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Lic. en Lingüistica (UBA)
Trabajo presentado en el IIº Encuentro de Deporte y Ciencias Sociales Facultad de Filosofía y Letras - UBA
Organizado por el Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte - 6 de noviembre de 1999
Resumen
En los estadios de fútbol de Argentina los partidarios de cada equipo (la "hinchada") corean cantos para apoyar a su bando o intimidar al contrario. Estos cantos tienen la particularidad de ser muy elaborados, no sólo desde el punto de vista formal -complejidad y variedad de la música y la rima-, sino también desde el punto de vista del contenido. En efecto, las temáticas que aparecen en el discurso de la 'hinchada' no tienen que ver estrictamente con el deporte, sino que frecuentemente asocian a lo futbolístico cuestiones ideológicas muy diversas como la política, el sexo, el poder, la discriminación (racial, religiosa, nacionalista, sexual), determinadas valoraciones éticas y morales, etc. En este trabajo se presenta un análisis del discurso que emerge de un corpus de 150 cantos de "cancha" (estadio). El análisis de estas instancias discursivas permite sondear algunos contenidos del imaginario colectivo que circulan en la sociedad y que allí se manifiestan de una forma particularmente descarnada por el semi-anonimato asociado a las manifestaciones masivas.
Palabras clave: Cantos de hinchada de fútbol. Análisis del discurso. Imaginario colectivo.
Introducción
El canto de cancha es un género discursivo asociado a una esfera de la praxis, el fútbol, particularmente significativa en nuestro país, cuyo peso social se puede apreciar en la importancia del rito de los partidos del domingo. En su artículo "Las marcas de la pasión", Carlos Battilana dice que "(...) el fútbol supone mucho más que una recreación o un simple esparcimiento; lo que se manifiesta a partir de él se encuentra vinculado a prácticas sociales y a situaciones que movilizan sentimientos profundos entre los sujetos que participan". En nuestro país en torno al fútbol se configura una parte importante de la identidad. Ya desde muy temprana edad, los chicos se enfrentan a la pregunta "¿de qué cuadro sos?". La pertenencia se estructura fuertemente en la típica respuesta: "Soy de Boca", "Soy de River", etc.
El hábito de elaborar cantos para las tribunas es una práctica instalada entre los hinchas de los diferentes clubes y no hay partido en el que no se coree algún cantito. Si bien el aliento al propio equipo con consignas y gritos es algo común a muchos países del mundo, en el caso de Argentina es notoria la complejización de estos cantos de estadio que incorporan diversas músicas, construyen canciones de varias estrofas, y se corean masivamente.
Esta costumbre nació tímidamente en las primeras décadas del siglo, con cantos de aliento muy simples, y con el correr del tiempo se fue afianzando, los cantos se hicieron más complejos, más largos, más demostrativos de sentimientos de amor, de odio, de tristeza y de alegría, fueron apareciendo alusiones a la actualidad política, a temas sociales, y fue tomando cuerpo una expresión ideológica del fútbol que tiene sus propios códigos y que emerge en este tipo discursivo particular que son los cantos de cancha.
En los últimos 20 años, los cantos de estadio han ido cargándose notoriamente de amenazas, insultos, violencia e intolerancia. En este sentido, existe una diferencia considerable con los cantos anteriores a los años 70, que eran menos agresivos, tendían mas al festejo y al aliento al propio equipo.
Este trabajo ha sido realizado en base a un corpus de 150 cantos de hinchadas, correspondientes en su mayor parte a las últimas dos décadas y a partidos entre clubes locales. El objetivo que me he planteado es intentar un abordaje de este emergente con las herramientas del análisis del discurso y la pragmática. Este es, evidentemente, sólo uno de los abordajes posibles.
En tanto género discursivo el canto de cancha tiene la particularidad de ser una modalidad de discurso colectivo. Producidos y reproducidos desde el anonimato de la hinchada, del grupo, los cantos de cancha dejan traslucir una voz supraindividual que se manifiesta con características de coherencia y cohesión, con elementos que se repiten y homogeneizan la construcción discursiva, aun cuando sean producidos por diferentes hinchadas. Teniendo en cuenta la masividad de esta forma de expresión, nos interesa ver qué dice esa voz que se erige en voz colectiva, qué tipo de visión del mundo asoma en los cantos de hinchadas.
Por otra parte, desde el punto de vista de los objetos de estudio que tradicionalmente ha abordado el análisis del discurso, este trabajo presenta una particularidad. Por lo general, los objetos de estudio privilegiados por los analistas del discurso han sido tipos más estructurados como el discurso político o parlamentario, el discurso de la prensa, el discurso literario, el discurso de la publicidad, el discurso histórico. El estudio de los cantos de la hinchada de fútbol pone en la mira un tipo discursivo que si bien parte también de un trabajo de elaboración, está más cerca de una modalidad de expresión espontánea e inmediata, más popular en su forma y contenido, y por lo tanto permite tomarle el pulso al imaginario social desde ese ángulo.
