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Consideraciones teórico-metodológicas sobre el control psicológico
y su influencia en la optimización de la dirección del proceso
de entrenamiento deportivo

 

Máster en Psicología del Deporte. Profesora investigadora

Subdirectora del Centro de Estudios Actividad Física Comunitaria y Calidad de Vida

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, Facultad de Granma

MSc. Norma Guerra Martínez

adomals.grm@infomed.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          En la dirección uno de los momentos fundamentales lo constituye el control del proceso que se dirige. El entrenamiento como proceso pedagógico presupone también la realización de un control efectivo de las potencialidades y los logros que va alcanzando el atleta. El presente artículo ofrece algunas consideraciones acerca de la importancia del control y su forma de realización para la optimización de la dirección del equipo deportivo.

          Palabras clave: Control psicológico. Entrenamiento deportivo. Dirección del equipo deportivo.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 173, Octubre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La dirección del proceso de entrenamiento es realizada por el entrenador con la participación activa del deportista y presupone la recogida de información sobre el estado de los deportistas, incluidos los índices de la preparación física, técnica táctica y psíquica, análisis de toda la información comparando los parámetros reales y planeados, elaboración de las vías de planificación y corrección de las características de la actividad competitiva y de entrenamiento con el fin de asegurar el logro del efecto deseado.

    La base para la dirección del proceso de entrenamiento deportivo son las capacidades diversas y constantemente cambiables del deportista y las oscilaciones de su estado funcional, la información sobre las cuales llega del deportista al entrenador con ayuda de unas relaciones inversas que abarcan estado de salud, estado de ánimo, conducta del deportista, volumen de trabajo de entrenamiento, etc.

    La dirección por etapas presupone una organización del proceso de preparación en formaciones estructurales grandes que asegure el logro de los fines y la consecución de los principales objetivos de un elemento concreto de macro estructura. La eficacia de la dirección por etapas está determinada entre otros factores por la presencia de un sistema objetivo de control, por ejemplo en la primera etapa el aspecto de dirección se dirige a la formación de las cualidades físicas más importantes de fuerza, velocidad, coordinación, resistencia, flexibilidad, así como cualidades psíquicas que se correspondan a los objetivos de dicha etapa, la falta de datos, o su falta de correspondencia con la estructura de la actividad limita la posibilidad de dirección objetiva del proceso de entrenamiento.

    En el proceso de entrenamiento deportivo la dirección de equipo por el entrenador comprende la determinación de las particularidades individuales y las posibilidades funcionales del deportista, para ello es necesario la elaboración del programa individual y de su ejecución, pero el programa de entrenamiento debe adaptarse a las cambiantes posibilidades funcionales, a su capacidad de trabajo, a las condiciones en que vive y entrena ya que es un proceso dinámico, móvil en cuanto a volumen, intensidad, complejidad, tensión psíquica, correspondencia entre trabajo y descanso, es necesario comparar la actividad motora real del deportista con las reacciones sobre sus órganos y sistemas y sobre las exigencias al deportista y sus posibilidades, detectar a tiempo las desviaciones que se producen e introducir las necesarias modificaciones en el programa y en el régimen de entrenamiento y descanso.

    Sin lugar a dudas un rol fundamental en la consecución de este propósito lo desempeña el proceso ininterrumpido de control a que es sometido el atleta durante el proceso de entrenamiento.

Desarrollo

    El entrenamiento provoca un ciclo de fatiga, recuperación y autorenovación que conduce a la llamada "hipertrofia del trabajo" o sobrecompensación. Cuatro factores interactúan en este proceso: carga funcional, alimentación, descanso y el sistema nervioso, en su expresión más compleja, la conciencia.

    El lugar que le corresponde al trabajo mental es esencial, mucho antes de que se movilicen las estructuras implicadas en la ejecución del movimiento el deportista debe saber cómo actuar mediante un programa mental que es confeccionado por medio del efecto educacional del entrenador.

    El trabajo mental al acompañar el trabajo físico, regulándolo, estructura también las funciones superiores del cerebro. Por tanto las desarrolla y perfecciona. Es mediante la propia actividad que se forman y desarrollan las habilidades intelectuales y las cualidades de la personalidad del deportista.
Por tanto en el entrenamiento se ponen de manifiesto la unidad de lo psíquico y lo biológico. Hay un proceso mutuo de desarrollo, perfeccionamiento y estructuración de funciones.

