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Comunidad y desarrollo comunitario

 

*Universitaria Municipal, Yaguajay

**Filial Universitaria Municipal de Cultura Física, Yaguajay

***Universidad de Sancti Spíritus

(Cuba)

MSc. Prof. Aux. Lic. Alfredo Díaz Brito*

alfredodb@suss.co.cu

MSc. Prof. As. Lic. Deisy Cabrera Méndez**

MSc. Carlos Silvio Rodríguez Hernández***

carlosr@suss.co.cu

 

 

 

 

Resumen

          La realización de estudios comunitarios, con independencia de los objetivos concretos que se persigan, requiere partir de una fundamentación teórica adecuada de la categoría comunidad, como su definición, sus antecedentes y su lugar en el sistema categorial de las ciencias sociales. Ello permite hacer análisis más objetivos y más complejos. Diferentes ciencias han aportado su visión de comunidad, partiendo de indicadores que forman parte de su objeto de estudio. Hoy la comunidad ocupa un lugar privilegiado de interés nacional, para responder a lo que se denomina desarrollo autosostenido y autogestionado ante la necesidad de asumir una estrategia de supervivencia y desarrollo en que a lo local le corresponde lo más significativo. En el ámbito comunitario se desarrollan importantes iniciativas y experiencias que demuestran la viabilidad de proyectos de transformación local basados en la activa participación de los pobladores en estrecha coordinación con las instituciones y organizaciones sociales. El desarrollo local lo constituyen trayectorias específicas de desarrollo que se configuran en elementos históricos, geográficos y en mentalidades, pero que no están totalmente predeterminadas sino que se transforman y evolucionan a partir de las prácticas de los propios actores, combinadas con circunstancias y coyunturas que lo favorecen. Las comunidades deben trabajar por el desarrollo y perfeccionamiento del modo y condiciones de vida, por el mejoramiento del medio ambiente físico; todo lo cual redundará en el incremento del nivel y la calidad de vida de sus miembros, donde se han de considerar especialmente los elementos subjetivos.

          Palabras clave: Comunidad. Desarrollo comunitario. Desarrollo local.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 172, Septiembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Desarrollo

    El hombre es un ser social en su origen histórico, en sus condiciones de existencia dentro de su medio ambiente, y en la naturaleza de su desarrollo desde el nacimiento hasta la madurez. La esencia humana, de acuerdo con Carlos Marx, es el conjunto de todas las relaciones sociales. El individuo, dijo, es un ser social.

    “¿Qué es la sociedad cualquiera que sea su forma? El producto de la acción recíproca de los hombres”.

    El hombre surge precisamente, gracias a esa vida en común, que facilita el desarrollo de la actividad conjunta para la satisfacción de las necesidades, el trabajo y la comunicación.

    En sus relaciones con los demás, como consecuencia de la vida en comunidad, en asociación con los demás, el individuo satisface otra necesidad fundamental, la de nuevas experiencias y nueva información.

    El vínculo comunidad – desarrollo humano es tan fuerte, que a medida que se daban pasos en la formación del hombre, se iba desarrollando también la vida en común. En este sentido Engels escribió: ”El desarrollo del trabajo, al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta, y al mostrar así las ventajas de esta actividad conjunta para cada individuo, tenía que contribuir forzosamente a agrupar aún más a los miembros de la sociedad”.

    Puede decirse entonces que el vinculo comunidad – desarrollo humano tiene un carácter genético; es tan antiguo como el hombre mismo, este surge precisamente, gracias a esa vida en común, que facilita el desarrollo de la actividad conjunta para la satisfacción de las necesidades.

    El lugar de la comunidad en la vida del hombre está muy ligado al desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

    En esta relación hombre-comunidad juega un importante papel el medio ambiente entendido como la esfera de las relaciones entre el nombre y la naturaleza en el curso del desarrollo del proceso productivo; el medio global, el entorno natural, los objetos, artefactos de la civilización y el conjunto de todos los fenómenos sociales y culturales que transforman a los individuos y grupos humanos. (Sosa, 2005)

    Diferentes ciencias han aportado su visión de comunidad, partiendo de indicadores que forman parte de su objeto de estudio.

