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Escuelas Promotoras de Salud y su relación
con la Educación Física Escolar

 

Diplomado, Licenciado y Doctor en Ciencias de la actividad física y del deporte

Miembro Grupo de investigación HUM 727. Universidad de Granada

(España)

Esteban Fuentes Justicia

fuentes_justicia77@yahoo.es

 

 

 

 

Resumen

          La escuela saludable es uno de los proyectos planteados por la OMS junto a los de Ciudades Saludables, Hospitales Saludables, Universidades Saludables o Lugares de trabajo Saludables (Davo, 2009). Estas iniciativas son resultado de la decisión de desarrollo de la salud en entornos de intervención que no sólo se centren en las personas, sino también en las estructuras y patrones sociales que las conforman (OMS, 1996). Por otro lado, en la actualidad existen diferentes modelos de Educación Física escolar y su orientación a la mejora de la salud, tomando cada uno de ellos como alguno de los componentes de la concepción tradicional de la salud (biológica, psicológica y social).

          Palabras clave: Educación Física Escolar. Escuelas saludables. Educación para la salud.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 179, Abril de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Para Gavidia (2001) el término de escuela saludable comporta “una escuela que, además de velar por los elementos relacionados con la dimensión física de la salud, como la seguridad de accesos y la higiene del centro, también cuida en el centro de la salud psicológica, asociada al cuidado del ambiente de enseñanza – aprendizaje que se forma en el aula, y la social, referida a las interrelaciones personales fomentadas por la comunidad educativa”.

    Young y Williams (1989) la definieron como “la escuela que posee un ambiente sano donde se aprende de una manera saludable y solidaria con el medio”, planteando los siguientes rasgos característicos:

    Bajo la idea de que las escuelas, además del fomento de la salud en su comunidad educativa, pueden promover transformaciones dirigidas a la mejora de una salud social, es por lo que surge el concepto de Escuela Promotora de Salud.

1.     Escuelas Promotoras de Salud

    Este concepto, como tal, surge a finales de los años 80, de forma paralela en Norte América (Co-ordinated school health – “Salud escolar coordinada”) y en Europa. Propone que la intervención de salud escolar, además de influir en el currículo escolar, tenga en cuenta el ambiente físico y social de la población infantil, las políticas de salud en colaboración con los servicios escolares y la repercusión en toda la comunidad educativa. Según la OMS (1986) se trata de un enfoque cuya finalidad es responder a las necesidades educativas y de salud de la población infantil y juvenil de forma equitativa y democrática.

    La Red Europea de Escuelas Promotoras de Salud (REEPS) (WHO, 1993) auspiciada por la Comisión Europea, el Consejo Europeo y la Oficina Regional de la OMS en 1991, formada por escuelas de diferentes países, se plantea como objetivos principales el difundir la idea de Escuela Promotora de Salud, fomentando las relaciones horizontales entre los centros educativos y también la colaboración entre los ministerios y departamentos educativos y sanitarios.

    En la Primera Conferencia de la Red Europea de Escuelas Promotoras de Salud que tuvo lugar en Grecia, en 1997, se determinaron, entre otras, basándonos en Burgher y cols (1999) las siguientes conclusiones:

  • El reconocimiento de la promoción de la salud como inversión en educación, salud y democracia.

  • La contribución de la escuela promotora de salud al desarrollo económico y social de los niños.

  • El derecho de todos los niños a beneficiarse de la iniciativa de la escuela promotora de salud.

  • Se establece como un modelo no prescriptivo, susceptible de ser adaptado a las características culturales, políticas y organizativas de cada contexto educativo.

  • La necesidad de aumentar la colaboración de los ministerios de salud y educación.

  • Que estas escuelas constituyesen recursos para la comunidad ampliando su uso fuera del horario escolar.

  • El fomento de participación de los escolares junto con sus padres y madres.

  • Por último, se determinaron los principios que la sustentan:

    • Democracia

    • Equidad

    • Empoderamiento y competencia para actuar.

    • Ambiente escolar.

    • Currículum.

    • Formación del profesorado.

    • Valoración de los éxitos.

    • Colaboración.

    • Comunidad.

    • Sostenibilidad.

    Tras el “Educación para todos” Forum Internacional de Educación en Dakar en 2000 (UNESCO, 2000), la OMS, UNICEF, UNESCO y Banco Mundial, acordaron aunar esfuerzos a través de una plataforma común que abordasen iniciativas de salud escolar (FRESH – Recursos Efectivos en salud escolar), donde se pueden encontrar numerosos recursos y materiales para el tratamiento de programas de salud escolar (RESE, 2000).

