Complicaciones para entrenar a un equipo de Liga Nacional de Voleibol Masculino en la República Argentina |
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Preparador Físico de La Unión de Formosa (Argentina) |
Prof. Andrés Esper |
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Resumen El presente artículo describe las complicaciones de un preparador físico para llevar a cabo su trabajo en un equipo de la Liga Nacional de Voleibol Masculino en Argentina. Palabras clave: Entrenamiento. Voleibol. Competencia.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 171, Agosto de 2012. http://www.efdeportes.com |
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Introducción
La Liga Argentina de Clubes de Voleibol Masculino (L.A.C.) es una de los campeonatos más importantes de este país. Por cantidad de competencias y sedes donde se disputa, presupuesto de los equipos, televisación, prensa en general, y trayectoria de los jugadores este torneo podría ser considerado probablemente como uno de los cinco más importantes a nivel nacional. Pienso que en este grupo de elite se incluyen el fútbol, básquet, automovilismo, voleibol y rugby.
Entrenar a un equipo de esta Liga implica afrontar una serie de complicaciones, algunas de las cuales podríamos considerar que se conocen a priori y que suelen ser comunes a la mayoría de los equipos.
En este artículo abordaré las principales complicaciones que considero se presentan al entrenar a un equipo de la L.A.C. y, teniendo en cuenta que me he desempeñado como preparador físico (P.F.) de uno de ellos, La Unión de Formosa, durante dos Ligas Nacionales (2010-2011 y 2011-2012) haré hincapié en las mismas desde la experiencia que vivimos en este equipo.
La Unión de Formosa
1. Integrantes del cuerpo técnico que no se conocen entre sí
Los cuerpos técnicos suelen estar compuestos por los siguientes miembros:
Entrenador en jefe.
Entrenador asistente.
Preparador físico (P.F.).
Estadista.
Médico.
Kinesiólogo.
Además el staff incluye a:
Manager.
Director de competencia.
Utilero.
La composición de los cuerpos técnicos suele darse por personas que no se conocen entre sí en todos los casos. Puede ocurrir que alguno de los miembros conozca a otro, que alguno conozca a ninguno, o que alguno conozca a todos. Hay que resaltar además que “conocer” no implica haber trabajado con dicha persona.
Este desconocimiento puede darse entre el preparador físico y el kinesiólogo, o entre el estadista y el médico, por ejemplo y verse como un problema menor. Pero también puede ocurrir que el técnico literalmente no conozca de antemano a su asistente o al estadista, o que no haya trabajado con ellos.
Teniendo en cuenta que el comienzo de la pre-temporada suele darse uno a dos meses antes del inicio de la competencia, este desconocimiento lleva a rápidos y continuos ajustes en la gestión. Podríamos considerar que aquellos cuerpos técnicos que llevan al menos una Liga trabajando juntos cuentan con una ventaja con respecto a los que recién se han formado.
En nuestro equipo, en la primera Liga el técnico conocía a todos. El asistente, el preparador físico, el kinesiólogo y el médico no habían trabajado nunca juntos. Es importante mencionar que para el técnico esa Liga 2010-2011 fue su primera experiencia como entrenador en jefe, para el asistente fue la primera experiencia como tal, y para el preparador físico la primera oportunidad en un equipo de vóley masculino de categoría A1. Quisiera resaltar que el cargo de preparador físico estaba compuesto por dos integrantes que se alternaban la permanencia en la ciudad de Formosa (nunca estaban físicamente los dos juntos con el equipo, salvo en algunas excepciones), estando uno como P.F. principal y el otro como segundo P.F. Esta particularidad, llevaba a que hubiese que ser más meticuloso aún con la planificación y que los dos P.F. trabajasen y pensasen de la misma forma para que no se notasen diferencias en el entrenamiento dependiendo de si estaba uno u o el otro.
La forma que utilizamos para ser un cuerpo técnico coordinado en el que todos trabajásemos no sólo con un mismo objetivo, sino también transitando el mismo camino para llegar a destino fue reunirnos semanalmente para planificar de manera minuciosa cada aspecto, fijando claramente los roles de cada uno, y analizando cómo resolver los problemas de gestión o de otro tipo que se planteaban. Considero que la planificación minuciosa de todo (entrenamientos, viajes, partidos, rehabilitaciones, etc.) fue el aspecto más importante para tener éxito en la gestión.
