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Efectos de un entrenamiento específico de potencia 

aplicado a futbolistas juveniles según su posición en el 

terreno de juego para la mejora de la velocidad y el salto

 

Facultad de Ciencias del Deporte

Universidad de Castilla la Mancha, UCLM

(España)

Yuri Hernando Hernández Prieto

José Manuel García García

yuri82.hdz.p@gmail.com

 

 

 

 

Resumen

          Los objetivos establecidos para del presente estudio fueron: a) Comprobar en jóvenes futbolistas, según su posición en el terreno de juego, cuáles son los efectos de un entrenamiento específico de potencia, sobre la velocidad y el salto. b) Establecer, si el entrenamiento propuesto, mejora de forma ecológica el rendimiento por puestos específicos, al compararlo con sus iguales que no desarrollan dicho trabajo. c) Determinar, cuál de los grupos conformados por posiciones específicas, se beneficia más del entrenamiento propuesto. Se reclutaron a cuarenta jugadores juveniles españoles con una media de edad de (17.29 ± 0.791), pertenecientes a las categorías preferente y autonómica; se formaron dos grupos, un grupo experimental (P+F), que durante ocho semanas, asociaba al entrenamiento realizado habitualmente en su club, un entrenamiento especial, destinado a elevar los niveles de potencia. El programa se diseñó con cargas específicas de carácter individual, en los ejercicios cargada de potencia colgante, media sentadilla, saltos con carga y saltos continuos de 40-50 cm (Las cargas se establecieron, según el mejor valor de potencia media, luego de una evaluación con pesos crecientes, usando el dispositivo Isocontrol 5.2). Se formó un segundo grupo denominado (F), que solo realizó su trabajo de fútbol habitual en campo; cada grupo, fue sub dividido en relación a las posiciones de los jugadores y a los duelos que más se repiten en el juego: DD (defensores centrales y delanteros), MC (mediocampistas), JB (Jugadores de banda). Las variables evaluadas fueron: el salto contramovimiento con ayuda de brazos (CMJa), la velocidad lineal en 10 metros (V10) y 20 metros (V20) y la velocidad con cambio de dirección en 30 metros (VCD30). Los resultados al final del estudio, mostraron que después el trabajo realizado en todas las posiciones, se eleva el rendimiento porcentualmente en las acciones explosivas, relacionadas con la velocidad y el salto; convirtiéndose estas mejoras porcentuales en significativas a nivel de p≤0.05; los DD (P+F) mejoraron la V10 un 2.5%, en VCD30 un 1.1% y en CMJa un 3.9%; también mejoraron significativamente los JB (P+F) en V10 un 1.01%, y en CMJa un 4.4%. No se evidencio ninguna mejora significativa para los MC (P+F). Por lo tanto se concluye, que el entrenamiento asociado de potencia y fútbol, beneficia el rendimiento de las acciones explosivas, relacionadas con el sprint y el salto, al compararlo con el exclusivo entrenamiento del fútbol y favorece de manera ecológica principalmente a los DD y seguidamente a los JB.

          Palabras clave: Movimientos explosivos. Potencia media. Posiciones específicas. Velocidad. Salto.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 181 - Junio de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En el futbol las acciones, relacionadas con la fuerza en sus manifestaciones de potencia y explosividad, cumplen un papel fundamental en el rendimiento físico en el futbol y han pasado a ser determinantes por su constante aparición en las acciones relacionadas por con el gol (Bompa, 2003). Debido a ello el entrenamiento de la potencia en el tren inferior, es vital para el rendimiento porque permite generar velocidad, adicionalmente es fundamental para realizar rápidos y poderosos saltos, sprints, frenos, cambios de dirección con prontitud sin perder velocidad y manteniendo el equilibrio. Sin embargo, las investigaciones que relacionen, el entrenamiento de fuerza y su efecto por posiciones específicas en el fútbol, no son predominantes en la literatura científica. Consecuentemente no está claro si las exigencias físicas propias del puesto específico, son un factor que altere los efectos del entrenamiento de potencia sobre la velocidad y el salto. En este momento no conocemos estudios experimentales, que mediante un trabajo de entrenamiento de la fuerza, busquen una relación con los puestos específicos, por lo tanto, carecemos de puntos de referencia documentados científicamente, que nos permitan realizar un contraste fiable con nuestros hallazgos.

