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Antecedentes históricos del doping desde la antigüedad hasta 

el restablecimiento de los Juegos Olímpicos Modernos en 1896

 

*Doctor en Ciencias de la Cultura Física. Máster en Actividad Física en la Comunidad
Licenciado en Cultura Física. Profesor de la Universidad “Ignacio Agramonte” de Camagüey
y de la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

**Profesor auxiliar. Master en Educación Superior. Decano de la Facultad de Cultura Física de Camagüey de la 

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte. Profesor de Atletismo e Historia de la Cultura Física.

***Profesora auxiliar. Secretaria Docente de la Facultad de Cultura Física de Camagüey de la 

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte. Profesora de Matemática Básica, 

Computación y Análisis de Datos. Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

Reynier Rodríguez González*

reynierrodriguezgonzalez@gmail.com

Reinaldo José Rodríguez Payare**

Grisel María González Cid***

grisel@fcf.camaguey.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Se presenta una serie de criterios, avalados por varios autores, acerca del origen etimológico de la palabra “doping” que remiten a su empleo desde la antigüedad hasta el presente en distintas culturas y periódicos históricos. Tales criterios permiten afirmar la ausencia de un consenso al respecto, dado lo abarcador del concepto o definición de “doping” como “sustancia estimulante” y su aplicación en la esfera de las actividades físicas y deportivas que incluyen tanto animales como seres humanos. Se mencionan diferentes sustancias estimulantes y su uso en las prácticas deportivas en culturas distantes en tiempo y espacio geográficos; breve panorama que ayuda a comprender la disparidad de criterios en cuanto al origen etimológico de esta palabra y sus variantes idiomáticas o dialectales. Así, se constata la antigüedad del “doping” como fenómeno, que llevó a la puesta en práctica de acciones antidopaje en el deporte competitivo en pasado siglo XX. Por último, se hace un llamado de alerta a los profesores de Cultura Física, encargados de la formación de las futuras generaciones de deportistas, a fin de que eduquen a sus alumnos en una cultura humanista contraria al dopaje que tantas consecuencias negativas acarrea.

          Palabras clave: Historia de la Cultura Física. Doping. Dopaje. Práctica deportiva y actividad física.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 164, Enero de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El doping no es un fenómeno nuevo en la práctica deportiva1, aunque las acciones antidopaje en el deporte en seres humanos datan del siglo XX.2 La especificación anterior es necesaria porque primero se realizaron investigaciones en animales dopados antes que en seres humanos,3 lo cual, en ocasiones, se ignora o no se explicita en artículos y textos relacionados con el análisis histórico de este fenómeno deportivo.

    En el Diccionario de los deportes (1959) se define doping como: “Toda sustancia administrada a un deportista, a un galgo o a un caballo, que modifica su rendimiento (…)”; también se especifica otra de las acepciones de esta palabra como “(…) la acción misma de administrar dicha sustancia, cualquiera que sea el procedimiento empleado en su administración”. Al analizar el artículo en cuestión, la única alusión a la relación entre los seres humanos y el doping es la referente a los deportistas, lo cual indica el escaso desarrollo del tema en esa época; la inmensa mayoría de los ejemplos y situaciones se refieren a las carreras de caballos y galgos. Existe evidencia en diferentes períodos históricos que prueban el uso de sustancias para aumentar la velocidad y la fuerza de las personas al realizar actividades físicas y, por ende, influir en el desempeño deportivo de los mismos.

    Según los autores del Manual de Admistración Deportiva (2000), el doping es “(…) el uso deliberado o involuntario por parte de un atleta de sustancias o métodos prohibidos por el COI.”; igualmente Martínez de Osaba y Cruz Blanco, (2008, pág. 71) lo definen como el “consumo de sustancias o productos y la utilización de métodos con el fin de aumentar o mejorar, de forma no natural y provisional, el rendimiento del individuo.” El doping o dopaje, como también se le conoce, atenta contra el valor, la ética y el carácter humanista del deporte, por tanto se debe formar en los deportistas una actitud humanista contraria a este mal moral que tiene consecuencias negativas no solo para la salud del atleta sino también éticas, sociales y económicas.

