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Relación entre la percepción de la distancia y la concentración
de la atención en la actividad deportiva. Criterios para su desarrollo

 

*Entrenador de Béisbol en la Dirección Municipal de Deportes de Boyeros, La Habana

Máster en Entrenamiento de Béisbol para el Alto Rendimiento

Doctorante de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte (UCCFD) “Manuel Fajardo”, La Habana

**Profesora de Psicología y Metodología de la Investigación en la Escuela

Provincial de Educación Física (EPEF) “Manuel Fajardo”, La Habana

Máster en Metodología de la Investigación

Lic. Carlos Martín Álvarez*

carlosma@eiefd.co.cu

Lic. Xiomara Diéguez Hidalgo**

xiomara@inder.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          En el complejo proceso de la percepción es difícil encontrar un tipo de este fenómeno que no se interconecte con otros procesos psíquicos o fisiológicos. Este es el caso de la estrecha relación que existe entre la percepción de la distancia y la concentración de la atención, esta última condiciona el resultado de la primera y en muchos casos sus errores se pueden compensar entre sí. Ambos procesos son entrenables y los diferentes criterios de los autores para su desarrollo constituyen la esencia de este trabajo.

          Palabras clave: percepción de la distancia, concentración de la atención, actividad deportiva.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 173, Octubre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La percepción de la distancia posee la característica de ser compleja, el grado de unión con otras funciones es diverso y provoca la influencia de una con respecto a la otra hasta el punto de que pueden compensarse entre ellas si los índices de ausencia son bajos.

    Respecto a lo anterior Rodionov (1981) planteó el criterio, que se asume como punto de partida de este artículo, que “Como regla el sentido de la distancia va acompañado de una buena atención (intensidad de concentración)…….Estas uniones son tan fuertes que con la variación de una función se puede prever la variación de otra”. (p. 62).

Características de la percepción de la distancia

    Todo a nuestro alrededor está conformado por objetos estáticos o en movimiento, más cerca o más lejos de nosotros. Este movimiento y esta distancia deben ser percibidas por el hombre de forma correcta para su feliz desenvolvimiento en el espacio donde se encuentre.

    La percepción de la distancia es el reflejo del espacio que separa al sujeto de los objetos o de otros sujetos y la que existe entre objetos. En este proceso Influyen diversos factores tales como: la acomodación y la convergencia ocular, la perspectiva lineal y aérea, y la distribución de luces y sombras. Las sensaciones que participan son: las visuales y las cinéticas. (Sánchez y González, 2004, p. 35).

    Como se puede observar, este tipo de percepción está relacionada con varios factores. Cuando se trata de la actividad deportiva la relación adquiere una gran importancia pues en el éxito de casi todas las acciones que se realizan durante las competencias dependen de su buen funcionamiento.

    Argumentando lo anterior, Rodionov (1981) se refiere a que: “En la composición del sentido de la distancia entra, obligatoriamente, el saber determinar con exactitud la distancia hasta el contrario. Gracias a la vista de profundidad, el hombre distingue las variaciones de distancia más significantes y da una valoración exacta de la extensión del objeto de profundidad, pero no es necesario sobrevalorar el papel de la vista de profundidad en el desarrollo del sentido de la distancia, porque ésta está relacionada no tanto con la valoración de la distancia dada, como con la valoración de la dinámica de translación del propio deportista y su contrario. Quizás la vista de profundidad desempeña un papel mayor allí donde es necesario valorar grandes distancias, relativamente, para hacer un pase exacto al compañero”. (p. 63).

    En la percepción visual del espacio, también juegan un papel importante las percepciones de profundidad. Las bases fisiológicas de este tipo de percepción se encuentran en la composición del cerebro y del ojo como el órgano receptor de los estímulos luminosos, que tiene como principal función la de traducir las vibraciones electromagnéticas de la luz en un determinado tipo de impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro a través del nervio óptico.

