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Las lesiones deportivas y sus posibles causas

 

Diplomada en Fisioterapia

Profesora Facultad de Fisioterapia. Universidad de Vigo

Dra. Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

Rocío Abalo Núñez

rocioabalo@uvigo.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          Uno de los principales problemas a la hora de investigar el tema de las lesiones en el deporte es encontrar una definición de lesión deportiva que sea aceptada por la comunidad científica. Llama la atención las numerosas definiciones de este término, casi tantas como estudios realizados. Además del significado de este término también es importante conocer sus posibles factores causales para poder minimizarlos en la medida de lo posible. Así, en este trabajo se hace un acercamiento a la terminología de este contenido y se plasman algunas de las diferentes causas.

          Palabras clave: Lesiones. Deporte. Causas. Prevención.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 177, Febrero de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En términos generales, el concepto de lesión se aplica a todos los procesos que destruyen o alteran la integridad de un tejido o parte orgánica, ya sean agudos como ocurre por ejemplo en una contusión, un desgarro o una rotura, o crónicos como sería en una inflamación o degeneración (Hinrichs, 1999).

    La definición de lesión por práctica deportiva sería el daño tisular que se produce como resultado de la práctica de la participación en deportes o ejercicios físicos (Bahr y Maehlum, 2007).

    Según Williams (1989) el término de lesión deportiva es en cierto modo impreciso. Este autor define la lesión como “el resultado de la aplicación sobre el cuerpo, o sobre parte de él, de fuerzas que exceden su capacidad de resistencia”. Las fuerzas mencionadas pueden ser aplicadas en forma instantánea o bien a lo largo de un prolongado periodo de tiempo.

    Guerrero y Pérez (2000) definen la lesión deportiva como un accidente traumático o estado patológico consecuencia de la práctica de cualquier deporte; a su vez las subdivide en:

  • Agudas: aquellas que se caracterizan por un inicio repentino, como resultado de un hecho traumático.

  • Crónicas: se caracterizan por un inicio lento e insidioso que implica un aumento gradual del daño estructural.

    Ambos tipos pueden ser autógenas (causadas por la acción dinámica del propio deportista) y exógenas (causadas por contacto corporal o descoordinación).

    La definición de lesión deportiva puede variar según los diferentes autores. Algunos dicen que la pérdida de días de entrenamiento o competición debido a un accidente durante la práctica deportiva (Garrick y Recua, 1978; McLain y Reynolds, 1989). Otros, la necesidad de asistencia al médico tras un accidente durante la práctica deportiva (Roy, 1979; Wroble, Mysnyk, Foster y Albright, 1986; Lorish, Rizzo, Ilshup y Sott, 1992). Otros combinan ambas opciones (Snook, 1979; Estwanik y Rovere, 1983).

    La American Orthopedic Society for Sports Medicine revisó en 1988 las definiciones aportadas en distintos estudios para hallar una clara definición. En esta línea Noyes, Lindenfeld y Marshall (1988) propusieron que, una lesión debe ser considerada deportiva si está relacionada con el deporte y mantiene al deportista fuera de la competición el día siguiente de producirse y requiere atención médica.

    En la misma línea Santoja, Sánchez, Ferrer y Pastor (2001) definieron para su estudio la lesión deportiva como la participación deportiva que hace que el jugador sea retirado del partido o entrenamiento, o que le impide participar en el siguiente partido, entrenamiento o en ambos.

    Desde el punto de vista científico, el empleo del tiempo perdido como definición de las lesiones deportivas está sujeto a importantes errores: no determina la gravedad y no existe un criterio común para el registro en lo que respecta al periodo de inactividad -horas, días, semanas, meses e incluso años-. Sin embargo una vez identificada la lesión, existen varios métodos de clasificación que permiten describir mejor las características de la lesión, el tejido afectado, la localización anatómica y la duración de la lesión, es decir, si es aguda o crónica (Pfeiffer y Mangus, 2007).

    Como sabemos las lesiones pueden afectar a cualquier estructura del organismo, interesándonos sobre todo las del aparato locomotor (miotendinosas, óseas y articulares).

    Por lo tanto, siguiendo las indicaciones del Comité de Investigación del American Orthopaedic Society for Sports Medicine y las especificaciones anteriores, definiremos la lesión como el daño, percance o contratiempo que ocurra durante la competición o los entrenamientos y que cause baja en la competición o en dos o más días de entrenamiento o que conlleve un descenso en la carga de entrenamiento en dos o más sesiones consecutivas.

Método

    Este trabajo se ha realizado mediante una búsqueda en las siguientes bases de datos: CSIC, Medline, Scopus, Enfispo and Sport Discus. Las palabras clave más utilizadas han sido: “injuries”, “sport injuries”. Aunque según el tesauro de la fuente de consulta este podría verse modificado.

