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La elaboración de aprendizajes/indicadores de evaluación desde 

un enfoque competencial. El caso del área de Educación 

Física: desarrollar el proceso de lateralización

 

Maestro de Educación Física

Preparador de oposiciones

(España)

David Zamorano García

davidzamoranogarcia@gmail.com

 

 

 

 

Resumen

          Desde estas páginas se pretende realizar una valiosa aportación en torno a aquellos elementos curriculares, que desde un enfoque competencial actual, deben erigirse como verdaderos protagonistas del diseño curricular, los aprendizajes/indicadores de evaluación. En este caso, el trabajo se centra en aquel que se refiere al desarrollo del proceso de lateralización, pretendiendo ser una propuesta práctica y utilizable por los docentes del área de Educación Física, quienes pueden encontrar aquí un punto de partida desde el cual desarrollar su propio trabajo, adaptándolo a las características contextuales del mismo.

          Palabras clave: Evaluación. Competencias. Educación Física. Lateralización.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 171, Agosto de 2012. http://www.efdeportes.com

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1.     Introducción

    Ya han pasado algunos años desde que las competencias básicas aparecieran en escena en el panorama educativo español. Sin embargo, el enfoque competencial irrumpe cada vez con más fuerza (Coll, 2007; Lorente, 2008), asentándose en el quehacer diario de los docentes de las distintas áreas, asignaturas, ámbitos, ciclos, etapas…

    En este sentido, y desde estas páginas, se pretende, desde lo establecido por Zamorano (2011) aportar claridad acerca de aquello que podría ser considerado como determinante a la hora de enseñar y también de aprender desde el área de Educación Física.

    Dada la amplitud de este hecho, a continuación, se opta por acotar el diseño curricular que determina el aprendizaje/indicador de evaluación, “desarrollar el proceso de lateralización”. Para ello se realizará el análisis de los elementos curriculares que lo determinan, tomando para ello, como punto de partida el Decreto 68/2007, de 29-05-2007, por el que se establece y ordena el currículo de la Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de Castilla – La Mancha (en adelante Decreto 68/2007).

    Por supuesto, no es la finalidad última de este trabajo, sentar unas bases rígidas, inflexibles o inamovibles respecto al tratamiento curricular vinculado al ámbito competencial; ni relacionarlo de forma estricta con una etapa determinada o un currículo establecido por una normativa concreta. Simplemente, pretende plantearse un punto de partida respecto al cual, cada profesional que opte por seguir la línea planteada, pueda realizar una adaptación tanto a su etapa, como al currículo propio del lugar en que desarrolle su labor, etapa, área, características del contexto y del alumnado y de las suyas propias como docente.

2.     La línea de trabajo elegida

    La línea de trabajo elegida para la elaboración de este “nuevo” elemento curricular, determinado por los tradicionales elementos determinados a nivel legal por las diferentes disposiciones vigentes, aboga por dar un giro respecto al enfoque programático tradicional, que en los términos establecidos por Arreaza (2011), pasa por:

    En definitiva, podemos hablar de poner el énfasis en el desarrollo de un modelo de programación que partiendo de las competencias básicas, permita establecer estrategias de programación claras, sencillas, ágiles y que impliquen menor coste para el profesorado, a la vez que clarifique lo que se pretende conseguir con el alumnado y a través de qué medios, siendo éste consciente de aquello que debe alcanzar.

3.     Consideraciones previas

    Continuando con lo establecido por Zamorano (2011) en “La elaboración de aprendizajes/indicadores de evaluación desde el área de Educación Física. Programando desde un enfoque competencial”, de cara a la elaboración del elemento curricular que nos ocupa, de forma general, y de manera particular respecto al desarrollo del proceso de lateralización, se hace necesario tener en cuenta las siguientes consideraciones:

4.     Un ejemplo de aprendizaje/indicador de evaluación. Desarrollar el proceso de lateralización

    A continuación, y partiendo del ya nombrado Decreto 68/2007, así como del Documento de apoyo. Programación, desarrollo y evaluación de las competencias básicas, de la Oficina de Evaluación de Castilla – La Mancha (en adelante, Documento de apoyo) puede observarse con claridad el origen del aprendizaje/indicador de evaluación “Desarrollar el proceso de lateralización”, analizando los elementos curriculares que lo determinan a lo largo de los tres ciclos de la Educación Primaria.

    Por supuesto, hay que tomar muy en consideración a quien realiza el diseño curricular, las características del alumnado protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje y del contexto en el que se va a desarrollar la acción docente, así como la legislación ya nombrada, de la siguiente manera:

    Objetivos del área de Educación Física:

    Objetivos de etapa de Educación Primaria:

    Contenidos. Primer ciclo:

    Contenidos. Segundo ciclo:

    Contenidos. Tercer ciclo:

    Criterios de evaluación. Primer ciclo:

1.     Reconocer las partes del propio cuerpo y del de los demás y las nociones espacio temporales.

    Este criterio valora, la competencia alcanzada por el alumno o la alumna para señalar en si mismo, en otro y en una imagen, las partes que se le nombran y para nombrar las partes del cuerpo que se le señalan. Se valora, también, la capacidad para movilizar las partes nombradas.

