La Escuela Latinoamericana de biomecánica de la técnica deportiva | |||
Centro de Estudio de la Educación Física y el Deporte “Cethlon” Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo”, La Habana (Cuba) |
MSc. Héctor Navarro Guerra MSc. Carlos Arencibia Abreus |
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Resumen Históricamente los contribuyentes a la teoría que permite describir el movimiento de los cuerpos en el espacio y su metodología más extendida, el Análisis de Movimiento Humano (AMH), centraron sus estudios en la construcción y perfeccionamiento de los modelos antropométricos y aquellos que describen el movimiento humano. El surgimiento de novedosas formas de obtener y procesar la información sobre el movimiento ha extendido las posibilidades de dirigir y controlar el proceso de preparación técnica, pero el hecho de capturar mejor la imagen en movimiento en virtud de los nuevos medios no es razón para comportarse como si la tecnología se hubiese independizado del método e incluso superando en protagonismo al problema. La solución de un problema es quien reclama un método del que los medios son apenas el soporte material, la herramienta en tanto medio carece de independencia. Sin embargo, la escuela latinoamericana de biomecánica de la técnica deportiva quedó encandilada con los nuevos medios, pasando a rendirle tributo al dominio de la herramienta y olvidando que no hay lugar para su empleo sin objetivo que alcanzar, ni objetivo que lograr sin plantearnos previamente un problema. Palabras clave: Biomecánica. Deportes. Análisis de movimiento humano.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 17 - Nº 170 - Julio de 2012. http://www.efdeportes.com/ |
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La Biomecánica Deportiva: su rol en el proceso de entrenamiento
La necesidad de optimizar el rendimiento deportivo y con éste el espectáculo que constituyen los deportes, ha conducido a investigadores y entrenadores a su apertura hacia el conocimiento científico y tecnológico. Las concepciones teórico-metodológicas fueron abandonando las posturas biologicistas de la preparación y del proceso de dirección para conducir el entrenamiento deportivo y comenzaron a utilizar las leyes y principios pedagógicos.
Los modelos de programación y conducción del entrenamiento, en tanto pedagógicos, asumen las categorías de los procesos de dirección: objetivo, contenido, métodos y control; y a su vez, el contenido se subdivide en los componentes que deben ser asimilados por los educandos: físicos, técnicos, teóricos y psicológicos para el caso de las actividades motoras humanas que hoy denominamos “deportes”.
Si aceptamos que “con cualquiera criterio de fragmentación de la técnica (en tanto que movimiento) su estructura será: espacial, temporal, cinemática, dinámica y funcional”… “el estudio de la técnica deportiva es y tiene que ser objeto de estudio de la biomecánica deportiva” [1]. De esta manera, para estudiar con criterios científicos el componente técnico del proceso de enseñanza-entrenamiento de los deportes, es necesario utilizar la biomecánica como disciplina científica de la Física.
La vertiginosa evolución que en los últimos años ha experimentado la actividad competitiva con sistemas de participación por temporadas que en numerosos deportes ocupa todo el calendario anual, ha condicionado la renovación de los métodos de preparación, hoy día los juegos de una “serie” deportiva son utilizados como parte de la preparación especial con vistas a la campaña final o “Playoff”, con el consiguiente riesgo de no clasificar para esta por falta de preparación o llegar agotado a los juegos que decidirán el campeón de una temporada.
Las nuevas estrategias para orientar la preparación de los atletas exigen rediseñar los objetivos, pero las formas de control existentes para conocer los cambios del estado cognitivo (motor) de los deportistas no permiten evaluar el alcance de los objetivos propuestos. Una parte de los objetivos planteados en la estrategia, aquellos que orientan la optimización de las acciones propias del deporte no pueden ser evaluados y consecuentemente no se puede juzgar la efectividad del método empleado.
No puede incidirse entonces en el perfeccionamiento de las técnicas de una disciplina deportiva con nuevos métodos pedagógicos si no se conoce el grado de efectividad de las acciones realizadas en condiciones de competencia o modelación de esta, y solo es posible valorar la efectividad de las acciones deportivas mediante el control del proceso de entrenamiento. El control más preciso de la técnica deportiva es necesariamente cuantitativo y este también es encargo de la biomecánica deportiva.