    También se realizaron búsquedas en las monografías del catálogo de la biblioteca de la Universidad de Vigo.

Resultados y discusión

    Navés, Salvador y Puig (1986) establecen como causas generales de los accidentes en el deporte las siguientes:

  • Inhabilidad e imprudencia y falta de preparación necesaria (entrenamiento).

  • Olvido de las reglas o faltas cometidas con intención o sin ella. Ejemplo: en boxeo, el golpe bajo.

  • Seguir la práctica deportiva a pesar de la fatiga. De ahí muchas roturas fibrilares y lesiones por sobrecarga y estados patológicos residuales.

  • La dureza y el contacto del propio deporte, por ejemplo en los deportes de lucha o en el rugby son comunes las heridas en las cejas, los hematomas, etc.

  • La desigualdad física entre los contendientes, por ejemplo las diferentas de altura en los jugadores de baloncesto.

  • El frío y la ejecución de ejercicios violentos sin previo calentamiento son la causa de lesiones musculares.

  • La inconsciencia, imprudencia y menosprecio del peligro. Por ejemplo en deportes de motor los expertos aconsejan no tomar una curva a más de una cierta velocidad, el sobrepasar este límite supone exponer la vida del piloto.

  • El deportista debe de ser consciente de su valor deportivo, de su estado de forma física, de su edad y de la dureza del deporte que pretende practicar. Son frecuentes las lesiones en los veteranos.

  • El mal estado de los terrenos, pistas, campos de juego, locales deportivos, utensilios, máquinas, etc.

    De igual modo, Peterson y Renström (1989) hace mención a unos factores que deben considerarse en relación a las lesiones y pueden entenderse como posibles causas de lesiones. Establece tres apartados: calificaciones del atleta, equipamiento y servicios deportivos y características de los deportes.

  • Calificaciones de los atletas: señala la edad del sujeto como causa de la disminución de la fuerza y la resistencia de los tejidos, las características personales en relación con el temperamento y la madurez, la experiencia, el nivel de entrenamiento, la técnica, un periodo de calentamiento insuficiente, los programas de entrenamiento y competición intensivos, los problemas de salud, una dieta equilibrada y nutritiva y medidas generales, como reposo y sueño suficientes y evitar el alcohol.

  • Equipo y servicios deportivos: equipo inadecuado, defectuoso o mal diseñado, las prendas defectuosas, insuficientes y desechables, los servicios deportivos, la iluminación del terreno y unas condiciones climáticas indeseables.

  • Características de los deportes, en este apartado explica que el deporte de competición incluye quizá un mayor riesgo de lesiones.

    Navarro (2003) establece como causas de las lesiones dos grupos: los factores predisponentes o intrínsecos y los factores desencadenantes o extrínsecos. Los factores predisponentes o intrínsecos del deportista, los cuales tienen relación con las características personales, ya sean biológicos o psicológicos: morfología, condición física, predisposición al riesgo, condición individual de aprendizaje y experiencia que influyen en la técnica correcta y aptitudes hacia la práctica deportiva. Los factores desencadenantes o extrínsecos se centran en factores independientes de la naturaleza del gimnasta, como el proceso de entrenamiento, equipamiento deportivo y el medio, además de las exigencias del propio deporte.

    Entre los factores endógenos se ha estudiado el estrés como situación que predispone a la vulnerabilidad a las lesiones deportivas. El estrés ante la competición actúa alterando diferentes mecanismos fisiológicos, conductuales y otros procesos psicológicos. Se podría evitar, o disminuir su acción mediante la eliminación de las situaciones potencialmente estresantes o modificando algunas variables personales relevantes (Díaz, 2001).

    Los numerosos estudios de los expertos en identificar los factores causantes les han llevado a establecer dos categorías: factores extrínsecos y factores intrínsecos. Los factores extrínsecos incluyen el equipo, el medio ambiente, el tiempo de actividad y los fallos en la preparación física. Los factores intrínsecos incluyen la edad, el sexo, la constitución física, la historia clínica previa, la forma física, la fuerza muscular (en especial los desequilibrios), la laxitud de los ligamentos, la capacidad, el estado psicológico y posiblemente la inteligencia en general (Taimela, Kujala y Osterman, 1990 citado en Pfeiffer y Magnus, 2007).

    Las lesiones aparecen cuando sobre el organismo actúan una serie de fuerzas que de forma aguda o crónica puede estar relacionada con dos aspectos (Egocheaga et al., 2000):

  1. Las tecnopatías por mala ejecución técnica, errores en el entrenamiento y defectos en el material.

  2. Microtraumas por trastornos biomecánicos, calzado y terreno de juego.

    Las lesiones deportivas constituyen una amenaza al bienestar y la salud de las personas (Garrick y Recua, 1978). Además una lesión conlleva para el deportista que la padece importantes consecuencias perjudiciales. Buceta (1996) señala:

  • Disfunción del organismo que produce dolor, restringe las posibilidades de funcionamiento y puede aumentar el riesgo de disfunciones mayores.

