (p. 94)

    El Dr. C. Aldo Pérez Sánchez en su obra Planificación y gestión de las actividades físico-recreativas (2008). Plantea refiriéndose al control y la evaluación, que esta etapa “no se desarrolla solo en la parte final del proceso, sino también a lo largo de todo este, comprobándose la efectividad del programa, igualmente se detectan las deficiencia y problemas que pueden presentar las actividades en su realización, así como el cumplimiento de los cronogramas de trabajo, entre los aspectos principales”. (p. 99)

    También asume que el control es una forma de medir y formular nuevos proyectos y programas. A través de él se recolectan los datos y se conoce como se está desarrollando el cumplimiento de los objetivos del programa. Pero distingue las “condiciones para que se desarrolle con efectividad:

  • Ser comprendido por todos aquellos que participan en la gestión y desarrollo del programa.

  • Ser concebido en función del programa y de la organización de los recursos tal como se haya elaborado.

  • Poner en evidencia las diferencias entre lo programado y lo logrado, e incluso debe posibilitar que nos anticipemos a la aparición de esta diferencias, para establecer las medidas correctoras antes que aparezcan.

  • Debe ser lo suficiente flexible para adaptarse a cualquier cambio en el programa.

  • Sus resultados deben tratarse de explicase además de forma escrita y verbal, gráficamente, para que estén a disposición de todos aquellos que necesiten utilizarlos.

  • Debe buscar la participación activa en el de todos los responsables de las distintas áreas del programa.

    Sin control es imposible el desarrollo del proceso y sin evaluación es imposible conocer la efectividad y el cumplimiento de los objetivos propuestos”. (p. 99)

    Otro aspecto importante en la evaluación es el relacionado con la dicotomía de si adelantar estudios de procesos o análisis de impacto. Según los autores Esperanza Osorio y Carlos Alberto Rico (2005) en la obra ya citada, los estudios de procesos son más comunes y pretenden evaluar el éxito del programa por el logro de sus objetivos inmediatos y la medición del nivel de esfuerzo. El análisis de impacto, por lo contrario indaga si el programa está logrando su objetivo global y su misión a largo plazo, siendo significativamente más difícil de implementar porque requiere de datos acerca de los beneficiarios que no son fáciles de obtener y exige la identificación anticipada de resultados y datos que indiquen en qué medida el programa está logrando los objetivos propuestos, lo que usualmente significa que se debe recolectar información sobre los cambios conductuales que se dan como producto de un programa y el impacto de tales cambios sobre quien obtiene los servicios.

    Otros tipos de evaluación son la formativa-centrada sobre los procesos y la sumativa-localizada hacia los resultados. Según estos autores, lo ideal es una combinación de ambos.

    Un referente importante lo constituye Kirsch (1996), para quien los estudios de impacto deben desarrollar cuatro pasos generales:

  • Describir y categorizar los tipos de beneficios derivados de un programa, lo cual requiere la compresión de las metas y objetivos, su contenido y el efecto sobre la conducta o circunstancias directas o indirectas de los beneficiarios.

  • Describir y categorizar los grupos beneficiarios de los programas que reciben cada uno de los beneficiarios

  • Determinar el valor de esos beneficios para cada grupo beneficiario que implica la medición consistente de la magnitud de los beneficios, los beneficios indirectos sobre quienes no participan en le programa etc.

  • Sumar el valor en cada grupo beneficiario y cada beneficio.

    Este autor propone un modelo de evaluación, donde retoma el de Bennet sobre los Programas en Parques, recreación y ocio, e involucra un complejo conjunto de tareas para completar la información de usuarios, procesos, experiencias de ocio, cambios de conducta y beneficios derivados de los cambios conductuales.

    Entre los indicadores de impacto de corto plazo está el nivel de satisfacción de los usuarios con los servicios recibidos o la vivencia tenida, si bien la satisfacción no garantiza que los beneficiarios modifiquen conductas, probablemente es condición necesaria para el cambio; y por tanto para el impacto del programa.

