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Plan de actividades recreativas para contribuir a la formación
ciudadana de jóvenes de 21 a 30 años de la comunidad 'El Cuncuní'
en la Isla de la Juventud

 

*Profesor Asistente. Disciplina Cultura Física Terapéutica. Profesor Principal

de las asignaturas Control Médico y Actividad Física Adaptada

Universidad de Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte “Manuel Fajardo”. Facultad Isla de la Juventud

**Instructor de recreación. Combinado Deportivo Nº 4 Irene Hernández

Isla de la Juventud

MSc. Robert Lopetegui Morales*

Lic. Jose Antonio Ceballo Zuñiga**

rlopeztequis@cuij.edu.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

           La investigación aborda una temática de actualidad: la gestión comunitaria; cuyo objetivo es elaborar una estrategia de gestión para la integración comunitaria que contribuya a potenciar la participación consciente de los pobladores del Consejo Popular Patria para el empleo del tiempo libre. El trabajo se desarrolla en el Reparto José Martí de la comunidad pionera ya citada, cuyos pobladores se sensibilizan mediante el accionar coordinado, lo que permitirá equilibrar, orientar y gestionar el tiempo libre, potenciando una participación consciente e integración entre los pobladores, con el fin de lograr un desarrollo integral para el bienestar de todos. Se emplearon métodos científicos, que permitieron cumplimentar las tareas propuestas y la elaboración de la estrategia resultado de esta investigación, la cual constituye una alternativa viable en el proceso de desarrollo comunitario para el empleo del tiempo libre.

           Palabras clave: Actividades recreativas. Formación ciudadana. Comunidad.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 172, Septiembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El origen del hombre conviviendo en comunidad se observa desde los aborígenes cuando para poder sobrevivir tuvieron que ayudarse unos a los otros; luego a inicios de la industrialización se dan las condiciones objetivas para establecerse como una necesidad determinante por los cambios socioeconómicos que se venían produciendo del hombre en su desarrollo y evolución.

    En el mundo sucede situaciones adversas con el crecimiento espiritual de la humanidad, que no se tiene en cuenta con el nacimiento y desarrollo del hombre, esto se evidencia en la capacidad de socializar actividades entre ellos dentro del entorno en que se desarrollan, de ello depende la consolidación de una vida llena de esperanzas y supervivencia.

    En Cuba, antes del triunfo de la Revolución la población era muy pasiva, es decir, no existía un movimiento de tipo social que se hiciera notar por su importancia y trascendencia. Con la llegada del primero de enero de 1959, se inicia un movimiento migratorio importante hacia las ciudades. Al compás de la alfabetización y de las posibilidades de estudio gratuito, la población alcanza mayores niveles de escolaridad y las comunidades pasan a ser más heterogéneas desde el punto de vista de su estructura social, a su vez refiere que al inicio del proceso revolucionario, resulta de gran importancia la creación de organizaciones de barrio como los Comités de Defensa de la Revolución, y las delegaciones de la Federación de Mujeres Cubanas, ya que agrupan a los vecinos de cada localidad en función de realizar tareas importantes de apoyo al proceso de transformación social.

    Con el surgimiento de los Consejos Populares acaecido en el año 1991 en la Habana, y extendido a todo el país en 1992, se sientan las bases para la planificación de una cooperación intencional en la formación del individuo planteada desde la comunidad y no solamente exigida desde la escuela.

    En la vida moderna y sobre todo en la condiciones de nuestra sociedad socialista, existen posibilidades de incrementar el aprovechamiento del tiempo libre mediante actividades que formen a un individuo íntegro, tras una planificación racional del servicio recreativo sano y culto teniendo en cuenta en todo momento objetivos formativos y educativos.

    No se puede hablar de comunidad sin conocer que es vital la interrelación escuela, familia, para ver como cada uno de estos aspectos influyen notablemente en la formación educativa, en la calidad de vida y en la superación cultural de cada ciudadano .Por lo que evidentemente queda demostrado que la formación ciudadana en la comunidad es un eslabón esencial en la formación del hombre nuevo.

    El trabajo comunitario en tanto contribuye a estos propósitos mediante actividades deportivas, recreativas, culturales, políticas, entre otras que promueven actitudes en cada comunitario a hacer positivos y reflexivos.

    Cuando estas influencias no son las más adecuadas; surgen y se desarrollan deformación de los principios éticos que rigen la formación ciudadana.

