La edad biológica y cronológica, en su relación con el desarrollo |
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*Profesora auxiliar de la Universidad del Deporte en la provincia de Pinar del Río Especialista en Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo y Deportes Acuáticos **Doctor en Medicina, especialista en medicina deportiva MSc. en Metodología del Entrenamiento Deportivo (Cuba) |
Dr.C. Mercedes Miló Dubé* Dr.C. Pedro Pérez Valdés** |
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Resumen El error que se comete al considerar a los niños y adolescentes como adultos en miniatura resulta aún frecuente, lo cual a su vez conduce al desconocimiento en la práctica de las particularidades psicofisiológicas de éstos. Sin dudas, contribuye a este problema, mundialmente tratado, dentro del campo de la especialización temprana, la publicación de “recetas” para entrenar, desconociéndose en estos casos un principio del entrenamiento deportivo: la individualización. Cada persona tiene sus particularidades, y por consiguiente, lo que fue bueno para una, pudiera resultar perjudicial para otra; pero el problema es más agudo cuando se trata de los niños. Es muy importante que nos introduzcamos en su mundo “imaginario”, sin esta posibilidad, el aislamiento a que los sometemos pudiera llegar a ser casi total. Se es consciente de que este tema es muy conocido, pero también seguramente se coincide en que es muy mal tratado en la práctica. Como en la mayoría de los fenómenos biológicos, hay un número elevado de factores que intervienen, algunos externos al individuo. Es fácil entender, cuando se ve a alguien que parece más joven de lo que realmente es, por su edad cronológica, que el envejecimiento no es el mismo para todos. Tiene distinto ritmo en unos individuos que en otros. De ahí que la autora se cuestione: ¿Cómo cambia el cuerpo con la edad? El cuerpo a lo largo de la vida sufre cambios en todos sus órganos y sistemas, que como se ha comentado, variará entre individuos. Hoy día, los entrenadores se preocupan en cómo entrenar a un deportista, atendiendo a las características de los niños. Ciertamente, no se ha trabajado lo suficiente para garantizar que en los documentos que rigen la preparación del deportista se aborden aspectos concernientes a esta problemática, que propicie el cumplimiento de los objetivos en las diferentes edades, ajustándose a las características biológicas de los niños. Para el presente estudio se seleccionó un grupo de atletas de levantamiento de pesas en número de 26, comprendidos entre las edades de 12 a 15 años de edad. Ellos representaron el 90% de la matrícula de la EIDE “Ormani Arenado”. Al comienzo de la investigación, todos presentaban un óptimo estado de salud, corroborado por los exámenes médicos realizados al efecto. A todos ellos se les realizó un estudio transversal acerca del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, según la metodología descrita por Tanner y col. (1962) y mediante el método de observación con la ayuda de los especialistas del departamento de Desarrollo Físico del Centro Provincial de Medicina del Deporte. En la muestra hubo un predominio de las edades de 12 y 15 años, aunque ligero con relación a los otros grupos etéreos. Por otra parte, en los atletas analizados, 12 individuos estaban ubicados en el estadio IV de la clasificación de Tanner para los caracteres sexuales secundarios, aunque es menester señalar la gran variabilidad encontrada en el físico humano de estos atletas, pues en el grupo de 15 años, hay dos atletas con estadio II, o sea, bien retrasados biológicamente. El comportamiento de las correlaciones entre la edad decimal con cada uno de los indicadores de rendimiento deportivo, es muy similar al comportamiento de la edad biológica con dichos indicadores. De hecho, existe una correlación, que podemos calificar de media, entre las edades expresadas por ambos criterios. Las correlaciones entre cada tipo de edad y los indicadores de salto son más bien medianas (alrededor de 0,60 con una ligera ventaja