El cambio de oponente y deslizamiento en balonmano | |||
*Diplomado en Magisterio de Educación Física, Licenciado en Periodismo y en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Murcia. Diplomado en Magisterio de Inglés y Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Pontificia de Salamanca. Maestro de Educación Física del C.P. Nuestra Señora de Fátima de Molina de Segura (Murcia) **Diplomado en Educación física por la Universidad Camilo José Cela, Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Católica San Antonio. Doctorando en Educación Física por la Universidad de Murcia |
Eliseo García Cantó* Juan José Pérez Soto** (España) |
|
|
Resumen En el presente artículo vamos a tratar de mostrar dos movimientos defensivos muy importantes en el balonmano como son el cambio de oponente y el deslizamiento. Además, en la parte final plantearemos unas tareas motrices para trabajar estos dos elementos tácticos en nuestro centro de trabajo. Palabras clave: Táctica. Defensa. Tareas motrices.
|
|||
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 177, Febrero de 2013. http://www.efdeportes.com/ |
1 / 1
1. Introducción
El Balonmano, como deporte, es de reciente creación, aunque hay expertos que señalan que sus orígenes se remontan a la antigüedad. Así, en la antigua Grecia, ya se practicaba un juego de pelota con la mano, conocido como el "Juego de Ucrania", en el que se utilizaba una pelota del tamaño de una manzana y los participantes debían procurar que no tocara el suelo.
La introducción de este deporte en territorio español ha seguido los mismos caminos y senderos que en otras partes. Primero, se dio a conocer el balonmano a once, como una derivación del fútbol y, poco a poco, se fue reduciendo en el balonmano a siete, con salas cubiertas como escenario principal.
Cagigal (1996), define el juego como “una acción libre y espontánea que surgía de la vida misma” y que surge para compensar el tiempo de negocio, es decir, la negación del ocio.
Hoy en día, el balonmano se manifiesta de diferentes formas por lo que su comprensión e interpretación en cada etapa evolutiva es distinta. Para Antón (1990), hay muchas fases entre la práctica de un juego más o menos espontáneo (con cierta anarquía) hasta el balonmano de alta complejidad y elaboración. Sin embargo, el proceso de aprendizaje pedagógico debe tener en cuenta y respetar las características biológicas, psicológicas y sociales de los niños y adolescentes. Por este motivo, no se pueden imponer modelos de práctica a imagen del adulto, evitando que la práctica tenga repercusiones negativas en el desarrollo natural del joven.
Así, Para Antón (1990), el proceso de enseñanza debe ser pedagógico y coherente, de manera que desarrolle una serie de etapas que correspondan a momentos de comportamientos diferentes. Es decir, se trata de “crear las condiciones necesarias para que los niños lleguen a desarrollar e interpretar correctamente un juego evolucionado, cuando sean adultos” (Antón, 1990).
Por otra parte, Navarro (2010), considera que en la enseñanza a edades tempranas (tanto a nivel escolar como a nivel de clubes y asociaciones) del balonmano, se debe intentar sacar el máximo provecho a los elementos lúdicos para favorecer un mejor aprendizaje de este deporte. Los niños y adolescentes aprenden más cuando lo hacen en situaciones de juego, ya que esta situación no la perciben como obligatoria, competitiva o imperativa.
El aprendizaje de este deporte a través del juego, va a estar estructurado, planificado y tendrá unos objetivos que sirvan para adquirir conceptos y desarrollar procedimientos además de establecer los mecanismos de evaluación pertinentes, tanto para el proceso de enseñanza como para el de aprendizaje.
Por lo tanto, se debe “aprender jugando”, utilizando situaciones de aprendizaje simplificadas, pero muy relacionadas con situaciones reales de juego. De esta manera, conseguimos la formación integral de los alumnos y desarrollar los contenidos de forma conjunta y no de forma aislada.
