Lecturas: Educación Física y Deportes http://www.efdeportes.com/ · revista digital |
Agradezco la colaboración para la realización de la presente a Fabiola Ferro,
compañera de trabajo en la Cátedra de Comunicación II de Ciencias de la Comunicación, Cátedra Ford.Trabajo presentado en el IIº Encuentro de Deporte y Ciencias Sociales Facultad de Filosofía y Letras - UBA
Organizado por el Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte - 6 de noviembre de 1999
Resumen
La presente comunicación procura indagar cómo una institución deportiva como el Club Atlético Deportivo Paraguayo se convierte en un lugar social en el cual se articulan y confrontan diferentes modos de construcción de la identidad de la comunidad paraguaya en Buenos Aires. Tomamos el análisis de un caso, focalizando en lo que fuera (y es) el 'marzo paraguayo' para diferentes sectores de la comunidad. La especificidad del Deportivo Paraguayo radica en que, a pesar de su propuesta fundacional, ha trascendido los supuestos límites del campo deportivo, lo cual genera fuertes enfrentamientos acerca de su papel para y en la comunidad imaginada. De este modo pretendemos exponer algunas de las discusiones y las implicancias que éstas tienen. Asumimos como base que la identidad es una construcción histórica y política con lo que el deporte se actualiza en esa clave y como uno de los terrenos de construcción y disputa de la misma.
Palabras clave: Identidad. Inmigración. Club Deportivo Paraguayo.
Introducción
La presente comunicación procura indagar cómo una institución deportiva como el Club Atlético Deportivo Paraguayo se convierte en un lugar social en el cual se articulan y confrontan diferentes modos de construcción de la identidad de la comunidad paraguaya en Buenos Aires. Analizo un caso, focalizando en lo que fuera (y es) el 'marzo paraguayo' para diferentes sectores de la comunidad.
La especificidad del Deportivo Paraguayo radica en que, a pesar de su propuesta fundacional, ha trascendido los supuestos límites del campo deportivo, lo cual genera fuertes enfrentamientos acerca de su papel para y en la comunidad imaginada. Pretendo exponer algunas de las discusiones y las implicancias que éstas tienen. Asumo como base que la identidad es una construcción histórica y política con lo que el deporte se actualiza en esa clave y como uno de los terrenos de construcción y disputa de la misma.
Identidad: una construcción conflictiva
La pregunta que atraviesa esta comunicación refiere a cómo un grupo de personas construye su identidad como paraguayos y cómo se define esa "paraguayeidad" fuera del Paraguay.
Más allá de la amplitud que implica esta indagación, me he acercado a un campo específico como es el fútbol, como terreno social desde el cual se construyen sentidos que reenvían el análisis hacia otros campos sociales. Por ello, el fútbol, como práctica, pasa a ser algo más que una acción corporal (tanto por parte de quienes juegan como de aquellos que asisten a los estadios): se convierte en una metáfora de la arena social, concebida como terreno de lucha por el sentido. El fútbol, al ser considerado como campo, permite concebir posiciones de sujetos, disposiciones y estrategias en relación a un tipo de capital (Bourdieu, 1990). Considero que parte de las estrategias que los inmigrantes asumen dentro de este campo les permite refuncionalizar dicho capital a partir de los intereses propios de la colectividad migratoria. Así, el Club Atlético Deportivo Paraguayo no sólo juega el campeonato de fútbol de la división "C" para salir campeón, sino que, además, disputa otros diversos objetivos (Halpern, 1998).
La relación entre identidad, migraciones y deporte abre un campo social en el que los actores construyen diferentes sentidos acerca de la relación entre el "nosotros" y "los otros"; vale decir, entre el grupo migratorio y la sociedad receptora. El fútbol como práctica significativa de (en) una institución que se autodenomina "paraguaya", como el Deportivo Paraguayo, redefine la concepción del deporte en clave identitaria (Alabarces, Rodríguez: 1996; Alabarces, Di Giano, Frydemberg: 1998).
El anclaje está hecho sobre los modos de lectura que los paraguayos instituyen en un campo como el fútbol, el cual plantea reglas diferentes a las de la vida cotidiana y, en cierta medida, opera, según los actores intervinientes, como un ritual. Estas reglas (tanto las del campo, como la redefinición en clave de ritual) permiten disputar, desde el deporte, sentidos dominantes de otros campos (como el jurídico, el laboral, el educacional, etc.) que, a priori, poco parecieran tener que ver con el deporte y actualizan, en la esfera pública, problemáticas que, en la vida diaria, permanecen encerradas en la privacidad de los inmigrantes1 .
