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Respuestas y adaptaciones al entrenamiento 

de fuerza oclusivo de baja intensidad

 

*Becario FPI de la Junta de Castilla y León, Universidad Europea

Miguel de Cervantes, Valladolid. Investigador colaborador del Centro de

Investigación en Discapacidad Física de la Fundación ASPAYM CyL, Valladolid

**NSCA-CPT. Profesor titular de la Universidad Europea

Miguel de Cervantes, Valladolid. Director del Centro de Investigación

en Discapacidad Física de la Fundación ASPAYM CyL, Valladolid

Msc. Juan Martín Hernández*

PhD. Juan Azael Herrero Alonso**

martinhjuan@gmail.com

(España)

 

 

 

 

Resumen

          El Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) recomienda, para incremento de la fuerza máxima y la masa muscular, entrenar con cargas superiores al 70%1RM. Además, el modelo de adaptación al entrenamiento de alta intensidad descrito por Sale en 1988, establece que es necesario entrenar al menos 4 semanas para inducir adaptaciones estructurales en el músculo esquelético. En cambio, hace una década surgió en Japón un nuevo método, llamado entrenamiento Kaatsu, con el que se han descrito incrementos del área de sección transversal muscular tras un período de 10 días de entrenamiento con una intensidad del 20%1RM. Desde entonces, la literatura científica al respecto ha sido prolífica, y ha demostrado que el entrenamiento oclusivo es capaz de incrementar la fuerza y la masa muscular de sujetos de edades y condición física dispares. Dado el gran interés que suscita este tipo de entrenamiento, el objetivo de esta revisión es recopilar toda la información publicada en la literatura científica y hacerla accesible en nuestro idioma a profesionales y estudiantes de las Ciencias del Deporte y la salud.

          Palabras clave: Kaatsu. Hipertrofia. Restricción del flujo sanguíneo. Oclusión sanguínea. Entrenamiento en isquemia.

 

Abstract

          In order to increase muscle mass and strength, the American College of Sports Medicine (ACSM) recommends lifting weights of at least one’s 70%1RM. Moreover, the progression model of muscular adaptation to resistance training described by Sale in 1988 establishes the need to train for at least 4 weeks to induce structural adaptations in skeletal muscle. In contrast, a decade ago a new method called Kaatsu Training emerged in Japan. Trainig with this method, increases of muscle cross-sectional area after 10 days of training with an intensity of 20% 1RM have been observed. Since then, the scientific literature about this topic has been prolific, and has shown that occlusion training can increase strength and muscle mass of subjects of disparate ages and physical conditions. Given the great interest of occlusive training, the aim of this review is to gather all the information published in the scientific literature and make it accessible in spanish for professionals and students of sport sciences and health.

          Keywords: Kaatsu. Training muscle hypertrophy, Blood flow restriction. Occlusive training. Ischemic training.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 164, Enero de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En Japón, en el año 1983, se autorizó y se puso a disposición del público una nueva metodología de entrenamiento. Su inventor, Yoshiaki Sato, desarrolló esta nueva técnica gracias a subvenciones estatales, adscritas a un plan para el incremento de la autonomía de los ancianos japoneses. En vista de los resultados obtenidos tras los primeros estudios, Yoshiaki Sato comercializó este método de entrenamiento bajo el nombre de Kaatsu1. En la actualidad, el entrenamiento Kaatsu es ampliamente utilizado en centros de fitness y rehabilitación de Japón. Su gran éxito en el país nipón despertó el interés de los científicos occidentales, lo que ha supuesto que las publicaciones científicas en revistas internacionales se hayan multiplicado en la última década. En el mundo occidental se conoce al entrenamiento Kaatsu por diversos nombres, como “blood flow restriction training”, entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo, “occlusive training”, entrenamiento oclusivo, “vascular occlusion training”, entrenamiento con oclusión vascular, “ischemic training”, entrenamiento isquémico o “training with local ischemia”, entrenamiento con isquemia local.