    Las líneas trazadas en nuestro país para la convivencia en la circunscripción, el barrio para la formación integral del ciudadano posibilita la materialización de actividades con características esencialmente locales, donde se expresan y condicionan las necesidades espirituales, como la recreación en el tiempo libre, que debería proporcionar a sus miembros espacios gratos para reunirse, alternar, jugar, bailar, cantar, pintar, esculpir, hacer deporte; es decir ser mucho más que un conglomerado de hogares; sino vías para propiciar la unión de los individuos de los barrios logrando la integración e identificación de los miembros de la comunidad haciendo posible que la misma se fortalezca, se organice y pueda acometer desafíos, para satisfacer necesidades comunes, que tienden a mejorar la calidad de vida de la población y hacer de la propia comunidad un lugar grato de vivir.

    La formación ciudadana ha sido abordada por investigadores en el ámbito internacional, desde una concepción de educación para la tolerancia, también llamada educación para la paz (Osorio, 1995; Tedesco, 1995; Schmelkes, 1999; Álvarez, 1999; Anaut, 2000; Kerschensteinen, 1996; Moreira, 2001). Estos autores señalan en sus investigaciones la necesidad de articular la práctica educativa con el discurso pedagógico de primera línea a manera de hacer posible la formación de cualidades ciudadanas facilitadoras de la convivencia.

    En relación con la sociedad y la comunidad en función de la transformación de sus integrantes han trabajado González (1995), Arias (1995), Harnecker (1997), Cabrera (1998), Labarrere (1996), Álvarez (1996), García (1995), Chávez (1997), entre otros.

    Por otra parte Venet Muñoz (2007) en su tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, propone una estrategia educativa para la formación ciudadana de los escolares del primer ciclo. Para estos autores el centro de atención es la escuela y su función de incidir en el entorno circundante, ninguno desde la mirada de la misma comunidad y sus potencialidades para desarrollarla.

    En tanto Lopetegui (2010) en sus experiencias científicas en comunidades de la Isla de la Juventud ha demostrado que este entorno es capaz de lograr funcionar como un organismo todo a partir de la gestión de sus propios miembros y con sus propios recursos, siendo su influencia principal las actividades recreativas que se realizan durante el tiempo libre

    A partir del desempeño y la práctica cotidiana en las funciones de delegado en la Circunscripción 29, correspondiente a la comunidad el Cuncuní del consejo popular Pueblo Nuevo, en la Isla de la Juventud, se observa que a pesar de existir en la comunidad las estructuras organizativas y espacios creados para la recreación, además de la presencia y acción del técnico de recreación, las actividades que se planifican no intenciona el valor educativo, al apreciarse generalmente a los jóvenes de 21 a 30 años prácticas y modos de actuación durante el tiempo libre que laceran la convivencia; evidenciando el poco respeto hacia sus compañeros y medio ambiente no hay comprensión, aceptación ni ayuda mutua todo esto partiendo de la no existente propuesta de actividades recreativas en la comunidad.

    Para solucionar estas insuficiencias se propone como objetivo: Aplicar un Plan de actividades recreativas, que utilice el tiempo libre, para contribuir a la formación ciudadana de jóvenes de 21 a 30 años de la comunidad el Cuncuní del consejo popular de Pueblo Nuevo en la Isla de la Juventud.

    El estudio se realizó en la comunidad el Cuncuní, perteneciente al consejo popular Pueblo Nuevo, en la Isla de la Juventud; surge en circunstancias de transformaciones cruciales de la sociedad cubana, en que se desencadenaron en el país construcciones de remodelación, ampliación de viviendas, abriéndose paso al surgimiento de comunidades fantasmas, compuestos generalmente por un grupo representativo de personas con necesidades habitacionales sin ningún interés común, de variedad de comportamientos sociales, de niveles escolares bajos y necesidades espirituales y materiales bien marcadas.

    Es una comunidad en gran medida joven y se impone su rebeldía juvenil por falta de atención formativa de los agentes educativos dentro de la comunidad y la sociedad en general.

    La comunidad cuenta con 611 habitantes y 73 viviendas. Para el estudio se utilizó como Población a 171 jóvenes con edades correspondidas entre 21 y 30 años, 99 del sexo femenino y 72 del sexo masculino; el nivel cultural no sobrepasa la enseñanza, más del 40,0 % no trabaja y el 27,0 % no estudian, más del 67,0 % están desvinculados de los dos aspectos antes mencionados.

    Los métodos aplicados para la recogida de la información fueron: La observación científica, dirigida a las actividades realizadas en la comunidad, con el objetivo de conocer el nivel de participación, la organización y los espacios utilizados en el Plan de actividades.

