La danza como elemento integrante de la educación europea en los siglos XV y XVI |
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Licenciada en Danza Máster en Artes Escénicas en la Universidad Rey Juan Carlos I, Madrid (España) |
María Covadonga Maraña Fernández |
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Resumen Antes de su profesionalización, a partir de la creación por Luis XIV de la Académie Royale de Danse (1661), existió un género de danza que formó parte de la educación de la nobleza europea renacentista y barroca junto con las asignaturas del quadrivium, aritmética, astronomía, geometría y música, y que cumplía la función de formar simultánea y armoniosamente la mente, el cuerpo y los sentidos. La danza estuvo igualmente presente en el programa de Escuelas Universitarias europeas como la de Kiel (Alemania del Norte) desde finales del siglo XVI. Este breve artículo, basado en la consulta directa de fuentes bibliográficas y en datos obtenidos en programas de formación e investigación, quiere servir como materia introductoria para toda persona interesada en conocer en qué consistía este tipo de danza practicado por la nobleza europea del renacimiento y cuáles eran sus finalidades así como realizar una pequeña contribución a la difusión que de ella viene realizándose, a través de estudios más profundos y específicos, desde diversas instituciones, Universidades y centros de enseñanzas artísticas, como es el caso de la Cátedra de Musicología de la Universidad de Valladolid (España). Palabras clave: Danza. Educación. Renacimiento.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 166, Marzo de 2012. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
En mi opinión se puede plantear cierto paralelismo entre el Renacimiento y el momento histórico que vive hoy Europa. Al Renacimiento le precede un momento de enorme crisis en numerosos ámbitos (la crisis del siglo XIV). Ambas épocas han conocido un enorme desarrollo tecnológico y comercial; las expediciones en busca de las Indias, precedidas mucho antes por los viajes de Marco Polo a extremo oriente, inician un proceso que nos conduce hasta la actual “aldea global”; el invento de la brújula debió parecer a nuestros antepasados un salto cualitativo tan enorme como para nosotros lo ha sido el GPS, así como la imprenta de Gutemberg dio un formidable impulso a la difusión de ideas y pensamientos que sólo es quizá comparable con el actual fenómeno de Internet. Durante el Renacimiento el desarrollo tecnológico (‘exterior’ al ser humano) estuvo acompañado por la preocupación esencial por el desarrollo armónico de mente y cuerpo, intelecto y mundo sensorial. En este desarrollo tuvo un papel destacado la utilización de la danza como materia educativa. Creo que así como los europeos del Renacimiento redescubrieron la Antigüedad clásica, el europeo del siglo XXI está abocado a “redescubrir” el Renacimiento.
A continuación realizaré un esbozo de las características esenciales de la danza practicada por la nobleza de los siglos XV y XVI. Dado que existen características diferenciales de la danza en una y otra centuria derivadas del contexto socio-político específico de cada una de ellas abordaré cada siglo por separado y después enumeraré las características generales.
Siglo XV. Recuperación de la cultura clásica
En la Italia del Quattroccento, en el entorno del estamento social de la burguesía enriquecida (familias Medici, Sforza…) que había ido creciendo en poder e influencia desde la baja Edad Media en ciudades- estado como Florencia o Milán, surge una nueva danza, distinta a la popular. Siguiendo las doctrinas de Neoplatonismo y Humanismo difundidas, entre otros, por Marsilio Ficino, se busca alcanzar la armonía entre el hombre y el universo, microcosmos y macrocosmos. Así, el bailarín es reflejo (espejo) del universo y de la naturaleza, con los que ha de armonizar. El hombre repite en miniatura la evolución del universo. Es por ello que algunas danzas imitan el movimiento de los astros y algunos pasos se inspiran en el movimiento de los animales como p.ej., el trotar del caballo en el paso denominado saltarello. El arte se identifica con la interpretación racional de la realidad por lo que se quiere hacer de la danza un arte intelectual, matemático, artificial, controlado, (a diferencia de la danza de las clases populares, libre, incontrolada y, en ocasiones, considerada lasciva o inmoral). Es por ello que surge entonces la figura del Maestro de danza como profesional liberal y los primeros tratados científicos de este arte considerándose generalmente el primero de todos ellos a De arte saltandii et choreas ducendi de Domenico da Piacenza publicado hacia mediados del siglo XV.
A partir de esta época la práctica de la danza, junto con la música, pintura, escultura, y arquitectura, forma parte de una educación sensorial.