para la edad decimal), y cercanas unas de otras. Las correlaciones con los demás indicadores, que son los de carrera, son mucho menores, y no se les observa algún patrón claro de tendencia a aumentar o disminuir, en la mayoría de estas correlaciones. En este estudio se demuestra la falta de objetividad al clasificar a los pesistas, si se toma solo en cuenta la edad cronológica, pues ante una misma edad decimal los atletas pueden estar en diferentes estadios de madurez biológica, lo que constituye una herramienta de trabajo para todos los especialistas en el proceso de preparación de los atletas y su atención personalizada, para lograr una adecuada adaptación biológica que atienda a las edades de los niños y la elevación de su rendimiento deportivo. Palabras clave : Edad cronológica. Edad biológica. Capacidades físicas.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 171, Agosto de 2012. http://www.efdeportes.com |
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Desde hace mucho tiempo, la ciencia viene realizando esfuerzos por conocer las características del desarrollo físico en diferentes conglomerados humanos, para determinar las causas de la gran variabilidad observada, incluso, entre individuos de igual raza, región o costumbres a través de todo el mundo. Esta tendencia investigativa alcanza al campo del deporte, en donde las ciencias aplicadas han intentado utilizar estos estudios para valorar aspectos tales como: la selección de talentos, el estado actual de preparación, así como las posibles tendencias en el desarrollo físico de los deportistas noveles. Dentro de este campo del desarrollo físico constituye un aspecto muy importante los estudios que se han venido realizando acerca de la edad biológica o desarrollo biológico, en su relación con la edad del calendario o cronológica, lo cual nos permite conocer, desde puntos de vista diversos, si un atleta está retrasado, normal, o adelantado con relación a la edad declarada.
Según Hernández (1992), el crecimiento es un fenómeno biológico complejo a través del cual los seres vivos, al mismo tiempo que incrementan su masa, maduran morfológicamente y adquieren progresivamente su plena capacidad funcional. Por tal razón es un factor de vital importancia en la preparación de los niños, tener en cuenta la edad biológica para la atención personalizada en su desarrollo deportivo (Miló, 2008).
Dentro de este proceso de crecimiento está la fase conocida como adolescencia, que es el tránsito de la niñez a la vida adulta, donde se producen numerosas y profundas modificaciones en el sujeto como ser biológico, social y en su integridad total. Es un estado de crecimiento y desarrollo acelerado, donde la nutrición y la actividad física son factores importantes que tienen marcada influencia en este complejo proceso.
En la pubertad se observan una serie de cambios corporales de fácil observación y seguimiento. En la mujer, la pubertad se inicia con la aparición de los botones mamarios, a menudo asimétricos. Poco a poco van desarrollándose los senos en 2-3 años, unos 6 meses después del desarrollo mamario, comienza el del vello pubiano, que completa su desarrollo en 2-3 años. Un año después del vello pubiano aparece el axilar. La menarquía se produce entre 2-5 años, después del inicio de los botones mamarios, alrededor de los 11-12 años en nuestro medio. Hacia los 12 años de edad se produce el pico de crecimiento puberal, que supone unos 25 cm de promedio. La edad ósea suele ser 10,5-11 años al inicio de la pubertad y se va acelerando a lo largo de la misma.
Tanto los varones como las hembras no experimentan dentro de su propio sexo los cambios de la pubertad a la misma edad, sino que hay quienes se hacen hombres y mujeres más tempranamente que otros y, por tanto, los profesores de Educación Física deben conocer que existe variabilidad en el desarrollo, porque un varón que haya desarrollado sexualmente tendrá más capacidad y fuerza para el ejercicio físico, por lo que se sitúa en ventaja en las competencias (Jordán, citado por Alonso, (1995).
