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Programa integral de preparación psicofísica para 

la embarazada (PIPPE): por la medalla de la vida

 

*Lic. en Cultura Física. Ms.C en Cultura Física Terapéutica. Prof. Auxiliar

UCCFD “Manuel Fajardo”. Dpto. Cultura Física Terapéutica y Profiláctica

Metodóloga Vicerrectoría Superación y Posgrado (VRSP). UCCFD “Manuel Fajardo”

**Lic. en Cultura Física. Ms.C en Educación Especial. Prof. Auxiliar. UCCFD “Manuel Fajardo”

Dpto. Cultura Física Terapéutica y Profiláctica. Metodóloga Vicerrectoría

de Investigaciones (VRI). UCCFD “Manuel Fajardo”

***Dra. en Medicina. Especialista I Grado en Ginecología y Obstetricia

HDMI 10 de Octubre. Profesora Asistente UCCFD “Manuel Fajardo”

Departamento Cultura Física Terapéutica y Profiláctica. Profesora

Asistente del Hospital Docente Materno Infantil “Hijas de Galicia”

****Lic. en Cultura Física. Prof. Instructor de la UCCFD “Manuel Fajardo”

MSc. Maylene López Bueno*

maylenelb@inder.cu

MSc. Yamila Fernández Nieves**

yam@inder.cu

Dra. Ana María Viñals Pupo***

ana.vinals@infomed.sld.cu

Lic. Leirys Piedra Guerra****

leirys83@iscf.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Preparar física y psicológicamente a la embarazada, como parte de las acciones preventivas tendientes a garantizar su salud reproductiva, constituye un gran reto para la Obstetricia y para todas aquellas instituciones y entidades que procuren la Promoción de Salud, incluida las ciencias de la Cultura Física. Sin embargo, resulta imprescindible tomar en consideración que estamos ante una población con necesidades especiales y consecuentemente con ello, es preciso adaptar las actividades físicas. El presente artículo expone los fundamentos teóricos que sustentan la necesidad de realizar ejercicios físicos debidamente dosificados durante la etapa gestacional; con fines profilácticos y de ser necesario, con fines terapéuticos; con el objetivo de elevar y mantener la condición física de la gestante, lo que debe evidenciarse en un trabajo de parto y expulsión del producto, lo más óptimo posible.

          Palabras clave: Actividad física. Condición física. Embarazo.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 17 - Nº 170 - Julio de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Traer al mundo un niño con buena salud física y mental, es el más ferviente deseo de todos aquellos que pretenden convertirse en padres. En Cuba, constituye además uno de los objetivos sociales especialmente priorizados, lo que la ha llevado a situarse entre las naciones que más baja tasa de mortalidad infantil exhibe (4,9 por cada mil nacidos vivos en 2011).

    Todo embarazo, por sano que parezca, constituye en sí mismo un riesgo; minimizarlo y conseguir una gestación sana, así como un producto de la concepción saludable, es la razón de ser de la Obstetricia como ciencia. No obstante, de ninguna manera debiera recaer tamaña responsabilidad en solo esa ciencia; sobre todo cuando ella misma ha ido identificando las situaciones y factores de riesgo, tanto biológicos como psicosociales, que pudieran hacer fracasar su objetivo y ha dejado bien clara la necesaria labor educativa que debe emprenderse conjuntamente al proceder médico.

    Hay mucho que puede -y debe- hacer la propia gestante, para lograr un embarazo, parto y puerperio sanos, sin complicaciones para ella, o para su bebé. En este sentido, los organismos e instituciones, cuyo encargo social este estrechamente vinculado con la Promoción de la Salud, deben aunar esfuerzos y desde un enfoque multi e interdisciplinario, planificar estrategias principalmente preventivas, que permitan materializar la salud reproductiva.

    El presente artículo expone los fundamentos teóricos que sustentan la necesidad de realizar ejercicios físicos debidamente dosificados durante la etapa gestacional; con fines profilácticos y de ser necesario, con fines terapéuticos; con el objetivo de elevar y mantener la condición física de la gestante, lo que debe evidenciarse en un trabajo de parto y expulsión del producto, lo más óptimo posible.

