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La representación social del envejecimiento en futuros 

profesionales de la cultura física y el deporte en Santiago de Cuba

 

Universidad de la Cultura Física y el Deporte

Santiago de Cuba

(Cuba)

MsC. Raquel Morasén Cuevas

raquel.cuevas@medired.scu.sld.cu

 

 

 

 

Resumen

          El fenómeno del envejecimiento, avanza con extraordinaria rapidez y ha impulsado a las organizaciones internacionales, a los gobiernos nacionales y a las asociaciones científicas gremiales, entre otras a analizar el tema y a adelantar planes y acciones que puedan dar respuestas adecuadas y económicamente factibles a los efectos de dicho envejecimiento. Se examina el concepto de Representación Social, analizando sus expresiones acerca del proceso de envejecimiento en algunos sujetos futuros profesionales de la cultura física y el deporte, por la importancia que reviste la contribución de los mismos en el logro de un envejecimiento exitoso. Se argumenta que las bases de esta representación social hay que buscarlas en el proceso de socialización que tiene en la familia uno de sus principales agentes y en los roles sociales que desempeñan los ancianos, para la formación de su autovaloración acerca del envejecimiento, capaz de contribuir en gran medida a la integración social del anciano que le permita mantener una vida activa y lograr un envejecimiento saludable y exitoso.

          Palabras clave: Envejecimiento. Representación social. Profesionales. Cultura Física.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 178, Marzo de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La investigación sobre la representación social del envejecimiento que refleja el sentido común (popular del proceso de envejecimiento) contribuye a reflejar los elementos identitarios de nuestra cultura frente a la tendencia globalizadora neoliberal de hacer desaparecer las particularidades culturales nacionales.

    En este escenario general, la paulatina prolongación de la esperanza de vida y el acelerado incremento de la población mayor, tanto a nivel mundial como regional y nacional han suscitado su propio interés por enfrentar esos nuevos desafíos y para encontrar alternativas justas, dignas e inclusivas para todas las personas.

    La revolución que se ha operado en el campo del envejecimiento, como herencia de fines del siglo XX, está teniendo lugar por primera vez en la historia de la humanidad, por su complejidad y por sus consecuencias para el futuro requiere de autores sociales con una intensa obra de orden social y atribución de valores y tema, adelantar planes y acciones que puedan dar respuestas adecuadas y económicamente factibles a los efectos de dicho envejecimiento.

    La noción de representación social se ajusta a este objetivo del envejecimiento porque es capaz de propiciar una visión global de la vejez, ya que para mejorar la calidad de vida de los mayores es necesario, comprender lo que significa ser anciano, cómo estos se ven a sí mismos, cómo ven su vida y la naturaleza de su ancianidad, pero también se incluye como se representan los demás sujetos (otras generaciones) este proceso, manifestándose, grado de información comportamiento y tratamiento de estos hacia las personas mayores, destacando además la educación y socialización que se expresa en tal sentido.

    La Universidad de Cultura Física de Santiago de Cuba fue el contexto escogido para este estudio, Esta investigación se apoya en criterios autorizados con entrevistas en profundidad. Fueron entrevistados y encuestados 170 estudiantes de la enseñanza.

    Partir de la prevalencia de los diferentes criterios de representación social del envejecimiento establecidos, nos permitió tener una caracterización de cómo perciben estos sujetos el envejecimiento.

    Este conocimiento será crucial en la planificación y desarrollo de estrategias para futuras intervenciones que contribuyan a superar las deficiencias que en este fenómeno subsisten.

Objetivo

    Caracterizar la representación social del envejecimiento en futuros profesionales de la cultura física y el deporte en Santiago de Cuba.

Método

    Se utilizó una metodología integradora de elementos cualitativos y cuantitativos.

Desarrollo

    El envejecimiento es un fenómeno natural y se refiere a un proceso gradual de cambios y transformaciones a nivel biológico, psicológico y social que ocurre a través del tiempo. El envejecimiento social se refiere a los hábitos, papeles y relaciones en el ámbito social. El contexto social influye en el significado de la vejez que tienen las personas. La vejez es un hecho biológico y una construcción social, en este sentido es importante señalar que la ancianidad es un concepto prácticamente cultural.

    El campo restringido que brindan las representaciones sociales margina a quien envejece ya que se aleja de actividades valoradas en las que pueden reconocerse sus posibilidades vitales y creativas, una muy importante que es el ejercicio físico. Está demostrado que los aspectos esenciales para un buen envejecimiento son el mantenimiento de los lazos familiares y una participación social significativa.

    Desde el punto de vista de la representación social del envejecimiento al revisar la historia de las Asambleas Mundiales sobre esta temática se encuentran varios hitos que vale la pena considerar al aludir a imágenes del envejecimiento y sus implicaciones en la construcción de políticas y planes de acción.

