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Potencia aerobia en deportistas de la 

preselección nacional femenina de baloncesto en Cuba

 

*Msc. en Control Médico del Entrenamiento Deportivo.

Dra. Especialista en Medicina General Integral.

Profesor asistente de la Facultad de Cultura Física de Camagüey

Médico de Equipo del Centro Provincial de Medicina Deportiva de Camagüey

**Licenciada en defectología. Especialidad: Educación Especial, especialización, Trastornos

de la Conducta. Profesor Instructor, de la UCP, Camagüey. Psicólogo

del ETAP: Centro de Diagnóstico y Orientación de Camagüey

Msc. Aida Vidal González*

Msc. Doris Barbarita González Rivero**

yissel.gutierrez@reduc.edu.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El trabajo que se presenta constituye el empeño de los autores en la búsqueda de opciones para poner en manos de los entrenadores y preparadores técnicos de equipos de baloncesto femenino una fuente de información para la orientación dirigida a un trabajo más efectivo en el cumplimiento de su encargo. Se realizo un estudio descriptivo, transversal a 17 jugadoras pertenecientes a la Preselección Nacional Cubana de Baloncesto Femenino con un promedio de 23.1 años de edad cronológica, durante el Inicio de la Preparación Física General (IPFG) y Final de la Preparación Física General (FPFG) en el macrociclo 2004-2005, se aplico el Test de Leger y 3000 metros por posiciones de juego y equipo. Se obtuvo la media, DS y nivel de significación p≤ 0.05, para cada variable mediante el test no paramétrico de Wilconson y correlación de pearson. En dichos test las defensas presentaron mayor Consumo de oxígeno (MVO2) al IPFG y FPFG, siendo estadísticamente significativa p≤ 0.05 en las delanteras entre momentos. La frecuencia cardiaca y el % de recuperación al 3º y 5º minuto mejoraron por posiciones y equipo de un momento a otro.

          Palabras clave: Macrociclo. Inicio de preparación física general. Final de la preparación física general. Consumo de oxígeno. Test de Léger.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 164, Enero de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El baloncesto para sus seguidores, está considerado como el deporte más bello de los que existen, un espectáculo mágico donde se mesclan fantasía, fuerza, ritmo y emoción.

    Es un deporte colectivo o de equipo con un alto nivel de exigencia física, técnica y táctica. El dominio de estos factores (técnico, táctico y físico) hará posible que el resultado final en el proceso de entrenamiento sea mucho más completo.

    Tradicionalmente se ha prestado más atención por parte de los entrenadores a todos los parámetros pedagógicos (técnicos y tácticos) en la evolución del baloncesto hasta nuestros días, pero los parámetros funcionales han tomado mayor importancia. Seria de mucha ayuda para un entrenador el conocer perfectamente cuales son los límites físicos o fisiológicos de un jugador y por extensión de un equipo, para de esta forma poder ajustar el entrenamiento de la mejor manera posible de acuerdo a las características de cada jugador y por ende a las del equipo. De aquí la importancia de conocer el perfil fisiológico de las jugadoras a entrenar, para en cada momento tener controlada la progresión de su entrenamiento.

    El baloncesto moderno tiene un desarrollo cada vez mayor en cuanto a la talla, la masa muscular activa, el ritmo, la intensidad, dinamismo, y el perfeccionamiento táctico en sus acciones ofensivas y defensivas.

    Según Dalmonte y Cols (1987) el baloncesto clasifica como deporte aerobio-anaerobio alternado. Esto quiere decir que se producen demandas alternativas de las tres vías de producción de energía, con un frecuente acoplamiento de la energía aerobia y anaerobia.

    Fox (1984) considera en un 90% la aportación anaerobia y en un 10% solamente la aportación aerobia, por lo tanto el sistema aerobio participa en la provisión de energía para mantener la duración del total del partido.

    En estadios revisados se ha podido observar que tradicionalmente se hacía énfasis en el estudio del rendimiento aeróbio, no así del anaerobio, siendo este de gran interés en la actualidad ya que la producción de energía anaerobia, ha aumentado fundamentalmente por la utilización de nuevas reglas que se incorporaron por la FIBA, con el objetivo de lograr un juego mas ágil y dinámico y de esa manera ganar mayor versatilidad.

    Es nuestro interés poder conocer la participación del metabolismo aerobio de las deportistas en los diferentes momentos de su entrenamiento, teniendo en cuenta la posición de las jugadoras y la forma en la que esta capacidad repercute en el sistema cardiorespiratorio y energético.

