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Competencias en Educación Física: aproximación a un perfil del
profesor y a las competencias básicas del estudiante bajo
el enfoque de formación integral

 

Educador Físico. Mg. en Educación y Desarrollo Comunitario

Diplomados en Pedagogía y Docencia Universitaria

Docente en el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid

Universidad de Antioquia y Universidad de San Buenaventura

Celso William Pérez Ramírez

cwperez@elpoli.edu.co

(Colombia)

 

 

 

 

Resumen

          La Educación física como área de la Educación y como campo del conocimiento, en su corta trayectoria dentro de las ciencias sociales y humanas, no ha entablado suficiente diálogo interdisciplinar, ni intersectorial, el poco reconocimiento social, es debido entre otros factores a la falta de cualificación de los actores formadores, a la falta de apoyo del gobierno y a una diversidad de enfoques en las prácticas y discursos que privilegian el deportivismo y los ejercicios físicos, conllevando así a una Educación Física que en los actuales momentos socioculturales, de globalización y del conocimiento, no da cuenta de las reales expectativas de la sociedad, ni de las exigencias en la calidad de la Educación, ni de una Educación basada en competencias y que atienda las dimensiones de la formación integral. Esta propuesta pretende generar un debate académico en torno al papel de los actores formadores en un contexto caracterizado por la calidad y los procesos formativos desde el enfoque de competencias y la necesidad de que la Educación Física se vincule e interactúe con el desarrollo humano y los demás proyectos transversales de la educación como factor de desarrollo social y cultural.

          Palabras clave: Educación. Educación Física. Competencias. Competencia motriz. Perfil de Competencias. Aprendizaje.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 175, Diciembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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    “Las competencias son procesos de actuación frente a actividades y problemas en un determinado contexto, integrando actitudes, conocimientos y capacidades y teniendo como base la excelencia en lo que se hace, con base en criterios de idoneidad establecidos de forma pública”. (Tobón, 2004)

Reflexiones preliminares

    Es preciso aclarar que la Educación física es ante todo un componente fundamental de la Educación, como área y asignatura de los currículos formativos encargada de orientar el movimiento, los ejercicios, las actividades físicas, los deportes y la recreación en los diferentes niveles educativos, ha tenido varios tránsitos a través de la historia.

    En una época la dualidad cuerpo-alma estuvo diferenciando el papel del cuerpo en cada contexto, la diferencia entre cuerpo-mente ha marcado hasta nuestros días cierta prevalencia hacia los asuntos de la mente y la razón sobre los asuntos físicos y corporales.

    En Latinoamérica en el último siglo la Escuela Alemana, la Escuela Cubana y la Escuela Española, cada una con sus características y sustentos tanto epistemológicos como conceptuales, han orientado las prácticas de la Educación física en el contexto escolar y en aquellos otros escenarios del deporte como la iniciación deportiva y el deporte de rendimiento.

    No obstante los avances en la Educación Física como un campo del conocimiento y de las ciencias sociales y humanas, la investigación aplicada y los estudios antropológicos y culturales sobre el ser humano y su desarrollo corporal, han posibilitado la emergencia de otras voces y otros discursos: las tendencias de la Educación Física de orden preventivo de la enfermedad y la promoción de la salud, el enfoque deportivista, el militarismo, lo pedagógico, el ocio y tiempo libre, la psicomotricidad, la sociomotricidad, la tendencia investigadora y hasta la pretensión que sea la motricidad el objeto de estudio de la Educación Física, como una ciencia en construcción.

    Mi postura frente a todo este panorama de explicaciones y de intentos de comprender el fenómeno del cuerpo en relación con el movimiento y el ser humano como una unidad total e indivisible es que la Educación física atendiendo a la formación de la persona y a una mirada de la Educación desde el desarrollo humano, es ante todo un proceso que posibilita a las personas el despliegue de su potencial motriz, referido este a la dimensión corporal del ser humano que se relaciona y es interdependiente con las demás dimensiones del desarrollo humano; la comunicativa, la lúdica, la socio afectiva, la política, la productivo laboral, la ético moral, la espiritual , la cognitiva y la madurativa.

