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Economía del conocimiento. Pertinencia y uso en la 

Universidad de la Ciencia de la Cultura Física y el Deporte

 

*Colaboradora del Departamento Dirección de la Cultura Física

Universidad de la Ciencia de la Cultura Física y el Deporte

**Filial de Cultura Física Plaza de la Revolución

Ciudad Habana

(Cuba)

Dra. María Antonieta Laza Rodríguez*

fecuba@inder.cu

Lic. Miriam Juana Laza Rodríguez**

laza@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          El trabajo que presentamos refiere la búsqueda realizada en los distintos textos sobre la pertinencia del concepto Economía del Conocimiento en la rama de la Cultura Física. Refiere también el resultado de una encuesta aplicada a 15 graduados en la licenciatura en Cultura Física y de ellos: uno es Profesor Auxiliar, uno se encuentra en la elaboración del informe en opción por el título de Doctor en Ciencias de la Actividad Física, ambos profesores de la Sede Universitaria de Cultura Física del Municipio Plaza de la Revolución. Los trece restantes trabajan como técnicos en las Escuela Comunitarias de la Cultura Física, el Deporte y la Recreación, en la actualidad cursan la Maestría en la Actividad Física en la Comunidad. Concluye con el análisis de los datos recogidos a través de la encuesta aplicada, así como la triangulación al comparar el mismo con los documentos rectores para la actividad.

          Palabras clave: Economía del conocimiento. Pertinencia. Gestión del conocimiento.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 174, Noviembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Para Miguel Ángel Ibarra en la actualidad, según criterios de algunos sociólogos, estamos viviendo en la “sociedad del conocimiento” o sociedad de la información. Señala también como para algunos economistas, vivimos en una “economía de la información”, caracterizada por la expansión de las actividades relacionadas con la producción y la difusión del conocimiento. Por otra parte, el conocimiento se ha convertido en un problema político de primer orden, centrado en la cuestión de si la información debería ser pública o privada, tratada como una mercancía o como un bien social.

    Durke plantea cómo los filósofos están de acuerdo con los economistas y los sociólogos en que nuestro tiempo se define en función de su relación con el conocimiento”.

    Hoy en día, infinidad de procesos, como la implementación de mercados globales, la Sociedad de la Información, las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la postmodernidad, la globalización, etc., han dejado pocos lugares de seguridad; como en el caso de la duda existencial, lo único que no cambia es nuestra idea de que: ¡El mundo ha cambiado y seguirá cambiando! En esta confluencia de cambios, y como lo manifiesta Peter Burke, confluyen múltiples enfoques administrativos que pretenden optimizar las condiciones para mejorar las organizaciones. Uno de estos enfoques organizacionales es el de la Gestión del Conocimiento. Rojas Mix analiza cómo “el conocimiento se teje sobre una doble urdimbre. La erudición y la familiaridad. […he criticado repetidamente lo que llamo la exterioridad interpretativa, los modelos que nos impone desde fuera sugiriendo conocer nuestra realidad mejor que nosotros. Nosotros mismos en nuestras aulas a menudo reproducimos un “colonialismo académico” en la medida que enseñamos más a citar que a pensar. Es preciso formar en el pensamiento crítico”].

    “Hoy estamos inmersos, al menos según algunos sociólogos, en una “sociedad del conocimiento” o “sociedad de la información”, dominada por expertos profesionales y sus métodos científicos. Según algunos economistas, vivimos en una “economía de la información”, caracterizada por la expansión de las actividades relacionadas con la producción y la difusión del conocimiento. Por otra parte, el conocimiento se ha convertido en un problema político de primer orden, centrado en la cuestión de si la información debería ser pública o privada, tratada como una mercancía o como un bien social. No tendría nada de extraño que los historiadores futuros se refieran al período en torno al 2000 como a la “edad de la información”.

