El desempeño profesional de los docentes: el problema |
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*Profa. de Educación Física graduada en la UPEL de Barquisimeto Directiva del Instituto Regional del Deporte en Acarigua Doctoranda Ciencias de la educación física y el entrenamiento deportivo en la UCCFD “Manuel Fajardo” **Profesora de Educación Física. Lic. en Cultura Física por el ISCF “Manuel Fajardo” Doctora en Ciencias Pedagógicas por la Universidad de Lomonosov Profesora titular de Pedagogía en la UCCFD “Manuel Fajardo” ***Lic. en Filosofía por la Universidad de la Habana Especialista en Historia de la Filosofía. Maestra en Didáctica de la Educación Física Doctora en ciencias de la Cultura Física por el ISCF “Manuel Fajardo” Profesora Titular de Sociología del Deporte. Actualmente coordina el programa curricular de formación doctoral de la UCCFD |
Esp. Odalis Parra Moreno* Dra.C. Magaly Mena Hernández** Dra.C. Bárbara Paz Sánchez Rodríguez*** (Cuba) |
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Resumen Una visión integral de la educación, habría de evaluar también la generación de experiencias pedagógicas alternativas que permiten un conocimiento socialmente relevante. Detrás de cada estrategia de evaluación hay un posicionamiento (modelo educativo) que muchas veces no se explicita, pero que entraña preguntas sustantivas que es necesario formular porque encierran un sustrato ético político que la simple medición no engloba. Toda evaluación docente debería esclarecer sus supuestos teóricos sobre evaluación y el significado de la profesión docente. Esta evaluación es entendida como contrastación del cumplimento de condiciones de idoneidad y responsabilidad mínimas en una persona para conseguir metas de educación y debería ser un camino que abra la puerta a la profesionalización del maestro. De este asunto trata el reporte de la investigación actual. Palabras clave: Desempeño profesional. Docentes. Evaluación.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 171, Agosto de 2012. http://www.efdeportes.com |
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Concertados en la consolidación de una sociedad responsable de su propia formación, con avances educativos, humanísticos, tecnológicos y de salud que consoliden una patria productiva, defensora, propulsora de sus riquezas naturales y del talento humano, en lo laboral, cultural, deportivo, con la implementación de sus conocimientos, valores afectivos, ambientales y morales.
Cada vez resulta más evidente que la calidad educativa pasa por la calidad de la docencia que se imparte. El diseño de políticas gubernamentales y la generación de lineamientos teóricos por parte de comunidades académicas no son suficientes para incrementar los niveles educativos del país. En este contexto, la evaluación como proceso formativo y orientador de la evaluación profesional puede y debe constituirse en un lineamiento indispensable para incrementar las posibilidades de alcanzar la excelencia educativa.
Una visión integral de la educación, habría de evaluar también la generación de experiencias pedagógicas alternativas que permiten un conocimiento socialmente relevante. Detrás de cada estrategia de evaluación hay un posicionamiento (modelo educativo) que muchas veces no se explicita, pero que entraña preguntas sustantivas que es necesario formular porque encierran un sustrato ético político que la simple medición no engloba. Toda evaluación docente debería esclarecer sus supuestos teóricos sobre evaluación y el significado de la profesión docente. Esta evaluación es entendida como contrastación del cumplimento de condiciones de idoneidad y responsabilidad mínimas en una persona para conseguir metas de educación y debería ser un camino que abra la puerta a la profesionalización del maestro.
La evaluación del desempeño docente actualmente necesita de un enfoque distinto con tendencia hacia el fortalecimiento no solo de la labor, sino también que se convierta en el impulsor del desarrollo personal, profesional e institucional.
La tendencia hacia la educación de calidad conduce o hace de la evaluación del desempeño una herramienta de primer orden para deslizarse en el interior de las escuelas,incurrir en ellas y optimarla para beneficio de los estudiantes y por ende el poder cumplir con su encargo social. Asimismo, se le debe ver como espacio profesional por ser una actividad que proporciona información de los haceres y saberes el docente, donde ocurren hechos y acciones que direccionan la formación de humanos. El centro de la controversia y los debates en torno al tema refleja lo siguiente:El enfoque centrado en los resultados de los alumnos produce discusión.
Los vínculos entre formación docente y resultados de aprendizaje de los alumnos, son complejos y hasta contradictorios.
