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El uso del tiempo libre y la práctica de la cultura 

física como indicador del desarrollo humano alcanzado

 

Facultad de Cultura Física Holguín

(Cuba)

Dr.C. Oscar Barzaga Sablón

obarzaga@cultfis.holguin.inf.cu

MSc. Olivia López Hernández

olivia@cultfis.holguin.inf.cu

MSc. José Luis Pavón Guetón

pavon@cultfis.holguin.inf.cu

 

 

 

 

Resumen

          El artículo aborda la indisoluble relación entre el empleo del tiempo libre y el nivel de desarrollo humano alcanzado por una comunidad y/o sociedad determinada. Se establece como un aspecto importante el lugar de la cultura física y el deporte en la calidad de vida y el bienestar social, así como el espacio vital del desarrollo espiritual de la sociedad. Se tomó como estudio de caso una comunidad evidenciando la necesidad del uso adecuado del tiempo libre, pero a la vez, el impacto positivo que tiene sobre sus habitantes en el mejoramiento de la salud y del desarrollo espiritual.

          Palabras claves: Cultura. Desarrollo humano. Cultura física. Tiempo libre.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 179, Abril de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En el espacio académico existe la idea de que “el desarrollo es un proceso integral que incluye dimensiones culturales, éticas, políticas, sociales, económicas y medioambientales”, que precisa de una aproximación transdisciplinar, que supere la especialización disciplinaria académica convencional y la colaboración “interdisciplinaria” o “multidisciplinaria”. El enfoque transdisciplinar engloba las especialidades del viejo estilo -desde la biología y la física hasta la ética y la filosofía de la historia, pasando por las denominadas ciencias sociales-, adoptando una perspectiva holística que lo diferencia de los enfoques ínter o multidisciplinarios. Responde así a las exigencias de una realidad que no admite la fragmentación de objetos de estudio impuesta por las disciplinas especiales, al exigir la vida humana y los ecosistemas de los que forma parte múltiples aspectos esencialmente interrelacionados e interdependientes”. (1)

    Más allá de la relación entre lo social y lo económico y de su inserción en el marco de la cultura en su sentido integral, los valores culturales condicionan las relaciones del ser humano con la naturaleza, en una interrelación entre ecosistemas e identidades culturales, entre biodiversidad y diversidad cultural. Las culturas no son totalidades monolíticas determinantes, sino indeterminadas: son escenarios de desigualdades y de relaciones de poder; es decir, están socioeconómicamente diferenciadas e incluyen códigos y prácticas eticopolíticas diversas y en la mayoría de las ocasiones opuestas, que expresan conflictos sociales, económicos y políticos, a su vez, la construcción de la cultura y sus procesos de cambio, transformación o desarrollo.

    Es importante destacar que en el concepto y dimensiones del desarrollo se incluye lo social desde un enfoque amplio, que se supone debe incluir al empleo del tiempo libre, la cultura física y al deporte. El desarrollo humano, como uno de los conceptos básicos entorno al desarrollo, no se puede reducir al crecimiento económico, al no implicar directamente bienestar y mejoramiento de la calidad de vida de las grandes mayorías.

    Es una definición muy general, pero nada ambigua en cuanto a cómo se debe producir ese desarrollo, en la problemática filosófica relativa al significado y el carácter subjetivo, valorativo e histórico de los conceptos “necesidad” y “satisfacción”. La satisfacción universal de las necesidades básicas -físicas, sociales, psicológicas y físicoculturales- es conditio sine qua non del desarrollo:

  1. Las primeras necesidades que deben ser satisfechas son las que permiten la sobrevivencia, las denominadas “primarias” (alimento, abrigo, cobijo, protección contra las enfermedades).

  2. En nuestra época -quizás por primera vez en la historia de la humanidad- podemos afirmar -y hacerlo “científicamente”- que es posible dar satisfacción a las necesidades primarias de todos los miembros de nuestra especie y erradicar la pobreza.

  3. Por tanto, el problema esencial no es la superpoblación -contra todo neomaltusianismo-, ni la escasez -contra toda obsesión del crecimiento por el crecimiento-, ni la falta de desarrollo de las capacidades productivas de la especie humana, sino la distribución no equitativa de los recursos de la humanidad y su acceso a la educación, la salud, la cultura física y el deporte, así como a otros servicios sociales.

    Sin embargo, las condiciones antes mencionadas, vinculadas con la satisfacción de las necesidades sociales, no hace explicito el importante rol que juega la satisfacción de las necesidades espirituales, las que en su estructura jerárquica incluye: la salud, la educación, el acceso a la cultura, el empleo del tiempo libre y la recreación, la práctica del deporte, la cultura física y otras dimensiones vinculadas con la espiritualidad humana como la calidad de la vida y el bienestar social, aspectos inherentes al desarrollo humano.

