Lecturas: Educación Física y Deportes
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Algunos aspectos médicos a tener en cuenta
en la practica del voleibol de arena
Eduardo Barreto (Colombia)
Médico egresado de la Universidad del Valle,
Presidente de la Comisión Médica y de Voleibol de Arena de la Liga Vallecaucana de Voleibol,
Médico FIVB, Practicante de Tratamientos Alternativos con estudios en Homeopatía y Terapia Neural
Jugador activo de Voleibol de Arena.
ebarreto@telesat.com.co
Resumen
Se presentan una serie de recomendaciones necesaria para orientar a nuestros deportistas a prevenir las secuelas de la exposición del cuerpo a situaciones de sol, calor y humedad, en deportes al aire libre como es voleibol de arena.
Palabras clave: Voleibol de arena. Calor y secuelas. Impacto de la luz ultravioleta.


Introducción
El voleibol de arena es una modalidad del voleibol de piso o coliseo, que se diferencia básicamente en la superficie donde se realiza. La práctica más común es de dobles lo cual implica un mayor desgaste para los jugadores obligando a desarrollar un optima condición física.

Existen ciertas medidas elementales que permiten prevenir y mejorar las condiciones generales de los jugadores.

Cuidado de la piel
La luz es una forma de energía producida naturalmente por el sol. El espectro electromagnético de la luz se mide en longitud de onda y el rango de luz visible va de 400 a 700 nanomentros (nm). Existe también una luz no percibida por el ojo humano que contiene energía en forma de luz ultravioleta (LUV) y luz infrarroja. Esta luz invisible es, sin embargo, absorbida por la piel, los ojos y sus estructuras de soporte.

La energía luminosa se guarda en paquetes llamados fotones que al ser absorbidos pueden causar calor o reacción química, esta situación puede generar daño en aquellas estructuras que se expongan a esta radiación.

La protección solar para la piel divide la LUV de acuerdo a su longitud de onda en LUVA (135 a 400 nm), LUVB (280 a 315 nm) y LUVC (menos de 280 nm). Esta ultima radiación es absorbida por la capa de ozono en la atmósfera. La LUVB es la responsable del bronceado, quemaduras y cáncer en la piel.

El factor de protección (SPF por sus cifras en ingles) utilizado en los bloqueadores solares es una medida de control sobre los rayos LUVB. Un factor de 4 significa que una persona que normalmente se quema en 15 minutos, tolera entonces una hora (4 veces) antes de quemarse.

Recientemente se están utilizando sustancias que impidan inclusive la acción de la LUVA como Parsol 1789, cinamatos y benzofenonas.

Los bloqueadores opacos que contienen oxido de zinc y dióxido de titanio, bloquean toda la acción solar.

Para la practica de este deporte al aire libre se recomienda utilizar en la zona de exposición productos que tengan como mínimo 15 SPF siendo el ideal 30 SPF, obviamente dependiendo del tipo de piel. No es recomendable utilizarlo en el área de la cara y al terminar la aplicación limpiarse las manos porque en algún momento del juego se pueden llevar a los ojos irritándolos al entrar en contacto con este obligando a pedir, tal vez, un tiempo innecesario.

Se debe proteger la zona de la cara con algún bloqueado SPF 30, sobretodo en aquellos jugadores con piel sensible.

El uso de la gorra es una buena medida, porque además de cubrir el rostro y protege del resplandor del sol directo, ayuda a conservar la temperatura corporal en los limites normales.

También es recomendable siempre jugar con prendas que protegen de la exposición directa de los rayos solares sobre la piel, preferiblemente frescas, de algodón, para evitar la sudoración excesiva que puede descompensar el organismo.

El contacto con la arena sumado a la exposición al sol, puede generar en algunas personas cierta resequedad en la piel la cual se puede prevenir utilizando alguna loción o crema humectante antes y después de la competencia o entreno. Existen en el mercado ciertos productos que tienen entre sus ingredientes Aloe, en forma de gel, la cual alivia y refresca el maltrato en la piel.


Protección ocular
La reacción térmica o fotoquímica producida por la acción directa de la LUV puede generar daño sobre las estructuras oculares. El potencial de daño es mayor con la exposición la LUV. Este riesgo se aumenta al tener una alta intensidad de radiación en una corto periodo de exposición o, una baja intensidad con una larga exposición. Esta última situación presente en el entrenamiento, juego y torneos de este deporte.

La siguiente es una lista parcial de algunas de las complicaciones producidas por la acción de la exposición a la luz solar en exceso:

Los jugadores de voleibol de arena, así como los pilotos, astronautas, instructores de ski en la nieve, pescadores, granjeros y otras aquellas personas que estén expuestas a la LUV solar deben tomar medidas preventivas.

