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Educación para la salud a través de las clases de

Educación Física: más allá de la condición física

 

Universidad del País Vasco (UPV-EHU)

Facultad de Ciencias de AF y el Deporte (FCAFD)

(España)

Pablo Corres Benito

Aritz Urdampilleta Otegui

aritzurdampi@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          En este artículo se trabajará la cuestión de cómo educar a los alumnos en el tema de salud mediante la asignatura de educación física. Se deben tener en cuenta todos los aspectos posibles para lograr una buena educación para la salud, no solo aspectos físicos-fisiológicos, sino también aspectos de bienestar social, afectivo o emocional. Posteriormente desarrollaremos las competencias a tratar en el apartado físico y concluiremos con una propuesta práctica para que todos los profesores de educación física puedan tener un modelo de actuación en cuanto a la intervención en la educación para la salud de sus pupilos.

          Palabras clave: Educación Física. Salud. Actividad física. Educación para la Salud. Deporte.

 

Abstract

          In this article we will discuss the question of how to educate children and youth on the issue of health trough the physical education subject. It should take into consideration all the possible aspects to get a good health education, not only physical, but also aspects of social, affective or emotional welfare. Then we will conclude the skills to teach on physical section and we will finish with a practical proposal for all physical education teachers can have a role model in terms of intervention in the health education of their pupils.

          Keywords: Physical Education. Health. Physical activity. Health. Education. Sport.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 164, Enero de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La actividad física como práctica saludable es considerada, según los escolares y entrenadores, como la más importante de las motivaciones para realizar deporte escolar (Fraile y de Diego, 2006). Por lo tanto, dada la importancia que se le da a la salud en el mundo de la actividad física y el deporte, todos los educadores tendrían que estar preparados para enseñar buenos hábitos tanto en lo que concierne a la propia actividad física como en otros ámbitos tales como la higiene (Fraile et al., 2005).

    Está comprobado que una adecuada actividad física colabora en la prevención de accidentes cardiovasculares, rebajan la obesidad y mejora el tono muscular (Pieron, 2003), por lo que la educación física se tiene que preocupar de que la actividad física sea la adecuada, no excesiva o forzosa, lo cual sería perjudicial. Pero aparte de enseñar apropiadamente la actividad física los educadores pueden también animar a la práctica autónoma (dotando de contenidos teóricos a los escolares), evitar actividades de rendimiento en edades tempranas y crear hábitos saludables en cuanto a la postura, la intensidad del ejercicio, los hábitos alimenticios, las horas de sueño y la higiene corporal (Fraile, 2003).

    Es cierto que la educación para la salud es responsabilidad de todo el equipo docente (Delgado y Tercedor, 2002), pero es especialmente la educación física la que se debe ocupar de educar a los niños y jóvenes en el tema de la salud, ya que es la única asignatura donde se trabaja el cuerpo y de este modo será la asignatura que se deberá ocupar de cómo trabajarlo, aparte de que la educación física también se pueda ocupar mejor que otras materias de aspectos cognitivos, emocionales y sociales (Rando, 2009).

    De las tendencias actuales en la educación física la que se ocupa del contenido de la educación física para la salud es la tendencia de la “condición física” (Mosquera, 2010), lo cual no quiere decir que no podamos incluir contenidos de las otras 4 tendencias, por supuesto. Eso sí, en los contenidos de la tendencia de la condición física podemos distinguir los grupos de “condición física” y “condición física para la salud”. La “condición física para la salud” tendría como componentes la resistencia cardio-respiratoria, la fuerza y resistencia muscular, la composición corporal y la flexibilidad; mientras que la “condición física” incluiría los anteriores y sumaría la agilidad, velocidad, el equilibrio y la potencia (Devís y Peiró, 1993).

    Por todo lo mencionado, es interesante que los educadores en actividad física estén adecuadamente formados y sepan cómo enseñar a todos sus pupilos para que contribuyan a mejorar la salud de todos ellos tanto a corto como a largo plazo.

