Entrenador personal: aspectos a tener en cuenta y sus beneficios | |||
*Facultad de Ciencias de Actividad Física y el Deporte Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU) **Servicios de Asesoramiento Nutricional y Entrenamiento en Hipoxia Intermitente Centro Médico-Deportivo K2. Vitoria-Gasteiz |
Javier Aguinaga* Aritz Urdampilleta* ** (España) |
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Resumen La figura del entrenador personal aporta beneficios en la condición física de los usuarios que lo demandan como una fuente de ingresos al propio trabajador. En esta revisión se va a tratar de analizar la situación laboral actual para observar una posibilidad más, aspectos a tener en cuenta como el marketing, tipos de clientes, criterios básicos, fases para realizar un entrenamiento y un modelo de tres preguntas muy práctico. Además de todo esto vamos a tener el ejemplo de una investigación para verificar el beneficio físico que aporta el trabajo del entrenador personal. Palabras clave: Entrenador personal. Marketing. Condición física. Clientes. Entrenamiento.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 171, Agosto de 2012. http://www.efdeportes.com |
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Introducción
El orden que se va a seguir para llegar a comprender el área de los entrenamientos personalizados es el análisis de la situación actual de los licenciados en educación física y deporte. El marketing para la consecución de los objetivos propuestos, los tipos de clientes a los que se debe de llegar. Las fases y criterios de un buen entrenamiento personalizado y un modelo de tres preguntas que ayuda a desarrollar los contenidos y objetivos (Chulvi-Medrano, 2007).
Problemática
Antes de nada se debería analizar el mercado de los Licenciados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en el plano laboral. Cómo sólo se ocupan del 20% del trabajo existente en el área, lo que indica que muchos acaban trabajando en otras áreas independientes a materias actividad física (Campos-Martínez et al, 2007).
Mediante este trabajo se intenta ofrecer la posibilidad de valorar los entrenamientos personalizados como una opción interesante y que además por la naturaleza de la licenciatura, es un trabajo que se podía desempeñar con mucha calidad.
Figura 1. Titulaciones de los profesionales que se dedican a la actividad física (Campos-Martínez, 2007)
Marketing
Para realizar una acción de marketing se debe tener en cuenta tres variables: Las motivaciones, las expectativas y la satisfacción del consumidor. La información obtenida de estudios motivacionales es capaz de ejercer la actuación sobre las expectativas y la satisfacción del consumidor. Esto será lo que cree diferencias en la competencia (Luna et al, 1998).
La importancia de las variables perceptibles del proceso de la satisfacción del consumidor hace que se sepa si se trabaja en una buena línea o no (Luna et al, 1998).
Por lo que se debería realizar un sondeo de cuáles son las motivaciones para la práctica deportiva, las expectativas con el desarrollo del mismo, y por último observar muchas encuestas de la satisfacción en la práctica deportiva de los clientes en un determinado lugar (donde se vaya a formar la empresa).
Una vez se desarrollen las campañas y se comience a trabajar también es bueno realizar un seguimiento a los participantes a través de encuestas u otras herramientas para saber el grado de satisfacción de los entrenamientos personalizados, e intentar incidir en futuras campañas en esos objetivos o gustos (García et al, 2011).
Se debe tener en cuenta que en grandes centros privados el tiempo invertido en marketing y venta son superiores por lo que se tiene más posibilidad de encontrar trabajo en esas superficies (García et al, 2011).
Tipos de clientes
1. El que busca estética
Este cliente busca la estética corporal y en su mayoría buscan alcanzar una estética parecida a algún modelo o actor, o son personas que han subido ligeramente de peso y desean mejorar. Un ejemplo común es la mujer que acaba de ser madre que intenta retomar sus medidas antropométricas previas al parto. Las edades más representativas de este tipo de cliente van desde 15 a 45 años aunque no son excluyentes (Chulvi et al, 2008).