    Partimos de concebir la preparación psicofísica de la embarazada, como un proceso médico-pedagógico y por tanto, para recomendar actividad física durante el embarazo, tiene que establecerse un criterio de individualidad. Es necesario tener adecuada y completa valoración médica por el obstetra; además de la edad, ocupación laboral, antecedentes obstétricos, el tiempo de embarazo, estado nutricional, nivel de estado físico, condiciones psicosociales, así como las aptitudes, preferencias, disposición, facilidades y las motivaciones con que cuenta la embarazada, esenciales para la programación de dicho ejercicio.

    Al concebir la preparación psicofísica de la embarazada como un proceso médico-pedagógico, consideramos que se hace necesario aportar a la embarazada, los conocimientos elementales sobre lo que ocurre con su cuerpo durante la gestación, los cambios anatomofisiológicos normales y las molestias que ellos pueden ocasionar, las formas de evitar los trastornos más frecuentes o de atenuar sus efectos a través, entre otras acciones, de las actividades físicas. Orientar a las gestantes, para que sean capaces de identificar los signos de alarma durante la gestación y la actitud que deben asumir ante ellos. Aportarle los recursos psicosomáticos, especialmente respiración y relajación, con el objetivo de que sean capaces de controlar el estrés que todo embarazo implica. Familiarizarlas con el crecimiento y desarrollo del feto, la necesidad de estimularlo; así como a partir de cuándo y cómo hacerlo (estimulación prenatal). Instruirlas sobre los beneficios de la lactancia materna exclusiva para su propia recuperación y para el desarrollo y crecimiento del bebé. Adiestrarlas sobre el cuidado y manejo del niño; y cómo estimular su desarrollo psicomotor durante el primer año de vida.

    Mejorar y acortar el trabajo de parto como objetivo, también significa que conozcan cuando están ante un verdadero trabajo de parto y cuando no. Significa que sepan cuánto dura un trabajo de parto fisiológico o eutócico, cuales son sus periodos y cuándo se aparta de estas reglas y deviene distócico. Significa que conozcan en qué momento del trabajo de parto deben respirar de una u otra forma y relajarse, para que el feto sufra menos. Significa conocer en qué momento se deben gastar las energías y hacer más eficiente el período expulsivo del parto, evitando la aparición de la fatiga, y cuando estamos malgastando esas energías, manteniendo en tensión los músculos que deberían estar relajándose y recuperándose.

    Para la Cultura Física como Promoción de la Salud, destinada a la preparación psicofísica de la embarazada, le resulta imprescindible tomar en consideración que estamos ante una población con necesidades especiales y consecuentemente con ello, es preciso adaptar las actividades físicas.

    Atendiendo a todo lo anteriormente expuesto, un equipo multi e interdisciplinario, integrado fundamentalmente por especialistas en Cultura Física, en Obstetricia y Medicina Interna, en Bioquímica del ejercicio físico y en Psicología; así como estudiantes de la Licenciatura en Cultura Física, desarrollan una exhaustiva investigación sobre las acciones de Promoción de la Salud en la comunidad; especialmente, aquellas destinadas a garantizar la salud reproductiva. Como resultado, queda diseñado el Programa Integral de Preparación Psicofísica para la embarazada (PIPPE), el cual no pretende eliminar todos los riesgos obstétricos que puedan presentarse en el periparto, muchos de ellos, impredecibles; pero sí persigue, minimizar sus efectos nocivos, tanto para la madre, como para el feto.

Metodología

    Considerada una investigación de tipo cualitativa, el enfoque metodológico asume posiciones que se corresponden con la Investigación-Acción Participativa, afín al paradigma sociocrítico de la investigación educativa, que en esencia deben dar respuesta al siguiente problema científico: ¿cómo contribuir con la preparación física y psicológica de la gestante sana y/o de bajo riesgo?; siendo nuestro objetivo general, elaborar un programa integral de preparación psicofísica para la embarazada, que contribuya a su salud reproductiva.

    Para ello, se concibió desarrollar el proceso investigativo en tres etapas:

  1. Etapa: Estudio teórico previo y diagnóstico de necesidades.

  2. Etapa: Diseño del Programa Integral de preparación Psicofísica para la embarazada.

  3. Etapa: Valoración de la propuesta por criterio de especialistas.

    Los métodos teóricos empleados fundamentalmente fueron: el histórico-lógico, el análisis y la síntesis, la inducción, la deducción, el genético y la modelación. Los métodos empíricos quedaron representados principalmente a través de la observación, la entrevista y la encuesta. Ambos métodos, facilitaron la triangulación, técnica usada para el procesamiento de los datos.

