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Resumen
La herencia genética, los componentes orgánicos, el temperamento, el umbral de tolerancia al dolor, el esquema corporal, y el grado de autoestima, interactúan produciendo una determinada actitud, o una predisposición específica ante una lesión.
Distintas investigaciones (Lavarda 1975) dicen que la tendencia al accidente evidenciada por los deportistas lesionados estaba más conectada con la personalidad de cada individuo, que con la efectiva peligrosidad de las diversas disciplinas deportivas; y que la lesión tiene lugar más frecuentemente durante los entrenamientos, que en el transcurso de la competencia. Por ello, ante un deportista lesionado, no habría que limitarse a remediar la dolencia (que es el efecto), sino que sería necesario remontarse a la causa, considerando entre otros factores, la vivencia del accidente, y cómo el deportista lo experimentó.
Lo que se propone es que el deportista enfrente la lesión con una vivencia positiva, en la que se exprese de un modo nuevo el enfoque del problema de la lesión, sin autocomplacencias, sin echar la culpa al destino, pero también sin dar falsas muestras de indiferencia y superioridad. Hay una serie de técnicas que utilizan las imágenes mentales, para reevocar, elaborar, modificar, anticipar y aprender el movimiento a través de un entrenamiento mental, que puede definirse como ideo-motor, una autorepresentación mental sistemáticamente repetida y conciente de la acción motora que debe aprenderse, perfeccionarse, estabilizarse o determinarse con exactitud, sin que se tenga una ejecución real, externamente visible de movimientos parciales o globales (Frester 1984).
Palabras Clave: Predisposición, causas, efectos, técnicas, entrenamiento mental.
La lesión deportiva
La lesión deportiva es uno de los obstáculos más importantes para el exitoso rendimiento de un deportista, ya que es una fuente de tensión, dolor, dudas y sufrimiento para el deportista.
Hay un doble efecto que se produce en caso de lesión deportiva en un atleta profesional:
En líneas generales |
Al inicio de la |
Falta de dominio corporal |
Recursos deficientes | ||
Desconocimiento de las |
||
Alta |
Exceso de confianza | |
Exigencias muy elevadas (sin la |
Variables que pueden influír en las lesiones deportivas
La variable psicológica más relevante en lo referente a las lesiones es el estrés.
El estrés es una respuesta compleja que puede estar presente antes, durante, y /o después de la lesión.
Estrés
Es el proceso que comprende la percepción de un desequilibrio sustancial entre las demandas objetivas del ambiente y la capacidad de respuesta, bajo condiciones donde el fracaso al afrontarlo se percibe como algo que tendrá importantes consecuencias, y a lo que responde con un incremento de los niveles de ansiedad (Martens 1977).
En algunas ocasiones, las lesiones deportivas, aunque potencialmente estresantes, pueden aliviar otras fuentes de estrés mayores (por ejemplo: el estrés que produce el exceso de responsabilidad en la competencia), convirtiéndose en valiosos mecanismos de escape o evitación.
Situaciones potencialmente estresantes
Variables personales relacionadas con las lesiones
Factores que provocan lesiones
Año: 1993
Autores: Heil, Zemper y Carter
Población: 1600 deportistas (4 % corresponde al nivel de Alto Rendimiento)
Resultados:
En base a lo manifestado hasta aquí, es que propongo:
Hacer una preparación mental preventiva para evitar lesiones, teniendo en cuenta 3 niveles:
Cognoscitivo: con aumento de las capacidades de análisis, juicio, crítica, decisión, y control de los procesos perceptivos y de la memoria.
Psicomotor: con aumento de las capacidades de aprendizaje, control y regulación del movimiento y con una mejorada autoconciencia, en el plano cinestésico del propio cuerpo.
Psicoafectivo: con el control mejorado de la emotividad y del ansia, con un consiguiente aumento de la autoestima, de la confianza en sí mismos y de la capacidad de hacer frente a los problemas (Most, 1981).
Gracias a una preparación mental adecuada y preventiva, el deportista que sufriese realmente una lesión, sería capaz de controlar la situación desde el punto de vista emotivo, sin dejarse llevar por comportamientos a menudo autoperjudiciales, porque serán menos intensas las reacciones de ansiedad y más cooperativa será su participación. Será más protagonista y menos pasivo en su recuperación.
La interrupción de la actividad provoca la suspensión de la habitual dosis cotidiana de cansancio, induciendo insomnio, inapetencia, estreñimiento y astenia, sensaciones éstas que son muy desagradables para quién está habituado a sentirse siempre en perfecta forma; la inactividad forzada produce depresión, sentimientos hostiles hacia quién eventualmente fué responsable de la lesión, envidia hacia los compañeros que siguen compitiendo, y preocupaciones en el sentido de no recuperarse plenamente.
Todos estos son buenos motivos para que éste deportista, que atraviesa una fase particularmente delicada en relación con su trabajo, deba ser preparado de manera adecuada para afrontarla de modo convincente.
Intervención post – lesión
Dos fases
Las técnicas psicológicas a tener en cuenta en el período de inmovilización son:
Habilidades de comunicación
El equipo médico deberá tener en cuenta que para conseguir un buen nivel de control de activación y de aceptación positiva de la realidad, el deportista ha de tener información sobre la lesión producida (hay que saber hablar y saber escuchar).
