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Estrategias de prevención de enfermedades 

degenerativas en el adulto mayor

 

Msc. Enseñanza de la Educación Física

(Venezuela)

José Vielma González

sport_acad_jose @hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          La presente Investigación tiene como objetivo ejecutar un programa de estrategias de prevención de enfermedades degenerativas en el adulto mayor. El estudio se apoyó en la Investigación Acción Participativa (IAP), proceso cíclico de reflexión-acción-reflexión, en donde se reestructura la relación entre conocer y hacer, entre sujeto y objeto, de manera de irse configurando y consolidando en cada paso el compromiso de los implicados. El paradigma de la investigación es de tipo cualitativo y la recolección de la información de los datos se obtuvo a través de la técnica de observación participante y la entrevista focal semiestructurada. Por lo que se justificó un programa de estrategias de prevención de enfermedades degenerativas en el adulto mayor, el cual tiene como objetivo verificar las causas que conllevan al deterioro de la salud en el adulto mayor y la necesidad de promover proyectos de actividades físicas y recreativas para minimizar las enfermedades del adulto mayor.

          Palabras clave: Adulto mayor. Enfermedades degenerativas. Actividad física.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 164, Enero de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La humanidad enaltece la calidad de vida como manifestación integradora de la persona, ya que comprende todas las áreas de la vida bajo un enfoque holístico-multidimensional y hace referencia a condiciones objetivas de satisfacer las necesidades sociales e individuales a través de la práctica de actividades físicas en toda la población, contribuyendo a su formación integral, según Décimo Junio Juvenal (Poeta Romano finales del Siglo I principios del siglo II de nuestra era) recordando el famoso lema antiguo mente y cuerpo sano. Dicho lema, nos invita al ejercicio físico, actividades recreativas y tradicionales como fuente de salud con el fin de lograr un bienestar integral en el ser humano.

    De ahí que, según la Organización Panamericana de la Salud con su programa de promoción de la salud de los ancianos para Latinoamérica y el Caribe 1990, propone conservar nuestra vida mediante el cuidado de nuestro cuerpo en todos los niveles, ha esta necesidad no escapa el adulto mayor que vive un proceso de envejecimiento-degenerativo, es decir, una alteración anatómica y funcional de los tejidos en cualquier órgano, aparato o sistema del organismo. Tales como: el cardiovascular, respiratorio, osteomoscular, diabetes.

El envejecimiento como realidad humana

    Después de los 65 años el individuo llega a una etapa normal del desarrollo, los principales problemas que enfrentan los adultos mayores, son los que se les crean a través de la política y la economía, que afectan su status en mayor grado que el mismo envejecimiento. Se debe tener claro que las personas claves en el problema de envejecimiento son los grupos de edad más joven, según Papalia (2000) “…porque son ellos los que determinan el status y la posición de tales personas en el orden social.”

    Por lo tanto, el envejecimiento en sí mismo no es una enfermedad y la mayor parte de las personas ancianas gozan de buena salud, aunque no se puede negar que el envejecimiento esté acompañado de cambios físicos que incremente la posibilidad de desarrollar enfermedades crónicas, debido a que el equilibrio orgánico es más frágil.

Consecuencias sanitarias del envejecimiento

    Hace cientos de años, las personas morían a causa de terribles epidemias que diezmaban la población de ciudades enteras. Bastó que se aplicaran algunos principios de higiene individual y colectiva para que este azote de la humanidad dejara de ser significativa como causa de mortalidad. De igual forma, por mucho tiempo las enfermedades infecciosas se erigieron en verdugos del hombre, hasta que el descubrimiento de medicinas tal como la penicilina y otros antibióticos las convirtió en algo puramente anecdótico en la historia de la medicina.

    Hoy día, las llamadas enfermedades degenerativas son las responsables de la mayor parte de las muertes: el cáncer, el infarto, la artritis, la arteriosclerosis, la hipertensión, entre otras, son males con escasa o nula incidencia en el pasado, pero tremendamente extendidos en las sociedades industriales. Estas enfermedades, comúnmente se manifiestan en las personas que cumplen más de los cincuenta años de edad y que llevan un deterioro físico intelectual debido a la genética, las condiciones ambientales y el estilo de vida que se haya llevado en el transcurso de los años.

    Cabe acotar, según Izquierdo (2003), que el verbo “degenerar” significa perder algunas cualidades peculiares de la propia raza. De allí que, las llamadas enfermedades degenerativas crónicas son aquellas afecciones en las cuales, sin una causa aparente, se verifican, a nivel de determinados órganos o tejidos, lesiones tales que perjudican su normal funcionamiento. En ausencia de curas apropiadas, progresan inexorablemente.

