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Singular Cadet: accesibilidad e innovación en 

el deporte desde los programas de promoción

 

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte

Diplomado en Educación Física. Máster en Dirección

de Instalaciones Deportivas. Profesor del Máster

en Gerontología Social por la Universidad de Santiago de Compostela

Roberto Silva Piñeiro

rsi@ya.com

(España)

 

 

 

 

Resumen

          En los espacios, el equipamiento, los materiales o la metodología, la accesibilidad es un elemento transversal de la promoción y práctica deportiva, que beneficia a todas las personas, incluidas o no en grupos con diversidad funcional. En el deporte se identifican muchos ejemplos de accesibilidad universal o diseño para todos, desde los niveles profesionales hasta los de promoción. Para hacer posibles estos avances se requiere apostar decididamente por la investigación y la innovación, aprovechando los esfuerzos y sinergias de todos los niveles que componen el ámbito deportivo, tanto comercial como desinteresado.

          Palabras clave: Accesibilidad universal. Innovación. Programa. Deporte.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 161, Octubre de 2011. http://www.efdeportes.com/

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    La accesibilidad es una asignatura pendiente. Ha incrementado su presencia pero todavía avanza a ritmo lento, sobre todo por las diferencias que crea su “envergadura” mundial, las barreras sociales o los ajustes presupuestarios. Aunque los mayores esfuerzos vienen desde países desarrollados, y aunque a primera impresión resulta costoso acaba siempre siendo rentable en cualquier lugar, en términos personales, sociales o económicos.

    Hace unas décadas en España eran muy escasas las propuestas para mejorar la accesibilidad, porque entre otras circunstancias no estaba en marcha el engranaje necesario. Sin embargo tenemos varios ejemplos del éxito entonces. Arona, uno de los lugares más turísticos de España, el segundo país más visitado del mundo, comenzó a situarse en el sector de la mano de unos suecos que organizaban viajes para personas con discapacidad a lugares accesibles. Esta circunstancia pasó a formar parte del desarrollo del municipio, que con los años no dejó de atraer a turistas y viajeros, potenciando su desarrollo y la recogida de grandes beneficios socio-económicos. Otro ejemplo fue el Ayuntamiento de Madrid, en donde se puso en marcha una importante mejora de transporte gracias a los autobuses de plataforma baja, que reducían el tiempo de embarque-desembarque, y consecuentemente el número de autobuses circulando y la cantidad de combustible consumido. El sistema no pasó inadvertido en las grandes ciudades, que rápidamente lo incorporaron.

    La accesibilidad hace referencia al acceso, uso y disfrute de las infraestructuras y servicios de manera normalizada, segura, eficiente, especialmente a aquellas personas con algún tipo de discapacidad, unos 500 millones de personas en el mundo (López, 2011). Pero la accesibilidad también aporta sencillez y una perspectiva global, de forma que no se excluya intrínsecamente a nadie.

    Aunque el urbanismo consuma muchos de los necesarios esfuerzos dedicados a la accesibilidad, se trata de uno de los sectores de un sistema que nos permite llegar a cualquier lugar o servicio, más allá de las fronteras de asfalto y ladrillo. Numerosas personas trabajan en proyectos de accesibilidad, no únicamente los urbanistas, y cada día nos encontramos con más profesionales que incorporan la accesibilidad a sus proyectos y trabajos.

Tabla 1. Ejemplos de ámbitos profesionales y contribución a la accesibilidad

    Muchas de las comodidades que hoy en día disfrutamos proceden de diseño accesible, gran parte pensadas para personas con alguna discapacidad. Sin ir más lejos, el mando a distancia de los televisores fue inventado para personas con tetraplejia, y la tecnología del mensaje de texto (SMS) proviene de un sistema de teléfono de texto inventado para personas sordas.

    Hablamos de accesibilidad universal al referirnos a la condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios, así como los objetos o instrumentos, herramientas y dispositivos, para ser comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad, y de la forma más autónoma y natural posible. Presupone la estrategia de diseño para todos y se entiende sin perjuicio de los ajustes razonables que deban adoptarse (LIONDAU, 2003). En este sentido el diseño para todos es una corriente de diseño que pretende conseguir que los espacios, productos, servicios y sistemas puedan ser empleados por la mayor cantidad de personas. Está basado en la diversidad humana, en la inclusión social y en la igualdad.