Por último, destacar el enorme valor educativo del balonmano, ya que, a nivel cognitivo, plantea situaciones que provocan en el joven la elección entre los diferentes elementos técnicos y los diferentes procedimientos tácticos dando la mejor solución a una situación de juego determinada. A nivel psicológico y social, el balonmano fomenta la cooperación, compañerismo, respeto y deportividad con el adversario. Para finalizar, a nivel motriz desarrolla una gran parte de habilidades motrices.
2. Medios tácticos defensivos
Las acciones defensivas poseen una gran riqueza de posibilidades, siendo una de la más importante la iniciativa. Así, requieren de los defensores una rápida respuesta para evitar estar supeditada a los atacantes y estar a merced de estos. Para ello, se utilizan una amplia gama de gestos técnicos que van a permitir anular o reducir la eficacia del ataque recibido.
Para Bárcenas y Román (1991), el juego defensivo es menos rico en posibilidades motrices y gestuales, presentando objetivos simplistas. De esta manera, un juego defensivo, bien concebido, no se debe limitar a la destrucción del juego atacante, sino que se refuerza con conceptos tácticos para ampliar los márgenes de iniciativa defensiva. Por tanto, no sólo se trata de evitar o interceptar los lanzamientos o las penetraciones del adversario, sino que conlleva conceptos de anticipación y de creatividad que deben ser entrenados y asimilados por los jugadores.
Para Bayer (1987), los fundamentos defensivos se pueden resumir en tres principalmente: recuperar el balón, dificultar el camino hacia la portería y evitar el gol. Estos fundamentos operativos tienen una intención táctica y en cada uno se llevan a cabo una serie de acciones como fintas, recepciones, blocajes, marcajes, cargas, bloqueos, etc.
Antón (2000), considera que todos los sistemas defensivos exigen el dominio de diferentes medios tácticos que, aisladamente o en interacción con otros, contrarresten la táctica de ataque que el equipo oponente utiliza para con seguir sus metas.
Pero, al igual que pasa en el juego de ataque, hay medios tácticos que son más necesarios que otros, en función de la forma de defensa (individual, zonal o combinada). La actividad defensiva debe respetar los principios generales del juego defensivo: protección de la portería y recuperación del balón. Un equipo puede actuar valorando más un principio sobre el otro, adecuando las actitudes y comportamientos de sus jugadores de manera que adopten una mayor iniciativa en el intento de recuperar la posesión del balón, o bien, dejen la iniciativa a sus respectivos rivales y reaccionen ante las acciones que estos desarrollen, contrarrestándolas con las técnicas correspondientes.
Partiendo de estas actitudes, podemos determinar distintos grupos de medios tácticos que un equipo en defensa puede desarrollar en el balonmano actual pasando de los medios menos complejos a los medios de mayor complejidad (Antón, 2000):
Los medios previos o inmediatos. Hace referencia a la distribución inicial e inmediata de responsabilidades. No es posible sincronizar acciones de grupos en el espacio y en el medio adecuado si no se han establecido de manera inmediata a la pérdida del balón esta distribución de responsabilidades.
Los medios simples o básicos. Hace referencia a los medios que todo equipo necesita para iniciar y desarrollar con el mínimo nivel de eficacia su actividad (basculación colectiva hacia la zona donde se encuentra el balón y cobertura específica del espacio en el que se encuentra el balón).
Los medios reactivos. Hace referencia a aquellos medios que se producen como respuesta a los medios tácticos emprendidos por los jugadores del equipo atacante para contrarrestar sus acciones, pero asumiendo que la iniciativa corresponde al equipo poseedor del balón (doblaje, cambio de oponente, deslizamientos, contrabloqueo, las barreras dinámicas defensivas, la colaboración portero-defensa en la distribución de los ángulos de tiro, etc.).
Los medios activos. Hace referencia a la asunción por parte de los defensores de la iniciativa en el juego sin esperar a que los oponentes inicien sus colaboraciones en ataque. Conllevan un mayor riesgo y exigen el dominio de los medios anteriores para poder llevarlos a cabo con eficacia (flotación, ataque al impar y el dos contra uno).
