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Comparación de la evolución y desempeño entre la edad cronológica
y edad motora general de escolares con medidas corporales
de obesidad y sobrepeso

 

*Doctorando en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad de León

**Doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Titular de Universidad de Educación Física y Deportiva

Universidad de León

(España)

Luciano Bucco dos Santos*

lucbucco@yahoo.com.br

Marta Zubiaur González**

mzubg@unileon.es

 

 

 

 

Resumen

          El objetivo de este estudio fue analizar la evolución de la edad cronológica con la edad motora general de niños con sobrepeso/obesidad. Se midieron las características antropométricas y las características motoras de 284 niños. Los resultados mostraron que los niños investigados con sobrepeso/obesidad presentan un desarrollo motor inferior en relación a su edad cronológica. Los niños obesos mostraron una deficiencia significativa (p≤0,05) en todas las estructuras motoras y en relación con su edad cronológica. Los niños con sobrepeso mostraron un retraso en el equilibrio (p≤0,01), esquema corporal (p≤0,02), organización espacial (p≤0,01) y organización temporal (p≤0,01). Se puede concluir que los niños con sobrepeso y obesidad tienen un retraso con respecto a sus compañeros de peso normal, que puede ser debido a sus características físicas y a su estilo de vida.

          Palabras clave: Desarrollo motor. Obesidad. Sobrepeso.

 

Abstract

          The aim of this study was to analyze and compare the evolution of chronological age to gross motor age and profile of the motor features of children with overweight/obesity. We measured anthropometric characteristics and motor characteristics of 284 children. The results showed that children investigated overweight/obese have a lower motor development in relation to their chronological age. Obese children showed a significant deficiency (p≤0.05) in all structures in relation to motor and chronological age. Overweight children showed a delay in equilibrium (p≤0.01), body image (p≤0.02), spatial organization (p≤0.01) and temporal organization (p≤0.01). We conclude that children with overweight and obesity are lagging behind their peers of normal weight, which may be due to their physical characteristics and lifestyle.

          Keywords: Motor development. Obesity. Overweight.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 175, Diciembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El niño está siempre pasando por cambios relacionados con su edad (Ruiz et al. 2007); a medida que su edad avanza sus cambios funcionales mejoran a causa de las experiencias vividas, estas modificaciones constantemente se alteran debido la interacción con el ambiente y con la tarea que le es propuesta. El movimiento del niño se desarrolla y mejora con esa interacción, ocurriendo cambios de tipo cuantitativo, como el aumento de estatura y peso corporal, denominados de crecimiento físico, y cambios de orden cualitativo como la adquisición y mejora de las funciones motoras.

    En el transcurrir de la vida ocurren modificaciones físicas, motoras, cognitivas, sociales y emocionales (Gallahue y Ozmun, 2003; Haywood y Getchell, 2004), dirigidas por restricciones individuales, por experiencias vividas, restricciones del contexto, por la especificidad y complejidad de las actividades que son propuestas en el paso de la evolución del niño; por lo tanto, las diferentes restricciones pueden animar o desanimar al niño a explorar el movimiento.