    El modelo de Bennet, siguiendo este autor, se puede adoptar a la evaluación de programas de recreación para determinar igualmente el valor económico de los mismos y adaptar la metodología para demostrar los beneficios, con la conciencia plena de la credibilidad del análisis depende mucho más de la demostración de causalidad que de una simple asociación, ya que establecer la asociación entre un programa y el impacto requiere la conciencia de dos fenómenos que muestren una relación significativa entre ellos, mientras que el impacto o causalidad requiere determinar que una condición modifica los resultados.

    El Dr. C. Aldo Pérez Sánchez en su obra, citada anteriormente, asegura que no se evalúa para justificarse, ni para recibir una buena calificación profesional, sino para conocer mejor el trabajo realizado, la realidad estructural, para descubrir nuevas perspectivas de acción, profundizar en la problemática que nos ocupa y aprovechar al máximo los recursos disponibles.

    Según él, la evaluación debe realizarse en tres momentos del proceso planificación:

  1. Antes de planificar: pensar que va a pasar en cada tipo de actividad.

  2. En el momento de la aplicación del programa.

  3. Con posterioridad a la aplicación del programa y siempre debe ser la más amplia y profunda.

    Diferenciando la evaluación continuada de la evaluación al final o algo antes de la conclusión del programa.

Sobre la perspectiva metodológica de la investigación evaluativa y el diseño

    Desde el punto de vista científico, la investigación evaluativa se concibe como un tipo de investigación aplicada cuya finalidad primordial se orienta a la búsqueda de juicios de valor sobre el di­seño, aplicación y resultados de programas de intervención social que posibiliten tomar decisiones pertinentes. Como investigación constituye un proceso sistemático de recogida y análisis de información fiable y valida sobre un programa. La denominación de “evaluativa” alude a la finalidad para la que se realiza dicho pro­ceso: formular juicios de valor que constituyan el soporte para to­mar decisiones. Así pues, partiendo de esta definición se pueden utilizar tres elementos o parámetros para caracterizar esta modali­dad de investigación social respecto a otros enfoques metodológi­cos: el objeto, la finalidad y el método.

    En relación con el objeto cabe señalar que la investigación evaluativa utiliza el término “proyecto” o “programa” como expresión que permite definir todo plan, proyecto o servicio que diseña, organiza y pone en práctica una serie de acciones dirigidas a la consecución de unas metas. El concepto de “programa” aglutina cualquier tipo de pro­puesta sistemática de estrategias orientadas al logro de unos ob­jetivos. Evaluar un programa o un proyecto significa estimar el grado de ade­cuación de los efectos obtenidos y de los procedimientos utilizados para llevar a cabo unas acciones concretas en relación con las metas que nos hemos propuesto alcanzar al efectuar su planificación.

    De manera general se puede decir que la metodología de la investigación evaluativa sigue las pautas comu­nes a toda investigación científica, desde un punto de vista opera­tivo la concreción de los métodos y procedimientos que conlleva establecer un proceso evaluador exige, previamente, tener en cuenta una serie de cuestiones que condicionan esta elección. Fundamentalmente deberemos precisar los siguientes aspectos:

  • Si el objeto de la evaluación se centra sobre todo el programa o se limita a una secuencia del mismo.

  • La finalidad primordial que promueve el proceso (sumativa - formativa).

  • El momento en el que se produce el encargo al evaluador -ex ante/ex post- de la puesta en marcha del programa.

  • La accesibilidad y disponibilidad de informaciones relevantes sobre los antecedentes y desarrollo del programa.

  • La relación que mantiene el evaluador con el programa (eva­luación interna o externa).

    Teniendo en cuenta estos condicionantes, fácilmente se ad­vierte que la elección de los procedimientos metodológicos en una investigación evaluativa tiene que conjugar el rigor científico con las finalidades y posibilidades que nos permite el programa.

    En todo caso, en la realización de una investigación evaluati­va deberemos distinguir claramente las siguientes fases o etapas: la comprensión del problema, la planificación del proceso, la realización de la evaluación, la toma y seguimiento de las decisiones pertinentes.

