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Propuesta de una batería de pruebas funcionales para la 

valoración de la condición física funcional en personas 

mayores que realizan actividad física. Primera parte

 

*Licenciado en Cultura Física y Deporte

Maestría en Administración y Gestión de la Cultura Física y Deportes

Doctorado en Actividad Física, deporte y Rehabilitación.

**Licenciada en Cultura Física y Deporte

(Cuba)

Drc. Miguel Humberto García Pedraja

humbertogarciap@yahoo.es

Msc. Yurima Noda Rodríguez

yurimanr@iscf.cu

 

 

 

 

Resumen

          El ejercicio físico puede paliar las limitaciones que va imponiendo el proceso de envejecimiento, pero debe ser individualizado a las características de la persona mayor. La mayoría de los estudios destacan la importancia de una prescripción particularizada y adaptada a las características funcionales y personales de cada uno. Así que es de vital relevancia conocer la condición física de las personas mayores para la correcta planificación de los ejercicios. La problemática que se aborda en el presente trabajo está referida a la falta de una batería de pruebas funcionales que valore la condición física funcional en las personas mayores, de manera que se pueda afrontar con éxito los programas de actividad física. Para la realización de esta investigación se han empleado métodos científicos tales como: analítico-sintético e inductivo-deductivo, revisión de fuentes documentales, consulta a expertos, medición y técnicas estadísticas matemáticas, permitiendo conceptualizar el problema con profundidad y recopilar toda la información necesaria para la constatación empírica. La investigación se ha concretado en círculos de abuelos de Marianao, provincia La Habana. La tesis estuvo dirigida a validar una batería de pruebas funcionales para la valoración de la condición física funcional en personas mayores, partiendo de los principales resultados que se obtuvieron con los métodos aplicados. El estudio se concibió en tres fases que engloban una serie de acciones, permitiendo conformar el resultado principal para dar respuesta al problema definido. Las conclusiones y recomendaciones apuntan hacia propuestas que resultarían valiosas de ser tomadas en cuenta, dada la importancia cada vez más elevada de valorar la condición física funcional de las personas mayores.

          Palabras clave: Condición física. Personas mayores. Batería de pruebas funcionales.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 166, Marzo de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La disminución de la mortalidad se ha acompañado de un descenso paralelo de natalidad en las naciones en vías de desarrollo, lo que completa la “transición demográfica” que supone el paso de poblaciones de alta mortalidad y natalidad a poblaciones de baja natalidad y mortalidad. Prácticamente, todos los países han completado esta transición o la van a completar en pocos decenios. Para el año 2030, asumiendo que se mantengan las tendencias actuales, la edad media de muerte será de 60 años en todo el mundo (Gainza & Nivardo, 2004). Tal hecho ha determinado demográficamente el acceso a personas mayores (población con más de 60-65 años) sobre todo en el mundo desarrollado. Pero, incluso en cifras absolutas, los datos son dramáticos y el aumento de personas de 65 y más, en los próximos años va a ser muy notable. En 1990 hubo 184 millones de personas mayores de 65 años, y según los estudios se esperan 678 millones en 2030.

    Cuba es ya un ejemplo de país en desarrollo con un envejecimiento importante de su población. El 16,6% de los cubanos tiene 60 años o más, cifra que aumentará, según estimaciones, a casi un 25 % en el 2025, con una expectativa de vida al nacer actual de 76.2 años para ambos sexos, 74.2 para los hombres y 78.2 para las mujeres. Para que se tenga una idea más clara del acelerado aumento de la proporción de personas mayores en la población total cubana, en el año 1970 las personas con más de 60 años era el 9%, en 1990 el 11.9% y en 2008, el 16,9%.

    La valoración de la capacidad funcional es esencial para orientar el trabajo de los profesionales relacionados con las personas mayores, pero existe en este ámbito carencias de herramientas suficientemente válidas, fiables y de sencilla aplicación. En este grupo de población, más que en cualquier otro, hay marcadas diferencias individuales en cuanto a funcionamiento físico, y aunque una gran parte mantiene su independencia y su autonomía y es capaz de realizar las tareas de la vida cotidiana, también se incluyen personas que por razones de salud, o cualquier otra, no pueden valerse por sí mismas. Uno de los principales objetivos a conseguir con las personas mayores es, por tanto, la prevención de la dependencia, que a su vez tiene una estrecha relación con la capacidad funcional. Por otra parte, envejecer supone el entrecruce: salud (o ausencia de enfermedad), habilidad funcional (ausencia de discapacidad) y funcionamiento cognitivo y psicológico.