    En el proceso de investigación seguida se privilegió el paradigma cualitativo, lo que no significa que no se empleen métodos del paradigma cuantitativo. El presente estudio se orientó al análisis de la subjetividad humana, costumbres, tradiciones, puntos de vistas, sistema de motivaciones e intereses, que expresan la relación entre el tiempo libre, la calidad de vida, el bienestar social y el desarrollo humano. El muestreo que se utilizó fue el teórico, en la medida que avance el proceso de investigación y se obtenga información se irá conformando la teoría, el muestreo se detendrá cuando la información recopilada permita fundamentar la teoría. El método es conocido también como teoría fundamentada.

    La muestra fue de tipo intencional y abarcó a personas de ambos sexos, que constituyen el objeto de estudio y sean adultas, considerados los portadores de las mejores tradiciones y conocimientos en este campo. El diseño tiene concebido la determinación de informantes claves, porteros y tratantes de extraños. Los mismos se fueron determinando en la medida que avanzó el estudio. Recordemos que en este paradigma el diseño y el conocimiento se construyen en el proceso de investigación mismo.

    Al inicio del estudio realizamos el vagabundeo, primer contacto con el campo de acción, para determinar los informantes y porteros, así como para confección de mapas temporales y espaciales, propios de este tipo de estudio.

    Los métodos de investigación tanto teóricos como empíricos están en correspondencia con el paradigma empleado en el estudio. En calidad de métodos teóricos utilizamos los siguientes: la abstracción científica, el histórico -lógico, hipotético- deductivo, el método dialéctico materialista, el método comparativo, el método hermenéutico y el método sistémico estructural funcional.

    Entre los métodos empíricos empleamos: la observación científica: participante y no participante, el análisis de contenido, la entrevista en profundidad, la historia de vida y el método biográfico.

El tiempo libre y la práctica de la cultura física como indicador del nivel de desarrollo humano alcanzado

    En este caso queremos hacer especial referencia a uno de los aspectos muy pocos abordados entre los indicadores propios del desarrollo humano, que en la literatura científica sobre el tema es de muy escasa referencia y es lo relacionado con la relación existente entre desarrollo humano, el empleo del tiempo libre, la recreación sana, la cultura física y el deporte. Estos, a nuestro juicio, constituyen importantes indicadores del desarrollo humano.

    El desarrollo vinculado al crecimiento económico y su respectivo impacto en el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar social, implica que las personas dispongan de un mayor tiempo libre para una recreación sana, la práctica del deporte y la cultura física. Existe una marcada correlación positiva entre estas dimensiones. Entre mayor sea el índice de desarrollo humano mayor debe ser el tiempo libre dedicado a la práctica del deporte, la cultura física y la recreación sana, es imposible concebir al desarrollo humano sin estos importantes indicadores. Los mismos son de capital importancia para el desarrollo de la espiritualidad de una sociedad determinada, en los marcos de un determinado desarrollo social alcanzado y en una época histórica concreta.

    El desarrollo espiritual de una sociedad depende no solo, en gran medida, del desarrollo económico alcanzado por esta, sino por el tiempo que dedica a su cultivo y fomento. Este hecho social del empleo del tiempo libre, la recreación sana, la práctica del deporte y la cultura física impacta de manera positiva en la formación y desarrollo de condiciones socializantes y resocializantes, que favorecen de forma significativa la formación y desarrollo de valores tales como: la solidaridad, la equidad de género y de razas, la autoestima, la identidad, el respeto por la vida, el amor al trabajo, la tolerancia, el pensamiento creador, el desarrollo de habilidades de independencia cognoscitiva, el valor, la responsabilidad social y otros.

    La economía y el desarrollo son parte de la cultura de un pueblo, entendemos por el término “cultura”, al margen de empleo “humanística” y elitista, que restringe su contenido al “gran” arte o al conocimiento “elevado”. Hablamos de cultura en su sentido integral y holístico -antropológico y sociológico- que incluye tanto la cultura simbólica como la material, la social y la ambiental.

    El informe del PNUD (2) define a la cultura como el conjunto de rasgos distintivos -espirituales y materiales- que caracteriza el modo de vida de un pueblo o de una sociedad. En este sentido, las dimensiones culturales de la vida humana son más amplias y esenciales que el crecimiento económico: la cultura no tiene que estar al servicio del crecimiento económico, sino a la inversa, ser un elemento constitutivo del desarrollo humano.