    Más recientemente, en 2007, tuvo lugar la “Schools for Health, education and development: a call for action”, donde se congregaron la OMS, ONU y otras agencias internacionales para identificar los factores emergentes que están afectando actualmente en las escuelas. En este evento, las REEPS han pasado a denominarse actualmente como SHE Hetwork, “The schools for Health in Europe”.

2.     Modelos de Educación Física escolar orientada a la salud

    Conviven en la actualidad diferentes modelos de Educación Física escolar y su orientación a la mejora de la salud. Toman cada uno de ellos como base uno de los componentes de la concepción tradicional de la salud (biológica, psicológica y social). Pasaremos a continuación a realizar un análisis de los diferentes modelos haciendo énfasis en sus aportaciones y limitaciones, basándonos en Vílchez (2007).

    A rasgos generales, podemos decir que se diferencian en la forma de entender la salud, en la relación entre actividad física y salud, en la labor del docente y el proceso de aprendizaje del discente.

2.1.     El Modelo Biomédico de la Educación Física orientada a la salud

    El Modelo Biomédico es aquel que conceptualiza los procesos biológicos como procesos naturales minimizando el peso de lo psicológico y lo social tanto en el sentido del conocimiento, como en el sentido de adoptar una supuesta posición desideologizada, exonerando al sistema de relaciones sociales de su vínculo con los problemas de salud.

    Devís (2003) entiende que “el modelo biomédico tiene una fundamentación anatómica, fisiológica y biomecánica, y entiende la salud como la ausencia de enfermedad y lesión. Su enfoque educativo se identifica con la metáfora del ‘cuerpo máquina’ porque trata de mantener en buen funcionamiento las piezas del cuerpo, y la principal estrategia de actuación consiste en maximizar la práctica física y aumentar los niveles de condición física”.

    Una de las principales aportaciones de este modelo corresponde al reajuste de los componentes de la condición física hacia una noción de salud. Ya indicamos anteriormente que la literatura de tipo biomédico hace una diferencia entre la condición física relacionada con la habilidad atlética y la relacionada con la salud, identificando la resistencia cardiorrespiratoria, la resistencia y fuerza muscular, la composición corporal y la flexibilidad como los componentes relacionados con la salud Casperson, Powell y Christenson (1985).

    Por su parte, López Miñarro (2000) añade otra aportación, de tipo biomecánico, que consiste en la seguridad y efectividad en la realización de los ejercicios físicos, evitando riesgos innecesarios y posibles contraindicaciones que puedan tener repercusión negativa a corto o largo plazo en alguna parte del cuerpo.

    Entre las limitaciones de este modelo destacamos el énfasis que se hace en la condición física, cuando una visión de salud no sólo ha de identificar los componentes más saludables, sino que también ha de alejarse de la noción de rendimiento a la que pueden ir asociados. Recordemos que los verdaderos beneficios se encuentran en el proceso de la práctica física y no buscando altos resultados o niveles de excelencia atlética en los componentes de la condición física relacionada con la salud.

    Por otra parte, de este modelo se desprende una forma mecanicista de tratar la salud en las clases porque el alumnado queda relegado a un simple reproductor de lo que le manda el profesor o la profesora.

    Fox (1991: 36) considera que este modelo no se tiene en cuenta el proceso interno de los participantes ni las circunstancias en que se realizan las actividades. Para Welk (1999: 17) hay una falta de aprendizaje significativo de aquello que se hace en las clases y que puede dar sentido a la práctica física que se realiza más allá de la escuela. Y, finalmente, este modelo se olvida de otros aspectos experienciales, sociales y culturales que condicionan la práctica física de las personas y que resultan fundamentales para motivar e implicar al alumnado en actividades físicas del presente y el futuro.

2.2.     Modelo Psicoeducativo de Educación Física orientada a la salud

    Posee una fundamentación psicológica, experiencial y educativa. La salud se entiende como una responsabilidad individual y depende de la elección que cada persona haga de su estilo de vida.

    El enfoque educativo se orienta a las actitudes y al conocimiento, por eso una de las principales aportaciones consiste en desarrollar las actitudes positivas y la autoestima en el alumnado. La percepción e interpretación que haga el alumnado de su participación en las actividades físicas serán fundamentales en este punto (Fox, 1991: 37). De ahí la importancia de asegurar una amplia oferta de actividades y experiencia que resulten satisfactorias (Devís y Peiró, 1992: 37).

    También destaca entre las aportaciones de este modelo el conocimiento teórico y práctico que permita al alumnado tomar decisiones informadas respecto a la actividad física y la salud. Especialmente relevante es el conocimiento práctico que se utiliza durante la implicación práctica y se dirige a “saber cómo” hacer las actividades y elaborar un programa personal con la intención de servir de punto de partida para una vida activa en el futuro.

