Prueba para
conocer el contenido verbalizado de la |
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Facultad de Cultura Física de Matanzas (Cuba) |
Dr. C. Norma Sainz de la Torre León |
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Resumen En el presente artículo se brinda una forma de diagnóstico para que los entrenadores puedan acceder con facilidad al contenido verbalizado de la representación de los movimientos que posee el deportista, componente psicológico que actúa como patrón mental para la ejecución técnica de los mismos, la cual, cuando presenta dificultades, afecta la calidad de su desempeño motriz, tanto en entrenamientos como en los eventos competitivos. Palabras clave: Contenido verbalizado. Representación de los movimientos. Deporte.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 172, Septiembre de 2012. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
Dentro del proceso de la formación deportiva ocupa un lugar especial la preparación técnica. A ella los entrenadores le dedican un tiempo considerable de su trabajo cotidiano en cualquier categoría de la pirámide de los altos rendimientos y ya sea en las etapas de iniciación, cuando se trata de enseñar un movimiento nuevo, o en posteriores momentos, cuando es necesario perfeccionar ilimitadamente el mismo, el profesor de Cultura Física comprende que son múltiples los retos a los cuales se enfrenta.
Cuando se labora con niños que comienzan a dar sus primeros pasos en un deporte, puede pensarse que la responsabilidad del entrenador es mucho menor que cuando se trata de atletas con años de experiencia y elevada categoría, pero ¿es así en realidad? Del entrenador que forma con habilidad de artista los fundamentos básicos de los deportes depende en mucho la estabilidad a largo plazo de estructuras motrices sólidas, armoniosas y precisas, que acompañarán a estos pequeños en sus futuras experiencias en el deporte de alta competición. ¡Cuántas veces se escucha a miembros del colectivo técnico de equipos de elite, los cuales confiesan que varios de los miembros de su equipo poseen errores técnicos tan firmemente estabilizados, que resulta muy difícil corregir sus ejecuciones y a veces prefieren tratar de suplir las dificultades potenciando otras habilidades o capacidades!
Por otra parte, tanto en los deportes de conjunto, como en los de combate y aquellos denominados de arte competitivo, el entrenador que se desempeña en categorías superiores debe lograr que sus alumnos, no solo posean en general una alta maestría técnica, sino que la tarea tal vez consiste en alcanzar en cada etapa un grado más de amplitud en un movimiento dado, un despegue más perfecto, una carrera más rápida, una torsión más coordinada del tronco con los movimientos de brazo, un ángulo más preciso en una posición determinada, dentro de las fases del movimiento, etc., si se pretende mantener a los mismos entre los primeros del país, del continente o del planeta.
Todo ello requiere del análisis eficiente de los recursos que tiene a su disposición para que cada día su pensamiento creador lo conduzca a implementar en las sesiones de entrenamiento formas más precisas de control y evaluación del rendimiento técnico, tareas más variadas e individualizadas, que impliquen las diferentes aristas en las cuales se basa la formación técnica en el deporte en la actualidad.
Estrechamente vinculado con lo anteriormente expuesto se señala la necesidad de que cada entrenador, posea o no un especialista en Psicología que apoye su trabajo, conozca la importancia de una adecuada psicorregulación de las acciones técnicas, sus componentes, las formas de control y las tareas a implementarse en las sesiones de trabajo diario, todo lo cual no afecta en absoluto la planificación del trabajo que comúnmente realiza, sino que lejos de ello, lo enriquece.
En este artículo se pretende brindar una forma de diagnóstico de fácil aplicación y valoración, vinculada con la estructura de la técnica de los movimientos que el deportista posee en el plano mental, como vía para constatar si los errores de ejecución que se observan a diario en su desempeño son causados por una deficiente representación motora, lo cual es muy común en la práctica. Los datos que aporta contribuirán a determinar cuáles de los elementos que componen la acción técnica son los que se encuentran erróneamente grabados en las imágenes motrices, tanto individuales como del equipo, hacia cuáles fases del movimiento hay que prestar mayor atención en la preparación teórica, en el proceso de corrección de errores, etc.