    La valoración de la propuesta diseñada, se realizó por criterio de especialistas, predeterminando como indicadores la pertinencia, actualidad, valor teórico-metodológico, novedad y campo de aplicación.

Resultados de la primera etapa investigativa

    Según García Manso (1996), el término condición física, es la traducción española del concepto inglés physical fitness, y hace referencia a la capacidad o potencial físico de una persona. Por su parte, el American Collage of Sport Medicine, lo define como la capacidad del individuo para realizar actividades físicas a diferentes niveles (ligeros, moderados o intensos), sin que aparezca la fatiga. En este sentido, es reconocida la importancia de la actividad física en el ser humano para el mantenimiento de un óptimo estado de salud. Refiere el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), que la mujer embarazada no se excluye de estos beneficios; el embarazo, siempre que sea sano o de bajo riesgo, no es una contraindicación para la práctica del ejercicio físico.

    El ejercicio físico, debidamente dosificado, resulta beneficioso para la madre y el feto; siempre y cuando no existan riesgos que puedan poner en peligro la integridad física y mental de ambos.

    La ineficacia de la prensa abdominal, es considerada una de las principales causas de distocias del parto; asimismo, entre las principales indicaciones para proceder a su instrumentación, figura el agotamiento materno. Ambas situaciones, delatan la mala condición física con que generalmente la parturienta afronta el trascendental momento.

    La ineficacia de la prensa abdominal, está muy relacionada con la falta de resistencia a la fuerza de los músculos abdominales, indisoluble e imprescindible elemento de la citada prensa; y el agotamiento materno, está condicionado por la falta de resistencia aeróbica (cardiorrespiratoria). Si a esto último, sumamos el efecto del estrés psicológico y la ansiedad de la madre durante el trabajo de parto; queda en evidencia que a pesar de las medidas de sostén, muy probablemente la interacción de estos tres factores, termina por generar la inhibición protectora del SNC -fatiga-, vinculada a la formación del ácido gammaaminobutírico (GABA) y a la acumulación de productos de la descomposición, entre los que se encuentra el lactato; pudiendo este último, potenciar la acidosis fetal intraparto y con ello, aumentar el riesgo de consecuencias negativas para la integridad física y mental del producto.

    Según Anshel (1991) todo individuo sano, posee en distinto grado y desarrollo, capacidades físicas básicas tales como: fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad y coordinación. Estas cualidades físicas básicas, son innatas en el ser humano y se desarrollan de distinta forma en cada persona, en dependencia de los factores biológicos y ambientales a que esté sometido. No obstante, su estudio ha quedado muchas veces enmarcado en el ámbito deportivo, por su relación con el entrenamiento físico en función de obtener importantes resultados en este campo; sin embargo a partir de los años 60, nace una nueva concepción: la condición física orientada hacia la salud, centrando su objetivo en el bienestar físico del individuo.

    Para Saavedra (2000) la condición física es la expresión de un conjunto de cualidades físicas basadas en aptitudes o variables fisiológicas. Para este autor una buena condición física para la salud, permite básicamente realizar esfuerzos sin alterar significativamente a los grandes sistemas del organismo, sinónimo de poseer principalmente, una óptima capacidad de contracción muscular (fuerza) y flexibilidad, así como una buena capacidad aeróbica, entre otras.