    Curiosamente, coincidiendo con la afirmación del conocimiento en la esfera pública, muchos filósofos y otros han puesto en tela de juicio la fiabilidad del mismo de forma cada vez más radical o por lo menos con voces cada día más perceptibles. Lo que nosotros solíamos considerar un descubrimiento se describe ahora a menudo como algo simplemente “inventado” o construido”. De todos modos, los filósofos están de acuerdo con los economistas y los sociólogos en que nuestro tiempo se define en función de su relación con el conocimiento”.

    La noción de pertinencia de la educación superior (en francés: pertinence, en inglés: relevance) es introducida por los documentos especializados de la Unesco desde 1995, y es reforzada sistemáticamente a partir de 1998, en ocasión del “Encuentro mundial sobre la enseñanza superior en el siglo XXI”.

    Desde esta perspectiva, la categoría de pertinencia debe contrarrestar dos aspectos: por una parte, la tendencia al auto-encierro de las instituciones universitarias, favorecida por una comprensión demasiado unilateral de la autonomía académica; y, por otra, la tendencia de una agenda académica definida desde parámetros puramente disciplinares y, por ende, desconectados -se supone- de las realidades y los contextos sociales (locales, nacionales, regionales o globales).

    Naidorf (1998) en ocasión de la mesa de trabajo : Las tecnologías como factor clave de las Economías de Conocimiento, señala: “presentamos este trabajo suscitado a partir de la investigación y reflexión de una de las temáticas académicas principales que en la actualidad discuten las universidades en nuestro ámbito, y es el cómo se establecen las conexiones necesarias en el marco de la Economía de Conocimiento, el mundo globalizado, el desarrollo tecnológico, con la función social y la proyección pública de las instituciones universitarias, como organizaciones cuyo insumo fundamental es el conocimiento.”

    En otros de sus trabajos señala Naidorf (2000) “la idea de pertinencia, frecuentemente utilizada en la literatura sobre el tema de la Universidad, supone también una cosificación de la sociedad (como si ésta fuera un conjunto con cierta homogeneidad de necesidades, problemas o demandas).

    María Barceló y otros definen a la sociedad del conocimiento como: “…la sociedad del futuro, en la que innovación, investigación, educación o formación son los elementos clave para el crecimiento y la competitividad de los países y las regiones”.

    Sin embargo no todo es conocimiento. Si acordamos con las más actuales posiciones académicas que el conocimiento son las creencias cognitivas, confirmadas, experimentadas y contextuadas del conocedor sobre el objeto, las cuales estarán condicionadas por el entorno, y serán potenciadas y sistematizadas por las capacidades del conocedor, las cuales establecen las bases para la acción objetiva y la generación de valor, éste será el mayor aporte social que una Universidad pretendería poseer como su principal bien y producto.

    Campos Huerta analiza como los cambios sociales se perciben en muchos aspectos. Específicamente los que conciernen y tienen que ver con la educación superior como sistema, con la variedad de instituciones, con los fines y funciones de la universidad, se pueden agrupar en los siguientes:

  1. Retomar a las sociedades del conocimiento y la educación superior en la transformación de la economía nacional, regional y mundial. Éste tipo de análisis ubican a la educación superior en el ojo del huracán y como uno de los principales espacios de acción en el que la investigación, el desarrollo científico, la tecnología y la interacción directa y creciente de las IES con el sector productivo se intensifica.

  2. Ubicar directamente a la sociedad del conocimiento como plataforma generadora de la educación virtual.

  3. Buscar centrar a la educación en las sociedades del conocimiento, como herramienta de transformación social, en un marco de equidad, justicia y renovación de los individuos, de las organizaciones y de las comunidades en el marco de la democracia.

  4. Desarrollar, desde una perspectiva pedagógica, que la educación superior y la educación formal en general deben transformar el modelo educativo tradicional para elevarlo a un nivel de aprendizaje. Se dice que se debe dejar atrás el solo querer enseñar y transmitir conocimientos para dar paso a procesos de aprendizaje conscientes y responsables. En este tipo de proceso, el que aprende no absorbe el conocimiento sino que lo experimenta, lo genera y lo transforma.