    El hecho de que el nivel de entrenamiento presente características psicológicas bien definidas permite al entrenador ejecutar el control de las respuestas del deportista a las cargas de entrenamiento y colaborar a su regulación.

    El control del entrenamiento no es más que el registro de lo realizado, lo que generalmente incluye toda la parte del proceso factible de cuantificar, es decir las tareas, el volumen, algunos índices de la intensidad de la carga, los resultados en las competencias, test pedagógicos y otros tipos de pruebas como formas imprescindibles del control, constituye el complemento de la planificación y ejecución del mismo en relación con los resultados obtenidos.

    El control psicológico debe ser integral, permitiendo simultáneamente la evaluación de las cualidades y particularidades psíquicas en su conjunto y de manera específica, está basado en el registro y evaluación de la actividad del jugador, descansa en objetivos previamente establecidos, es un elemento de retroalimentación al entrenador y atleta facilitando información para la planificación de las sesiones de entrenamiento y lleva necesariamente a la acción transformadora o aseguradora de los procesos de dirección.

    El control se facilita ya que los procesos y propiedades psicológicas sufren cambios mensurables, en el proceso de entrenamiento. Son indicadores de la dirección que está tomando el desarrollo del atleta, si tiene sentido progresivo, si se ha estancado o está en proceso de regresión. Los medios y procedimientos a través de los cuales se ejecuta el control psicológico del entrenamiento se relacionan con los métodos de investigación de la psicología del deporte contemporáneo la observación, el experimento en condiciones de laboratorio y de terreno, la evaluación sistemática mediante test psicológicos, incluyendo la entrevista, encuesta y pruebas psicométricas y por último el método de análisis de los productos de la actividad del jugador en las sesiones de entrenamiento, debe existir una estrecha relación entre los métodos empleados y sus posibilidades para evaluar los parámetros realmente empleados en los rendimientos y constituye un paso metodológico insoslayable.

    Teniendo en consideración el principio de continuidad del entrenamiento, el control psicológico debe estar obligatoriamente vinculado a la estructura del plan de preparación deportiva durante el ciclo anual. Confiere esta situación que el control psicológico se realice a largo, mediano o corto plazo.

    El control psicológico a largo plazo estriba en los procedimientos de evaluación que se realizan al inicio y final del ciclo de preparación deportiva. Mientras que el control a mediano plazo se realiza al inicio y final de los mesociclos de preparación general y especial, como durante las competencias preparatorias. El control psicológico a corto plazo, es quizás el más importante ya que se realiza en la unidad de entrenamiento. Debe comenzarse aplicarse el control psicológico a largo plazo por medio del psicodiagnóstico inicial del deportista desarrollado por el Dr. Francisco García Ucha (1986). El procedimiento tiene como propósito conocer el estado psicológico y las propiedades de la personalidad de los jugadores al empezar la preparación. Se hace un balance de la actuación posterior del atleta, nivel de aspiración a rendir, intensidad y volumen de sus motivos, particularidades de las cualidades de la personalidad íntimamente vinculadas con el deporte, ansiedad y valoración de sus habilidades intelectuales. En el transcurso de estos exámenes se obtienen datos preliminares de carácter general de la personalidad del atleta, de las propiedades fundamentales de su sistema nervioso, el grado de desarrollo de sus cualidades deportivas, personales y las capacidades psicomotoras generales, así como datos de sus habilidades intelectuales. Con estos datos se obtiene una respuesta aproximada de la clase de persona que es el deportista en la actividad. De ellos se derivan un número de recomendaciones tendientes al aseguramiento del nivel de motivación adecuado para la práctica de la actividad. Es importante para ello tener presente las circunstancias en que se aplican los instrumentos, la complejidad de los mismos lo cual puede influir en la actividad del atleta frente a las pruebas.

    Las repercusiones negativas derivadas de la falta de información acerca de los resultados puede acarrear dificultades posteriores, todos estos aspectos deben ser tomados en consideración.

    El control psicológico a mediano plazo; se encuentra delimitado dentro de cada uno de los mesociclos de preparación y va dirigido al conocimiento y valoración del estado de desarrollo de las cualidades técnico-tácticas del jugador, sus aspectos psicológicos, disposición a rendir, nivel de aspiración y autocontrol en la actividad. Se incluyen además un conjunto de técnicas que permiten realizar una valoración de la dinámica psicosocial del equipo, su grado de cohesión, nivel de desarrollo alcanzado por el equipo, papel de los líderes principales y compatibilidad entre los miembros.