    El enfoque actual de la accesibilidad sino va unido al diseño para todos no es aceptable, y por tanto nos referiremos de forma sinónima a estos dos términos, calificándolos ambos como “universales” (López, 2011).

    Con todo, la accesibilidad aumenta si además se promociona más allá de aquellos grupos de personas con diversidad funcional, para que se conozca, se use, se consolide y se mejore de forma continuada e interdisciplinar. Lo más sensato es apostar porque la accesibilidad deje de ser un problema al que se conceden soluciones imposibles y se incorporase a la lista de oportunidades y elementos transversales de cualquier sociedad. Es paradójico comprobar por ejemplo, como la mayoría de planes de accesibilidad urbana incrementan la organización y el número de actividades humanas y económicas normalizadas, y cuando se presentan públicamente todo son protestas en contra de su ejecución, y a continuación se sigue protestando porque no ha sido suficiente con los lugares a los que ha llegado.

    En el deporte se concentran muchos esfuerzos para mejorar las oportunidades de participación inclusiva y accesibilidad a las personas (CSD, 2011) y aunque el deporte tampoco está considerado un elemento transversal, y depende en gran medida de las aportaciones positivas que recibe, ha conseguido convertirse en uno de los ámbitos de referencia para muchas personas y entidades en aquello que se refiere a accesibilidad, desde las que se preocupan por infraestructuras o el equipamiento, hasta aquellas que se centran en las actividades, metodologías, o estrategias de comunicación y promoción de servicios y oportunidades para todos. El deporte actual tiene un gran impacto internacional y ha logrado una capacidad de crear y modificar tendencias sociales, a veces beneficiosas y otras contraproducentes. Por una parte está muy vinculado con la participación social y la educación, pero por otra se une firmemente a los últimos avances tecnológico, comunicativos o innovaciones, de forma permeable a investigaciones y proyectos científicos diversos.

    Entendemos por investigación la búsqueda planificada de nuevos conocimientos científicos y tecnológicos, y por innovación aquello que permite el avance tecnológico para obtener nuevos productos o procesos, o mejoras sustanciales de los ya disponibles. Cualquier país entiende que una política de apoyo a la investigación e innovación implica mejorar las posibilidades de competitividad empresarial y social, a la vez que se va incrementando la calidad de vida de la población. Habitualmente tanto la investigación como la innovación se asocian a departamentos universitarios o empresariales, clusters científicos o polígonos tecnológicos que cuentan con recursos suficientes para desarrollar interesantes proyectos de trabajo. Sin embargo, quizás de una manera menos conocida se está realizando desde otras ubicaciones, más modestas pero cercanas, sobre todo desde el entorno educativo y social, y en concreto desde la promoción deportiva local.

    En el deporte se reúnen características que posibilitan reducir el tiempo entre los sectores de más intensidad innovadora y los mercados más consumistas. El exigente mundo deportivo, especialmente cuando hablamos de profesionales y cada vez más aficionados, está dispuesto a comprar a precios nuevos productos o servicios que mejoren su rendimiento o sean más seguros. También algunas innovaciones que se han hecho populares en el deporte se han incorporado a muchos hogares contribuyendo a mejorar nuestra calidad de vida: la comida liofilizada que utilizaban en las actividades de alta montaña, las prendas de membrana transpirable, muy utilizada en deporte al aire libre (Vera, 2010).

    A través de diversas funciones, en los programas socio-deportivos participan y se benefician directamente todo tipo de personas de diferentes edades y condiciones, desde deportistas en activo, aficionados, monitores, educadores o voluntarios, hasta personas con discapacidad o usuarios de servicios de atención personalizada. Para contribuir a su continuidad es beneficioso contar con la máxima implicación pública y privada, y trabajar en la eliminación de barreras para poder participar, fundamentalmente apoyándose en el trabajo interdisciplinar y las metodologías no excluyentes.