    El consumo de oxigeno, es el indicador más fiable de la capacidad energética aerobia del sujeto, por lo tanto, cuando más alto sea esta variable en el deportista, mayor será su capacidad para desarrollar esfuerzos de tipo aerobio.

    En esta investigación nos proponemos como objetivo general: Determinar el comportamiento de las diferentes variables de la potencia aerobia en condiciones de terreno, en deportistas de la Preselección Nacional de Baloncesto Femenino de Cuba por posiciones de juego, en el período preparatorio comprendido entre el Inicio de la Preparación Física General y el Final de la Preparación Física General del Macrociclo 2004-2005.

    Como objetivos específicos: Evaluar la potencia aerobia máxima, frecuencia cardíaca máxima y % de recuperación por posiciones de juego, por medio de los test de terreno de Léger y de 3000 metros.

Desarrollo

    Desde la mitad de los años 70 se han realizado esfuerzos por analizar los requerimientos fisiológicos y el perfil funcional de los jugadores de baloncesto.

    Al hacer referencia a las características de este deporte, metodológicamente pertenece al grupo de juegos deportivos, donde la acción está determinada por la habilidad en la posesión y acción con la pelota.

    El juego está dividido en cuatro tiempos de 10 minutos cada uno, con un descanso entre el 1º y 2º y entre el 3º y 4º tiempo de cinco minutos, y el descanso entre el 2º y 3º cuarto de 10 minutos. El partido se puede extender de ser necesario al concluir el tiempo reglamentario (si culmina empatado), a dos tiempos extras de cinco minutos cada uno, con cinco minutos intermedios de descanso.

    El desarrollo del pensamiento y de la acción táctica colectiva determinan los resultados del equipo. Necesitan un gran número de confrontaciones para alcanzar un nivel elevado. La destreza técnica se alcanza en la etapa de maestría.

    Es un deporte variado, las capacidades motrices fundamentales son resistencia, velocidad y fuerza, así como la combinación de estas capacidades (resistencia a la velocidad y fuerza explosiva). Las capacidades de coordinación más usadas son el ritmo, el equilibrio, la orientación espacial y propioceptiva.

    De acuerdo a las posiciones de juego, podemos decir que las defensas son las jugadoras de menor talla, las mas rápidas, de mayor habilidad con el balón, organizan las jugadas desde el punto de vista ofensivo y son buenas tiradoras al aro tanto en la media como en la larga distancia; las delanteras son las jugadoras estrellas del equipo, van al rebote, corren al contraataque, tienen habilidades técnicas excepcionales, deben ser veloces, flexibles, fuertes y además tener un buen porciento de efectividad. El centro o pívot, es la jugadora más alta del equipo y su principal función es el rebote ofensivo y defensivo, debe ser fuerte, con buena saltabilidad y tener buena efectividad de la corta distancia.

    La potencia aerobia máxima (MVO2), ha sido considerada como uno de los aspectos más importantes de la condición física para la fisiología del ejercicio. En el caso del baloncesto se ha identificado como la base del condicionamiento. Así clásicamente el juego se considera aerobio intercalando periodos frecuentes de acciones anaerobias.

    Datos actuales según diferentes autores a la hora de hablar de rendimiento deportivo y MVO2 queda demostrado que los jugadores de baloncesto para estar a un nivel físico aceptable han de tener un MVO2 mínimo que le permita desarrollar su juego sin ningún tipo de restricciones. Incluso algunos autores han llegado a afirmar que un jugador de baloncesto que quiera mantener un nivel alto de juego, nunca podrá situar su consumo de oxigeno por debajo de 50 ml/kg/min.

    Ya que la energía liberada por las vías anaerobia láctica y anaerobia aláctica es limitada, el metabolismo oxidativo ha de servir a los requerimientos de resistencia aerobia y ayudar en la recuperación de los esfuerzos anaerobios.

    La mejora del perfil aerobio del jugador de baloncesto es importante, y es fundamental en este sentido, la mejora del umbral anaerobio, ya que permitirá que esfuerzos que eran anaerobios se vuelvan aerobios, consiguiendo un retraso en la aparición de la fatiga, una mejor recuperación de esfuerzo anaerobio, asimilación del entrenamiento y mantener una mejor eficiencia técnica durante más tiempo.

    La resistencia muscular es la habilidad para aplicar fuerza submáxima de forma repetida. La resistencia muscular local ocurre en los músculos que trabajan de forma específica. La carrera y los saltos continuos que requiere el baloncesto resultan en una mejora de la resistencia general en las extremidades inferiores. La duración de los partidos de baloncesto requiere no solo de resistencia aerobia, sino también resistencia muscular localizada.