    Andy Hargreaves (2003), citado por Campos Huerta (2007), considera junto a otros autores “las sociedades del conocimiento como aquellas que abarcan no sólo el aspecto económico (como la economía del conocimiento) sino el bien público. En ella se ubica a la educación y a las escuelas (junto con otras instituciones) como aquéllas que tienen que promover la compasión; la identidad cosmopolita y de comunidad; la creatividad; la inventiva y la noción de ciudadano del mundo”.

    La sociedad del conocimiento según Malagón (2002), citado por Naidorf (2000) tiene tres dimensiones:

  1. En primer lugar, comprende una esfera educativa, técnica y científica expandida…

  2. En segundo lugar implica modos complejos de proceso y circulación de conocimientos e información en una economía basada en los servicios.

  3. En tercer lugar, acarrea cambios básicos en el modo de funcionamiento de las empresas y organizaciones para Especialización en Sociología de la Educación Superior.

    Hargreaves (2003), citado por Campos Huerta (2007), describe: “Enseñar para la sociedad del conocimiento, es educar para la preparación y el aprendizaje constante. Los docentes son el agente clave del cambio en la sociedad del conocimiento. Profesores y alumnos deben estar en continuo aprendizaje y formación. El trabajo en equipo, el desarrollo de la inteligencia emocional, el aprendizaje profesional compartido, la inteligencia colectiva, la inteligencia creativa (universal, múltiple, infinita y compartida), la flexibilidad, la inventiva, la mejora continua y la visión de las escuelas como organizaciones del aprendizaje son elementos concebidos como fundamentales para el desarrollo de la sociedad del conocimiento. Más aún, el desarrollo de capacidades para saber correr riesgos y manejar el cambio junto con la capacidad de investigación debe estar presente para poder enfrentar la realidad cambiante que implica nuevas demandas y nuevos problemas”.

    Cuanto se ha planteado en los análisis precedentes, tienen una relación directa con el tema motivo del presente trabajo, toda vez que como parte de la sociedad, la Universidad de la Cultura Física y el Deporte en su marcha por el desarrollo en la innovación y el desarrollo tecnológico, presenta también las tres dimensione señaladas por Andy Hargreaves (2003). No obstante, se evidencia la contradicción entre las dimensiones señalas y el nivel de dominio de las categorías y la gestión del conocimiento entre los especialistas. Esto puede ser producto de una desactualización, que se constata en los resultados de la investigación con un grupo de maestrantes de la sede universitaria. En sentido general, el resultado de las investigaciones queda para uso individual entre los profesionales de la cultura física, ya que se encuentran pocas veces en los sitios de Internet, en publicaciones periódicas o en comunicaciones en eventos científicos de alto nivel, aún si se realizan en Cuba. También es de notar que pocos profesionales cubanos son citados por autores de otras nacionalidades, lo cual puede deberse al bajo índice de publicaciones de esta especialidad entre la comunidad científica.

Desarrollo

    Naishtat (2003), sostiene que la noción de pertinencia social, que ha servido en su inicio para caracterizar precisamente la responsabilidad (accountability: en el original) externa de la Universidad, no escapa a esta complejización. Así, cuando decimos “pertinencia”, podemos estar implicando la nación, la región, la comunidad o, en otro registro, la disciplina, la ciencia, la tecnología en general, etc. Se habla del concepto de pertinencia como si tuviera distintos niveles y diferenciaciones; sin embargo, nunca son explicitados y definidos de modo concluyente. La noción teórica de pertinencia universitaria carece de una definición unívoca y posee un carácter abstracto que no refiere empíricamente a prácticas y realidades históricas concretas. Por lo anterior, decimos que es un término equívoco, es decir, aquello que se puede expresar de varias formas diferentes, se puede entender en varios sentidos y éstos pueden equiparase por la función que cumplen discursivamente.