Finalmente cabe destacar que se trata de una forma de expresión oral, en la que además existe una preocupación por la musicalidad y la rima que altera las formas típicas del habla común.
El análisis del discurso es una corriente relativamente nueva que parte de la lingüística aplicada y la pragmática, e intenta vincular los enunciados a sus condiciones socio-históricas de producción. Como práctica teórica tiene por lo tanto la peculiaridad de situarse en un terreno necesariamente interdisciplinario, ya que por definición se ocupa de una praxis discursiva ubicada en contextos determinados y condiciones sociales concretas.
La noción de "formación discursiva" de Foucault (Foucault: 1969) permite entender los discursos como inscriptos dentro de una serie de relaciones entre instituciones, procesos económicos y sociales, formas de comportamiento, sistemas de normas, formas de clasificación, etc. Dicho en otros términos, la formación discursiva puede ser considerada como lo que puede o debe ser dicho en determinada posición y en una situación dada. Michel Pêcheux, desde una posición algo diferente, entiende el discurso como una producción de sentido relacionada a una formación ideológica correspondiente a una coyuntura y una formación social determinadas.
Retomando estas ideas, diremos que las características de las prácticas discursivas relacionadas al fútbol van a reflejar no sólo los avatares del deporte sino también ciertas características de la sociedad en la que se producen.
D. Maingueneau (1987) sostiene que en el discurso hay una deixis fundacional, que marca el reflejo a nivel textual de las condiciones de producción de ese discurso. De tal modo que desde el plano discursivo se pueden estudiar las escenas sociales que subyacen y el imaginario que las sustenta. El análisis del discurso permite, de esta manera, restituir la escenografía de una formación discursiva.
La formación discursiva confiere una "corporalidad" simbólica a la figura del enunciador y correlativamente a la del coenunciador. Les da cuerpo textualmente. Siguiendo esta idea, en este trabajo analizamos cómo se construye en los cantos de estadio la imagen respectiva del propio equipo y del equipo contrario.
Por último, este estudio nos lleva a una reflexión sobre el fenómeno de la identificación de un sujeto a una formación discursiva y la relación formación discursiva - comunidad discursiva. A través de la adhesión al "canto" se produce algún grado de "incorporación" de los sujetos a esquemas que definen, a nivel simbólico, una forma específica de habitar el mundo. Es en base a esto que ciertos enunciados pueden llegar a movilizar fuerzas e investir redes sociales.
Los niveles de análisis que abordamos son el estudio de las marcas de la enunciación, el nivel semántico, las condiciones de producción del discurso y la polifonía enunciativa y algunos indicadores de la interacción comunicativa y la intertextualidad.
1. Las marcas de la enunciación
Comenzaremos por el estudio de las marcas del enunciador y del destinatario. En términos globales podemos definir 2 tipos de cantos: los que contienen marcas de persona (primera y segunda persona) y los que no.
En nuestro corpus predominan los que presentan marcas de 1º y 2º persona, en relación de sujeto / objeto, con fuerza ilocutoria de expresión de amor-aliento, o amenaza-insulto, según se trate del propio equipo o del contrario.
Los estribillos destinados al mismo bando llaman por lo general al festejo anticipado o a la violencia. En el caso de los destinados al bando contrario hay un interlocutor privilegiado, que es el enemigo histórico que tiene cada equipo, al que siempre se le dedica algún canto, independientemente de que esté presente o no en ese momento en la cancha.
Hay también algunos relatos que podríamos llamar "épicos", de enfrentamientos entre hinchadas realizados muchas veces en primera persona. (ver al final en "Ejemplos" el Nº 17).
El uso de la primera persona es el más frecuente en los cantos. Hay una cantidad similar de cantos que tienen sólo marcas de 1ra persona del singular o sólo marcas de 1ra del plural. Predominan los que contienen ambos tipos de marcas combinadas. La frecuencia del uso de la primera persona del singular no deja de ser curiosa, teniendo en cuenta que se trata de una situación de enunciación colectiva.
En cuanto a su distribución en relación al tipo de contexto en que aparecen, observamos que el uso de la primera persona del singular está asociado con la expresión del sentimiento y de la fidelidad al equipo. Esta es una estrategia discursiva que compromete al enunciador individual a nivel de la identidad y la pertenencia. Desde esta primera persona del singular se construye sólidamente la identidad haciendo hincapié en su carácter perdurable (Ver en "Ejemplos", el Nº 4: "Yo soy del cuervo desde que estaba en la cuna (…)").y la pertenencia resaltando el carácter incondicional de la misma ("Ejemplos", Nº 54, "ganes o pierdas te sigo igual").
