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El humanismo martiano. Fundamento del sistema

organizativo de la Cultura Física y el Deporte en Cuba

 

Profesora de Enseñanza General Media. Especialidad Historia

Licenciada en Educación. Especialidad Historia y Ciencias Sociales

Máster en Pensamiento Filosófico Latinoamericano

Profesora de Filosofía en la Universidad de Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte. Facultad de Villa Clara

Msc. Iris Guillermina Mederos Aguirre

irisma10@inder.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          A partir del reconocimiento de la existencia de un pensamiento de carácter filosófico contenido en la obra martiana y de un proceso de fundamentación teórica del Sistema Organizativo de la Cultura Física y el Deporte en Cuba , expresado especialmente en los documentos normativos del INDER, en los trabajos de sus fundadores, en los programas que se desarrollan en los centros del Sistema de Enseñanza Deportiva y en las obras de prestigiosos investigadores de esta esfera de la realidad social, se asume la idea de que Cuba exhibe y defiende en el marco de la situación actual del movimiento olímpico, un modelo de deporte alternativo, caracterizado por un enfoque humanista que se sustenta en la comprensión martiana del desarrollo social.

          Palabras clave: Cultura física. Deporte. Humanismo. José Martí.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 179, Abril de 2013. http://www.efdeportes.com/

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    Los problemas sociales que afectan al mundo desde finales del Siglo XX, impactan sin lugar a dudas al deporte, que es un fenómeno social complejo, en este ámbito se ha producido una nefasta combinación entre la excesiva comercialización y el profesionalismo, que ha traído como consecuencia la presencia en el movimiento olímpico de viejos vicios del deporte rentado, que en su tiempo fueron objeto de la crítica martiana en sus crónicas deportivas y de otros propios de la sociedad en épocas posteriores.

    Constituyen tendencias actuales el movimiento deportivo a nivel mundial el dopaje, la codicia por obtener mayores ganancias, el ansia de sobreponer el espectáculo sensacionalista a toda costa, el deterioro del hombre no sólo en lo físico sino también en lo psíquico, debido a que los métodos de preparación en busca de un récord, marcas, o resultados, pueden asumir rasgos inhumanos, alienantes, que afectan la salud del hombre, la satisfacción de sus necesidades sociales y el proceso de su formación integral.

    Con frecuencia se pone lo material por encima de lo espiritual, fomentando la supremacía intelectual del promotor profesional, que se ocupa de pensar, concertar, hacer la propaganda y satisfacer las necesidades materiales del deportista y a la vez le crea una concepción de que las ideas relativas a la defensa de patria, la identidad cultural y la nación son concepciones que no se corresponden con la época actual, con la modernidad, no son propias de la sociedad global , que lo importante es defenderse a sí mismo mientras pueda, llegando por esta vía a desestabilizar las relaciones sociales del deportista.

    Esta, como toda tesis puede resultar polémica, es conocida las disputa en el ámbito filosófico acerca de la existencia de un pensamiento filosófico en Martí y que, en la opinión de Pablo Guadarrama quizás se deba a la exigencia, para considerar alguna producción teórica como Filosofía, de la presencia de una visión omnicomprensiva sistematizada. (Guadarrama Pablo, 2001).

    Quizás para algunos resulte cuestionable la idea de la existencia de una concepción de acerca del deporte socialista cubano e incluso no existe consenso, desde el punto de vista teórico acerca de qué entender por Sistema Deportivo Cubano.

    Para hacer comprensible la tesis de partida a continuación se concreta el sentido que se atribuye a los términos fundamentales utilizados.

    El humanismo martiano, como todo el pensamiento humanista latinoamericano posee bases éticas, pero sus presupuestos rebasan las dimensiones del ámbito de lo moral en la medida en que, a partir de su condicionamiento histórico, contribuyen a la preparación ideológica para las transformaciones sociales que cada época exige, de ahí el efecto práctico espiritual que desempeñó en su tiempo y el que mantiene en la actualidad.

    El estudio de pensamiento martiano, expresado en su vasta obra, permite apreciar que su proyecto pretendía modelar la masa humana conformada por los pueblos de nuestra América y en especial, el cubano, para la “la hora de los hornos”, por lo que profundizó en el conocimiento de lo humano elaborando una concepción del hombre como punto de partida de su ideal emancipador.

    Su pensamiento posee una perspectiva antropológica, toda su obra está consagrada al logro de la liberación multilateral humana, pero a diferencia de las fuentes que influyen en su heterogénea formación intelectual (Cristianismo, Krausismo, Ilustración y Positivismo, entre las fundamentales) su humanismo posee un carácter práctico y desalienador (Guadarrama González, 2001).

    El análisis y la valoración martiana de la naturaleza humana, sus potencialidades e imperfecciones parte de su confianza en la bondad del hombre, concebida no como un don natural o divino, sino como algo que hay que concebir y cultivar, que se construye y se conquista a través de la propia actividad humana, cuando se orienta bien y que resulta indispensable para lograr formas superiores de convivencia.