    En tal sentido, cita Naidorf (2007) a Malagón (2002) que plantea, como a partir de su análisis de los discursos en la bibliografía especializada sobre pertinencia, que en su abordaje existen tres tendencias:

1.     La reducida: que implica ajustar el concepto a la respuesta. Desde esta perspectiva, la Universidad debe adecuarse a ciertas demandas (sea de la economía, del mercado laboral, etc.). Se trataría de una adaptación al modelo tecno-económico-educativo dominante. Aquí se ubican Gibbons y el Banco Mundial, Unesco, Sutz y Vessuri.

2.     La ampliada: donde se reconoce la necesidad de responder a tales demandas, pero se las considera limitadas. Se plantea que lo económico no debe ser la única dimensión, sino que lo social, lo cultural, lo político, etc., debe también ser considerado. Un ejemplo de ello lo constituye la definición de pertinencia que propone García Guadilla (2003):

    “Un conocimiento pertinente implica una óptima combinación entre conocimiento abstracto (universal, especialmente relacionado con la ciencia y la tecnología) y el conocimiento contextualizado, en estrecha relación con las culturas locales con las memorias de todos los grupos sociales (historia), con las necesidades del medio social”.

3.     La integral: en la que se conjugan los aspectos anteriores, pero además, la crítica permanente como discurso constructor de alternativas nuevas de pensamiento. Aclara Naidorf (2000) que Malagón Plata considera a Naishtat un referente de este abordaje. Probablemente, el análisis realizado por este investigador colombiano sea el más general e integral entre la literatura existente sobre pertinencia.

    Para acercarnos al tratamiento de la situación problémica mencionada en la introducción de este trabajo, decidimos aplicar una encuesta a un grupo de profesionales de la cultura física que cursan la Maestría en Actividad Física en la Comunidad, en la Sede de Plaza de la Revolución.

    Este instrumento pretendió conocer el nivel de dominio de las categorías de la ciencia y la economía del conocimiento, sobre todo en lo que a gestión del conocimiento se refiere, así como el dominio de elementos básicos del discurso científico de los encuestados, para verificar que, mientras más experiencia poseen los profesionales de la cultura física, mas se alejan del sistema de trabajo científico metodológico con que se formaron en la Universidad.

Análisis de los resultados

    Referente a la titulación y los años de experiencia, entre los encuestados se comporta de la siguiente forma:

Total de graduados agrupados por décadas:

80 al 89

9

90 al 99

4

00 al 08

2

 

Total por años de experiencia:

25 a 30 años

5

19 a 24 años

8

14 a18 años

1

3 a 8 años

1

    Como se puede observar, entre los encuestados el 60 % se concentra en la década de 1980-89, mientras que el promedio de años de experiencia se encuentra entre los encuestados que llevan entre 19 y 24 años en el sector de la cultura física. (53,3%)

    La pregunta acerca de, si la información disponible en la CF es difundida, como se puede observar en el recuadro siguiente, sólo el 20% considera que la información disponible se difunde. Es significativo que en el resto de las categorías se concentra casi el 80% de los encuestados.

NO

Parcialmente

No sé

3

5

6

1

20%

33,3

40%

6,6%

    Si se establece una relación entre el año de graduación, la experiencia y el uso de la información por el profesional de la cultura física, se deduce de esta triangulación que, en la medida que se aleja el año graduación, se incrementa la experiencia (en el sector), y se reduce, según los datos obtenidos, el acceso a la información que se difunde. Esto puede conspirar contra el desarrollo de programas donde el conocimiento es fundamental.