Se propone, a partir de lo expuesto, un análisis de las significaciones que han atravesado el Club Atlético Deportivo Paraguayo durante los sucesos del "marzo paraguayo" (la crisis institucional y política desencadenada a partir del asesinato del Vicepresidente Argaña)2 , a la vez que se describen diferentes disputas que emergieron hacia dentro de la misma institución en torno de las fronteras simbólicas y la legitimidad (o ilegitimidad) que le atribuyen al club y su intervención en un conflicto que los mismos inmigrantes definieron como propio del campo "político".
Para analizar esta disputa es necesario rastrear aquellas definiciones que los inmigrantes otorgan al Deportivo Paraguayo, puesto que las discusiones no responden a una coyuntura específica, sino que es la contingencia la que actualiza problemáticas estructurales de la comunidad paraguaya. Esta estructuración es parte del proceso histórico de conformación de la comunidad y sus modos de instituirse como tal.
En este sentido, lo que interesa es describir cómo el Club Atlético Deportivo Paraguayo asume un doble juego: por un lado, se constituye en una referencia constante dentro de la comunidad paraguaya, puesto que su papel dentro de la Asociación del Fútbol Argentino le permite presentar la comunidad como "particular" y diferenciarse de las demás comunidades de frontera. Así, el Deportivo Paraguayo busca ser reconocido como "igual" a las demás instituciones que forman parte de la A.F.A., considerando que ese reconocimiento opera estratégicamente en sus dinámicas de contraestigmatización (Martini; 1999). El Deportivo Paraguayo procura una igualdad funcional que legitime su lugar como comunidad migratoria en un mismo piso de derechos que la sociedad receptora. A su vez, la diferenciación respecto de las demás comunidades de frontera permite su distinción dentro de los inmigrantes para legitimarse como comunidad sin ser subsumida bajo los criterios de homogeneización estigmatizantes que realiza el "sentido común" hegemónico acerca de "los inmigrantes de frontera". Con ello, este primer nivel de análisis se ocupa de estrategias de homogeneización, a la vez que de diferenciación.
Por el otro lado, el papel asumido como parte de la A.F.A. encuentra su límite en las dinámicas que su publicidad le permite. Quiero decir que, cuando el Deportivo Paraguayo se involucra en un conflicto claramente identificable como político, los diferentes sectores de la comunidad asumen posiciones diferentes al respecto, considerando, varios de ellos, que dicha intervención implica la asunción de posiciones que no forman parte del proyecto fundacional de la institución. En este sentido, se abre una brecha entre dos concepciones en tensión: la intervención como modo de sentar posiciones respecto de la situación política del Paraguay desde la Argentina choca con la postura más "acética" (y no "menos política" como se podría pretender) de permanecer en el campo del fútbol como único lugar legítimo de expresión de los inmigrantes.
El fútbol es tomado por ambos grupos, pero de maneras evidentemente opuestas: el primer sector considera que, así como produce reenvíos hacia otras problemáticas, el mismo le permite a la comunidad adentrarse en otros campos y explicitar su presencia (por ejemplo en la página de política de los medios de comunicación gráficos) de manera legítima. El segundo sector considera que es solamente en el campo del deporte donde la institución puede y debe manifestarse. La comunidad, desde este sector, no se debe mostrar como "la bolsa de gatos" que la constituye, ni debe buscar entrar en disputas.
Durante el "marzo paraguayo", este conflicto se hizo evidente y logró concentrar las discusiones que tematizaban, ya no sólo la crisis institucional del Paraguay, sino también el papel que había tomado el Club Atlético Deportivo Paraguayo desde la Argentina (o más específicamente, Buenos Aires).
La pregunta de apertura de la presente se puede responder considerando que la identidad no es una esencia, ni un entramado armónico: la construcción de identidades es un proceso conflictivo, histórico y político, y en este proceso se van instituyendo los límites simbólicos de la imaginación de la comunidad. Es en el terreno de la interacción, del conflicto por la apropiación e institución del sentido del "nosotros" que se construyen las fronteras del grupo étnico (Barth, 1976). En este sentido, sostengo que la comunidad paraguaya en Buenos Aires se instituye a sí misma como real a partir de imaginarse como existente (Anderson, 1991), ya sea por la tematización de problemáticas comunes y por su ritualización en manifestaciones -tanto públicas como endogrupales-, por el reconocimiento de estas últimas como 'propias', como por los posicionamientos que los diferentes actores sociales asumen en ellas -tanto respecto del mismo colectivo como en su relación con la sociedad mayor-.
Lo que me interesa analizar es el entramado de sentidos que se generan en esas prácticas, ya que influyen en la construcción de la identidad, y cómo son 'apropiadas' por los diferentes grupos de agentes que componen esa comunidad.