Corresponde a los especialistas en biomecánica de la técnica deportiva construir indicadores que posibiliten la valoración del rendimiento técnico, la calidad de la ejecución técnica y la relación que estas tienen con las características antropométricas de los atletas, diseñar algoritmos de medición utilizando las tecnologías de obtención y procesamiento de imágenes, modelar las condiciones del entorno físico de realización de las acciones, suministrar a los entrenadores alternativas para la optimización de la técnica mediante tareas motoras, sugerir las formas de implementar variaciones en el patrón técnico utilizando los medios auxiliares disponibles, etc.
Una revisión del quehacer de los especialistas latinoamericanos en biomecánica de la técnica deportiva nos alerta sobre la dirección que ha toma la política científica en esta rama. En este sentido se aprecia que las investigaciones tecnológicas no están encaminadas a implementar nuevos métodos para controlar el perfeccionamiento técnico de los atletas, ni proponer procedimientos que hagan uso racional de las recursos tecnológicos al alcance del presupuesto destinado al desarrollo del deporte en estos países.
La optimización de los recursos energéticos para afrontar con éxito la actividad competitiva desde la forma de realizar las acciones propias del deporte ha quedado en manos del empeño de atletas y entrenadores mediante el método de ensayo y error, olvidando nuestros especialistas que una de las funciones de la biomecánica deportiva es acortar el camino hacia la forma deportiva. La obtención de la forma deportiva ha caído sobre los anchos hombros de la preparación física, incluso en los deportes cuyo objetivo fundamental de rendimiento es estético, con el hándicap de que los países con economías emergentes y subdesarrolladas no disponen de capital necesario para financiar equipos de monitoreo fisiológico del entrenamiento.
El presente trabajo tiene como objetivo describir las insuficiencias que aún subyacen en los especialistas en biomecánica de la técnica deportiva de Latinoamérica en la construcción y empleo de modelos mecánicos para el estudio de las acciones técnicas de los atletas de alto rendimiento.
La construcción de modelos mecánicos
El entorno se presenta ante el hombre en una riqueza inapreciable de características. La manera en que el hombre percibe y comprende el entorno en que está inmerso es a partir de un número reducido de estas características, las cuales integra en un cuerpo único para representar en su interior los componentes de la realidad: objetos, acontecimientos y procesos. A la integración de aquellas características que le permiten tener una percepción coherente y unificada del entorno, y que pueden ser utilizadas como recursos del pensamiento para transformar la realidad le llamamos modelos. Los modelos solo existen en forma de ideas en nuestra psiquis, su materialización parcial, total y reducida (a escala) se denominan prototipos.
Atendiendo al modo en que el entorno se nos presenta pueden distinguirse tres tipos de modelos: los que describen el objeto, los que describen los cambios de estado del objeto, y los que permiten describir la ley de movimiento o el conjunto de los estados por los que transita el objeto.
Para describir la forma en que se realizan las acciones deportivas es necesario conocer las características del sujeto que las realiza. Esta idea coincide con Sócrates, nacido hace 2400 años, quien manifestaba que no podríamos comenzar a entender el mundo alrededor de nosotros hasta tanto no entendiéramos nuestra propia naturaleza [2]. “No es posible concebir modelos mecánicos del movimiento del deportista sin modelar antes al propio deportista, de ahí la necesidad de construir modelos antropométricos de este a la par de describir las características de su movimiento” [3]. Es por esta razón que a lo largo de la historia los contribuyentes a la teoría que describe el movimiento concerniente a la disposición de los cuerpos en el espacio (cambios de ubicación, configuración y orientación con respecto a una referencia) y su metodología más extendida, el Análisis de Movimiento Humano (AMH), han centrado sus estudios en la construcción y perfeccionamiento de los modelos antropométricos del hombre, y los modelos que describen el movimiento de este.
Surgimiento y evolución del Análisis de Movimiento Humano
Los orígenes del AMH se remontan a la Grecia antigua, los primeros reportes se tienen de los estudios realizados por Aristóteles. Él escribió el primer libro de este contenido que se conozca, llamado "De Partibus Animalium" (Las Partes de los Animales), y podría ser considerado uno de los primeros biomecánicos [2].
En el siglo II de NE el médico Claudio Galeno de Pergamo realizó un trabajo monumental recogido en su obra (En la Función de las Partes) que resultaría el texto médico más recurrido del mundo durante los próximos 1400 años, tiempo este en que no apareciera ningún biomecánico de alguna importancia [2]. Sus estudios favorecieron el conocimiento de la geometría y distribución ósea, y la primera descripción plausible e integrada de la función de los músculos.