    Refiere Román (2004), que la fuerza muscular es la capacidad del sistema neuromuscular de superar una resistencia a través de la actividad muscular (trabajo concéntrico); de actuar contra esa resistencia (trabajo excéntrico) o de mantenerla, por medio de un trabajo isométrico. O sea, la fuerza puede clasificarse como la capacidad que tiene un músculo de producir una tensión necesaria para iniciar, mantener y controlar un movimiento, de mantener una postura y para vencer una resistencia por medio de un esfuerzo conjunto de grupos musculares. De esta manera, el fortalecimiento de los músculos abdominales de la gestante, debería convertirse en un objetivo priorizado para cualquier programa de preparación psicofísica destinado a esta sensible población, pues la considerable distensión a que es sometido este grupo muscular, conduce a una marcada disminución de su tono y ésta, a su vez, a un acortamiento e hipertonicidad de los músculos bajos de la espalda y con ello, a las características sacrolumbalgias padecidas principalmente durante el segundo y tercer trimestre del embarazo. De aquí, la significativa importancia que le concedemos al fortalecimiento de estos músculos, con el objetivo de prepararlos para soportar el peso extra que significan el útero y su contenido, hacia la segunda mitad del embarazo. Sin embargo, es preciso tener en cuenta, que los ejercicios que se hacen decúbito supino (incluyendo los abdominales y la elevación de piernas), después de las 20 semanas de edad gestacional (EG), pueden provocar una disminución del ritmo cardíaco y también del flujo de sangre oxigenada. A partir de esta semana, es recomendable ejercitar los músculos abdominales colocándose en posición de apoyo mixto arrodillado (cuatro puntos o posición de gateo), relajando y contrayendo los músculos abdominales mientras se espira el aire lentamente. Por su sencillez, consideramos los ejercicios posturales y de fortalecimiento paravertebral, de William, como una eficaz opción para prevenir y aliviar las molestias y dolores de espalda.

    Otro grupo muscular, a los que hay que prestar especial atención, son los que componen el suelo pélvico, pues estos músculos soportan mucha tensión durante el embarazo y, su debilidad puede conducir a incontinencia urinaria, disfunción intestinal, dolores lumbares y pélvicos. Igualmente, resulta sumamente importante, indicar a la gestante, que una vez parida, con o sin episiotomía; necesita seguir fortaleciendo estos músculos, hasta que recobren su elasticidad normal. En este caso, los ejercicios de Kegel, continúan siendo la mejor opción.

    Asegura Román (2004), que el mejoramiento de la fuerza muscular es directamente proporcional con el panorama general del desarrollo físico de la persona, y a su vez garantiza otra cualidad básica: la flexibilidad, por las posibilidades reales que adquiere un músculo fortalecido de manifestarse durante la realización de un movimiento determinado.

    Según Ilisástigui y Ameller (2006) la movilidad articular es la capacidad de movimiento que permite la estructura morfológica de una articulación, para desplazar un segmento o parte del cuerpo dentro de un arco de recorrido lo más amplio posible, manteniendo la integridad de las estructuras anatómicas implicadas. La flexibilidad, es la capacidad de poseer una gran amplitud de movimiento en las articulaciones; asimismo, puede ser pasiva (depende de la influencia de fuerzas externas, define la potencialidad de trabajo de esta capacidad en cada articulación), o activa (está condicionada por la fuerza de los músculos agonistas que trabajan en dirección al movimiento). Como capacidad, crea las condiciones favorables para evitar la predisposición a las lesiones, al incrementar de los niveles de amplitud, facilitar la realización eficaz de la actividad física, además de acelerar los procesos de recuperación. De aquí, la tremenda importancia que le concedemos al desarrollo de esta capacidad durante la gestación.

    Por otra parte, la resistencia aeróbica se puede definir como la capacidad que tiene el organismo de realizar actividades prolongadas o de larga duración en el tiempo, sin que aparezcan los síntomas de fatiga. Se utilizan fundamentalmente los sistemas cardiorrespiratorio y locomotor, movilizando grandes grupos musculares.

    La duración de la capacidad de trabajo de la musculatura, está en dependencia de la transportación de oxígeno y de los nutrientes. De esta manera, la capacidad de trabajo físico, equivale al consumo máximo de oxígeno (VO2máx) y es justamente este parámetro, el más empleado en la evaluación de la resistencia cardiorrespiratoria. Cualquier actividad física que requiera el aumento del consumo de oxígeno, como el entrenamiento aerobio; también conduce al entrenamiento del corazón y de la circulación sanguínea, contribuyendo al mejoramiento de la condición física del individuo. Con el entrenamiento de resistencia puede suministrarse y consumirse más oxígeno, que en un estado no entrenado. Al aumentar la demanda de oxígeno de los tejidos activos durante la realización de ejercicios, debe mejorar la capacidad de transporte de oxígeno para llevar el mismo hacia esos tejidos para satisfacer el incremento de la demanda: nuestra resistencia depende de ello. El entrenamiento de la resistencia produce cambios significativos en los componentes de este sistema de transporte de oxígeno, permitiéndole funcionar con mayor eficacia.