En la siguiente L.A.C. 2011-2012, el conocimiento entre los integrantes del cuerpo técnico y con los jugadores era mayor, pero no completo, ya que se agregó un estadista, y se cambiaron el médico, el kinesiólogo y tres jugadores. La experiencia de un año de trabajo juntos entre la mayoría de los integrantes del equipo significó poder entrenar mejor y más rápido que en la temporada anterior. Nuevamente la forma elegida para poder tener una buena gestión incluyó reuniones periódicas entre todos los miembros y con los jugadores, y una detallada planificación de todos los aspectos.
2. Jugadores que han entrenado con diferentes preparadores físicos los cuales utilizan diferentes métodos de entrenamientos
Este punto considero que es crucial y que va en contra de los jugadores. Para el logro de óptimos resultados deportivos en los deportes donde la performance física es fundamental, es decir, los deportes de tiempo y marca, usualmente el atleta no cambia regularmente de entrenador y éste planifica a varios años. Esta periodización plurianual de las cargas permite alcanzar los mejores resultados posibles. Sin embargo, tanto en el voleibol como en la mayoría de los deportes de equipos profesionales, esto no es posible. Los jugadores de voleibol profesionales suelen mudar de equipo en equipo no sólo dentro del mismo país, sino también del extranjero.
Una consecuencia de este cambio continuo de equipo puede significar lo siguiente. Un año el jugador participa en una liga donde el refuerzo extranjero es fundamental y ataca el 80% de las pelotas, no hay posibilidades de entrenar fuerte, sólo cuidarse de las lesiones. Al otro año, el jugador está en otro equipo donde se entrena regularmente físicamente y en la que el P.F. utiliza ejercicios de pesas con máquinas y opta por entrenar preponderantemente la hipertrofia y la fuerza resistencia. Al año siguiente, el jugador vuelve a cambiar de equipo y ahora el P.F. que le toca en suerte utiliza barras de pesas, ejercicios derivados del levantamiento olímpico, series cortas e intensas para entrenar la fuerza máxima, y muchos ejercicios pliométricos.
En este ejemplo grafico tres situaciones de entrenamiento diferentes y reales donde un año no tiene lógica ni con el anterior ni con el siguiente. Como resultado de dicha descoordinación, se producen retrasos en la aptitud física, lesiones, y desconfianza del jugador hacia el P.F.
En nuestro equipo he intentado que todos llevasen a cabo el tipo de preparación física que yo tenía previsto, la cual incluía ejercicios derivados del levantamiento olímpico y otros con pesos libres, saltos, lanzamientos de medicine balls, y circuitos con utilización de sogas elásticas y chalecos con arena como lastres. Sin embargo, en algunos casos, no era posible ni beneficioso que ciertos jugadores llevasen a cabo un entrenamiento de este tipo, debido al tipo de preparación a la cual estaban acostumbrados a llevar a cabo en los últimos años o a desconfianza absoluta hacia dichos métodos de trabajo o debido a lesiones crónicas por sobreuso.
En los casos en los cuales los jugadores estaban totalmente acostumbrados a otro tipo de entrenamiento (utilización de máquinas de pesas en lugar de pesos libres, camilla de cuádriceps o press de piernas en lugar de sentadilla, no realización de ejercicios de levantamiento olímpico, entre otros aspectos) intenté hacer una combinación de los métodos a los cuales estaban adaptados durante varios años y agregarle la explosividad de ciertas ejercitaciones de pesas de otras maneras. Estos son algunos ejemplos:
El jugador no hacía sentadilla. En su reemplazo, para entrenar a los miembros inferiores a “empujar” contra el piso, hacíamos subidas al banco, press de piernas o sentadilla búlgara.
El jugador no hacía sentadilla profunda y si hacía media sentadilla con cargas altas (80 % o más) podía llegar a tener que cargar entre 150 y 200 kilos sobre su espalda. En este caso, hacíamos media sentadilla con cargas más bajas (50-70%) y ejecutadas de manera rápida en su fase concéntrica para buscar explosividad, y entrenábamos la fuerza máxima con ejercicios donde no se carga el peso sobre la espalda (press de piernas) o en otros ejercicios a 1 pierna (sentadilla búlgara o subidas al banco) para poder cargar fuertemente la musculatura de las piernas sin agregar pesos muy altos a la columna que podrían provocar lumbalgias.