  • Interrupción o limitación de la actividad deportiva, que puede conllevar pérdidas o riesgos de pérdidas tales como, no alcanzar las metas deportivas previstas, pérdida de ingresos económicos, etc., o en el caso de practicantes no competidores, pérdida de la condición física, aumentando de peso corporal, etc.

  • Reajustes en el entorno deportivo al que pertenece el lesionado, lo que, en ocasiones, puede derivar en pérdidas respecto a los resultados deportivos colectivos.

  • Interrupción, limitación o reajustes relativos a otras actividades extradeportivas (laborales, académicas, familiares).

  • Manifestaciones emocionales adversas (irritabilidad, ansiedad, estados depresivos, hostilidad, etc.) con repercusiones negativas en el bienestar y funcionamiento cotidiano del lesionado.

Conclusiones

    La gran variedad de definiciones del término “lesión” es un hecho que dificulta estudios comparativos porque se pierde fiabilidad. Hallar una definición estándar mejoraría enormemente la utilidad y repercusión de las futuras investigaciones.

    Obviamente no se pueden eliminar todos las causas de una lesión, pero conociéndolas si se podrá minimizar la incidencia de las mismas y minimizar sus consecuencias.

Referencias bibliográficas

  • Bahr, R. y Maehlum, S. (2007). Lesiones deportivas. Madrid: Panamericana.

  • Buceta, J.M. (1996). Psicología y Lesiones Deportivas. Madrid: Dykinson.

  • Díaz, P. (2001). Estrés y prevención de lesiones. Tesis para optar al título de doctora, Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, España.

  • Egoechega, J., Mones, L., Maestro, A. y del Valle, M. (2000). Estudio etiopatogénico de la lesión en el deporte. Análisis de 426 casos. Selección, 9 (3), 180-184.

  • Estwanick, J.J. y Rovere, G.D. (1983). Wrestling injuries in North Carolina high schools. Physical Sports Medicine, 11 (1), 100-108.

  • Garrick, J.G. y Requa, R. K. (1978). Injuries in high school sports. Pediatrics, 61, 465-469.

  • Guerrero, R. y Pérez, B. (2000). Prevención y tratamiento de lesiones en la práctica deportiva. Jaén: Formación Alcalá.

  • Lorish, T.R., Rizzo, T.D., Jr., Ilshup, D.M. y Sott, S.G. (1992). Injuries in adolescent and preadolescent boys at two large wrestling tournaments. American Journal Sports Medicine, 20 (2), 199- 202.

  • McLain, L.G. y Reynolds, S. (1989). Sport injuries in a high school. Pediatrics, 84 (3), 446-150.

  • Navarro, E. (2003). Lesiones deportivas asociadas al aeróbic de competición. Tesis para optar al título de doctora, Departamento Fisioterapia, Universidad de Murcia, Murcia, España.

  • Navés, J., Salvador, A. y Puig, M. (1986). Traumatología del deporte (2ª ed.). Barcelona: Salvat.

  • Noyes, R., Lindenfeld, N. y Marshall, T. (1988). What determines an athletic injury (definition)? Who determines an injury (occurrence) sport injury research. American Journal Sports Medicine, 16 (1), 65-68.

  • Peterson, L. y Renström, P. (1989). Lesiones deportivas. Barcelona: Jims.

  • Pfeiffer, R. y Magnus, B. (2007). Las lesiones deportivas (2ª ed.). Barcelona: Paidotribo.

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  • Santoja, F., Sánchez, J.M., Ferrer, V. y Pastor, A. (2001). Epidemiología de las lesiones deportivas. En R. Ballesteros, E. Gómez, J. Jumilla, M. Chacón, M. González, C. Melguizo, et al., Traumatología y Medicina Deportiva (vol. 1, pp. 181-193). Madrid: Paraninfo.

  • Snook, G. (1979). Injuries in women´s gymnastics. A 5 years study. American Journal Sports Medicine, 7(4), 242-244.

  • Taimela, S., Kujala, U.M. y Osterman, K. (1990). Intrinsic risk factors and athletic injuries. Sports Medicine, 9 (4), 205-215.

  • Williams, J. (1989). Atlas en color sobre Lesiones Deportivas. Londres: Ciba-Geigy.

  • Wroble, R., Mysnyk, M.C., Foster, D. y Albright. J. (1986). Patterns of knee injuries in wrestling: a six year study. American Journal Sports Medicine, 14 (1), 55-66.

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