    En la mujer embarazada, se recomiendan los ejercicios aeróbicos, donde se utilizan varios grupos musculares tales como nadar, caminar, bicicleta estacionaria y máquinas elípticas. La natación resulta ideal porque utiliza los grandes músculos del cuerpo (piernas y brazos). Siendo un ejercicio de bajo impacto, es aeróbico; con grandes ventajas cardiovasculares y un riesgo de lesiones muy bajo. Además, permite que el peso de la mujer embarazada no se note tanto, gracias a la sensación de ingravidez que proporciona el agua.

    El nivel de ejercicio recomendado dependerá, en parte, de su estado físico antes del embarazo. Las investigaciones han demostrado, que hacer ejercicio durante el embarazo, no solo es seguro, sino que es recomendado. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y el American College of Sports Medicine, recomiendan a todos los individuos que hagan 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada en la mayoría, sino es que todos los días de la semana. De acuerdo con el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), estas mismas recomendaciones se aplican para las mujeres embarazadas que no tienen complicaciones médicas u obstétricas.

    En resumen, el ejercicio durante el embarazo, provee varios beneficios tales como: aumento y/o mantenimiento de la condición aeróbica, disminución en estrés cardiovascular y por tanto, mejora la condición física, retardando la aparición de estados de fatiga; mejora la postura, previene el dolor lumbar, favorece la circulación sanguínea, facilita el retorno venoso y evita los fenómenos de éstasis en la pelvis y miembros inferiores, previene la diabetes gestacional, contribuye a regular la ganancia de peso, mejora la imagen corporal y con ello la autoestima, favorece la aparición de menos complicaciones durante el parto, facilita la recuperación posparto, haciéndola más rápida.

    El parto será más fácil si sus músculos abdominales poseen la resistencia a la fuerza suficiente, para facilitar la acción de la prensa abdominal y lograr un esfuerzo expulsivo (pujo) eficiente; pero además, si su capacidad aerobia, conjuntamente con la preparación psicológica necesaria, le permite retardar la aparición del agotamiento y la fatiga. En algunos estudios se ha demostrado que la ansiedad durante el trabajo de parto, se asocia con altos niveles de hormonas de estrés y adrenalina en sangre, disminuye la contractilidad uterina e incrementa el número de distocias dependientes del motor del parto, de manera que requieren de la conducción de este último.

    El control de la respiración, vinculado a la posibilidad de lograr estados de relajación muscular, también puede ayudarla a enfrentar el dolor que provocan las contracciones cada vez más frecuentes e intensas durante el trabajo de parto. El reto vale la pena: no permitir la continuidad del famoso circuito T-T-D (temor – tensión – dolor). La tensión nerviosa le otorga al organismo un estado de “alarma” que se traduce en contracción involuntaria de los músculos, trayendo consigo un mayor gasto de energía, lo que significa que el agotamiento aparezca más rápido. Todo aquello que despierte inseguridad, preocupación, miedo; nos mantiene en estado de alerta, de alarma; razón más que suficiente para combinar la aplicación de los ejercicios físicos, con actividades de relajación, sin olvidar aportarle a la gestante los conocimientos necesarios, que le permitan evitar la tensión nerviosa durante el trabajo de parto causada por el temor a lo desconocido, a no saber como actuar y por lo tanto, a carecer de confianza en sí misma.

    Read, Nikolaiev y Fernand Lamaze, entre otros, coinciden en que para que una mujer embarazada logre un rendimiento personal fecundo, es decisiva la actitud que tenga frente al parto. Mientras más se concentre la gestante en su respiración, el dominio de los músculos, y el desarrollo del parto; menos pueden transformarse en sensación de dolor los estímulos de la dilatación. La participación activa de la mujer (el autocontrol) actúa como un muro protector contra el dolor. La preparación psicofísica debe ayudar a la gestante a construir ese muro.

    Lo anterior, avala la necesidad de asumir el desarrollo de las capacidades coordinativas; éstas, en esencia, marcan diferencias con las condicionales; pero asimismo, están estrechamente relacionadas con ellas y determinan el desarrollo exitoso de la preparación física. Las capacidades coordinativas, dependen del funcionamiento del sistema nervioso central (SNC): capacidades perceptivo-motrices. Para conseguir una coordinación psicomotriz eficaz, es preciso partir de una buena integración del esquema corporal. Directamente relacionada con la coordinación psicomotriz, está la disociación psicomotriz; entendida ésta como la capacidad para controlar por separado cada segmento motor, sin que entren en funcionamiento, otros segmentos que no están implicados en la ejecución de la tarea.