    Esta revisión pretende, con un carácter divulgativo, ofrecer una visión general, basada en la evidencia científica, de las respuestas y adaptaciones inducidas por el uso de este tipo de entrenamiento, así como discutir sus principales mecanismos fisiológicos de acción. Por último, también pretende aportar directrices para su aplicación práctica, dirigidas a estudiantes y profesionales de la salud y el ejercicio físico.

¿Qué es el entrenamiento Kaatsu?

    Durante el ejercicio, el aparato circulatorio adapta su respuesta a las necesidades del organismo aportando oxígeno, que se emplea como combustible, y retirando los deshechos del metabolismo para evitar un incremento de la acidosis muscular. Contribuye, en definitiva, a mantener un estado de homeostasis, a retrasar la aparición de la fatiga y a acelerar la recuperación tras el esfuerzo. El entrenamiento tradicional utiliza cargas mecánicas muy elevadas para romper la homeostasis y someter al organismo a un grado de estrés metabólico, mecánico y nervioso. Se ha demostrado que someter al organismo a una sucesión de cargas de alta intensidad incrementa el reclutamiento de fibras rápidas, agota los depósitos de sustratos energéticos inmediatos, aumenta la frecuencia y la amplitud de la señal electromiográfica e induce una marcada respuesta endocrina. Todos estos elementos se interrelacionan entre sí para que el resultado final del entrenamiento sea un desequilibrio entre la tasa de degradación de proteínas y su tasa de síntesis, que es el mecanismo a través del cual se estimula la síntesis de proteínas contráctiles – actina y miosina – que dará lugar a la hipertrofia muscular2. El ASCM recomienda entrenar con cargas superiores al 70%1RM para conseguir el mayor incremento de masa muscular posible tras un período de entrenamiento3. Del mismo modo, se ha demostrado que cargas de baja intensidad no son suficientes para inducir adaptaciones musculares estructurales4. En cambio, hay evidencias que indican que tras un período ejercicio de baja intensidad suplementado con isquemia local puede observarse hipertrofia muscular.

    El entrenamiento oclusivo consiste, por tanto, en la restricción del flujo sanguíneo – tanto aferente como eferente – durante un ejercicio de baja intensidad. Esto reduce el aporte arterial y el aclarado venoso; es decir, cambia drásticamente la exigencia metabólica del ejercicio 5. La oclusión siempre se genera en la parte proximal de la extremidad que se desea entrenar. Para ocluir un miembro pueden utilizarse bandas elásticas, cintas velcro, torniquetes neumáticos electrónicos o manuales y cualquier otro dispositivo de invención casera. La marca registrada Kaatsu® comercializa sus propios aparatos, que controlan automáticamente la presión de oclusión, aunque son difíciles de conseguir en el mercado occidental. En la literatura científica, la presión de oclusión se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y su valor se emplea para estimar la reducción del flujo sanguíneo inducida por la cincha. Así, se han utilizado presiones que oscilan entre los 50 y más de 200mmHg6. Cuando se utilizan dispositivos que no proporcionan información sobre la presión de la cincha; por ejemplo, bandas elásticas, la medida de oclusión se polariza en oclusión total (la onda de pulso desaparece por completo) y oclusión parcial (se detecta pulso en la zona distal de la cincha).

    La sesión de entrenamiento oclusivo más empleada en la investigación se compone, normalmente, de 3 a 5 series hasta alcanzar el fallo volitivo, con una intensidad del 20-50%1RM, un ritmo de ejecución 2:2 y un descanso entre series de 30s-1min. El nivel de oclusión suele ser parcial5. Los resultados de nuestro laboratorio indican que este tipo de sesiones llevadas a cabo con oclusión total generan dolor, entumecimiento y pérdida notable de sensibilidad en la zona distal de la extremidad durante la ejecución de los ejercicios.