    Su propósito estaría encaminado a estimular el aprendizaje de conceptos, procedimientos y actitudes relacionados con la dimensión corporal, en los que las habilidades motrices básicas y específicas, las capacidades físico motrices, las capacidades perceptivo motrices, las capacidades socio motrices, las expresiones motrices rítmico-danzarias, luctatorias, acuáticas, con pelotas, en la naturaleza, de aventura, gimnásticas, deportivas y todas aquellas posibilidades del movimiento humano que le permiten resolver las tareas diarias que en la vida cotidiana requieren del movimiento humano, sean dotadas de sentido, esto es, que la persona las realice y aprenda sobre ellas todo lo necesario para comprenderlas, de manera que le sirvan para toda su vida.

    Este tránsito entre la mirada y las prácticas centradas prevalentemente en las actividades, los deportes, los ejercicios físicos con fines instrumentales y de desarrollo físico, es necesario hacerlo, si se quiere que la Educación Física cumpla su cometido en la formación integral y haga parte del discurso educativo actual, en el que se pretende formar en la autonomía y desde enfoques basados en competencias.

    Se requiere entonces que los docentes emprendan este camino de transformación, primero de si mismos, para comprender que en el actual contexto no basta con tener títulos o ser buenos deportistas como profesores de Educación física, si no que, el niño, el joven y el adulto son seres humanos totales e integrales en los que la dimensión corporal hace parte de ellos y requieren de estímulos y experiencias gratificantes y educativas que les permitan aprender de manera constante sobre el desarrollo de esta dimensión y como aplicarla ante diferentes situaciones de su vida, ya sea para la práctica de los deportes, para prevenir enfermedades, para recrearse, para las tareas de la vida cotidiana o bien para su bienestar.

    Para lograr este cometido de la Educación Física, es menester entonces la reflexión y puesta en práctica por parte de los docentes. Las instituciones deben revisar sus currículos y valorar nuevamente el papel de la dimensión corporal, incluir, exigir y apoyar proyectos de investigación sobre la práctica pedagógica en la dimensión corporal, cualificar a los docentes en investigación educativa y por último, dotar de sentido y significado la formación por competencias, de manera que se haga la suficiente discusión en torno a lo cultural y los aspectos de identidad de un contexto determinado, para no caer en la repetición y reproducción de modelos de otras latitudes, como han sido hasta el momento, prácticas educativas y modelos educativos desarrollados en nuestro país.

Acerca de la calidad y la certificación

    He mencionado en varias ocasiones que asistimos hoy a un entorno globalizado, en el que la educación también hace parte de estas transformaciones y la Educación física hace parte también del sistema de aseguramiento de la calidad de nuestro país. Todos conocemos acerca de las pruebas saber, pruebas ICFES, pruebas ECAES (examen de la calidad de la Educación Superior). Que se aplica a los estudiantes de últimos semestres de todas las careras universitarias, condiciones mínimas, acreditación de alta calidad, observatorio laboral y evaluación de docentes y directivos. Todos estos procesos tienen en común que se orientan desde las competencias, incluso la implementación de los créditos académicos debe tener en cuenta este enfoque para orientar los currículos y el aprendizaje de los estudiantes.

    En esta dirección, debemos emprender discusiones y acciones encaminadas al trabajo por competencias en la formación de los licenciados en Educación Física y de los demás profesionales del Deporte y la Recreación.

    Un importante avance no los presenta ASCOFADE (asociación colombiana de facultades y programa de educación) acerca de las competencias básicas del licenciado en Educación: saber qué es, cómo se procesa y para qué el énfasis, saber enseñar el énfasis, saber organizar y desarrollar ambientes de aprendizaje, saber evaluar, saber proponer, desarrollar, sistematizar y evaluar proyectos educativos y de aula y saber articular la práctica pedagógica a los contextos. Agrego entonces, que en el actual contexto de la calidad, la certificación y la idoneidad, los estudiantes y profesionales de la Educación Física, la Recreación y el Deporte deben incrementar y aprender otras competencias de orden básico, general y específico de estas disciplinas y profesiones.

    Por ejemplo, hoy se requiere de capacidad para adaptarse al cambio. ¿Cómo se manifiesta esta competencia en el ámbito de la educación, el deporte, la administración o las actividades comunitarias? Muchas organizaciones como cajas de compensación, instituciones educativas, Entes deportivos y grandes empresas vienen desarrollando sus procesos de calidad y en ellos incluyen los desempeños laborales, es por ello, que en este tipo de competencias se requiere de acciones de iniciativa, proposición, emprendimientos, plantear alternativas, saber desarrollar varias tareas simultáneas, entre otras actividades del mundo laboral, que hoy son requerimientos para acceder y mantenerse dentro del sector productivo, o mejor dicho “empleado”.