Desarrollo

    En la actualidad no existe un consenso sobre el origen etimológico de la palabra “doping”. Según algunos criterios proviene del nombre dado en un dialecto africano a una bebida empleada en ritos religiosos que se preparaban con extractos de nuez de cola y alcohol. Otros criterios remontan su origen a la voz flamenca “DOPE”, referente a la mezcla de opiáceos y analgésicos. En la contemporaneidad existe una tendencia a vincularla con el aminoácido DOPA o a la dopamina.

    Los autores Palacios Solis, Nicot Balón, y Pancorbo Sandoval (1991) exponen que su origen no está en el idioma inglés, sino en el dialecto kaffir del África Sudoriental que empleaba el término “dop” para definir “un licor fuerte empleado por los miembros de las tribus de esa región como estimulante durante sus ceremonias religiosas.” Otros autores describen cómo los guerreros Zulú bebían “dop”, preparada con la piel de uva y bebida de cola. En África Occidental, el empleo de accuminata de cola era usual en las actividades competitivas.

    La palabra “dop” fue adoptada en el lenguaje boer y, posteriormente, su uso se extendió a otras bebidas estimulantes. También Blanco Hernández (2004) remite su origen a tribus africanas, pero se adscribe al criterio de otros autores que se remonta a la “(…) palabra holandesa "doopen" al referirse a bebidas empleadas por los primeros pobladores de Nueva Ámsterdam (actual New York).” Cabe señalar que el columnista holandés Boers empleó la palabra “dop” para referirse a cualquier líquido que, al beberlo, provocara una reacción estimulante; fue así como se comenzó a difundir con este significado.

    Otros autores, sin embargo, mencionan la utilización del término inglés “dop” en los hipódromos ingleses para nombrar las sustancias (mezcla de opio y otros narcóticos) empleadas para mejorar las capacidades de los caballos en las carreras; posteriormente, se generalizó el uso de esta palabra en el deporte. (Palacios Solis, Nicot Balón, & Pancorbo Sandoval, 1991; Blanco Hernández, 2004). En Webster´s Dictionary (2007) no se incluye la palabra doping y entre los significados que señala de la palabra inglesa dope dice es un preparado, con o sin narcótico, que se les da a los caballos de carreras para estimularlos temporalmente.

    Uno de los antecedentes históricos del dopaje podría ubicarse en la antigua China. En un cuadro del año 300 d. C, se observa al emperador masticando una pequeña rama de ephedra; se cree que la rama pertenece al arbolillo llamado Ma – Huang, planta que tiene como uno de sus componentes la efedrina.4 Tanto en el trabajo forzado como en las competiciones entre los poblados se bebían no solo infusiones de arbustos del género Ephedra sino también del Ginseng. La Ephedra es un género de arbustos de la familia Ephedraceae, que crecen en climas secos, fundamentalmente en los hemisferios norte y sur de la cordillera de los Andes. En la actualidad, tanto la efedrina como la pseudoefedrina se consideran doping, por ser simpaticomiméticos que provocan distintos efectos en el organismo humano, tales como el aumento del estado de alerta y el rendimiento deportivo, la reducción de la sensación de fatiga y la disminución del peso corporal.

    Otra referencia importante es el relato que aparece en la Mitología Noruega, que muestra cómo los berserks lograban aumentar hasta doce veces su fuerza por medio de la sustancia bufotenina, con efectos alucinógenos, obtenida de la piel de determinados sapos del género Bufo, como el Bufo marinus, y del hongo Amanita muscaria. También es posible obtenerla en al menos dos especies del género Anadenanthera, árboles que crecen en el noroeste de Argentina, el sur de Bolivia, y Perú, y probablemente en otros lugares de Sudamérica. Entre las propiedades de la bufotenina cabe mencionar también su función como potente enteógeno, y su acción por vía inhalatoria o digestiva sobre receptores específicos de la corteza cerebral.