    Las definiciones de comunidad, en sentido general, se pueden diferenciar por el énfasis que se hace en elementos estructurales unas, en elementos funcionales otras y, finalmente, en aquellas que reflejan ambos tipos de elementos.

    En la definición de comunidad deben vincularse elementos funcionales y estructurales.

    La comunidad es un fenómeno multidimensional donde intervienen elementos geográficos, sociológicos, naturales, territoriales, políticos, culturales y sociales que deben ser conocidos, respetados e integrados para hacer de la localidad un organismo social eficiente y afectivo en lo material y lo espiritual.

    En la literatura especializada aparecen numerosas definiciones de comunidad, cada una de las cuales centran más su atención o hace mayor énfasis en determinados aspectos, en dependencia del objetivo fundamental del estudio.

    Como ejemplos de definiciones de comunidad tenemos las siguientes:

  • “En un sentido amplio, el concepto de comunidad se utiliza para nombrar unidades sociales con ciertas características sociales que le dan una organización dentro de un área determinada” (Pozas, 1964).

  • “… la comunidad como un grupo cuyos componentes ocupan un territorio dentro del cual se pueden llevar a cabo la totalidad del ciclo vital…” (Chinoy, 1968)

  • “…es el más pequeño grupo territorial que puede abarcar todos los aspectos de la vida social… es un grupo local bastante amplio como para contener todas las principales instituciones, todos los status e intereses que componen una sociedad”. (Kingsley, 1965)

  • Conjunto de personas que habitan en una determinada zona, regida por una dirección política, económica y social; propia o centralizada, que hacen vida común a través de sus relaciones.

  • Modo de asentamiento humano (urbano o rural) donde sus residentes tienen características sociopsicológicas similares en un sistema de relaciones.

  • Grupo social que comparte características e intereses comunes y que es percibido y se percibe a sí mismo como distinto en algún sentido a la sociedad en la cual existe”. (Rappaport, 1980)

  • Grupo de personas que viven en un área geográfica específica y cuyos miembros comparten actividades e intereses comunes, donde pueden o no cooperar formal e informalmente para la solución de los problemas colectivos. (Violich)

  • “Un grupo de personas que comparten un territorio, con rasgos culturales comunes, comportamientos, sentimientos, que les permite actuar como un entramado de relaciones sociales, donde el sentido de pertenencia, identificación y arraigo adquieren una validez importantísima”. (Hart, 1988)

    La comunidad está conformada por un conjunto de personas que se integran a esta en su condición de sujeto y de personalidad; su desarrollo y sus características como tales serán las que determinarán su participación y su aporte a la vida comunitaria, y desde este punto de vista influyen o conforman las cualidades de la comunidad. Esto es, además, un proceso recíproco, porque la propia formación del hombre como sujeto y como personalidad está determinada en gran medida por elementos comunitarios.

    Comunidad no es solamente un conjunto de casas. Es una organización social y cultural. Tampoco es solo un conjunto de individuos. Es un sistema sociocultural: está organizado socialmente. Tiene una vida propia que va más allá de la suma de todas las vidas de sus residentes. Como organización social, una comunidad es cultural.

    La comunidad es un organismo social, que ocupa un determinado espacio geográfico, influenciada por la sociedad, que funciona como un sistema de familias, individuos, grupos, organizaciones e instituciones que interactúan, definiendo el carácter subjetivo, psicológico de la comunidad e influyendo respecto a las condiciones materiales donde transcurre su vida material y actividad.

    Las comunidades, como forma de organización de la vida cotidiana, deben proporcionarles a sus miembros determinadas condiciones para el desarrollo de sus actividades vitales. En este sentido, la sociedad se puede concebir como una gran comunidad, que brinda al individuo las posibilidades para utilizar el nivel de progreso material y espiritual alcanzado por ella, según sus necesidades. (Arias Herrero, 2005)

    El elemento central de la vida comunitaria es la actividad económica, pero junto a ella, y como parte esencial de la vida en Comunidad, están las necesidades sociales, tales como la educación, la salud pública, la cultura, el deporte, la recreación y otras.