    Es por ello, que se propone una discusión y una valoración al tema de las competencias académicas y las competencias laborales, ya que como profesionales, académicos y comunidad educativa, no debemos estar al margen de las discusiones, no solo frente a lo laboral, sino además en torno a las competencias que les serán evaluadas a los estudiantes de los últimos niveles de las licenciaturas en Educación Física del país mediante las pruebas ECAES.

    El tema de las competencias, es sin duda alguna el de mayor discusión hoy en la educación. En la educación básica se han construido las competencias en matemáticas, en lengua castellana, en ciencias naturales y también las competencias ciudadanas.

    Es posible entonces, que la Educación Física pueda tener o mejor construir un derrotero orientador sobre las competencias motrices que deben adquirir los estudiantes en su proceso de formación; teniendo en cuenta y de manera pertinente que las competencias en esta área de la educación están muy influenciadas por aspectos culturales y de identidad de cada uno de los contextos que configuran el territorio nacional. Así las cosas, las competencias motrices se refieren a aquellas acciones (movimientos) que se han aprendido y que se pueden aplicar de manera consciente en las diversas actuaciones y situaciones de la vida cotidiana en las que se requieren, ya sea para desarrollar una tarea en el hogar, mientras se transita en la calle, en los espacios recreativos o bien para la práctica deportiva.

    Estas acciones motrices aprendidas (competencias), varían y se van modificando de acuerdo al contexto de actuación, donde también intervienen el sexo, la edad, el clima, los rasgos de socialización, las experiencias previas y las propias sensibilidades motrices entre otros aspectos. Es por ello, que las acciones motrices aprendidas por las personas, aunque tengan un patrón general no se aplican de igual manera por parte de cada sujeto, esto es, que cada persona tiene la posibilidad de adaptarse o adecuar su acción motriz de acuerdo a su entorno y situación. Por ejemplo, un niño puede aprender a nadar en todo un proceso de orientación por niveles, en el que la piscina es el espacio de práctica, sin embargo otro niño de iguales características (generales) puede aprender a nadar en un río, un lago o en el mar. ¿Cuál de los dos es más competente para la natación? Ambos son competentes, lo que hay que aclarar es que uno de ellos es más competente que otro para nadar en aguas con corriente o en el mar y el otro es más competente para nadar en piscina.

    Las competencias motrices suponen aprendizajes para ser aplicados en situaciones concretas y se diferencian de las demás competencias en que no se pueden generalizar para toda una población, repito, depende de contextos socioculturales y pueden tenerse patrones de referencia general, pero sus diferencias son sustanciales para emprender tareas de estimulación para los niños, sobre todo en el ámbito escolar, ya que es la escuela y el colegio en donde se debe poner mucha atención a los estudiantes. Al respecto, en el territorio nacional y como tarea de Coldeportes Nacional y del Ministerio de Educación, en los foros y debates regionales no se llegó a acuerdos para referirse a estándares y competencias del área. Por lo pronto se optó por referirse a “Lineamientos para la enseñanza y el aprendizaje”, lo que denota las diferencias tanto conceptuales, culturales y de contexto de cada región de nuestro país en cuanto al tratamiento de la educación física y el deporte.

    Es de recordar que gran parte del aprendizaje motriz se da por experiencias propias, por estímulos recibidos del entorno y por vivencias propias de las personas. Pocas veces la escuela y su entramado pedagógico incluyendo al maestro tienen en cuenta las experiencias vitales de los estudiantes y sus sensibilidades frente al cuerpo y sus expresiones, de aquí que siga siendo prevalente una educación física centrada en las prácticas de los gestos técnicos de los deportes y en ejercicios monótonos y repetitivos clasificados de acuerdo a las capacidades físicas.

    El terreno de las competencias motrices, posibilita una amplia gama de estímulos para hacer de la educación física un espacio pedagógico, de aprendizaje y de disfrute para estudiantes y profesores, en donde los contenidos, la metodología, las estrategias, los ambientes de aprendizaje y la evaluación se interrelacionan en una unidad didáctica que permita a los estudiantes y a los profesores cumplir con su función formadora y de actores sociales.