Desarrollo
Dado el carácter eminentemente teórico y a la vez altamente utilitario del principio de la unidad entre conciencia y actividad, lo primero que se debe asumir como criterio - para reflexionar primero y convertir en convicción después - se vincula a que todo gesto motor que el deportista aprende y perfecciona desde el punto de vista técnico tiene que ser objeto de apropiación y procesamiento por parte de la conciencia y no es solo la imitación y la repetición lo que ofrece la garantía del éxito. Por ello, cuando un entrenador organice su trabajo, partiendo del objetivo de enseñar o perfeccionar la ejecución técnica de un movimiento deportivo, siempre deberá tener en cuenta que:
Por lo tanto, el proceso de aprendizaje y perfeccionamiento de la técnica de los movimientos requiere de la creación y desarrollo ilimitado de imágenes y de acciones, y si el entrenador solo centra su atención en uno de estos dos factores – por lo general en el segundo de ellos - está incumpliendo, desde el punto de vista pedagógico y psicológico con el principio de unidad entre conciencia y actividad, que regirá todo el aprendizaje motor en sus deportistas, lo cual se traducirá en deficiencias de ejecución, descoordinación, incomprensión del sujeto, reducción de su motivación, ya que no se corresponden sus esfuerzos a sus logros, con la consecuente baja de la autoestima, todo lo que conduce a un pobre desempeño.
De contarse con el apoyo de un psicólogo deportivo, el proceso de control de este componente psicológico se facilita, dada la profundidad de sus conocimientos y amplitud de sus habilidades profesionales, pero de no ser así, ello no constituye un obstáculo para poder llevar a cabo esta tarea.
La representación motora es multifactorial y uno de los componentes que se estudia se encuentra relacionado con el contenido de información que posee el deportista en el plano mental, con la comprensión que el mismo tiene sobre la estructura técnica del movimiento, por elementos y fases. Para la evaluación de dicho componente se recomienda la aplicación de la prueba “Descripción oral con estimulación verbal” (DOEV). A continuación se explica la misma.
Prueba de descripción oral con estimulación verbal (DOEV)
Componente psicológico que estudia:
Representación motora.
Origen:
Facultad de Cultura Física de Matanzas (basado en experiencias colectivas de investigaciones precedentes de múltiples investigadores y modificado al efecto).
Información que brinda:
Con los datos obtenidos a través de este procedimiento psicológico se puede acceder a la calidad del contenido verbalizado de la imagen del movimiento desde el punto de vista de su estructura técnica. Permite conocer los elementos por fase del movimiento que presentan deficiencias en el plano mental en un deportista determinado, los que se encuentran omitidos, es decir, los que el sujeto no tiene grabados dentro de la estructura del movimiento en su memoria, los cuales se denominan “lagunas de representación”, así como los niveles de conciencia cada uno de los elementos de la acción, que identifica aquellos gestos motores a los cuales le presta mayor atención - que no siempre son los esenciales para una ejecución exitosa - y a los que no dirige atención alguna. Todo lo anteriormente expuesto es un recurso muy valioso en el proceso de corrección de errores y de perfeccionamiento técnico en el entrenamiento.
Orientaciones generales para la aplicación de esta forma de diagnóstico:
Se elabora un protocolo de registro de datos para evaluar la descripción que llevarán a cabo de forma individual los miembros del equipo en relación con los elementos que componen la estructura del movimiento técnico seleccionado, teniendo en cuenta los aspectos comprendidos dentro de una acción correctamente ejecutada. (Ver ejemplo de protocolo). En la mayoría de las ocasiones estos datos se pueden obtener de la literatura especializada, pero en algunos casos, por no encontrarse en la misma la descripción detallada por fases de la técnica ideal de la acción que se desea estudiar, es necesario recurrir al criterio de especialistas, con amplia experiencia en el deporte como atleta y/o entrenador, aunque es necesario destacar que esta vía para conformar el protocolo de registro presenta la desventaja de que es posible que alguno de los sujetos considerados como especialistas pueden incorporar determinado error al mismo, por propia insuficiencia o desconocimiento, a pesar de poseer, por ejemplo, una larga trayectoria deportiva.
Se le explica al deportista el objetivo de la prueba y la importancia que, para su perfeccionamiento técnico, poseen los resultados que se alcancen en la misma, tanto para el entrenador responsable de su mejora, como para ellos mismos y su toma de conciencia de hacia dónde deben dirigir sus mayores esfuerzos.
Se exige del deportista la mayor concentración de la atención y se le solicita que describa cada detalle técnico de las primeras fases del movimiento estudiado, aclarándose que cada vez que mencione un aspecto determinado deberá hacer una pausa para que el entrenador compare lo descrito con la técnica ideal y pueda registrar en el protocolo la valoración que corresponde.