    La siguiente pregunta solicitaba de los encuestados, que respondieran si la actividad que realizan tiene alguna relación con la gestión del conocimiento. Los resultados fueron los siguientes:

NO

13

2

86%

13,3%

    Esto torna la situación aún mas contradictoria, ya que los encuestados, a pesar de reconocer el poco acceso a la información, consideran que guarda relación con la actividad que realizan como profesionales. Sobre las siguientes formas de divulgación de la actividad científica y su participación en alguna de ellas, los resultados fueron los que refleja la próxima tabla:

Forma de divulgación

Participantes

Porcentaje

Proyecto de Investigación

8

53.33%

Publicación Local

5

33.33%

Publicación Nacional

2

13.33%

Publicación Internacional

1

0.66%

Evento Científico Nacional

6

4,0%

Evento Científico Internacional

3

2.0%

Talleres de Desarrollo

8

5.33%

Cursos de Actualización y/o Capacitación

12

80%

Forum de Ciencia y Técnica

9

60%

Jornada Científica

11

73.33%

    En este sentido, se percibe que en las formas en que se divulga la información en la especialidad de cultura física, las que tienen mayor participación son los Cursos de Actualización y/o Capacitación, seguido de la Jornada Científica y en un menor por ciento, los Forum de Ciencia y Técnica y los Proyectos de Investigación. En cambio, las formas de divulgación en las que el conocimiento se somete a la opinión de la comunidad científica, tanto nacional como internacional, reflejan una participación menor de los encuestados. Esto pone en alerta que, el valor real del conocimiento, no puede considerarse pertinente, siguiendo los criterios de los autores citados a pie de páginas, ya que, donde más provecho se saca de la experiencia investigativa y se obtienen formas de cooperación y multiplicación del conocimiento, reflejan menor dominio los encuestados.

    Una de las preguntas de nuestro mayor interés estuvo relacionada con las opciones que según sus criterios, se incluían en su especialidad, al tratar la economía del conocimiento. En la próxima tabla se pueden observar los resultados:

Opciones

Participantes

%

Registro de derecho de autor

8

53,3

Solicitud de Patente

4

26,6

Formación de equipos de Investigación y desarrollo

12

80

Estructura y Curso del Resultado de Investigación y desarrollo

8

53,3

    Como refleja el cuadro anterior, no hay una correspondencia entre el dominio del concepto (economía del conocimiento) y las categorías con que se relaciona, y esto se hace mas evidente, cuando se suma a esta comparación el resultado que refleja la pregunta anterior, sobre las formas las formas de divulgación de la actividad científica en la especialidad de cultura física.

    Quisimos, por último muestrear el nivel de conocimiento de los encuestados acerca de categorías de la investigación que son indispensables para entender y gestionar el conocimiento. Se le solicitó que calificaran las opciones que se les ofrecían, en una escala del 1 al 5, teniendo que hacia el 5 se consideraría que su criterio era de excelente. Los resultados se explican a continuación:

    En el caso de la primera opción, el criterio sobre posicionamiento, entendido como acción y resultado de adoptar una determinada actitud o elegir una opción, solamente 4 encuestados estuvieron en total acuerdo (26,6%), y 1 que la evaluó de 4, (de acuerdo) y representó un 6,6%. El resto estuvo parcialmente de acuerdo (33,3%), o no estuvieron de acuerdo (20%) o estuvieron en total desacuerdo (40%).

    Al contestar la 2ª opción, si fundamentación y valoración de las categorías del objeto de estudio es lo mismo, de los 15 encuestados 5 estuvieron en total desacuerdo (33,3%), seleccionando así la respuesta correcta. Seleccionaron la calificación de 2 y 3 (en general no muy de acuerdo, y parcialmente de acuerdo) 1 y 3 encuestados (6,6% y 20%) respectivamente, con lo que, unido a los 4 que consideraron que sí, al seleccionar la calificación de 5 (26,6%) dan muestras de no dominar el concepto y su función en la investigación.