Estos medios tácticos defensivos están organizados de manera que para la aplicación de unos son imprescindibles los medios correspondientes al nivel de complejidad inferior, por lo que será un tremendo error intentar cualquier medio activo sin dominar los medios reactivos, los simples y los previos o inmediatos. Para Antón (2000), un equipo en formación deberá comenzar por la enseñanza de los medios previos, siguiendo por los simples, reactivos y finalizando por la enseñanza de los medios activos.
En el presente trabajo, vamos a desarrollar dos de los medios reactivos: el cambio de oponente y el deslizamiento, para posteriormente, plantear una serie de actividades que tienen como objetivo desarrollar estos dos elementos tácticos del balonmano.
3. El cambio de oponente en balonmano
Como hemos comentado anteriormente, el cambio de oponente es un medio táctico dentro del balonmano.
Para García Cuesta et al. (1991), es la “actuación de dos defensores para controlar a dos oponentes que han cambiado su situación entre sí, sin deformar el sistema defensivo”.
En la misma línea, Nogués (2010), define el cambio de oponente como “la acción defensiva por la que dos jugadores defensores cambian de atacante (par) entre ellos. Se da en respuesta a ciertos medios tácticos ofensivos como un cruce, una permuta, etc.”.
Antón (2000), considera que en los desplazamientos de los atacantes por los distintos pasillos de penetración, los defensores no deben intentar perseguirles, ya que se produciría un desajuste en la alineación de protección defensiva. Así, sería necesario utilizar el medio táctico del cambio de oponente siempre que sea necesario.
Por tanto, podemos considerar el cambio de oponente como la acción defensiva en la que dos jugadores de un mismo equipo en defensa, cambian de atacante entre ellos. Es decir, se responde a los cruces que realizan los rivales como movimientos tácticos ofensivos para desajustar nuestra defensa.
Estos cambios defensivos sirven para controlar los cambios de posición de dos atacantes, sin que exista modificación de las posiciones defensivas, que se pueden realizar ante oponentes con balón o sin balón.
Para la Diputación Foral de Guipúzcoa (2009), tenemos que tener en cuenta los siguientes aspectos en esta acción:
Los defensas deberán estar siempre en línea.
Es el defensor del jugador atacante que no lleva el balón el que decidirá hacer el cambio de contrario, avisando a su compañero defensor.
Si los atacantes están muy lejos o si su recorrido no es peligroso, puede hacerse el cambio de contrario aunque los defensores no estén cerca ni en línea.
Se realiza ante dos acciones claras: acción de cruce de los oponentes o ante el desplazamiento de un atacante, que supera los límites de acción de otro.
Como fallos más habituales en esta acción, de cambio de oponente, nos encontramos con los siguientes (Diputación Foral de Guipúzcoa, 2009):
Intentar hacer el cambio de contrario sin estar en la misma línea.
Que el defensa del jugador que tiene el balón intente hacer el cambio.
Hacer el cambio cuando el defensor está en contacto con su rival directo evitando el lanzamiento.
No avisar del cambio al compañero.
A continuación, vamos a valorar el uso del cambio de oponente en los distintos sistemas defensivos (Antón, 2000):
En las defensas zonales es muy importante, ya que es un medio básico de colaboración para mantener la propia zona de responsabilidad.
En las defensas individuales se realizan sólo de manera ocasional y circunstancial.
En las defensas mixtas o combinadas es muy importante en los jugadores del bloque que realizan la defensa zonal y circunstancial u ocasional en el resto de jugadores del equipo que están realizando defensa individual.
En la defensa 6:0, constituye el medio fundamental en todos los puestos del colectivo.
En la defensa 5:1, es un medio fundamental para laterales y defensa avanzado.
En la defensa 3:2:1, es un medio táctico importante en todos los puestos.
En la defensa 4:2, es importante básicamente intralíneas y muy difícil interlíneas.