El desempeño docente se integra por una variedad de factores difíciles de evaluar.
Realizar investigaciones que permitan la implementación de propuestas evaluadoras para superar las tradicionales y que sean pertinentes a contextos especificos de trabajo constituye una necesidad impostergable y adquiere una gran importancia para establecer funciones, teorías y ampliar el campo de conocimiento del área en cuestión.
Desempeño profesional
En la historia del desarrollo educativo ha existido la tendencia de explicar o asociar el éxito o fracaso escolar a factores coligados con diferentes elementos como han sido los programas escolares, organización escolar, métodos de enseñanza, los medios, entre otros. Otro supuesto que persistió durante mucho tiempo fue que el peso de las condiciones socioeconómicas y culturales externas actúan sobre el sistema educativo, por lo que las posibilidades de éxito de los escolares son tan fuertes que muy poco podía hacerse al interior de las escuelas para contrarrestarlas.
Desde los años cincuenta hasta los ochenta, la investigación educativa reforzó este supuesto. El resultado más consistente de la investigación educativa en estos años se refería a la capacidad explicativa del contexto socioeconómico y cultural sobre los logros de la gestión escolar.
Según Valdés.(2000)1 “En el último decenio los sistemas educativos latinoamericanos han privilegiado los esfuerzos encaminados al mejoramiento de la calidad de la educación y en este empeño se ha identificado a la variable desempeño profesional del maestro como muy influyente, determinante, para el logro del salto cualitativo de la gestión escolar”. El autor señala la importancia de la evaluación del desempeño como factor determinante en el aseguramiento de la calidad educativa.
Asimismo Schulmeyer (2002)2 plantea “En el último decenio del siglo pasado los sistemas educativos de la región priorizaron los esfuerzos encaminados al mejoramiento de la calidad de la educación y en ese empeño se identificó al ‘desempeño profesional del maestro’ como muy influyente para lograr un salto cualitativo”.
La evaluación del desempeño docente
La sociedad venezolana urgida de cambios sustanciales para llevar a cabo las transformaciones políticas, sociales declaradas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela necesita contar con profesionales competentes y comprometidos con las políticas de estado, las instituciones y encargo social, los cuales deben ser agentes transformadores, competentes a partir del mejoramiento de su práctica profesional, mediante la solución de los problemas que le afectan, lo que permitiría favorecer y mejorar su desempeño haciendo que el enfoque externalista de la educación quede atrás. De ahí que el centro de la atención en las investigaciones en el campo de la educación en los últimos años esté dirigido al estudio de la praxis profesional de los docentes y particularmente a su desempeño.
En el centro de estos estudios sobre el desempeño y su profesionalización se encuentra la epistemología de la práctica profesional. El estudio del desempeño profesional se abordó en sus inicios desde la perspectiva empresarial, concretamente: las funciones del puesto de trabajo, el desarrollo de las capacidades y competencias; posteriormente debido al marcado interés por el estudio de la conducta humana en los profesionales, el estudio de las capacidades cognoscitivas, afectivas y actitudinales, favoreció su análisis desde la perspectiva psicológica y ya más recientemente desde la figura pedagógica específicamente en lo referido a la calidad de la educación, relación de la práctica profesional, puesto de trabajo, formación profesional y la práctica profesional educativa; entre otros.
Importantes aportes en estos estudios se le reconoce a la sociología de la educación particularmente al eminente sociólogo Tardif (2004)3 “el cual busca dar respuestas u orientaciones sobre lo que ha sido la enseñanza, en sus distintos momentos y a los saberes que sirven de base a los docentes en su labor”. El autor presenta una revisión sobre los proceso tanto el formativo de los docentes y el de enseñanza.
Antes de abordar el tema de la evaluación del desempeño resulta oportuno detenerse en la comprensión del término desempeño profesional. Interesante resulta la definición presentada por Añorga4 quien señala “la capacidad de un individuo para efectuar acciones, deberes y obligaciones propias que exige un puesto de trabajo, se expresa en su comportamiento real con relación a otras tareas a cumplir durante el ejercicio de su profesión; designa lo que el profesional en realidad hace y no sólo lo que sabe hacer” la autora en su análisis no expresa un aspecto relevante como resulta el compromiso, la motivación del docente en la realización de las tareas y lo que él es como persona.