    También se valora igualmente su competencia para señalar la izquierda y la derecha en sí mismo y en otros, y para situarse en el espacio y el tiempo en relación con las relaciones topológicas básicas: delante/ detrás; dentro/ fuera; arriba/ abajo; antes/ después, etc. (objetivo 1).

    Criterios de evaluación. Segundo ciclo:

1.     Tomar conciencia de la movilidad de los ejes corporales en diferentes posiciones y de los diferentes segmentos y consolidar las nociones espaciales y temporales.

    Este criterio valora, la competencia del alumnado a la hora de identificar el eje corporal izquierda/ derecha en sí mismo, en otros y en relación con los objetos y el nivel de automatización alcanzado a la hora de utilizar el espacio en respuesta a órdenes simples y complejas y a itinerarios. Se tratará de comprobar la capacidad que tienen de utilizarlos en las los giros corporales en las actividades cotidianas. Los giros sobre el eje longitudinal podrán estar asociados con desplazamientos y saltos, cambios de dirección y sentido (objetivo 1).

    Criterios de evaluación. Tercer ciclo:

1.     Mostrar conductas activas para incrementar globalmente la condición física, ajustando su actuación al conocimiento de las propias posibilidades y limitaciones corporales y de movimiento.

    Este criterio valora la competencia del alumnado para aceptarse tal cual es. Se valora también, la capacidad para reconocer y describir la intervención, necesariamente interrelacionada, de todos los sistemas del cuerpo humano (nervioso, respiratorio, locomotor, digestivo, circulatorio) y la incidencia global que tiene la actividad física en ellos; para percibir los cambios que se producen en el transcurso de una actividad motriz, y adaptar así, sus movimientos, al espacio, la duración, cambios en el entorno… Se valora no sólo el ajuste, si no, también la capacidad para dosificar el esfuerzo, de mantener el tono, la respiración, la relajación y la contracción para utilizar de forma coordinada y eficaz el cuerpo y sus segmentos adoptando la postura correcta y equilibrada tanto en reposo como en movimiento (objetivo 1).

    Competencias básicas:

    Al margen del diseño curricular, la importancia del proceso de lateralización puede justificarse por la importancia que presenta en relación con el desarrollo del ser humano, puesto que tiende a ponernos en relación con el ambiente (García Ramírez, E.B., 2007) además de que los trastornos en la lateralización son origen de dificultades de aprendizaje “que pueden estar causadas por una lateralización del cerebro atípica o reducida. Esta premisa se basa en la suposición de que, puesto que el lenguaje está lateralizado en el hemisferio izquierdo en la mayoría de los sujetos, esta lateralización es ventajosa, y su ausencia puede interferir en la capacidad de aprendizaje y habilidad para el lenguaje. En el caso de que no se produzca una lateralización normal se produciría una menor asimetría cerebral que impediría un aprendizaje normal. Esta teoría tiene muchos defensores y detractores” (Paricio, R; Sánchez Noguera, M; Sánchez Peña, R. y Torices, E., 2003).

    Así, a modo de resumen se puede decir que fruto del conocimiento del área y de la normativa correspondiente por parte del docente, se extrae como uno de los aprendizajes fundamentales, el desarrollo del proceso de lateralización, considerando todo lo que pueden aportar los distintos elementos curriculares al mismo. Así, puede observarse como por ejemplo al considerar los contenidos del primer ciclo, encontramos una referencia específica a la afirmación de la lateralidad que no se apreciaba ni en los objetivos del área ni de la etapa. Además, en los contenidos relativos al segundo ciclo, existe una referencia tanto a la organización espacio-temporal, en la que la lateralidad influye si consideramos las nociones topológicas básicas de derecha e izquierda, así como una evolución respecto a lo tratado en el ciclo anterior, ya que se hace mención a la consolidación de la lateralidad y su proyección en el espacio. Esta evolución se completa con la estructuración espacio-temporal y la ejecución de movimientos de cierta dificultad a través de los segmentos no dominantes en el tercer ciclo.

    De acuerdo a los criterios de evaluación, se puede ver como la aportación para el primer ciclo es altamente clarificadora, puesto que hace referencia específica al hecho de señalar la derecha y la izquierda tanto en uno mismo como en otros y la situación en el espacio en función de las nociones topológicas básicas. Si hablamos del segundo ciclo, se menciona la relación con los objetos e itinerarios, además de con uno mismo y los otros. En tercer ciclo, se habla respecto a la utilización eficaz de los segmentos.

5.     Criterios de evaluación y niveles de logro del aprendizaje – indicador de evaluación

    Una vez que se ha visto de dónde surge un aprendizaje/indicador de evaluación, pasamos a hacer el desarrollo correspondiente desde el punto de vista de la evaluación.