4. El deslizamiento en balonmano
García Cuesta et al. (1991), define este concepto como “una actuación defensiva que consiste en que un defensor se desplaza por detrás de un compañero para neutralizar una acción atacante, sin que exista cambio de oponente”.
En la misma línea, Nogués (2010), define el deslizamiento como “la acción por la que un jugador defensor se desliza para defender a su par ante una situación donde no hay cambio de oponente”.
Né, Bonnefoy y Lahuppe (2000), consideran los deslizamientos como los desplazamientos que realizan los defensas para defender al jugador atacante del que se encarga en la acción defensiva.
Para poderse llevar a cabo esta acción, los defensas deben estar en distintas líneas o escalonados, y se utiliza cuando (García Cuesta, et al. 1991):
Los defensores no están en línea, y, por tanto, no pueden realizar cambio de oponente.
Uno de los defensores está actuando decisivamente contra su oponente con balón.
Existe un acuerdo estratégico previo, debido a la peligrosidad de alguno de los atacantes.
Un atacante con balón ha conseguido la fijación del oponente de su compañero.
A continuación, vamos a valorar el uso del deslizamiento en los distintos sistemas defensivos (Antón, 2000):
En las defensas zonales es muy esporádica su utilización, por lo que es más frecuente si las situaciones son escalonadas entre defensores.
En las defensas individuales es un medio básico que se convierte en principio de actuación.
En las defensas mixtas o combinadas es esporádica su utilización en los jugadores del bloque que realizan la defensa zonal y muy importante en el resto de jugadores del equipo que están realizando defensa individual.
En la defensa 6:0, es importante en situaciones escalonadas respecto al marcaje al pivote.
En la defensa 5:1, se utiliza con los oponentes directos del avanzado y el pivote.
En la defensa 3:2:1, se realiza por parte del defensor central en determinadas ocasiones.
En la defensa 4:2, es imprescindible interlíneas y nunca intralíneas
5. Tareas prácticas
Tarea 1
Descripción de la tarea: Dos atacantes realizan desplazamientos con continuos cruces de trayectorias. Los dos defensores tienen como objetivo efectuar un cambio de oponente, tratando de mantener contacto con sus respectivos oponentes y, a la vez, mantener una misma línea defensiva. Los movimientos de los atacantes se pueden realizar con balón o sin balón, pasándose el balón.
Tarea 2
Descripción de la tarea: Cambio de oponente ante cruce. Los jugadores atacantes se cruzan con un pase previo. Cada defensor asegura el control de un jugador hasta la permuta ofensiva y, a continuación realiza el cambio de oponente.
Tarea 3
Descripción de la tarea: En una zona delimitada, tres defensores tienen como objetivo el marcaje de una zona determinada del terreno. De estos tres defensores dos se sitúan en las zonas laterales y el tercero situado en el centro, siendo el del centro el que realiza permutas continuas de puesto. Junto a ellos y enfrente se colocan dos primeras líneas pasándose el balón. El objetivo de las primeras líneas es pasar al pivote desmarcado. Los defensores deben efectuar cambios constantes de oponente.
Tarea 4
Descripción de la tarea: Colocamos los jugadores atacantes en tres filas (ver gráfico) y dos defensores en la línea de 6 metros. A continuación, ante penetración del central atacante, sale uno de los pivotes para realizar un trabajo de cruce y combinar con el resto de atacantes para conseguir el gol. Los defensores realizan cambio de oponente para evitar el ataque del equipo contrario.
Tarea 5
Descripción de la tarea: Situación libre 4x4 con trabajo de cambio de oponente entre miembros de una misma línea defensiva. Las primeras líneas ofensivas tratan de transmitir el balón a los pivotes que continuamente permutan sus puestos.
Tarea 6
Descripción de la tarea: Juego de 3 atacantes contra 2 defensores en el cual, los jugadores laterales de forma alternativa realizan acciones de 1 contra 1 con tres posibilidades: lanzamiento, pase al pivote o pase al extremo. Los defensas centrales se reparten el marcaje de esos 3 jugadores, mediante acciones de cambio de oponente.