    Al día de hoy las investigaciones relacionadas con los puestos específicos se centran en comparaciones a nivel descriptivo (mediante test de campo) de las capacidades físicas y su relación con las exigencias requeridas, para cumplir una función específica en el terreno de juego (Jiménez et al, 2008; Hoff et al, 1998; Coceres et al, 2004; Santi María et al, 2007). Pese a ello aún no está claro cuáles son las adaptaciones a nivel físico, que se generan al participar en el juego continuamente en una posición específica, al parecer la categoría en al que compitan los participantes y la edad, son factores que modifican el perfil de rendimiento físico en cada posición. Podemos ver, como en los estudios que han trabajado con una muestra amplia de jugadores, entre alevines, cadetes y juveniles (Gil, et al, 2007; Lago et al, 2011; Soares et al, 2011), se releva la importancia que tiene para los delanteros y los defensores, la capacidad de salto, la velocidad lineal y la velocidad con cambios de dirección. A su vez, los estudios que solo han trabajado con jugadores juveniles sub 20, sub 19 y sub 18 (Rabadán et al, 2007; Ramos, et al, 2008; Santi María et al, 2007), coinciden, en que los defensores centrales, los mediocampistas defensivos y los delanteros, tienen un rendimiento relevante en la capacidad de salto; añaden, que los jugadores de banda sean medios o defensores, presentan un rendimiento alto en la carrera lineal sobre 30 metros; y para los mediocampistas defensivos es importante la velocidad en distancias cortas entre 5 y 10 metros.

    Posiblemente, una de las razones que justifique, que existan resultados contradictorios, sea que la clasificación que se ha hecho de los jugadores como portero, defensas, medio campistas, y delanteros, no discrimina totalmente las exigencias del puesto específico. Por ello estamos de acuerdo con Santi María y col (2007), Rabadán et al (2007), Lago et al (2011) y Ramos et al (2008), cuando separan a los defensores laterales de los defensores centrales y a los mediocampistas ofensivos de los defensivos, o medio campistas interiores y mediocampistas de banda. Esta clasificación se corresponde más con la realidad como lo demostraron Reilly (2003), Barros (2007), Di Salvo et al (2007), al medir las distancias recorridas. Por ejemplo, en cuanto a la distancia recorrida los estudios de Barros (2007), Di Salvo et al (2007) marcan que los defensores centrales recorren de media 9029 ± 860 metros (Barros. 2007); 10267 ± 893m (Di Salvo et al, 2007) mientras que los defensores laterales recorren de media 10642 ± 663 metros (Barros, 2007); 11410 ± 708 metros (Di Salvo et al, 2007) de modo que la mayor flexibilidad táctica de los defensores laterales, respecto a los defensores centrales, que consiste en la necesidad de sumarse al ataque y volver rápidamente a zonas defensivas, desestima, la posibilidad de incluirlos en el mismo grupo. Estos trabajos coinciden en señalar que la posición que ocupa el jugador y sus funciones tácticas, además de afectar la distancia recorrida durante el partido, también afecta las velocidades y los tipos de desplazamiento en los cuales se mueven los jugadores. Sin embargo en el fútbol es muy usual que se den acciones a máxima intensidad que se escapan del análisis realizado mediante el análisis de distancias recorridas, es el caso de los sprints cortos, las aceleraciones, desaceleraciones, cambios de dirección y saltos. Estas son acciones que dependen de la potencia y representan un porcentaje muy alto de los actos reguladores del juego; sin embargo se escapan de este tipo de evaluación (Barbero, et al, 2007).

    Teniendo en cuenta el estado actual de la investigación en este campo, este estudio, se presenta como una propuesta novedosa que incursiona en la relación existente, entre las exigencias físicas propias del puesto específico en el fútbol y el entrenamiento de fuerza con cargas individualizadas, teniendo como propósito; el determinar si la actividad propia de la posición que el jugador ocupa usualmente en competición, modifica el rendimiento en sus capacidades asociadas a la potencia como la velocidad y el salto, al sumar o no trabajo con cargas al entrenamiento propio del fútbol. De modo, que se optó por un estudio de estas características con el fin de dar un primer paso para establecer una conexión, entre las capacidades relacionadas con la potencia y la función específica, que tiene el jugador en el terreno de juego, ya que las exigencias físicas y habilidades, que los jugadores de fútbol requieren, son diferentes de acuerdo a la posición que desempeñan en el campo.