El jugador no hacía cargadas de potencia ni ningún otro ejercicio derivado del levantamiento olímpico. En este caso, intentaba que realizase ejercicios de lanzamientos de medicine balls de 5 kilos utilizando todo el cuerpo en su ejecución, como lanzando hacia atrás con salto y terminando en completa extensión de piernas-tronco-brazos. Estos no son ejercicios que reemplacen a los de pesas, pero de alguna manera intentaba entrenar la explosividad utilizando todos los grupos musculares del cuerpo de manera coordinada, como ocurre con los ejercicios de levantamiento de pesas.
El jugador no hacía multisaltos como parte del entrenamiento. En este caso hacíamos ejercitaciones técnicas que involucraban saltos y que los jugadores solían hacerlas con mayor aceptación. Por ejemplo, ataques teniendo como resistencia sogas elásticas o chalecos con arena.
Aquellos muy pocos jugadores que estaban acostumbrados a entrenar físicamente con métodos que eran supuestamente “preventivos de lesiones” y menos traumáticos (hacer camilla de cuádriceps y no entrenar la sentadilla, no hacer pliometría de ningún tipo, y no ejecutar ejercicios derivados del levantamiento olímpico) y llamaban de manera irónica a mi método como “escuela cubana” y al de ellos como “escuela italiana o brasileña”, tenían los mismos dolores crónicos por sobreuso en las rodillas o cualquier otra articulación que es muy solicitada en el voleibol, aún evitando el impacto de los saltos, las flexiones profundas, o los espinales con peso en un banco. Por otra parte, jugadores que habían tenido lesiones abdominales y espinales mejoraron completamente sus dolencias entrenando estos grupos musculares con sobrecarga, cosa que no hacían antes por temor a mayores molestias. Y jugadores con tendinitis rotulianas y cuadricipitales que fueron tratados con éxito por el médico rosarino Gastón Topol mediante la proloterapia, pudieron entrenar de manera regular y sin dolores en sentadilla y saltos con cargas moderadas a altas.
Otro aspecto que observé fue que muchos jugadores estaban acostumbrados y preferían entrenar 3 veces por semana alternando una sesión muy fuerte y al otro día estar agotados completamente sin poder moverse, que entrenar 5 ó 6 veces por semana variando las cargas de manera tal que tuviesen algunos días más fuertes y otros más livianos logrando entrenar todos los días, y entrenando más tanto en volumen como en intensidad al finalizar la semana. (Es más fácil y menos estresante hacer mayor volumen e intensidad en 5 ó 6 días en la semana que en 3). En nuestro equipo entrenamos 6 veces por semana físicamente las semanas en las que no había partidos y 4 veces en aquellas en las que jugábamos 2 partidos.
3. Largas distancias en los viajes
La L.A.C. es un torneo federal en el que 12 equipos juegan en varias provincias de la República Argentina y cuyas sedes suelen ser muy distantes unas de otras. Aquellos equipos que se encuentran en los extremos del país, como le ocurre a nuestro equipo La Unión de Formosa, deben recorrer mayores distancias. Los partidos se disputan regularmente durante los días jueves y sábado en dos ciudades diferentes cuando se juega de visitante, y es común que estas sedes estén separadas una de la otra por 500 a 1.000 km. Recorrer estas enormes distancias en colectivo (no es habitual que los equipos utilicen aviones) implica un gran desgaste físico, complicaciones para planificar los entrenamientos, pérdida de estado físico por inactividad, y a veces la ingesta de alimentos de menor calidad nutricional.
Mirando películas para aliviar las largas horas de viaje
Los siguientes han sido los viajes de nuestro equipo durante la Liga Nacional de Voleibol 2011-2012.
Tabla 1. Resumen de los viajes, distancias y cantidad de horas de traslado del equipo La Unión de Formosa
durante la disputa de la Liga Argentina de Clubes de Voleibol 2011-2012. (Andrés Esper, 2012)
Intentaré ser gráfico cuando hablo de distancias y horas de viaje en un colectivo. Quizá uno no llegue a magnificar adecuadamente lo que es recorrer 10.000 o 20.000 km pensando sólo en el número, pero sí lo hará si piensa en la distancia que separa dos ciudades o puntos geográficos entre sí.