    Más de una década después de la Primera Asamblea Mundial sobre el envejecimiento, la Cumbre Social de Copenhague (1995) destaca la importancia de construir una sociedad para todos, teniendo en cuenta el desarrollo individual, desde el comienzo hasta el fin de la existencia.

    Por mucho tiempo se consideró que los problemas del envejecimiento y de los viejos formaban parte de la vida natural y que había que resolverlos en el ámbito individual en cada caso, se convirtieron en objeto de problemas públicos solo cuando se empezó a definir a la vejez como una categoría social distinta, compuesta por personas que en razón de su edad merecían consideraciones especiales.

    Toda representación constituye una unidad funcional estructurada. En término de contenido está integrada por otras formaciones subjetivas, opiniones, actitudes, creencias, informaciones y conocimientos. En el caso de la representación del envejecimiento deben ser utilizados como indicadores para su mejor estudio estos aspectos.

    La representación que socialmente se tiene del envejecimiento influye en la actitud que se asume ante el anciano. Las actitudes de personas hacia ellos, influye en la imagen que el anciano construye de sí mismo.

    A diferencia del resto de los animales sociales la conducta de los hombres no tiene un origen genético sino que es fruto de un proceso de aprendizaje al que se le llama socialización.

    La metáfora de la familia como “aula primordial” apuntaba a como en su seno se instaura el proceso de socialización del hombre. El papel social de la familia no se agota en la socialización primaria, sino que también interviene en la socialización secundaria como transmisora de conocimientos o de valores.

    El funcionamiento de una persona en sociedad es factible de medir a través de su desempeño en los distintos roles sociales que le corresponden ejercitar.

    El concepto de rol social ha sido definido de varias maneras. Según la (OMS) Organización Mundial de la Salud, el rol social es un conjunto de expectativas que las personas tienen acerca de la conducta de una persona que toma o adopta una posición determinada. El desempeño de un rol determinado adquiere gran relevancia por cuanto es el mecanismo que permite la integración de una persona al sistema social en el cual se inserta.

    En el contexto de una sociedad contemporánea que asigna una fuerte valoración a los aspectos científico y tecnológico por sobre la experiencia personal, provoca que el adulto mayor comience a ser considerado un ser que no tiene nada valioso que aportar. Resulta tradicional la expresión de que los adultos mayores tienen un “rol sin rol” vale decir una posición social carente de obligaciones.

    En una sociedad moderna las tareas son principalmente de tipo laboral ya que a través de ellas el individuo adquiere su respectivo status económico y social. El hecho de que este grupo etario no forme parte de la población económicamente activa significa que queda privado del status que proporciona el producir, así como de diversas obligaciones constituyentes de un rol social.

    Si bien es cierto que el envejecer implica un deterioro biológico, son las condiciones sociales de carencia de servicios y las ideas contenidas en el modelo médico tradicional las que restan oportunidades para que el viejo se mantenga activo y se pueda auto valorar. La ausencia de una definición sociocultural del conjunto de actividades específicas para los ancianos les hace sentirse inútiles y sin reconocimiento social. La falta de tareas especificas conlleva a la dificultad de no saber en qué concentrar los esfuerzos y en que volcarse, a modo de actualizar las propias potencialidades.

    Pese a que el número de ancianos ha aumentado, su papel social ha perdido importancia. A lo largo de la vida se desempeñan un número de roles sociales que influyen en el autoconcepto y autoestima personal. El aumento progresivo de la expectativa de vida en todas las sociedades presenta para los próximos decenios el importante desafió de definir el significado y los roles sociales de los adultos mayores. Este desafió implica la necesidad de realizar arreglos sociales que permitan a las personas mayores el desarrollo de todas sus potencialidades en busca de un envejecimiento exitoso y saludable que tiene que ver con la funcionabilidad biológica y social que permita la plena integración social y familiar de los que envejecen, lo que implicará superar las barreras sociales y culturales que aún persisten e impiden a los adultos mayores desarrollar sus potencialidades.

    Los mitos de envejecer están relacionados con los prejuicios de la sociedad que se ciernen sobre los ancianos, conduciéndolos a tener conductas acordes a la imagen que en ese contexto se tiene sobre el fenómeno. En el marco social, por ejemplo, que se presenta sobre el envejecimiento se dan incongruencias como la no aceptación de los mayores como representantes del compendio de la memoria de la experiencia y por tanto de la sabiduría.

    Se señala que una vez transpuesta una determinada edad es normal que las personas vayan reduciendo los roles más activos, busquen otros de menor actividad, reduzcan la intensidad y frecuencia de las interacciones sociales y se vayan centrando cada vez más en su propia vida interior. Es decir que las personas se van haciendo cargo de la disminución de sus actividades a medida que envejecen y en ese mismo grado se van desvinculando del mundo. Diversos autores destacan que la edad y el género determinan expectativas de rol y se constituyen en verdaderos marcadores de la vida social.