    Las comunidades deben trabajar por el desarrollo y perfeccionamiento del modo y condiciones de vida, por el mejoramiento del medio ambiente físico; todo lo cual redundará en el incremento del nivel y la calidad de vida de sus miembros, donde se han de considerar especialmente los elementos subjetivos.

    El individuo, a través del espacio comunitario, se convierte en reproductor activo del proceso de socialización, toda vez que recibe la influencia cultural que le llega de la sociedad mediatizada por la comunidad. Simultáneamente, la comunidad se convierte en un espacio donde el sujeto proyecta su individualidad ejerciendo también influencia sobre la comunidad misma y sobre la sociedad.

    El modo de vida se expresa directamente en el lugar de residencia del hombre, en su comunidad; es una manifestación de este como sujeto y como personalidad, el cual desempeña un rol activo en el establecimiento de su modo de vida, y a nivel individual, muchos especialistas le denominan estilo de vida.

    El medio ambiente comunitario estaría integrado por el conjunto de tres aspectos interrelacionados entre sí: en primer lugar, el resultado material de la acción humana, llamada por los clásicos del marxismo, la segunda naturaleza, o sea la naturaleza transformada por el trabajo social; en segundo lugar, los flujos y relaciones que interconectan los objetos creados por la acción humana y, en tercer lugar, el medio ambiente no puede dejar de incluir al hombre, pero un hombre cualificado por sus relaciones, su cultura, sus ideas, sus mitos, símbolos, utopías y conflictos. (Lobato, 2008)

    La Organización de Naciones Unidas (ONU) se ha pronunciado respecto al desarrollo comunitario. Se considera que el sentimiento de identidad acorde con la comunidad y con sus propósitos y objetivos, es una precondición para generar y sustentar el desarrollo de la comunidad. Esto se entiende como el proceso destinado a crear condiciones de progreso económico y social para toda la comunidad, con la activa participación de sus miembros en el mejoramiento de su nivel de vida y en dependencia de su propia iniciativa.

    El desarrollo comunitario lo integran, según la posición de dicho organismo internacional, los procesos por medio de los cuales los esfuerzos del pueblo mismo se unifican con los de las autoridades para mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales de las comunidades, para integrarlas a la vida nacional, de forma tal que contribuya también al desarrollo de la nación.

    La comunidad necesita de la sociedad y el estado, tanto desde el punto de vista material como espiritual, político y social. Es muy poco probable que una comunidad sea autosuficiente respecto a todas sus necesidades. Debido a esto necesita recursos y apoyo de la sociedad y el estado, para su desarrollo material, pero además necesita sentirse sujeto del proceso social, parte activa de la sociedad.

    Hoy la comunidad ocupa un lugar de privilegio de interés nacional, fundamentado en la importancia que se le otorga al individuo y a los distintos grupos sociales en el ámbito comunitario, las potencialidades que tiene este espacio para responder a lo que se denomina desarrollo autosostenido y autogestionado ante la necesidad de la dirección del país de asumir una estrategia de supervivencia y desarrollo en que a lo local le corresponde lo más significativo. De hecho, hoy crecen en la mente y en las acciones de personalidades destacadas y pueblo en general, el principio de la integración, como fórmula para el desarrollo comunitario local.

    Es en la comunidad donde se hacen más tangibles y concretos para el hombre sus vínculos sociales y donde la sociedad encuentra los recursos más diversos para influir sobre los hombres.

    En el ámbito comunitario se desarrollan importantes iniciativas y experiencias que demuestran la viabilidad de proyectos de transformación local basados en la activa participación de los pobladores en estrecha coordinación con las instituciones y organizaciones sociales.

