El gestor deportivo | |||
Centro de Estudios Superiores del Estado de Sonora (México) |
Héctor Duarte Félix |
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Resumen Hoy en día, la mayoría de las organizaciones deportivas son dirigidas, entre otros, por técnicos, profesores de escuela, instructores de educación física y aficionados al deporte. Palabras clave: Organizaciones deportivas. Técnicos. Profesores. Aficionados al deporte.
Maestría en Entrenamiento Deportivo de Alto Rendimiento Materia: Gestión Técnica Administrativa del Entrenador Facilitador: Dra. Margarita Lomelin Anaya
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 175, Diciembre de 2012. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
En los países altamente desarrollados son pocas las organizaciones deportivas nacionales que están lo suficientemente estructuradas como para hacer frente a los desafíos que representa un ambiente deportivo profesional bajo la influencia de las estrellas del deporte, los promotores, las cadenas televisivas y los periódicos; cada uno de éstos intenta a su vez tomar el control de las actividades promocionales y mercantiles de los eventos deportivos de mayor importancia.
Hoy en día, la mayoría de las organizaciones deportivas son dirigidas, entre otros, por técnicos, profesores de escuela, instructores de educación física y aficionados al deporte. Por lo general, esta gente es consciente de que la práctica sistemática del deporte puede beneficiar al individuo y la comunidad en su conjunto, pero a menudo pasa por alto su importancia para quienes desean alcanzar un alto nivel de rendimiento deportivo, desarrollar destrezas atléticas y técnicas deportivas, adquirir experiencia competitiva y aprender de sus propios fracasos y malas actuaciones deportivas. Además, estos líderes tienen poca o ninguna experiencia en la concepción y el desarrollo de planes enfocados a la promoción de eventos deportivos altamente competitivos para el beneplácito, tanto de los aficionados al deporte, como de los medios de comunicación, patrocinadores y espectadores.
Muy pocas organizaciones deportivas nacionales en el mundo, ya sean multideportivas o de un deporte específico, han definido con claridad su papel o han identificado de forma precisa su imagen y sus objetivos. Dichas organizaciones no han establecido sin ambigüedades su programa de actividades para optimizar su eficacia, tanto individual como colectiva, en un tiempo determinado. La ineficacia de las organizaciones deportivas actuales se debe en gran parte a la falta de una visión impulsora y a la carencia de una fuerza motriz basada en las capacidades administrativas, únicos elementos que pueden asegurar que los problemas del deporte sean confrontados en el lugar y el momento oportunos con gente capacitada, altamente motivada y bien organizada.
Cualquier organización deportiva deseosa de cumplir su misión y coordinar con éxito las actividades diarias de su deporte debe mejorar las condiciones de trabajo de sus empleados, voluntarios y miembros, facilitar la participación masiva en su deporte, asegurar la disponibilidad de material deportivo de alta tecnología y crear las condiciones apropiadas para la organización de eventos deportivos que aseguren mayor competitividad para sus deportistas, más entretenimiento para los espectadores, mayor interés para los medios y más satisfacciones para los patrocinadores. Sin embargo, la organización sólo puede asumir estas responsabilidades siempre y cuando haya logrado una organización adecuada, una administración eficaz y una gestión profesional.
A pesar de sus deficiencias, las organizaciones deportivas están obligadas a operar en unas condiciones sociales y jurídicas que emanan de los individuos y el gobierno de su país. Esas condiciones pueden constituir un marco jurídico nacional restricto o irrestricto, estructuras socioeducativas favorables o desfavorables y organizaciones comerciales, industriales y gubernamentales que brinden o no su apoyo.
Propósito
Mi propósito a través de este ensayo es ofrecer a las organizaciones deportivas una visión amplia sobre diversos temas con miras a facilitar su misión y brindarles los conocimientos necesarios para colmar las carencias internas, superar los obstáculos políticos y contextuales, y contrarrestar las fuerzas negativas.
Mi intención es ayudarles a afrontar los nuevos retos que surgen de la reciente profesionalización y comercialización de los eventos deportivos, incluidos los Juegos Olímpicos, y de la intervención de fuerzas externas que deterioran las relaciones entre, por un lado, las organizaciones deportivas y, por otro, sus deportistas y agentes de mercadeo.