    Según Coste (1979) podemos entender la disociación psicomotriz, como la actividad voluntaria del sujeto, que consiste en accionar los grupos musculares independientemente los unos de los otros; así como la efectuación simultánea de movimientos que no tienen la misma finalidad en una conducta determinada. De esta manera, la disociación psicomotriz, presupone un buen control de automatismos y una coordinación psicomotriz adecuada.

    La posibilidad de contraer los músculos abdominales y de mantener esa contracción por un tiempo de 20 a 30 segundos (resistencia a la fuerza), conteniendo al mismo tiempo la respiración (pujo); y simultáneamente, relajar los músculos del periné, sería la acción psicomotriz óptima a ejecutar por la parturienta, durante el periodo expulsivo del parto.

    Coincidimos con Matveev (1983), cuando plantea que el término aptitudes de coordinación, debe ser interpretado en primera instancia, como la capacidad para organizar (formar, subordinar, enlazar en un todo único), actos motores integrales y, en segunda instancia, la facultad de modificar las formas elaboradas de las acciones o trasladarse de una a otras, conforme con las exigencias de las condiciones variables.

    A pesar de los innegables beneficios que reporta la práctica de actividades físicas durante el embarazo, sí se hace necesario respetar determinadas pautas de seguridad específicas. Por ejemplo, durante el primer trimestre, es importante que la temperatura corporal de la gestante, no aumente más de 37°C; en este sentido, se sugiere evitar saunas y baños muy calientes durante el embarazo. Es importante además, tener en cuenta, que durante el embarazo, las necesidades nutricionales, aumentan en unas 300 calorías adicionales diarias, y la práctica sistemática de ejercicios, puede aumentar todavía más, estas necesidades.

Resultados de la segunda etapa investigativa

Programa Integral de Preparación Psicofísica para la Embarazada (PIPPE)

  • Criterio de inclusión: embarazadas sanas o de bajo riesgo.

  • Criterio de exclusión: embarazadas de alto riesgo.

Objetivo general

  • Contribuir con la preparación física y psicológica de la embarazada para que afronte el embarazo, parto y puerperio con un estado de salud reproductiva, lo más óptimo posible.

Estructura del programa

    Consta de dos etapas:

  • Primera etapa: Desde la captación, hasta la semana 28 de edad gestacional (EG).

  • Segunda etapa: Desde la semana 29 de EG, hasta el término del embarazo.

Datos generales de la primera etapa

  • Duración: desde la captación; hasta las 28 semanas de E.G.

  • Frecuencia: 3 veces / semana.

  • Intensidad: 60 - 70 % de la FC máx.

  • Capacidades físicas a desarrollar: flexibilidad, fuerza, resistencia general.

  • Duración de la sesión de ejercicio: 30 a 45 minutos.

Objetivos específicos

  • Educar a la gestante en el principio de que el embarazo no es una enfermedad y aportarle los conocimientos necesarios sobre su estado y cómo afrontarlo, a través de charlas educativas.

  • Crear hábitos posturales correctos, que contribuyan a prevenir las molestias y trastornos osteomioarticulares y circulatorios que con frecuencia, se acrecientan durante los dos últimos trimestres del embarazo.

  • Mejorar la condición física de la gestante, a través de un programa de caminata, dosificado previa evaluación de la capacidad física de trabajo.

  • Fortalecer los músculos abdominales, paravertebrales y del suelo pélvico (perineales), con la intención de prepararlos para sostener el peso del útero grávido, aumentado de tamaño, en el último trimestre del embarazo.

  • Enseñar los distintos tipos de respiración y su relación con la relajación.

  • Proporcionar confianza en sí misma. Romper el circuito Temor – Tensión – Dolor (T–T– D).

Propuesta de temas teóricos (charlas educativas)

  • Aparato reproductor: anatomía y fisiología.

  • Fecundación, nidación y, crecimiento y desarrollo fetal.

  • Principales molestias y trastornos más comunes durante el embarazo: cómo afrontarlos.

  • Preparación Psicofísica: ¿por qué una necesidad?

  • Estimulación prenatal del feto: ¿por qué y cómo?