Técnicamente, el cuerpo se mantiene erguido pero suave y flexible, desplazándose con fluidez. Esta suavidad y flexibilidad son paralelas a las de las figuras pictóricas que podemos contemplar en obras de la misma época tales como La Primavera y El nacimiento de Venus de Sandro Boticelli que presidían el espacio dedicado a la danza en la Villa de los Médici. El Maestro de danza Guglielmo “el Hebreo” solicita a sus alumnos que su movimiento sugiera el ondear de las góndolas sobre el agua.
Aspectos más específicos sobre la ornamentación de las danzas del siglo XV han sido estudiados en profundidad por Bárbara Sparti.1 La suavidad de los movimientos de la danza del siglo XV tiene su contrapunto en el llamado “danzare per el fantasmata”,2 ornamento que consistía en quedarse paralizado con gesto de terror durante un tiempo musical, según dice el maestro Domenico da Piacenza como si se hubiera visto la cabeza de Medusa [criatura mitológica que convertía en piedra a quien la mirase a los ojos] y, después ‘alzarse en vuelo’ [tomar aire y recuperar el movimiento] como elevando las alas de un halcón.3 Parece ser que en la Grecia Clásica ya se empleaba este recurso teatral.
Según cita Abad Carlés (2004, p. 20) para Domenico da Piacenza las características de un buen bailarín han de ser las siguientes:
Mesura: inteligencia para adaptar los pasos a los distintos ritmos.
Manera: saber ornamentar (adornar adecuadamente) los pasos, darles un estilo.
Aire: dominar la parte superior del cuerpo para dar ligereza a la danza.
Partire del terreno: saber adaptar la longitud de los pasos en función del espacio disponible.
Memoria.
A finales del siglo XV el descubrimiento de América y la conquista de Constantinopla por los turcos marcan el inicio de una nueva época.
Siglo XVI. La educación del cortesano
Con el nacimiento de los Estados Modernos, la Danza de Corte pasa a cumplir dos funciones primordiales: una función política y una función moral. La danza se empleará como instrumento al servicio de la demostración de fuerza y poder de las nuevas monarquías, usándose para deslumbrar a embajadas extranjeras. Por otro lado, se convierte en espejo de las virtudes del caballero (nobleza, valentía, dominio de sí) y de la dama (gracia, armonía, modestia) siendo la forma socialmente aceptada para que hombres y mujeres tomen contacto entre sí en una época en la que ambos sexos ocupan espacios estrictamente separados en el día a día mientras no medie una relación familiar o matrimonial entre ellos. Sobre el tema de la separación de hombres y mujeres en los espacios sociales en el Renacimiento resulta muy interesante el Capítulo V de Discursos sobre el arte del dançado de Esquivel Navarro (1642), rubricado Del estilo que se ha de tener en entrar en Escuelas y estar en ellas. Arbeau Thoinot relata en su Orchesographie (1589 aprox.) cómo un joven licenciado en Derecho precisa conocer el arte de la Danza para poder integrarse en la Corte sin ser objeto de menosprecio. Así mismo, las virtudes de la danza como ejercicio beneficioso para la salud, también mencionadas brevemente por ARBEAU, quedan patentes en la frase de John Stanhope, cuando la reina Isabel I de Inglaterra rondaba los cincuenta años [en Brissenden, Alan (1981, p.4)]: “La Reina está tan bien como se lo aseguro… sus ejercicios habituales son seis o siete gallardas al día”.
Con la hegemonía de España en el plano político y cultural (El Siglo de Oro) y el ascender de Francia e Inglaterra, la suavidad italiana es sustituida por una actitud mucho más solemne, en ocasiones austera, aunque llena también de gallardía y vivacidad cuando así se requiere, si bien los principales Maestros de danza reclamados por las cortes europeas siguen siendo italianos. La influencia del poder del Imperio Español durante el reinado de Carlos I y Felipe II, se manifiesta en la proliferación de bailes de inspiración española tales como Spagnoletas y Canarios. El número de pasos y combinaciones de los mismos crece enormemente con respecto al siglo XV y los maestros-coreógrafos inventan sin cesar nuevos balletos. Con este nombre no se hace referencia todavía a un espectáculo escénico sino a una infinidad de danzas sociales integradas por distintos bloques coreográficos, compuestas para dos, tres, cuatro o incluso seis personas.
Importantes pedagogos del siglo XVII, como Johann Amos Comenius (1592-1676) y Adam Olearius, mantendrán la importancia de combinar una educación sensorial con el aprendizaje de conocimientos discursivos. Así, desde finales del siglo XVI se extienden las “Escuelas de Caballeros” [‘Exercitien-Schulen’], integradas en Universidades. Sirva como ejemplo la Universidad de Kiel [Alemania del Norte] cuya Exercitien-Schule contaba con maestro de dibujo (desde finales del siglo XVI), maestro de esgrima (desde 1666), profesor de equitación (desde 1702) y profesor de danza (desde 1688). Con las Exercitien-Schulen se sientan las bades para la práctica deportiva en la Universidad.