    Los beneficios del ejercicio regular y la actividad física contribuyen a un estilo de vida más saludable e independiente para los mayores, mejorando ampliamente sus capacidades funcionales y calidad de vida. Por otro lado, la práctica habitual de ejercicio va aumentando en las últimas décadas, tanto por motivos socioculturales como para contribuir a la curación y rehabilitación de diversas enfermedades y a la prevención de otras. Así, las personas mayores se van incorporando poco a poco a la práctica de algún deporte o actividad física. El disponer de mayor tiempo libre tras la jubilación, la prescripción médica o simplemente la oferta de los círculos de abuelos, o instalaciones deportivas de barrios con programas de ejercicios controlados y dirigidos a personas mayores, son algunas de las razones por las que este importante grupo de población inicia algún tipo de actividad física.

    Al igual que con las demás personas, es necesario que su práctica por parte de los mayores sea segura y adecuada para sus necesidades y estado de forma. Sin embargo, existe un gran problema; la base de la valoración médico-deportiva del ejercicio para personas mayores es similar a la de la población adulta. Al respecto, se deben conocer bien los efectos que la edad tiene sobre las variables medidas y tener en cuenta que el envejecimiento fisiológico no es uniforme entre la población, además las edades cronológicas y biológicas no coinciden. También es difícil distinguir los efectos cuyas causas conllevan a un nivel bajo de condición física, el declive que sufre el envejecimiento o las enfermedades. No se debe olvidar que, puesto que es inevitable envejecer, tanto la velocidad como la reversibilidad potencial de este proceso son susceptibles de ser cambiadas. Y, finalmente, se debe recordar siempre que el practicante de actividad física puede tener una enfermedad latente o activa.

    En Cuba la valoración de la condición física en la población general está muy desarrollada, sin embargo en la población mayor, en especial, hay serias dificultades para realizar esta tarea. La mayoría de los tests que evalúan el rendimiento físico van orientados a la población joven y son inapropiados e inseguros para los mayores, además de ser demasiado difíciles de realizar por muchos de ellos. Otros tests se orientan hacia la evaluación de los ancianos más débiles y, por tanto, son demasiado fáciles de realizar y no detectan suficientemente el nivel de condición física en los mayores sanos, pues el objeto de dichos tests es evaluar la independencia y la necesidad de cuidados y asistencia más que realmente evaluar la condición física. Por estas razones, en las evaluaciones funcionales a las personas mayores, se hace necesario aplicar aquellos test ya conocidos, de fácil aplicación y que estén debidamente validados. Su uso debe servir como punto de partida para la prescripción individualizada del ejercicio físico y para situar el nivel del sujeto evaluado con respecto al de sus coetáneos. Dada esta problemática, nos surge el siguiente

Problema científico

  • ¿Cuál es la batería de pruebas funcionales que resulta más asequible para valorar la condición física funcional en las personas mayores que realizan actividad física?

    En este sentido, se devela como objeto de estudio: Proceso de desarrollo de la Condición física de las personas mayores.

    Por lo que el campo de acción es: Baterías de pruebas funcionales para la valoración de la Condición física.

Objetivo general

  • Proponer una batería de pruebas funcionales para la valoración de la condición física funcional en personas mayores que realizan actividad física.

  • Para darle un orden lógico a esta investigación, se plantean las siguientes

    Preguntas científicas

  1. ¿Cuáles son las tendencias teóricas y metodológicas actuales sobre las valoraciones de la condición física funcional en las personas mayores?

  2. ¿Qué pruebas funcionales conformarán la batería para valorar la condición física funcional en las personas mayores?

  3. ¿Cómo validar teórica y empíricamente la batería de pruebas funcionales para valorar la condición física funcional en las personas mayores?