El AMH tuvo un salto importante en la persona de Leonardo Da Vinci, quien fuera considerado el más grande genio ingeniero de todas las épocas y uno de los más completos y significativos artistas de su tiempo. Sus estudios de la anatomía humana condujeron también a la construcción del primer robot que reconozca la historia, conocido como el robot de Leonardo, probablemente hecho alrededor del año 1495, aunque sólo se redescubrió en la década del cincuenta del pasado siglo. Realizó importantes estudios sobre la dependencia de la fuerza muscular de la inserción ósea. Inició además el estudio del vuelo de las aves y de la locomoción del caballo. Es también resultado de la investigación anatómica de Leonardo el Canon de Proporciones que él describiera en el Hombre de Vitruvio [4,5].
La hegemonía anatómica de Galeno finalmente fue desafiada cuando, en 1543, a la edad 29, el médico flamenco Andrés Vesalio publicó su texto maravillosamente ilustrado “Sobre la estructura del cuerpo humano”. Vesalio descubrió que las investigaciones de Galeno estaban basadas en la disección de animales, y no de seres humanos.
El año en que Vesalio publicó su obra muere Nicolás Copérnico. Ya en 1514 Copérnico había realizado un breve estudio del concepto heliocéntrico del sistema solar, pero conociendo la reacción de la iglesia a este tipo de teoría retuvo su publicación hasta que literalmente estuvo en su lecho de muerte. Sus deseos de explicar las órbitas de las esferas celestes no solo revolucionaron la astronomía sino también la mecánica al reintroducir el razonamiento matemático en las ciencias naturales, antítesis aristotélica del sentido común de la física [2].
Años más tarde el eminente astrónomo y físico Galileo Galilei hizo importantes contribuciones a la biomecánica. Se adentró en el estudio de los aspectos mecánicos de la estructura del hueso y los principios básicos de alometría. Sus logros provocaron una gran revolución en las ciencias de la naturaleza en general [4,6].
El mismo año en que fallece Galileo 1642, nace el más grande físico de todos los tiempos, Isaac Newton. El empleo de “un reducido número de principios generales, de los que se deduce lógicamente las propiedades y acciones de todos los objetos corporales” [7] considerados como modelos del planteamiento hipotético – deductivo de la ciencia experimental, es uno de los grandes aportes a la investigación científica hechos por Newton. Del estudio dinámico de los cuerpos Newton plantea tres leyes de las cuales se pueden derivar todos los principios de la mecánica clásica: la ley de inercia, la ley de fuerza, y la ley de acción y reacción [8], que fueron expuestas en su libro “Principios matemáticos de la filosofía natural” publicado en latín en 1687.
En Roma 1680-1681, el filósofo y naturalista Giovanni Alfonso Borelli escribió lo que es considerada su obra maestra: “De Motu Animalium” (El Movimiento de Animales) [9]. En este importante trabajo de biomecánica Borelli presenta una fisiología mecánica basada completamente en la naturaleza corpuscular de la materia. Éste constituyó un esfuerzo por extender a la biología el estilo riguroso del análisis geométrico usado por Galileo en la mecánica [2,10].
A finales del siglo XIX el científico francés y cronofotógrafo Étienne-Jules Marey inició los estudios de la circulación sanguínea, se adentró en el estudio de los latidos del corazón, de la respiración, de los músculos (la miografía), y de los movimientos del cuerpo en su conjunto [10]. Además desarrollo numerosos instrumentos para lograr mediciones más precisas.
Étienne realizó importantes estudios sobre el vuelo de aves e insectos, además de la descripción con éxito de la locomoción del caballo y la humana, mediante fotografía animada y cronofotografía con las que estudió ampliamente el movimiento incluso de animales microscópicos [10]. Estos trabajos aparecen publicados en sus obras: Le Vol des Oiseaux ("El Vuelo de Pájaros") en 1890, La Machine Animale en 1873 ("El Mecanismo Animal") y Le Mouvement en 1894 (“El movimiento”).
El surgimiento de la fotografía y el cine, delinean el comienzo del AMH mediante estas técnicas. La invención del video-tape, el desarrollo de la computación y la aparición con estos de los sistemas informáticos (software) de AMH, marca el inicio del estudio mecánico de la técnica deportiva tal como lo conocemos ahora. El desarrollo y miniaturización de emisores y receptores de señales de radio que permiten la realización en tiempo real del estudio del movimiento han creado una revolución incluso en las formas de conducción de la preparación técnica de los deportistas.