Mientras tanto, la progresiva complicación de la técnica que se está produciendo en la Corte conducirá inexorablemente hacia la profesionalización de la danza, momento en el que pasará a ser la ocupación de personas reclutadas entre las clases menos favorecidas de la sociedad, entrenadas específica e intensamente para divertimento y recreación de la nobleza transformada de ejecutante en espectadora.
Ilustraciones correspondientes a los tratados Nobiltà di Dame y Nuove inventioni di Balli de Fabritio Caroso y Cesare Negri, (1602 y 1604 respectivamente aproximadamente).
Características generales de la danza de corte europea en el renacimiento
Podríamos resumir las características generales de este género de danza en cuatro puntos:
Este género de danza se enseña con independencia de las condiciones físicas innatas (tipo físico, estructura ósea, mayor o menor flexibilidad…etc.). Todo miembro de la nobleza por el mero hecho de serlo tiene acceso a esta enseñanza.
Con la práctica de la danza se desarrollan a un tiempo conciencia espacial, sentido del ritmo y sentido estético.
Esta educación persigue el objetivo de armonizar mente y cuerpo en un nivel micro y a la persona con el entorno en que desarrolla su actividad en un nivel macro, así como desarrollar las cualidades que la sociedad considera más positivas en el individuo (nobleza, valentía, dominio de sí, gracia…).
A través de la danza se conduce y educa de forma armónica la relación de hombres y mujeres, estableciendo entre los géneros una comunicación no verbal a través del movimiento. La estructura de los bailes proporciona la ocasión para desarrollar el respeto y escucha hacia el otro. Esta afirmación hay que situarla en su contexto. Aunque desde nuestra óptica actual podamos considerar, con justa razón, como discriminatoria la situación social de la mujer en la época, y por ende no respetuosa, no por ello la relación que se establece entre hombre y mujer a través de la danza deja de serlo. Muy al contrario, y esto merecería un estudio más profundo, la estructura de estos bailes de corte suponen, como hemos dicho, el desarrollo de las habilidades de escucha silenciosa, atención y respeto de los espacios y tiempos del otro, necesarios para sentar las bases de una comunicación eficaz.
La práctica de la danza por parte de las élites fue abandonada progresivamente al convertirse ésta en espectáculo y tarea de siervos, primero, y profesión liberal para recreo de la burguesía después tras la Revolución Francesa.
Conclusiones
Las sociedades inmersas en una hiperdesbordante tecnificación, precisan para mantener su equilibrio y capacidad de acción creativa (no destructiva) de una educación sensorial que las ayude a no perder la facultad de comunicación directa, corporal, con sus semejantes y con su entorno. Si durante el Renacimiento, época considerada por historiadores y filósofos como una época de esplendor cultural en Europa, las élites consideraron esencial la enseñanza de la danza para sus vástagos hasta el punto de incluirla en las Universidades, creo que deberíamos plantearnos que en pleno siglo XXI aquella enseñanza y sus principios deberían ser retomados quizá no necesariamente literalmente, esto es, no sólo recuperando y aplicando en la educación general las danzas de los tratados europeos de los siglos XV y XVI, lo cual sería sin duda también beneficioso, sino aprovechando también técnicas de danza desarrolladas en el siglo XX, más cercanas en el tiempo a nosotros y que cumplen características generales enumeradas con anterioridad: accesibilidad a todo tipo de alumnado con independencia de sus condiciones físicas innatas, prácticas que armonizan mente y cuerpo y desarrollan conciencia espacial, sentido rítmico y estético, educación de la relación armónica entre hombres y mujeres a través de la comunicación no verbal.
Animo desde aquí a las Universidades y demás instituciones y a cada persona dedicada a la docencia y a la educación a través del arte para que continúen investigando en la recuperación de este aspecto de la educación renacentista a fin de que, desprendida de su antiguo carácter elitista, pueda redundar en beneficio de toda la sociedad. Vaya mi agradecimiento a quienes ya lo están haciendo posible.
Siglo XV
Principales danzas:
Saltarello y Piva son además nombres de pasos de baile y de ritmos concretos.
Bassadanza (6/4), Saltarello (6/8), Piva (3/8). Existe así mismo el ritmo de Quatternaria (4/4).