En el varón, la pubertad se inicia con un aumento del volumen testicular, que alcanza los 4 c.c. hacia los 12 años. El volumen testicular puede ser medido con el orquidómetro de Prader o, indirectamente, midiendo su longitud, que es de unos 2 cm cuando comienza la pubertad. En este momento el pene tiene todavía características infantiles. Alrededor de un año después, se inicia el crecimiento del pene, la pigmentación escrotal y el desarrollo piloso pubiano, que alcanzan su forma definitiva en unos dos años. El pico de crecimiento se sitúa hacia los 14 años, creciendo 28 cm de promedio durante este periodo. La maduración ósea que suele estar sobre los 13 años al inicio, se acelera en este periodo. Los cambios en la pilosidad axilar se producen como un año después de la pubiana, facial y extremidades, esta última alcanza forma adulta unos 5 años después. En la última fase postpuberal puede haber un crecimiento ulterior de alrededor de 1 cm por año durante unos 3 años, generalmente a expensas del tronco.
Frecuentemente se usan cuatro sistemas para medir la edad de desarrollo, edad esquelética, edad dental, morfológica y de los caracteres sexuales secundarios. La ósea o esquelética es la más usada. La edad morfológica es un campo en investigación; la edad sexual sólo es aplicable a estadios de la adolescencia, y la edad dentaria ha sido poco utilizada en nuestro medio, debido quizás, a subvaloraciones o al desconocimiento que existe sobre este método.
Según Karpman (1995) estos estudios nos permiten hacer una valoración del estado de salud, de las posibilidades funcionales, así como de la selección de los jóvenes deportistas para las diferentes especialidades deportivas. Además, este autor refiere que el control de la e-dad biológica permite no solo determinar la madurez morfo- funcional del joven deportista en el momento del examen, sino también, pronosticar las posibles tendencias en su desarrollo, al comparar los datos obtenidos con las características definitivas del desarrollo físico y del estado funcional de los representantes de determinados tipos de deportes. Otros autores como Vesselin, citado por Miló (2008) plantean que un entrenamiento regular produce un efecto positivo sobre el organismo, esto se debe a una serie de modificaciones morfológicas y funcionales, que contribuyen a complementar el desarrollo físico natural durante el crecimiento.
En estas edades donde se estudia la edad biológica, o sea durante la adolescencia, se analizan numerosos rasgos, entre los que aparecen la maduración del esqueleto y el nivel y distribución de la grasa subcutánea, que caracterizan y acompañan el paso de un estadio del desarrollo sexual a otro. La maduración del esqueleto se relaciona fuertemente con el comienzo de los cambios puberales. Por ejemplo, se establece que la aparición de la menarquia fluctúa de los 10 a los 17,5 años, mientras que los límites de la edad del esqueleto en este período se comprenden desde los 12 a los 14,5 años. Todo esto atestigua la relación existente entre los procesos que controlan el desarrollo del esqueleto y la maduración sexual. Cuando la menarquia se presenta en un periodo temprano del desarrollo, el sistema óseo presenta un mayor desarrollo también. En las niñas que presentan tardíamente la menstruación, los estudios radiológicos demuestran, por el contrario, la ausencia de la edad del esqueleto correspondiente a la edad cronológica (Díaz, 1986).
Se cuenta además con gran cantidad de datos que permiten establecer las particularidades en las edades, de las diferentes funciones fisiológicas del organismo. Todo lo antes planteado permite establecer las peculiaridades de las edades y contar con indicadores que, en su conjunto, reflejan la edad biológica del organismo en crecimiento y desarrollo.
En el presente estudio se aborda el tema de la edad biológica desde el punto de vista de su relación con el rendimiento deportivo, teniendo en cuenta la importancia que reviste para la correcta aplicación de la carga física, y el cuidado de la salud del atleta. De esta manera, se le brindará una herramienta útil al entrenador, y de fácil utilización. Además, el método utilizado para determinar la edad biológica permitirá en el futuro estudiar grandes grupos de atletas, con mínimo costo.
