Una propuesta de la motivación aplicada al deporte A proposal for applying motivation to sport’s goals |
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Psicólogo por la Universidad del Desarrollo, Concepción Diplomado en Focusing, Universidad del Desarrollo Alumno Regular del Programa de Magíster en Psicología Clínica Universidad del Desarrollo Psicólogo en el Club Deportivo Deportes Concepción |
Miguel Andrés Martínez Romero (Chile) |
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Resumen Basado en la teoría de Martín Buber, se propone una visión acerca de los factores motivacionales que existen en torno a las metas. Estas, por lo general se encontrarían fuera de nuestro campo de acción, por lo que para alcanzarlas se deben traspasar algunas fronteras, en cada uno de los escenarios en los que nos desenvolvemos y para ello es necesario enfrentar los obstáculos que ello implica. Para esto, se necesita que las actitudes fundamentales, la orientadora y la realizadora, entreguen por un lado seguridad al deportista y la otra le permita atreverse a asumir los riesgos de la competencia contribuyendo a la toma de decisiones y vencer los miedos. Pero además, para lograr el éxito se necesitan también de la relación Yo-Tú y Yo-Ello propuesta por el filósofo existencialista, Martín Buber. En el presente trabajo se busca aplicar su teoría principalmente en el desarrollo de la actividad deportiva, sin embargo, también puede ser extrapolada a la vida cotidiana. Palabras clave: Martín Buber. Metas. Fronteras. Yo-Tú.
Abstract Based on the theory of Martin Buber, we propose a vision about the motivation factors that exist beyond the goals. These goals might usually be found outside our scope, therefore to achieve them is it is necessary to surpass the border in each of the scenarios in which we live and deal with the obstacles implied. For this, it is necessary that the fundamental attitudes, both those dealing with orientation and those dealing with performance provide on one hand self-confidence to the sportsman and on the other hand the courage to assume the risks associated to competition, helping him to make decisions and to defeat fears. But also to achieve success it is necessary the I-You and the I-It relationship, as proposed by the existentialist philosopher Martin Buber. The goal of this work is to apply this theory mainly in the development of the sports-related activities, but it can be also extrapolated to daily life. Keywords: Martin Buber. Goals. Borders. I-You (Ich und Du).
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 172, Septiembre de 2012. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Martín Buber (1923) en su libro “Yo y Tú”, su obra central, plantea que los seres humanos logramos la comunicación, en el Yo-Tú, una interacción de a dos, dialogante, tocándonos, interviniendo el uno en el otro. Somos la palabra fundamental Yo-Tú. El Tú es un sujeto como el Yo, no es una cosa ni un objeto. Otra relación fundamental es con el Ello, el Yo-Ello. Una parte de nuestro ser se comunica con el mundo como cosa, objeto, pero no penetra en ella, no se fusiona. El Ello nos aleja del Tú.
Tanto el Yo-Tú como el Yo-Ello son dos maneras de conocer, de vivir en el mundo, es nuestra dualidad como seres humanos. El Yo-Ello se nos da en forma cotidiana, común; el Yo-Tú también se da, pero no lo podemos forzar, no lo podemos manejar o manipular. Es el mundo del amor, del encuentro, de la experiencia mística, de la inocencia, de la creación (Buber, 1923).
En el Yo-Ello estamos en la dualidad cartesiana del objeto y el sujeto, del espacio y el tiempo, de lo observado y el que observa. Se pierde la participación (Buber, 1923).
Cuando nos relacionamos con el Tú, no hay una cosa, un objeto, no hay tiempo, no hay espacio, estamos ahí, somos en el otro, estamos en el otro. Actuamos con todo nuestro ser, no puede ser parcial, es una experiencia del todo o nada (Buber, 1923).
Entre el Yo y el Tú se crea un “ente”, un espacio que pertenece a los dos y solo puede ser creado por ellos, en ese espacio está el amor y es el amor. El amor es una relación real, verdadera, de todo nuestro ser, una intuición única, exclusiva para ese momento. El odio es ciego, es una relación parcial, de sólo una parte del ser (Buber, 1923).
El mundo del Ello nos muestra el mundo predecible, mensurable, seguro. Además, es el mundo de las ideas, de lo posible, de los “nudos mentales”. Tenemos que llevarlo a la acción en la relación con el Tú (Buber, 1923).