Se utiliza una escala de evaluación que comprende los valores 3, 2, 1 y 0, teniendo en cuenta que los mismos representan: 3 = Descripción completa del elemento. 2 = Descripción incompleta (o con un pequeño error). 1 = Descripción errónea del elemento. 0 = Omisión del mismo.
Cuando el deportista haya concluido con la descripción de los elementos de la primera fase del movimiento, cuya calificación se situará en la primera columna correspondiente a los elementos conscientes, en el caso de que omita alguno de estos, se le formularán preguntas directas (estimulación verbal), a fin de poder constatar si este aspecto no forma parte de su imagen motora (laguna de representación) o si el mismo se encuentra grabado en diferente nivel de conciencia (no le dirige atención alguna). En dependencia del contenido del elemento se formularán dichas preguntas, por ejemplo: ¿hacia dónde se dirige la vista? ¿dónde recae el peso del cuerpo? ¿Qué sucede con el tronco en ese momento? etc. Estas descripciones que el sujeto lleva a cabo ante la formulación de preguntas directas se evalúan de igual forma que las anteriores, atendiendo a la escala que se brinda, pero al registrar el valor numérico correspondiente, se diferenciará del resto de las evaluaciones obtenidas situándolo en la segunda columna (elementos inconscientes). Si no se utiliza un protocolo para cada deportista, sino uno común para todo el equipo, se puede registrar con un asterisco (*) o señal que el entrenador considere, a fin de poder diferenciar posteriormente cuáles elementos fueron descritos con estimulación verbal, es decir, a través de preguntas posteriores. Este mismo procedimiento se llevará a cabo con las restantes fases.
Es necesario señalar que los deportistas, especialmente los más jóvenes, por lo general no utilizan la terminología que aparece en el protocolo de registro, pero atendiendo a su edad y características personales, un entrenador de experiencia y conocimientos siempre comprenderá lo que este ha explicado, en ocasiones, acompañándose con gestos para apoyar sus descripciones, todo lo cual, si se corresponde con el contenido que se evalúa, se deberá aceptar como adecuado.
Forma de evaluación
Cuando se han obtenido los datos de cada miembro del equipo se conforma una tabla, obteniéndose la suma y el valor promedio por elemento, por sujeto y por fase de la acción y de esta forma se puede determinar:
Fase que presenta mejor y peor verbalización del contenido de las imágenes de movimiento en el equipo.
Elementos por fases que se encuentran mejor y peor representados en el equipo.
Diferencias individuales – positivas y negativas - que presentan los deportistas en el contenido verbalizado de su representación.
Aspectos que cada uno de los miembros del equipo y el colectivo en su conjunto poseen mas conscientemente establecidos en sus imágenes (y por lo general le conceden mayor importancia) y aquellos que se “activan” a través de preguntas directas (a lo que pueden prestarle una menor atención, considerarlo como secundario o no pensar en absoluto en ello, a pesar de que en ocasiones constituyen los aspectos esenciales que determinan el éxito de la acción).
A continuación se sitúa un ejemplo de todo el proceso, para una mejor comprensión del mismo y para que los entrenadores comprendan que esta tarea puede ser llevada a cabo sin grandes esfuerzos de su parte, solo con el interés de realizar un mejor trabajo. De hecho, esta tarea fue realizada en su totalidad por el entrenador matancero Melgarejo (2012), de larga experiencia en su trabajo y de alto nivel como karateca.