    Un ejemplo de deporte accesible e innovador se desarrolla desde los talleres náutico-educativos que se organizan a lo largo del año desde el Programa Vela para Todos (Silva, 2008; 2009), coordinado por la Asociación AMBAR de Personas con Diversidad Funcional, y localizado en la Comarca de Barbanza (Provincia de A Coruña, Galicia, España). En estos talleres participa regularmente un grupo numeroso de personas con diversidad funcional, además de varios monitores, voluntarios, acompañantes, y diversos profesionales multidisciplinares.

    Desde aquí surgió el Proyecto “Singular Cadet”, con el propósito de recuperar una embarcación convencional de vela ligera (Dinghies), de aquellas que estuviesen actualmente en desuso, para poder realizar aquellas modificaciones necesarias para poder aumentar las alternativas de navegación accesible. Los conocimientos que el grupo tenía sobre náutica y accesibilidad eran factores que fortalecían la presencia en este proyecto.

    Una embarcación accesible es aquella que toma la referencia en los criterios de accesibilidad universal, y facilita la navegación a cualquier persona, tenga o no alguna discapacidad. La intención del diseño era conseguir una embarcación sencilla, segura y cómoda de maniobrar. Sin embargo puesto que el programa disponía de recursos limitados, habría que atender a varios ajustes iniciales:

    La oportunidad surgió con una donación de una persona cercana al programa, que además se implicaría personalmente en el proyecto. Como molde para el diseño disponíamos de un Cadete MarK III, cuya modificación se inspiraría en los modelos australianos Access Dinghies que utiliza el programa desde 2007.

    Aplicando la accesibilidad al diseño de embarcación pero también a la metodología de trabajo, era importante la perspectiva de todos los integrantes del grupo, de sus conocimientos, inquietudes y sensaciones. Desde el primer momento nos olvidamos de compartimentos estancos para trabajar de forma interactiva en los talleres, así evitábamos cortar el flujo de información (horizontal o vertical). Todos los que formaban parte de este proyecto podrían participar en cualquier momento del mismo, siempre bajo la coordinación de alguna persona responsable, y así se utilizaron varios diarios (que denominamos Bitácoras) como documentos de trabajo para los coordinadores y participantes. La segunda fase, durante 7 meses, correspondía con el proceso de transformación, verdadero laboratorio de innovación, que se dividió en tres talleres: diseño, adaptación y pruebas.

Tabla 2. Cronograma del Proyecto “Singular Cadet”

    Actualmente nos encontramos en la tercera fase, donde se repiten los talleres anteriores y se chequea a fondo la embarcación durante las jornadas de navegación junto con otras embarcaciones. En diciembre se valorará si se han conseguido los objetivos de accesibilidad e innovación que se pretendían incorporar tanto al planteamiento inclusivo de trabajo como al nuevo prototipo de embarcación adaptada.

    Tal y como podemos observar en las fotografías siguientes, el modelo quedó dotado de Orza de guillotina lastrada(1)*, que favorece la estabilidad lateral; (2) Caja de orza reforzada(2) para introducir la orza; Mástil de mayor* y pie de mástil interior(3), introducidos en la cubierta de proa; Joystick de timón(4)* conectando varias poleas hasta la caña de dirección; Asiento acolchado de varias posiciones(5) con la posibilidad de incorporar un cinturón ajustable; Mordazas de foque próximas al asiento(6) que permiten ajustar la vela sin desplazarse del asiento; Foque, mástil y pie de mástil interior(7)*, introducidos también en la cubierta de proa; Casco modelo Cadete MarK III(8) sin modificar; Pala de timón corta(9) con caña de dirección sobre cubierta de popa; Posición sentada durante navegación(10); Botavara ligera y elevada(11)* para evitar golpes con la cabeza; Vela mayor enrollable(12)* para aumentar o disminuir la superficie vélica en función de las condiciones meteorológicas.

    *La mayoría de elementos no fijados a la estructura del prototipo son intercambiables por otros disponibles en otras embarcaciones, lo que reducía el coste de mantenimiento y reposición.

    Finalmente, atendiendo al planteamiento del proyecto durante los próximos meses se estarán valorando las siguientes propuestas de accesibilidad y mejora sobre diversos elementos de la embarcación:

Tabla 3. Propuestas de mejora de la accesibilidad y rendimiento sobre diversos elementos del prototipo de embarcación accesible “Singular Cadet”

 

Bibliografía

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