El mundo del Tú, mientras tanto, es más dramático, lleno de sentido, y fuerza, es lírico, seductor y extraño, desconocido y conocido. Nos muestra nuestro destino, nuestro sentido, y lo junta con nuestra libertad. Nos da seguridad, claridad, certeza. La libertad es la posibilidad de salirnos del determinismo, de la causalidad del Ello (Buber, 1923).
En el contacto con el Tú conocemos nuestro ser, nuestra persona, en toda su magnitud positiva y negativa, pero nos causa temor este mundo pleno y también incierto, efímero y peligroso que es el mundo del contacto profundo, lo que nos hace refugiarnos permanentemente en el mundo del Ello, el tener cosas, el estar seguros y no arriesgarnos (Buber, 1923).
Buber además de la teoría planteada anteriormente, diferenciaba entre la actitud fundamental orientadora y realizadora. La actitud fundamental “orientadora” apunta hacia la seguridad, la actitud fundamental realizadora, mientras tanto, ofrece la posibilidad de traspasar las fronteras existentes. El atrevimiento, el peligro y el riesgo son propiedades de esa actitud. En un ser humano que se autorrealiza ambas actitudes fundamentales están unidas (Quitmann, 1989).
Así, el principio dialógico conduce al hombre hacia el “abismo de la dualidad”; pues este quiere siempre ambas cosas: la seguridad, con la sensación de que todo permanecerá como está, y el riesgo, con todas sus posibilidades creadoras (Quitmann, 1989).
Aquí Buber va, coincidiendo con Kierkegaard, Heidegger, Jaspers y Sartre, que ven al ser humano situado siempre frente a la necesidad de elección. Debe decidir cada vez a quién va a dar poder de la orientación o la realización (Quitmann, 1989).
Propuesta teórica
En el presente trabajo se propone una teoría de la motivación, basada en algunos conceptos aportados por el filósofo existencialista Martín Buber, que pueden ser aplicados al plano deportivo. Es una analogía que presento entre el deporte, principalmente el fútbol (debido a que es el deporte más conocido, sin embargo, es posible aplicar esta teoría en las demás disciplinas deportivas), e incluso es factible utilizar esta propuesta para la vida cotidiana, facilitando la consecución de los objetivos y las metas propuestas.
Si se considera al campo de juego (tomando como referencia al fútbol), como el mundo observamos que existen fronteras representadas por las líneas que demarcan el campo de juego y que lo limitan. De esta manera, la línea de la mitad de cancha es la que divide el territorio en dos, así en cada lado se encuentran dos equipos con el mismo objetivo, vencer al adversario, por lo tanto, en una parte de este todo estará el equipo que desea obtener el éxito y por el otro se encuentra el territorio del equipo rival con el mismo propósito. Pero no es la única frontera que se debe cruzar para lograr las metas, están también las líneas que demarcan el “área grande” y el “área chica” y la que se ubica bajo el travesaño del arco. Traspasar ésta última frontera implica que se ha logrado el objetivo que facilitará la consecución de la meta final. Esta frontera se caracteriza, también, por ser el lugar que resguarda el arquero, quién es el último obstáculo que se debe vencer ya que tiene la misión de impedir que se concrete el gol (meta).
Para traspasar estas fronteras, se necesita de la “ayuda” de la actitud fundamental descrita por Buber, pues se necesita orientación para que entregue la seguridad que permita a la persona tomar la decisión de cruzarlas. Sin embargo, también es necesaria la segunda actitud fundamental propuesta por el autor, denominada actitud realizadora, esta le proporciona al individuo la voluntad para traspasar las mencionadas fronteras y lograr, de esta manera, la autorrealización alcanzando los objetivos. Para alcanzar este logro es fundamental atreverse para que le entregue, al deportista, un nivel adecuado de seguridad. Sin embargo, es necesario que la persona se arriesgue para generar nuevas posibilidades y oportunidades, para resolver los problemas propios de una competencia y, así favorecer su capacidad para crear las jugadas que le permitan al deportista conseguir el éxito en la competencia. No obstante, todas las acciones que se ejecuten no están exentas de peligro, pues al atreverse a asumir los riesgos, también se expone al peligro de perder el encuentro. Esta incertidumbre puede generar en el deportista temor de cruzar las fronteras, ya que lo enfrenta a una situación cuyas consecuencias, sean estas favorables o desfavorables desconoce. No obstante, para el logro de sus objetivos en cada instante debe estimar el valor de lo que quiere obtener, esta permanente evaluación le brinda el estímulo necesario para atreverse y cruzar las mencionadas fronteras de su mundo. Por lo tanto, vencer el miedo y ser capaz de atreverse a pasar dichos límites (fronteras), es fundamental debido a que las metas, por lo general, están ubicadas a las afueras del territorio en donde se desarrolla un contexto o una situación determinada. Esto está representado, por ejemplo, por el arco en el caso del fútbol, en el aro en el basquetbol o la malla en el tenis (que separa en dos el terreno de juego)
Por último, el territorio del equipo rival, se encuentra al otro lado de la primera frontera representadas por lo general por una línea o malla ubicada en el centro del campo de juego, en donde el o los oponentes representan los obstáculos que dificultan la toma de decisiones, por miedo a la incertidumbre y fracaso, lo que entorpece al rival el logro de las metas propuestas.