Las preguntas directas concebidas por este entrenador para ser formuladas a los deportistas, en el caso de que no describieran de forma espontánea los elementos de las fases fueron las siguientes:
Los resultados alcanzados gracias a la aplicación del DOEV con un grupo de 20 karatecas de 11-12 años de la ciudad de Matanzas se muestran en la tabla que a continuación se brinda:
Nota: Los valores registrados con asteriscos (*) indican que esos elementos fueron obtenidos a través de estimulación verbal (preguntas directas)
Como se constata en esta tabla de resultados, los valores promedio alcanzados en el eje horizontal denotan que los deportistas presentan dificultades en el plano mental en la mayoría de los elementos pertenecientes al golpeo de pierna denominado Ura Mawashi Geri, siendo el mejor representado el 4 (se eleva la rodilla al frente buscando el pecho, los brazos se mantienen en la postura de guardia), con 2,4 de valor promedio en el equipo y los peores elementos en la imagen motriz corresponden a los números 5 (el pie de apoyo se flexiona ligeramente y el que va a ejecutar la técnica se mantiene junto a este en la posición de Sagi Dachi), 8 (se realiza ¼ de giro sobre el pie de apoyo adoptando el cuerpo una posición lateral horizontal, la vista se dirige hacia el lugar del impacto), 9 (se realiza una flexión para recoger la pierna hacia la postura intermedia) y 13 (los brazos también buscan su posición y la vista permanece mirando hacia el frente, adoptando nuevamente la postura de guardia inicial respectivamente), que alcanzaron un valor promedio entre 1,3 y 1,4. Estos valores son muy bajos y denotan que no ha existido una adecuada preparación teórica con el equipo, aunque es necesario tener en cuenta que estos deportistas poseen muy poca experiencia en el deporte, dado que la experiencia de entrenamiento promedio en el Karate Do que poseen es de 2,3 años.
Se constata que la mejor fase representada es la primera o inicial, con 1,76 de valor promedio, aunque dicha cifra es muy deficiente, mientras que las dos restantes alcanzan valores aun peores. Obsérvese en la tabla cuántos elementos técnicos se encuentran evaluados de 1 (mal) y de 0 (no puede explicarlo, aunque se le formulen preguntas directas). Se hace necesario por tanto que el entrenador se concentre en la explicación exhaustiva y frecuente de las mismas en las sesiones de trabajo, así como en la corrección de errores de la ejecución y de la imagen.
Si se analizan los valores promedio obtenidos por el eje vertical se destaca que las mejores descripciones del golpeo estudiado las poseen los karatecas 1, 2, 4, 13 y 14, (entre 2 y 2,5) mientras que los peores resultados los alcanzan los sujetos 3, 8 y 12 (entre 0,8 y 1.1), el primero de los mismos con valor promedio inferior a 1, lo que significa que no solo presenta errores en la mayoría de los elementos de la estructura del movimiento, sino que muchos de ellos no los puede explicar, ni cuando se le formulan preguntas directas, por lo cual se presenta lo que se denomina “lagunas de representación”, es decir, el deportista ignora por completo la existencia de ese gesto motor o de esa posición del cuerpo y por ende, no lo tendrá en cuenta en el momento de su ejecución.
Desde el punto de vista del grado de atención que le prestan los sujetos investigados a cada detalle técnico se comprueba, que los elementos 5, 7, 8, 10, 11, 12 y 13 son los que menor atención le prestan más de la mitad de los deportista del equipo, más relevante en el detalle 7, donde el 70% de los karatecas infantiles lo poseen grabados de forma inconsciente. En el caso de que estos elementos estuvieran bien representados en el modelo interno, esta situación no afectaría para nada su desempeño técnico, pero dentro de este equipo, dado que la mayoría de dichos detalles presentan dificultades en el plano mental, por haberse guardado con errores de contenido, el hecho de no dirigirles atención afecta el proceso de corrección de errores, pues cuesta más trabajo eliminar sus deficiencias, como ya se ha explicado anteriormente.
Esta prueba se ha aplicado con éxito en variadas acciones técnicas por parte de entrenadores de 26 deportes escolares y juveniles de la provincia de Matanzas y también ha sido aplicada por especialistas que trabajan la Psicología del Deporte en equipos nacionales y siempre ha constituido una gran ayuda por la connotación de los datos que aporta para el trabajo metodológico, en aras de perfeccionar el trabajo en la esfera de la preparación técnica de los equipos.
Conclusiones
Con la ayuda de la prueba de descripción oral con estimulación verbal (DOEV) se puede determinar, de forma sencilla y rápida, cuál es el contenido verbalizado de la estructura de un movimiento, que nos acerca a cómo comprende el deportista dicha acción, cuáles son los elementos que grabados de forma adecuada o inadecuada en el plano mental, qué gestos motores comprendidos en dicha técnica son ignorados completamente por el mismo y a qué aspectos le presta mayor y menor atención.
Se constata la facilidad con la cual cualquier entrenador puede utilizar esta prueba como un recurso válido y sencillo para obtener valiosos datos, a partir de los cuales le es posible trazarse estrategias de trabajo.
Bibliografía
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