El perfeccionamiento de los medios para obtener la imagen del movimiento humano condicionó la aparición de los sistemas de procesamiento de imágenes utilizados en el cine. Las formas rudimentarias de editar las tiras fílmicas: marcando el celuloide, cortando con tijeras los cuadros inservibles y pegando las secuencias que se querían mostrar, cedieron paso a la tecnología digital y el uso de ordenadores personales. Dos de las operaciones básicas que se pueden realizar con cualquier tipo de datos informáticos aparecieron en los comandos “cortar y pegar” [11], precisamente las que se utilizan en el proceso de edición de imágenes.
Históricamente los estudios del movimiento de los objetos en la naturaleza fueron realizados a partir de la imagen que de ellos se podía obtener, independientemente de la forma en que estas fueran obtenidas, lo único que perfeccionaron nuestros antecesores fueron los modos de capturar la imagen del movimiento. La imagen del movimiento de los objetos ha trascendido como la técnica auxiliar más valiosa para el estudio de los cambios en la naturaleza, y la calidad de su obtención ha ocupado a los científicos en el pasado y la actualidad.
Nótese como a lo largo de la historia los contribuyentes al estudio del movimiento humano han centrado su atención en la construcción de modelos que permitan describir el movimiento de los objetos, o en la descripción del objeto que realiza el movimiento. Desde que Newton postulara las tres leyes de la mecánica clásica, la descripción del movimiento de los objetos macroscópicos ha tenido un respaldo teórico sólido y estable, no así los modos de capturar su imagen.
Ventajas del Análisis de Movimiento Humano
Una definición no muy extendida pero sí abarcadora del Análisis de Movimiento Humano, es la utilizaba por Arencibia Abreus (2006): “Se denomina así a la metodología de obtención y procesamiento de información sobre las características del movimiento que realizan los humanos durante la ejecución de tareas motoras, con el fin de construir modelos mecánicos de su conducta motora, y tal que esta comprenda los métodos de medición y observación, y técnicas que garanticen este último de forma indirecta.” [3].
Tanto en la enseñanza como el entrenamiento es necesario el estudio periódico de la técnica deportiva, y no menos importante es su valoración en las condiciones fundamentales de realización para la cual se han entrenado, el ejercicio competitivo. Sin embargo el reglamento de las federaciones deportivas y las convocatorias oficiales de los eventos deportivos dificultan la obtención de información para estudios de esta naturaleza. Los procedimientos de obtención y procesamiento de información utilizados en el AMH ofrecen ventajas sobre otros métodos de estudio de la técnica deportiva [1]:
Es posible hacer la medición de los sujetos durante la realización del ejercicio competitivo, sin colocarles dispositivos adicionales que puedan resultar prohibidos o molestos, debido a que la recogida de información mediante observación indirecta se obtiene con cámaras de video.
Pueden ser medidos con el fin de establecer comparaciones entre deportistas de otras naciones o de otras épocas siempre que se cuente con las grabaciones de video que muestren su desempeño en competencias u otro tipo de pruebas.
Permite construir el modelo antropométrico del deportista y describir geométrica y analíticamente las características del movimiento de este durante la ejecución de una técnica deportiva dada.
Una metodología de estudio no destructivo del objeto y de mínima influencia sobre este en las condiciones de ocurrencia del fenómeno, para la comprensión mecánica de las acciones motoras del hombre, tiene necesariamente que ser bienvenida, pero no es razón por el simple hecho de recaudar mejor la imagen en movimiento en virtud del nuevo medio para comportarse como si este último se hubiese independizado del método y en una rápida carrera incluso superando al problema, ni para no notar que desde el surgimiento de la mecánica clásica hace casi 400 años los únicos cambios del AMH han sido en los instrumentos de recoger la imagen y en los de medir. Los antiguos también realizaban los estudios a partir de la imagen solo que tenían que dibujarla ¿Cómo es posible que sustituir la pluma por el emisor de onda corta o la cámara de video de alta frecuencia halla podido confundir hasta hacer perder el camino a los biomecánicos de la Nueva Escuela Latinoamericana?