    La percepción de la profundidad y la distancia se producen, principalmente, gracias a la visión binocular. Hay que reconocer que en la fijación binocular de los objetos lejanos las líneas visuales de ambos ojos son paralelas. Por esto, se ven las imágenes de objetos alejados en los mismos lugares del espacio, independientemente de si estas imágenes caen sobre la retina derecha o izquierda, o sobre ambas retinas. En consecuencia, a ciertos puntos de una retina corresponden puntos determinados de la otra. Son puntos tales de la retina que coincidirían si al superponer una retina sobre otra coincidirían los ejes verticales y horizontales del ojo.

    En el deporte son innumerables las acciones donde el deportista tiene que percibir distancias y determinarlas lo más correctamente posible para poder tener éxito en un pase a su compañero, un tiro a puerta, una intersección del balón o de la pelota, etc. Tiene que saber a qué distancia se puede separar de su contrario o de su compañero, de las líneas laterales o de las cercas que limitan el terreno. Para ejecutar todas estas acciones los jugadores tienen que presentar un alto nivel de concentración de la atención en las tareas encomendadas pues de nada serviría que el sujeto tenga un elevado grado de desarrollo de la estimación o percepción de la distancia por separado y no estuviese concentrado, esto traería consigo que las percepciones que realice no sean en muchos casos las acertadas y en otros ni se dé cuenta que tenía que realizarlas. Es aquí donde radica la importancia de la relación entre ambos componentes, deben estar unidos, sobre todo la concentración de la atención con la percepción de la distancia porque un buen resultado de esta última depende en gran medida de la primera.

Criterios para el desarrollo de la percepción de la distancia

    La percepción de la distancia como todas las demás percepciones son medibles, evaluables y entrenables. Con la planificación de diversas tareas pueden erradicarse sus deficiencias o en su defecto compensarse. Esta compensación se puede realizar a través del desarrollo de las reacciones ante los estímulos que se presentan y así lograr el éxito en sus acciones.

    Autores como Rodionov, Rudik, González Rodríguez y Sainz de la Torre plantean que para el desarrollo de la percepción de la distancia se pueden elaborar tareas donde el deportista utilice indicaciones verbales simultáneas a la acción que se está ejecutando que le indiquen cuándo ésta es adecuada o no en correspondencia a la distancia. Frases como más lejos, más cerca, te pasaste, no llegaste pueden ser utilizadas en estas indicaciones.

    También se le puede orientar a los deportistas que constantemente utilicen el lenguaje interior para evaluar la distancia que media entre ellos y los demás objetos, compañeros de equipo, contrarios o evaluar el resultado del movimiento de su cuerpo en el caso que tenga que realizarlo. En esta situación se pueden utilizar frases como acércate, hacia atrás, muy lejos, entre otras.

    Otra de las tareas que recomiendan estos autores es la constante variación de la distancia en los ejercicios de entrenamiento comenzando en el período de aprendizaje inicial con repeticiones de distancias cortas, después media y por último a largas distancias. Los autores de este artículo están de acuerdo con los criterios planteados anteriormente, pero consideran debe tenerse en cuenta que esa variación de la distancia debe estar entre los rangos reales en los que se desarrollan los deportistas en su accionar competitivo pues en muchas ocasiones se observa que la distancia en la que realizan los ejercicios en el entrenamiento no se relacionan con la competitiva, en unas ocasiones por exceso en la distancia y en otras por encontrarse muy cerca.

La atención y la percepción de la distancia

    La relación entre la concentración de la atención y la percepción de la distancia como se ha fundamentado en el transcurso de este artículo tiene gran importancia. Otro criterio que así lo corrobora y que se adopta como premisa tanto en el entrenamiento como en la competencia es que “el deportista que posee un buen nivel de expresión del sentido de la distancia tiene por lo general una buena concentración de la atención. Cuando ésta se altera, también se afecta la percepción especializada”. (Saínz de la Torre, 2003, p. 60).