Para autores como Alarcón y Montenegro (2003)5 “El desempeño docente está asociado a la formación profesional, condiciones de salud y al grado de motivación”, aspectos que integran en el docente el conocimiento que asegura la base para la implementación estratégica del proceso de enseñanza, un mayor rendimiento producto de la salud plena, de la calidad de vida y la dedicación en la labor.
En la VII reunión ordinaria de la Asamblea General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura O.E.I. (1994) fue motivo central de análisis6 la evaluación del trabajo docente en un sistema de calidad llegando a las siguientes conclusiones:
Se debe definir el trabajo docente como una dimensión de la calidad educativa lo cual debe a su vez debe ser operacionalizada en un conjunto de indicadores.
Los resultados de la evaluación del trabajo docente constituye un insumo fundamental para la definición de estrategias y programas encaminados a la actualización y superación docente.
Es pertinente definir con precisión el uso de la información resultante de la evaluación docente.
También se señalaron las principales dificultades técnicas y políticas de la evaluación del trabajo docente, siendo éstas:
Un escaso desarrollo de una “cultura de la evaluación”. El desempeño docente está constituido por diversas variables y las estrategias más eficaces para su medición y evaluación tiene un costo económico alto al consumir mucho tiempo.
Los tipos de instrumentos factibles de ser aplicados masivamente para explorar el desempeño docente solo alcanzan una visión parcial ya que no es posible a través de ellos observar y evaluar los distintos aspectos e indicadores del desempeño profesional cotidiano. Derivar decisiones políticas y administrativas a partir de una visión parcial del desempeño docente es altamente riesgoso.
No existe una tradición de rendimiento de cuentas por parte de los docentes.
Es manifiesta una actitud proteccionista por parte de las asociaciones gremiales.
Se manifiesta rechazo a la evaluación docentes por parte de las organizaciones sindicales por miedo a perder la “estabilidad” alcanzada gracias a la gestión de las mismas.
Existe una tendencia de las organizaciones sindicales a la homogenización de las remuneraciones económicas de los asociados gremiales.
Hay una vinculación de la evaluación del desempeño docente con el factor de salario o incentivo económico. Esta vinculación propicia sesgos teóricos y metodológicos en el diseño y operación. Además potencia conflictos entre docentes de las escuelas. Si el incentivo económico es de carácter permanente el incremento de la calidad del desempeño se diluye en el tiempo.
Se presenta una movilidad de docentes en los centros escolares.- La ubicación del docente como funcionario público limita el impacto de la evaluación de su desempeño profesional.
En dicha reunión se llegó al establecimiento de las principales variables e indicadores a considerar en la evaluación del trabajo docente:
Formación académica.
Actitud hacia la docencia.
Habilidades y destrezas comunicativas.
Expectativas hacia estudiantes.
Logros de estudiantes.
Las oportunidades de aprendizaje que ofrece a sus estudiantes.
Dominio de conocimientos a niveles de síntesis y evaluación.
Manejo de estrategias pedagógicas (planeación, enseñanza y evaluación).
La evaluación a los docentes y el desarrollo de la carrera profesional son considerados temas que tienen incidencia en el desempeño. En efecto, son varios los países que han avanzado en la instalación de sistemas de evaluación, más allá de los tradicionales mecanismos instrumentados por la supervisión o la inspección escolar. Pero todavía la discusión sobre estos campos está cargada de tensión. Por un lado, están las diversas perspectivas teóricas que subyacen en cada propuesta y por otro lado, los procesos de implementación que casi siempre están cubiertos por el velo del control y la sanción. A cada país le corresponde transitar su propio camino, construir sus propuestas y compromisos. Sin embargo, hoy más que nunca, se tiene la enorme oportunidad de aprovechar la información, la experiencia y el conocimiento universal para tomar las mejores decisiones.
Por ello, el estudio7 “Evaluación del desempeño y Carrera Profesional Docente: Un estudio comparado entre 50 países de América y Europa” publicado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe, refiere que es en estos momentos uno de los esfuerzos más completos por ofrecer información oficial sobre la manera cómo los sistemas educacionales de América y Europa abordan la evaluación del desempeño y del desarrollo de la carrera profesional de los docentes. Una contribución que es parte del conjunto de estrategias que se desarrolla para ampliar la mirada sobre la profesión docente y de múltiples dimensiones y para incidir en la formulación de políticas integrales y el desarrollo docente.