    Planteadas las preguntas se derivan las siguientes tareas científicas:

  1. Determinar las tendencias teóricas y metodológicas actuales sobre las valoraciones de la condición física funcional de las personas mayores.

  2. Seleccionar las pruebas funcionales que conformarán la batería para valorar la condición física funcional en las personas mayores.

  3. Implementar y validar la batería de pruebas funcionales para valorar la condición física funcional en las personas mayores.

Metodología

    La investigación presenta un tipo de estudio: pre-experimental de control mínimo con pretest-postest, de naturaleza cuantitativa. La investigación se enmarca en el ámbito de la Cultura Física Terapéutica y Profiláctica específicamente en la Promoción de Salud, donde se enfoca la resolución de un problema de carácter práxico, asumiendo las premisas y requerimientos de la investigación con un enfoque mixto, en el sentido de la combinación de enfoques cuantitativos y cualitativos.

La muestra que se utilizó

    Para conseguir dar respuesta al objetivo de validar la batería diseñada, participaron en el estudio 60 personas (43 mujeres y 17 hombres) con una edad promedio de 72,2. Todos los voluntarios que se presentaron, inscritos en programas de ejercicios físicos dirigidos a las personas mayores que asisten a los círculos de abuelos de Marianao, dieron su consentimiento informado para la participación en el estudio.

    Los criterios de inclusión fueron: individuos sanos de edad comprendida entre 60 y más de 90 años, físicamente activos, que realizaban ejercicio físico tres o más sesiones por semana durante un mínimo de 60 minutos. Los criterios de exclusión fueron: cualquier lesión deportiva (aguda o crónica) o enfermedad al inicio del estudio.

Métodos e instrumentos utilizados

    Los métodos principales aplicados en la investigación del nivel teórico, fueron: el analítico-sintético e inductivo-deductivo, los que permitieron analizar y sintetizar las concepciones relacionadas con el objeto de estudio y el campo de acción, sistematizar los principios que sustentan la batería de pruebas funcionales y formular conclusiones.

    Para las indagaciones empíricas se utilizaron otros métodos y técnicas como: revisión de fuentes documentales para recopilar la información disponible sobre el tema, análisis de contenido, para obtener información acerca de la estructura, contenidos, orientaciones metodológicas y la concepción general de las baterías de pruebas funcionales que valora la condición física en personas mayores; se aplica consulta a experto para delimitar y profundizar en el problema planteado y seleccionar los test funcionales que conformarán la batería. Se realiza, además, una exploración preliminar de factibilidad práctica de la propuesta. El experimento: para la puesta en práctica de la propuesta se realizó un estudio pre-experimental de control mínimo con pre-test postest en tres días alternos donde a cada sujeto se controló en un antes y un después. Dentro de este, se realizó la medición para obtener y valorar los resultados de los indicadores evaluados en este estudio. En esta, a través de la observación participante, el investigador se integró completamente al proceso, manteniéndose en contacto directo con los sujetos inmersos en el estudio.

    Métodos estadístico-matemáticos: Para el procesamiento de los resultados obtenidos se utilizó el paquete estadístico SPSS v. 15.0 para Windows y las funciones estadísticas implementadas en el software Microsoft Excel 2007, con el cual se determinaron diferentes estadísticos, ellos fueron:

    Métodos de la estadística descriptiva: Se emplearon las distribuciones empíricas de frecuencia para analizar la media, mediana, moda, desviación estándar y rangos de mínimo y máximo, además de diagramas de cajas y bigotes que permitió reafirmar el análisis.

    Métodos de la estadística inferencial: Se utilizó la prueba estadística paramétrica correlación de Pearson para evaluar la interrelación entre las variables medidas y el criterio externo. Para la confiabilidad el cálculo del coeficiente de confiabilidad alfa-Cronbach.