Técnicas de relajación
Las técnicas que van a ayudar al deportista a soportar los malos momentos (dolor, dudas) van a ser aquellas que directamente le permitan tener un mayor control de sus niveles de activación y poder abordar situaciones complejas.
Técnicas de visualización
Es de gran utilidad combinar ejercicios de relajación con visualizaciones imaginadas de la zona lesionada, a partir de la información suministrada por el equipo médico. El deportista podrá hacer una representación mental de su lesión facilitando el efecto Carpenter (microactivación de la zona corporal imaginada), con lo que se obtendrá un ligero aumento de la fisiología en la zona lesionada, y se facilitará la toma de conciencia del deportista sobre la lesión acaecida.
Determinación de objetivos
En esta primera fase, el deportista lesionado deberá empezar a trabajar sus cualidades físicas corporales con el objeto de no perder potencial atlético general. Es un período óptimo para mantener y mejorar, si se puede, el nivel físico del resto del cuerpo que no ha sufrido traumatismo.
Fase de movilización
Es un período mucho más largo que el de la fase de inmovilización y en donde el deportista va a ir recuperando progresivamente sus niveles de funcionalidad motora. En esta fase hay 3 momentos distintos de trabajo.
Recuperación
Período de tiempo relacionado con la mejora del músculo-articulación que ha sufrido el traumatismo. En este período el deportista necesitará inicialmente estrategias para controlar las situaciones estresantes o dolorosas, mantener un alto nivel de motivación para desarrollar el programa diario de trabajo.
Las técnicas psicológicas que se sugieren para trabajar en este período son:
Habilidades de comunicación
Proveer información real y clara del proceso de recuperación.
Técnicas de relajación y visualización.
Determinación de los objetivos del programa
Es indispensable que el deportista con la ayuda pertinente se vaya marcando objetivos concretos para ir consiguiéndolos en cada sesión de trabajo.
Mejora de aprendizajes deportivos
El período de recuperación de un deportista es vivido como un tiempo perdido y aburrido, ya que gran parte de la actividad que el deportista realizaba antes del traumatismo, no la puede desarrollar; hay que aprovechar este momento para realizar formación técnico-táctica.
Apoyo social
Muchos deportistas consiguen mejorar su confianza en el trabajo que se realiza por medio de encuentros o por comunicaciones telefónicas con otros deportistas que han sufrido una lesión parecida y que en la actualidad están recuperados.
Readaptación
Corresponde al período de trabajo de mejora de la cualidad física perdida como consecuencia de la situación traumática. Es un período en el que el deportista intenta conseguir una tonificación de su estado físico general, consiguiendo el mismo nivel que tenía antes de la lesión.
Las técnicas que se proponen para este período son:
Visualizaciones
Visualizaciones imaginadas de su esfuerzo en el trabajo de recuperación.
Determinación de objetivos semanales
Diálogo interno positivo
El deportista aprende a detectar los pensamientos negativos de duda, y a reconvertirlos en objetivos a trabajar y a ser valorados en positivo.
Reentrenamiento
En este período, se trabaja para recuperar el nivel de habilidad deportiva descompensada por el tiempo de no práctica técnico-táctica. En esta fase el deportista debe perder el miedo al fracaso, olvidar la lesión, y progresivamente aumentar su trabajo con los demás deportistas.
Las técnicas sugeridas aquí son :
Visualización de inicio
Se aconseja hacer una representación mental simulada de las primeras sesiones de trabajo con los demás compañeros en la cancha y de la situación de entrenamiento habitual.
Determinación de objetivos
Es aconsejable que para cada entrenamiento el deportista reciba las consignas correspondientes de lo que se pretende trabajar-conseguir en las primeras sesiones de trabajo.
El ensayo emocional capacita a los deportistas a sentirse seguros y confiados en que la rehabilitación tendrá éxito. Los deportistas ensayan varias escenas que les producen sentimientos positivos tales como el entusisamo, el amor propio y la confianza, los deportistas pueden por ejemplo: ensayar sentimientos de emoción relativos a su primer partido después de la lesión, o ensayar sentimientos de admiración por parte de los entrenadores, compañeros de equipo y amigos, ante su vuelta de la lesión; a los deportistas también se les puede instruír a pensar en otros deportistas que han superado lesiones similares y generar otras escenas que produzcan sentimientos positivos.
Final
Numerosos deportistas e instituciones deportivas, podrían beneficiarse considerablemente, si se llevara a cabo una intervención psicológica preventiva que contribuyera a disminuír las lesiones deportivas, y puesto que el desconociemiento suele ser el responsable de que no se consideren y adopten las medidas necesarias, espero que esta nota sirva para alertar de la importancia de la prevención y rehabilitación de las lesiones deportivas, y de las posibilidades de la psicología del deporte en éste ámbito.
Bibliografía
Buceta, J.M. (1994) Psicología y Lesiones deportivas: Prevención y recuperación. Madrid.
Cruz Feliú, Jaume. (1997) Psicología del Deporte. Madrid, Editorial Síntesis.
Diego, Salomé de y Sagredo, Cristina. (1992) Jugar con Ventaja. Madrid, Editorial Alianza.
Grafi-Baumann, Toni. (1997) La ley y la ética de las lesiones futbolísticas. Alemania, FIFA Magazine, febrero
Williams, Jean (1991) Psicología aplicada al deporte, Madrid, Biblioteca Nueva.
revista digital · Año 4 · Nº 17 | Buenos Aires, diciembre 1999 |