    El mejor conocimiento de las demandas energéticas del baloncesto y del perfil fisiológico de los valores de este deporte, va a permitir mejorar el rendimiento, pues nos va a aportar información relevante para determinar el tipo de entrenamiento, la intensidad de las cargas, y la selección de los jugadores según su nivel de condicionamiento orgánico, así como de la eficiencia de los programas de preparación física específicos. También permitirá prevenir y reducir la gravedad y numero de lesiones deportivas.

    En la tabla 1 se muestran los resultados de medias y DS de la Potencia aerobia máxima (MVO2), Frecuencia cardiaca máxima (Fcmax) y % de recuperación (%Rec) al 3er y 5to minuto obtenidos en el test de Leger, por posiciones de juego durante los dos momentos del macrociclo evaluados (IPFG y FPFG).

Tabla 1

*P<0.05 (posiciones)

    Se observa de forma general que el equipo presento una disminución de la Fcmax en el segundo momento de realización del test, siendo las pívots las que presentaron un valor más alto (202.7±10.171-177.8±10.8 lat/min), seguidas de las defensas (199.6±18.0-186.4±15 lat/min); y las delanteras presentaron el valor más bajo (191.2±4.76-187.6±11.63 lat/min) encontrándose una diferencia estadísticamente significativa entre las posiciones del juego; así como el equipo entre un momento y otro de la preparación.

    En el análisis del %Rec 3min se observa que las delanteras presentaron el mejor resultado en un primer momento (29.20±11.12-32.80±8.34), comportándose las defensas de forma muy parecida con cifras de (27.00±6.16-33.80±12.11) es de señalar que estas fueron las que presentaron un mayor porciento de recuperación, de igual forma estas jugadoras fueron las de mayor %Rec al 5tomin, aunque no se encontraron diferencias estadísticamente significativas.

    Además se muestran los resultados del %Rec 5min donde se observa de manera general que hubo una mejoría por parte del equipo en los dos momentos de la prueba (58.9±23-68.5±11.3) de su estado cardiovascular.

    En cuanto a los resultados de la Potencia aerobia máxima (MVO2) se observa que las jugadoras pívots fueron las que presentaron menor cifras (49.95±3.76-52.75±3.17 ml/kg/min) y las defensas presentaron el valor más alto (54.80±3.25-58.02±4.06 ml/kg/min), encontrándose las delanteras en una posición intermedia (51.90±4.64-56.24±2.36 ml/kg/min) siendo estadísticamente significativa, coincidiendo estos resultados con estudios antes realizados.

    Hemos de señalar que se encontraron diferencias estadísticamente significativas por posiciones de juego. En la preparación general, se observo un aumento de los valores lo cual podría estar relacionado a una mayor capacidad aerobia alcanzada por las jugadoras debido a que utilizan las tres vías sistémicas metabólicas, especialmente la resistencia aerobia y anaerobia.

    Aunque existe controversia en la bibliografía sobre cuál sería la fuente energética predominante en el juego de baloncesto, Stone destaca que la mayor parte de las acciones del baloncesto son anaerobias recomendando trabajos intervalados de alta intensidad.

    El desarrollo de una buena potencia aerobia máxima, permitirá una mejor economía en el momento de efectuar la síntesis de los fosfatos ricos en energía (ATP y PC). Una alta capacidad aerobia asegura de esta forma un nivel de esfuerzo óptimo, una buena regeneración, una buena recuperación, y no menos importante una gran resistencia al esfuerzo. Por otro lado el jugador bien entrenado en resistencia se recuperara más rápidamente y de forma más completa durante las pausas de juego, lo que permitirá efectuar un mayor número de salidas, así como regatear de forma más enérgica a lo largo del partido.

    Los valores obtenidos corroboran como la Frecuencia cardíaca de recuperación tras un esfuerzo, es un buen indicador del nivel de condición física. Esta mejor recuperación, trasladada al área de juego, supondrá tener una mayor capacidad de eliminación y resíntesis de los productos de desechos originados, lo que permitirá realizar más prontamente un nuevo esfuerzo. Al final del partido este fenómeno se traducirá por la posibilidad de un mayor número de esfuerzos a intensidades elevada.

    En la tabla 2 se muestran los valores medios y DS de la Potencia aerobia máxima (MVO2), Frecuencia cardiaca máxima (Fcmax), % de recuperación al 3er y 5to minuto, obtenidos en el test de carrera de 3000 metros, por posiciones de juego en dos momentos del macrociclo.