En la propuesta de análisis he considerado que las disputas sobre diferentes actividades del Deportivo Paraguayo son leídas por sus actores en clave de construcción de "paraguayeidad", a la vez que esta "paraguayeidad" implica la legitimidad (o su inversa) de dichas actividades. Así se puede comprender que, en definitiva, aquello que se construye son diferentes modos de concebir al "nosotros".
Para dar cuenta de las implicancias del "marzo paraguayo" en la comunidad paraguaya en Buenos Aires es necesario hacer una recapitulación de cómo se vivieron dichos sucesos en la misma comunidad. Durante el "marzo paraguayo" se registraron una serie de concentraciones en Asunción y otras ciudades del Paraguay, de neta masividad popular. Dichas movilizaciones fueron cubiertas por la gran mayoría de los medios masivos de comunicación y por algunos medios de la comunidad.
A la vez, en la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de inmigrantes paraguayos realizó tres marchas frente a la Embajada del Paraguay con el objetivo de repudiar la represión que estaba teniendo lugar en el vecino país. Las marchas fueron realizadas los días 25 y 29 de marzo y el 23 de abril de 1999. Además, en estas manifestaciones en Buenos Aires, no sólo se asumía una posición respecto del proceso que ocurría a más de mil kilómetros de distancia, sino que también los diferentes discursos circulantes ponían en escena una serie de conflictos hacia dentro de la comunidad paraguaya aquí residente y entre ésta y la sociedad receptora. Estos conflictos permiten comprender las marchas como complejas yuxtaposiciones de luchas sociales e identitarias (Halpern, 1999), a la vez que reconocer lo expuesto arriba acerca de los diferentes posicionamientos que los inmigrantes asumen frente a su intervención en la arena pública.
Los límites para intervenir en lo público
Para poder abordar la situación vivida dentro del Club Atlético Deportivo Paraguayo durante el "marzo paraguayo" es necesaria una pequeña reseña histórica de la institución que contextualice y permita acceder a los sentidos construidos por sus integrantes.
La misma nace en 1961 y se localiza en la zona del barrio de Constitución para mediados de los '80, cuando adquiere por fin la sede central en la que se ubica hoy.
La institución desarrolla diferentes actividades (presentación de libros, charlas sobre historia del Paraguay, grupos de danza, torneos de fútbol interno -"Campeonato de los pueblos"-, etc.), y reconoce como actividad fundacional la práctica del fútbol, federado en la A.F.A. Sin embargo, durante varios años (desde su fundación hasta principios de los '80), la institución tan solo desarrolló el fútbol como su actividad central (incluso la única). Durante la década del '80, el Deportivo Paraguayo vivió un proceso de transformación radical, producto de la articulación de diferentes sectores sociales inmigrantes que luchaban contra el stronismo vigente en ese entonces en el Paraguay.
Obviamente no se puede dejar de establecer una relación con los procesos ocurridos en la Argentina respecto de la recuperación de la institucionalidad formal democrática. No obstante, considero que la comunidad paraguaya vivía, también, procesos propios, producto de una migración que no era tan solo económica, como se pretende en la mayoría de la bibliografía que da cuenta de la migración paraguaya a la Argentina.
El alto índice migratorio paraguayo y sus flujos masivos se corresponden con procesos de crisis política en el Paraguay: tanto en la guerra civil de 1947 con más de 200.000 exiliados según el trabajo de investigación realizado por Fisher, Palau y Pérez, (1997; 22)3 , como desde la asunción del dictador Alfredo Stroessner, en 1954, hasta mediados de los '70, tal cual se desprende del trabajo de investigación sobre el "Operativo Cóndor" de Boccia Paz, González y Palau Aguilar (1994).
Junto a estos materiales, he registrado, en los testimonios de muchos informantes, una relación entre la migración, el exilio y la política como parte de la reelaboración de sus procesos migratorios y de los modos de construcción de identidad: diferentes informantes se han definido como exiliados políticos, como migrantes políticos, o como migrantes no-políticos, mostrando en cada caso una fuerte relación entre "la política" y la migración.
De este modo, me he encontrado ante un desafío en la investigación, el cual ha consistido en la redefinición de varios presupuestos iniciales de la misma. Esta revisión me ha permitido adentrarme en los modos de construcción de paraguayeidad según diferentes grupos migratorios. La migración no es, entonces, un mero desplazamiento físico. Se convierte en una compleja relación de causas, imaginarios, historias, expectativas, etc.
En el Deportivo Paraguayo han confluido, a partir de los '80, historias de inmigrantes que recuperan el proceso de la migración política de manera fundamental. Es ello lo que ayuda a comprender la importancia que tiene la institución para algunos grupos vinculados con los aparatos partidarios del Paraguay y su permanente lucha por la conducción de la institución. La continuidad de las relaciones que los inmigrantes mantienen con el proceso político institucional del Paraguay se plasma en diferentes reclamos históricos de la comunidad que aparecen evidenciados, entre otros, tanto en el momento de la sanción de la nueva Constitución Nacional del Paraguay (1992), como ante la posible firma de convenios migratorios entre el Paraguay y la Argentina (1998 y 1999).