    La encuesta, se aplicó en dos momentos, uno en el diagnóstico, para conocer los gustos, preferencias y tiempo libre disponible de los jóvenes de 21 a 30 años y en el momento de aplicación con la finalidad de conocer el nivel de satisfacción el Plan de actividades de recreación según los gustos y preferencias que se desprenden del diagnóstico inicial.

Desarrollo

    El ser humano como ser social expresa su personalidad a través de su conducta y para conocerlo bien, se requiere conocer y comprender cómo se comporta dentro de su ambiente, por qué actúa de una forma u otra, además de poder explicar las principales motivaciones, necesidades e intereses que sustentan y guían su comportamiento.

    El individuo esta sometido desde el primer momento del nacimiento a una educación. Ambos factores estrechamente interrelacionados conforman el desarrollo de la personalidad y dentro de ella su manifestación externa: la conducta como forma individual de comunicación, interacción y cooperación social entre ellos.

    La ciudadanía es un proceso que comienza en los albores de la humanidad, no es algo acabado. Es un proceso de conocimiento y conquista de los derechos humanos. Se comprometen en ella, la educación, la familia, la escuela, las instituciones sociales, en busca del perfeccionamiento del modo de vida. Sólo con comportamientos ciudadanos podemos establecer una convivencia armónica, en grupos sociales comprometidos en un proyecto de vida común, que da valor a la ética, a la idea del “otro” y su bienestar, que ama la verdad y la defiende; por ello se plantea que no basta el desarrollo tecnológico y científico-técnico para el mejoramiento de la vida en sociedad.

    Según Leonardo Boff (1997) la ciudadanía es un proceso a través del cual se atribuye a todos los individuos el derecho a participar conscientemente en la vida política y cultural, el derecho a trabajar y a la participación en la riqueza producida por el trabajo, este autor emplea el término con-ciudadanía, siendo ésta comprendida como ciudadanía participativa, vivida por los movimientos sociales, por la cual ciudadanos se unen a otros ciudadanos para luchar por sus derechos. La ciudadanía define la posición del ciudadano con referencia al estado. La con-ciudadanía define al ciudadano delante de otro ciudadano.

    Una actitud ciudadana se expresa en el celo por la vida pública, que va desde el cuidado y la limpieza de la calle pasando por el respeto a las señales del tránsito, hasta la capacidad de asociarse en organizaciones que se enfrentan a la injusticia y contribuyen al bien común.

    La formación ciudadana en el mundo contemporáneo se ha venido apoyando en las teorías de investigadores (Osorio, 1995; Schmelkes, 1999; Álvarez, 1999; Anaut, 2000; Kerschensteinen, 1996; Moreira, 2001) que la conciben como un aspecto de la educación general del individuo, lo cual encierra todos los medios y fines de esta formación.

    Desde la perspectiva lógica al definir la formación ciudadana y su relación con la humanidad ha sido considerada como una actividad que renueva al individuo espiritualmente, Se concibe la formación ciudadana como un proceso continuo y sistemático de apropiación individual de un sistema de saberes y valores que determinan la posición vital activa y creativa del sujeto ante la vida pública y se expresa en las relaciones que establece en los espacios sociales de convivencia. Supone la promoción y defensa de una manera de vivir cotidiana y de crecer como personas, que implica:

  • Autonomía personal y las capacidades del sujeto, que le permitan resistir las presiones externas e impedir la enajenación de su comportamiento, defendiendo su estado de derecho.

  • El cultivo de la identidad cultural y nacional.

  • La tolerancia activa y crítica sustentada en el decoro, la espiritualidad, la decencia y la capacidad para solucionar conflictos.

  • La solidaridad en la participación social, asentada en la dignidad, la equidad, la tolerancia y la justicia social.

    Gran parte del mundo contemporáneo se construye hoy sobre los fundamentos del odio, la intolerancia, la injusticia, el autoritarismo, la competitividad, el egoísmo y la violencia. Se enmarca, por tanto, entre las contradicciones equidad-inequidad, tolerancia-intolerancia, justicia-injusticia, solidaridad-insolidaridad, cooperación-competitividad y violencia-no violencia, en un continuo que determina la dinámica de las relaciones a nivel interpersonal, intergrupal, nacional y global esto tiene varias limitaciones, una es que los individuos no lo ven así relacionado con el crecimiento personal y social y que no guarda estrecha vinculación con la formación del hombre.

    La formación ciudadana que se demanda en estos tiempos requiere remodelar su funcionamiento, convirtiéndose en el centro cultural más importante de la comunidad para que cumpla con mayor eficiencia el papel socializador que le corresponde en su apertura e interacción con ella, propiciando la participación activa de la familia en su gestión y combinando su trabajo con diferentes vías y procedimientos no formales de educación.