    Actualmente se ha observado que el ser humano, en especial los niños y adolescentes, vienen practicando menos actividades físicas, permaneciendo más horas frente al ordenador y la televisión, interfiriendo directamente en su desarrollo, produciendo transformaciones motoras (Bohme, 1998). Un contexto caracterizado por escasez de movimiento, menor implicación de los padres con sus hijos, consumo de alimentación rica en grasas, disminución del tiempo de juego fuera de casa en consecuencia del aumento de la violencia en las grandes ciudades, y la creciente rutina de asistir a la televisión y quedarse más horas frente a un ordenador, puede transformar a los niños en pequeños obesos, contribuyendo a convertir a la obesidad infantil en una verdadera epidemia mundial, repercutiendo negativamente en los niveles de aptitud física. Descrita como un síndrome multifactorial, que comporta alteraciones funcionales, de composición bioquímica, y de estructura corporal (Kain et al. 2003; Nakandakari et al. 2000; Santos et al. 2005; Denadai y Denadai, 1998; Mantoanelli et al. 1997; Escrivão et al. 2000; Oliveira, 2002; Liz et al. 2005; Kirk et al. 2005; Fernández et al. 2004), la obesidad se inicia en la infancia y ésta puede ocasionar en la población infantil, juvenil y en los escolares prepuberales riesgos para la salud. Los niños con sobrepeso y en especial los obesos pueden desarrollar varios problemas de salud, como diabetes y enfermedades cardiovasculares que se van agravando hasta la edad adulta. En general, los niños obesos y con sobrepeso ejecutan y presentan una competencia motriz inferior a la esperada para su edad, en el equilibrio, carrera, carrera lateral, galopar, saltos, recibir, lanzar, rebatir, chutar y golpear un balón. Los niveles inferiores de aptitud física terminan por excluir a los niños de diversas actividades físicas y bromas infantiles, conduciéndolos a la inactividad (Guimarães et al. 2006). Las bajas oportunidades de movimiento tienen un impacto negativo en su desarrollo conduciéndoles a niveles de habilidades motoras muy pobres. Es cierto que cuanto antes se realicen estrategias adecuadas de intervención para mejorar y motivar a los niños en las clases de educación física mayor serán sus posibilidades de mejorar su competencia motora. El IMC, Índice de Masa Corporal, se transforma con la edad y presenta un aumento de modo constante, siendo identificados tres periodos críticos para el inicio de la obesidad: el primero corresponde al primer año de vida, el segundo ocurre entre los 4 - 9 años de edad y el tercer periodo en la adolescencia (Guedes et al. 2002; Mantoanelli et al. 1997; Berkey et al. 2000). Otra consecuencia de la obesidad es que está fuertemente relacionada con el desarrollo de la competencia motriz del niño, pues los niños que están con su IMC alterado tienen dificultades en ciertos movimientos que pueden llevar a trastornos en las habilidades fundamentales e interferir en diversas estructuras como en el esquema corporal y en la organización temporal y espacial. Estos trastornos en tales estructuras motoras son los que van a caracterizar los defectos en el reconocimiento de las funciones motoras de los niños. Ante estas evidencias, parece que la educación física debería ser un incentivo contra la inactividad, pero es necesario que los educadores tomen conciencia de la existencia de una dificultad oculta que afecta a un porcentaje nada desdeñable de escolares, que les impide disfrutar y aprovechar los beneficios de la práctica de actividades físicas y del aprendizaje de habilidades motrices.

    Por todo lo expuesto, nuestro objeto de estudio consiste en evaluar la evolución de la edad motora general y comparar las características motoras de niños con sobrepeso/obesidad con sus compañeros con peso normal.

Material y método

    La población del presente estudio fue compuesta por niños de 6 años y 6 meses a 10 y 6 meses años de la enseñanza fundamental de ambos géneros matriculados en la Red Pública Provincial de enseñanza de la ciudad de Cruz Alta, Provincia Río Grande del Sur, país Brasil. Fueron seleccionadas ocho escuelas públicas, estas ocho, con un total de 53,8% (2679) niños. Tres de la región central y cinco de la región periférica de la ciudad, éstas por presentar un mayor número de escolares matriculados. Colegio (1) 18,3%, (2) 12,3%, (3) 9,8% región central y colegio (4) 11,2%, (5) 14,4%, (6) 8,4%, (7) 11,2%, (8) 14,1% región periférica. De las ochos escuelas pertenecientes al estudio, fueron seleccionados 324 niños (12,9% ) con características corporales para el estudio, de los 324 niños seleccionados, 284 (87,65%) fueran autorizados por sus padres para hacer el estudio, de los cuales 141 (49,64%) fueron niñas y 143 (50,35%) fueron niños. Los niños fueran distribuidos en tres grupos de acuerdo con su (IMC): (G1) grupo control, formado por 100 niños, siendo 50 niñas y 50 niños con parámetros corporales normales. (G2) 90 niños, formado por 43 niñas y 47 niños con parámetros indicativos de sobrepeso. (G3) 94 niños, formado por 48 niñas y 46 niños con parámetros indicativos de obesidad. Para la clasificación y distribución de los 284 niños en los grupos se utilizó el patrón del Sistema de Evaluación del Estado Nutricional Infantil según el NCHS (National Center for Health and Statistics y CDC Center for Disease and Control and Prevention, 2005) donde sus valores fueron obtenidos a través del IMC calculado a través de la formula: IMC = masa corporal/estatura x estatura. El NCHS trabaja con percentiles a través del IMC desde las edades de 2 a 20 años de la siguiente forma: valores de percentil entre 5 y 75 corresponden a niños con su peso normal, valores entre 85 y 95 son niños con parámetros de sobrepeso y valores por encima de 95 son niños con parámetros corporales indicativos de obesidad. Los datos recolectados para evaluar el estado nutricional de los niños se basaron en el resultado del peso siendo utilizada una báscula electrónica portátil marca Plena, modelo MEA- 08128 capacidad para 180 kg, y para la talla el aparato estadiómetro marca Cardiomed, modelo WCS para 212 cm. de talla. Para el diagnóstico de la obesidad, sobrepeso y niños con su peso normal, se halló el IMC, teniendo como referencia el NCHS (2005).