    Los datos de control psicológico en este nivel de preparación permiten conocer en que forma se manifiestan las propiedades específicas de la personalidad del jugador, los parámetros psicológicos de la actividad, procesos de autocontrol, factores psicógenos negativos que tienen lugar en el entrenamiento y situaciones de competencias preliminares dinámicas de los objetivos, de la motivación de los jugadores, etc. Los resultados deben llevarnos a un balance más adecuado de los acentos a realizar en la planificación de las cargas de entrenamiento.

    El control psicológico a corto plazo está vinculado a la unidad de entrenamiento, aquí ocurren los procesos más importantes del tránsito de la actividad a las transformaciones en el organismo y la psiquis del atleta. La sistematización de los datos obtenidos en las sesiones de entrenamiento permite prever la marcha del proceso de perfeccionamiento de las capacidades de los jugadores y constituye la conformación significativa para el pronóstico de los rendimientos.

    El control psicológico de la sesión de entrenamiento debe estar vinculado a los objetivos que se persiguen en la actividad y a sus exigencias psicológicas. Si el objetivo consiste, por ejemplo en mejorar la precisión de la destreza en el manejo del balón, es necesario considerar las funciones de la atención, la concentración y estabilidad de la misma, la coordinación psicomotora, los procesos de interrelación entre los jugadores y la disposición a rendir. Algunos aspectos tienen un carácter general y pueden ser empleados de manera independiente a los objetivos específicos de la sesión de entrenamiento tal como el estado psicológico del atleta, grado de cansancio y recuperación, las reacciones emocionales y el grado de dificultad en la ejecución de las acciones. Aspectos estos que pueden ser valorados mediante entrevistas, escalas y registrando el testimonio de los jugadores.

    Los instrumentos tienen un carácter muy operativo e incluyen casi todos los métodos de psicología del deporte, el empleo profundo de la observación de la dinámica de las acciones del atleta, su valoración por el entrenador y un interrogatorio posterior de los resultados del trabajo deportivo. Se emplean a la vez escalas para la autovaloración por parte del atleta del grado de cansancio, deseos de rendir, estado de salud, emocional y la correlación estrecha de los datos con el resultado obtenido por el atleta en el cumplimiento de los objetivos de la actividad permite deducir cuales son los factores que en el orden psicológico están desempeñando un papel importante.

    Para lograr el objetivo del entrenamiento deportivo estos controles no pueden ser percibidos y valorados de forma aislada, es preciso sustentarlos en una concepción sistémica. Ningún entrenador que trabaje en el ámbito del deporte de competición, debe olvidar que el objetivo final es la preparación del deportista en su conjunto, y no su preparación específica en alguno o algunos de los aspectos que contribuyen a su rendimiento, o sea, es la interacción entre todas ellas lo que determina el funcionamiento eficaz de los deportistas en la competencia.

    Es decir que el aporte de cualquier preparación involucrada en el movimiento deportivo, entre ella la que corresponde a la condición psicológica no consiste únicamente en la mejora y desarrollo de su contenido específico, sino que además debe contemplar su interacción apropiada con la mejora y desarrollo del contenido de las restantes preparaciones.

    En este sentido la categoría definida por L. S .Vigotski como situación social del desarrollo sirve de guía y orientación metodológica para esta importante labor pues se refiere a la combinación especial de las peculiaridades externas e internas que distinguen una determinada etapa y que condicionan la aparición al final de ella de una formación psicológica nueva y cualitativamente superior.

¿Cómo debe realizarse este proceso de control psicológico para que contribuya a optimizar la dirección del entrenamiento?

    Una importante y problemática faceta didáctica del proceso de entrenamiento deportivo es llegar a determinar la estructuración del proceso de control más conveniente para llegar a alcanzar los objetivos propuestos cuestión que está intrínseca en el problema de la calidad de la dirección por el entrenador.

    Una fundamentación lógica para llegar a la estructura óptima de la dirección en el equipo deportivo por el entrenador sería una metodología general conducente a una planeación argumentada y que contemple con carácter sistemático y armónico todos los componentes del proceso de control en el entrenamiento.

    No obstante, desde una óptica más objetiva es conveniente precisar posiciones sobre que se comprende aquí por óptimo en el proceso de dirección, cuál es el criterio básico de calidad y los fundamentos teóricos de procesos que están dirigidos a la optimización de la dirección de equipo por el entrenador.