  • Algunas recomendaciones y cuidados durante la gestación: alimentación y ganancia de peso, cuidados de la piel, cuidados bucales, hábitos nocivos, descanso, vida sexual; entre otros.

  • Síntomas de alarma durante la gestación.

  • Disposiciones legales sobre la maternidad en Cuba.

Datos generales de la segunda etapa

  • Duración: desde las 28 semanas de E.G, hasta el término del embarazo.

  • Frecuencia: 3 veces / semana.

  • Intensidad: 50 - 60 % de la FC máx.

  • Capacidades físicas a desarrollar: coordinativas.

  • Capacidades físicas a mantener: flexibilidad, fuerza, resistencia general.

  • Duración de la sesión de ejercicio: 30 a 45 minutos.

Objetivos específicos

  • Aportar a la gestante, y a su pareja si fuese posible, los conocimientos que deben poseer, para asumir una actitud activa y positiva, durante el trabajo de parto.

  • Enseñar a la gestante y a su pareja, las posiciones más adecuadas durante el trabajo de parto; así como, la respiración y la relajación que debe emplear en cada periodo o etapa de este.

  • Aportar a la gestante, y a su pareja, los conocimientos necesarios, para logar una recuperación rápida de la puérpera.

  • Mantener la capacidad funcional de la gestante.

  • Facilitar el retorno venoso y evitar los fenómenos de éstasis en la pelvis menor y en los miembros inferiores.

  • Aliviar molestias y trastornos más comunes (lumbalgias, tarsalgias, etc.).

  • Practicar los distintos tipos de respiración, vincularlos con los ejercicios y su relación con la relajación.

  • Continuar los ejercicios de estimulación prenatal.

Propuesta de temas teóricos (charlas educativas)

  • Parto: etapas o periodos del parto (trabajo de parto, respiración y relajación, posiciones antálgicas, bloqueo y pujo). Síntomas de inicio del trabajo de parto verdadero e indicadores para acudir al hospital. Síntomas de alarma.

  • Puerperio: cambios locales y generales, síntomas de alarma, recomendaciones más importantes, actividad física durante el puerperio.

  • Lactancia Materna Exclusiva: ventajas para la madre y el niño, técnicas y posiciones más adecuadas, principales recomendaciones y síntomas de alarma.

  • Crecimiento y desarrollo del bebé durante el primer año de vida: signos paranormales del recién nacido (RN), curva de crecimiento, recomendaciones para estimular el desarrollo psicomotor del bebé, esquema de vacunación y de ablactación.

Contenidos para desarrollar la actividad física del Programa

  • Calentamiento.

  • Ejercicios de flexibilidad.

  • Ejercicios de fortalecimiento de la musculatura paravertebral.

  • Ejercicios de fortalecimiento de la musculatura abdominal (resistencia isométrica).

  • Ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico.

  • Ejercicios circulatorios.

  • Ejercicios respiratorios.

  • Ejercicios de relajación muscular.

  • Ejercicios para la resistencia aerobia general: caminata.

  • Ejercicios de coordinación.

Orientaciones Metodológicas Generales

  • El médico determinará si la embarazada está apta para realizar actividad física. Ninguna embarazada debe iniciar el programa, sin la prescripción del facultativo.

  • El embarazo no es el mejor momento para iniciar la práctica de actividades físicas, si el estilo de vida hasta ese momento era sedentario. Respetar el principio del aumento gradual y progresivo de las cargas.

  • El ejercicio debe ser regular, con una duración de 30 a 45 minutos. Se completará la hora, con las charlas educativas. La hora más adecuada para la aplicación del programa, es temprano en la mañana, al menos una hora y media después de ingerir alimentos ligeros.

  • No deben realizar ejercicios, si ha pasado largo período de tiempo, sin ingerir alimentos (más de tres horas). Recordar las crecientes necesidades energéticas durante el embarazo.

  • El plan de caminata se diseñará individualmente para cada gestante. En dependencia de los resultados de la evaluación de su capacidad funcional, se readaptará cuantas veces sea preciso y se le orientará realizarla en zonas aledañas a su domicilio, preferentemente, en compañía de su pareja u otra persona, en horarios extraclase.

  • Tomar el pulso, antes de comenzar la clase, después de la parte principal y al culminar la relajación.

