El Deporte profesional en el siglo XXI: inclusión, transformación y diversidad Tulio Guterman (Argentina) Autor del libro Informática y Deporte Director de Lecturas: Educación Física y Deportes, revista digital, tulio@efdeportes.com |
Lecturas: Educación Física y Deportes | http://www.efdeportes.com/ revista digital | Buenos Aires | Año 5 - Nº 18 - Febrero 2000 |
Hacia fines de 1999 se puieron en contacto periodistas de la sección Deportes del Diario Clarin. Deseaban conocer mi opinión sobre cómo serán los deportistas del siglo XXI, las nuevas formas de entrenamiento, y qué papel jugarán las distintas industrias que rodean a los espectáculos deportivos. Lo que sigue es el texto enviado.
El deporte moderno nace en el siglo XIX en Inglaterra como un signo de status y distinción de sectores privilegiados, con el amateurismo como bandera. Por contraposición, el siglo XX vio aparecer su práctica profesional, su presencia de la mano de los medios de comunicación de masas (primero periódicos y revistas, luego radio y TV) y sobre todo sus terrenos invadidos por los sectores populares. Aquella práctica sólo imaginada para una aristocracia, fue tomada como signo de identidad racial, nacional y sectorial. Los ídolos deportivos, aquellos que impactan a las masas y con los cuales éstas se identifican, por definición, sólo son quienes provienen de los sectores más vulnerables, aquellos que tienen ante sí los obstáculos más difíciles de superar.
¿Cuál va a ser la novedad del próximo siglo? El siglo XXI verá romper los últimos prejuicios que quedan, los últimos reductos de burócratas y mojigatos: la integración completa de la mujer en el deporte profesional. Integración que se va a lograr, no sólo por una cuestión de legalidad sino por la legitimidad del mérito propio: los métodos de entrenamiento, de recuperación y la presencia de equipos especializados en la gestión deportiva permitirá que, primero pocas y luego gran cantidad de mujeres vayan accediendo paulatinamente a los premios más jugosos del deporte profesional. No cabe ninguna duda que la mujer irá ingresando paulatinamente en el deporte profesional y se irán rompiendo las barreras de segregación, especialmente porque el deporte finaliza el siglo XX como el último reducto de la cultura del machismo ancestral. Las competencias se irán haciendo mixtas: primero los deportes de habilidad, luego los de velocidad y fuerza. Primero pocas mujeres, luego cada vez más.
Por otra parte, los procesos de preparación en el deporte significan una fuerte presencia de la racionalización, la especialización y la eficacia. Son signos característicos de los tiempos por venir. El uso creciente de diversos conocimientos y herramientas tecnológicas al servicio del deporte y del deportista será cada vez más común y su aplicación cada vez menos costosa. Se acortarán los tiempos en la recuperación de lesiones; aparecerán formas para digitalizar fases completas de juego y hacer así de la cancha un enorme laboratorio; se ampliará el uso de ropa y zapatillas inteligentes: el botín de un jugador se transformará de acuerdo a las necesidades del momento, ya sea para una fina pegada, para un virtuosa gambeta o para un remate furibundo.
Pero lo que imagino teñirá nuestros debates cotidianos girará en torno a la tecnología aplicada al cuerpo y a sus funciones, esto es la biotecnología. Su uso cada día será más cotidiano y su aplicación cada vez a mayor escala: miembros biotecnológicos para amputados que cumplen casi las mismas funciones que miembros normales, operaciones de ojos para recuperar la vista normal, aplicación de nanotecnología para retrasar los procesos de fatiga. ¿Qué pasará cuando se apliquen a personas (deportistas) normales, no para corregir defectos sino para potenciar determinadas funciones y cumplir con el Citius, Altius, Fortius? ¿El atleta que confía hoy en sustancias ergogénicas, pondrá límites en su cuerpo para reemplazar un pedazo de hueso o de músculo por algún metal prodigioso? Algunos pocos sí, la mayoría seguramente que no.
El límite es difícil de prever, pero sin duda los debates éticos serán interminables y ocuparán centenares de líneas (o bytes) en el espacio público del siglo venidero. Probablemente sus controles, a la manera de los rayos X del film El Vengador del Futuro, intentando detectar implantes de chips, órganos ajenos transplantados y fragmentos inteligentes de titanio para evitar la resistencia al avance, harán recordar con una sonrisa fellinesca los actuales controles antidoping.
Finalmente, el avance actual de la tecnología aplicada a la información deportiva muestra una tendencia evidente: unidades altamente especializadas en hombres y máquinas y a bajo costo, podrán difundir información en formato de texto, imagen y sonido con calidad similar a las grandes empresas mediáticas. De ahí que se avecina una lucha permanente contra la monopolización de los eventos, y la creación de otros nuevos. También aparecerán y se crearán nuevos discursos y relatos deportivos, habrá cambios constantes en los reglamentos, y se inventarán deportes nuevos, además de nuevas formas de participación, lo que permitirá dar satisfacción al gusto de la diversidad.
El siglo XXI será un siglo de profundización creciente en los temas del deporte, lo cual se verá reflejado en su inserción completa como objeto de estudio en los ámbitos académicos, lo que permitirá llevar a cabo más investigaciones empíricas en todas las ciencias aplicadas. El acceso de cada vez más personas a más información calificada, hará del deporte una lucha de ideas y perspectivas; de vacíos y reflexiones; de defensores de lo global y de lo local; de tradicionalistas y reformistas; de chauvinistas y de integracionistas; de conformistas y de alternativos; de fanáticos y tolerantes; de habilidosos y esforzados. Unos y otros, seguramente seguirán encontrando en el deporte un terreno fértil para sus metáforas.
Sea como fuere, para quienes teñimos de pasión y reflexión su estudio y/o su práctica, el deporte seguirá siendo un espacio fascinante para comprender la complejidad creciente de los procesos sociales y culturales. Bienvenido entonces, el deporte del siglo XXI.
El domingo 2 de enero de 2000, en el Suplemento Zona del Diario Clarín, en la edición especial 2000 / Nuevo Milenio, se publicó la nota en cuestión, bajo el título ¿Superhombres o infrahumanos?
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