    De esta manera, se tratará de dar unas directrices para observar qué es lo adecuado y qué no lo es. El objetivo es acabar con una idea general de lo que los profesores de educación física pueden aportar mediante su asignatura a los niños y jóvenes en cuanto a su salud y sus hábitos saludables.

Metodología

    Para esta revisión bibliográfica el método de búsqueda de artículos ha sido a través del buscador de artículos científicos “Scholar Google” con las siguientes palabras clave: Educación Física, Salud, Actividad Física, Educación para la Salud, Deporte. Además se ha procedido a la estrategia de bola de nieve, para seguir el hilo de los artículos que parecían importantes para seguir trabajando en dicha materia.

    La aplicación práctica se ha elaborado mediante la extracción de las ideas más importantes que se han obtenido de los artículos encontrados, la experiencia que se posee en el campo de la Educación Física a través de la docencia en las actividades físico-deportivas extraescolares y docencia en el campo de la educación Física Secundaria Obligatoria en las escuelas Públicas.

Resultados de la búsqueda y discusión

    La educación para la salud debe pretender que los alumnos adquieran unos hábitos y desarrollen unas costumbres saludables, que valoren esto como algo fundamental para la calidad de vida y que rechacen los comportamientos que no conducen al bienestar físico y social (Vilchez, 2007). Para una buena la calidad de vida hay que ser feliz, lo cual implica bienestar físico, pero también bienestar social, afectivo y emocional (Llaneras y Méndez, 2003).

    Es decir, para que se consiga que los alumnos obtengan una buena calidad de vida, hay que incidir sobre aspectos físicos, para estar sanos, pero también sobre aspectos psicológicos y sociales. De este modo hay que orientar la enseñanza de la educación para la salud en ambos sentidos, no solo en el sentido físico, ya que de poco sirve que un alumno esté físicamente saludable si no está, por ejemplo, integrado socialmente. En definitiva, mens sana in corpore sano.

    La asignatura de educación física debe tratar el cuerpo para mejorar el desarrollo integral del sujeto. El cuerpo está constituido por lo físico, cognitivo, social, emocional y afectivo y todos estos aspectos determinarán la personalidad de los niños y jóvenes (Fraile, 2005).

    Por tanto, la asignatura debe incluir en sus competencias transversales todos estos aspectos que a primera vista parecen estar menos relacionados con la educación física para la salud de lo que realmente lo están. La dificultad reside en cómo conseguir introducir estos temas transversales en una asignatura fundamentalmente práctica. Por las dificultades hay muchos profesores que renuncian a esta transversalidad y se centran simplemente en los temas de carácter conceptual y procedimental (Jiménez, 2008). En este sentido, Devís y Peiró (1992) nos proponen un modelo para la enseñanza que recoge los ideales de la educación para la salud en todos sus aspectos. Es un modelo holístico que integra el modelo médico (funcionamiento del cuerpo y efectos del ejercicio), el psicoeducativo (buscar que el ejercicio provoque un cambio en su estilo de vida, elegido por el propio alumno) y el sociocrítico (lograr una visión crítica acerca del papel que se le asigna al ejercicio en la actualidad y promover el cambio social en este aspecto).

    Tras comentar los puntos trascendentales cuál del enfoque general que debería tener la asignatura en cuanto a la salud, y cuál es el modelo a seguir para poder trabajar todas las competencias, nos centraremos en el apartado físico-fisiológico de la educación para la salud, el cual vamos a clasificar en varios apartados (Delgado, 1999 y 2001; Rodríguez García, 2001):

    Como se observa hay que abarcar todos los campos posibles para que la educación para la salud sea la adecuada dentro de esta asignatura. Los profesores deben conocer todos los aspectos a tener en cuenta para poder incidir de manera exitosa en la educación para la salud de sus alumnos tanto en el plano físico como en el mental y social.