Tarea 7
Descripción de la tarea: Partimos de una situación de 6 contra 6 en dos líneas de 3 contra 3. A continuación, se asignan individualmente marcajes de cada uno de los atacantes. En caso de superación del sistema defensivo, el defensor responsable del marcaje del jugador que cambia la línea, cambia con él. Dentro de esta asignación individual, los defensores tratan de mantener dos líneas defensivas, realizando cambio de oponente entre miembros de una misma línea y deslizamientos entre miembros de distinta línea ofensiva.
Tarea 8
Descripción de la tarea: Se colocan dos defensores en diferente línea defensiva y tres atacantes en dos líneas ofensivas (un central en 9 metros y dos pivotes en la línea de 6 metros). A continuación, un central penetra con el balón, un pivote sale a 9 metros para hacer un bloqueo y los dos defensas realizan un cambio de oponente, siendo el bloqueado el que cierra atrás en la línea de 6 metros ante un posible pase al pivote del otro lado y el defensa que se encuentra en línea de 6 metros se dirige hacia el central que ha penetrado en dirección a la portería para evitar el tiro.
Tarea 9
Descripción de la tarea: Situación de 5 contra 3 en la que los jugadores atacantes tratan de pasarse el balón, evitando la acción defensiva, centrada en interceptar el balón o en contactar con el atacante con balón. En este caso, debe haber un cambio de oponentes entre los tres defensores con el objetivo de poder estar lo más cerca posible del jugador con balón.
Tarea 10
Descripción de la tarea: Por parejas, uno hace de atacante y otro de defensor y se colocan entre las líneas de 6 y 9 metros. A continuación, el atacante recorre el ancho de campo con balón y el defensa realiza el deslizamiento junto a él.
Tarea 11
Descripción de la tarea: En grupos de 6: tres atacantes y tres defensores. Los atacantes se sitúan en la línea de 9 metros, mientras que los defensores se hallan en la línea de seis metros entre un atacante y la portería. A continuación, cada vez que un atacante intenta avanzar o tirar su defensor debe salir a impedirlo, independientemente de la posición del campo que tenga a la hora de tirar.
Bibliografía
Antón, J. (1990). Fundamentos y etapas del Aprendizaje. Madrid: Gymnos.
Antón, J.L. (2000). Balonmano. Perfeccionamiento e investigación. Barcelona: Inde.
Bárcenas, D. y Román, J.D. (1991). Balonmano. Técnica y metodología. Madrid: Gymnos.
Bayer, C. (1987). Técnica del Balonmano. Barcelona: Hispano Europea.
Cagigal, J. M. (1996). José María Cagigal. Obras selectas. Cádiz: COE.
Diputación Foral de Guipúzcoa (2009) Diseño de Entrenamientos de Balonmano. Federación de Guipúzcoa de Balonmano.
García Cuesta, J., et al. (1991). Balonmano. Madrid: Comité Olímpico Español.
Kissling, R. (1995). 1000 ejercicios y juegos de Balonmano. Barcelona: Hispano Europea.
Lasierra, G.; Ponz, J. M., y De Fernando, A. (2000). 1013 juegos y ejercicios aplicados al balonmano. Fundamentos y ejercicios individuales (Vol I). Barcelona: Paidotribo.
Navarro, R. (2010). Aprendiendo a jugar, jugando al balonmano: didáctica de los juegos aplicados al balonmano. Revista de Educación Física, 1, 2.
Né, R.; Bonnefoy, G., y Lahuppe, H. (2000). Enseñar balonmano para jugar en equipo. Barcelona: Inde
Nogués, A. (2010). Curso de monitor de balonmano. Nivel 1. Técnica y táctica. Zumarraga: Federación de Guipúzcoa de Balonmano.
Búsqueda personalizada
|
|
EFDeportes.com, Revista
Digital · Año 17 · N° 177 | Buenos Aires,
Febrero de 2013 |