Opciones

1

2

3

4

5

Posicionamiento es asumir los criterios de otros autores

2

3

5

1

4

Fundamentación y valoración de las categorías del objeto de estudio, todo es lo mismo

5

1

3

2

4

El servicio que ofrece la cultura física es un conocimiento tácito e intangible

3

1

3

5

3

    La última opción, que hacía referencia al servicio que ofrece la cultura física como un conocimiento tácito e intangible, solo 3 seleccionaron la respuesta correcta (totalmente de acuerdo) para un (20%) y seleccionaron la 2ª evaluación (solo de acuerdo), 5 de los encuestados, para un 33,3%. Si se observa con detenimiento la respuesta correcta, concentrada en estas dos categorías, no sobrepasa el 53,3%, El resto seleccionaron las opciones que los inclinaron hacia el desacuerdo, y es una justificación del poco dominio que tienen estos especialistas de la pertinencia del conocimiento y su valor en la época actual para la cultura física.

    No quisiéramos terminar sin especificar que la cultura física es una especialidad cuya riqueza tanto en su concepción interna, como en la relación con otras ciencias, ofrece un campo de gran amplitud para ser explotado en la economía y gestión del conocimiento. Sin embargo estos dos aspectos en la cultura física se encuentran a la zaga en relación con sus potencialidades. Esto justifica la necesidad de prestar atención a esta situación, que no está en correspondencia con los resultados alcanzados en el deporte en la arena internacional.

Conclusiones

  1. Del total de los encuestados el 60 % se concentra en la década de 1980 al 89, mientras que el promedio de años de experiencia se encuentra entre los encuestados que llevan entre 19 y 24 años en el sector de la cultura física. (53,3%).

  2. Sobre si la información disponible en la CF es difundida, sólo el 20% considera que la información disponible se difunde. Es significativo que en el resto de las categorías se concentra casi el 80% de los encuestados.

  3. Al establecer una relación entre el año de graduación, la experiencia y el uso de la información por el profesional de la Cultura Física, se precisa en esta triangulación que, en la medida que se distancia el año de graduación, se incrementa la experiencia (en el sector), y se reduce, según los datos obtenidos, el acceso a la información que se difunde.

  4. De las formas de divulgación en las que el conocimiento se somete a la opinión de la comunidad científica, tanto nacional como internacional, reflejan una participación menor de los encuestados. Esto pone en alerta que, el valor real del conocimiento, no puede considerarse pertinente, siguiendo los criterios de los autores citados a pie de páginas, ya que, donde más provecho se saca de la experiencia investigativa y se obtienen formas de cooperación y multiplicación del conocimiento, reflejan menor dominio los encuestados.

  5. La cultura física es una especialidad cuya riqueza ofrece un campo de gran amplitud para ser explotado en la economía y gestión del conocimiento. Sin embargo estos dos aspectos en la cultura física se encuentran a la zaga en relación con sus potencialidades.

Recomendaciones

  1. Instrumentar las vías que garanticen las formas de divulgación en la especialidad de Cultura Física, no sólo aquellas de mayor conocimiento y participación.

  2. Prestar atención a la característica de la Cultura física tanto a la concepción interna, como en la relación con otras ciencias, que no está en correspondencia con los resultados alcanzados en el deporte en la arena internacional.

Referencias

  • Encuentro Mundial sobre la Enseñanza Superior en el siglo XXI”. 1998.

  • Campos Huerta, Martha Elizabeth. “El impacto de la sociedad del conocimiento en la educación superior. Un primer acercamiento a la construcción de un estado del arte”. 2007.

  • Documentos Especializados de la UNESCO, 1995

  • Durke, Peter. Historia Social del Conocimiento. p. 4. En: Ibarra, M A. Producir conocimiento para comunicarlo (Artículo). Pontificia Universidad Javeriana, Bogota Colombia.

  • Ibarra, M.A. Producir conocimiento para comunicarlo. Pontificia Universidad Javeriana, Bogota, Colombia.

  • Naidorf, J. “Pertinencia social de la Universidad. Una categoría equívoca”. En: Encuentro Mundial sobre la Enseñanza Superior en el siglo XXI”. 2000.

  • Rojas, Mix M. Nuevos escenarios para pensar la Educación Superior.

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