    Una de las características del fenómeno del envejecimiento de la población en todo el mundo es la diferencia según el género. Las previsiones estimadas son que en el 2025 el 15% de la población mayor de 60 años serán mujeres frente a un 12,6% que serán hombres.

    Es muy importante en el proceso de envejecimiento la diferencia que se establece en la condición de género entendida como los roles y comportamientos culturalmente asumidos por hombres y mujeres.

    El hombre mayor, se ve con mayor tristeza y frustración en comparación con las mujeres debido a que ellos no pueden seguir cumpliendo con el papel social y cultural asignado de proveer y seguir trabajando para traer sustento e ingreso al hogar, es decir que siente un sentimiento de fuerte responsabilidad y de temor de ya no poder hacerse cargo del mantenimiento de su familia. Para las mujeres de esta edad si bien la experiencia del envejecimiento no es del todo agradable, en particular debido al desgaste físico y al deterioro de la salud, presenta la posibilidad de seguir desempeñando el papel que tradicionalmente se espera de ellas cuidando a otros; es decir que el proceso del propio envejecimiento se relaciona con situaciones y experiencias más positivas: familia y compañía.

    La diferencia se marca también si se envejece solo o acompañado. Los ancianos viudos y solos que no tienen a nadie que los cuide muestran decepción, carga emocional de tristeza de sentir que la vida no le jugo limpio porque al final su expectativa era que una mujer lo acompañara y lo cuidara en sus últimos días de vida.

    La construcción diferente de redes sociales influye en la experiencia del envejecimiento, así desde el punto de vista social a las mujeres se les asigna la construcción de esas redes a lo largo de la vida tienen por tanto los contactos necesarios y van desarrollando las habilidades para socializarse con diferentes personas en la comunidad, mientras que los hombres de quienes no se espera la construcción de estas redes no las han tejido a lo largo de su vida y se encuentran entonces con un número menor de amistades y de relaciones que las mujeres.

    Según estudios se precisa que existe una sobrecarga en la mujer al cambiar su protagonismo en la dinámica social a través de un notorio incremento de su presencia laboral, política y comunitaria.

    Si la familia es el escenario primero de la socialización de género, es de esperar que se acuda a la discusión acerca de la identidad sexual y de género a través del mundo materno y paterno y toda una serie de elementos de diferenciación entre niños y niñas que comienza desde el momento de su nacimiento. Son los padres, como sujetos identificados los que han de sentar las bases para la formación de la identidad de género, proporcionando elementos para establecer una diferencia entre formas de actuar, pensar y reaccionar masculinas y femeninas distintas frente a situaciones particulares. Es en este contexto privado de la familia que es asumido el rol por los ancianos.

    La sociedad deja a las personas mayores sin roles que cumplir, hay más preocupación por el grado de atención y satisfacción de sus necesidades que por las acciones sociales que puedan realizar y hay una situación de aislamiento, marginación que no proviene como lo indica el mito de las familias sino de la propia sociedad y sus instituciones que no suelen brindar canales de participación comunitaria a sus mayores ni suficiente apoyo a las familias de estos.

    En los adultos la actividad física puede ser una fuente de descargue de la tensión acumulada en el trabajo, así como el mejor tratamiento para prevenir el envejecimiento prematuro o cualquier enfermedad.

    Se reconoce que un envejecimiento inactivo genera disímiles efectos indeseables que coadyuvan a la reducción de la autonomía y por ende la calidad de vida, y que además, mediante dicho proceso se suceden cambios a nivel cardiovascular, respiratorio, metabólico, músculo esquelético, motriz, etc., que reducen la capacidad ante el esfuerzo y la resistencia al estrés físico de los mayores.

    De todo lo anterior se desprende nuestro interés por este estudio, si no es adecuada la percepción que se tenga del envejecimiento por parte de los futuros profesionales del deporte, no podrán comprender jamás lo que el deporte significa para las personas de la tercera edad entre otras actividades que les permite mantenerse activos y saludables.

Análisis y discusión

    Se realizó un estudio con 100 estudiantes a los cuales se les aplicó una encuesta:

    De los sujetos consultados el 87,0% posee información sobre el proceso de envejecimiento, de ellos el 13,0% no tiene ninguna El 52,0% manifiesta haber recibido la información por la televisión, el 15,0% por la prensa, el 23% por la familia, el 9,0% por la radio y el 3,0% por los libros.

    Al valorar el envejecimiento los sujetos entrevistados emiten una variabilidad de criterios que dio la posibilidad de conformar un grupo de categorías a partir de las respuestas expresadas por ellos con más reiteración.