    Además, la mayoría de los sujetos no son capaces de realizar más de 3 series al fallo con descansos de 30s si la oclusión es completa. Normalmente, la presión se mantiene durante los períodos de descanso y es liberada inmediatamente tras finalizar la sesión. El tiempo total de oclusión no suele superar los 10-15 min por sesión, y suelen realizarse entre 2-5 sesiones por semana.

Efectos agudos del entrenamiento Kaatsu

Activación electromiográfica

    El descenso de la presión de oxígeno en el tejido muscular tiene un alto impacto sobre la eficiencia del miocito, ya que disminuye su tensión e incrementa su consumo metabólico en proporción al grado de hipoxia 5; es decir, ante un mismo estímulo, un miocito en condiciones de normoxia es capaz de generar una tensión x con un coste metabólico y; en cambio, tras un descenso de la presión de oxígeno, dicho estímulo generará una tensión inferior a x con un coste metabólico muy superior a y. Este hecho, traducido a un plano práctico, significa que realizar un determinado gesto en hipoxia implica una menor tensión muscular y un mayor consumo metabólico, en comparación con realizar dicho gesto en normoxia. Concretamente, se ha demostrado en perros que una reducción del 67% del aporte arterial de oxígeno reduce en un 30% la fuerza evocada por un determinado estímulo eléctrico7. En humanos, se ha observado que la falta de oxígeno induce una reducción de la fuerza evocada por sucesivos estímulos eléctricos directamente proporcional al grado de isquemia8. En este sentido, algunos autores sugieren que puede producirse una respuesta compensatoria, que incremente el reclutamiento de fibras para paliar la falta de eficiencia9, aunque los resultados al respecto resultan equívocos. Este cambio en el patrón de reclutamiento incluye una mayor solicitación de fibras rápidas10 y hay evidencias que demuestran que el ejercicio de baja intensidad con oclusión incrementa la activación muscular durante ejercicios isotónicos11, isométricos 12 e isocinéticos 13, aunque no hay pruebas sólidas que demuestren que lo haga más que el mismo ejercicio sin oclusión. Al parecer, la oclusión induce la aparición temprana de fatiga8 ,14 ,15 ENREF 8, posiblemente debido al predominio de la vía metabólica glucolítica impuesto por la hipoxia16, pero un ejercicio isotónico de baja intensidad no ha demostrado producir una mayor activación que el mismo ejercicio sin oclusión14. Por tanto, a pesar de que no se puede afirmar con seguridad que el ejercicio de baja intensidad combinado con oclusión induzca un incremento del iEMG con respecto al mismo ejercicio realizado sin oclusión, parece seguro que la hipoxia altera el patrón de reclutamiento, que se refleja en un incremento de la actividad de las fibras rápidas.

Acumulación metabólica y respuesta hormonal

    Se ha demostrado que el incremento de la tasa metabólica glucolítica durante el entrenamiento en oclusión, unido a la restricción del aclarado venoso, tiene como consecuencia una acumulación de metabolitos de desecho en la zona ocluida. Así, se ha observado un incremento significativo de lactato (La)11 ,17-21 y, con seguridad, de adenosina, K+ y H+ 9 tras una sesión de ejercicio en oclusión. Esto conlleva un descenso del pH intramuscular que podría estimular un reflejo químico, mediado por las fibras aferentes III y IV, que estimule la secreción hipofisaria de hormona del crecimiento (GH).