Uno de los factores clave para conseguir una educación óptima es contar con docentes de calidad. Desde esa perspectiva, una de las prioridades de los sistemas educativos ha de enfocarse en mantener e incrementar la eficacia y eficiencia. De esta forma, resulta fundamental atender constantemente los sistemas de formación inicial, permanente para los maestros y profesores. Pero no sólo eso, también es necesario lograr que la profesión docente sea una actividad atractiva para las jóvenes generaciones, para así poder contar con los mejores candidatos; conseguir que los docentes mantengan una alta motivación a lo largo de toda su carrera profesional, que los buenos profesores permanezcan en ella hasta su jubilación y consideren la mejora constante de su desempeño como una condición para el ejercicio de la profesión. Por este motivo, es necesario apoyarlos, valorar y reconocer su trabajo; establecer un sistema que reconozca el esfuerzo y buen desempeño, los impulse a progresar en los años que estén en la docencia. Además de generar un sistema que contribuya a fortalecer su protagonismo y corresponsabilidad en los cambios educativos.
Convencidos de la importancia de estos factores, algunos de los métodos educativos de América Latina han desarrollado avances en sus sistemas de carrera docente, así como en los diferentes procedimientos para una evaluación de los profesores que ayude a su carrera profesional. Sin embargo esos sistemas y mecanismos, aún no están asentados, tienen múltiples retos y temas abiertos sobre los que es necesario un meditado análisis y reflexión.
La estrategia de analizar las respuestas que los diferentes sistemas educativos han dado a estos asuntos, resulta extremadamente útil. No en vano, a pesar de las lógicas distancias, los retos y desafíos con que tienen que enfrentarse los diferentes sistemas educativos son bastantes parecidos y las respuestas dadas ante los mismos, por distintos países, suponen una excelente fuente de información para la toma de decisiones. De esta forma, los estudios comparados se convierten en un mecanismo imprescindible para ayudar a políticos y administradores a contar con la máxima información para el diseño e implementación de las políticas.
Como resultado el estudio concluye que son dos los grandes factores que ayudan a entender las diferentes decisiones tomadas en cada sistema educativo respecto a la carrera docente y al sistema de evaluación del desempeño: de un lado la tradición educativa del país y, por otro, las necesidades educativas prioritarias del mismo.
Efectivamente, la tradición educativa marca de forma importante las distintas decisiones tomadas. Así, los sistemas educativos de tradición anglosajona, de los países nórdicos, países de Europa central, del este y de los países de tradición latina (Europa del Sur y América Latina) configuran formas coherentes de entender la educación y su organización e influyen fuertemente en cada una de las soluciones adoptadas. No en vano, los elementos que configuran los sistemas de la carrera docente y de evaluación del desempeño, están fuertemente entrelazados entre sí, al igual que lo están con otros factores del sistema educativo y con decisiones relativas a la organización de la función pública.
De esta manera, no es extraño encontrarse como, por ejemplo, en Finlandia, que amparado en la gran autonomía escolar que tradicionalmente ha definido el sistema educativo, todas las decisiones son tomadas en el interior del centro: la selección de docentes, la promoción o la propia evaluación, que es entendida más como un proceso de auto reflexión del educador dentro de la escuela donde labora. Frente a lo acontecido en Francia, país paradigmático en el planteamiento más centralista, se maneja el criterio de la equidad en todas las escuelas, lo que hace que aspectos como la selección, promoción o evaluación, sean determinados por las autoridades educativas. La organización de los docentes como servidores públicos, es análoga a la de otros funcionarios.
Pero, por otra parte, también se observan diferentes planteamientos adoptados en función de la prioridad educativa actual. Así, en los países de Europa Occidental, la prioridad en la política hacia los docentes es atraer a los mejores candidatos para que ejerzan y mantenerlos en su puesto de trabajo, motivados a lo largo de toda su vida profesional. En América Latina y países del este de Europa, la prioridad es elevar la calidad de la docencia.
Con ello, en América Latina y en muchos países del Este de Europa hay una fuerte incidencia en establecer escalafones docentes y sistemas de evaluación externa que animen a los educadores a desarrollar mejor su trabajo y a ser recompensados por ello. En los países de Europa occidental, por el contrario, la evaluación se entiende más como un proceso de reflexión personal para el desarrollo profesional, y los sistemas de promoción, como una manera de mantener motivados a los docentes.