    Para evaluar el desempeño motor, se ha utilizado el protocolo de pruebas EDM, Escala de Desarrollo Motor. Este instrumento fue desarrollado por Francisco Rosa Neto en 1996 y 2002 en la Universidad de Zaragoza a partir de otros tests motores con respaldo de autores clásicos como: Ozeretski, Brunet y Lezine, Berges y Lezine, Mira Stambak, Galifred-Granjon, Zazzo, Piaget y Head, Picq y Vayer. Fue creado para identificar y diagnosticar niños con dificultades de movimiento y coordinación, entre los 2 a los 11 años, formado por un conjunto de 150 tareas motrices que son aplicadas de acuerdo con la edad cronológica de cada niño; el test mide la evolución motora del control global del cuerpo. La fiabilidad del instrumento se estableció mediante test-retest en un periodo de cuatro semanas en una muestra española de 180 niños entre 2 a 11 años en 1996 para identificar y diagnosticar niños con dificultades de movimiento y coordinación. Desde 1996 la escala está siendo utilizada en trabajos de las siguientes aéreas: Educación Física, Fisioterapia, Pedagogía y Medicina, siendo utilizada en varios estudios: Poeta y Rosa Neto (2005 y 2007), con 31 escolares con edad entre 7 y 10 años, Mansur y Rosa Neto (2006) con 31 escolares con edad entre 7 y 10 años; Fonseca et al. (2008) con 34 escolares con edad entre 6 y 9 años; Caetano et al. (2005) con 35 escolares con edad entre 3 y 7 años y validada por Kassandra et al. (2009) y Rosa Neto et al. (2010) ambos estudios con 101 niños brasileños. Los tests motores de la escala se distribuyen en siete áreas de evaluación: Motricidad Fina (óculo manual), Motricidad Gruesa (coordinación), Equilibrio (postura estática), Esquema Corporal (imitación de postura y rapidez), Organización Espacial (percepción de espacio), Organización Temporal (lenguaje gen, estructuras tiempo, rapidez) y Lateralidad (manos, ojos y pies). Como está previsto en el manual del test, se anotan las puntuaciones que el sujeto obtiene en cada una de las tareas (número de pasos, altura superada, número de saltos, número de veces que ejecuta un movimiento). El manual ofrece normas para los escolares en intervalos anuales (de 2 a 11 años), presentando en dos de las cuatro tareas (salto con una pierna y saltos laterales) puntuaciones iguales para chicos y chicas. Estas puntuaciones son transformadas en un cociente motor de cada una de las tareas, posteriormente en un cociente motor global (Media 100, Desviación Típica 15) y en una distribución en percentiles. Para esta labor se emplearon las tablas con datos normativos para tres poblaciones (niño con peso normal, con sobrepeso y obesos), de forma que se considera problemático si el resultado del cociente motor está por debajo de 70 meses; inferior si es entre 79-70 meses, normal bajo entre 89-80, normal medio entre 109-90, normal alto entre 119-110, superior entre129-120, y mucho superior más de 130 meses. Para analizar las variables de las respuestas motoras y antropométricas, se utilizó el programa estadístico SPSS versión 10 para Windows. Los resultados fueran analizados por medio de la media y desviación típica de las edades motoras, cronológicas, peso, estatura y IMC obtenidas, y para cada elemento de la motricidad; las diferencias obtenidas entre las estructuras de los grupos fueron comparadas para su determinación estadística utilizando análisis de varianza, ANOVA, con medidas repetidas, siendo localizadas las diferencias entre las variables por medio del test Post-hoc de Scheffé, con un nivel de significación p ≤ 0,05.