    Tras detectar un incremento de hasta 290 veces los valores basales de GH21, así como una respuesta consistente del ejercicio en oclusión a esta hormona 12 ,17-20 ,22 ,23, se propuso la respuesta a la GH como principal responsable la de hipertrofia tras el entrenamiento en oclusión. En cambio, tanto la relación de la acumulación metabólica con la secreción de GH como la relación de la GH con el mecanismo de hipertrofia muscular son controvertidas. Por ejemplo, a pesar de que hay estudios en los que la cinética del La y la GH son coincidentes, Reeves et al. 19 describieron que, a pesar de que el entrenamiento oclusivo indujo un incremento significativamente mayor de GH que un grupo de entrenamiento con la circulación libre, no hubo diferencias en los niveles de La alcanzados por ambos grupos. En este mismo sentido, también se ha observado cómo algunos pacientes con la enfermedad de McArdle, incapaces de generar La, son capaces de segregar GH tras una sesión de entrenamiento tradicional. Por otro lado, tampoco se ha demostrado que la GH sea responsable de incrementar la síntesis proteica, ni que tenga una influencia directa en el proceso de hipertrofia muscular, como demuestra que Wilkinson et al.24 descubriesen un incremento significativo del tamaño muscular de un grupo de sujetos que no presentaron ninguna respuesta sistémica a la GH. Igualmente, se ha demostrado que la administración de GH recombinada no tiene ningún efecto sobre el balance proteico muscular 9. Por tanto, debido a la falta de evidencias de que su efecto anabólico sea directo, parece poco probable que la vía de la GH sea la única que participe en el proceso de hipertrofia muscular 25.

    La respuesta del factor insulínico de crecimiento 1 (IGF-1) al ejercicio en oclusión también parece ser variable. Abe et al. 26, descubrieron un incremento de la concentración basal de IGF-1 tras dos semanas de entrenamiento oclusivo y atribuyeron este hecho a un incremento de los valores basales de GH, especulando que el incremento de la actividad de GH podría haber conducido a la respuesta del IGF-1. Los valores de GH no fueron cuantificados en dicho estudio, aunque resultados de otros trabajos han encontrado diferencias en la cinética de la GH y el IGF-1 que hacen insostenible esa relación20.

Síntesis proteica

    El desequilibrio y el estrés inducidos por la carga mecánica del ejercicio son los responsables de que se produzca un incremento en el transporte de aminoácidos dentro de la célula muscular, que derivará en un incremento de la síntesis de los componentes proteicos funcionales del músculo: actina y miosina. Por tanto, independientemente del gradiente hormonal, la hipertrofia muscular es el resultado de un desequilibrio entre la tasa de degradación de las proteínas y su tasa de síntesis. El mecanismo de acumulación metabólica y la elevada respuesta de la GH al ejercicio en oclusión podrían, por tanto, tener un papel únicamente regulador a nivel metabólico y no en el balance de síntesis proteica27. En este sentido, algunos autores han demostrado que pueden producirse adaptaciones estructurales sin elevaciones de los niveles de GH 2 ni de testosterona27. De hecho, el entrenamiento oclusivo ha demostrado incrementar el tamaño muscular a pesar de estimular pobremente la secreción de IGF-1 y no mostrar apenas respuesta a la testosterona 17 27. Un trabajo ha demostrado que, a diferencia de lo establecido en las recomendaciones del ACSM, la realización de 4 series al fallo con un 30%1RM puede incrementar la tasa de síntesis proteica en la misma medida que si se realizasen con un 90%1RM2. Loenneke2 reflexionan, en un interesante estudio de revisión, la posible preeminencia del volumen sobre la intensidad en la estimulación de la síntesis proteica, ya que el entrenamiento oclusivo ha demostrado inducir un incremento en la tasa de síntesis proteica tras una sesión de ejercicio con cargas de baja intensidad (20%1RM) 17 ,28.

    A pesar de que aún no se han determinado las causas exactas que conducen a la hipertrofia muscular en el entrenamiento oclusivo, parece claro que éste induce una elevación aguda de la síntesis proteica y que, además, es posible que lo haga sin intervención de hormonas anabólicas como la testosterona o el IGF-1. En vista de estas evidencias, también se ha especulado que los procesos de hipertrofia del entrenamiento tradicional y los entrenamiento oclusivo podrían diferir entre sí 27.

