Tratamiento de las heridas en clase de Educación Física | |||
*Diplomada en Enfermería por la Universidad de Almería **Licenciado en Veterinaria por la Universidad de Murcia (España) |
Laura Nieto López* José Francisco García Fuentes** |
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Resumen Este artículo tiene como principal finalidad servir como recurso para ayudar e informar a los docentes en el tratamiento de heridas en su centro escolar, para así, poder proporcionar asistencia a nuestros alumnos en caso de que sea necesario. Por este motivo, entendemos que cualquier docente debe tener una mínima formación en este sentido, para conocer y entender los procedimientos sencillos que pueden aplicarse, rápida e inteligentemente, en caso de ser necesario. Palabras clave: Primeros auxilios. Centro escolar. Docentes. Heridas. Tratamiento.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 172, Septiembre de 2012. http://www.efdeportes.com/ |
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1. Introducción
Es el colegio el lugar donde los menores pasan gran parte de las horas del día por lo que incrementa el riesgo de accidentes. Los niños juegan libremente, muchas veces ajenos de los peligros que llevan unas malas conductas siendo sus juegos un poco violentos. El artículo está destinado a las clases de educación física pero también es aplicable a las horas destinadas al descanso en el recreo, ya que es donde juegan más libremente.
Los accidentes más comunes en el ámbito escolar son abrasiones por caídas, heridas con piedras o mobiliario defectuoso en mal estado, fracturas, choques, contusiones, perforaciones con lápices, punzones o tijeras.
Todo el mundo conoce la definición de herida pero muchas veces en lo que se falla es en el tratamiento, claro está que es por falta de conocimientos o medios ya que a menudo encontramos heridas curadas con alcohol o con algodón, siendo menor el beneficio, por eso, a continuación realizamos una pequeña introducción a ambos conceptos y su tratamiento en el marco escolar.
Para realizar dicha tarea, es necesario contar con un material mínimo, el cual suele estar contenido en un botiquín. Dicho botiquín debe estar ubicado en un lugar que sea accesible a todos los docentes y debe estar en perfecto estado, ya que muchas veces contiene material innecesario o caducado.
Además, es bueno contar con una sala en la que se pueda realizar la cura con tranquilidad aunque no es lo común.
2. Definición y clasificación de heridas
Una herida es toda lesión de la piel y de los diferentes órganos producidos por corte, desgarro, rasguño o contusión.
Se clasifican en:
Según el aspecto que presenten
Heridas incisas. Aquellas heridas donde predomina la longitud, sobre la profundidad. Originadas por la acción de un agente cortante como un cuchillo, navaja, cristal…
Suelen ser sencillas de valorar. Heridas muy sangrantes.
Heridas contusas. (con contusión). Con aspecto estrellado. Están ocasionadas por el efecto de un golpe o contusión. La gravedad de estas lesiones pueden estar más relacionada con la intensidad de la contusión que por el objeto en sí. (piedra, puño, palo)
Los bordes están aplastados con hematomas circundantes y bordes poco definidos, son heridas poco sangrantes. Si bien dependerá de la localización, en su interior es frecuente que se haya producido un estallido de los tejidos, creándose laceraciones y recovecos. Para ello siempre hay que buscar cuerpos extraños para evitar peligro de infección.
Heridas punzantes. Producidas por la acción de objetos alargados y puntiagudos como un punzón, agujas, clavos…
Predomina la superficie de la herida y debido a ello pueden resultar engañosas. Tienen alto riesgo de infecciones entre las que incluimos el tétanos.
Heridas en colgajo o avulsivas. Presentan un fragmento de piel unido al resto de la superficie cutánea a través de un pedicuro. Son frecuentes donde la piel es muy laxa. Cara anterior de la rodilla, codo…
Heridas por desgarro o agarramiento. Heridas severas que se producen por un mecanismo de tracción sobre los tejidos. Tracción violenta que se puede producir en atropellos, poleas, maquinas industriales… en ocasiones no solo los tejidos son los afectados, también pueden separarse violentamente algún sector orgánico. Aquí también incluiremos amputaciones traumáticas.