Para proteger adecuadamente las gafas de sol deben bloquear toda la radiación de luz ultravioleta (LUVA, LUVB y LUVC) y se debe verificar que la marca "Protección 100% UV" sea real, es decir que debe proteger en una longitud de onda entre 250 a 400 nm. Para corroborar esta protección se utiliza un fotómetro y se puede hacer llevando a analizar los anteojos de juego a una óptica.

El color de los lentes varía, pero básicamente lo que se busca es que descanse la vista, se consiguen comercialmente ámbar, gris, marrón, amarillo.

Los lentes, entonces deben tener filtro ultravioleta, oscuro, de un material ligero y resistente, se consiguen en el mercado varios modelos y lo importante es que se adapte a la forma de su cara para que el juego sea cómodo. Como todo hay que acostumbrarse a jugar con estos implementos y lo mejor es utilizarlos la mayor parte del tiempo, durante los entrenamientos, el juego o simplemente al estar al aire libre.

Ocasionalmente la arena cae en los ojos, generando irritación y malestar, si ocurre durante la competencia lo ideal es tener a la mano gotas oftalmológicas como "lágrimas naturales", que ayudan a remover estas partículas. Si se aplica una presión fuerte con agua, puede generar mayores lesiones por lo tanto se debe evitar este procedimiento.

Siempre es conveniente la revisión periódica por el oftalmólogo para una valoración adecuada y si resulta con algún déficit de visión le recomiende hacer lentes adecuados para jugar con su formula correctora.


Adecuada hidratación
Siempre se ha hecho énfasis en este aspecto pero me parece necesario conocer un poco el funcionamiento del agua y minerales en nuestro organismo.

El agua representa entre el 40% al 60% de la masa corporal total, el músculo tiene en su peso un 72% de agua. Normalmente la ingesta de agua diaria es de 2.5 litros, provenientes de tres fuentes: Agua liquida, presente en jugos, caldos y agua pura (1.2 litros), alimentos (1 litro) y producto del metabolismo energético (0.3 litros). Las perdidas diarias de este elemento, en un individuo en reposo, se producen a través de orina (1.5 litros), perspiración insensible (0.5 a 0.7 litros), vapor de agua en la respiración (0.25 a 0.3 litros) y materia fecal (0.1 litros). Esto genera un equilibrio metabólico diario.

La temperatura promedia normal es de 37°C, en condiciones de ejercicio este valor puede aumentar hasta los 41°C, generando mecanismos fisiológicos compensatorios para perder calor mediante la vasodilatación e hiperventilación. Esto se realiza principalmente a través de la variación del volumen de sangre hacia la superficie corporal. El sudor proporciona agua que puede evaporarse hasta un litro por hora, aumentando la perdida de calor.

A consecuencia de esto el ejercicio incrementa el requerimiento de agua hasta cinco o seis veces por encima de lo normal.

Hay adema un factor climático que es la humedad ambiental, entre mayor sea esta, menor será la capacidad de perder calor por el sudor.

Con el sudor se pierde agua y además sodio y potasio, electrolitos fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestras células.

La hidratación se realiza más rápidamente cuando el sodio, que es el principal electrolito que se pierde en el sudor, es ingerido con los líquidos. Asimismo el consumo de carbohidratos mejora la capacidad del organismo para utilizar el agua. La absorción de líquidos en el intestino es optima cuando estos tienen sodio y glucosa.

Existen en el mercado varios productos que presentan una composición adecuada para una correcta hidratación.

Por lo tanto se recomienda a aquellas personas que practiquen voleibol de arena ingerir líquidos por lo menos 500 cc mínimo media hora antes de la competencia o entreno, durante el ejercicio se debe consumir aproximadamente 300 cc cada media hora y posterior a este entre 500 a 700 cc para una buena recuperación. Aproximadamente se recomienda el consumo de 2 litros en total en relación con la actividad física.


Secuelas del calor
Los trastornos por calor se evitan básicamente con una correcta hidratación, según lo planteado anteriormente, sin embargo vale la pena mencionar ciertos aspectos importantes relacionados con este factor.

Nosotros como seres de sangre caliente tenemos una temperatura corporal que se mantiene en límites estrechos independientes de los factores externos o internos.

El cuerpo tiene varios mecanismos para acomodarse al exceso de calor, evitando una elevada temperatura, si estos fallan se puede desencadenar un colapso que lleva a la muerte en lapso de 15 a 20 minutos.

La pérdida de calor se realiza a través de la convección, radiación y evaporación, estos representan el 65% del total de las perdidas; el 35% es por medio del sudor y el calentamiento de la orina; por heces y respiración se puede perder un 5%.

Existen ciertos trastornos que se presentan asociados a altas temperaturas ambientales, principalmente con cifras superiores a 32°C y humedades relativas mayores del 60%.

Se pueden prevenir con una correcta aclimatación, que tarde en producirse entre 4 y 7 días, pero que se ve favorecida con la actividad periódica y graduada (entreno), el control del peso corporal para no perder más del 5% en cada entreno, adecuada hidratación, disponibilidad de zona de reposo con sombra, ropa liviana y una dieta balanceada con aportes adecuados de electrolitos como sodio y potasio.