Es bueno buscar una mejor imagen corporal ya que cuando se consigue, aumenta la autoestima, mejora la aptitud física y la salud, aún así el entrenador debe vigilar que la búsqueda de este objetivo no degenere en malos hábitos por parte del cliente tales como dietas desbalanceadas, comprar aparatos que prometen reducir peso sin esfuerzo o ingerir sustancias no aconsejadas por un médico o el propio entrenador personal (Chulvi et al, 2008).
2. El que asiste obligado
Este cliente generalmente contrata los servicios por derivación médica y su objetivo es bastante simple: mejorar la salud. Los ejemplos más frecuentes son:
Sobrepeso y obesidad: Es el principal cliente que se va a encontrar y además España comienza liderar la obesidad infantil. Generalmente está atado a la ingesta de alimentos que contienen altas cantidades de calorías que además va acompañado de poca actividad física o el sedentarismo, entre otros factores desencadenantes. Para entrenar con ellos se deberá tener en cuenta tres directrices: duración, intensidad y tipo de ejercicio (Torres, 2010).
Otras situaciones donde los clientes acuden obligatoriamente son por: el stress, lesiones traumatológicas, diabetes tipo II, atrofia muscular, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares (Cuesta, 2008).
La edad más común es más de 35 años, aunque no es excluyente. Para atender debidamente a este tipo de clientes es necesario estar formado y tener conocimiento de diferentes patologías médicas. Si bien el entrenador no realiza ningún diagnóstico, pero será parte del tratamiento interdisciplinario y debe conocer como el ejercicio puede mejorar el problema, por tanto el entrenador debe informar la evolución al médico y se deben realizar interconsultas permanentes (Chulvi et al, 2007).
3. El competitivo
Es un cliente que se esfuerza por naturaleza y pocas veces hay que estimularlo, nunca falta a un entrenamiento sino por el contrario siempre quiere levantar más peso y quiere entrenar más, por lo que es necesario encauzarlo correctamente para que no se impongan metas inalcanzables. Los objetivos de este cliente pueden ser de tipo estético o de rendimiento. Las edades de este tipo de cliente varían bastante, según modalidad deportiva practicada, bien sea de fuerza o actividades físico-deportivas de resistencia (Chulvi et al, 2007).
4. El ex–deportista
El deportista que regresa, luego de ausentarse de la actividad física por un buen tiempo para dedicarse al trabajo o al estudio, y siente la necesidad de retomar su actividad competitiva para mejorar su aptitud física y rendimiento. La edad más común de este tipo de clientes es pasados los 30 años (Chulvi et al, 2007).
Fases que componen un entrenamiento personalizado
En multitud de ocasiones se observa, lee o emplea distintos términos que se utilizan indistintamente en el ámbito deportivo. Se puede diferenciar entre (González Badillo, 1996):
Planificación: Como actividad orientada a estructurar un proceso en el que aparecerán como notas específicas sobre todo aspectos globales: objetivos, técnicas y métodos y procedimientos de control y evaluación del proceso.
Programación: Donde se trata de organizar, de manera concreta y al detalle, todos los elementos y factores que se proponen en la planificación: objetivos, actividades, controles, etc., dándoles un orden, una distribución en el tiempo y una secuenciación de acuerdo con unos criterios derivados de la teoría de entrenamiento (conocimiento procesos adaptativos).
Periodización: son los aspectos más dedicados a secuenciar y temporalizar las actividades.
Evidentemente, dependiendo de las características del centro en el que se desarrolle la labor y del carácter de la matrícula de sus clientes, dicho proceso será normalmente de una mensualidad, pudiendo llegar a ser de 3, 6 o 12 meses en centros muy concretos.