En cambio, el uso de la 1º persona del plural está asociado al aliento al propio equipo y la amenaza al contrario. En este caso, la estrategia de enunciación en 1a. del plural refuerza el aspecto numérico frente al otro, factor que coadyuva a la intimidación. Es decir que al elegir realizar el acto enunciativo de la amenaza desde el "nosotros", se está reforzando el acto ilocutorio mediante la selección (inconsciente, pero no por eso ingenua) de la persona gramatical.
Respecto a las marcas de 2º persona en posición de objeto, es notorio el uso predominante de la 2a persona del singular. Esto puede explicarse por el hecho de que en la variante del castellano que se habla en Argentina, como en muchos otros países, la segunda persona del plural (ustedes) tiene las mismas marcas para el verbo que la 3ra del plural. La construcción resulta imprecisa. Comparemos por ejemplo:
yo te quiero ver campeón (a vos)
yo los quiero ver campeones (¿a ustedes o a ellos?)
En el primer caso el enunciatario en 2da persona es evidente. En el segundo es isomorfo respecto a la tercera persona, y por lo tanto el referente del pronombre "los" es ambiguo. Puede objetarse que la frase se desambigua en la escucha, pero en el corpus encontramos que se prefiere la construcción en 2ª. del singular y nuestra hipótesis es que la causa puede encontrarse en la ambigüedad que acabamos de señalar.
Sobre el total de cantos con marcas de segunda persona, sólo en un 10 % se usa la segunda persona del plural y en el 90 % restante la segunda del singular. La segunda persona se refiere a veces al propio equipo, a veces al equipo contrario y otras veces a algún individuo en particular identificado con uno de ambos (el arquero, el árbitro, algún personaje famoso de la hinchada, etc.).
En los casos en que la 2º persona remite al equipo contrario, hay dos fuerzas ilocutorias predominantes cuya temática se analiza más adelante: por un lado los insultos y burlas, y por otro las amenazas.
Cuando el enunciatario correspondiente a la 2º persona pertenece al mismo equipo, el tipo de acto de habla tiene que ver con el afecto (algunos cantos son verdaderas declaraciones de amor) el aliento, el pedido a los jugadores de que pongan fuerza y coraje, y el llamado a la fiesta.
El segundo tipo de cantos es el que no presenta marcas de primera ni segunda persona. Son menos frecuentes. La 3º persona, que Benveniste llamaba la no-persona, aparece en dos tipos de cantos: los de contenido narrativo y los de contenido descriptivo. Los primeros son relatos "épicos", sobre sucesos ocurridos en partidos anteriores. Los segundos, los descriptivos, tienen por objeto poner en relieve al propio equipo y rebajar al contrario (por ejemplo, los cantos especialmente denigrantes contra Boca en relación a la composición más popular de sus simpatizantes) (ver en "Ejemplos" el Nº 11).
2. Nivel semántico: redes semánticas, temas predominantes y recurrentes
A partir del análisis semántico de los diferentes tópicos se puede deducir la construcción de la imagen del propio equipo y del equipo contrario. Se analizaron las redes semánticas de los insultos, las burlas, las amenazas, el autoelogio, la victoria, los apelativos aplicados a los clubes, y la expresión de los sentimientos y los afectos. El estudio a nivel semántico se basa en el relevamiento de redes significantes, la determinación de los significados a partir de las relaciones paradigmáticas y sintagmáticas, el estudio de las oposiciones y equivalencias.
a) análisis semántico de los insultos y las burlas:
Predominan los insultos de índole sexual: la feminización o prostitución del adversario, la atribución de un rol sexual pasivo, la homosexualidad como insulto. (Ver "Ejemplos", Nº 7: "son todos putos", y el Nº 115).
Hay una amplia gama de insultos relacionados con la identidad social y el lugar o el rol dentro de la esfera social, tales como la atribución de un trabajo considerado denigrante ("Ejemplos", Nº 15), de una posición socioeconómica marginal (ver "Ejemplos", Nº 52), la nacionalidad ("son de Bolivia y Paraguay", "Ejemplos", Nº 13), la raza ("negros", "Ejemplos", Nº 13), la pobreza, la suciedad, el olor, una relación asimétrica o de sometimiento (de padres/hijos, "Ejemplos", Nº 24). La acusación de complicidad con la policía, el enemigo común de todas las hinchadas, es otro insulto recurrente ("Ejemplos", Nº 7).