Selección de la batería de pruebas funcionales para la valoración de la condición física funcional en personas mayores que realizan actividad física

Resultados de la revisión de documentos realizados

    La revisión de documentos corroboró la necesidad de elaborar una batería de pruebas funcionales para valorar la condición física funcional de personas mayores que realizan actividad física en nuestro país. Se constató la no existencia de baterías de pruebas funcionales para las personas mayores y se basó fundamentalmente en la consulta de las orientaciones metodológicas para el control y evaluación de personas mayores. En este sentido se revisaron los siguientes documentos:

  1. Las orientaciones metodológicas del adulto mayor, INDER.

  2. Control y evaluación de las áreas terapéuticas en la comunidad.

  3. Manual de evaluación del geriatra, CITED.

  4. Control médico-Deportivo. Medicina deportiva.

Test para la valoración de las diferentes capacidades de la condición física funcional en personas mayores

    Haciendo un análisis de las baterías de test validadas que valoran la condición física funcional en personas mayores figuran los siguientes tests en cada capacidad:

Fuerza de las extremidades inferiores

  1. Sentarse y levantarse de una silla en 30 seg. (Csuka y McCarthy, 1985; Rikli y Jones, 2001).

  2. La fuerza de prensión de piernas. Dinamómetro de piernas.

  3. Sentarse y levantarse de una silla 10 veces. (Guralnick y Col, 1994)

Fuerza de las extremidades superiores

  1. Flexiones de brazos con peso. (Osness y Col, 1996; Rikli y Jones, 2001)

  2. La fuerza de prensión manual. Dinamómetro de mano. (Camiña y Col, 2000)

  3. Lanzamiento de balones medicinales. (Valdivieso y Col.)

Resistencia aeróbica

  1. Test de caminar en seis minutos. (Rikli y Jones, 2001)

  2. Test de caminar a una distancia fija. (Kline y Col, 1987; Osness y Col, 1996)

  3. Test de step durante 2 minutos. (Rikli y Jones, 2001; Garatachea, 2007)

Flexibilidad de los miembros inferiores

  1. Test de sentado-alcanzar el pie extendido. (Golding y Col, 1989; Rikli y Jones, 2001)

  2. Test de flexión anterior del tronco en el piso.

Flexibilidad de los miembros superiores

  1. Test de alcanzar las manos tras la espalda. (Rikli y Jones, 2001)

Agilidad y equilibrio dinámico

  1. Test de ida y vuelta. (Rikli y Jones, 2001)

  2. Test sobre barra de equilibrio de Gesell. (Cabedo. J, 2005)

  3. Test de levántate y anda. (Podsiadlo y Richardson, 1991)

Equilibrio estático:

  1. Test de equilibrio monopodal con visión. (Camiña y Col, 2000)

  2. Test de equilibrio monopodal sin visión.

  3. Test de equilibrio en un pie en dos variantes. (Ávila-Funes y Col 2006)

Coordinación óculo−manual

  1. Test de agilidad manual.

Índice de masa corporal

  1. Índice de Quetelet (IMC)

Selección de los test por parte de los expertos para la conformación de la batería de pruebas funcionales

Primera etapa: Selección de los expertos

    El trabajo para la selección de los expertos se realizó en dos fases: una primera, de selección de los expertos y una segunda, en la que los seleccionados bajo el método de Ábaco de Regnier escogieran los test funcionales para conformar la batería de pruebas funcionales en función de valorar la condición física en personas mayores.

    Para la selección de los expertos se aplicó una encuesta a 25 profesionales, entre licenciados en cultura física y geriatras, dirigida a indagar el nivel de conocimiento de los posibles expertos sobre el tema planteado, así como las vías empleadas para este fin.

    El segundo paso fue determinar el coeficiente de competencia, calculado a partir de la formula:

    Para conocer el coeficiente de competencia se sometió a los especialistas primeramente a una autovaloración sobre los niveles de información y argumentación sobre el tema. Para ello primero debieron marcar con una equis (X), en una escala creciente de 1 a 10, el valor que se correspondía con su grado de conocimiento o información sobre el tema de estudio. El resultado de cada puntuación multiplicado por 0,1 representa el coeficiente de conocimiento de cada experto (Kc).

Kc = valor por 0,1.

