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    Desde hace unos años venimos escuchando que la Educación Física ha dejado de lado a dos grandes poblaciones, el trabajo con adultos mayores que cada día aparecen mas profesionales para trabajar con ellos y las necesidades educativas especiales, afortunadamente con el paso de los años somos más docentes que en el trabajo escolar o en la formación de profesores utilizamos conceptos tales como diversidad, integración e inclusión.

    Tanto la sociedad como muchos profesores no han sido formados en base a estos conceptos y nos hemos dado cuenta que lamentablemente el cambio previsto va a demorar más de la cuenta.

    La eficacia de la puesta en marcha de cualquier política educativa (a mi entender es el estado el primer agente que debe velar por un desarrollo y una educación inclusiva responsable) depende de múltiples factores, uno de los más importantes es contar con una disposición favorable de los profesionales de la educación.

    Escribo estas líneas basándome en mis propias experiencias ya que como profesor de motricidad a lo largo de mi carrera docente he tenido que supervisar prácticas profesionales además de realizar múltiples investigaciones en el tema y puedo al igual que los estudiantes aseverar que se sabe muy poco o nada de estas poblaciones y menos el cómo trabajar la Educación Física con ellos.

    La situación actual de la Educación Física frente a la atención de la Necesidades Educativas Especiales en adelante NEE, presenta un panorama no excesivamente alentador.

    Desde hace tiempo, se necesita una respuesta urgente a la situación actual de la atención a la diversidad de los alumnos que se encuentran en las aulas y que no es posible mantener dentro del enfoque tradicional. Se ha observado una mejora en la inclusión en el primer ciclo ya que los profesores están más preparados y más concienciados en relación a la atención a la diversidad y los propios alumnos observan ya como "normal" el compartir sus aulas con alumnos con discapacidad.

    La escuela ordinaria concibe la educación como destinada al alumno medio, por lo que muchos alumnos quedan sin la debida atención por la rigidez de la organización, de los espacios y de los tiempos. En esta concepción, las diferencias individuales son consideradas como retraso en el desarrollo, lagunas en el aprendizaje, alteraciones en el desarrollo de la personalidad o problemas derivados de la situación familiar. Atendiéndose más al déficit que a la necesidad y más a lo que el alumno tiene de distinto que a lo que tiene de igual (Ríos, 2003).

    Estudios realizados, en primer ciclo básico, demuestran que un elevado porcentaje de profesores de Educación Física no atienden a la diversidad tal y como quisiéramos o verdaderamente atendiéramos a la diversidad (Hernández, 2000). Así se expone que, en general, el profesorado no tiene la preparación suficiente para atender a los alumnos con NEE y que los cursos de formación deberían cubrir aspectos tales como la metodología e intervención didáctica (Sanz, Reina, Mendoza, 2001). El profesorado se escuda en la falta de conocimientos para no cometer errores en su intervención y así no intervenir. Ese miedo a actuar por desconocimiento da lugar a la inactividad o deficitaria actividad física desarrollada por el alumno con NEE en las clases de Educación Física. De hecho, algunos factores claves que condicionan que el objetivo de la inclusión sea difícil de alcanzar son (Calverol, 2000):

1. Las barreras arquitectónicas en los centros de enseñanza.

2. La formación e información del profesorado de Educación Física, así como el aislamiento ante un problema sin contar con un profesional de apoyo.

    Pelechano (1989) y Aguado y Alcedo (1991), coinciden en que las actitudes ante las personas con discapacidad son actualmente negativas. Algunos autores como Aguado y Alcedo (1991), estudiaron el tratamiento de los medios de comunicación hacia la discapacidad. El estudio muestra la existencia de actitudes negativas por parte de la sociedad y la utilización de una terminología inadecuada y de prejuicios y estereotipos establecidos. Verdugo y Arias (1991), trabajan en investigaciones realizadas en varios países sobre el tema de las actitudes hacia las personas con discapacidad.

    De acuerdo a lo planteado por Núñez (2010) el trabajo con personas con NEE es tan importante como el que se realiza con la población general es más considera que tanto la medicina como la sociedad ponen un techo demasiado bajo a los niñ@s con distintas NEE, esto lo demuestra en una investigación realizada en niños con síndrome de Down y Discapacidad Intelectual realizada en la Región Metropolitana.

    A mi juicio la importancia de un buen nivel motriz en estas poblaciones va a depender de la experiencias y repertorios motrices que tengan a lo largo de su vida y que este trabajo se haya realizado en base a el desarrollo de los parámetros psicomotores descritos por Luria que en su tercera unidad funcional describe a las praxias gruesas y praxias finas siendo estas un elemento muy importante a la hora de este desarrollo, por otro lado y no menos importante el trabajo de la Educadoras de Párvulo y Diferenciales es connotado y por lo demás muy profesional, pero lamentablemente al carecer de contenidos teórico/práctico relacionados con la Educación Física trabajan mayoritariamente la praxia fina siendo que desde el punto de vista ontogenéticos se debiera trabajar la praxia global y posteriormente la fina.

    Importante y un gran paso es lo que está sucediendo en las reestructuraciones de las mallas curriculares en la mayoría de las carreras de Educación Física de Chile, tanto por la necesidad de atender a la diversidad como también la incorporación de muchos colegios a la inclusión e integración estos cambios que se orientan al desarrollo de las competencias en estas poblaciones por lo que tenemos una luz de esperanza.

Bibliografía

• Aguado, A.L. y Alcedo, M.A. (1991). Tratamiento de la discapacidad en la prensa asturiana. Psicothema, 3 (1), 175-198.

• Calverol, T. (2000). Atención a las NEE de los alumnos con discapacidad física en los Institutos de Educación Secundaria de la ciudad de Barcelona. Apunts, 37-44, 2º trimestre nº 60, Barcelona.

• Hernández, F.J. (2000). El deporte para atender la diversidad: deporte adaptado y deporte inclusivo. Apunts, 60, pp. 46-53.

• Mendoza L, Nuria. La formación del profesorado en educación física con relación a las personas con discapacidad. Intervención Psicosocial [online]. 2008, vol.17, n.3 [citado 2012-11-12], pp. 269-279.

• Núñez, R. (2010) Nivel de motricidad en niños y niñas con Síndrome de Down. Ed. EAE. España.

• Pelechano, V. (Dir.) (1989). Aceptación, habilidades sociales y motivación en la integración de niños ciegos - Informe técnico. Tenerife: Departamento de Personalidad, Universidad de La Laguna. 

• Ríos, M. (2003). Manual de educación física adaptada al alumnado con discapacidad. Barcelona: Paidotribo

• Sanz, D., Reina, R. (2003): Apuntes del curso de Actividad Física y Deporte Adaptado para personas con discapacidad.

• Verdugo, M.A. y Arias, B. (1991). Evaluación y modificación de las actitudes hacia los minusválidos. Revista de Psicología General y Aplicada, 44 (I), 95-102.

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 18 · N° 181 | Buenos Aires, Junio de 2013   © 1997-2013 Derechos reservados