En el deporte también se puede dar una relación “Yo-Tú” y “Yo-Ello”. La relación “Yo-Tú” se da en la relación entre las personas que pertenecen al mismo equipo, en cambio la relación “Yo-Ello”, se da con el equipo contrario, por lo que esta última relación, es necesaria para ganar la competencia. Sin embargo, no sólo sirve la relación Yo-Ello para vencer al equipo rival, sino que deben coexistir en todo momento ambas relaciones, pues sin una relación Yo-Tú en los deportes colectivos, el sentido de equipo se perdería y, por lo tanto, se hará más difícil alcanzar el éxito. Lo anterior se debe a que este tipo de estadio (Yo-Tú) ayuda a mantener un sentido simétrico entre las relaciones que se dan entre individuos del mismo equipo, donde todas las personas que lo componen tienen la misma importancia ya cada uno de sus componentes representa un todo, en la cual el Yo y el Tú se van intercalando en cada pase, jugada o función desempeñada por cada sujeto en una posición determinada. Además, para que se dé el sentido de equipo entre sus partes debe haber reciprocidad en el momento en que se desarrolla la competencia, es decir, en el presente, donde cada jugada realizada puede tener consecuencias positivas o negativas y, por lo tanto, el jugador también se debe hacer responsable de ello. Con esta relación se da una interacción única entre los individuos que componen el equipo, pues se crea un espacio que pertenece sólo a los jugadores que comparten un determinado equipo, así esa relación se crea a partir de esos individuos en interacción. Todo contribuye a crear un proyecto común orientado al logro de los objetivos del equipo y, de esta manera, conseguir las metas tanto de corto como también las de largo plazo, por lo tanto, la relación Yo-Tú es fundamental para consolidar el triunfo.
Para alcanzar el éxito deportivo es necesaria también la relación Yo-Ello entre equipos o personas rivales (en el caso de deportes individuales). Lo anterior ocurre porque hay una competencia entre individuos o colectivos que necesitan estar despegados o separados de él o los individuos del equipo rival y así poder verlos como individuos o grupos diferentes que tienen como propósito de oponerse a sus objetivos. En este caso se constituye en una relación asimétrica en la que uno quiere demostrar poder y supremacía sobre otro (equipo o individuo) permitiendo movilizar las energías para buscar y obtener el triunfo que finalmente se materializa cuando se establece relación Yo-Ello.
Los conceptos y teoría de Martín Buber, en consecuencia, se pueden aplicaren el deporte así como también establecer un paralelo entre lo que sucede en la vida cotidiana, debido a que las fronteras también pueden ser imaginarias, pero tienen la misma importancia. De hecho traspasar estas fronteras (imaginarias o demarcadas) y vencer los obstáculos para alcanzar las metas que es lo que finalmente motiva a los individuos. En efecto, las fronteras no son estáticas, por el contrario estas cambian su posición, su forma y su número, dependiendo del contexto y del territorio en el cual la persona interactúa, lo mismo ocurre con su distribución dentro de cada escenario (mundo) en el que el individuo se desenvuelve (como se muestra en las figuras siguientes).
Así para conseguir las metas propuestas la seguridad y el atreverse, no es suficiente sino que también se debe establecer una relación adecuada tanto con los individuos con los que se interactúa como también con el ambiente en el cual se desenvuelve
Referencias
Buber, M. (1992). Yo y Tú (Traducido por C. Díaz). Madrid: Caparrós Editores. (Original publicado en 1923.)
Quitmann, H. (1989). Psicología Humanística: Conceptos Fundamentales y Trasfondo Filosófico. España: Herder.
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