    En segundo lugar se les solicitó que realizaran una autovaloración de sus niveles de argumentación o fundamentación sobre el tema de estudio. Para calcular el Coeficiente de Argumentación o fundamentación de cada posible experto se utilizaron como factores los que aparecen en la tabla 1. A partir de la tabla siguiente y de las autovaloraciones realizadas por los posibles expertos, se calculó el Ka (coeficiente de argumentación) de la siguiente forma:

    El coeficiente de argumentación Ka, se estimó por el propio análisis que realiza el especialista al fundamentar por diferentes vías su preparación; para determinar este coeficiente, se les pidió que ubicaran el grado de influencia (alto, medio, bajo), según su criterio, de cada una de las fuentes. La suma de los puntos a partir de la selección realizada por los especialistas es el valor del coeficiente Ka.

    Ka = suma de los puntos alcanzados según sus respuestas teniendo en cuenta como referencia la tabla siguiente:

Tabla 1. Patrón para la valoración del coeficiente de argumentación (Ka)

    Una vez efectuada esta suma, se calcula el coeficiente de competencia K mediante la fórmula siguiente:

    Posteriormente, a los datos obtenidos se les aplicó el código de interpretación del coeficiente de competencia:

    Se decidió tomar como expertos a las personas consultadas incluidas en el rango de coeficiente de competencia alto.

Tabla 2. Resumen de la determinación de los coeficientes de competencia para la selección de los expertos

    Como se puede apreciar en la tabla No 2, de los 25 expertos, 23 tienen un coeficiente de competencia (K) alto, lo que representa un 92 % de la muestra, en tanto los restantes 2 tienen un coeficiente bajo constituyendo el 8%. De los expertos seleccionados, 15 son Licenciados en Cultura Física, de ellos 5 son Doctores en Ciencias y 10 Másteres. Los otros 8 expertos son 4 Médicos Deportivos y 4 Geriatras.

Segunda etapa: El método de evaluación de los expertos para la selección de los test que conformarán la batería de pruebas funcionales que valoren la condición física funcional en personas mayores.

    El método utilizado para la evaluación a través del criterio de expertos fue el Ábaco de Regnier. Este método fue desarrollado por el médico francés Francois Regnier a principios de la década de los 80 y tiene entre sus objetivos eliminar o reducir la influencia que puedan ejercer los criterios del investigador o cualquier otro sujeto ajeno al grupo de expertos.

    El ábaco puede ser aplicado tanto a situaciones de futuro como de presente, tiene el propósito de reducir el grado de aceptación o rechazo de los expertos en relación con el tema que se les propone. Con la aplicación de este método se persiguió, entre otros objetivos, reducir la influencia en torno a la validez en la aplicación de la variable independiente.

    El ábaco fue aplicado en presente, con el propósito de medir el grado de aceptación de los expertos en función de los test que debían caracterizar la propuesta. El procedimiento, a juicio de la autora mucho más sencillo que otros métodos, partió de 20 pruebas, todas bajo el criterio de la accesibilidad y factibilidad, en el cual según el siguiente código cada experto le otorgó una calificación.

    Adicionalmente si el experto quiere participar, pero no tiene una opinión formada se utiliza (B), y si no desea emitir criterio (N). Una vez que los expertos emitieron sus calificaciones se procedió a compilar los resultados de la votación para después ordenarlos de los más favorables a los menos favorables.

    Considerando la sumatoria de los votos muy favorables y favorables, de los 20 test propuestos escogieron 9, que a juicio de los expertos son los más favorables, arribando a la conclusión de que ofrecen información accesible y factible, puesto que requieren poco o ningún equipamiento, son de aplicación relativamente rápida y fácil, en locales abiertos y cerrados (ver tabla 3).

Tabla 3. Test funcionales escogidos por los expertos

Conclusiones

  • El estudio de los antecedentes teóricos y metodológicos sobre las tendencias actuales de la teoría de la condición física funcional en las personas mayores posibilitó la determinación de la estructura, contenidos y metodología de los test que conformaron la batería de pruebas funcionales.

  • Los criterios que se obtuvieron a partir de la revisión documental de la teoría de la condición física, así como la selección de las pruebas funcionales por parte de los expertos, posibilitó el diseño de la batería para valorar la condición física funcional en las personas mayores.

Bibliografía

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 15 · N° 166 | Buenos Aires, Marzo de 2012
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