Método

Procedimiento.

    El grupo fue contactado en el mes de marzo de modo que se encontraban en la última fase periodo competitivo y ya había transcurrido más de la mitad de la temporada. Antes del inicio del estudio, se informó a los participantes de las características y objetivos del mismo, solicitando su inscripción. Cada participante diligenció un documento de participación, informado su consentimiento y participación voluntaria.

    Al inicio del estudio, el grupo experimental trabajó una semana de introducción; en dos sesiones de entrenamiento, en las que se familiarizo con los ejercicios con los que iba a desarrollar el entrenamiento, durante la semana siguiente, en la primera sesión de entrenamiento, los dos grupos realizaron las evaluaciones previas al tratamiento correspondientes a las variables del estudio; Salto contramovimiento con ayuda de brazos (CMJa), la velocidad lineal en 10 y 20 metros (V10-V20) y la velocidad con cambio de dirección en 30 metros (VCD30), transcurridas cuarenta y ocho horas el grupo experimental (P+F), desarrolló una evaluación con pesos crecientes en los ejercicios cargada de potencia colgante, media sentadilla y sentadilla con salto, para determinar las cargas donde se encuentra el peso óptimo para el mejor valor de potencia media en cinco repeticiones. Siguiendo las indicaciones de García (2006) se determinó realizar el trabajo con cargas de potencia media y no con cargas donde se expresa la máxima potencia por que según el autor la potencia media es un valor mucho mas estable y reproducible que la potencia máxima.

    Después de cuatro semanas se repitió esta evaluación, con el fin de reajustar las cargas; de igual forma transcurridas ocho semanas, se efectuó la evaluación post test de las variables de velocidad. Se repitió el mismo procedimiento en la evaluación post tratamiento transcurridas ocho semanas. Antes de cada sesión de evaluación, los sujetos realizaron un calentamiento general, basado en movilidad articular dinámica durante 10 minutos, 5 minutos de estiramientos estáticos en la extremidades inferiores (uno de cuádriceps, dos de isquiotibiales, uno de aductores, uno de psoas iliaco) y cuatro aceleraciones cortas de menos de 10 metros. Las variables evaluadas y comparadas entre los grupos fueron, CMJa, V10-V20 - VCD30 y se efectuaron siempre en este orden.

Diseño del Programa de Entrenamiento

  • Duración: Ocho semanas.

  • Frecuencia: cuatro sesiones semanales; dos sesiones de entrenamiento asociado de fuerza y fútbol, más dos sesiones de entrenamiento específico de fútbol

Sujetos

    Los sujetos, objeto de estudio, fueron cuarenta y nueve jugadores juveniles de segundo y tercer año con una edad de 17.29 ± 0.791 años; peso de 68.12 ± 6.84 kg y una talla de 175.67 ± 6.98 cm de las Rozas club de fútbol, que compitieron durante la temporada 2010-2011, en los torneos organizados por la Federación Madrileña de fútbol, en las categorías preferente y autonómica. Todos los jugadores, tenían una experiencia inferior a un año en el trabajo de fuerza, principalmente con máquinas de musculación. La discriminación de la muestra fue la siguiente: Se determinó que G (F) realizara su entrenamiento habitual, cuatro veces por semana más el partido de competición el fin de semana, cumpliendo el rol de grupo control y (P+F) y que G (P+F) realizara el trabajo de potencia dos veces por semana, más su entrenamiento habitual cuatro veces por semana y un partido de competición

Tabla 1. Datos generales de los sujetos objeto de estudio

    A su vez al interior de cada grupo, se dividió a los jugadores en tres grupos, teniendo como criterio de selección, la posición habitual que suele ocupar el jugador en competición; los grupos se construyeron teniendo en cuenta los duelos individuales, que se presentan en mayor medida en el desarrollo del juego, que son los que marcan la tendencia de esfuerzos físicos en el campo, por lo tanto los tres grupos fueron: DD: Defensores Centrales y Delanteros Centro; MC: Mediocampistas ( de este grupo hacen parte los mediocentros, medios interiores y media punta o enganche); JB: Jugadores de banda (de este grupo hacen parte los defensores laterales y los medios de banda). Los grupos para el desarrollo del estudio se definieron de la siguiente manera:

Tabla 2. Datos generales de los sujetos objeto de estudio, por posiciones especificas