Tabla 2. Distancias entre diferentes ciudades y puntos geográficos de la Tierra
Para disminuir el cansancio que produce el viaje previo al partido, llegábamos a la ciudad donde se disputaría el partido uno o dos días antes del encuentro. Al arribar a Formosa, teníamos 24 horas de descanso antes del primer entrenamiento.
Para disminuir la pérdida de masa muscular y estado físico y técnico en general, hacíamos pesas el día previo a cada uno de los dos partidos y el equipo entrenaba con pelota tanto en estos días como por la mañana en los días de partido (se juega por la noche).
Los jugadores cuya talla era aproximadamente de 1,95 metro o superior, dormían en el piso del colectivo sobre colchones.
Transportábamos comida y bebidas en el micro. En algunas ocasiones realizábamos paradas para comer en restaurantes y en otras oportunidades parábamos, comprábamos comida y la ingeríamos arriba del colectivo.
Almuerzo a la vera de la ruta en Palo Santo, Formosa
Esta enorme cantidad de viajes significa estar una gran cantidad de días fuera de la ciudad del equipo. En nuestro caso, estuvimos 77 días en diferentes localidades. En la tabla 3 se observa que el equipo no estuvo en Formosa durante 2,5 meses en el período de 6 meses de competencias por la Liga Nacional.
Tabla 3. Cantidad de días que La Unión de Formosa no estuvo en su ciudad sede durante la Liga Nacional de Voleibol 2011-2012. (Andrés Esper, 2012)
4. Equipos que se forman con jugadores que provienen de otras escuadras
Por lo general los equipos se forman para disputar una Liga Nacional en función del presupuesto que tienen. La mayoría de los jugadores provienen de diferentes clubes e incluso de diferentes países, ya sea porque son extranjeros o porque están compitiendo en el exterior. Esto significa que los equipos están compuestos por un grupo de jugadores heterogéneos en cuanto a edades, lesiones crónicas y, principalmente, metodologías de entrenamiento llevadas a cabo. Con relación a este último punto ya me he explayado en el punto 2 de este artículo y considero que es uno de los factores más importantes para que los jugadores no alcancen resultados atléticos máximos durante sus carreras deportivas, y también una de las complicaciones más importantes cuando el P.F. intenta hacer algo que los jugadores no están acostumbrados a hacer.
Quisiera destacar que en algunos casos, los cuerpos técnicos se mantienen en el cargo en el mismo equipo durante dos o más ligas nacionales, y que también lo hacen la gran mayoría de los jugadores. En estos casos, puede darse una continuidad en el trabajo y obtenerse mejores resultados.
5. Logística en los alojamientos dentro de la ciudad sede y viajes
Los equipos suelen estar compuestos por personas de diferentes ciudades que se trasladan a la ciudad donde tiene su sede el club. Es normal que más del 50% de los integrantes del cuerpo técnico y jugadores no sean locales. Incluso, algunos pueden ser extranjeros. Este factor implica una logística con relación a los alojamientos que se utilizan en la ciudad sede. En algunos casos el club dispone que el alojamiento sea en hoteles y la logística pasa a ser un problema de los dueños de los mismos. En otras oportunidades se decide alquilar casas y departamentos y en esta circunstancia la logística pasa a ser responsabilidad absoluta del club.
¿Qué problemas pueden darse en los alojamientos? Los mismos que se dan en la casa de uno mismo. Desde inconvenientes eléctricos o de plomería hasta el equipamiento propio de las casas.
En nuestro equipo, durante la primera Liga estuvimos la mayoría alojados en un hotel. En el mismo lugar comíamos. El club se desentendía del tema alojamiento y comida.
En la segunda Liga se decidió que todos estuviésemos en casas y esto trajo algunos inconvenientes. Entre ellos, los siguientes:
Equipar las casas con muebles y todos los utensilios y artefactos que tiene una casa. Esto implica un gran costo el primer año en el que se tiene que adquirir todo. Aún con el dinero suficiente, a veces no se consigue comprar todo lo necesario a tiempo.