La visión del AMH en Latinoamérica. Una ruptura con la historia
En los trabajos investigativos presentados en eventos regionales y publicados en revistas científicas con salida internacional [12,13,14,15], se aprecia que el accionar de los especialistas está encaminado a la concepción de modelos cualitativos que pretenden resolver problemas de descripción general de la técnica deportiva, sin percibir que los modelos de esta naturaleza tienen los siguientes problemas:
Siendo modelos correspondientes a una ciencia exacta, ni explotan las herramientas de la biomecánica porque en ellos se excluye la descripción cuantitativa, ni cumplen las funciones filosóficas del modelo: la explicación de los hechos y el pronóstico.
La pretensión de realizar una tarea tan general como es la descripción matemática precisa de la técnica deportiva, no ya en los deportes estéticos o tácticos (la gimnasia artística y el karate) donde la cantidad de técnicas puede ser de varios cientos sino en los deportes capacitativos donde el número de técnicas que utiliza el deportista para desempeñarse puede ser solo una (lanzamiento de la bala, tiro con arco), constituye un trabajo monumental y casi irrealizable que además no aportaría ventaja alguna.
Para abordar trabajos de esta naturaleza no es posible determinar los tipos de medios y la cantidad de estos que se necesitan, dado que el supuesto problema a resolver y la contradicción que le dio origen no han sido ni identificados, ni formulados, ni demostrados, lo cual parece y resulta absurdo.
La acción es la influencia directa del individuo sobre los objetos del entorno [16], la forma de realización de las acciones es lo que percibimos. Los modelos que describen la forma óptima de realización de las acciones, entendiéndose como óptimo: la economía de esfuerzo, la economía de recursos energéticos, la economía de tiempo de ejecución, la cantidad mínima de acciones simples en su composición, y que además puedan asimilarse como hábito motor [1], es lo que se conoce como técnica deportiva. Es la tarea, la acción que resuelve la contradicción del sujeto con el entorno; como la técnica, la forma concreta de realización de la acción; y la fuerza, la magnitud que describe cuantitativamente la medida de esta “…la técnica solo se comprende como conocimiento pero se percibe como modo concreto de realización de la acción” [16]. Es por eso que la técnica es lo que se observa, y la acción lo que se mide.
El camino para estudiar la acción es a través de la forma en que esta se realiza y puede ser percibida, en consecuencia una descripción precisa de las acciones no puede escapar al estudio cuantitativo.
Aún cuando el contenido técnico resulta el distintivo principal de los deportes (si se obvia el contenido técnico se nos hacen indistinguibles los deportes), la técnica deportiva en los niveles elite (alto rendimiento) esta subordinada al individuo que la realiza y lo que se comprende como técnica deportiva a ese nivel no es lo que se ejecuta en las condiciones de competición, sino una adecuación personalizada de esta que llamamos maestría deportiva. A este nivel el formalismo de la técnica es abandonado y superado por la maestría deportiva.
La maestría deportiva evidencia una adecuación a la forma patrón (la técnica) de realización de las acciones deportivas, que es óptima por estar condicionada a aspectos propios del individuo que la realiza, a saber: antropométricos, funcionales y socio-culturales. Es por esta razón que si el entrenamiento para la alta competición es personalizado, la aprensión de la técnica es tan personalizada como el resto de los componentes del entrenamiento, y la comprensión mecánica de la técnica deportiva no puede estar al margen de este proceso. Sin embargo la escuela latinoamericana de biomecánica desconoce esta relación dialéctica.
La personalización del entrenamiento deportivo plantea hoy día un sin número de contradicciones y problemas particulares que muchas veces son propios de un solo individuo, y cuya solución se hace concreta en modelos específicos que resuelven estos problemas. Los modelos generales son inservibles para resolver problemas particulares y carecen de aplicación práctica. La única aplicación que puede tener un modelo general cualitativo de una técnica deportiva es que sirva de base para su enseñanza, pero esos modelos ya existen, las contribuciones que hoy día se hacen a los modelos generales son insignificantes.
En tanto la escuela latinoamericana de biomecánica de la técnica deportiva ha errado el camino y función del AMH, los modelos cualitativos que proponen no son un escalón hacia la descripción cuantitativa de la técnica. Pretender resolver un problema tan general como es la descripción de la forma patrón de realización de las acciones, a partir del estudio de individuos que por su naturaleza y cultura exhiben una deformación de la técnica adecuada a sus condiciones intrínsecas, manifiesta una profunda incomprensión de la metodología del conocimiento científico.
