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La animación en el ámbito de la actividad física 

como educación no formal: la pedagogía del ocio

 

Doctor por la Universidad de Málaga

Licenciado en Educación Física

Profesor del ciclo formativo de TSAFAD

en el IES Arroyo de la Miel

Christian Ballesta Castells

cballestac@gmail.com

(España)

 

 

 

 

Resumen

          A través de tres publicaciones independientes se pretende dar respuesta al contenido del temario del módulo profesional de Animación y Dinámica de Grupos perteneciente al ciclo formativo de Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas. Este segundo artículo se valora el papel que tiene la denominada pedagogía del ocio en su educación para y en el tiempo libre, analizando a su vez sus ámbitos de actuación específicos y no específicos.

          Palabras clave: Ocio. Tiempo libre. Pedagogía.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 179, Abril de 2013. http://www.efdeportes.com/

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La Pedagogía social como instrumento de intervención

    La pedagogía del ocio tiene la doble misión de educar en el tiempo libre y de educar para el tiempo libre (Puig y Trilla, 1987). La primera está referida al ámbito temporal en el que pueden realizarse actividades educativas, pero no necesariamente tienen que estar relacionadas con el ocio. En la segunda se pretende formar a la persona para que viva su ocio de la manera más provechosa, tarea que puede ser llevada tanto en el tiempo libre como fuera de él (por ejemplo en la escuela.) Ambos conceptos son diferentes aunque no con ello excluyentes, llegando a complementarse en la frase: educar en, para y mediante el ocio, que es a su vez como mejor puede expresarse el objeto de la pedagogía del ocio (esquema 1).

Esquema 1

    Estos mismos autores proponen una serie de principios, utópicos algunos de ellos, que son los que deben orientar y delimitar la pedagogía del ocio:

1.     Detener la polarización entre los tiempos: intentar proyectar en las otras esferas de la actividad humana las características positivas que se tienden a polarizar exclusivamente en el tiempo libre.

2.     Liberar tiempo para el ocio formativo: conseguir una mejor distribución y aprovechamiento del tiempo liberado del trabajo. Requiere una actuación educativa global.

3.     Participación del conjunto de instituciones formativas: contribuir a la formación de las personas para conseguir un mejor ocio, es una tarea que ha de realizar el conjunto de las instancias educativas, y no exclusivamente aquellas instituciones y profesiones creadas con tal fin.

4.     No aburrir: el mismo hecho de realizar una actividad de ocio debe producir placer y satisfacción, independientemente del objetivo que se pretenda, por lo que la tarea propuesta tenderá siempre a tener un alto grado de motivación.

5.     Respetar la autonomía en el qué y en el cómo: facilitamos la autonomía del sujeto a la hora de decidir la actividad y la manera de ejecutarla. El animador se convierte en un mediador que ayuda al individuo para que descubra las posibilidades del ocio.

6.     Hacer compatible diversión, creación y aprendizaje: estos términos no deben ser excluyentes y sí complementarios, y tendrían que aparecer juntos más a menudo en la vida ordinaria.

7.     Respetar la pura contemplación: como derecho, como actividad de reflexión y relax.

8.     No evaluar con criterios meramente utilitaristas: la evaluación ha de centrarse sobre todo en el proceso mismo de la actividad y en el grado de satisfacción que es capaz de producir.

9.     Potenciar el placer en lo cotidiano: se trata de recuperar el contenido placentero de las pequeñas, o no tan pequeñas, cosas de la vida cotidiana: la compra, la comida en familia, etc.

10.     Promover la posibilidad de lo extraordinario: la capacidad y la predisposición al acto que ocasionalmente salga de lo ordinario, a la realización imaginativa o a la acción creadora, son valores que pueden ser cultivados en este ámbito sin restricción alguna.

11.     Hacer compatibles el ocio individual y el ocio compartido: es otra manera de responder a la doble realidad de la persona, la individual y la social.

12.     Beligerancia contra los ocios nocivos: sobre todo contra la ociosidad y el consumismo.

    Sin embargo, Llull (1999) prefiere utilizar otra terminología cuando se refiere a la pedagogía del ocio. Por educación en el tiempo libre entiende, como concepto global e integral, todas las acciones e instituciones implicadas en el marco del tiempo libre, admitiendo a su vez que algunas pudieran no estar relacionadas con el ocio. En segundo lugar, la educación mediante el tiempo libre, que serían los procesos educativos efectuados en el tiempo libre por la persona, permitiéndole descubrir nuevas aficiones y practicar habilidades de comunicación que resultarán útiles en su experiencia posterior de ocio. Por último, la pedagogía del ocio, que estaría referida a los fundamentos teóricos y base conceptual de la que se nutre la educación. Este autor propone una serie de finalidades de la educación en el tiempo libre (esquema 2):

Esquema 2

Pedagogía del ocio. Campos de intervención

    La acción educativa ha sido tradicionalmente asociada con la escuela, y en un segundo término con la familia, responsabilizando a ambas instituciones de los éxitos y fracasos en la formación de los educandos. Sin embargo, existen otra serie de factores que generan influencias formativas cuando el discente establece una interacción con ellos, como ocurre por ejemplo al ver la televisión o con la pandilla de amigos. Esta situación es conocida y reconocida por el sistema educativo como currículum oculto. Por ello, y aunque el animador tenga asignada explícitamente una función pedagógica, debe asumir que otros elementos del medio también educan.

    De manera similar a lo que acontece en el proceso de enseñanza aprendizaje, existe en la educación en el tiempo libre un ámbito específico responsable directo a la hora de educar el ocio, junto a otro ámbito inespecífico susceptible de intervenir e influir educativamente en el ocio. La clasificación que nos propone Llull (1999) es la siguiente:

    El asociacionismo, como medio de agrupación por analogía o intereses comunes, expresa las costumbres y comportamientos de la población. Dentro del mundo de la actividad física, hay que decir que las asociaciones deportivas han sido los principales motores del movimiento deportivo organizado, tanto en el ámbito del deporte federado y de élite, como en el ámbito más recreativo en su faceta social, como centros de reunión ciudadanos (Soria y Cañellas, 1998). Sin embargo, la evolución de los hábitos sociales ha afectado también al movimiento asociativo, que debe atender nuevas demandas. Los clubes tradicionales han fomentado la práctica de uno o dos deportes, y siempre con intención competitiva, por lo que su estructura organizativa y participativa ha quedado desfasada en relación con las propuestas de tipo recreativo. La tendencia actual se dirige hacia una práctica más libre e individualista, variada y con menos disposición a adquirir compromisos colectivos.

Bibliografía

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