Entrenamiento desarrollado por el grupo experimental (P+F)

Contenidos de las sesiones de entrenamiento del grupo experimental

    Cada jugador realizó dos veces por semana, previo al trabajo especifico de futbol, una sesión previa de trabajo con cargas con una duración de entre 20 y 25 minutos. Las sesiones de entrenamiento de martes y jueves se iniciaron mediante el trabajo con cargas; el orden en el cual se ejecutaron los ejercicios fue el siguiente: cargada colgado – media sentadilla – salto cargado – saltos al banco; la dosificación de la carga, para cada ejercicio con carga, fue de cuatro series de cinco repeticiones con dos minutos de recuperación entre series. (Con el peso óptimo se manifiesta la mejor potencia media para cada ejercicio); en los saltos al banco se realizaron tres series de veinte repeticiones, con dos minutos de recuperación entre series, los saltos se hicieron sobre un banco de (40 cm), de la semana uno, a la cuatro y sobre uno de (50cm), de la semana cinco a la ocho. Los participantes estuvieron en todo momento bajo la supervisión de un especialista en entrenamiento de fuerza, que aseguraba la ejecución técnica correcta minimizando el riesgo de lesión. Posterior al trabajo con cargas los jugadores desarrollaron una hora y media de entrenamiento específico de fútbol. Nota: las en las otras dos sesiones de entrenamiento solo se desarrolló entrenamiento específico de fútbol.

Variables del estudio y protocolos de evaluación

Capacidad de salto: Test CMJa

    El jugador se ubica sobre la plataforma de contactos Winlaborat 4.10 fabricada en Argentina por Winlaborat Evaluación Deportiva. Con las piernas ligeramente separadas (15-20 cm de distancia entre ellas), el deportista flexiona las piernas y salta haciendo uso de sus brazos con la toma de impulso que estime conveniente para saltar, lo más alto que pueda; durante su permanencia en el aire, el cuerpo debe mantenerse estirado y el deportista ha de volver a caer en el lugar de partida. Se realizan y registran tres intentos; y se registra el salto con mayor potencia; el jugador realizará un mínimo de tres saltos, con una recuperación de dos minutos entre saltos, si al realizar un cuarto salto mejora sus valores, se le permitirá realizar los saltos que requiera hasta que los valores decrezcan, siempre con dos minutos de recuperación entre saltos, esta determinación se tomó debido a la falta de experiencia que tenía el grupo, con respecto al protocolo en la evaluación; el dato de potencia lo obtiene el software de la plataforma mediante la siguiente fórmula (Tiempo Vuelo) ^ 2) * 1.22625) * 100) / 100 * 9.812) * Peso) 'Potencia.

Test de velocidad lineal 10-20 m (V10-V20)

    El jugador debe realizar un sprint máximo de 20 m de longitud, de forma lineal, en un terreno plano y sin obstáculos, que en esta oportunidad será césped artificial; todos los jugadores ejecutaran el test utilizando botas de fútbol; la salida será en posición de pie un metro atrás del punto cero, con el propósito de no alterar el mecanismo de las foto celdas (Murray et al, 2005; Wong et al, 2010); las foto celdas deben ubicarse a los 10 y 20 metros respectivamente; el jugador escuchará una señal sonora emitida por la interface y después partirá. Para eliminar el efecto de la velocidad de reacción, los tiempos comenzaran a registrarse, justo cuando el deportista corte el haz de luz de la foto celda, en la línea que demarcan tales distancias. Cada sujeto evaluado dispone de tres intentos y el evaluador tomara el mejor dato obtenido como referencia; el jugador dispone de entre tres y cinco minutos de pausa, entre cada intento. Para el registro de los tiempos se utilizará el sistema Winlaborat (2010), con sensibilidad 0,001s fabricada en Argentina por Winlaborat Evaluación Deportiva; cada sensor se situará sobre un trípode a 90 cm del suelo.

Test de Velocidad con cambio de dirección en 30 metros (VCD30)

    Se realiza sobre el recorrido propuesto por Bangsbo (2006) en el sprinter test; consiste en efectuar un sprint máximo entre A y B (34.2 metros), el recorrido contiene tres cambios de dirección de 450. La salida y ubicación de las foto celdas es la mima que se utilizó en la prueba anterior; se tomará el mejor tiempo realizado en tres intentos; el jugador dispone de entre tres y cinco minutos de pausa entre cada intento; el test permite evaluar las acciones explosivas, con cambio de dirección del futbolista, capacidad para frenar parcialmente y arrancar.