  • Tomar la TA, antes de comenzar la clase y al culminar la relajación.

  • Se le recomienda usar ropa y calzado cómodo. Los senos deben quedar bien ajustados.

  • Cada ejercicio debe realizarse de forma lenta, suave, sin forzar y en suelos que absorban impacto; o sea, en superficies semiduras. Las posiciones iniciales de los ejercicios, pueden variar, en dependencia de las individualidades de cada gestante y su EG.

  • Detener la actividad, si la gestante tiene dificultades para hablar o respirar. Evitar estados de desequilibrio, que puedan provocar caídas o golpes.

  • Evitar el decúbito prono, después del primer trimestre del embarazo (14 semanas). Evitar el decúbito supino desde la semana 20 de EG. Se recomienda el decúbito lateral izquierdo, para las sesiones de relajación.

  • La gestante debe ingerir abundantes líquidos antes, durante y después de hacer ejercicio para prevenir la hipertermia y la deshidratación. La temperatura corporal de la embarazada, no debe sobrepasar los 37°C.

  • En los días demasiado calurosos y húmedos, se deben extremar las medidas higiénicas del local (ventilación y/o climatización adecuada).

  • A partir de las 20 semanas de EG, algunas de las actividades de estimulación prenatal se desarrollan conjuntamente con las sesiones de relajación; otras se les orienta a la gestante, para que las desarrollen en el hogar con sus parejas.

  • Desarrollar las charlas educativas, al final de la clase; o sea, después de la relajación. De esta manera, tendremos la absoluta seguridad de que todas las gestantes, se recuperaron adecuadamente de la carga física.

  • Detener la actividad física ante los siguientes síntomas:

    • Pérdida de sangre o líquido.

    • Contracciones uterinas.

    • Dolor abdominal.

    • Ausencia de movimientos fetales durante más de cuatro horas.

    • Súbito edema de manos, cara o pies.

    • Cefalea, alteraciones visuales y mareos.

    • Flebitis.

    • Aumento o disminución excesiva de la FC o la TA.

    • Fatiga o falta de aliento.

    • Ganancia de peso insuficiente (menos de 1 kg/mes en los dos últimos trimestres).

    • No realizar la actividad física o detenerla si: fiebre, infecciones agudas, hipoglucemia.

    • Amenaza de aborto o parto pretérmino.

    • Sospecha de distress fetal.

Evaluación y control

    Todas las gestantes serán caracterizadas a través de la planilla de datos personales, la cual contiene la información necesaria para iniciar, continuar o suspender la actividad física. La valoración ponderal de la embarazada, la realizará el médico de la familia a través del índice de masa corporal (IMC) y quedará plasmado en el carné obstétrico.

    La capacidad funcional de la embarazada, será evaluada al inicio de la aplicación del programa, a través del Test de los 6 minutos; atendiendo a las adaptaciones previstas por los autores del programa, para ser aplicado a esta población. En este sentido, se repetirá cada 15 días, con el objetivo de evaluar la evolución de la condición física de la gestante, tomando como referencia la curva de comportamiento del VO2máx.

Resultados de la tercera etapa investigativa

    Los indicadores previamente asumidos para valorar la propuesta diseñada a través de la encuesta aplicada a los 31 especialistas seleccionados según coeficiente de competencia (K), fueron:

  • C-1 Pertinencia.

  • C-2 Actualidad.

  • C-3 Valor teórico-metodológico.

  • C-4 Novedad.

  • C-5 Campo de aplicación.

    Tabla de frecuencias registradas a los 31 especialistas, sobre sus criterios acerca de la propuesta

    Haber obtenido registros sólo en las dos primeras categorías: muy adecuado y adecuado, evidencia la aceptación de la propuesta objeto de valoración.

Conclusiones

  1. El programa propuesto, cuenta con una organización estructural que logra relacionar lo conceptual teórico, lo metodológico y lo práctico; para garantizar la preparación psicofísica integral de la mujer embarazada que demanda la práctica social y sobre la base de un enfoque multi e interdisciplinario, donde confluyen armónicamente las ciencias médicas y las pedagógicas.

  2. Las particularidades del Programa Integral de Preparación Psicofísica para la Embarazada (PIPPE), contribuye a la salud reproductiva de la gestante.

Bibliografía

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 17 · N° 170 | Buenos Aires, Julio de 2012  
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