    Algunos ejemplos de estas competencias (sin pretender ser una propuesta terminada) pueden ser:

    En la vida cotidiana, la mayoría de las personas tenemos que cruzar calles, subir escaleras, montar en ascensor o escaleras eléctricas, bailar, nadar, realizar tareas en el hogar como levantar objetos, trapear, lavar. Si bien es cierto estas acciones motrices se aprenden en la vida diaria, en el hogar o en la calle, presentan unos patrones motrices similares, a estos patrones o acciones motrices que realizan la mayoría de las personas en su cotidianidad se les pueden llamar competencias motrices generales. Su estimulación de manera frecuente y si se realizan de manera conciente y segura conllevan a adquirir lo que se denomina aptitud física. Vale aclarar, que esta aptitud puede adquirirse en procesos orientados intencionalmente (escuela, gimnasio u otra organización) o de manera personal por aprendizaje autónomo.

    Ante éste tipo de competencias, la educación física debe ser propositiva y recurrir a diversos estímulos para orientar de manera adecuada a los estudiantes en el aprendizaje de acciones motrices previas que son usadas para muchas de éstas competencias generales como lo postural, la reacción, la fuerza, la flexibilidad, la anticipación, el ritmo y adaptar éstos contenidos para ser practicados como situaciones de actuación.

    Otras acciones motrices como la práctica recreativa de algunos deportes, montar en bicicleta o los procesos de iniciación y formación deportiva, suponen algún grado de complejidad en la ejecución y requieren de experiencias y aprendizajes previos para su adecuada actuación en las diferentes situaciones que se requieren. Tal es el caso de las habilidades motrices básicas y las capacidades perceptivo motrices, las cuales se requieren para aprender acciones motrices que se utilizan en los deportes o en tareas cotidianas más complejas como saltar obstáculos, reaccionar, correr, a estas acciones se les denomina competencias motrices básicas.

    Un tercer grupo de competencias lo conforman aquellas acciones motrices que se adquieren por los procesos de estimulación permanente y que hacen énfasis en una acción determinada por períodos duraderos. Tal es el caso del bailarín, de los deportistas de altos logros, de los caminantes especializados o de los practicantes de lo gimnasios que gozan de una excelente condición física.

    Este grupo de competencias puede denominarse como específicas.

Competencias, aprendizaje y educación

    En éste apartado, quiero invitar a la comunidad educativa y académica de este campo en la educación física, la recreación y el deporte a que nos sintamos partícipes de las transformaciones que se vienen dando en el terreno de la educación, de la ciencia, la tecnología y el desarrollo, en donde las formas de acceder al conocimiento y sus capacidades para aplicarlo y transformarlo están marcando la diferencia del desarrollo de los pueblos y también las diferencias en los campos disciplinares y profesionales; por ello, es menester que en el diario transcurrir de la vida académica y profesional convivamos con la investigación como forma particular de aprender y de acceder al conocimiento.

    Debo en primera instancia precisar que las ideas aquí propuestas son fruto de la experiencia en la docencia universitaria y la asesoría permanente a diversos colectivos docentes de la educación básica; por ello, lo que aquí propongo no es una verdad ni una línea de acción para abordar la tarea formadora en investigación en las instituciones educativas, pero sí y con toda confianza, creo que se puede resignificar el papel de la educación, la responsabilidad del profesor y la cultura académica del estudiante frente a las formas de acceder y usar el conocimiento, en aras de aportar al desarrollo científico, social y humano de nuestra sociedad.

    En éste intento de configurar un panorama de discusión frente al conocimiento, la investigación y como se dan estos procesos en la escuela, colegio o universidad es importante proponer un concepto de Educación, la cual concibo como todas aquellas acciones humanas que conducen intencionalmente al aprendizaje de saberes, conceptos, habilidades y actitudes, los cuales le ayudan a la persona a tomar decisiones a comprender los diferentes fenómenos y problemas sociales y por ende a actuar en la sociedad de modo que pueda transformar esas realidades en aras de su bien personal y social.