Protocolo de evaluación para la asignación de las cargas de entrenamiento en el grupo experimental: Test con pesos crecientes.

    Se realizó un test incremental en los ejercicios: salto cargado, cargada colgado y media sentadilla, en búsqueda del peso óptimo donde se encuentra el mejor valor de potencia media. Se utilizó para la evaluación el encoder rotatorio Isocontrol 5.2 fabricado en España por Quasar control., realizando el ejercicio en series de cinco repeticiones, ya que según Baker et al (2001a), las repeticiones más potentes se encuentran entre la segunda y la quinta repetición. La primera serie, se desarrolló tan solo con la barra, cuyo peso es de 8.4 kg, después se le sumaron 4 kg a la barra, teniendo una carga externa total de 12.4 kg, para el siguiente paso se sumaron 10 kg a la barra, para un carga externa total de 18.4 kg y finalmente se sumaron 14 kg a la barra, para una carga de 22.4 kg. En todas las series se mantuvo un total de cinco repeticiones y media, cada sujeto tuvo un tiempo de recuperación, entre series de cuatro a cinco minutos, el ejercicio se desarrolló en el mismo campo con el peso libre sin ningún tipo de maquinaria adicional; cabe anotar que para el cálculo de potencia en el software, la carga que se introdujo, fue la suma de la carga externa más el peso corporal.

Análisis estadístico

    Para determinar la normalidad de la muestra, se utilizó la prueba no paramétrica de Kolmogorov-Smirnov para una muestra. Se calcularon los estadísticos descriptivos (media ± desviación estándar) de las diferentes variables analizadas, para cada uno de los grupos que componen la muestra. A nivel inferencia, se estableció un nivel de significación de p≤0.05; se utilizo la prueba t de Student para muestras independientes, aplicada entre los grupos, en las evaluaciones inicial y final. Y la prueba t de Student para muestras apareadas aplicada a cada grupo por separado, entre la evaluación inicial y final para determinar, los efectos del los dos programas de entrenamiento.

Resultados

Tabla 3. Estadísticos Descriptivos a nivel general

    A nivel general los resultados muestran que el grupo (P+F) se ve beneficiado porcentualmente en todas la variables, y estas mejoras porcentuales se muestran como significativas a excepción de la V20; por su parte se refleja un perdida porcentual del rendimiento generalizada en todas las variables dentro del grupo (F), sin embargo estas perdidas no son significativas como se muestra en la tabla 4.

Tabla 4. Mejoras porcentuales y significativas a nivel general

    Resultados por variables

Capacidad de Salto CMJa: En un primer análisis podemos decir que el entrenamiento de potencia propuesto mejoro de forma porcentual en todas las posiciones y de manera significativa, en los DD y los JB del grupo (P+F), mientras que en el grupo (F) se dio una mejora significativa en JB y existieron perdidas porcentuales que no fueron significativas; lo que supondría, que simplemente con el entrenamiento específico de fútbol los DD y MC mantienen su rendimiento y los JB elevan su potencia en el salto CMJa. (Tabla 5)

Tabla 5. CMJa. Mejoras porcentuales y significativas entre la evaluación pre y la evaluación post

Velocidad Lineal en 10 (V10): Después de realizar el entrenamiento, podemos inferir que el entrenamiento de potencia produce efectos positivos y significativos en rendimiento sobre V10 en los DD y JB del grupo (P+F), al partir los dos grupos en igualdad de condiciones en todas las posiciones con sus iguales del grupo (F) (Ver Tabla 6.). Es oportuno resaltar que dentro de las posiciones del grupo (F) existió una pérdida de velocidad generalizada en la prueba, siendo esta pérdida significativa en los MC (F), lo que nos lleva a interpretar que para este colectivo es indispensable un trabajo complementario de fuerza con el objetivo de mantener los niveles de rendimiento en V10.

Tabla 6. V10. Mejoras porcentuales y significativas entre la evaluación pre y la evaluación post

Velocidad Lineal en 20m (V20): A partir de los resultados obtenidos podemos deducir que el entrenamiento de potencia propuesto no produce ningún efecto sobre la V20, en ninguna de las posición, y a su vez el entrenamiento específico de fútbol, se muestra como un media efectiva para mantener los niveles de velocidad lineal en 20 metros. (Ver Tabla 7).