La construcción de modelos matemáticos avanzados podrían indicar las tendencias (futuras variaciones) de la técnica deportiva, pero como modelo patrón para su enseñanza. Así como en un período la técnica de “salto de tijera” predominó en la modalidad de salto de altura del atletismo de campo, esta fue sustituida por la de “barrel roll” (rodillo ventral), y luego reemplazada por una ejecución completamente diferente, el “Fosbury flop”, que es la actual técnica de salto y la más extendida. Pero la actual técnica de salto no se descubrió por los entrenadores a expensas de su experiencia personal ni de la comprensión iluminada de los saltadores resultado del empleo extensivo del método de aproximaciones sucesivas o el de prueba y error u otro cualquiera por el estilo durante el entrenamiento de campo, como es el caso de las anteriores, sino a partir de estudios mecánicos de la técnica deportiva conducentes a la solución de un problema concreto realizado por individuos que apenas sabían saltar y no en el gimnasio o el campo de salto sino en el laboratorio de biomecánica.
Las funciones del estudio mecánico de la técnica deportiva son, por una parte la adecuación de las acciones técnicas a las condiciones propias del individuo que la realiza, de tal manera que se reduzca el tiempo en que este alcance la maestría deportiva. De no emplearse el método científico, es el deportista quien debe descubrir por si mismo la mejor forma hasta lograr adquirir la maestría deportiva y esto aumentaría el intervalo de tiempo desde su iniciación como atleta en detrimento de su vida útil competitiva, todo ello en el caso fortuito y raro en que lo logre.
A esta altura del ensayo pudiera pensarse que los especialistas en biomecánica deportiva han centrados sus estudios en el perfeccionamientos de los medios de obtención y procesamiento de los datos. Por supuesto que el desarrollo de los medios puede incidir en el alcance de los objetivos propuestos si el método que se utiliza para resolver un problema no es erróneo. Sería provechoso que los biomecánicos de Latinoamérica estuvieran orientados a la construcción y perfeccionamiento de los medios de estudio y control del rendimiento de la técnica deportiva, pero este no ha sido el caso. Paradójicamente han estado ocupados en explorar las enormes posibilidades que brindan los Software de procesamiento de imágenes, los equipos de captura de movimiento, los programas de AMH, etc., sin percatarse que el conocimiento de todas las prestaciones de una herramienta no garantizan el alcance de los objetivos. Adviértase que no es necesario conocer todos los comandos del programa Word del paquete Office de Microsoft para redactar con éxito un informe de investigación, pero si no se tiene una idea clara del contenido del texto, no alcanzarían los comandos disponibles para elaborarlo.
Conclusiones
Los especialistas latinoamericanos en biomecánica de la técnica deportiva no son capaces de resolver hoy las contradicciones que plantea la relación entre el modo de realizar el control de la preparación técnica de los atletas y los objetivos sociales del proceso de entrenamiento (el resultado deportivo).
La solución a las contradicciones que hoy la escuela latinoamericana de biomecánica de la técnica deportiva no puede resolver no está dada por la inexistencia de recursos materiales disponibles, ni las insuficiencias que pudiera tener la teoría que respalda los estudios en este campo, las insuficiencias radican en la concepción con que encaran los problemas. Los biomecánicos de Nuestra América desconocen el rol de los medios y su relación con el objetivo, a tal extremo que confunden el empleo de estos con el objetivo de la investigación.
La Escuela Latinoamericana de Biomecánica de la Técnica Deportiva quedó encandilada con los nuevos medios, pasando a rendirle tributo al dominio de la herramienta y olvidando que la solución de un problema es quien reclama un método del que los medios son solo el soporte material, la herramienta como medio carece de existencia propia: no hay lugar para su empleo sin objetivo que alcanzar, ni objetivo sin problema.
Esto es lo que Michel Godet [17] quiere significar cuando dice “…las herramientas no deben sustituir a la reflexión ni frenar la libertad de elección.” Y a continuación en el mismo párrafo: “Se trata de un combate paradójico que hace tiempo llevamos desarrollando: Por una parte, difundir las herramientas y, por la otra, pasarnos una buena parte de nuestro tiempo disuadiendo a los neófitos de utilizarlas si no es de manera apropiada y oportuna”.
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