La totalidad de las casas no estaban listas al momento del inicio de la pre-temporada, y debido a este motivo el club debió alojar al equipo en un hotel durante varias semanas, lo cual implicó un costo extra no contemplado en el presupuesto.
Los artefactos de las casas se rompen, como puede ocurrir en cualquier vivienda, y eso implicaba una carga extra para los dirigentes, y discusiones entre el equipo y los responsables del mantenimiento.
Camas de medida standard utilizadas por jugadores de más de 2 metros de talla.
Colchones que producen dolores de espalda e impiden descansar bien.
Corte del servicio eléctrico por olvido en el pago de las facturas.
Comida: no todas las casas estaban correctamente equipadas para cocinar.
Con respecto a la situación en los viajes, la logística incluye entre otros aspectos, los siguientes:
Medios de transporte: el colectivo es el más usado y algunos equipos viajan en avión para ciertos partidos. Algunos equipos utilizan siempre el mismo colectivo, mientras que otros no. En el caso nuestro, utilizamos siempre colectivo coche-cama, con la excepción de dos viajes en los cuales viajamos en coche suite. Al utilizar coche-cama, algunos jugadores dormían en el piso sobre colchones.
Hoteles: en algunas circunstancias se sabe al hotel al que se va, y en otros no se lo conoce. En este caso se decide ir a dicho lugar por recomendaciones o por referencias de los mismos en páginas web. A veces, la opción es la correcta y en otras circunstancias, no lo es.
Comida: ocurre lo mismo que en el punto anterior. A los restaurantes se les envía el menú con tiempo para que cocinen lo que el equipo necesita cada día. Cuando el comedor está acostumbrado a recibir delegaciones deportivas, es más probable que todo salga bien, aunque no siempre es así. Entre los inconvenientes más comunes con la comida, aún dando el menú, se cuentan
Cantidades pequeñas (problema mayor, los jugadores se quedan con hambre y pueden llegar a comprarse alimentos de baja calidad para saciarse), o demasiado grandes (problema menor, los jugadores podrían comer en exceso).
Demora al servir los diferentes platos: puede ocurrir que algunos jugadores no coman el postre porque se levantan de la mesa para aprovechar el tiempo libre que se da entre el almuerzo y la siesta, o protesten porque se les acorta el tiempo libre.
En los desayunos comunes en los hoteles, suelen haber alimentos ricos en grasas como biscochos, manteca y facturas. En estos casos, puede controlarse en parte la ingesta de los mismos, pero es complicado un control total.
Utilización de canchas y gimnasios de pesas: el equipo local provee la cancha por reglamento el día anterior y el mismo día del partido. Sin embargo, no hay nada estipulado en cuanto al gimnasio de pesas ni a la utilización de una cancha cuando el equipo llega con más de un día de anterioridad al partido. Esta circunstancia ocurre a menudo cuando, por motivo de las largas distancias no conviene retornar a la ciudad sede luego de la disputa de un partido para volver a viajar a los pocos días de arribado. Un ejemplo concreto es el siguiente, luego de viajar 30 horas y jugar en Neuquén (sur de la Argentina), a la semana siguiente debíamos viajar a Villa María (Córdoba) al centro del país (a 14 horas de viaje desde Formosa y a mitad de camino Neuquén y Formosa). No era conveniente retornar a Formosa (norte de la Argentina) proveniente de Neuquén (30 horas de viaje), para a los pocos días, viajar a Villa María (14 horas en dirección a Neuquén). En este caso, y en otros, nos quedábamos en alguna ciudad entrenando y debíamos conseguir lugar para hacerlo. Con relación a los gimnasios de pesas, muchas veces eran buenos para la población general, pero no para deportistas profesionales, y debíamos adaptarnos a los mismos.
6. Cancha y gimnasio de pesas en la ciudad sede
No todos los equipos cuentan con una infraestructura óptima para entrenar. Algunas canchas tienen piso duro y sobre el mismo se instala el piso plástico reglamentario, pero el piso sigue siendo duro. Algunos equipos utilizan canchas que son utilizadas por otros deportes del club, por lo cual no las tienen disponibles siempre y deben coordinar los horarios de entrenamiento con los diferentes deportes de la institución. La mayoría de los estadios no cuentan con gimnasios de pesas dentro del mismo edificio. Estos gimnasios pueden ser suficientes para la población general, pero no para un equipo deportivo profesional.