    Quiere decir que es importante que el desarrollo de la sociedad “involucre las aspiraciones de los grupos sociales locales, que tienen la capacidad de construir y transformar proyectos de pequeña y gran escala” (López, 1999)

    Las comunidades excluidas del desarrollo económico corren un riesgo permanente: desaparecer como cultura.

    Es esencial para que la comunidad logre una verdadera dinámica propia y logre interactuar con el medio ambiente exterior el componente psicológico, que implica que sus miembros satisfagan sus necesidades y experimenten ese crecimiento cultural desde su vivencia personal y colectiva.

    En las comunidades resulta esencial el desarrollo de sentimientos de pertenencia, la identificación del individuo con su barrio, su zona, su residencia, sus habitantes, sus normas, sus costumbres, sus tradiciones, sus formas de relacionarse y su estilo de vida en general. Este es un factor poderoso para movilizar a los pobladores, para plantearse metas comunes y trabajar de conjunto por el alcance de estas, la solución de problemas y el desarrollo de la comunidad: es la base de la cohesión y la cooperación entre los habitantes.

    El desarrollo de tal sentimiento contribuye a lograr una convivencia más próxima y duradera, propicia la coordinación de las actividades encaminadas a la solución de problemas comunes y la satisfacción de necesidades individuales y compartidas.

    La función de coordinación entre los individuos para el logro de determinados objetivos y entre entidades u organismos productivos especializados en determinado tipo de producciones o servicios es sumamente importante para potenciar las capacidades productivas, de solución de problemas y satisfacción de necesidades de la comunidad. Referido a ello, Carl Marx en El Capital, planteaba: “Al coordinarse de un modo sistemático con otros, el obrero se sobrepone a sus limitaciones individuales y desarrolla su capacidad de creación”.

    El desarrollo comunitario como proceso posee gran importancia en el sentido organizacional y educativo: organizacional, porque requiere la reorientación de las instituciones existentes o la creación de nuevos tipos de instituciones; educativo, porque implica el cambio de actitudes y prácticas que obstaculizan las mejoras socioeconómicas. Favorece el desarrollo de la capacidad para determinar los cambios tecnológicos necesarios y para adaptarse a los cambios promovidos por las fuerzas externas. (Arias Herrero, 2005)

    El concepto de desarrollo local y las primeras políticas al respecto, surgen en la década del `80 del siglo XX en Europa, frente a la crisis del estado de bienestar y el desarrollo industrial, con zonas de atraso y aumento de los indicadores de pobreza y desempleo en diferentes regiones y ciudades. Dicho concepto se extrapola a América Latina -y a Argentina en particular- a partir de la década del '90, adquiriendo relevancia en el marco de la globalización y de las políticas de Reforma del Estado. (Bozhovich, 1976, p. 108)

    El desarrollo local es visto como el proceso que orientan los actores locales mediante acciones de transformación del territorio en una dirección deseada y es de naturaleza continua, aún cuando se trace metas parciales a modo de escalonamiento en espiral. “Cabe definir el desarrollo local como trayectorias específicas de desarrollo que se configuran en elementos históricos, geográficos y en mentalidades, pero que no están totalmente predeterminadas sino que se transforman y evolucionan a partir de las prácticas de los propios actores, combinada con circunstancias y coyunturas que lo favorecen.”. Pero no se puede analizar aisladamente un proceso de esta naturaleza sin relacionarlo con la corporación global, de la cual forma parte indisoluble (Guzón, 2005)

    En este contexto: Cuba defiende y encamina sus esfuerzos hacia un proyecto social propio, socialista. La alternativa marca desde luego una distancia política, económica y social respecto al capitalismo dominante a escala planetaria. Pero es importante también que en todos los frentes seamos capaces de encontrar nuestras propias formulaciones conceptuales y prácticas.

    De modo muy sintético digamos que en el plano práctico la tarea alternativa consiste en elevar constantemente nuestra capacidad de producir, difundir, aplicar conocimientos y conectarla con las tareas del desarrollo social; no solo las tareas económicas, sino con todas las dimensiones del desarrollo social para lo cual es importante apropiarse de los estilos y estrategias de trabajo basados en el conocimiento, la ciencia y la tecnología, pero no al servicio del capital sino al servicio de los aspectos sociales que son la tarea fundamental de un modelo de desarrollo social socialista en el aspecto local.