    En ésta concepción, es de anotar que la educación de manera general, se puede dar en contextos no intencionados hacia el aprendizaje de contenidos concretos como en la escuela. Tal es el caso de la educación informal o los programas no formales, que, aunque son organizados y sistemáticos responden a expectativas diferentes de los estudiantes.

    Para el caso de la educación formal, es entonces de especial interés abordar la noción de aprendizaje, el cual se concibe, partiendo de la acción de aprender, como acciones y procesos permanentes en los que el sujeto que aprende adquiere y desarrolla conocimientos, habilidades y actitudes que le permiten evolucionar, sobrevivir y responder con iniciativa y creatividad a las transformaciones del entorno. Aprender, es también un proceso en el cual el sujeto se convierte en sujeto social, de relaciones e interacciones en el cual se van estructurando sus modelos mentales que a la vez van modificando formas de actuar, sentir y pensar.

    Puede entonces notarse como se va complejizando la labor de la escuela, el papel de la educación y de sus actores formadores, para pasar de una lógica transmisionista de información y de receptividad del estudiante, a una lógica educativa donde es posible la construcción del conocimiento.

    Abordemos ahora este dominio, el cual ha sido el punto de discusión por mucho tiempo en la educación.

    Conocer, proviene del latín “noscere”, que también deriva conocimiento y cognoscible, entendido aquí como algo que gesta, que procede, que progresa, como etapas que acontecen para llegar a algo, ese algo connota en la ciencia como el objeto y teniendo en cuenta el planteamiento de la psicóloga Flor Alba Cano “El principio de objetividad de la racionalidad científica asume tres términos en la estructura de producción del conocimiento: sujeto, objeto y saber. Asume que el sujeto es diferente que el objeto e independiente de este, siendo el saber lo que el sujeto dice del objeto. Así para la ciencia védica (en Nader T. 1995: Human Physiology – Expresión of veda and the vedic Literatura, pp. 17-19), el conocimiento resulta de poner en relación el observador, el proceso de conocer y lo observado haciendo juntos, la unidad de conocimiento.”

    Es importante recordar que el paradigma vigente por muchos años del positivismo y el racionalismo técnico instrumental en el que el conocimiento científico es el único válido y de rigor se ha ido modificando o por lo menos se ha dado paso a otro paradigma en el que otras formas de conocimiento son posibles, aún con el mismo rigor que se aplica en el método científico de las llamadas ciencias duras. Nos referimos al paradigma en el que hacen parte de las ciencias sociales y humanas y en ellas el fenómeno educativo.

    Desde ésta mirada, según la teoría Junguiana de los tipos sicológicos se desprende que existen funciones orientadoras del aprendizaje de las personas, esto es, que existen procesos de sensopercepción, lo que permite reconocer que hay un entorno y un mundo exterior ; el pensamiento, por medio del cual el sujeto verifica de lo que se trata o sea que es; el sentimiento, el sujeto juzga, si puede o no ser admitido, si se adecua o no a su esquema o modelo y la intuición, la cual permite vislumbrar de donde viene y para donde va ese algo.

    Estas apreciaciones ponen a la educación y sus procesos de enseñanza y aprendizaje en cierta encrucijada, ya que permite establecer, que cada persona hace uso diferente de estas funciones y por lo tanto de ello dependerá su manera de situarse en la realidad y actuar en ella.

    Al respecto, en cuanto al enfoque de enseñanza para la comprensión, Perkins y Blythe plantean “no es lo mismo conocer que comprender. Comprender es una acción profunda, donde el conocimiento debe dominarse, transformarse y emplearse para resolver problemas”.

    Enseñar para comprender es habilitar a los estudiantes para que empleen sus diversas habilidades de pensamiento, para que doten de sentido y significado todas las situaciones de aprendizaje que se le presentan, ya sea dentro o fuera de la institución. De esta manera es posible que los estudiantes puedan realizar una variedad de acciones mentales con un tópico: ejemplificar, explicar, generalizar, aplicar, establecer relaciones y diferencias, hacer analogías. Puede incluso avanzar en el conocimiento haciendo relaciones entre fenómenos que antes no hacía.

    Así las cosas, los estudiantes no podrán de manera independiente y autónoma emplear éstas funciones para enriquecer su aprendizaje, abordar los contenidos académicos y resolver problemas sin la orientación adecuada del profesor; aquí es donde surge un actor mediador del aprendizaje del estudiante y de sus procesos de acceso y construcción del conocimiento.