Resultados y discusiones

Gráfico 1. Correlación de las variables EC y EMG del grupo (G1 peso normal) en relación a las franjas etarias investigadas

*resultados significativos con p≤ 0,05

    El análisis de correlación de Pearson reveló una significación entre la Edad Cronológica y la Edad Motora General para el grupo G1 (Gráfico 1) siendo que la Edad Motora General presentó superioridad para las franjas etarias, de los 6 años a 7 años con un r = 0,612 y para los 9 años a 10 años con r = 0,332 todos con una significación de p≤ 0,001. Con eses resultados se puede afirmar que los mayores cambios motores están correlacionados con las franjas estarías de 6 a 7 años que son caracterizados por el inicio de la infancia caracterizada por cambios con un crecimiento acentuado de talla, peso y de los 9 a 10 años donde los niños se caracterizan en el final de la infancia se mostrando con un crecimiento acentuado de peso corporal (Gallahue y Ozmun, 2003; Gallahue, 1995). Esos cambios motores los podemos percibir en el Gráfico 4 donde están todos los 100 niños del grupo G1.

Gráfico 2. Correlación de las variables EC y EMG del grupo (G2 sobrepeso) en relación a las franjas etarias investigadas

*resultados significativos con p≤ 0,05

    Para el grupo G2 (Gráfico 2) el analice de correlación de Pearson reveló una significación entre la Edad Cronológica y Edad Motora General para las franjas etarias, de los 6 años a 7 años con un r = 0,655 para los 7 años a 8 años con un r = 0,633 y para los 9 años a 10 años con r = 0,756 todos con las respectivas significaciones de p≤ 0,001, p≤ 0,003, p≤ 0,000, siendo que la Edad Motora General para estas edades fue inferior a Edad Cronológica. Esos cambios motores pueden ser observados en el Gráfico 5.

Gráfico 3. Correlación de las variables EC y EMG del grupo (G3 obesidad) en relación a las franjas etarias investigadas

*resultados significativos con p≤ 0,05

    En el grupo G3 (Gráfico 3) también se constató un retraso motor cuando comparando el desempeño motor general con la edad cronológica, pues el análisis de correlación de Pearson reveló una significación entre la Edad Cronológica y Edad Motora General para las franjas etarias: de los 6 años a 7 años con r = 0,744, para los 7 años a 8 años con un r = 0,841 y para los 9 años a los 10 años con r = 0,732 con las respectivos resultados significativos p≤0,001, p≤0,001 y p≤0,004. Esos cambios motores podemos percibir en el Gráfico 6. Los resultados encontrados de la correlación de las variables Edad Cronológica y Edad Motora General referentes de los grupos G2 (sobrepeso) y G3 (obesos). Ambos presentaron diferencias significativas para las edades de 6 a 7 años, 7 a 8 años y para 9 a 10 años, con resultados inferiores para las estructuras Edad Cronológica y Edad Motora General mientras el niño ya presenta sobrepeso, sus características psicomotoras ya están afectadas y cuando el grado de obesidad está constatado estas características sufren un gran impacto motor retrasando mas impidiendo que el niño realice tareas motora simples sin que él tenga un grande desgaste físico desfavoreciendo y habiendo un desinterés para la práctica deportiva. Los resultados, presentados por las medias de la Edad Cronológica y Edad Motora General de los grupos, G2 (Gráfico 2), G3 (Gráfico 3) sugieren que con el aumento de la Edad Cronológica ocurre un aumento de la Edad Motora General, o sea, que con el aumento de la Edad Cronológica los individuos son capaces de realizar tareas más complejas lo que no fue posible para los niños del grupo G2 y G3 pues estos tuvieran medias bajas para la variable Edad Motora General, como podemos observar en el Gráfico 7. Con esos resultados podemos identificar los retrasos motores de acuerdo con las evoluciones de las edades estudiadas, los resultados en este grafico muestran que los niños del grupo G1 son visiblemente mejores que los niños del grupo G2 y G3 en su desarrollo motor general, los resultados del diagrama de dispersión confírmanos los retrasos con los respectivos valores del r G1 r = 83, G2 r = 71 y G3 r = 56. Los resultados de la correlación de la Edad Cronológica y Edad Motora General del grupo G2 y G3 presentaron resultados estadísticamente significativos para las edades 6 a 7 años, 7 a 8 años y para 9 a 10años. Ese comportamiento encontrado en estas edades no presentó una linealidad. Así, fue posible, a partir de los resultados de la correlación, observar una fluctuación de las estructuras motoras del comportamiento presentado por los niños obesos y con sobrepeso.