5.1.     Criterios de evaluación asociados a los indicadores de evaluación

    Tomando en consideración todo lo relativo a la legislación vigente que determina el currículo del área, y para el aprendizaje/indicador de evaluación que nos ocupa, el desarrollo del proceso de lateralización, estableceremos los distintos criterios de evaluación que permitirán valorar el grado de desarrollo del aprendizaje por parte del alumnado y que establecerá el grado de exigencia en función de las características del alumnado, difiriendo, en función del ciclo en el que éste se encuentre. En este sentido hay que recordar que la graduación se encuentra de manera fundamental tanto en los contenidos como en los criterios de evaluación. Así, puede hacerse la siguiente referencia:

    Criterios de evaluación del indicador para el primer ciclo:

  • Distinguir entre derecha e izquierda en sí mismo y otros.

    Criterios de evaluación del indicador para el segundo ciclo:

  • Distinguir entre derecha e izquierda en sí mismo, otros y respecto a objetos en el espacio.

    Criterios de evaluación del indicador para el tercer ciclo:

  • Realizar ejecuciones motrices complejas a partir de los segmentos corporales no dominantes.

5.2.     Niveles de logro

    Por último, y para completar el proceso, se ha de desarrollar un continuo de logro para cada indicador de evaluación tomando en consideración los criterios establecidos anteriormente, y que irá desde la ausencia de respuesta hasta el resultado considerado como óptimo, seleccionando además lo que consideraremos como nivel mínimo de suficiencia que servirá para considerar como positiva la evaluación del alumnado.

    Los niveles de logro establecidos para este indicador en el primer ciclo, teniendo en cuenta los criterios de evaluación, serán los siguientes:

  • Sobresaliente: se considerará sobresaliente al alumnado competente para distinguir de forma asidua la derecha y la izquierda en sí mismos y otros.

  • Notable: se considerará notable al alumnado competente para distinguir de forma asidua la derecha y la izquierda en sí mismos, distinguiéndolas también en ocasiones en otros.

  • Bien: se considerará bien al alumnado competente para distinguir de forma asidua la derecha y la izquierda en sí mismos.

  • Suficiente: se considerará suficiente al alumnado competente para distinguir en ocasiones la derecha y la izquierda en sí mismos.

  • Insuficiente: se considerará insuficiente al alumnado que no sea competente para distinguir en ocasiones la derecha y la izquierda en sí mismos.

    Los niveles de logro establecidos para este indicador en el segundo ciclo, teniendo en cuenta los criterios de evaluación, serán los siguientes:

  • Sobresaliente: se considerará sobresaliente al alumnado competente para distinguir de forma definitiva la derecha y la izquierda en sí mismos y otros, así como respecto a objetos situados en el espacio.

  • Notable: se considerará notable al alumnado competente para distinguir de forma definitiva la derecha y la izquierda en sí mismos, distinguiéndolas también de forma asidua en otros, así como respecto a objetos situados en el espacio.

  • Bien: se considerará bien al alumnado competente para distinguir de forma definitiva la derecha y la izquierda en sí mismos y de forma asidua en otros.

  • Suficiente: se considerará suficiente al alumnado competente para distinguir de forma definitiva la derecha y la izquierda en sí mismos.

  • Insuficiente: se considerará insuficiente al alumnado que no sea competente para distinguir de forma definitiva la derecha y la izquierda en sí mismos.

    Los niveles de logro establecidos para este indicador en el tercer ciclo, teniendo en cuenta los criterios de evaluación, serán los siguientes:

  • Sobresaliente: se considerará sobresaliente al alumnado competente para ejecutar cualquier tarea motriz a partir de los segmentos corporales no dominantes.

  • Notable: se considerará notable al alumnado competente para ejecutar cualquier tarea motriz a partir del brazo-pierna no dominante y algunas tareas con la pierna-pie no dominante.

  • Bien: se considerará bien al alumnado competente para ejecutar algunas tareas motrices propuestas utilizando el brazo-mano no dominante y la pierna-pie no dominante.

  • Suficiente: se considerará suficiente al alumnado competente para ejecutar algunas tareas motrices propuestas utilizando el brazo-mano no dominante.

  • Insuficiente: se considerará insuficiente al alumnado que no sea competente para utilizar el brazo-mano no dominante para ejecutar algunas tareas motrices propuestas.

6.     Conclusión

    Para concluir y con la intención de resumir y ensalzar las aportaciones de este forma de programar, se debe decir que una vez que se ha realizado el trabajo y que hemos obtenido el número de criterios de evaluación, así como los niveles de logro para cada aprendizaje/indicador de evaluación en los términos establecidos con anterioridad, y en relación con un nivel de diseño curricular posterior (unidades de trabajo), evitaremos la tediosa labor “tradicional” de concretar los elementos prescriptivos hasta la saciedad, incurriendo en la elaboración de un sinfín de elementos confusos (objetivos, contenidos y criterios de evaluación para la unidad de trabajo), por la selección de aquellos aprendizajes/indicadores de evaluación considerados para la unidad en cuestión.

    Terminada nuestra labor, nos encontraremos con una serie de elementos curriculares, que de una manera eficaz, clara, concisa y aplicable, permitirán conocer todo aquello que se pretende desarrollar con el alumnado, lo que quiero evaluar, así como el criterio claro que permitirá establecer en un nivel descriptivo y cualitativo el grado de desarrollo por parte del verdadero protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje, el alumno.

Bibliografía

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