    A efectos de una correcta interpretación del traba­jo que presentamos queremos precisar el diseño metodológico que efectuamos de la investigación evaluativa.

    En este trabajo, hemos realizado un diseño que se puede tipificar como preordenado, observacional y no comparativo. El diseño se puede considerar preordenado en tanto que su estructura ha sido plani­ficada previamente con el fin de llevar a cabo el proceso siguien­do las secuencias establecidas. Es observacional dado que, al tra­tarse de una evaluación en el transcurso del desarrollo del programa, no es posible utilizar estrategias y variables sujetas a manipulación lo que determina que la recogida de información deba efectuarse con procedimientos e instrumentos propios de esta metodología.

    Además, según el objeto de nuestra observación, siguiendo la clasifi­cación de Sierra Bravo (1988) hemos realizado: “observación documental, observación mediante entrevista a los sujetos o protagonistas de los hechos estudiados y observación directa, por medio de los sentidos de hechos y realidades presentes, siempre desde una observación simple a las actividades realizadas, es de­cir, de los hechos que se producían espontánea y naturalmente”. (p. 241)

    Fi­nalmente lo encuadramos dentro del grupo de diseños no com­parativos debido a que, dadas las circunstancias del programa, no ha sido posible utilizar grupos de control para estimar el alcance de los resultados.

    Partiendo de este marco, los elementos esenciales del diseño elaborado son los siguientes:

Selección de la información a recoger

    La información que se precisó recoger para llevar a cabo el proceso evaluativo sobre el programa de referencia se estructuró en torno a dos tipos de variables: Variables de Información y Variables de Clasificación.

    A este respecto conviene recordar que el objetivo de nuestra evaluación se pretende centrar más sobre la valoración global del programa en relación con el Plan donde se inserta, más que los resultados concretos obtenidos a través de las actividades desa­rrolladas. Desde esta perspectiva, la información que consideramos interesante recabar se centra sobre los siguientes contenidos:

Variables de información

  1. Información sobre los objetivos específicos del Programa re­lativo a las actividades desarrolladas.

  2. Criterios que se han tenido en cuenta a la hora de formular los objetivos y las acciones a desarrollar con el Programa.

  3. Medios utilizados para la difusión del programa en la población a que iba destinado y criterios utilizados en la selección de los participantes.

  4. Materiales e instrucciones elaboradas en relación con organización y desarrollo de las actividades planificadas.

  5. Procedimientos utilizados en la selección de actividades y de los monitores de los mismos.

  6. Sistemas utilizados para formar a los monitores respecto a los objetivos del programa.

  7. Procedimientos establecidos para la evaluación de las actividades y formas de llevar a cabo su aplicación.

Variables de clasificación

  1. Tipología del Programa: Recreativo, Sociocultural.

  2. Agentes/fuentes de evaluación: Responsables del programa, Coordinadores, Monitores y Participantes.

  3. Características de los informantes: Edad, Situación laboral y Nivel de Estudios.

Instrumentos de recogida de información

    Parte de la información requerida ya había sido recogi­da por los responsables del programa mediante encuestas de opi­nión elaboradas a base de cuestiones abiertas y cerradas al finalizar cada una de las acciones desarrolladas, e informes mensuales de evaluación, rendidos por los responsables. Ahora bien, dadas las limi­taciones de la encuesta, su limitado procesamiento y rigor metodológico consideramos necesario diseñar otros pro­cedimientos que nos permitieran recoger otras informaciones re­levantes de las distintas actividades implicadas con el fin de poder formular una valoración compresiva sobre el programa. Dado que para llevar a cabo esta investigación retrospectiva sobre los proce­sos es aconsejable utilizar técnicas cualitativas, hemos decidido utilizar las técnicas de entrevistas grupales que nos permite recoger informaciones y valoraciones de las distintas actividades y, a su vez, completar y validar los datos obtenidos me­diante las encuestas que los organizadores ya aplicaron.