Estas acciones perturbadoras se caracterizan por la intromisión de intermediarios en la conducción de los asuntos del deporte, tales como agentes comerciales o representantes de jugadores, y por las actitudes cada vez más hegemónicas de las organizaciones multideportivas y agencias gubernamentales.
En los países altamente desarrollados son pocas las organizaciones deportivas nacionales que están lo suficientemente estructuradas como para hacer frente a los desafíos que representa un ambiente deportivo profesional bajo la influencia de las estrellas del deporte, los promotores, las cadenas televisivas y los periódicos; cada uno de éstos intenta a su vez tomar el control de las actividades promocionales y mercantiles de los eventos deportivos de mayor importancia.
Hoy en día, la mayoría de las organizaciones deportivas son dirigidas, entre otros, por técnicos, profesores de escuela, docentes de educación física y aficionados al deporte. Por lo general, esta gente es consciente de que la práctica sistemática del deporte puede beneficiar al individuo y la comunidad en su conjunto, pero a menudo pasa por alto su importancia para quienes desean alcanzar un alto nivel de rendimiento deportivo, desarrollar destrezas atléticas y técnicas deportivas, adquirir experiencia competitiva y aprender de sus propios fracasos y malas actuaciones deportivas.
Además, estos líderes tienen poca o ninguna experiencia en la concepción y el desarrollo de planes enfocados a la promoción de eventos deportivos altamente competitivos para el beneplácito, tanto de los aficionados al deporte, como de los medios de comunicación, patrocinadores y espectadores.
Muy pocas organizaciones deportivas nacionales en el mundo, ya sean multideportivas o de un deporte específico, han definido con claridad su papel o han identificado de forma precisa su imagen y sus objetivos. Dichas organizaciones no han establecido sin ambigüedades su programa de actividades para optimizar su eficacia, tanto individual como colectiva, en un tiempo determinado.
La ineficacia de las organizaciones deportivas actuales se debe en gran parte a la falta de una visión impulsora y a la carencia de una fuerza motriz basada en las capacidades administrativas, únicos elementos que pueden asegurar que los problemas del deporte sean confrontados en el lugar y el momento oportunos con gente capacitada, altamente motivada y bien organizada.
Cualquier organización deportiva deseosa de cumplir su misión y coordinar con éxito las actividades diarias de su deporte debe mejorar las condiciones de trabajo de sus empleados, voluntarios y miembros, facilitar la participación masiva en su deporte, asegurar la disponibilidad de material deportivo de alta tecnología y crear las condiciones apropiadas para la organización de eventos deportivos que aseguren mayor competitividad para sus deportistas, más entretenimiento para los espectadores, mayor interés para los medios y más satisfacciones para los patrocinadores.
Sin embargo, la organización sólo puede asumir estas responsabilidades siempre y cuando haya logrado una organización adecuada, una administración eficaz y una gestión profesional.
A pesar de sus deficiencias, las organizaciones deportivas están obligadas a operar en unas condiciones sociales y jurídicas que emanan de los individuos y el gobierno de su país. Esas condiciones pueden constituir un marco jurídico nacional restricto o irrestricto, estructuras socioeducativas favorables o desfavorables y organizaciones comerciales, industriales y gubernamentales que brinden o no su apoyo.
La búsqueda de una gestión de calidad así como la toma de conciencia de quienes se encuentran al frente de las entidades deportivas, son tratadas con motivo de hacer de estas instituciones modelos eficientes y de calidad. Algunos de los aspectos determinantes de la gestión, así como la responsabilidad del dinamismo a sus estructuras como modelo de eficiencia, se someten a crítica para hacer de las organizaciones deportivas modelos con proyección internacional, con miras de asumir retos organizativos de envergadura.
Los responsables de la dirección de las entidades deportivas al ingreso del nuevo siglo juegan roles fundamentales. Además de ser los responsables de organizar, dirigir y controlar las funciones desempeñadas por las personas que están bajo su supervisión, también tienen que velar por la proyección, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Las actuales políticas del sector deportivo pretenden lograr una mejora cualitativa y cuantitativa de su proceso. Para alcanzar estos propósitos, no basta con capacitar a los técnicos y aumentar la jornada laboral destinada a prestar atención a las demandas del deporte, sino que también es necesario contar con diagnósticos vigentes que permitan obtener información sobre su gestión.