Gráfico 4. Comportamiento y evoluciones de la Edad Cronológica y Edad Motora

 General, distribución de acuerdo con las edades estudiadas del grupo G1 (normopeso)

 

Gráfico 5. Comportamiento y evoluciones de la Edad Cronológica y Edad Motora 

General, distribución de acuerdo con las edades estudiadas del grupo G2 (sobrepeso)

 

Gráfico 6. Comportamiento y evoluciones de la Edad Cronológica y Edad Motora 

General, distribución de acuerdo con las edades estudiadas del grupo G3 (obesidad)

 

Gráfico 7. Comportamiento diferencias y evoluciones de la edad motora general, distribución de acuerdo con las edades estudiadas de los grupos: G1 niños

 con parámetros corporales normales; G2 niños con parámetros corporales indicativos de sobrepeso; G3 niños con parámetros corporales indicativos de obesidad.

    Estudios de Andersson et al. (2002) apuntan que aproximadamente 25% de dicha habilidad motora se pueden explicar partiendo de variables de naturaleza morfológica. Cabe enfatizar que la velocidad de progreso del desarrollo motor cambia de acuerdo con estímulos, experiencias y características propias de cada niño, según (Gallahue y Ozmun, 2003; Gallahue 1995). Los niños del grupo G2 y G3 investigados mostraran un peso corporal mayor que lo esperado para su estatura y edad, segundo los percentiles de la NCHS (2005). La evolución de la maduración motora parece haber sido afectada, reflejándose en el retraso de desarrollo motor de los niños obesos y con sobrepeso. La obesidad se muestra como una de las variables contundentes de repercusión en importantes retrasos motores; estudios como los de Ruiz et al. (1997); Thompson (2000); Lazzoli et al. (1998); Schwimmer et al. (2003); Ozdirenc et al. (2005); Dâmaso et al. (2001); Hancox y Poulton (2006), priorizan detectar los posibles retrasos motores en niños que presentan dificultades en sus habilidades motoras fundamentales y realizar las intervenciones necesarias en las variables más perjudicadas.