    Llegados a éste punto, es posible proponer, que se requiere un tipo de maestro que sea capaz de orientar procesos complejos de aprendizaje, teniendo en cuenta lo planteado en líneas anteriores, que básicamente tienen que ver con las condiciones y capacidades de aprendizaje de los estudiantes. Esto es, sus diferencias individuales. En últimas, sus niveles de competencias.

    Para afrontar los retos educativos actuales y situar a la educación Física en el contexto de la calidad educativa, es menester la cualificación de los profesores. Es en este sentido, que propongo diez competencias básicas del profesor de educación física, con el propósito fundamental de aportar a una mejor labor de los actores formadores y a unas mejores posibilidades de aprendizaje de los estudiantes. Estas competencias básicas son:

Dominio disciplinar

    Bien lo dice el dicho “Tener información de algo, no significa tener conocimiento del mismo”. La educación física como campo disciplinar y como área de la educación precisa de saber y saber argumentar sus fundamentos epistemológicos y conceptuales. Dar cuenta de todos los procesos y acciones educativas que están mediadas por la motricidad es una condición para el ejercicio de la profesión y es una competencia diferenciadora sobre otros profesionales de las ciencias aplicadas al deporte y de otros profesionales de la educación.

    Conceptos fundamentales como aprendizaje, aprendizaje motriz, competencias motrices, pedagogía, currículo, enseñanza, evaluación, ciencias aplicadas, entre muchos otros, tienen que ser dominados y sustentados en cualquier escenario de la práctica pedagógica del educador físico.

Seleccionar contenidos

    De la competencia anterior se deriva que un buen profesor de educación física tenga criterios claros para seleccionar y clasificar los contenidos de enseñanza, que por lo tanto son contenidos de aprendizaje.

    Aunque en nuestro sistema educativo existen los lineamientos y los manuales curriculares. Estos son solo las propuestas generales del MEN, corresponde a cada Institución Educativa y a cada proyecto de área, precisar de los contenidos de orden conceptual, procedimental y actitudinal correspondientes a cada grado y nivel.

    Así mismo, es de mucha importancia tener en cuenta en la selección de contenidos, criterios como las condiciones de aprendizaje y expectativas de los estudiantes, el contexto en el cual está inmersa la institución educativa y los avances disciplinares. Es decir, cuál es el conocimiento de frontera de la Educación Física y el deporte escolar y cuáles son los resultados de investigaciones relevantes en el medio nacional e internacional.

La planeación de la enseñanza

    Las actuales condiciones de la educación en nuestro país, donde la calidad y la certificación hacen parte del día a día de la labor educativa de los maestros, precisa de una planeación del área coherente con un PEI, con un PEM y con un proyecto de nación. Esta planeación se expresa de manera concreta en un plan integrado de área PIA, que requiere de sustentos, orden y coherencia con un proyecto formativo que expresa de manera puntual los logros y las competencias a adquirir e incrementar en cada uno de los grados.

Diseño y orientación metodológica

    Sumado a las competencias anteriores, el buen desarrollo del área y su alcance en el marco de los proyectos educativos institucionales se relaciona con el conocimiento, las habilidades y las actitudes del docente para poder usar de manera adecuada los diferentes métodos y estrategias que brinda la didáctica del área.

    Diferenciar y saber aplicar métodos relacionados con la participación de los estudiantes, o con el trabajo en grupo, la intención de generar un aprendizaje conceptual o la adquisición de una habilidad motriz, tienen que ser tanto métodos como estrategias claramente diferenciadas, puesto que de ello depende el nivel de apropiación del estudiante.

    Las actuales tendencias educativas y pedagógicas hacen referencia a la necesidad de centrar gran parte de los esfuerzos educativos en los estudiantes y en sus capacidades para aprender. Esto supone que la metodología a emplear en la clase de Educación Física, debe contemplar mayores estrategias para que los niños y jóvenes participen y construyan buena parte de su conocimiento y que su aprendizaje sea ameno y genere autoaprendizaje.

    La educación física viene transitando desde metodologías centradas en los contenidos hacia metodologías y estrategias centradas en las competencias.