    A continuación se presentará una propuesta práctica para que exista un modelo práctico a seguir donde se tengan en cuenta todos conceptos enumerados con anterioridad.

Aplicaciones prácticas

    Mediante esta propuesta práctica se pretenden lograr que haya unas directrices a la hora de actuar en la asignatura de educación física acerca de la educación para la salud.

    Para comenzar, debemos recalcar la importancia de los padres para que la educación para la salud sea buena en sus hijos. Al fin y al cabo, los padres son los grandes responsables de la educación de sus hijos y si los primeros no tienen unas nociones adecuadas será mucho más complicado incidir sobre sus descendientes. Por ello, los profesores de educación física deberían convocar varias reuniones con los padres (especialmente al principio del año) para que éstos se conciencien mediante charlas y talleres en la cuales se hablaría de los aspectos que inciden en la salud de los niños. Es importante que sepan los hábitos de higiene y los alimenticios y deben saber los beneficios que reportan para realizar adecuadamente la actividad física. Además, también se les propondría animar a sus hijos a ser participativos e integradores, para evitar los máximos problemas posibles en las clases.

    Una vez aclarado el aspecto de los padres o tutores responsables de los niños, y esperando que sean convencidos y concienciados, habría que entrar a la acción con los alumnos. Hay que intentar no ser demasiado canso con este tema con los niños, ya que podrían cogerle manía y tomarse la educación para la salud como algo aburrido e insufrible. Se deben proponer actividades divertidas y que no parezcan directamente relacionadas con la salud, para que, como hemos dicho, los pupilos no aborrezcan el tema y logremos que finalmente los alumnos nos hagan caso y consideren que la salud es algo importante y a tener en cuenta para poder ser feliz.

    Para ello propondremos actividades variadas y todas ellas participativas, intentado que los que observamos más “excluidos” de una clase sean hábiles en ellas para que se sientan involucrados e importantes en las clases y los más prepotentes de la clase los acepten tal y como son. Si en clase tenemos algún discapacitado se deberían realizar actividades de sensibilización para lograr, como con los excluidos, una buena inclusión en la dinámica del grupo. Mediante este tipo de actividades conseguiríamos de forma indirecta, en menor o mayor grado, que los individuos poseyeran un buen bienestar social, afectivo y emocional.

    Para tratar el apartado físico debemos comentar en las clases, de manera frecuente pero no excesiva, casi casual, los aspectos a tener en cuenta para una buena salud en relación con la actividad física (decir frases tales como “la ducha después del ejercicio es reconfortante y muy importante para la higiene” o “recordad que al andar debéis mantener la columna recta” una vez cada una o dos semanas, para grabar el mensaje de una forma no repetitiva ni aburrida). Se podrían hacer 2-4 sesiones teóricas en todo el año para exponerles los fundamentos que hay que tener en cuenta para mejorar la salud en relación a la actividad física y hacer una sesión final de reflexión grupal y de debate para que consideren los aspectos que han aprendido y que creen más importantes para poseer una buena salud.

    Tampoco deberíamos apartar el trabajar los conceptos de la educación física para la salud teóricamente. Así como en otras asignaturas se hace, en las clases de educación física los alumnos han de concienciarse que tienes que trabajar conceptos y estas las tienen que trabajarlos también en casa, así como ponerlas en práctica, bien a través de las extraescolares o mediante un estudio teórico de conceptos de la anatomía humana, fisiología del movimiento, alimentos, dietética y nutrición…

    Tendríamos que proponer actividades extraescolares, a modo de “deberes” del estilo “el día de…” (El paseo al monte), “la semana de…” (la bici) e intentar crear con el colegio o instituto una campaña de concienciación con la salud (para el centro entero) que proponga actividades como visionado de películas y teatros (relacionados con el tema), pequeñas charlas con expertos en el tema, comidas en el centro (todo el centro desayuna junto saludablemente…), sesiones de actividades físicas y juegos.

Referencias

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