    Kerschensteinen (1996) considera que el propósito esencial de la formación ciudadana es lograr que las personas pongan sus actividades al servicio de la comunidad – familia, grupo profesional, municipio, estado – que ellos mismos constituyen y Ludovikus Moreira (2001) destaca como elementos fundamentales de la formación ciudadana, la preparación del sujeto para la defensa de la justicia e igualdad social, como valores morales.

    Estos autores asumen la formación ciudadana como una educación moral del carácter y de la conducta, cuyo fin es preparar al sujeto para que el grupo, comunidad, municipio, estado, donde vive vaya aproximándose a formas y realizaciones en consonancia con las normas y los ideales morales, jurídicos, económicos, sociales y culturales en la propia comunidad.

    El formar a un ciudadano implica una estrecha relación con la formación política del individuo –la cual comprende los derechos y deberes de carácter político que le competen- pero la formación ciudadana es mucho más abarcadora y en ella se incluye también el respeto por las normas y códigos jurídicos que han de ejercitarse de manera responsable en consonancia con una ética social.

    En el informe presentado a la UNESCO por la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, que con el título “La educación encierra un tesoro” (Delors, 1996) se afirma que la educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a conocer y aprender a ser.

    Evidentemente la formación ciudadana articula especialmente con el pilar de aprender a vivir juntos, pero precisa de los otros tres pilares para ser totalizadora. No es posible abordar un proceso de formación ciudadana sólo a través de la formación de personas capaces de comprender al otro, respetar la diversidad y el pluralismo, la comprensión mutua y la paz, es necesario integrar tales objetivos y preocupaciones en un marco más amplio: el de la formación y desarrollo singular de la personalidad y de las capacidades de autonomía, juicio y responsabilidad y, además, formados en niveles de excelencia en el conocer y el hacer. Resulta fundamental que los más hábiles en el conocer y en el hacer lo sean también en vivir juntos y ser personas, y que los más capaces en el desarrollo de la comprensión del otro, en el respeto al pluralismo, la comprensión internacional, y en el ejercicio de la responsabilidad sean hábiles en el conocer y en el hacer.

    Las concepciones actuales de formación ciudadana (Serrano, 2001; Olmedo, 1997; Alvarez, 1997; Boff, 1997; Covre, 1998) apuntan de forma prioritaria a la necesidad de una educación como enfoque dinámico de naturaleza social en el que los participantes son impulsados a ser conscientes de su interdependencia en relación con el pluralismo cultural. La educación intercultural, en este sentido, posee una base ética de cara a la problemática global a la que se enfrenta el mundo en el siglo XXI: la supervivencia como resultado supremo de la protección de la humanidad, de la conservación de la naturaleza, de la libertad y de la equidad.

    Se requiere añadir a estas ideas, que la preparación para la vida ciudadana ha de centrar sus esfuerzos no sólo en la formación de valores de manera generalizada e impersonal sino buscando la necesaria participación del individuo como sujeto social con un sentido colectivo.

    Un proceso de formación involucrado con el acto de vivir colectivamente exige una mejor comprensión de la realidad social y de distintos conocimientos no usuales. Desde aquí se han de promover acciones que contribuyan a la formación básica indispensable y al ejercicio de la ciudadanía al concebir al futuro ciudadano como un sujeto activo.

    Según Arias (1995) ser un sujeto significa asumir un carácter activo, transformador y creativo en la realización de una tarea que lo pone en relación consigo mismo, o con procesos sociales de manera voluntaria, intencional y consciente.

    En su concepción sobre el sujeto, el mencionado autor especifica que el sujeto se desarrolla en tres niveles fundamentales: el social general, el comunitario y el individual, destacando como en el nivel comunitario se forman los sujetos individuales a partir de la influencia del sujeto social mediatizados por el tipo de personalidad que conforma la clase o grupo social al que se pertenece.

    Violich (2001, citado por Arias Herrera Héctor en La comunidad y su estudio) en su definición de comunidad plantea que “es un grupo de personas que vive en un área geográfica específica y cuyos miembros comparten actividades e intereses comunes, donde pueden cooperar formal e informalmente para la solución de los problemas colectivos”.

    Por su parte Martín Rodríguez (2001) plantea que “constituyen formas de agrupamiento humano, en espacios fijos y funcionales donde tiene lugar una interacción a partir de la existencia de un conjunto de necesidades disímiles que generan una variedad de practicas para dar respuestas y satisfacer las demandas y aspiraciones de quienes se integran en ese espacio común”.