Comunicación efectiva

    Tener claridad conceptual y las ideas ordenadas en nuestro sistema cognitivo, supone que el docente pueda transmitir mensajes con claridad y garantizar que lo expresado de manera verbal y escrita sea comprendido por los estudiantes.

    Esta competencia, de por cierto un tanto difícil y compleja. Es de mucha relevancia para generar aprendizajes significativos en el enfoque de competencias. Los estudiantes, de acuerdo a su edad, grado y niveles de competencia requieren tener claros los conceptos fundamentales del área que soportan los aprendizajes relacionados con el conocimiento y las teorías. Esto también debe contemplar la generación de ayudas educativas y de documentos de apoyo que sirvan al estudiante para apropiarse de dichos conceptos.

    La evaluación de aprendizajes conceptuales en el área, ha sido cuestionada por muchos agentes educativos, sin embargo, muchas experiencias docentes en la actualidad, reconocen las bondades de planear y diseñar estrategias claras para que los estudiantes aprendan los soportes conceptuales de sus prácticas. Esto no solo garantiza un aprendizaje conceptual, sino además un despliegue de potencial de los estudiantes relacionado con la atención, la memoria y la fluidez verbal, además de generar los hábitos indispensables para hacer de la actividad física una actividad de la vida cotidiana.

    En últimas, se procura con esta competencia aportar en la comprensión de la importancia del área y que los estudiantes le den sentido y significado a lo que hacen en la educación física.

Manejo de tecnologías de la información y la comunicación

    Esta competencia enfatiza en un grupo de habilidades indispensables para estar acorde a necesidades del contexto, a las necesidades de actualidad en el área y a las necesidades de comunicación con los demás.

    Tener correo electrónico, navegar en Internet, usar motores de búsqueda, pertenecer a redes académicas, saber utilizar buscadores, saber acceder a fuentes de información, consultas y buscar resultados de investigación en Internet. Ya no son asuntos de unos pocos o de moda. Son una necesidad en el campo laboral y profesional.

    El uso y aprovechamiento de las TICS, permite un incremento de competencias para acceder y usar información por un lado y acceder a fuentes de conocimiento que permiten estar al tanto de lo que pasa en el entorno disciplinar y académico.

    De otro lado las posibilidades de interacción con personas, comunidades y con el conocimiento alojado en complejas plataformas, utilizando las herramientas adecuadamente nos posibilita un incremento de conocimientos y habilidades para esta a la vanguardia de lo que sucede en el campo profesional y laboral de la educación y de la educación física.

Interacción y relaciones interpersonales

    Ante el dicho “ese profesor tan querido”, nos queda mas que sospechar del sentido que esta afirmación, de por cierto muy arraigada en las instituciones educativas para referirse a los profesores de artes y de educación física principalmente.

    El docente es por naturaleza “docente” alguien con investidura para acompañar a otro en su camino hacia la formación y el aprendizaje para la vida. Esto sin duda, ya sitúa al docente en una diferencia sustancial frente a ser amigo, o parecerse a un hermano o familiar de los estudiantes.

    Hago especial énfasis en esta competencia docente, dadas sus altas implicaciones en la formación de los estudiantes, el buen trato, el respeto, la inculcación de las normas y los valores, la responsabilidad y la disciplina, son un sentir y una aclamación de muchos jóvenes universitarios que hoy día, según muchos estudios de deserción universitaria y de orientación vocacional, ellos manifiestan que les hubiera gustado que en el colegio hubieran sido mas exigentes con ellos y que les hubieran insistido en la disciplina y en el autoaprendizaje.

    El rigor y la seriedad en el rol que nos corresponde como docentes, no riñe con el respeto, buen trato y las buenas relaciones con los estudiantes y los demás miembros de la comunidad educativa.

Valorar el aprendizaje

    La evaluación en su acepción más general es entendida como un proceso riguroso y sistemático de recolección de información sobre los avances del estudiante para tomar decisiones oportunas en el proceso formativo.

    Hoy día, es el punto crucial de la calidad de la educación. Dadas las pocas evidencias del sistema educativo que den cuenta de procesos rigurosos y ordenados. Aún en nuestro país se privilegia la evaluación de los contenidos temáticos de cada área y la preocupación del profesor es dictar los contenidos a toda costa y dejar una evidencia de cualquier tipo. (Es lo que hay que reportar), sin importar que tanto se aprendió del asunto.