Heridas con pérdida de sustancia o amputaciones. Son heridas en las que se ha perdido la estructura propia de la piel, el pedicuro de unión que puede unir el tejido lesionado con la integridad de la piel se ha seccionado, quedando al descubierto los tejidos más profundos. Aquí podemos incluir las abrasiones (rozaduras) y avulsiones.
Según el riesgo de infección que presenten:
Heridas con menos riesgo de infección. Aun no estando infectadas, debemos considerarlas como contaminadas. En este grupo de heridas tendremos: las heridas limpias, incisas, de bordes nítidos y simples.
El tiempo trascurrido desde que se produjeron debe ser inferior a 6 horas, tiempo que se considera que ya se ha infectado.
Heridas infectadas
Aquellas que probablemente se ha producido invasión de tejido por un elevado número de patógenos.
Heridas muy evolucionadas.
Heridas en un principio simples, pero que se han complicado en su evolución
Heridas con bordes irregulares
Heridas muy contaminadas por cuerpos extraños y complejas
Heridas por arma blanca o de fuego o asta de toro
Heridas por mordedura
Heridas por picadura.
3. Factores de gravedad y síntomas
Factores de gravedad
Consideramos heridas graves a aquellas que por sus características puedan afectar a signos vitales o complicaciones con seguridad. Las heridas graves presentan una o varias de las características:
Profundidad. Por el riesgo de afectar estructuras profundas y/o cavidades.
Extensión. Riesgo de infección o cicatrización anómala.
Localización: manos, cara, orificios naturales, genitales, tórax, abdomen, articulaciones…
Suciedad evidente
Presencia de cuerpos extraños incrustados
Signos evidentes de infección: calor, rubor, dolor…
Presencia o historia de enfermedades crónicas, y edades extremas de la vida.
Síntomas comunes de las heridas
Los síntomas de una herida son variables y estarán relacionados con la localización, complejidad, afectación…
El dolor.
La hemorragia.
Separación de bordes.
4. Tratamiento general de las heridas
Como norma general en el tratamiento de heridas tendremos en cuenta las siguientes consideraciones.
Realizaremos una evaluación inicial del paciente, tratando las alteraciones vitales. Trataremos la existencia de enfermedades asociadas, inmutación tetánica, alergias, toma de fármacos…
Valoración de una herida: una vez estabilizado el paciente actuaremos ante la herida. Basándonos en la exploración podemos ver si es una herida leve o grave.
Tratamiento de la herida. Una cura mal realizada retrasa y complica el proceso de la curación.
En el tratamiento de una herida creamos las condiciones para:
Detener la hemorragia
Evitar infección
Favorecer cicatrización
Heridas simples
Estas son las que cualquier persona puede tratar, desinfectándolas y colocando el apósito correspondiente.
El socorrista se lavará las manos concienzudamente con agua y jabón abundantes para evitar la contaminación de la herida.
Se pondrá guantes, si dispone de ellos para evitar contaminarse y contaminar, así como el contagio sanguíneo.
Limpiar la herida, partiendo del centro al exterior, con agua y jabón, si se dispone, o líquido antiséptico. Normalmente encontramos antiséptico (betadine), agua oxigenada o mercromina.
Colocar apósito, tiritas o vendaje compresivo cubriendo la totalidad de la herida.
Qué no hacer
Emplear algodón, pomadas, polvos, etc., sobre la herida.
Empleo de alcohol, o productos alérgicos para el niño.
Manipulaciones innecesarias de la herida.
Uso de papel higiénico ya que deja restos.
Limpiar la herida con manos, trapos, pañuelos, etc., sucios.