Criterios básicos a la hora de prescribir una planificación
No obstante, autores como García Manso, establece unos criterios básicos que deben de ser observados a la hora de planificar y prescribir un programa de entrenamiento destinado a poblaciones “standars” de salud, pudiéndose establecer una primera propuesta:
No emplearse ejercicios que supongan un mínimo riesgo para la integridad y seguridad de los ejecutantes (García, 1999) para lo cual se deberá tener unos conocimientos amplios sobre las bases anátomo-kinesiológicas y neurofisiológicas del ejercicio.
Valorar la normalidad anatómica y funcional y prescribir ejercicios en base al nivel de partida.
Valorar y eliminar los factores de riesgo (fase preactiva de la planificación y programación del entrenamiento en fitness) tanto cardiovasculares, como en especial de la hipertensión en los trabajos con cargas (la comprensión vascular periférica y el incremento de la tensión intra-abdominal y torácica, desembocan en un aumento de la tensión arterial (TA) (García Manso, 1996)
Incorporar programas de mejora de la flexibilidad y amplitud de movimientos (ADM) (a fin de evitar su regresión).
Priorizar ejercicios destinados a fortalecer grandes grupos musculares, evitando en todo momento el desequilibrio agonistas-antagonistas.
Atender al equilibrio tónico-físico y a su influencia por los factores ambientales (actividad laboral por ejemplo)
Es conveniente realizar un volumen adecuado de trabajo (2-3 veces/semana como mínimo) y con una intensidad mínima que garantice su incidencia sobre el umbral de mejora y desarrollo (ver apartado de planificación y entrenamiento).
Modelo de las tres preguntas para realizar un buen asesoramiento:
1ª pregunta
Objetivo específico: Perder Peso.
2ª pregunta
Objetivo específico prioritario: Adaptación músculo-esquelético.
3ª pregunta
Dentro de estos condicionantes personales, el nivel de capacidad del Sr. López es bajo (VO2 máx de 27 ml/kg/min), es un individuo sin antecedentes sólidos de práctica deportiva y sus objetivos respecto al tenis son algo ilusorios. Por otra parte, parece evidente que con el tiempo del que dispone el individuo necesitemos realizar también intervenciones sobre sus hábitos de utilización del tiempo de ocio y de transporte, pues con tres sesiones de 1 hora a la semana no podremos acumular una dosis de ejercicio suficiente (Esteve-Lanao, 2009).
En la figura incluida a continuación reproducimos esquemáticamente cómo desarrollar estas tres acciones fundamentales en el diseño del programa de ejercicio.
Figura 2. Las tres acciones fundamentales para el diseño de un plan de entrenamiento físico (Esteve-Lanao, 2009)
Metodología
En dicha revisión de la literatura científico-técnica, las bases de datos utilizados para la búsqueda bibliográfica han sido el Google Académico, Pubmed y Revista EFDeportes.com con las siguientes palabras clave: entrenamientos personalizados, Fitness y marketing. A partir de ahí el objetivo será analizar si es rentable y beneficioso el desarrollo de entrenamientos personales. Por otra parte, se ha mirado también la literatura gres, los libros referentes en la materia del “personal training” y se ha seguir la estrategia de bola de nieve, para seguir reclutando más información de los artículos encontrados mediante las palabras clave.
Resultados y discusión
Para verificar que los entrenamientos personalizados tienen un beneficio tanto físico como actitudinal hacia la práctica deportiva, tenemos como ejemplo un estudio donde se analiza cómo se modifican la regularidad y constancia en el entrenamiento con la ayuda de un entrenador personal en perfiles diferentes:
Beneficios del entrenamiento personalizado frente al convencional
De los 129 clientes evaluados, 27 ya estaban en la etapa de mantenimiento (la mayor), y por lo tanto no pudieron pasar a otra etapa (tabla 2). Ninguno de estos clientes retrocedió etapas. De los restantes 102 clientes, se observó un cambio significativo (p<0,01) hacia etapas más avanzadas, al final del programa. Sesenta y un clientes (60%) avanzaron una etapa, 13 clientes (13%) avanzaron dos etapas, 27 clientes permanecieron en la misma etapa (26%) y un cliente (1%) retrocedió una etapa. El grupo que mostró el mayor porcentaje de avance (85%), estaba inicialmente en la segunda etapa (contemplación). Los cambios significativos (p<0,01) en el avance de etapas en relación al incremento en la actividad física fueron consistentes entre los sexos y entre todas las edades.