    Para Martí, “ser bueno es el único modo de ser dichoso, ser culto es el único modo de ser libre”, pero en lo común de la naturaleza humana, se encuentra ser próspero para ser bueno, y el único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el de conocer, cultivar, aprovechar los elementos inagotables e intangibles de la naturaleza.

    En el proceso de educación del hombre, enfatizaba en la necesidad de llevarle la ternura, que tanto bien le hace y propiciar las actitudes provechosas y cargadas de bondad, en lugar de estimular la ferocidad que también late en él.

    A partir de sus valoraciones acerca de la relación hombre- naturaleza, destaca el lugar del hombre como valor supremo de todo lo existente, así lo expresa en sus escritos ante la muerte de Emerson, al que calificara como gran filósofo y poeta americano, cuando afirma que: “El universo es siervo y el rey el ser humano”.

    Defensor de los valores de la condición humana, expresó su desprecio al racismo y a cualquier idea que la pusiese en duda, afirmando en La Edad de Oro, en su “Historia del hombre contada por sus casas”, que el hombre es el mismo en todas partes.

    Se refiere al vínculo profundo entre libertad y naturaleza como elementos básicos de la idea que el cubano se hace de la originalidad americana y proyecta una concepción de Orbe Nuevo, del equilibrio del mundo y del advenimiento de la universal redención humana. Pero para el logro de este ideal es imprescindible la unión de los “hombres de buena voluntad” en la lucha secular por la liberación y la justicia crecientes. En esta premisa, como afirmara Cintio Vitier, se funda la Revolución Cubana.

    Los grandes principios políticos y éticos martianos son:

    Sin lugar a dudas estos principios sirven de fundamento a nuestro ideal social y se concretan en la concepción de nuestro Sistema de Cultura Física y Deporte, heredero de esa tradición del pensamiento cubano, esencialmente ético, que le sirve de escudo frente al mercantilismo, el utilitarismo y el afán de lucro, que imponen la moral del interés, el olvido de nuestros derechos, la pretensión de contentar al hombre sólo con los goces físicos y la degradación del carácter nacional.

    El Humanismo Revolucionario se sustenta en las concepciones éticas de José Martí que a continuación se sintetizan.

    El carácter práctico revolucionario del humanismo martiano se aprecia cuando afirma que los pueblos no están hechos de los hombres como deberían ser sino de los hombres como son. Y que las revoluciones no triunfan, y los pueblos no se mejoran si aguardan a que la naturaleza humana cambie, sino que han de obrar conforme a la naturaleza humana y de batallar con los hombres como son o contra ellos.

    Su humanismo, aunque antropológico, no es contemplativo, es esencialmente revolucionario. Martí, como luchador político sabía que sólo el logro de la independencia y la libertad política harían posible el logro de formas superiores de emancipación.

    En esta concepción, como en todo el pensamiento ilustrado, la educación era considerada una vía para la emancipación. El ideario martiano sobre esta dimensión de la cultura, que incluye a la educación física, que fortalece el cuerpo y robustece el espíritu, constituye un elemento esencial de la proyección humanista del Sistema Organizativo de la Cultura Física y el Deporte en Cuba.

    Para sintetizar la autora de este breve estudio ha concretado los siguientes principios que se incorporan a la concepción de la Cultura Física y el Deporte en el proceso desarrollo del Proyecto Social Socialista Cubano:

    En el Capítulo V “Educación y Cultura”, expresamente en su artículo 39 de la Constitución de la República de Cuba (1992) en su inciso g, se postula que el Estado orienta, fomenta y promueve la cultura física y el deporte en todas sus manifestaciones como medio de educación y contribución a la formación integral de los ciudadanos.

    El Sistema Organizativo de la Cultura Física y el Deporte en Cuba proyecta una imagen, exhibe resultados que no se limitan a sus record y medallas, también ofrecen el resultado de su estrategia para elevar la calidad de vida. Es su carácter humano lo que caracteriza a nuestro movimiento deportivo. A pesar de los retos que imponen la globalización, la comercialización del deporte y el profesionalismo, en Cuba no se cambian los principios por ingresos económicos.

    En la actividad teórico práctica en la esfera deportiva cubana, el deporte entendido como un derecho del pueblo, heredero de los más altos valores de la espiritualidad de la patria, es factor de integración social, conformador de una imagen propia del ser cubano, caracterizado por la cultura de la resistencia, el valor, la tolerancia y la solidaridad humana. Su hilo conductor, su brújula, su fundamento es el humanismo, que en este contexto es resultado de la síntesis que en nuestra concepción se ha hecho del humanismo martiano, el marxista, el humanismo preconizado en el ideal olímpico.

Conclusiones

Bibliografía

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