    Existe una notable interrelación entre los conceptos de desarrollo humano y desarrollo cultural: forma en que diferentes maneras de vivir juntos -es decir, diferentes culturas- afecta la ampliación de las posibilidades y opciones abiertas al ser humano. La diversidad cultural es una fuente fundamental de energía social y un factor esencial de desarrollo. La armonía entre cultura y desarrollo, respeto por las identidades y diferencias culturales y equidad socioeconómica son precondiciones de una paz justa y duradera. Es por ello que el PNUD recomienda como objetivo, a los estados miembros, convertir las políticas culturales en uno de los componentes claves de las estrategias de desarrollo. En Cuba, el acceso a la educación, la salud y la cultura física y el deporte constituyen políticas estatales bien definidas que identifican a nuestro sistema con un elevado índice de desarrollo humano, reconocido por el PNUD.

    Los valores culturales condicionan las relaciones de una sociedad con la naturaleza, es necesario un enfoque diversificado de las cuestiones de medio ambiente, desarrollo y cultura. Es preciso promover la conciencia de la relación simbiótica existente entre biodiversidad y diversidad cultural, entre hábitat y culturas, entre ecosistemas, identidad cultural y cultura física; fomentar cambios en los modos de vida de las personas, y reflexionar sobre las repercusiones éticas y sociales de las nuevas tecnologías.

    Lo anterior evidencia la necesidad del acceso universal a la educación, la cultura física y el deporte como derecho humano fundamental, fomentando una educación intercultural que favorezca actitudes de cooperación, solidaridad, participación y reconocimiento de la diversidad cultural. En definitiva, una educación y una cultura física para una nueva ética, entendida como un núcleo de principios y valores éticos para evitar un enfoque relativista a la diversidad cultural, que debe ser alcanzada a través de la desafiante y enriquecedora búsqueda de lo común entre lo diverso, de la unidad en la diversidad. Este tema ha suscitado un amplio debate teórico, pero está falto de investigaciones y de acciones que permitan avanzar en el terreno teórico y en el práctico.

    El ser humano, que pasa a ser considerado como fuerza motriz y objeto del desarrollo, al que se le atribuye la capacidad y necesidad de participar activamente en los procesos de ampliación de sus propias oportunidades. Así, el ser humano es fin y medio del desarrollo: su objetivo y su agente esencial. El desarrollo que emana de las fuerzas internas de la sociedad, que implica la participación activa, integral y pluridimensional de la población en el complejo proceso de construcción de su vida individual y colectiva. Es un modelo teórico que tiene por objetivo colaborar en la realización del derecho del hombre al tiempo libre, la cultura física y el deporte.

    Es generalizada la concepción entre los estudiosos del tema, de que el tiempo libre tiene como primera característica, que es el tiempo libre en el que ejercemos actividades sin sujeción a las mismas; lo que equivale a decir que se puede abandonar en el momento que se desee y como segunda característica: diríamos que el tiempo libre es un tiempo no productivo económicamente hablando; pero productivo desde el punto de vista humano, donde no se producen bienes materiales, pero sí satisfacción y crecimiento personal para quienes participan de estas actividades. El tiempo libre; es un espacio más marcado por el placer que por el hacer.

    Entorno a la distribución del tiempo libre de las personas en las comunidades se tomó como estudio de caso una población de 632 habitantes del Consultorio 16, de la Circunscripción 109, en la Zona 6, donde se determinó a través del muestreo intencional teórico una muestra por cuotas de 25 personas adultas, pertenecientes a diferentes grupos etarios, que representa el 4 % del total de la población. (3)

    Se aplicó una entrevista en profundidad para determinar la distribución del tiempo libre por actividades que realizan los integrantes de la zona 6 de la Circunscripción 109, el nivel de satisfacción, las preferencias, las necesidades físicoculturales y recreativas. La distribución de las actividades por tiempo medidas en minutos y horas fueron las siguientes: ver televisión 4 horas y 51 minutos, jugar con los nietos 9 minutos, escuchar radio 56 minutos, dormir la siesta 1 horas y 58 minutos, lectura 11 minutos, pasear 19 minutos, conversar 40 minutos, participar en el círculo de abuelos 30 minutos y juegos de mesa 1 horas y 2 minutos, lo que hace un tiempo libre total de 9 horas y 57 minutos. Es evidente que la distribución del tiempo libre y su empleo no es el más idóneo, a pesar de disponer de suficientes horas de tiempo libre para el enriquecimiento de su espiritualidad. El análisis de la información obtenida con la aplicación de la entrevista en profundidad, la observación participante, la sistematización de experiencias y las historias de vida, arrojó en calidad de resultado significativo que las actividades para el uso eficiente del tiempo libre empleado deben organizarse según los siguientes principios:

  • Respetar la heterogeneidad de las personas y grupos. Significa prever la viabilidad de elaboración y una respuesta motriz adecuada a la realidad corporal de todas las personas.