    En el caso cubano, la comunidad tiene un peso muy importante como escenario de la participación de los ciudadanos; se conforma objetivamente como el espacio físico ambiental, geográficamente delimitado, donde tiene lugar un sistema de interacciones socio-políticas y económicas que producen un conjunto de relaciones interpersonales sobre la base de necesidades. (Asociación de Pedagogos de Cuba, C.I.E. “Graciela Bustillos”, 1999)

    En las comunidades resulta esencial el desarrollo de sentimientos de pertenencia, normas, costumbres, tradiciones, formas de relacionarse de sus miembros y el estilo o forma de vida, de convivencia en general. Un asentamiento poblacional, se diferencia de otro en todos estos aspectos, incluso, las comunidades vecinas, tienen su propia identidad, sus rasgos distintivos que responden a las características de sus comunitarios. Los decisores tienen la responsabilidad de garantizar la preparación más adecuada de sus comunidades.

    Un análisis integrado de los resultados de la aplicación de los métodos empíricos en el diagnóstico de la participación, la organización y los espacios utilizados en las actividades de recreación para ocupar del tiempo libre en la comunidad el Cuncuní en la Isla de la Juventud, arrojó como principales dificultades a tener en cuenta en la conformación del plan de actividades lo siguiente:

  1. Elevar el nivel de participación activa y pasiva para el disfrute pleno de las actividades de recreación con un plan organizado.

  2. Tener en cuenta en la organización de la actividad recreativa los gustos y preferencias de los jóvenes de 21 a 30 años.

  3. Hacer un plan de acción integrador en la comunidad para adecuar espacios naturales en áreas recreativas-deportivas rústicas concebidos para este fin.

  4. No utilización de los espacios creados. Faltaba variedad de actividades para que los jóvenes seleccionaran.

  5. Las principales insuficiencias estaban presentes en el breve plazo de coordinación de las actividades, casi no se involucró a los factores integrantes de la comisión de recreación, no se tuvo en cuenta la variedad de las actividades y esporádicamente se utilizaban los espacios creados para esta finalidad.

    La realización de las indagaciones teóricas permitieron profundizar en la esencia del fenómeno objeto de estudio, el diagnóstico evidenció la real existencia del problema en el espacio comunitario, registrándose las principales insuficiencias a las que deberá dárseles tratamiento con la propuesta investigativa.

    El Conjunto actividades recreativas para los jóvenes de 21 a 30 años en la comunidad el Cuncuní de la Isla de la Juventud se fundamenta en los elementos del fenómeno formativo recreativo que lo caracterizan, definen y dan forma a:

  • El tiempo de la recreación, tiempo libre.

  • Las actividades en una función formativa.

  • Necesidad educativa, reflexiva y participativa.

  • El espacio para la recreación sana, culta y útil.

    Se tuvo en cuenta al elaborar el Plan de actividades las expresiones que integran el programa nacional de recreación relacionado a continuación:

    Para valorar la factibilidad del Plan de actividades recreativas, se visitó por el consejo de dirección municipal de deportes y del combinado deportivo en la Isla de la Juventud el desarrollo práctico de las actividades de la comunidad .Evaluadas de muy buena. Realizaron además un recorrido por los espacios destinados a las actividades recreativas (área fija para juegos pasivos, cancha rústica y el gimnasio al aire libre). Donde manifestaron sentirse contentos con el trabajo que se venía realizando en aras brindar satisfacción, disfrute y placer.

  • Empleo del tiempo libre de forma creativa y rica en experiencias de los jóvenes de 21 a 30 años.

  • Fomento de las relaciones sociales, la comunicación, la gestión y la negociación.

  • Elevar el nivel de participación activa y pasiva para el disfrute pleno de las actividades de recreación con un plan organizado.

  • Tener en cuenta en la organización de la actividad recreativa los gustos y preferencias de los jóvenes de 21 a 30 años.

Conclusiones

  • La búsqueda de fuentes documentales permitió conocer la importancia que tiene la comunidad, la recreación y tiempo libre en la formación ciudadana.

  • Mediante los métodos empíricos y a través de la observación y la encuesta se pudo diagnosticar los gustos y preferencias de las actividades recreativas de los jóvenes de 21 a 30 años en la comunidad.

  • Se elaboró el plan de actividades recreativas según gustos y preferencias de los jóvenes de 21 a 30 años en la comunidad de Cuncuní que ocupen el tiempo libre.

  • El plan de actividades recreativas es factible para los jóvenes de 21 a 30 años, según gustos y preferencias en la comunidad para ocupar el tiempo libre.

  • Los espacios recreativos creados facilitan el desarrollo de las actividades recreativas y del entorno natural.

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