    Entre las limitaciones del modelo psicoeducativo encontramos el excesivo énfasis en las decisiones personales y los autoconceptos como si la persona fuera totalmente libre para elegir su estilo de vida, cuando resulta que muchas de esas decisiones se escapan al control personal. Con ello se obvian los condicionantes sociales, económicos y culturales de la gente, así como de las constricciones que tienen las personas para tomar decisiones auténticamente libres.

    Por otra parte, una de las limitaciones prácticas corresponde a la posibilidad de abusar de clases teóricas de aula o pizarra al presentar el conocimiento al alumnado al modo de las asignaturas académicas, pero eso es menospreciar el potencial educativo de la práctica para aprender conceptos.

2.3.     Modelo Sociocrítico de Educación Física orientada a la salud

    Dicho modelo posee una fundamentación principalmente sociológica, entendiendo la salud como una construcción social, fruto de la acción individual y colectiva que trata de crear ambientes más saludables.

    Este modelo además de las implicaciones éticas trata de identificar las fuerzas ideológicas que encierran la práctica (Tinning, 1993), por tanto, tiene que ver con el análisis ético o político de la propia práctica, así como las repercusiones contextuales.

    Desde una perspectiva de reflexión como acción política, surge la teoría crítica o socio-crítica que lucha contra las injusticias sociales y por el cambio social, estableciendo la teoría crítica de la enseñanza (Carr, y Kemmis, 1988). Este nuevo planteamiento es el fruto de una nueva filosofía en la que el profesor es visto más como agente, que como poseedor de técnicas o destrezas de enseñanza.

    La principal aportación de este modelo es la de promover la conciencia crítica en el alumnado para que se conviertan en consumidores críticos de programas de actividad física y salud. La estrategia educativa consiste en ofrecer experiencias reflexivas (discusiones, comentarios escritos, reflexiones personales, etc.) que cuestionen y saquen a la luz las distorsiones y contradicciones que existen alrededor de la actividad física y la salud y que se relacionen con procesos socio-económicos y culturales más amplios (Kirk, 1990).

    Las principales limitaciones de este modelo se encuentran en que puede obviarse la posibilidad de elección individual y convertirse en una visión determinista. Asimismo, puede centrarse exclusivamente en la discusión y el apoyo teórico.

2.4.     Enfoque de salud integral en la Educación Física

    Los tres modelos anteriores presentan diferentes visiones de la salud dentro de la Educación Física. Ninguna de ellas posee la solución total a los problemas de la actividad física y la salud y cada una tiene sus puntos flacos y fuertes y sitúa los problemas dentro de sus propias coordenadas, aportando también soluciones diferentes. Devís (2003) considera que “Desde mi punto de vista, el futuro pasa por adoptar una ‘perspectiva holística’ que consiga integrar los tres modelos anteriores de la forma más coherente posible, de manera que podamos contar con una estructura teóricamente fundamentada para la selección del currículum. No se trata de una tarea fácil pero enfatizando las aportaciones de cada uno y reduciendo o superando las limitaciones respectivas podemos conseguirlo. Veamos pues cuáles serían los principales aspectos a tener en cuenta para elaborar un currículum de educación física relacionado con la salud”.

    En primer lugar, la asignatura está especialmente comprometida con la importancia de maximizar la práctica de actividad física, tal y como señala el modelo médico, pero sin buscar aumentar los niveles de condición física como prioridad. Recordemos que, como señalan Simons-Morton y cols. (1987), el aumento de niveles de condición física o de sus componentes relacionados con la salud en los niños/as, no parece que se mantengan y trasladen a la edad adulta.

    Además, la práctica física debe convertirse en una experiencia positiva y satisfactoria si pretendemos desarrollar las actitudes hacia la actividad física. Pero esto supone ampliar en el alumnado el sentido de competencia y éxito en la realización de actividades físicas. Sin embargo, la promoción de la actividad física y la salud en la Educación Física escolar está vinculada a la participación y no al rendimiento. Pensemos que este último está más próximo al elitismo de la condición física y la habilidad, mientras que el primero lo está a la visión participativa de la actividad física.

    En resumen, la educación física no sólo debe contribuir a mejorar la salud del alumnado, dirigiendo los esfuerzos educativos al carácter preventivo y de bienestar asociados a la práctica de actividad física, sino que también debe contribuir a la promoción de la salud. Es decir, incluir todo lo que contribuya a la adquisición de estilos de vida y entornos saludables, por parte del alumnado, más allá del periodo escolar. Por lo tanto, la educación física debería recoger la práctica de actividades físicas (procedimientos) y también las actitudes, el conocimiento y la conciencia crítica que envuelve a la citada práctica y le resulten útiles en el presente y el futuro.

Bibliografía

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