    Berleze et al. (2007) investigando la obesidad en 424 niños entre 6 a 8 años de distintos grupos sociales y su desarrollo motor constataron retrasos en los niños obesos en todas las estructuras, y una superioridad motriz de los niños cuando en relación a las niñas mientras que lo niños son mas activos que las niñas independiente del estado nutricional. Causgrove (2002) y Gallahue (1995) consideran que el dominio motor está directamente conectado a los límites impuestos por el grupo cultural al que pertenece la persona, y en esta línea se encuentran los resultados del trabajo de Silva et al. (2005) que evaluaron la influencia de los factores socioeconómicos y culturales en el desarrollo de las habilidades motoras de niños y niñas, el estudio demostró que los mejores patrones motores, principalmente, saltar y equilibrar, fueron presentados por escolares de la zona rural, en comparación con escolares de la zona urbana: está claro que los escolares de la zona rural son más activos y tienen también más oportunidades y espacios para la práctica. Para el desarrollo motor es fundamental que el niño utilice todos los espacios apropiados para el ocio y la práctica de actividad física, tales como calles y parques (Beurden et al. 2002; Basso y Marques 1999). La restricción del espacio en zonas urbanas puede restringir la participación de niños en actividades que implican la motricidad gruesa. Cabe enfatizar que cuando se trata de incentivar a un niño obeso a la práctica motora, se deben valorar otros espacios seguros y apropiados para la práctica. (Ruiz et al. 1997; Ruiz 1995; Fedre et al. 2005). Negrine (1995) y Thompson (2000), afirman que ese retraso en el desarrollo neuro-psicomotor normal (DNPM) puede ocurrir como consecuencia de la reducida actividad motora y la falta de interés por el ejercicio físico, una de las características más frecuentemente encontradas en los niños portadores de obesidad infantil (García y Fernández, 1996). Parece clara la necesidad de enfatizar la motricidad en el proceso de desarrollo del niño, pues ella construye su cognición respondiendo a las estimulaciones del medio ambiente, y éstas, por su parte, sólo adquirirán significado a medida que su evolución motora proporcione las condiciones para responderlas. Los escolares con una baja competencia motriz, hecho comprobado en los grupos G2 y G3 presentarán mayores niveles de pasividad que sus compañeros del grupo G1. Esto se pudo observar durante la ejecución de los tests, donde los escolares del grupo G3 mostraron una falta clara de interés por enfrentarse a los desafíos que se les planteaban; necesitaran ser animados en su ejecución; se observó falta de persistencia, escasa confianza en su nivel de competencia, falta de organización en la realización de secuencias de movimiento, timidez y precaución al enfrentarse a las tareas, falta de disfrute y repulsa hacia el fracaso, aspectos que también fueron cruciales en sus niveles bajos de desempeño motor. Los resultados del presente estudio encuentran soporte en los estudios de Feder et al. (2005); Ozdirenc et al. (2005); Saxena et al. (2004); Tremblay y Willams (2003); American Academy of Pediatrics (2004); Kain et al. (2003); Flores et al. (2005) los cuales han mostrado la creciente preocupación con los niveles pobres de aptitud física de niños obesos, cuando los mismos son comparados con niños eutróficos. Cabe resaltar, aún, que la obesidad puede estar contribuyendo para los bajos índices alcanzados por los niños investigados, pues los resultados fueron bajos cuando comparados con niños eutróficos. Cuanto al desempeño motor de los niños obesos y con sobrepeso, los resultados del presente estudio fuertemente sugieren que la obesidad está influenciando negativamente en el proceso y el producto del desempeño de las habilidades motoras fundamentales, siendo que los más perjudicados fueran los niños obesos que presentaron retrasos en el desempeño motor independiente de la edad que están. Este punto conecta directamente con la última reflexión, que es la importancia que este tipo de resultado tiene para la formación inicial de los futuros profesores de educación física. Conocer el pensamiento y las cogniciones y limitaciones del alumnado es muy necesario, analizar sus diferencias corporales individuales, y cuanto a su género, todavía más. Atender las diversidades supone analizar todos sus componentes y limitaciones, y entre ellos los referidos a la motivación son de primer orden, lo que puede permitir que el docente tenga conciencia de sí mismo, de sus orígenes y prejuicios sociales y culturales, y le ayude a comprender, al mismo tiempo, que la tolerancia y flexibilidad ante la diferencia de género, etnia o cultura debe ser una norma habitual de comportamiento en el aula, desarrollando escenarios de aprendizaje y motivación favorables para el logro y el dominio del niño.

Conclusiones

    Los niños con obesidad y sobrepeso estudiados con la escala EDM, demostraron un perfil motriz clasificado como inferior y muy inferior, respectivamente, cuando se comparaban con el grupo de niños con peso normal. Se identificó un retraso motor mayor en las siguientes estructuras: equilibrio, organización temporal, organización espacial y esquema corporal, factores estos, que pueden ser atribuidos a la obesidad y sobrepeso. En cuanto a la evolución de la edad cronológica en comparación con la edad motora general se concluyó que las edades más afectadas con el sobrepeso y la obesidad son las edades de seis a siete, siete a ocho y de nueve a diez años pues fueron las que se mostraron con resultados significativos, estando la media motora general significativamente por debajo de la edad cronológica. La falta de actividades y el peso corporal explican esta baja ejecución motriz seguida de una falta de motivación adecuada para esta población que cada vez está más presente en las clases de educación física.

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 17 · N° 175 | Buenos Aires, Diciembre de 2012
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