    La práctica de la actividad física en la Antigua Griega no solo se ha sido modelo de exigencia ética y moral, sino también fue fuente de inspiración para el Barón Pierre de Coubertin al fundar los Juegos Olímpicos Modernos. Aun así, en la Grecia Clásica del siglo III a. C, Filóstrato y Galeno mencionan “(…) el empleo común de estimulantes (ingestión de extractos de plantas, infusiones y otros medios empleados por los atletas para aumentar su fuerza) entre los corredores de fondo, saltadores y luchadores que participaban en los Antiguos Juegos Olímpicos” (Palacios Solis, Nicot Balón, & Pancorbo Sandoval, 1991, pág. 2). En este período, los atletas no solo comían carnes y testículos de animales antes de las competencias con el fin de aumentar sus capacidades, sino también pan con fines analgésicos.5 También se conoce como en el primer siglo d. C, los corredores griegos tomaban una bebida herbaria incrementar su fuerza y resistencia en los eventos deportivos de larga duración. Según Granda (1999), citado por Martínez de Osaba (2006, pág. 94 – 95), se apoyaban en el testimonio de Milón de Crotona, por lo que los atletas participantes en los Juegos Olímpicos Antiguos “(…) trataban de aumentar su fuerza ingiriendo grandes cantidades de carne de distinta calidad, según el deporte practicado: saltadores, carne de cabra; lanzadores y boxeadores, carne de toro; luchadores pesados, carne y grasa de cerdo”, pero también es cierto que en este período histórico se hace difícil hallar documentos con datos referentes al dopaje, porque los conocimientos al respecto se mantenían en secreto por los atletas, los entrenadores y otras personas implicadas en estos hechos.

    Durante el imperio romano se registra el empleo de sustancias estimulantes por los corredores de cuadrigas, que las suministraban a sus caballos para aumentar la velocidad en las carreras. También en este período los gladiadores utilizaban sustancias para aumentar su masa muscular y la resistencia en el combate.

    En la América precolombina se utilizaba la hoja de coca para retardar el cansancio, la apetencia y la sed, usualmente en largas caminatas, combates entre tribus y festividades mítico - religiosas. En este sentido, según los autores Palacios Solis, Nicot Balón, y Pancorbo Sandoval (1991, pág. 2), en la literatura se refiere, cómo algunos cronistas españoles, en especial Gutiérrez de Santa Clara, relata “los sorprendentes rendimientos que obtenían los incas al masticar las hojas de Erythoxylon coca”. En su excelente texto Juego limpio contra el dopaje en el deporte, Blanco Hernández (2004) sintetiza el empleo de sustancias estimulantes en América, al referirse a “el uso de peyotl en México y parte de Centroamérica, Caspa – china – yuyo (en lengua quechua: yerba que hace correr) utilizada principalmente en las alturas de Ecuador mientras la hoja de coca (Erytroxilumcoca), se extendió ampliamente por los territorios que hoy comprenden Perú y Bolivia.”

    Existe una mayor evidencia documental sobre el empleo de sustancias estimulantes en la práctica deportiva en el siglo XIX. En 1865 se reporta el uso generalizado de estimulantes entre los nadadores del Canal de Ámsterdam. En 1867 se comprueba, en las notorias carreras ciclísticas de 6 días, cómo los atletas franceses utilizaron sustancias con alto contenido de cafeína,6 los belgas emplearon azúcar combinada con éter, y otros tomaban bebidas alcohólicas o nitroglicerina. También hay evidencia documental sobre el uso de estimulantes en la Carrera de los Seis Días, en 1879; en este evento se constató la utilización de disímiles sustancias entre las que se pueden mencionar las siguientes: cafeína, nitroglicerina y mezcla de éter con azúcar. En 1879 se comprueba la utilización de azúcar y mezclas de éter o de alcohol y trinitrina, y cafeína en algunos ciclistas europeos. En relación con este deporte, en 1886 ocurre la primera muerte vinculada al uso excesivo de sustancias estimulantes. La víctima fue el ciclista galés Linton que murió en el recorrido de los 600 Km, de Burdeos a Paris.

    A finales de siglo XIX se empleaba un sinnúmero de sustancias estimulantes con el objetivo de elevar los resultados deportivos: alcohol, trinitroglicerina, opio, estricnina, mezcla de cocaína con brandy, oxigeno, dietiléter, cafeína y nitroglicerina.

    En 1889 la palabra “doping” se utilizó por primera vez en los medios informativos norteamericanos para indicar una mezcla de opio y narcóticos empleada en caballos. Exponen los autores Palacios Solis, Nicot Balón y Pancorbo Sandoval (1991) que la palabra “doping” aparece por primera vez en un diccionario inglés en 1889, y luego en el Diccionario Beckmann del Deporte en 1933. Posteriormente, aparece el término para referirse al uso de una gran variedad de sustancias en los deportes.