  • Tener en cuenta la falta de tradición deportiva en las personas. La mayoría de la gente adulta no ha tenido la oportunidad de realizar prácticas deportivas o gimnásticas de manera organizada.

  • Tener en cuenta la progresiva pérdida de identificación con la imagen corporal. Es imprescindible que se favorezca la integración de las modificaciones que comporta cada etapa de la vida, como es la atrofia corporal - modificación de las capacidades psicomotrices y de la relación con el entorno, con el fin de revalorizar el actuar corporal.

  • Las actividades deben responder a las necesidades y motivaciones de las personas. Debe prevalecer la vivencia corporal sobre el rendimiento.

  • Abordar conjuntamente los aspectos biológicos, sociales y psicológicos en las actividades.

  • Escoger de manera adecuada los medios y la manera de desarrollar cualquier situación o tareas, habiendo explorado el abanico de posibilidades.

  • Motivar para conseguir una buena dinámica de grupo. A través de elementos lúdicos y recreativos, que potencien la integración entre las personas. El trabajo en parejas, en pequeños grupos, la variabilidad del material, la música, etc. van a contribuir a la motivación de los mismos.

  • La actividad a desarrollar debe ser coherente, tener continuidad y progresión.

  • La evaluación individual y colectiva es la herramienta fundamental con el fin de llevar a cabo el seguimiento y obtención de los resultados.

    La actividad físico-recreativa vinculada al tiempo libre se ha identificado como una de las intervenciones de salud más significativas de las personas de edad avanzada. Dentro de sus beneficios inmediatos en el aspecto físico se pueden citar: mayores niveles de auto eficacia, control interno, mejoría en los patrones de sueño y relajación muscular, entre otros.

    Es evidente, que las personas que se mantienen físicamente activos tienden a tener actitudes positivas hacia el trabajo, mejoramiento significativo de estado de salud y una mayor habilidad para lidiar con tensiones. Las actividades dedicadas al tiempo libre constituyen un importante agente socializador, que permite la interacción con los miembros del grupo, disfrutar de actividades grupales y motivar el actuar de cada uno. La recreación es una alternativa en la adaptación del proceso de envejecimiento teniendo en cuenta las necesidades e intereses de la población adulta y respetando los cambios que puedan darse en el ámbito biológico, psicológico y social.

Conclusiones

    El uso adecuado tiempo libre a través de actividades orientadas al desarrollo de la espiritualidad humana, además de tener una función socializante y resocializantes permite: canalizar nuestra creatividad, liberar tensiones y emociones, orientar positivamente las angustias cotidianas, reflexionar, divertirnos, aumentar el número de amistades, acrecentar el acervo cultural, comprometernos colectivamente, la transmisión cultural de generación en generación, favoreciendo con su práctica el entendimiento intergeneracional creando los espacios de participación de padre-hijo-abuelo y amigos.

    El empleo adecuado del tiempo libre a través de las diferentes actividades cumple una función social y cultural, al generar el placer y bienestar corporal y mental de compartir juntos una actividad común, satisfacer los ideales de expresión y de socialización. Además de condicionar categorías vinculadas al desarrollo humano como la calidad de vida y el bienestar social. Es imposible el desarrollo humano al margen del empleo adecuado del tiempo libre, este constituye un importante indicador para su medición.

Bibliografía

  1. de Cambra, J. y González, E. (1999) “Hacia una reconceptualización del desarrollo. Desarrollo humano y desarrollo cultural”. Ponencia presentada al Primer Congreso Internacional Cultura y Desarrollo, Libro de Resúmenes, La Habana, p.166.

  2. PNUD, 1990-1998, Informes sobre Desarrollo Humano, Mundi-Prensa, Madrid, p.14.

  3. López Hernández, O. (2011) Tesis en opción al título académico de Máster en Ciencias en la Actividad Física en la Comunidad. Programa de actividades físico-recreativas para lograr un mejor empleo del tiempo libre en el adulto mayor.

  4. Celecia, J. y Richard, D. (1997) Redefining Concepts, Challenges and Practices of Urban Sustainability.

  5. European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions. Luxemburgo, p. 59.

  6. Linares, C. Moras Puig, P. y Rivero, B. (comps.). (2004) La participación. Diálogo y debate en el contexto cubano, La Habana, Centro de investigación y desarrollo de la cultura cubana “Juan Marinello”, pp. 53-56, 57-65.

  7. PNUD, 1990-1998, Informes sobre Desarrollo Humano, Mundi-Prensa, Madrid.

  8. Baró, Silvio (1996) “El desarrollo sostenible: desafío para la humanidad”, en Economía y Desarrollo, n. 1, a. XXV, v.119, Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, La Habana.

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