En nuestro caso, el Estadio Cincuentenario de la ciudad de Formosa es uno de los puntos más fuertes de nuestra estructura. Este estadio, con capacidad para 5.000 personas sentadas, es uno de los mejores de la República Argentina y es de nivel internacional, a punto tal que en el mismo se han disputado un Pre-Olímpico y Ligas Mundiales de Voleibol. Es utilizado solamente por los equipos profesionales de básquet y de vóley de la provincia de Formosa. Cuenta con gimnasios de musculación de primer nivel, oficinas, salas de video, varios vestuarios, consultorios médicos y de kinesiología, estacionamiento propio, y todo lo necesario tanto para entrenar como para competir en el alto nivel.
7. Gran cantidad de partidos
En la Liga Argentina de Clubes de Voleibol Masculino participan 12 equipos que se enfrentan todos contra todos en dos rondas durante la fase regular. Los ocho mejores se enfrentan en los play-off, llegando finalmente dos equipos a disputar la final. Además, se juegan otras Copas dentro del período que dura la Liga. Ellas son la Copa Master, la Copa ACLAV y el Súper 8 (que no se jugó en la Liga 2011–2012). Regularmente los días de partido son los jueves y sábados, pero en ciertas circunstancias, como en el caso de los torneos cortos, pueden disputarse más de dos partidos en la misma semana. Nosotros llegamos a jugar 4 partidos en cinco días en el Final 6 de la Copa ACLAV.
Tabla 4. Cantidad de partidos disputados durante La Unión de Formosa durante la Liga Argentina de Clubes de Voleibol 2011 – 2012. (Andrés Esper, 2012)
Esta gran cantidad de partidos implica que sean pocos los días en la semana en los cuales se puede entrenar con gran volumen y/o intensidad. Asimismo, la gran cantidad de viajes largos realizados en colectivo, implica una gran chance de pérdida de estado físico y de masa muscular. Hay que tener en cuenta que en nuestro caso, que vivimos en un extremo del país, tenemos numerosos viajes que duran entre 18 y 30 horas. Por tal motivo, entrenábamos con pesas los días previos a cada uno de los partidos para disminuir al mínimo posible la posibilidad de pérdida de masa muscular y fuerza. Es para destacar que si el equipo viajase en avión, podría entrenar la semana en la cual se juega de visitante, tan duro como puede hacerlo en las semanas que juega de local.
Ejemplificaré una semana real de dos partidos de visitante viajando en colectivo, que es el medio de transporte que utilizamos nosotros.
Como el calendario de la Liga Nacional se ajusta al calendario de competencias internacionales de la Selección Argentina, durante la primera mitad de la Liga 2011- 2012 hubo un período de una semana y otro de dos semanas donde no se disputaron partidos, en los cuales se intensificó la preparación física, a sabiendas que en otros períodos se iba a poder entrenar menos debido a la gran cantidad de partidos, la importancia de los mismos, o lo prolongado que eran los viajes.
Conclusiones
El entrenamiento de un equipo de Liga Nacional de Voleibol Masculino trae aparejado una serie de complicaciones, cuya resolución implicará un mejor resultado final en la competencia.
Algunas de estas complicaciones se relacionan con el entrenamiento en sí, como la heterogeneidad de los jugadores y la infraestructura.
Otras complicaciones se refieren a inconvenientes de logística tanto en la ciudad sede como en los viajes.
Las largas distancias entre las ciudades donde se disputan los partidos, la falta de presupuesto para viajar en aviones, y un sistema de rutas aéreas que hace infrecuente los vuelos directos entre las diferentes ciudades, podría llevar a pensar en un sistema de competencia por zonas geográficas que clasifique a los mejores de cada grupo a una instancia final.
Es fundamental una correcta y minuciosa planificación de todos los aspectos relacionados con la preparación atlética, técnico-táctica y de recuperación, como asimismo los aspectos relacionados con las viviendas, alimentación y viajes.
Resulta imprescindible entrenar en buenos estadios con pisos flotantes, y gimnasios de musculación preparados para equipos profesionales, entre otras necesidades de infraestructura.
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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 17 · N° 171 | Buenos Aires,
Agosto de 2012 |