    En este sentido, lo local debe entenderse como un espacio cuyos límites están dados por las escalas municipal y provincial, donde ocurren procesos que tienen consecuencias importantes para sus estructuras al promover el desarrollo en las dimensiones políticas, económicas y socioculturales, consolidando la localidad como un tejido social a lo que diferentes autores denominan redes (Matilde, 2003).

    Esta definición es clave para comprender teóricamente el desarrollo local, que en criterio de autores como Arocena (1995), citado por Guzón (2006), lo definen como: un proceso orientado, resultado de una acción de los actores o agentes que inciden, con sus decisiones en un territorio. Como una trayectoria específica que se configura en elementos históricos, geográficos y en mentalidades que se transforman y evolucionan por sus propias prácticas, combinados con coyunturas y circunstancias que lo favorecen.

    De tal manera, el desarrollo local es la realización del potencial de cambios cualitativos que se dan en los municipios y provincias y donde el uso eficiente de los recursos endógenos favorece el mejoramiento de la calidad de la vida para todos los habitantes. (Matilde, 2003).

    El trabajo de desarrollo local posee como objetivo esencial potenciar las competencias municipales para componer su diagnóstico y estrategias de desarrollo a partir de la capacitación y la generación de un ambiente de innovación social que propicie enfrentar con éxito los complejos retos del desarrollo sostenible en los momentos actuales (Limia, 2006). Lo importante es que la población se apropie de esos saberes y pueda emplearlos fructíferamente en las más diversas tareas de interés social y personal, de ahí la importancia de la Universidad como institución gestora del conocimiento tiene en la capacitación.

    Desde el año 2000 se viene instrumentando en nuestro país el trabajo comunitario integrado como una de las vías de ayuda al perfeccionamiento de la labor de los Órganos del Poder Popular. La práctica de este método ha demostrado que el problema cardinal de su correcta aplicación radica en como articular de manera coherente los diferentes factores en función de dinamizar las potencialidades de la comunidad para el logro progresivo de su autogobierno y autorrealización.

    El trabajo comunitario integrado es una dimensión nueva, un nuevo espacio para nuevas y creativas formas de hacer realidad la participación de los diferentes factores sociales al lograr la coordinación e integración de todos los esfuerzos y acciones en virtud del desarrollo social, político y económico de las comunidades, del municipio, de la provincia y de la nación en general.

    Sus objetivos son: organizar y movilizar a la comunidad para propiciar una verdadera participación social; desarrollar la colaboración y ayuda mutua entre sus miembros, entre comunidades y entre la comunidad y la sociedad; reforzar el sentimiento de identidad cultural cubana; propiciar la expresión, el intercambio de ideas, de opiniones y crear expectativas de desarrollo social y personal. (Comisión de Órganos Locales Asamblea Nacional del Poder popular, 2006)

    En nuestro país, donde se sigue un modelo socialista, la progresiva eliminación de las desigualdades territoriales siempre ha sido un objetivo del gobierno revolucionario; que además, garantiza el acceso de todos los ciudadanos a necesidades esenciales como educación, salud, alimentación básica y empleo, independientemente de los resultados económicos de los territorios correspondientes.

    La economía cubana se rige por una estructura político-administrativa de dirección y planificación centralizada, la que persigue un estructura adecuada para la promoción del desarrollo equilibrado del país y la racionalidad económica, por lo que se elabora una nueva división político administrativa que se basó en las características físico-geográficas, la distribución de la población, la regionalización económica del país y las perspectivas de desarrollo de los diferentes territorios (Guzón, 2002).