Otros insultos están relacionados a ciertas características subjetivas: por ejemplo es especialmente frecuente el calificativo de "amargo", que se opone a la capacidad de festejo, a la vitalidad y al "aguante" (entendido como persistencia y fidelidad al equipo). ("Ejemplos", Nº 75) La cobardía ("cagón", "Ejemplos", Nº 69) es otro leit-motif.
b) análisis semántico de las amenazas:
Las amenazas se relacionan con :
- la agresión a las personas: en muchos casos es de índole sexual (explícita o implícita, "Ejemplos", Nº 27), amenaza de muerte ("Ejemplos", Nº 87), y otras de diverso tipo (correr al contrario, etc.).
- las agresiones al espacio físico (al barrio, al estadio): con verbos como robar, romper, quemar o prender fuego ("Ejemplos", Nº 106).
- la negación de la existencia del contrario o de su capacidad ("vos no existís", "Ejemplos", Nº 70).
c) análisis semántico del autoelogio:
El autoelogio se basa en :
- la profundidad del sentimiento, el compromiso y la fidelidad.( "Ejemplos", Nº 54 y 81: "lo sigue a Boca y no pide nada")
- la superioridad (numérica, en valor o en saber hacer), la capacidad de someter sexualmente al contrario ("Ejemplos", Nº 27), el machismo.
- la capacidad para ejercer la violencia ("Ejemplos", Nº 106)
- el "aguante" (la constancia y el sostén al equipo aún en las malas), seguir al equipo a todas partes.
- la gente, los que siguen al equipo ("Ejemplos", Nº 70)
d) análisis semántico de la victoria: La victoria aparece en los cantos asociada al festejo, en particular aparece un elogio del descontrol, del vino, y la droga ("cocaína", "Ejemplos", Nº 69). También está asociada a la vuelta olímpica como hecho triunfal, a los bombos como forma de proclamar el triunfo.
Las acciones de la hinchada en relación a la victoria son: tomar vino, fumar porro/ usar cocaína, dar la vuelta, festejar, estar loco, saltar, cantar.
e) análisis semántico de los apelativos de las hinchadas:
Los apelativos aplicados a las diferentes "hinchadas" están relacionados con diversos aspectos, y en muchos casos resultan de un trabajo metafórico (ej.: lobo, gallinas) o metonímico (ej.: "rojo", el color de la camiseta, "quemeros", por la proximidad de la "quema"). Muchos son nombres de animales (cuervo, lobo, gallinas, calamar, bichos colorados, león); otros remiten a la identidad en relación a lo barrial o a una supuesta actividad laboral (bostero, quemero, tripero, sabaleros, pincharratas, basureros), o a la extracción social de la hinchada (academia, millonarios, xeneizes (= genovés)); a determinados sucesos o hechos propagandísticos de los clubes (leprosos, canallas, matadores, mens-sana, el fortín), o bien a objetos, colores o fenómenos de diversa índole (ciclón, globo, taladro, diablos rojos, el rojo, los granates). Muchos de estos apelativos surgen como insultos pero luego son asumidos o reivindicados por el mismo equipo destinatario del insulto. (Ej.: "bosteros")
f) análisis semántico de la expresión de los sentimientos, lo afectivo:
En el artículo "Las marcas de la pasión", Battilana analiza la expresión de los sentimientos en el fútbol como "un cierto estado de ingenuidad, incluso de indefensión social". Dice que:
"Resulta paradójico, por los elementos negativos con que es considerado desde cierta intelectualidad, pero el fútbol, en tanto espacio de costumbres y saberes ritualizados, resulta una práctica pública donde se despliegan y verbalizan abiertamente los "sentimientos", y que se objetivan en el equipo, el cuadro, los colores; a su vez, en la devoción colectiva se declaran las marcas de la pasión."
Si bien no queda demasiado claro por qué Battilana asocia la expresión de los sentimientos con la ingenuidad o la indefensión, lo cierto es que hay todo un trabajo simbólico en los cantos de cancha, en torno a lo pasional.
La expresión de la afectividad es muy intensa en los cantos de estadio. Los valores asociados a un alto contenido afectivo son la camiseta, los colores del equipo, la gente, el estadio. Hay una gran cantidad de referencias al corazón, la vida (nacer, morir, dar la vida), la sangre. El sentimiento que se experimenta por el equipo se califica de "inexplicable" ("Ejemplos", Nº 54), "imparable", "descontrolado". Hay una frecuencia considerable de las nociones de querer, amar, enamorarse. ("Ejemplos", Nº 68 y 81).
Si bien no hemos podido realizar un trabajo comparativo sistemático con corpus de cantos de épocas anteriores, es posible que la expresión del sentimiento en estos términos sea relativamente nueva, y tal vez esté vinculada a una legitimación creciente de la expresión de los sentimientos por parte del hombre en nuestra sociedad.
revista digital · Año 4 · Nº 17 | Buenos Aires, diciembre 1999 |