    El 30% lo valora como algo natural, el 7,0% considera que es un período difícil. En cuanto a la percepción que tienen los encuestados sobre el proceso de envejecimiento el 38,0% considera que es bueno, el 22,0% considera que es malo, el 24,0% que es agradable y el 16,0% que es desagradable.

    En cuanto al comportamiento hacia el envejecimiento el 49,0% de estos jóvenes encuestados manifiesta un comportamiento solidario hacia el anciano, el 37,0% de forma cariñosa el 14,0% se comporta de forma indiferente.

    En cuanto el papel que desempeñan los ancianos en la sociedad, se valoran también una serie de categorías que ellos emitieron. Un 70,0% de los jóvenes encuestados consideran que los ancianos pueden brindar experiencia a los jóvenes, el 5,0% los identifica cuidando a los nietos, el 10,0% considera que son importantes en la familia, el 15,0% lo ubica en la orientación y la enseñanza, el 5,0% haciendo mandados, el 12,0% no lo ubica en ningún papel, el 5,0% no sabe cual puede ser el papel.

Comentarios

    Observando los resultados de esta encuesta se puede valorar, que según el aspecto cognitivo los estudiantes encuestados en su mayoría consideran el proceso de envejecimiento como normal y natural, por lo que a pesar de ser insuficiente la información que poseen expresan la realidad del mismo. Sin embargo no llegan a distinguir la necesidad y preocupaciones en los ancianos, referido no solo al aspecto psicológico y desenvolvimiento social, por lo que este conocimiento está en correspondencia con las acciones, algunos conocen y están informados, pero no responden a esas necesidades, en consecuencia su representación social del envejecimiento es restringida.

    El gran peso de la información la mayoría dice haberla recibido por la televisión, la familia las cuales desempeñan un papel importante en la transmisión de valores y debe continuar esta labor con mucho más fuerza.

    Con relación a la percepción que manifiestan los encuestados con respecto al envejecimiento, expresan una representación social que no esta lejos de la realidad, reconocen que no es del todo bueno ni del todo malo ya que posee sus aspectos positivos y negativos, aunque la mayoría considera que es un proceso bueno y agradable, en un grupo más reducido subsiste criterios restringidos sobre el proceso de envejecimiento que pueden estar ligados al nivel de conocimientos, mitos y prejuicios.

    En cuanto a la actitud ante el envejecimiento se manifiesta una representación amplia ya que la mayoría de los encuestados expresan un comportamiento solidario y cariñoso hacia el anciano, además de considerar que puede desempeñar un papel social importante a partir de su experiencia, para apoyar en la educación de la familia.

    Sin embargo un 90 % consideran que tienen la oportunidad de integrarse a la sociedad si no tienen una enfermedad física que se lo impide, consideran en lo fundamental la práctica del deporte para que se mantengan activos.

    Otra cantidad de 30 estudiantes fueron entrevistados del mismo centro de estudio.

    En cuanto al grado de información de estos jóvenes con respecto al proceso de envejecimiento, el 73,3% posee conocimientos y un 26,7 % dice tener poco

    El 100% de los informados dicen haber recibido la información por la televisión, el 26,7%, por la familia y el 3,3% por los libros. En cuanto a la valoración sobre el proceso de envejecimiento que tienen los entrevistados, el 43,3% lo identifica como feo el 10% considera que es una etapa que está muy cerca de la muerte y el 66,7% como natural. A propósito se expresan criterios como:

    Sobre el comportamiento hacia los ancianos, el 33,3% se muestra solidario, el 50% cariñosos y el 16,7% indiferente ante el envejecimiento.

    El 60% de los entrevistados considera que el papel del anciano es brindar experiencia y un 40% que es cuidar de los nietos. En su mayoría estos últimos han sido atendidos por sus abuelos, pues sus padres trabajaban fuera del hogar.

Comentarios

    Los sujetos entrevistados en el nivel cognitivo se ubican en una representación social del envejecimiento restringida, pero a pesar de ser insuficiente sus conocimientos, les permiten valorarlo como un proceso natural, criterio que está relacionado con la realidad.

    En cuanto a la representación social que tienen los entrevistados con respecto a la percepción del envejecimiento es también restringida, esta lejos de la realidad al identificar la vejez simplemente como fea, sin llegar a reconocer que todas las etapas de la vida tienen su encanto y su belleza.

    En cuanto al comportamiento de estos jóvenes ante el envejecimiento, la mayoría se muestra solidaria y cariñosa con los ancianos, además consideran que este puede desempeñar un importante papel social, incluyendo en la familia, por lo que reflejan una representación social amplia ya que con sus criterios están muy cerca de la realidad de este proceso.

    Aunque un grupo más reducido asume una posición neutral ante el proceso de envejecimiento al no involucrarse ni directa ni indirectamente con el proceso lo aprecian con indiferencia.

Conclusiones

Bibliografía

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