Algunas de las funciones que éstos desarrollan habitualmente, de cuyo éxito depende el buen desarrollo de las entidades, están relacionadas, entre otras cosas, con procesos de planificación, organización, control y supervisión técnica, y de manejo de recursos financieros. La observación de estas funciones permite configurar una visión de la labor del directivo.
De tal manera que al evaluar formativamente la gestión desarrollada destacando tanto los aciertos como los puntos débiles surgidos durante el ejercicio de su función resultan fundamentales.
En la actualidad es posible configurar un cuadro evaluativo en el que se aprecian las áreas deficitarias del ejercicio desarrolladlo. Consecuentemente, a partir de esta panorámica específica de su dirección, se puede contar con una visión colectiva de deficiencias producidas en los procesos de dirección que permitan detectar aquellos aspectos susceptibles de mejora.
La problemática de la calidad de la gestión deportiva debe ser abordada de tal manera de forma ordenada, completa y científica, siendo fundamental establecer aproximaciones conceptuales en referencia a aquellos aspectos que se relacionan con su labor como directivo. Ello permite efectuar un acercamiento y contar con una mayor comprensión de la magnitud e importancia de indagar acerca del ejercicio del cargo.
El modo de conducir una entidad deportiva en la actualidad debe ser dinámico y eficiente, donde cada uno de los integrantes de la organización desarrolle con sentido autocrítico establecer aquellos aspectos deficientes de la gestión desarrollada. Lo enunciado otorga a los responsables de dirección de las entidades Deportivas la responsabilidad de buscar los mecanismos para preparar de la forma adecuada a los cuadros directivos.
Las entidades de educación superior acorde a las demandas de las actuales políticas deportivas, asumen el reto y la responsabilidad en este proceso, lo que podrá traer consigo el fortalecimiento de las estructuras deportivas en aquellos aspectos que son de su competencia, acercando el deporte a la comunidad y éste a la educación, base de la sociedad.
Con esto se pretende que los responsables directivos deportivos puedan asumir retos organizativos de mayor envergadura al poner a su alcance herramientas que permitan optimizar la calidad de su labor.
El deporte, en sus múltiples manifestaciones, se ha convertido en una de las actividades con mayor capacidad de movilización y convocatoria de nuestro tiempo y se afianza como uno de los fenómenos sociales de mayor arraigo en nuestra sociedad. En este aspecto radica la importancia de la responsabilidad adquirida por quienes tiene por misión incrementar y satisfacer los intereses tanto de la comunidad que le rodea como de la sociedad.
Pero el estudio de la calidad de gestión desarrollada por los responsables de la dirección deportiva no se puede efectuar desde un solo plano, sino que debe desarrollarse desde distintas vertientes y complejos análisis reflexivos de particular importancia. Por un lado se encuentra el precisar las vías de comunicación que este mantiene como máximo responsable de la organización, y, por otro, el establecer el marco normativo de su desempeño, es decir, se deben de especificar las redes de comunicación que mantiene en el contexto de su quehacer directivo, aspectos que de una u otra manera afectan el ejercicio de su función y que permiten señalar si está desarrollando su labor de gestión dentro de un contexto de calidad.
En los últimos años se observa una creciente necesidad de actuar y dirigir las organizaciones de forma más eficiente, sean éstas de carácter deportivo o de otra naturaleza. Surge así el concepto de administración, que trae consigo el problema de establecer su significado específico
Conclusiones
Es mi deseo sincero que este ensayo sea una contribución valiosa para las grandes y pequeñas organizaciones que se esmeran en convertirse en un puente permanente entre, por una parte, las difíciles condiciones de vida y de educación de la juventud y, por otra, sus sueños de fama y gloria a través del deporte.
No sólo en los barrios desfavorecidos y los parques públicos de nuestras ciudades, sino también en los barrios de clase media, es necesario encontrar una organización sin fines de lucro que esté dispuesta a brindar a los jóvenes, dentro de su propia comunidad, la oportunidad de desarrollar sus capacidades atléticas y participar en competiciones deportivas de su elección.
Los gobiernos podrían justificar más fácilmente su participación en las actividades deportivas si brindaran apoyo y aliento a estos grupos. De hecho, podrían recuperar la inversión mediante el ahorro en gastos médicos y medidas de seguridad en contra de la delincuencia juvenil, sin mencionar el aumento de la productividad y la seguridad dentro de las comunidades.
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