Tabla 7. V20. Mejoras porcentuales y significativas entre la evaluación pre y la evaluación post

Velocidad con cambio de dirección en 30m. (VCD30): A la luz de los resultados y en un análisis preliminar, el entrenamiento de potencia produce efectos positivos y significativos en los DD (P+F), al realizar desplazamientos en velocidad sobre 30m con cambios de dirección 1.1% p≤ 0.020, y genera efectos positivos relevantes mas no significativos en MC, y JB (Ver Figura 4- Tabla 8). Es importante resaltar que en el grupo (F) los JB mejoran porcentualmente, DD(F) presentan una perdida relevante que no llega a ser significativa y en MC(F) la perdida si es significativa para. De modo que podemos inferir que el entrenamiento propuesto favorece la velocidad con cambio de dirección en los DD y que el entrenamiento específico de futbol no es suficiente para mantener los niveles de VCD30 en los MC, para la prueba evaluada.

Tabla 8. VCD30. Mejoras porcentuales y significativas entre la evaluación pre y la evaluación post.

Discusión

    García y Mendoza (2006) plantean, que el puesto que el jugador ocupa en competición, es un factor discriminatorio del rendimiento, porque las exigencias propias del juego en cada posición, desarrollan unas características determinadas relacionadas con cuánto y cuándo se aplica la fuerza, velocidad y potencia, en acciones explosivas. Este argumento justifica las conclusiones de Santi María et al (2007) cuando sugieren, que al realizar movimientos deportivos explosivos, la fibras musculares se reclutan y sincronizan de forma distinta y a diferentes tiempos, según el puesto específico.

    En relación a este estudio, el entrenamiento propuesto tiene unas características particulares, en cuanto a los medios y a las cargas utilizadas. El trabajo busca mejorar los valores de fuerza en los primeros ms de cada movimiento, optimizando la relación fuerza velocidad, de tal manera que el deportista, puede darle mayor aceleración a la carga y generar mayor fuerza; en la primera parte de la curva fuerza tiempo (en los primeros 200-250 metros), que es donde se enmarcan las acciones explosivas (Kraemer y Hakkinen, 2006). González Badillo (2002) resalta que la velocidad desarrollada en entrenamientos de fuerza, influye significativamente en la mejora del rendimiento en los deportistas, por ser un factor que afecta la cantidad de fuerza, que puede aplicarse en acciones como sprintar o saltar; porque la intención de aplicar la máxima aceleración, desde el inicio del gesto, permite desarrollar niveles más altos de fuerza al comienzo, mientras, que a medida que progresa el movimiento, se provecha la aceleración aplicada al inicio, para lograr velocidades más altas al final del movimiento.

    El autor señala, que con cargas superiores al 80% del 1RM, existe una incapacidad para modular la fuerza, que va en detrimento de la velocidad. Estas conclusiones, están en consonancia con nuestros hallazgos porque con cargas asociadas a los mejores valores de potencia se mejoraron los valores de velocidad, situación que favorece que mejore por arrastre la potencia. Los efectos de las cargas relacionadas con la potencia, según Sleivert et al (2004) y García y Mendoza (2006) marcan que los valores de fuerza máximos menores al compararlas con las cargas de fuerza máxima, pero la máxima aceleración que se da en los primeros milisegundos del movimiento es mayor, producto de ello la máxima velocidad se obtiene antes, de tal manera que por arrastre la mejor manifestación de potencia se consigue en la primera parte de la curva potencia tiempo. Extrapolándolo al fútbol estas adaptaciones tienen estrecha relación con las exigencias de la competición; que no demanda de los jugadores aplicar su máxima fuerza, por el contrario se busca generar la mayor la fuerza posible al inicio del movimiento en acciones cortas, de tal manera que el jugador imprima la máxima aceleración, y consecuentemente la máxima velocidad se manifieste pronto (Arda, 2007; Arruda et al, 2007; Cometti, 1999).