Efectos crónicos del entrenamiento Kaatsu

Adaptaciones de la fuerza y la masa muscular

    No cabe duda de que el entrenamiento oclusivo, aplicado en las condiciones descritas en la literatura, induce adaptaciones positivas de la función y la estructura muscular. A lo largo de una década se ha llevado a cabo un gran número de estudios que han ayudado a determinar la influencia de las distintas variables del entrenamiento (duración, descansos, volumen, intensidad, nivel de oclusión, etc.) sobre las respuestas y adaptaciones de nuestro organismo al ejercicio con restricción del flujo sanguíneo. Recientemente, a través de la técnica de metaanálisis, Loenneke29 han analizado conjuntamente todos los resultados de todos estos trabajos, asentando una fuerte evidencia sobre múltiples aspectos del entrenamiento en oclusión. Entre sus conclusiones hay una que no admite duda: el entrenamiento de baja intensidad con oclusión resulta más eficaz para la hipertrofia y el incremento de la fuerza máxima que un entrenamiento de las mismas características sin oclusión suplementaria.

    Estos resultados han sido observados tras la aplicación de distintas modalidades de entrenamiento oclusivo; por ejemplo, dos trabajos demostraron que caminar con oclusión en ambas piernas en un tapiz rodante, tanto a 3 como a 4km/h durante 3 semanas, resulta en un incremento del área de sección transversal (AST) de los músculos del muslo, mientras que el mismo entrenamiento sin oclusión, no tiene ningún efecto sobre el AST 22 ,30. Si la oclusión se aplica durante ejercicios isotónicos de baja intensidad en sujetos sedentarios, los resultados son similares 23,26. En jugadores de rugby, con experiencia en el entrenamiento de fuerza, 8 semanas de entrenamiento en oclusión, 2 días por semana, con un 50%1RM, indujeron un incremento del AST del cuádriceps del 12%. Los autores no recolectaron datos del AST del grupo de control, que realizó el mismo ejercicio sin oclusión. En cambio, los valores de fuerza tras el entrenamiento fueron muy superiores en el grupo de oclusión (incrementos de 14,3% y el 3,2%, respectivamente) 13. Por desgracia, estas afirmaciones no pueden aún extenderse al entrenamiento tradicional de alta intensidad. Sólo un trabajo ha comparado las adaptaciones inducidas por una periodización de entrenamiento de baja intensidad en oclusión con las de un entrenamiento de alta intensidad. A pesar de que las ganancias de fuerza del grupo de alta intensidad fueron notablemente superiores, el nivel de hipertrofia alcanzado tras las 12 semanas de entrenamiento fue similar entre ambos grupos31.

    En su concepción, en entrenamiento oclusivo pretendía ser un método para el fomento de la independencia de las personas mayores, por lo que pueden encontrarse fácilmente trabajos al respecto 32. El entrenamiento oclusivo no sólo ha demostrado ser útil para la mejora de fuerza y la masa muscular de personas mayores 11 ,30 ,32-34, sino también para prevenir la atrofia de personas encamadas35 ,36, de enfermos renales37, o pacientes en período de rehabilitación tras una intervención quirúrgica38. Dado que está fuera del objetivo de este trabajo continuar profundizando en los efectos del entrenamiento en oclusión sobre la fuerza y la hipertrofia, para más información se recomienda la consulta de los siguientes trabajos de revisión 5 ,6 ,29 ,32 ,39 ,40.