Calambres por calor
Relativamente común en jugadores sin entreno e hidratación adecuada. Aunque se pueden presentar después de ejercicio extenueante aun en deportistas en optimas condiciones dependiendo de las condiciones climáticas, emocionales y nutricionales.

Se caracterizan por contracciones dolorosas de un músculo o grupo muscular que ha sido exigido en exceso. Afectan principalmente la zona de pantorrillas y muslos.

El tratamiento consiste en:

  1. Tranquilizar al paciente.

  2. Reposo en ambiente fresco.

  3. Hidratación vía oral, con adecuado balance de sodio y potasio. En casos graves se hace necesario la administración endovenosa de solución salina normal.

  4. Recomendación posterior de adecuada nutrición, haciendo énfasis en consumir alimentos como el banano, tomate, verduras, ricos en potasio.


Lesión por calor asociada al ejercicio
Es frecuente en deportistas no aclimatados o sin entreno adecuado, con factores climáticos como humedad relativa elevada, factor de viento bajo, obesidad, ropas inapropiadas para el juego y la ingesta de algún medicamento como antidepresores, antihistamínicos, antiespasmódicos, diuréticos.

El paciente está sudoroso, con temperaturas de 38.9oC a 40oC. Con dolor de cabeza, calambres musculares, incoherente, marcha tambaleante y puede haber perdida de la conciencia. Se presentan signos como hipotensión, taquicardia y baja resistencia periférica.

El manejo consiste en:

  1. Cubrir al deportista bajo sabanas húmedas y frías para bajar la temperatura a 38oC, masajeando las extremidades buscando estimular la circulación periférica.

  2. Canalizar vena administrando suero de glucosa hipotónico.

  3. Hospitalizar al paciente para observación y laboratorio.


Golpe de calor
Es la complicación más grave que se puede presentar, el producido por ejercicio se presenta en jugadores jóvenes y sanos. Puede generar trastornos como insuficiencia renal aguda, coagulación intravascular diseminada, acidosis láctica, entre otras; que pueden generar coma y la muerte.

Hay algunos síntomas previos como perdida de la conciencia, cefalea, vértigo, desmayos, malestar abdominal, confusión y delirio.

El paciente esta postrado, con temperatura de 41°C, piel caliente y seca, hipotenso, flácido, hiperrefléxico, con compromiso del sensorio.

El manejo incluye reducción pronta de la temperatura con medios físico, líquidos endovenosos y hospitalización urgente para manejar las complicaciones.

En la practica del voleibol de arena esta entidad es poco frecuente pero dadas las características del juego es necesario conocerla para que se realice una detección pronta por el grupo médico del torneo o del centro de entrenamiento.


Manejo de heridas y laceraciones
Es muy frecuente que existan objetos cortantes en la arena de algún torneo o centro de entrenamiento y al jugar descalzo existe la posibilidad que algún jugador se corte o lacere al intentar rescatar alguna bola. Estas lesiones se deben atender adecuadamente, siguiendo todas las normas de asepsia generales de cualquier herida, para prevenir complicaciones que impidan un buen desempeño en el juego.

Es recomendable enseñar al jugador a practicar con calzado apropiado, ocasionalmente, con el propósito de que se habitúe en caso de tener la necesidad de usarlo, bien sea que tenga alguna herida o el calor de la cancha así lo obligue.

Es recomendable aplicar el refuerzo de la vacuna antitetánica a todos aquellos practicantes del voleibol de arena dado que es muy probable que en un momento presenten una herida abierta en los pies. Se aconseja aplicar vacunaciones de refuerzo cada 10 años.

El tétanos es producido por una potente neurotoxina del microorganismo Clostridium tetani, su entrada al organismo depende de la introducción de sus esporas en tejidos dañados junto con cuerpos extraños y otras bacterias. Por estos pacientes inmunizados, completamente con la última dosis aplicada más de 10 años atrás, debe administrársele una dosis de refuerzo ante cualquier herida. Si no está seguro respecto al esquema de vacunación, debe recibir vacunación antitetánica completa e inmunización pasiva adicional con inmunoglobulina antitetánica humana en casos de heridas con predisposición a tétanos.

No sobra recordar que el masaje relajante, la sauna o hidroterapia ocasional, un adecuado descanso y una dieta balanceada permiten mejorar las condiciones generales de nuestro organismo.

Por último vale la pena mencionar en este deporte tiene gran importancia el adecuado estado físico atlético, por lo tanto no se debe descuidar cualquier lesión traumática ya sea articular o muscular, por leve que parezca, mediante la consulta a tiempo al especialista y cumplir todo el programa de recuperación que este indique.

De estos factores depende que estemos en perfectas condiciones para desarrollar nuestro máximo potencial deportivo y competitivo.


Bibliografía



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revista digital · Año 4 · Nº 17 | Buenos Aires, diciembre 1999