    Así pues, el plan elaborado asume un enfoque mixto cuanti­tativo-cualitativo mediante el cual pretendemos integrar y con­trastar los datos recogidos mediante encuestas por los responsables del programa y las informaciones reco­gidas directamente por el evaluador mediante entrevistas y discusiones en grupos con distintos miembros de la comunidad. En cierto modo se puede considerar que las encuestas responden a los criterios utilizados por las responsa­bles del programa para realizar su evaluación mientras que las en­trevistas constituyen el procedimiento que el evaluador externo, es decir nosotros, estimamos oportuno para contrastar y recabar las informacio­nes que consideraba necesaria para poder emitir un juicio sobre el desarrollo del mismo. La diferencia de planteamientos y métodos de cada uno de estos procedimientos exige que su presentación y comentarios se efectué de manera separada.

Encuesta

    De acuerdo con la planificación realizada por los responsables del programa, la evaluación de las actividades se llevó a cabo a través de una encuesta anónima, que cubrían los partici­pantes al final de cada actividad. El protocolo utilizado con tal fin fue un instrumento muy sencillo estructurado en dos partes. La primera incluye cuestiones relativas a características de los participantes: lugar de residencia, edad, nivel de estudios, estado civil, número de hijos, situación laboral y actividades de tiempo libre. En la segunda se formulan preguntas en relación con la actividad realizada: medio de información sobre la misma, motivos para su realización, objetivos conseguidos, valoración global de la actividad y sugerencias para actividades futuras.

Entrevistas en grupo

    Nuestro planteamiento como evalua­dores externos ha sido acercarse al programa desde una perspectiva global para lo cual consideramos necesario recabar información sobre todas las fases del mismo utilizando como fuente las actividades directamente y las personas implicada en su diseño, coordinación y realización (responsa­bles, coordinadores, monitores y participantes). Con este fin hemos optado por utilizar la técnica de “entrevistas en grupo” dada la uti­lidad y rentabilidad que dicha estrategia tiene para estimular la “memoria colectiva” y obtener informaciones pertinentes en rela­ción con fenómenos del pasado sobre los que apenas existen re­gistros.

    Una vez que hemos elaborado el pro­tocolo-guía, la siguiente tarea a realizar ha sido seleccionar las per­sonas que formarían parte de los diversos grupos de discusión. Los procedimientos utilizados para ello han sido distintos en función de las actividades. En el caso de los participantes en las actividades el crite­rio ha sido lograr la representatividad de todas las zonas o instituciones donde se han desarrollado actividades y de todos los tipos de actividades realizadas en cada uno de ellos. También se realizó una entrevista a dos directivos del Consejo Popular de Palatino.

    El total de grupos de discusión que se llevaron a cabo fue­ron tres en los que participaron un total de 56 personas que habían asistido a diversas actividades. Respecto a los responsables del programa la entrevista se efectuó con las dos personas más implicadas en el mis­mo y que han tenido a su cargo tanto el diseño como la ejecución.

    Las entrevistas fueron realizadas por dos personas preparadas para ello: un doctor especialista en metodología de la investigación que actuaba como conductor de la entre­vista en grupo y una diplomante que desarrollaba el papel de observadora externa de la sesión. El registro de la información en el transcurso de la entrevista se ha efectuado utilizando los procedimientos listas de cotejo y anotaciones de sentencias y episodios.

Procesamiento y análisis de la información

    Dado que hemos utilizado dos instrumentos distintos para recoger la información sobre el programa -encuestas y entrevistas en grupo- lógicamente también hemos empleado procedimientos diferentes a la hora de efectuar el procesamiento y análisis de la misma. La in­formación recogida mediante encuesta, no se ha codificado median­te un sistema de categorías que permite una trascripción infor­matizada que pueda ser explotada y permita efectuar el análisis de los datos a través de estadísticos des­criptivos y estudios comparativos en función de las variables de clasificación incluidas en el mismo cuestionario.