La gran cantidad de factores que influyen en el grado de madurez biológica de un individuo incluye los genéticos, de la alimentación, raza, clima, sexo, y el más importante según los autores es el tipo de entrenamiento físico a que es sometido el atleta para contribuir al perfeccionamiento de los planes de preparación de los deportistas escolares, y así elevar el nivel de los resultados deportivos y mantener un óptimo estado de salud. Así mismo, se indica, que en los actuales momentos, cuando las ciencias aplicadas han alcanzado un alto progreso en el ámbito mundial, se han desechado los métodos que identificaban el desarrollo de niños y jóvenes con el simple hecho de tomar la edad cronológica, cosa que arriesga el rendimiento de los jóvenes atletas si sólo se toma en cuenta como elemento básico en la distribución de las cargas de trabajo, por lo que se traza el objetivo de estudiar la edad biológica, cronológica, y su relación sobre la capacidad de rendimiento físico, en pesistas escolares de la EIDE de Pinar del Río.
Todos fueron clasificados en 5 estadios que representan las fases por las que transcurre el desarrollo sexual desde el estadio prepuberal hasta la etapa adulta. Además, se les realizó un protocolo de test de campo consistente en el Test de salto vertical de Lewis y col. que arrojó la diferencia, en cm., entre el alcance máximo y la altura alcanzada con el salto, utilizando una escala graduada en cm, proporcionada por el laboratorio de desarrollo físico del centro de medicina deportiva. Además una carrera de 30 metros volantes a la máxima velocidad posible en una pista de atletismo, y una carrera de 800 metros en la misma pista, para lo cual se utilizó un cronómetro marca Hanhart de origen alemán graduado en minutos, segundos y décimas de segundo.
Los test se realizaron en tres momentos de la preparación dentro del macro ciclo de entrenamiento anual, es decir al inicio del periodo preparatorio general, al inicio del especial y al inicio del competitivo. Los resultados fueron tomados por los entrenadores con ayuda de cronómetros y una cinta métrica. Además, los atletas fueron agrupados por su edad decimal desde 12 hasta 15 años, y a cada grupo se les hallaron medidas de tendencia central como media y desviación estándar, con el objetivo de analizar en cuales casos los resultados de los test en cuanto a tiempos y marcas, estaban por encima de la media del grupo. Todos los datos obtenidos fueron computados para el análisis estadístico correspondiente, utilizando el paquete estadístico SPSS, que nos permitió hallar medidas de tendencia central, así como estudios de correlación múltiple y uno a uno, a través del test de correlación de Pearson, lo cual nos permitía valorar en que medida las variables edad cronológica y biológica estaban relacionadas tanto entre si, como con cada uno de los test realizados, y por consiguiente, cual de las dos era más importante para predecir un resultado deportivo o para pronosticar determinado rendimiento.
Por una parte 12 atletas estaban en el estadio IV de esta clasificación, o sea casi el 50% de la muestra, sin embargo es interesante también el hecho de que en el grupo de atletas de 12 años de edad cronológica, predominó el estadio II, lo cual no se corresponde con los estudios realizados por Alonso (1995) con escolares que practicaban actividades físicas sistemáticas, en los cuales el 80% de los niños de esa edad tenían un estadio III de desarrollo biológico, o sea, aparentemente adelantados biológicamente con relación a su edad cronológica. Por otra parte, en el grupo de 13 años había un atleta en el estadio II y 3 en el estadio IV, pero en el grupo de 15 años observamos que 1 atleta estaba en el estadio II y uno en el III, o sea que, como se puede observar, este estudio expresa la gran variabilidad biológica que existe en grupos de individuos de igual edad cronológica, con niños retrasados, adelantados o en correspondencia con su edad cronológica.
Se presentan los valores de tendencia central de todas las variables estudiadas para el grupo etáreo de 12 años, o sea la edad biológica y los test de campo efectuados por los atletas. Los resultados son los esperados para esa edad. En cuanto a la edad de los caracteres secundarios obtuvimos un promedio de 2,14, es decir el grupo tiene una edad biológica en correspondencia con la edad cronológica. En cuanto a los resultados de los test, podemos decir que se lograron tiempos y marcas bastante buenos, incluso que fueron mejorando de un test a otro, lo cual se repite en todos los grupos de edades. En un estudio realizado por Herrera (2002) en escolares de 12 años que practicaban actividad física sistemática (N: 14), encontró valores para la carrera de 30 metros de 6,86 segundos como promedio, muy inferiores a los tiempos de nuestros atletas, lo cual se puede explicar porque los nuestros son atletas de alto rendimiento con un plan de cargas muy específicos para su deporte, y, aunque tienen gran desarrollo de la potencia anaeróbica propia de este deporte, el énfasis fundamental lo ponen en el gimnasio, y los eventos de pista lo practican menos frecuentemente.