Heridas graves
Se considera herida grave aquella que pone en peligro la vida del alumno. Pueden ocurrir al cortarse un dedo con la canasta, aplastamientos, heridas con salida de masa, etc. El tratamiento a seguir en dichas heridas es el siguiente:
La actuación se resume en tres palabras: Embalar, Avisar, Evacuar, para lo cual:
Taponar la herida con gasas limpias o con compresas estériles si se disponen de ellas, si no se dispone se hará con un trapo limpio. Nunca se retiran si se empapan sino que se ponen más encima.
Aplicar una venda sobre la herida, más o menos apretada en función de la importancia de la hemorragia, cuidando de no interrumpir la circulación sanguínea.
Si es un miembro levantarlo para disminuir la circulación sanguínea.
Avisar al 112, que es el número de emergencia.
Heridas del tórax
Se puede producir al correr el alumno y tropezar llevando en la manos algún objeto punzante tipo lápiz, tijeras, etc.
El tratamiento
Colocar al herido sentado o acostado sobre el lado herido, cabeza y hombros algo incorporados, evacuándolo de esta manera.
Cubrir la herida con varias capas de compresas grandes, a ser posible, estériles sin apretar el objeto.
No dar de beber ni comer.
No retirar el objeto ya que puede producir hemorragias.
Heridas del abdomen
Estas heridas se desarrollan igual que las anteriores por lo que el tratamiento es también muy parecido.
Tratamiento
Pequeña: poner una compresa grande y sujetarla con esparadrapo.
Ancha: no poner compresas; si el intestino sale no intentar meterlo, sólo cubrir la herida con un paño húmedo muy limpio y a ser posible estéril. Si algún objeto permanece clavado (cuchillo, punzón, etc,) no quitarlo, evacuar al herido moviéndolo lo menos posible.
No dar de beber ni comer.
5. Factores de riesgo en las clases de Educación Física
Carga de trabajo excesiva.
Pavimento en mal estado.
Pista mojada o resbaladiza.
Porterías o canastas en mal estado.
Juegos o actividades que puedan acarrear riesgos.
Objetos inapropiados.
Correr con objetos punzantes.
No llevar la indumentaria adecuada.
6. Conclusiones
En conclusión, debemos estar preparados para enfrentarnos a los accidentes que ocurren en las clases de Educación Física, que mayoritariamente son incidentes leves pero pueden acarrear consecuencias. Debemos ser conscientes de la importancia de un botiquín en perfecto estado así como de su ubicación.
En definitiva, todo esfuerzo en este sentido es positivo y los docentes debemos sumarnos militantemente en él, bajo el principio de que no se busca eliminar actividades de nuestras clases, sino desarrollarlas de la manera adecuada, para que sean positivas en sí mismas, evitando así las imprudencias en las que se puede incurrir, que son, siempre, las causas principales de los accidentes de todo tipo que se presentan en nuestras clases de Educación Física.
Por eso, no hay que cansarse de repetir que más vale prevenir que curar.
Bibliografía
BARCALA FURELOS, R.J. y GARCÍA SOIDÁN, J.L. (2006). La prevención de accidentes en la actividad física y deportiva. Recomendaciones para la organización didáctica de la educación física escolar. Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, 97, 11. http://www.efdeportes.com/efd97/accident.htm
ROLDÁN VENDRELL, C. (2002). Manual de Seguridad en los Centros Educativos. Consejería de Educación y Ciencia: Dirección General de Construcciones y Equipamiento Escolar. Junta de Andalucía. Sevilla.
SERRANO RAMOS, M.M. (2008). Prevención de accidentes en el ámbito escolar y primeros auxilios ante las lesiones más frecuentes en la práctica físico-deportiva. Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, 117, 12. http://www.efdeportes.com/efd117/prevencion-de-accidentes-en-el-ambito-escolar.htm
SORIANO SERRANO, M. (2008). Accidentes infantiles. Tipología, causas y recomendaciones para la prevención. Granada: Junta de Andalucía.
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