    En ausencia de insuficiencias perceptivas de carácter orgánico o funcional, así como de evidentes retrasos en la maduración intelectual, las diferencias que en la capacidad de recordar se pueden detectar en individuos equiparables, en otros están supeditadas fundamentalmente, como se ha dicho, a la capacidad del sujeto para mantener la atención. La incapacidad de atender se considera consecuencia de la existencia o la aparición de otros pensamientos que interfieren el proceso que dirige la atención, o de estímulos ambientales que actúan como factores de distracción.

    Para poder percibir y procesar la información con la calidad requerida, reaccionar a tiempo a las situaciones de juego, pensar de forma productiva es necesario mantener “la dirección y concentración de la actividad psíquica sobre un objeto cualquiera” (Rudik, 2006, p. 223), o sea, poseer una buena atención, la que, para que tenga esta cualidad debe ser intensa y estable.

    La dirección de la atención está encaminada hacia el carácter selectivo que tiene el transcurso de la actividad psíquica y la elección de los objetos de ésta, la que puede catalogarse como involuntaria (no premeditada) o voluntaria (premeditada). La primera, surge y se mantiene independientemente de las intenciones conscientes del hombre. Normalmente, en las actividades de la vida y en las deportivas en especial, se tiene un intrincado proceso de móviles que se relacionan estrechamente los cuales son capaces de despertar y sostener la atención involuntaria. Entre estos móviles se pueden destacar sonidos fuertes, la novedad de algún objeto, cambios dinámicos del mismo en el espacio, tiempo de duración de la actividad así como interés hacia ella, concordancia entre los estímulos externos y el estado interno del organismo (necesidades del sujeto), entre otras.

    La atención voluntaria es una forma superior de la anterior, la involuntaria. Es la atención que se regula conscientemente y surge cuando el sujeto pone ante sí determinadas tareas con el fin de obtener un mejor resultado de una actividad u otra, lo que condiciona, que destaque ciertas cosas como objeto de su atención. La voluntad dirige y concentra la atención en ese algo en que se cree necesario. La dirección y la concentración en este caso dependen no de las particularidades de los objetos circundantes sino de la tarea que se ha planteado. Esta se condiciona por el interés o motivación del sujeto hacia la actividad, así como en el proceso consciente-volitivo del hombre hacia ella.

    Al realizar una actividad determinada, la intensidad de la atención varía constantemente fortaleciéndose en unos casos y debilitándose en otros. Esta intensidad está basada en un aumento de la concentración de la atención provocada desde el punto de vista fisiológico por un exaltado grado de los procesos de excitación en determinadas partes de la corteza con la simultaneidad de los procesos de inhibición de otras. En el proceso de aprendizaje, la intensidad juega un papel importante y le corresponde al entrenador tratar de lograr el más alto nivel de ésta en este proceso para alcanzar una percepción y un pensamiento claro y preciso a partir de que en estado de fatiga los sujetos no son capaces de mantener una atención intensa ni concentrada en la labor que está ejecutando pues su sistema nervioso está agotado por la realización de alguna actividad anterior. Por lo tanto, para que este proceso de aprendizaje tenga una alta eficacia, el deportista debe llegar al entrenamiento con un alto estado vigoroso que le permita lograr un nivel alto de intensidad de la atención.

    La estabilidad de la atención está determinada por la dirección de toda la actividad psíquica del sujeto hacia los objetos necesarios para obtener un buen resultado en la actividad que se está realizando, o sea, no cambiar involuntariamente esta atención hacia otros objetos no importantes en el cumplimiento de la tarea encomendada.

    Estas dos propiedades de la atención, la intensidad y la estabilidad, se encuentran presente en cada sujeto y según su grado de manifestación se pueden clasificar en atención concentrada o repartida, estática o dinámica. En la atención concentrada el deportista centra su atención en un solo objeto, en el principal, teniendo siempre en cuenta la situación de juego que se le presente así como la posición que éste ocupa en el campo en el caso de los juegos deportivos. Hay otras situaciones donde los jugadores tienen que estar atentos a varios de los jugadores ya sea de su equipo o del contrario y por ende la atención debe estar repartida.