La fuerte presencia de la Embajada del Paraguay en el Deportivo Paraguayo hasta entrados los '80 marcaba esa estrecha relación entre el club y el proceso político dominante del Paraguay. Algunos informantes han definido a la institución de aquel entonces como una entidad llena de "pyragües" (en guaraní: soplón, denunciante de la policía). Por otro lado, también han considerado, metafóricamente, que el desplazamiento de la Embajada hizo de la institución un "territorio liberado" para los paraguayos en Buenos Aires.
A su vez, el mismo desarrollo histórico y las acciones de los agentes han ido modificando las áreas de intervención de la institución, proceso que me ha permitido reconstruir el modo de incorporación de diferentes actores a la institución. Así, la transformación que se diera en los '80 no es producto de la casualidad, sino que responde a dinámicas de confluencia de grupos que migraron del Paraguay, como quedara señalado, por motivos políticos, entre otros.
Como dinámica de intervención que se dieron varios de los emigrados por razones políticas, en la década del '80 se evidenció dicho proceso de lucha contra los "representantes funestos del stronismo" que gobernaban la institución. A partir de un fuerte trabajo realizado en el Gran Buenos Aires, los "jóvenes" (denominación que se atribuye a quienes llevaron adelante este proceso) lograron conformar una base que replanteaba los objetivos del club. La progresiva propuesta de actividades (clases de guaraní, campeonatos de fútbol internos en la que cada equipo representara a los diferentes Departamentos de Paraguay, apertura de espacios de discusión sobre literatura e historia, etc.) logró un consenso que llevó a un proceso de politización a partir del cual la entonces conducción de la institución quedó emparentada con la Embajada y ésta, obviamente, con el stronismo.
Esa politización permitió articular las ideas fundacionales de la institución con las reivindicaciones contra el gobierno de Stroessner y sus 'pyragües' en Argentina. Así, la pelea por la conducción de la institución se convirtió en una lucha contra la Embajada y el Estado paraguayo.
El Deportivo Paraguayo consiguió ocupar un lugar que articulaba la vida cotidiana de los paraguayos en Argentina (ya en democracia) con dos ejes: por un lado, la situación política en Paraguay en esos días; por el otro, la reapropiación de actividades cotidianas de Paraguay que se podían articular en el contexto de Buenos Aires en una institución que comenzaba a generar lazos con otras organizaciones existentes, sobre todo el Equipo Pastoral Paraguayo en la Argentina (EPPA), de neto corte antistronista.
Esta doble relación de la vida cotidiana permitió un modo de lectura de la historia y de la condición migratoria que fue sumando adherentes. El Deportivo Paraguayo pasó a ser reconocido como "la institución más popular de la comunidad paraguaya" (no sólo por sus integrantes). De ahí que la institución sufriera progresivas modificaciones respecto de su proyecto inicial. Acompañando las campañas del equipo que competía en los campeonatos de la A.F.A., el Deportivo Paraguayo logró legitimar su lugar social asumiendo posiciones respecto de los conflictos que atravesaban los mismos inmigrantes.
Ya sea cultural o político, los campos donde actuaba el Deportivo Paraguayo articularon prácticas que no se desarrollaban en ninguna institución que se denominara "paraguaya", o si lo hacían, era de manera fragmentada. De ese modo confluyeron en la institución miembros de la iglesia (EPPA), de los diferentes partidos políticos paraguayos en Buenos Aires (del coloradismo, del Encuentro Nacional, del Partido Liberal Radical Auténtico y del Partido Comunista), de otras instituciones, etc.
Precisamente estos grupos fueron los que, durante la década del '80, exigían, frente a la Embajada del Paraguay, el fin de la dictadura de Stroessner.
El acta fundacional de la institución de 1961 y aún vigente, hace anclaje en tres ejes: 1) "organizar, dirigir y fomentar el desarrollo del juego del fútbol entre sus asociados, como así también otros deportes". A partir de ello se considera: 2) "Mantener siempre latente el cariño y patriotismo hacia la patria lejana" y 3) "Fomentar la confraternidad con nuestros hermanos argentinos y de América…".
Estas tres propuestas se cruzan en la institución de diversas maneras, disputándose el carácter prioritario y legítimo de cada una de ellas. La disputa permite comprender cómo la identidad aparece como escenario de batalla simbólica y material, en el que la significación de "paraguayo" se convierte en capital.
revista digital · Año 4 · Nº 17 | Buenos Aires, diciembre 1999 |