Pasos más frecuentes:
Maestros y tratados
Domenico Da Piacenza: De arte saltandi et choreas ducendi (hacia 1425).
Guglielmo El Hebreo (nombre de converso: Giovanni Ambrosio): De practica seu arte tripudi vulgare opusculum (1463).
Antonio Cornazzano: Libro dell’Arte del danzare (hacia 1455).
Siglo XVI
Principales danzas: Pavana /Gallarda, Canarios, Branles, Alemanda, Nizarda, Cascarda, Spagnoleta…
Pasos más frecuentes:
Maestros y tratados
Fabritio Caroso: Il Ballarino (1581), Nobiltà di Dame (1600).
Cesare Negri: Grazie d’Amore (1602), Nuove Inventioni di Balli (1604).
Thoinot Arbeau (Francia): Orchesographie (1589).
Notas
SPARTI, Barbara: Improvisation and Embellishment in Popular and Art Dances in Fifteenth- and Sixteenth-Century Italy, en T. J. McGee (ed.), Improvisation in the Arts of the Middle Ages and Renaissance, Western Michigan University, Kalamazoo 2003, pp. 117-44.
Cecilia Nocilli tradujo en la práctica los aspectos más teatrales del fantasmata y la ornamentación en la danza italiana del siglo XV en las I Jornadas de Especialización en Danza de los siglos XV y XVI: El “danzare per fantasmata” y la ornamentación (mayo 2010) http://www.ilgentillauro.com/es/jornadas-danza-siglos-xv-xvii/sec/228/.
Paris, Bibliothèque Nationale, Domenico da Piacenza, De arte saltandi et choreas ducendi, f. ital. 972 [c. 1450-55], fol. 2r; Smith, A. William: Fifteenth-Century Dance and Music: twelve transcribed italian treatises and collections in the tradition of Domenico da Piacenza, 2 vols. (New York: Pendragon Press, 1995), pp. 12; Wilson, David Raoul: Domenico da Piacenza. Paris, Bibliothèque Nationale, Ms ital. 972 (Cambridge: The Early Dance Circle, 1988), pp. 8-9: «fantasmata è una presteza corporalle la quale è mossa cum lo intelecto dela mexura […], facendo requia a cada uno tempo che pari haver veduto lo capo di meduxa como dice el poeta cioè che facto el motto sii tutto di piedra in quello instante et in instante mitti ale como falcone che per paica mosso sia segonda la riegola di sopra».
Bibliografía
ABAD CARLÉS, Ana (2004) Historia del ballet y de la danza moderna. Ed. Alianza, Col. El libro de bolsillo, Serie Humanidades. Música, Madrid.
ALBRECHTS, Christian (2011) http://www.kunstgeschichte.uni-kiel.de/geschichte-und-abschlussarbeiten/vom-universitaetszeichenlehrer-zum-lehrstuhl-fuer-kunstgeschichte [Página web de la Universidad de Kiel, descargada el 14 de noviembre de 2011]
ARBEAU, Thoinout (1589, 1967) Orchesography. Ed. Dover publications, New York.
BRISSENDEN, Alan (1981) Shakespeare and the Dance. Humanities Press. New Jersey. (pp.4-5)
ESQUIVEL NAVARRO, Juan de (1642, edición facsímil 1998) Discursos sobre el arte del dançado. Ed. Librerias Paris-Valencia, Valencia.
SALAZAR, Adolfo (2003) La danza y el ballet. Ed. Fondo de Cultura Económica de España, Madrid.
SPARTI, Barbara: Improvisation and Embellishment in Popular and Art Dances in Fifteenth- and Sixteenth-Century Italy, en T. J. McGee (ed.), Improvisation in the Arts of the Middle Ages and Renaissance, Western Michigan University, Kalamazoo 2003.
STRONG, Roy (1988) Arte y poder: fiestas del Renacimiento (1450-1650). Ed. Alianza Editorial, Madrid.
Imágenes
http://zertuchefederico.blogspot.com/2010/06/le-roman-de-la-rose.html (Descargada el 14 de noviembre de 2011). En el apartado ‘Siglo XV. Recuperación de la cultura clásica.’
http://www.early-dance.de/en/node/10264 (Descargada el 14 de noviembre de 2011). En el apartado ‘Siglo XVI. La educación del cortesano.’
http://memory.loc.gov/ammem/dihtml/dihome.html (Sección de Tratados de Danza de la página web de The Library of Congress. Washington). [Descargada el 6 de octubre de 2011]. Ilustraciones de los tratados de Fabritio Caroso y Cesare Negri.
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