    Respecto a la información recogida mediante las entrevistas en grupo, una vez evaluadas las sesiones por el personal técnico que las llevó a cabo, se procedió a transcribir los diversos registros para su posterior análisis. Una vez codificada toda información para su análisis se han utilizado fun­damentalmente técnicas de contrastación y triangulación entre las opiniones de las distintas actividades con el fin de lograr eviden­cias en relación con las principales dimensiones y/o variables que constituyen el objeto de nuestra evaluación.

Formulación de los juicios de valor

    Una vez que la información recabada ha sido procesada y los datos han sido analizados, el evaluador se encuentra con la tarea más difícil del todo el proceso: formular los juicios de valor. Para ello, como ya hemos, avanzado en el capítulo introductorio, se juzgó el programa tomando como punto de referencia los cri­terios establecidos a partir de las evidencias obtenidas del análi­sis de la información seleccionada. De ahí que la primera cuestión a considerar sea la calidad de estas evidencias ya que si la información que vamos a utilizar como soporte de los juicios no es válida y fiable estos pueden ser considerados arbitrarios. A este respecto cabe señalar que no toda la información obtenida sobre un programa es de la misma naturaleza y ofrece el mismo grado de certeza. En unos casos son datos empíricos -cuantitativos o cualitativos- los que constituyen el soporte de la misma, lo que indudablemente le confiere cierta objetividad. En otros son opi­niones más o menos contrastadas entre las audiencias las que nos aportan las razones para formular nuestras valoraciones. Nuestro objetivo es seleccionar aquellas informaciones que nos aportan evidencias porque se apoyan en datos objetivos a opiniones contrastadas.

Análisis de los resultados

    Tal como hemos hecho constar en la introducción, el objeti­vo del presente trabajo es la evaluación de este programa concreto que se ha dise­ñado y realizado en el Consejo Popular de Palatino. Tomando este punto de referencia hemos planteado nuestro tra­bajo como evaluador externo desde una doble perspectiva:

  1. Estimar los resultados del programa realizado a través de las actividades en función de los objetivos que se pretendían alcanzar con estas acciones específicas.

  2. Evaluar en qué medida dicho programa ha contribuido a di­fundir y potenciar los fines que justifican las acciones a desarro­llar a través del programa.

    Así pues, utilizamos dos enfoques diferentes para formular nuestros juicios. En el primer caso, se trata de una evaluación de resultados dado que nuestro objetivo es estimar la eficacia que han tenido las actividades respecto a los objetivos previstos. En el segun­do, nuestras estimaciones se dirigen hacia los procesos ya que tra­tamos de valorar si la forma de planificar, realizar y evaluar estas actividades se ha efectuado adecuadamente en función de los fines que se pretenden alcanzar con este Programa.

Los aspectos positivos y puntos débiles

    Así pues, desde una perspectiva general se puede concluir que el programa ha sido eficaz en relación a los objetivos pre­vistos para el mismo, pero que adolecemos de datos para estimar su eficiencia en relación a la promoción de políticas de promoción del uso del tiempo y de mejoramiento de la salud a través de la actividad física. Para evaluar esta dimensión se debería haber planificado y abordado la evaluación del mismo desde otro enfoque.

    De todas formas, al igual que sucede en cualquier otra es­trategia de intervención social, el programa ha tenido sus aspectos positivos y otros puntos débiles que deben ser resaltados, específicamente los puntos débiles se formularon como resultado de las distintas opiniones recogidas en las entrevistas realizadas. De ellos destacaremos los que desde nuestro punto de vista consideramos más importantes:

Aspectos positivos

  1. La puesta en marcha de un programa cuya finalidad es promo­ver la recreación, el correcto uso del tiempo libre y la promoción de salud a través de la actividad física constituye un mérito que siempre debe ser reconocido.

  2. La sensibilidad y conocimiento de la comunidad que han demos­trado los responsables de este programa a lo largo de todo el proceso.

  3. El acierto de orientar el programa hacia el perfil de adultos mayores que demandan atención e incentivos de carácter cultural.

  4. El entusiasmo y expectativas que se han generado en los jóvenes y niños a través de su participación en las distintas actividades.