    La nueva realidad creada en Cuba después de celebrado el VI Congreso del PCC donde la problemática local es reconocida en sus Lineamientos como una política esencial, que atraviesa tanto la Política Económica como la Social, aún cuando se alcancen indicadores macroeconómicos favorables, exige el despliegue de potencialidades existentes, principalmente en recursos humanos, para una gestión eficiente y eficaz, lo cual requiere estilos y métodos que integren y articulen las decisiones institucionales parceladas y verticales en función de las necesidades reales de los diferentes territorios, e incorporen cada vez con mayor fuerza a todos los sujetos implicados en un proceso horizontal de desarrollo particularmente diseñado (Reyes, 2011).

    El valor ético, teórico, metodológico y práctico con el que se enfoca la participación comunitaria, obliga a asumir que la esencia de ésta es el compromiso y la identificación con un fin social orientados a la integración cultural y al beneficio colectivo.

    Desde mediados de los años setenta del siglo XX se vienen produciendo cambios profundos en todas las esferas de la actividad humana, tanto en las sociales, las políticas y económicas. A diferencia de etapas anteriores del desarrollo de la humanidad, los cambios contemporáneos se caracterizan por su profundidad (transforman de manera radical las bases de los procesos tecnológicos, económicos y sociales), su amplitud (abarcan o impactan “horizontalmente” en múltiples esferas), su celeridad; (se producen con una rapidez que no tiene precedentes y que hace extraordinariamente difícil su predicción).

    Ha sido preocupación de la dirección de la Revolución desde sus inicios el proceso de perfeccionamiento del trabajo comunitario al comprender al hombre como elemento central del proyecto cultural. Múltiples y valiosas experiencias se han desarrollado a lo largo de estos 50 años de constante batallar por desarrollar la cultura, de ahí que las distintas organizaciones políticas y de masas se han dado a la tarea de organizar el trabajo comunitario, enfrascadas en el noble reto de lograr la transformación de la sociedad cubana.

Referencias bibliográficas

  • Arias Herrero, Héctor. Estudio de las comunidades. Editorial Félix Varela. La Habana. 2005. p. 36-37.

  • Arias Herrero, Héctor. Estudio de las comunidades. Editorial Félix Varela. La Habana. 2005. p. 56-59.

  • Bozhovich, L. La personalidad, su formación en la edad infantil. Editorial Pueblo y Educación La Habana 1976. p. 231.

  • Engels, F. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Obras Escogidas en tres tomos, t, 3. p, 70. Editorial Progreso Moscú, 1989.

  • Guzón, A. Potencialidades de los Municipios Cubanos para el Desarrollo Local. Tesis presentada para el título de Máster. Universidad de La Habana, La Habana, Cuba, 2005. p. 12.

  • Hart Dávalos, Armando (1988) Discurso pronunciado en las sesiones del IV Congreso de la UNEAC. La Habana, Cuba. p. 3.

  • Lobato, R. “Medio ambiente e metropole”. En Geografía e Questâo Ambiental, IBGE, p. 25-30, Río de Janeiro, 2008.

  • López, R. E. La Política social municipal y el desarrollo comunitario. Imprenta Universitaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México, 1995.

  • Marx, C. Carta a P.V. Annenkov. Obras Escogidas, T-I. Editorial Progreso, Moscú, 1973. p. 532.

  • Marx, C. El Capital, T I. Pág. 259 Editorial Progreso, Moscú 1985.

  • Marx, C. Tesis sobre Feuerbach, Obras Escogidas, T-I. Editorial Progreso, Moscú, 1973. p. 621.

  • Matilde, R. Taller Internacional de Desarrollo Local, Santiago de Cuba, 2004.

  • Pozas, R. El desarrollo de la comunidad. Técnicas de investigación social. p. 21

  • Rappaport, S. Diccionario Random House de la Lengua Inglesa.

  • Sánchez, E. y Wiensenfeld, E. Psicología social aplicada y participación: metodología general. p. 237-241.

  • Sosa N. M. Perspectiva ética, serie monografías, UNED, Madrid, 2005. p. 16.

  • Violich, F. Desarrollo de la comunidad y el proceso de planificación urbana en América Latina. p. 121-122.

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