    Los resultados de nuestro trabajo están en concordancia con estudios en futbolistas, en los que se han utilizado las cargas ligadas a la máxima potencia, como en el caso de Sola (2009), quien demostró los efectos positivos del entrenamiento de la potencia con cargas individualizadas en futbolistas juveniles, el autor obtiene mejoras significativas en 5 metros y ganancias relevantes en la capacidad de salto del 4.21%, tras trabajar con cargas asociadas a la máxima potencia. Haciendo uso de métodos pliométricos, también se han reportado resultados que mantienen una estrecha relación con los resultados de nuestro estudio, tanto en la velocidad como en el salto (Chelly et al, 2010; Meylan et al, 2009). Estos autores argumentan, las mejoras en las capacidades, producto del entrenamiento pliométrico, porque se considera, que este tipo de trabajo, favorece la capacidad contráctil del músculo, sumado a ello trabaja sobre la especificidad, en la reutilización de energía elástica y la velocidad de contracción muscular concéntrica.

    Retomando los resultados de este estudio y analizando los efectos producidos en cada posición al asociar el trabajo de potencia con las adaptaciones propias que se dan producto de las exigencias físicas del puesto especifico en competición, encontramos grandes beneficios en los DD (P+F). En el caso de los delanteros, Metral (2010), Reilly et al (2003), Barros et al (2007), Di Salvo et al (2007), Barbero et al (2007) sostienen, que el patrón de movimiento se caracteriza, por cargas y disputas con cuerpo a cuerpo con sus oponentes, arranques súbitos de muy alta intensidad, con el fin aprovechar o crear un espacio, o moverse buscando la oportunidad de convertir gol y estos esfuerzos se dan bajo condiciones de recuperación casi completas. En el caso de los defensores centrales Soares et al (2011), apuntan, que estos se ven en la obligación de contra restar todas las acciones de los delanteros; adicionalmente se ven inmersos en una gran cantidad de disputas aéreas, producto de los despejes del rival, o acciones a balón parado, tanto ofensivas como defensivas. Estas características, se ajustan perfectamente al trabajo de potencia individualizado propuesto, en el que se buscaba explotar al máximo la fuerza útil, manifestando valores de fuerza lo más altos posibles, en muy poco tiempo, y con tiempos de recuperación suficientes. De tal manera que los resultados positivos obtenidos se justifican por la concordancia entre el trabajo desarrollado y las exigencias, que requieren sus movimientos en competición

    Si nos referimos sobre los efectos del entrenamiento propuesto sobre los MC (P+F), los resultados no son significativos estadísticamente, a pesar de que si se presentan mejoras relevantes, en relación a las exigencias explosivas que de ellos demanda la competición. Según Barros et al (2007) estos jugadores se ven inmersos en disputas aéreas, que les exigen gran capacidad de salto y fortaleza en las disputas cuerpo a cuerpo, adicionalmente al ocupar zonas del campo de juego más congestionadas, muestran patrones de carrera individuales más cortos, siendo su patrón de movimiento habitual, el relacionado con arranques, frenadas; en este estudio, en estos jugadores no se observaron mejoras estadísticamente significativas en CMJa, V10, ni en VCD30. Sin embargo, cabe destacar, que los MC (F) que no desarrollaron el trabajo con cargas, bajaron significativamente su rendimiento en V10, VCD30, lo que nos lleva a intuir, que el entrenamiento de potencia propuesto, puede que no haga un aporte significativo, en el desarrollo de la velocidad lineal y con cambio de dirección en distancias cortas para los MC, pero si se muestra como un factor importante para mantenerlo en niveles elevados.

    Continuando con el análisis de los MC; es probable, que no se hayan obtenido mejoras significativas en CMJa y V10, debido al reducido tamaño de la muestra de MC (MC (P+F=8) que desarrolló el trabajo con cargas. Adicionalmente se puede justificar, que no hayan aparecido mejoras significativas en VCD30, porque la angulación del cambio de dirección y la distancia evaluada, no se corresponden con las ejecutadas por estos jugadores en los partidos (Barros et al, 2007), ellos tras secuencias de presión, repliegue, presión que les demandan encadenamientos de aceleración, frenadas, aceleración, que se suelen hacer en distancias no mayores a 15m y el cambio de dirección se hace en ángulos entre 900 y 1800. De tal forma que para futuras investigaciones sobre esta línea se sugiere evaluar la velocidad en 5 metros, que es una distancia que está más acorde con los esfuerzos explosivos en carrera, que hace un medio campista en fase defensiva.