En otro orden de ideas, resulta interesante la conclusión a la cual arriban los investigadores al establecer algunas propuestas a modo de ideas para el debate: En primer lugar, es necesario crear una imagen constructiva de la evaluación, difundiendo el planteamiento de que ella está a favor del profesor y de su actuación profesional. Ello implica pasar de un enfoque burocrático a otro más profesional. La puesta en marcha de un sistema de evaluación del desempeño docente debería siempre estar precedida de un profundo debate y sólo ser implementado cuando haya una general aceptación por parte de la comunidad educativa, fundamentalmente de los docentes. Sin duda alguna, los sistemas de evaluación impuestos no logran alcanzar el objetivo de mejorar la calidad de la enseñanza.
Un elemento crítico a tener en consideración es el de la calidad del sistema de evaluación. Calidad que no sólo incluye la adecuación de características técnicas tales como validez o confiabilidad, sino también las de credibilidad y utilidad, así como las de transparencia y equidad. Para que una propuesta de evaluación sea de calidad ha de tener explicitado el modelo de docente ideal que defiende. También parece necesario relacionar la evaluación del docente con la del centro en su conjunto. El docente desarrolla su tarea en una organización, no es posible evaluar al profesorado sin tener en cuenta los valores del centro, su cultura, su contexto, etc.
Otro elemento clave es la implicación del docente. Se evalúa el desempeño con el profesor, no contra él. Así, es necesario incorporar procedimientos de autoevaluación y permitirle estar implicado en el proceso y sus resultados. Pero, por encima de todo, el gran reto de los sistemas de evaluación del desempeño es cómo hacer que la evaluación se convierta en mejora. Es, relativamente fácil evaluar, poner una puntuación o incluso detectar las dificultades y aspectos a ser mejorados; sin embargo, es mucho más difícil que se produzca un cambio real en el docente, que genere nuevas acciones y actitudes en su desempeño. Es más difícil utilizar los resultados con fines de desarrollo profesional, acompañamiento y asistencia técnica a las escuelas, ya que eso ocasionaría cambios en las políticas del ejercicio docente, incrementaría la necesidad de personal capacitado para poder asistir y acompañar a todos los centros educativos y obliga al aumento progresivo del presupuesto para la cancelación de los sueldos debido a los ajustes económicos por los incrementos salariales de acuerdo a la clasificación por el nivel profesional alcanzado.
Diversos son los criterios y definiciones en relación a la evaluación del desempeño. La revisión bibliográfica efectuada refleja la total coincidencia de los autores con respecto a la importancia y necesidad de evaluar el desempeño de los profesionales, particularmente los docentes. Algunos de éstos consideran la evaluación del desempeño como un recurso para la toma de decisiones administrativas tales como: ingreso, nombramiento, ascensos, remoción. Este último como comprensión instrumentalista. La mayoría de los autores la relacionan con vías de superación dirigidas al perfeccionamiento y desarrollo profesional; para otros, resulta un medio de estimulación de la labor docente.
Resumiendo la evaluación del desempeño es una herramienta estratégica que permite la valoración y sistematización objetiva de la actuación docente en concordancia a la labor asignada, direccionada a la superación a la excelencia laboral y al logro institucional.
Referencias
Valdés V. H. (2000). La Evaluación del Desempeño Profesional del Docente. Ponencia presentada en el Encuentro Iberoamericano sobre evaluación del desempeño docente. OEI. Ciudad de México, 23 al 25 de mayo.
Schulmeyer A. (2002). Conferencia Regional “El desempeño de los maestros en América Latina y el Caribe: Nuevas prioridades”, Brasilia. Trabajo presentado a la Conferencia Regional.
Tardif, M. (2004). Los saberes del docente y desarrollo profesional. Ed. Narcea. Madrid, p. 18.
Añorga, J. Citada por Graciela Campos Puerta (2006) Profesionalización y desempeño profesional de los profesores de educación física en el programa carrera magisterial en México DF.
Alarcón y Montenegro (2003) Evaluación del desempeño docente. Fundamentos, modelos e instrumentos. p. 19.
Revista Iberoamericana de Educación (1994) Género y Educación. VII Reunión Ordinaria de la Asamblea General de la OEI. Informe Final. Nº 6.
Murillo J. González V. y Rizo H. (2006). Estudio Comparado entre 50 países de América y Europa. pp. 126 a 396.
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