Modelo de adaptación

    En 1988, Sale41 elaboró un modelo cronológico que describe las adaptaciones de la función y estructura musculares al entrenamiento con resistencias de alta intensidad. Según este modelo (Figura 1), las adaptaciones neurológicas son las primeras en producirse y tienen lugar durante las primeras semanas de entrenamiento. En cambio, las adaptaciones estructurales comienzan en torno a las 4 semanas. Abe22 fueron los primeros en observar que el entrenamiento en oclusión producía cambios estructurales significativos en el músculo tras sólo 5 días de ejercicio de baja intensidad en oclusión. En este sentido, un metaanálisis reciente ha establecido que, mientras que las adaptaciones estructurales son constantes a lo largo del período de entrenamiento con oclusión, las adaptaciones en la fuerza muscular no alcanzan valores significativos hasta pasadas 10 semanas (Figura 2) 29, lo que sugiere un modelo de adaptación inverso al del ejercicio tradicional. Algunos autores han determinado que tras un entrenamiento de baja intensidad con oclusión, la ratio fuerza-unidad de superficie del AST permanece constante 13 ,22 ENREF17, lo que refuerza la teoría de que no se hayan producido adaptaciones neurológicas significativas al entrenamiento o que, en caso de haberlo hecho, un descenso de la eficiencia muscular de origen inflamatorio o estructural enmascare dicha adaptación. Un incremento de los ángulos de peneación tras el entrenamiento reduce la capacidad de transmitir fuerza de las fibras musculares al tendón, lo que podría alterar la tensión específica, así como la ratio fuerza por unidad de AST42. Se ha sugerido que la inflamación y el incremento de la perfusión vascular durante el ejercicio, que especialmente se produce durante el entrenamiento en oclusión11 ,43, podrían ser los responsables de dichas modificaciones estructurales44. A pesar de que se ha descrito que estos cambios revierten 30min tras una sesión de ejercicio tradicional 44, no hay en nuestro conocimiento ningún trabajo que haya estudiado el curso de modificaciones estructurales tras un entrenamiento en oclusión.

Figura 1. Modelo de adaptación funcional y estructural a una periodización de entrenamiento tradicional de fuerza de alta intensidad. Extraído de Sale (1988).

 

Figura 2. Modelos de adaptación funcional y estructural a una periodización de entrenamiento tradicional de alta intensidad (modelo de Sale, Figura 1) 

y a una periodización de entrenamiento de baja intensidad con restricción del flujo sanguíneo. Extraído de Loenneke et al. (2011). 

T-RT: entrenamiento tradicional con resistencias. LI-BFR: entrenamiento de baja intensidad con restricción del flujo sanguíneo.

Aspectos prácticos del entrenamiento Kaatsu

Dosis de entrenamiento oclusivo

Intensidad

    La oclusión de ha utilizado como suplemento a diferentes intensidades de entrenamiento. Ha demostrado ser efectivo en combinación con cargas de baja (20-30%1RM)15 ,23 ,26 ,33 ,45-47 , media (30-50%1RM)11 ,13 ,42 ,43 ,48-50 y alta intensidad 49, así como en ejercicios con el peso corporal 34 ,51 y durante la marcha 30 ,52, aunque el mayor tamaño del efecto sobre la hipertrofia y la fuerza muscular se ha registrado durante el entrenamiento de baja intensidad 29. Además, la oclusión ha demostrado no tener ningún efecto como suplemento al entrenamiento de alta intensidad14 ,49. El entrenamiento isotónico ha resultado ser el más eficaz, aunque los entrenamientos con autocargas y los entrenamientos de marcha en oclusión han demostrado ser más eficaces que realizar el mismo ejercicio sin oclusión.

Volumen

    El volumen total por sesión también es altamente variable entre diseños. Algunos de ellos utilizan un número de series y repeticiones fijas22 ,30 ,33 ,47, mientras que otros establecen el fallo como objetivo en todas las series11 ,13 ,15 ,43 ,45. El mayor tamaño del efecto para el entrenamiento de la fuerza se ha registrado durante sesiones de 60-70 repeticiones29. Un entrenamiento de 3 series al fallo en oclusión con una carga comprendida entre el 20 y el 50%1RM con una cadencia 2:2, suele permitir a los sujetos realizar entre 30-50 repeticiones por sesión5. La sesión de entrenamiento en oclusión más efectiva debería de componerte de 4-5 series al fallo.

Descansos

    Una de las claves del entrenamiento en oclusión es la exigencia metabólica, sobre la que los descansos tienen una gran influencia. Se ha demostrado que minimizar los descansos puede incrementar de forma directa los efectos de un determinado protocolo de entrenamiento sobre la fuerza, la resistencia a la fuerza y la masa muscular 2. Como determinante del estrés metabólico inducido por el entrenamiento, se recomienda la utilización de descansos de 30s, que favorezcan una recuperación parcial entre series 29.