    Finalmente los beneficios reportados en este estudio por los JB, tras el trabajo con cargas, se alejan un poco de las exigencias de su puesto especifico, en estos jugadores, el juego les reclama, hacer recorridos más largos en sprint y debido a ello, el patrón de movimiento en los cambios de dirección, se relaciona con desaceleraciones menos habituales, pero a mayor intensidad, ya que deben frenar su masa corporal desde velocidades mayores de desplazamiento. Al estar el entrenamiento propuesto, orientado a mejorar la fuerza generada en la primera parte de la curva fuerza tiempo, es normal que no se den mejoras en distancias medias como los 20m donde se requiere ir acelerando la carga, a medida que se desarrolla el movimiento, para expresar la máxima fuerza, en un periodo de tiempo más largo. Por lo tanto, el trabajo con cargas, no responde a las necesidades, para desarrollar la velocidad en distancias medias, como V20, por la incapacidad del sistema de mantener la aceleración durante el recorrido, con lo cual, es coherente, que a pesar de competir continuamente sobre estas distancias, no se den mejoras; sin embargo, sí que se esperaba una mejora en la VCD30, porque tanto la distancia como la angulación se corresponden a los movimientos de desmarque de apoyo y ruptura en la fase ofensiva. Probablemente, lo reducido de la muestra de JB (JB P+F=7), contribuya a que no se de esa mejora estadística.

    En relación a la capacidad de salto, no se esperaban que se dieran mejoras significativas en el CMJa, por ser los jugadores de banda, los que menos disputas aéreas hacen en el desarrollo del partido. Al ver los resultados si se dieron mejoras significativas en esta variable; esta situación puede explicarse por la unión en un mismo grupo de los defensores laterales y los medios laterales, estos últimos, están menos obligados que los defensores a disputas aéreas derivadas de despejes o centros al área. Adicionalmente, las adaptaciones neuromusculares, que se dan, producto del trabajo asociado de potencia, pueden ser responsables del mejor rendimiento en este indicador.

    Concluiremos, resaltando que es realmente curioso, como el trabajo propuesto mejorara la V10 y el CMJa en los JB y no en MC; ya que las características del entrenamiento, estaban mucho más cercanas a las necesidades de los MC que de los JB, tal vez se dio una mejor adaptación a las pruebas evaluadas, por parte de los JB que originó estos resultados. Creemos firmemente, en que la posición que ocupa el jugador en el terreno de juego, además de afectar la distancia total recorrida como se ha demostrado hasta el momento por Di Salvo et al (2007), también es un factor que afecta la velocidad de carrera, el salto y los tipos de desplazamiento; y debido a ello estamos de acuerdo con Rabadán et al (2007), Soares et al (2011), cuando manifiestan que el entrenamiento propio del fútbol y principalmente la competición, hacen que se privilegien ciertas capacidades condicionales, en detrimento de otras, debido a una adaptación específica que se produce para cumplir con las funciones tácticas que exige el puesto especifico. Consecuentemente consideramos, que el trabajo de fuerza con orientación a la potencia, puede incrementar positivamente los indicadores de fuerza explosiva, en aquellas posiciones, que requieren en el desarrollo del juego, de la ejecución de movimientos con estas características.

Aplicaciones prácticas

    El entrenamiento asociado específico de fútbol y de potencia muscular con cargas individualizadas de potencia media, es aplicable a los delanteros y defensores centrales, con el fin de potenciar las demandas físicas a nivel explosivo que les exige la competición.

Prospectivas de investigación

    Como hemos visto en este apartado, esta es una línea de investigación, en la que hay mucho por trabajar, porque sería un gran aporte a la ciencia del movimiento en general y al fútbol en particular, el determinar, en cuanto a la fuerza, cuál es el mejor trabajo para llevar a cabo en cada posición, teniendo como objetivo, elevar el rendimiento de las características que determinan su rendimiento. Con los defensores en pro de que tengan altos rendimientos en la capacidad de salto, la velocidad en distancias cortas y las luchas cuerpo a cuerpo, con los medio campistas, para elevar el rendimiento en velocidad lineal y con cambio de dirección en distancias cortas, entre ángulos entre 900 y 1800 y la capacidad de salto, con los medios de banda, mejorar la velocidad lineal y con cambio de dirección en distancias medias y finalmente en los delanteros, potenciar la velocidad en las distancias cortas, la capacidad de salto y la agilidad con la pelota.

Conclusiones

Referencias

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