    En este sentido, el envejecimiento está asociado con dos procesos que se superponen y que finalmente llevan a la muerte del organismo. Estos son: La degeneración progresiva de las células y la pérdida de la capacidad regenerativa. Tanto la degeneración como la regeneración de las células, son procesos que ocurren en cada una de las etapas de la vida y permanecen en un perfecto balance, bajo condiciones normales, no patológicas. La homeostasis mitótica permite que las células dañadas sean reemplazadas preservándose así la integridad funcional de tejidos y órganos.

    Sin embargo, en el envejecimiento, según Arce y Contreras (2005) este balance se inclina hacia la degeneración. Los mecanismos de degeneración estarían principalmente relacionados a la generación de especies reactivas de oxígeno y a la glicosilación de proteínas; ambos procesos están estrechamente relacionados a factores ambientales. Por otra parte, la pérdida de la capacidad de proliferación y regenerativa estaría determinada genéticamente por el acortamiento de los telómeros y de procesos de muerte celular.

    Esta visión, resalta la importancia y participación tanto de factores exógenos como endógenos en el envejecimiento, por lo que es muy probable que el envejecimiento del organismo no ocurra por un único motivo, sino que por la sumatoria de múltiples factores y procesos, cuyo balance general determina que el individuo envejezca.

    Finalmente, las enfermedades degenerativas constituyen un gran problema sanitario dado el aumento de su incidencia social en las últimas décadas. Al contrario de lo que piensa una gran parte la población, su aparición no siempre se produce en personas mayores; también pueden padecerlas personas jóvenes de entre 20 y 40 años según la enfermedad de que se trate.

Estrategias de actividades físicas para prevenir enfermedades degenerativas en el adulto mayor

    La práctica de ejercicio físico tiene innumerables beneficios positivos para la salud, tal afirmación es válida refiriéndose a individuos de todas las edades, en especial el adulto mayor, ya que permite mantener un estado físico óptimo; y en los ancianos posiblemente conservar la resistencia, la agilidad y la elasticidad, factores que le son muy necesarios para mantener una adecuada calidad de vida.

    Proporciona, además beneficios psicológicos, porque al hacerse en compañía permite compartir momentos de ocio y expansión, y porque la realización de ejercicio en sí misma es una fórmula excelente para combatir el estrés derivado de la agitada vida actual. Ya los antiguos romanos en la persona de Décimo Juvenal lo reconocían, como lo demuestra la famosa frase, Mente Sana en cuerpo Sano. Pero si bien cada vez se insiste más en los beneficios que comporta la práctica de actividades físicas, gran parte de la población se conforma con ser espectadora de los acontecimientos deportivos, de toda índole, sin reparar en la importancia de hacer ejercicios, no solamente ver como lo hacen los demás.

    En este sentido, La promoción de actividad física en los adultos mayores es indispensable para disminuir los efectos del envejecimiento y preservar la capacidad funcional del anciano. Además, aumenta la esperanza de vida del adulto mayor en la sociedad dando a lugar a un aumento de la población en la franja de edad que hemos venido llamando “tercera edad”. Existe pues, una búsqueda de longevidad en nuestras vidas mediante el cuidado de nuestros cuerpos a todos los niveles.

Conclusión

    La disminución de la actividad física ha traído como consecuencia la aparición de enfermedades que van en detrimento de las personas después de cierta edad. En la medida que envejecen las personas se vuelven más sedentarios, cuya consecuencia se manifiesta, en pérdida de las capacidades y habilidades físicas. Sin embargo, la realización de actividades físicas de manera consecutiva es un factor determinante en la mejora de la calidad de vida de los individuos de diferentes grupos etáreos en especial aquellos cuyas edades sobrepasan los 60 años.

Bibliografía

  • Arce, H. y Contreras, P. (2005) La Vejez. Trabajo de Grado Publicado. Universidad de Chile

  • Bahamón, A. (2002) Ejercicios para la Tercera Edad. Albatros, Argentina.

  • Izquierdo, M. (2003) Efectos del envejecimiento sobre el sistema neuromuscular. Utilísima, Argentina.

  • Jeste, D. (2007) Envejecer con éxito. Madrid, Ediciones Amarú Martínez, España.

  • Paz, H. (2005) Los Mayores: Salud y Calidad de Vida en la vejez. Barcelona, OCU, S.A.

  • Papalia, D. (2000) Desarrollo Humano. Mc Graw Hill, México.

  • Pont, P. (2007) Ejercicios de motricidad y memoria para personas mayores. Barcelona, Paidotribo

  • Organización Panamericana de la Salud. (1990) Programa de promoción de la Salud de los Ancianos para Latinoamérica y del Caribe.

  • Organización Mundial de la Salud. (2004) Importancia de la actividad física para la Salud. Bélgica.

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