Puntos débiles

  1. La escasa vinculación percibida por los participantes entre las actividades desarrolladas y los fines del programa.

  2. Los procedimientos utilizados para presentar y difundir el pro­grama en el Consejo Popular.

  3. La poca implicación de los dirigentes del Consejo Popular y coordinadores de zonas.

  4. La selección indiscriminada de participantes en las actividades sin tener en cuenta sus características.

  5. La escasa planificación de los aspectos organizativos y/o recur­sos necesarios para el desarrollo de las actividades.

  6. La poca formación y coordinación facilitada a los monitores en relación con los objetivos del Programa.

  7. Los procedimientos utilizados para monitorear, evaluar y efectuar un seguimiento de las acciones desarrolladas.

  8. Los días y el horario en que se realizan algunas actividades.

  9. Falta de calidad en algunas actividades y repetición de las mismas.

  10. No existe un lugar determinado de conocimiento general para los implicados.

  11. No identifican las actividades como promotoras de un cambio cultural en la utilización del tiempo libre.

  12. La falta de un sistema de evaluación interna y externa cohe­rente a lo largo de todo el proceso del programa.

    De la lectura de estos aspectos positivos y débiles cabe pensar que existe una aparente contradicción entre las valoraciones realizadas. Desde nuestro punto de vista tal contradicción no existe ya que cualquier oferta de estímulos donde no hay nada siempre es bien evaluada, aunque no sea la más idónea. Esto es lo que ha sucedi­do con este programa. Su mayor éxito es haberse realizado. La respuesta a las iniciativas promovidas por la Dirección Municipal de Deporte ha sido entusiasta y ha abierto caminos por los que se debe avanzar.

Conclusiones

    A partir del objetivo general propuesto, presentamos las siguientes consideraciones sobre la evaluación realizada al proyecto recreativo comunitario del Consejo Popular "Palatino" en el municipio Cerro, La Habana, Cuba, a modo de conclusiones.

  • Las personas que participaron en estas actividades manifiestan que la divulgación del programa es insuficiente. Esta falta de in­formación de los participantes se acusa de manera especial en el caso de las actividades de carácter recreativas.

  • Desde el punto de vista de los fines, el ajuste entre las acciones desarrolladas y las demandas y características de las zonas puede ser considerado como parcialmente adecuado. Las personas manifiestan abiertamente que se ha tenido poco en cuenta su opinión al respecto, a pesar de que manifiestan interés por las actividades seleccionadas.

  • La ausencia de procesos de formación de monitores y la es­casa coordinación entre ellos no ha permitido que contribuyeran a inte­grar con eficiencia las actividades que desarrollaban dentro de los obje­tivos del programa.

  • La falta de coordinación e información de las actividades a realizar en cada zona no ha contribuido a que los participantes percibieran las actividades como acciones estructuradas en torno a un proyecto recreativo.

  • La implementación comunitaria de las actividades deportivo-recreativas contempladas en el proyecto, contribuyen al desarrollo de la población objeto de estudio en torno a mejorar su calidad de vida.

  • Los criterios de los promotores de recreación y los directivos del Consejo Popular "Palatino" en el municipio Cerro, consideran que la implementación comunitaria de las actividades deportivo-recreativas, es un paso de avance y de calidad para la integración de la comunidad en el territorio.

Referencias bibliográficas.

  • Esperanza Osorio C y Carlos Alberto Rico A. (2005). “Diseño y Evaluación de Programas de Recreación”. FUNLIBRE. Colombia.

  • Kirsch, (1996). Park and Recreation in the 21* Century, Conference Report.

  • Pérez, A. (2008). Planificación y gestión de las actividades físico-recreativas. Editorial del INDER. Cuba.

  • Sierra Bravo, R. (1988). Técnicas de investigación social. Teorías y ejercicios. Madrid, Paraninfo. Pág. 241.

  • Waichman, Pablo. (1995).Tiempo Libre y Recreación. Un Desafío Pedagógico. Buenos Aires. Argentina.

Otros artículos sobre Educación Física

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 18 · N° 181 | Buenos Aires, Junio de 2013  
© 1997-2013 Derechos reservados