    Una vez reconocidas estas categorías se puede llegar a descubrir y argumentar que hacer y a que prestar atención para la estructuración óptima de la dirección en el entrenamiento deportivo.

    Un criterio básico inicial en relación con la optimización del proceso de dirección es el enfoque sistémico y dialéctico de los elementos que componen el control en el atleta pues las ideas de la optimización de este proceso están ligadas a su concepción, planificación y mejoramiento científico. Aquí la piedra angular es el criterio de la unidad dialéctica de los elementos del control.

    El asunto que se aborda requiere de una precisa definición de términos ¿Qué entendemos por óptimo y por ideal en el proceso de dirección?

    En el curso, para el análisis de la optimización de la dirección por el entrenador, el concepto de lo óptimo significa… Lo mejor desde el punto de vista de determinados criterios en condiciones específicas. Pueden tomarse como criterios de lo óptimo la efectividad y el tiempo de solución de las tareas planteadas. En este caso la optimización de la dirección de equipo esta encaminada a la selección por parte de los entrenadores de la mejor variante de estructuración de este proceso orientada hacia el fin que asegure en un tiempo determinado la mayor efectividad posible para resolver las tareas que durante el entrenamiento y las competiciones se encomiendan a los atletas. Es necesario tener en cuenta que el término “óptimo” no es igual al término “ideal”.

    Cuando se habla de lo óptimo se destaca, obligatoriamente, que se trata de los mejores resultados posibles, no de forma general, sino en las condiciones concretas de un equipo, o sea se tiene en cuenta todo un conjunto de posibilidades con la que cuentan los atletas y los entrenadores, lo óptimo en unas condiciones no lo es en otras. La búsqueda de variantes óptimas debe combinarse simultáneamente, con los esfuerzos encaminados a mejorar las condiciones para el funcionamiento del proceso de dirección. El proceso de dirección es óptimo cuando se contemplan plenamente las particularidades individuales de los atletas el ritmo de la actividad deportiva y el éxito de la aplicación del control.

    Un aspecto principal de la dirección óptima del proceso de entrenamiento es la combinación efectiva de los métodos de control, ella se alcanza al lograr articular los métodos y resultados no solo del control pedagógico sino también del control psicológico, la organización más efectiva del proceso de entrenamiento es aquella que logra lo óptimo en relación con los criterios dados, con los objetivos planificados. Se entiende por una dirección óptima cuando se logra una congruencia entre lo planificado y lo logrado en determinadas condiciones.

    Las ideas de optimización en la dirección del equipo por el entrenador deben implicar calidad, es necesario en todas las acciones que pretenden el mejoramiento de este proceso la determinación clara de cuáles son los criterios de efectividad y calidad porque ello conduce a la obtención de los mejores resultados.

    Si se hace un análisis profundo de estos aspectos, no quedan dudas, que estamos enfrentando el problema de cómo elaborar correctamente un régimen de entrenamiento en relación directa con una determinada competencia y cómo paralelamente a la estabilización de los logros ir superándolo gradual y sistemáticamente.

    Las soluciones pueden ser disímiles, y una que goza de innegable autoridad en el mundo es el control del nivel de preparación del deportista. Ella se fundamenta en la experiencia adquirida por especialistas e investigadores de que no basta solo con enseñar, entrenar o competir, sino que es necesario también controlar el desarrollo de estos procesos.

    Con frecuencia, en la práctica se regula sin fundamento, la correspondencia óptima entre el trabajo y el descanso, no se mantiene una adecuada relación entre las cargas de entrenamiento y las posibilidades del deportista, ni se establece un pronóstico confiable, tarde o temprano estas violaciones han conducido a serias deficiencias en el desarrollo del entrenamiento, en el despliegue de las posibilidades y capacidades del deportista, y por ende no han quedado excluidas las frustraciones y derrotas en las competencias.

Conclusiones

    Partiendo de lo expuesto anteriormente se considera que si el proceso de control en el entrenamiento se sustenta en un enfoque sistémico, esto posibilitará al entrenador una distribución racional del tiempo que emplea en las actividades, organización racional y secuencial de las tareas que se le plantean al atleta, lo cual se revierte en la efectividad y calidad de la solución de los problemas (calidad de la solución) reconocida por los resultados alcanzados y nivel de educación y desarrollo, (efectividad que se valora por el nivel de correspondencia entre los resultados y las exigencias y entre esos resultados y las posibilidades máximas de cada atleta: es decir se revierte en la optimización por parte del entrenador.

Bibliografía

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