Duración del entrenamiento

    La duración total de los entrenamientos en la literatura sobre oclusión se comprende entre los 10 días22 y las 16 semanas11. Las adaptaciones a la fuerza y el AST han demostrado relacionarse directamente con la duración del entrenamiento. También hay notables diferencias en el número de días y entrenamientos por día que se han propuesto. Los protocolos más exigentes han incluido 5 días de entrenamiento con 2 sesiones diarias26, aunque éstos no han sido los protocolos más eficaces. La frecuencia de entrenamientos más efectiva para el incremento de la fuerza y el tamaño muscular es una sesión por día, 2-3 días por semana 29.

Otros aspectos prácticos

Presión de oclusión y torniquetes

    A pesar de que en todos los estudios se ha empleado la medida de presión en mmHg como factor regulador de la intensidad del entrenamiento, esto podría constituir un error por varios motivos. En primer lugar, el efecto de la presión externa sobre el flujo sanguíneo depende de múltiples factores (ej. grosor muscular, composición corporal, perímetro del miembro) y ha demostrado ser altamente variable entre sujetos53. Por otro lado, también el grosor del torniquete tiene una influencia directa sobre la restricción que genera con un nivel dado de presión6. De hecho, ni siquiera el completo metaanálisis de Loenneke et al.29 ha contemplado la anchura de los torniquetes como un factor determinante, a pesar de recomendar, tanto para la fuerza como para la hipertrofia, presiones de oclusión comprendidas entre los 160-240mmHg. Resultados preliminares de nuestro laboratorio demuestran que, en ese rango de presión, un torniquete estrecho induce una oclusión parcial, mientras que un torniquete ancho induce una oclusión total. Aún son necesarios estudios que comparen los efectos del entrenamiento oclusivo con diferentes reducciones del flujo sanguíneo. Basándonos en resultados de nuestras investigaciones y por motivos de seguridad, se recomienda el uso de torniquetes o bandas elásticas que induzcan una restricción parcial del flujo sanguíneo. El registro de pulso en la zona distal a la oclusión es indicativo de que aún se ha sobrepasado el umbral de oclusión total.

Seguridad del entrenamiento oclusivo

    A pesar del creciente número de evidencias que demuestran su eficacia, el uso de la isquemia tisular suscita obvias reticencias, centradas principalmente en posibles respuestas cardiovasculares adversas, formación y liberación de coágulos sanguíneos y daños nerviosos y musculares5. Se han llevado a cabo estudios sobre la seguridad de su aplicación y, hasta la fecha, no se han encontrado marcadores plasmáticos de alteraciones de la coagulación tras una sesión de ejercicio con isquemia moderada54. En esta misma línea de estudios que avalan la seguridad de la técnica, tampoco parece afectar a la producción de especies reactivas de oxígeno, medidas a través del peróxido lipídico13, glutatión y carbonilos plasmáticos55, ni de marcadores de daño muscular, como la creatín kinasa22.

    Un amplio estudio ha descrito los efectos adversos observados tras una sesión de ejercicio en isquemia. En total, se computaron más de 30000 sesiones, y se describieron como efectos secundarios más comunes hematoma (13,1%), adormecimiento del miembro (1,3%) y mareo ligero (0,3%)56. Efectos secundarios graves, como trombosis venosa, se han manifestado muy raramente (0,06%), con una tasa de incidencia incluso menor a la media general asiática (0,2-0,6%)5. Este estudio incluye sesiones llevadas a cabo con pacientes de todos los rangos de edad, así como sesiones de ejercicio isquemia severa. En definitiva, en personas sanas, la isquemia moderada y ligera ha mostrado ser segura aplicada en las condiciones descritas en la literatura, no así la isquemia severa. En cualquier caso, se desaconseja su aplicación a personas con factores de riesgo cardiovascular.

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 16 · N° 164 | Buenos Aires, Enero de 2012
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