Tabla 2

*P<0.05 (posiciones)

**P<0.05 (posiciones)

    Encontramos que de forma general el equipo presentó una disminución de la Fcmax (188.3±1.41-182.8±1.10 lat/min) entre los dos momentos de realización de la prueba, siendo las defensas las que presentaron primariamente un valor más alto, con una mínima variación en el segundo momento(190.8±8.64-186.4±9.65 lat/min); las delanteras (189.6±.81-178.4±14.3 lat/min) presentaron una mayor diferencia de un momento a otro de la evaluación, mientras que las pívots mostraron el menor valor (186.2±10.53-183.8±10.4 lat/min).

    No existen diferencias estadísticamente significativas, ratificando como dicen la mayoría de los estudios que es un parámetro individual no modificable (Wilson y col, 1996) o muy ligeramente y que viene determinado por la edad, herencia etc., influyendo en ella el nivel de condición física que se tenga. (14)

    En el análisis del % de recuperación al 3er minuto se observa que las pívots mostraron la mejor recuperación (25.57±1.39-34.7±8.32) siendo estadísticamente significativa; seguidas por las delanteras, que fue mayor su mejoría (25.40±5.68-37.0±8.97) a pesar de que no existe diferencias estadísticas significativas, las defensas mostraron el valor más bajo en el segundo momento.

    En la recuperación al 5º minuto, las delanteras presentaron primariamente el valor más bajo, culminando en un segundo momento con las cifras más altas con respecto al resto de las posiciones de juego (53.60±4.56-69.0±10.7) siendo estadísticamente significativo; seguidas por las pívots (58.14±8.17-60.7±9.65) y las defensas (58.20±18.32-67.00±21.6) con el mejor porciento de recuperación en el primer momento.

    De forma general se observó una mejoría en el % de recuperación al 5to minuto entre los dos momentos del test (56.64±2.5-65.56±3.0). Se evidencia la mejoría del estado cardiovascular en general en el equipo.

    Los valores obtenidos concuerdan con otros estudios realizados sobre esfuerzos fraccionados como los de Calderón y col, donde concluye, que la frecuencia cardíaca durante la recuperación constituye el parámetro fundamental para valorar las cargas de tipo intervalado y la condición cardiovascular.

    En los resultados del MVO2 encontramos que las defensas presentaron las cifras más altas (51.82±2.53-52.76±3.64 ml/kg/min); las pívots presentaron el valor más bajo (45.70±2.72-47.32±3.2 ml/kg/min); y las delanteras presentaron el valor intermedio (47.65±4.72-4969±4.79 ml/kg/min), presentando diferencias estadísticamente significativas, un comportamiento similar al encontrado en el test de Leger, coincidiendo estos resultados con estudios antes señalados.

    Estas diferencias posiblemente se deban a un mejor entrenamiento de estas jugadoras para lograr energía por vía metabólica aerobia y como consecuencia poder tener un mejor rendimiento para mantener una intensidad más elevada coincidiendo esto con la función de cada jugadora en el juego.

    De forma general se ha establecido para esta disciplina, que valores menores de 50 ml/kg/min son deficientes, entre 50-55 ml/kg/min normales, 55-60 ml/kg/min buenos y superiores de 60 ml/kg/min excelentes. Se demuestra que en los resultados encontrados en nuestro estudio, dicho equipo presenta valores de MVO2 normales.

    La presencia de una mayor potencia aerobia máxima (MVO2) determina su capacidad de afrontar durante el partido un mayor número de acciones a través del metabolismo aerobio, situación que llevará a los que tengan un MVO2 bajo a afrontarlos con el metabolismo anaeróbio. El consumo de oxígeno asegura el funcionamiento de la fosforilación oxidativa y asegura la producción de ATP.

    Este ATP producido sirve a su vez para proveer energía para el deslizamiento del complejo acto-miosina de la fibra muscular, así como para la redistribución de ión calcio durante las fases de excitación-relajación del músculo.

    Con un mejor MVO2 las deportistas estarán en mejor disposición de mantener niveles más elevados de intensidad de juego, tendrán una mejor economización y racionalización de los esfuerzos.

Conclusiones

  1. Las defensas resultaron las de mayor potencia aerobia máxima, presentando el mayor incremento las delanteras en los dos test, reflejando las jugadoras pívots el menor desarrollo dentro del equipo.

  2. Se evidencio una mejoría de la frecuencia cardiaca máxima y del % de recuperación al 3º y 5º minuto por posiciones de juego y equipo durante la preparación física general.

Bibliografía

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