    La actual normativa ha puesto en apuros a las instituciones y a los docentes, y sin embargo han sabido sortear el obstáculo de la norma construyendo un sistema de evaluación institucional donde el mayor cambio ha sido pasar de calificar con letras a calificar con números e indicando el nivel de aprendizaje según la norma; superior, alto, básico y bajo.

    Mas allá de la norma y las exigencias ministeriales el decreto 1290 precisa de claridad para evaluar el aprendizaje del estudiante; sus ritmos de aprendizaje, atender a sus características, diseñar instrumentos claros de seguimiento y control, diseñar acciones de refuerzo. Entre otras condiciones que escapan al ejercicio de evaluación del aprendizaje que hoy se viene haciendo en nuestro en país.

    La competencia para valorar el aprendizaje es una competencia transversal que exige del docente mucha dedicación y conocimiento, puesto que es aquí donde está en juego la formación del estudiante que impacta positiva o negativamente en sus aprendizajes venideros y en sus posibilidades de proyección como persona, como profesional y como trabajador.

La investigación

    Sin duda alguna en la era del conocimiento, esta competencia ya sea en diferentes niveles de rigor, es una característica de un buen docente.

    El aprendizaje soportado en la labor investigadora permite un amplio y profundo dominio disciplinar, hacer parte de redes académicas y poder escribir y dar a conocer nuestro potencial. Es decir, nos permite poner nuestro pensamiento y propuestas en la palestra pública, para ser sometido a la crítica y al comentario. La investigación nos provee de capacidad crítica y de juicios sobre los objetos de conocimiento sustentados no en opiniones ni creencias, sino en valoraciones objetivas que tienen que ver con criterios de verdad y racionalidad científica.

    Esta competencia, reconociendo las dificultades que afronta en el sector de la educación física y el deporte y la recreación. Debe ser un esfuerzo permanente de los docentes. Una de las formas más cercanas para iniciarse en la investigación y en la producción de conocimiento nuevo es la sistematización de la experiencia educativa.

    Cada profesor, cada institución y cada contexto, contempla prácticas pedagógicas, relaciones, aprendizajes y estrategias diferentes que pueden ser sistematizadas. Esto es; pasar de una experiencia y de la práctica diaria discursiva al discurso escrito y ordenado como producción intelectual.

Comunidades académicas

    No podría dejar pasar en este apartado de comentar alguna experiencia personal. En los años ‘90 me propuse organizar una monografía sobre un tema de interés en esos momentos para el área. Decidí enviarla como ponencia para el Congreso Nacional de Educación Física que se llevaría acabo en Medellín. Con sorpresa me enteré que por ser tecnólogo en Educación Física tuvo mucha discusión la aceptación de mi ponencia, pese a la calidad de su contenido.

    La propuesta fue aceptada y me lancé como ponente, con las dificultades que esto tiene y el susto que genera, fue para mi una experiencia de aprendizaje y tome la decisión de seguir participando como ponente en diversos eventos locales nacionales e internacionales que a la fecha, me han permitido tener un reconocimiento en la educación y en la educación física y el deporte.

    Los pares académicos, el conocimiento de muchas instituciones y contextos, el someter a la evaluación académica la producción escrita, entre otros beneficios, me posibilitaron incrementar mi perfil y por supuesto mis competencias.

    A manera de conclusión, las competencias son unos atributos propios que cada uno debe cultivar y reconocer que los tiene. Como conjunto de atributos en los conocimientos, en las habilidades y en las actitudes principalmente y que actúan de manera integrada, es necesario que nos dispongamos para afrontar retos nuevos y que nos enfrentemos a problemas y situaciones novedosas que requieran que nuestro organismo despliegue el potencial que tenemos. Las competencias no se movilizan y no se manifiestan en desempeños concretos si no enfrentamos cambios y retos, lo cual es imposible haciendo todos los días lo mismo.

Referencias bibliográficas

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  • PÉREZ RAMÍREZ, C.W. “La transformación curricular de la formación de Licenciados en Educación Física en América Latina”. Congreso internacional de Educación Física. 2000, Tapachula, México.

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  • PERKINS David y BLYTHE Tina. Ante todo la comprensión. En Revista Magisterio Nº 14. Bogotá, Colombia.

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