    La atención estática se caracteriza por mantener la intensidad de esta durante una actividad prolongada y los sujetos que poseen esta capacidad son capaces de cambiar para otras actividades y mantener los mismos niveles de intensidad. En tanto, la atención dinámica se caracteriza porque a los individuos que la poseen se les dificulta comenzar un trabajo con altos niveles de intensidad de la concentración, necesitan realizar un gran esfuerzo para lograr su concentración al igual que para cambiar de actividad se le dificulta mucho mantener ésta de uno para el otro.

    Por otro lado es importante destacar que la atención está estrechamente relacionada con las reacciones, y se plantea por muchos autores (Rubinstein, Puni, Rudik) que su unión es de un 70-80% entre sí y a su vez considerar que los sujetos que poseen una buena atención se distinguen por una rápida reacción. Desde el punto de vista de sus entrenamientos, la mayoría de los ejercicios encaminados a desarrollar una condición contribuyen al desarrollo de la otra.

Criterios para el desarrollo de la concentración de la atención

    La atención se puede entrenar y es necesario realizarlo si se quiere obtener un buen resultado en el enfrentamiento deportivo. Este entrenamiento debe estar encaminado a ejecutar por parte de los deportistas acciones complejas como son los ejercicios típicos de cada deporte en forma de juegos ya que es aquí en estas situaciones donde los deportistas abren todas sus aptitudes y por consiguiente se puede observar que los sujetos de mayor calidad poseen un elevado nivel de concentración y de hecho perciben mejor las informaciones específicas, y no es así en los de menor desenvolvimiento. Elevar la exigencia de la calidad en la ejecución de la acción puede ser otra vía para contribuir al desarrollo de la misma.

    Dentro de los diversos criterios de los autores, muchos recomiendan que para el desarrollo de la concentración y la estabilidad de la atención sus tareas deban estar encaminadas a tratar de disociar a los deportistas en las actividades que estén realizando. En estos entrenamientos se les explica a los jugadores que tienen que concentrarse en la tarea que se le orientó y no prestarle atención a los sonidos o frases que puedan distorsionar el éxito de las acciones que estén realizando. Estos estímulos acústicos pueden ser grabaciones del público que apoya a su equipo o al equipo contrario en el estadio, otros jugadores orientándolo de forma equivocada en la acción que él está ejecutando, entre otras.

    Otro de los entrenamientos que se puede realizar es con varias pelotas a la misma vez, estas pueden ser lanzadas, recibidas, golpeadas desde o hacia diferentes ángulos del terreno, esto educa la velocidad de cambio, la distribución y la estabilidad de la atención.

    La concentración y la estabilidad de la atención se pueden educar orientándole a los sujetos que observen detalladamente cualquier acción de sus compañeros en el terreno para después realizar la evaluación de la acción ejecutada.

Conclusiones

    Una buena determinación de la distancia a la que se encuentra cualquier objeto o sujeto en el accionar deportivo depende en gran medida del nivel de concentración que presente el sujeto perceptor en la ejecución técnica que tenga que realizar en ese momento. Los ejercicios para su desarrollo pueden estar combinados con ambos aspectos para que influyan en el mejoramiento de estos componentes al mismo tiempo, e incluso, se pueden incorporar otros elementos que mantengan relación con estos.

Bibliografía

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  • Rudik, P. A. y col. (2006). Psicología. La Habana, Editorial Pueblo y Educación. 2ª edición.

  • Saínz de la Torre, N. (2003). La llave del éxito. Preparación psicológica para el triunfo deportivo. Puebla, Editorial Siena BUAP.

  • Saínz de la Torre, N. (2010). Psicopedagogía de la Educación Física y el deporte escolar. Ciudad de la Habana, Editorial Deportes.

  • Sánchez Acosta, M. E. González García, M. (2004). Psicología General y del desarrollo. Ciudad de la Habana, Editorial Deportes.

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