    Un hecho importante del siglo XIX relacionado con el doping es el señalado por los autores del Manual de Admistración Deportiva (2000) cuando exponen cómo “los atletas sin escrúpulos algunas veces ponian láudano (opio) en las bebidas de sus adversarios para disminuir su rendimiento.” En la actualidad son pocos los casos antes citados, pero sí se constata el doping deliberado en muchos atletas. El mismo es un fenómeno complejo que atenta contra el bienestar de los atletas, la equidad y la exaltación de la proeza fisica.

Conclusiones

    Como se puede apreciar el empleo de sustancias estimulantes para alcanzar buenos resultados deportivos no es una práctica contemporánea. Su origen se remonta a la antigüedad, con carácter universal que abarca diferentes culturas y períodos históricos concretos. En la actualidad el análisis de este fenómeno es de gran importancia, porque la utilización del dopaje como medio de alcanzar mejores resultados deportivos es frecuente en los atletas. De ahí la necesidad de formar y educar en este sentido a las nuevas generaciones de deportistas en una cultura contraria al dopaje.

Notas

  1. Es importante señalar que no es preciso referirse al doping en un contexto diferente a la práctica deportiva. Por eso en este artículo se habla de antecedentes, aunque se mencionan algunos aspectos o hechos que no están vinculados directamente a lo deportivo, sino a la actividad física en general, cuando se trata en el contexto deportivo en los períodos griego y romano, y en el siglo XIX.

  2. En 1952 se realiza el primer control antidopaje en los Juegos Olímpicos de Helsinski, en 1967 se estableció la Comisión Médica por el Comité Olímpico Internacional (COI) con el objetivo de organizar y supervisar todo lo relacionado con el doping. Es importante destacar que el COI fue la primera organización deportiva en crear esta comisión junto con la Unión Ciclista Internacional (UCI)

  3. Algunas personas pudieran pensar que el doping se comenzó a controlar desde épocas antiguas pero las primeras investigaciones científicas son del siglo XX; en este sentido la historia recoge “En 1911 las autoridades de Austria estaban tan seguras de que algunos caballos que corrían en sus hipódromos lo hacían bajo la influencia de drogas, que decidieron tomar a su servicio a un químico vienés, el Dr. Frankel, con el objetivo de que ideara un método mediante el cual, se pudiera revelar pequeñas cantidades de drogas estimulantes administradas a los caballos de carrera.” (Karaq, 1959, pág. 1401)

  4. Su composición química es bastante similar a la de la adrenalina. Es un vaso constrictor, hipertensor, midriático, broncodilatador, excitante de las contracciones urinarias.

  5. Eran usados porque alivian el dolor muscular y articular en las prácticas deportivas de muy larga duración, sin producir una pérdida de la conciencia.

  6. Sustancia alcaloide del grupo de las purinas; se puede encontrar en el té, el café, el mate y la cola. Es un estimulante del sistema nervioso central y muscular.

Bibliografía

  • Blanco Hernández, U. (2004) Juego limpio contra el dopaje en el deporte. Venezuela: Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.

  • Granada Fraga, M. (2011) Juego limpio. La Habana, Editorial Deportes, Cuba.

  • Karaq, A. (1959) Diccionario de los deportes. Barcelona, Dalmau y Jover, S.A., España.

  • Martínez de Osaba y Goenaga, J. (2006) Cultura Física y Deportes. Génesis, evolución y desarrollo. Ciudad de la Habana, Editorial Deportes, Cuba.

  • Manual de Admistración Deportiva. (2000) Lausana, Mc Ara Printing Limited, Suiza.

  • Martínez de Osaba y Goenaga, J., y Cruz Blanco, M. (2008) Pequeña Enciclopedia Olímpica y de la Cultura Física. La Habana, Científico – Técnica.

  • Núñez Arencibia, G. y Cols. (2008) El doping en el deporte y su repercusión en la vida social. Disponible en: http://www.cpicmha.sld.cu/hab/vol14_1_08/hab09108.htm

  • Palacios Solis, M. y Cols. (1991) Doping y Dopaje en el deporte: una guía actual para los médicos y entrenadores. Ciudad de la Habana, Editorial Ciencias Médicas. Cuba:

  • Rodríguez González, R. y Cols. (2007) El dopaje en los Juegos Olímpicos Modernos. III Jornada Nacional Actividad Física, escuela y comunidad. Camagüey, Cuba:

  • Webster´s Dictionary (Vol. I) (2007) La Habana,: Editorial Félix Varela, Cuba.

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