Además, se llevaron a cabo análisis para determinar se habían diferencias entre los clientes que eran estudiantes universitarios que estaban tomando clases de bienestar y los clientes que eran empleados reclutados del programa para el bienestar de los empleados universitarios, y se halló que hubo un avance significativo en las etapas del STM (p<0,01) sin considerar de donde eran los sujetos. No hubo diferencias en los valores iniciales del STM entre los estudiantes universitarios y los empleados (McClaran, 2003).
Tabla 1. Identificación con un número del perfil de usuario que se trata (McClaran, 2003)
Tabla 2. Relación de etapa en la que se inicia y en la que acaba ( McClaran, 2003).
Un hallazgo significativo de este estudio fue que el 57% de los sujetos mostraron un avance en las etapas del STM. Además, si se hubieran quitado de la muestra a aquellos sujetos que no podían avanzar etapas (porque estaban en la etapa más alta), entonces se hubiera observado que el 73% de los clientes avanzaron etapas luego de las 10 semanas de intervención (McClaran, 2003).
Conclusiones
Las empresas de entrenamientos personalizados puede ser una opción más en el mundo laboral para los Licenciados en Actividad Física y Deporte.
Para emprender una empresa de estas magnitudes es necesario realizar una estrategia de marketing teniendo en cuenta tres conceptos claves, motivación, expectativas y satisfacción del consumidor, siendo esta última la más importante. Para ello, un estudio de mercado previo puede ser imprescindible.
Se debe conocer el perfil de usuario al que se debe de llegar a la hora de planificar el entrenamiento (punto relacionado con el de marketing).
Las fases de un entrenamiento personal y los criterios para desempeñar unas buenas rutinas de entrenamiento son imprescindibles y han de estar asesorados por un profesional cualificado, para que se pueda adaptar bien a las necesidades del paciente-deportista en cuestión.
En el caso de trabajar con pacientes con alguna patología, se debería de trabajar bajo el control de un médico deportivo o cardiólogo, y bajo las limitaciones pautar el ejercicio que necesitaría el paciente pajo los objetivos de la composición corporal y acondicionamiento físico. Para ello, parece ser que es necesario trabajar en grupos interdisciplinares o el mismo licenciado en ciencias de la actividad física y el deporte formarse en las situaciones fisiopatológicas concretas y hacer el trabajo de “personal training” bajo una prueba de esfuerzo máxima-submáxima supervisada anteriormente por un médico deportivo-cardiólogo.
Figura 3. La realización de una prueba de esfuerzo previo a cualquier programa de entrenamiento personalizado ha de ser
necesario para descartar posibles problemas o limitaciones y determinar mejor las zonas de entrenamiento (aeróbico-anaeróbico)
Disponemos de un ejemplo de cómo podíamos plantear el inicio de una rutina para un cliente. Modelo de las tres preguntas.
Para finalizar tenemos el ejemplo de un estudio que muestra cómo los entrenamientos personales crean un cambio actitudinal respecto a la fidelización, constancia y rutina en los entrenamientos, ocasionando lógicamente mejoras físicas (causa-efecto).
Referencias bibliográficas
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Chulvi, I; Heredia, JR; Masia, L. El entrenador personal y la obesidad. Portal deportivo 2008, 7(6): 23-29.
Chulvi, I; Pomar-Puig, R; Heredia-Elvar, JR; Colado, JC. El entrenamiento físico personalizado en la mejora de la salud y el rendimiento deportivo. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires 2007, 112. http://www.efdeportes.com/efd112/el-entrenamiento-fisico-personalizado.htm
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