Se presentan las medidas de tendencia central para todos los test de campo aplicado en los grupos etéreos de 13,14 y 15 años de edad decimal, los resultados son similares a los del grupo de 12 años, sin embargo es un hecho digno de significar la edad sexual de 3,57 encontrada en el grupo de 15 años, o sea bien retrasados biológicamente con relación a la edad declarada, lo cual corrobora lo expresado por varios autores consultados en el sentido de que para una misma edad cronológica un individuo puede estar adelantado, retrasado, o en correspondencia con su edad del calendario (Marques, 2002).
El comportamiento de las correlaciones entre la edad decimal con cada uno de los indicadores de rendimiento deportivo es muy similar al comportamiento de la edad biológica con dichos indicadores. De hecho, existe una correlación, que podemos calificar de media, entre las edades expresadas por ambos criterios.
Las correlaciones entre cada tipo de edad y los indicadores de salto son más bien medianas (alrededor de 0,60 con una ligera ventaja para la edad decimal), y cercanas unas de otras. Las correlaciones con los demás indicadores, que son los de carrera, son mucho menores y no se les observa algún patrón claro de tendencia a aumentar o disminuir, en la mayoría de estas correlaciones. Por ejemplo, hay correlaciones que cambian de signo de la primera a la segunda medición y nuevamente de esta última a la tercera, aunque no son significativas.
En algunos casos, las correlaciones entre los tipos de edad o alguna otra prueba se atenúan en el tiempo, o sea, desde la primera hasta la última medición de una prueba, manteniendo una variable al plantear las correlaciones; por ejemplo, salto alto con 30 metros en primera, segunda y tercera medición. Esto tal vez quiere decir que a medida que se realizan mediciones en una misma prueba, sus resultados dependen menos cada vez de otras variables, en particular de los tipos de edad.
En la muestra hubo un predominio de las edades de 12 y 15 años, aunque ligero con relación a los otros grupos etéreos. Por otra parte en los atletas analizados 12 individuos estaban ubicados en el estadio IV de la clasificación de Tanner para los caracteres sexuales secundarios, aunque es menester señalar la gran variabilidad encontrada en el físico humano de estos atletas, pues en el grupo de 15 años hay dos atletas con estadio II, o sea bien retrasados biológicamente.
El comportamiento de las correlaciones entre la edad decimal con cada uno de los indicadores de rendimiento deportivo es muy similar al comportamiento de la edad biológica con dichos indicadores. De hecho, existe una correlación, que podemos calificar de media, entre las edades expresadas por ambos criterios.
Las correlaciones entre cada tipo de edad y los indicadores de salto son más bien medianas (alrededor de 0,60 con una ligera ventaja para la edad decimal), y cercanas unas de otras. Las correlaciones con los demás indicadores, que son los de carrera, son mucho menores y no se les observa algún patrón claro de tendencia a aumentar o disminuir, en la mayoría de estas correlaciones.
En este estudio se demuestra que al clasificar a los pesistas solo se tiene en cuenta la edad cronológica, pues ante una misma edad decimal, los atletas pueden estar en diferentes estadios de madurez biológica, lo que indica trabajar con la edad biológica para que las cargas de entrenamiento se corresponden con las respuestas adaptativas para lograr el rendimiento individual planificado, constituyendo una herramienta importante para individualizar el entrenamiento en edades tempranas.
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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 17 · N° 171 | Buenos Aires,
Agosto de 2012 |