Análisis crítico del concepto de salud en el currículo chileno de Educación Física del primer año de enseñanza media |
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Profesora de Educación Física, Universidad Católica del Maule, Talca Estudiante del Máster de Innovación, Evaluación y Calidad de la Educación Física Universidad Autónoma de Madrid |
Eimmy Noemí Gálvez Contreras (Chile) |
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Resumen El presente trabajo tiene por objetivo, conocer las orientaciones que manifiesta la normativa educativa vigente en Chile, respecto al concepto de salud, en el sector de educación física y específicamente en el primer curso de enseñanza media, analizando a la luz de los diversos autores, los objetivos fundamentales y contenidos mínimos obligatorios que contempla el currículo y su relación con la salud, finalmente se exponen discusiones respecto a lo que manifiesta el currículo en contraste con la bibliografía especializada en la temática, para luego concluir de forma reflexiva aludiendo a la necesidad de una revisión exhaustiva del currículo respecto al énfasis que este pone en la promoción de la salud. Palabras clave: Salud. Currículo educativo. Aptitud física. Condición física. Objetivos. Contenidos.
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EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 160, Septiembre de 2011. http://www.efdeportes.com/ |
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I. Introducción
Los cambios sociales que se han suscitado en relación a la creciente preocupación por el cuerpo, el estilo de vida y la cultura de consumo, han hecho volcar nuestras miradas hacia la promoción de la salud, siendo estas tendencias propias del proceso de posmodernización, el cual se caracteriza por un rechazo a las ciencias biomédicas como base para la promoción de salud, en función de abrir paso hacia la supremacía de una noción holística que considere en su globalidad el bienestar físico, psíquico y social.
Kelly y Charlton (1999) señalan que la definición de salud entregada por la organización de la salud en 1948, ya es una definición concebida bajo un prisma de posmodernidad, puesto que describe la salud como un completo bienestar físico, mental y social, y no solo como la ausencia de enfermedad, lo cual justifica esta ruptura con las ciencias biomédicas, convirtiéndose en un problema político y social, demandando un planteamiento y solución, por parte de todos los actores de la comunidad, siendo la salud una tarea interdisciplinar, lo cual exige la aportación de distintos tipos de profesionales, como también de diversos ámbitos, donde la educación como elemento de enriquecimiento social y cultural, tiene el deber de favorecer la salud, desde una perspectiva transversal, siendo la salud un derecho de todos los alumnos que se integran al sistema educativo.
La legislación educativa del gobierno de Chile manifestada en la Ley general de educación del 2 abril del 2009 (LGE) refiriéndose al concepto de educación, señala que:
“La educación es el proceso de aprendizaje permanente que abarca las distintas etapas de la vida y de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la trasmisión y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas. Se enmarca en el respeto y la valoración de los derechos humanos y las libertades fundamentales, de la diversidad multicultural y de la paz, y de nuestra identidad nacional, capacitando a las personas para conducir su vida de forma plena, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del país”. (art. 2, p. 3).
Si el objetivo de la educación chilena, se enmarca en un desarrollo de todas las potencialidades de sus ciudadanos, para efectuar acciones y desenvolverse de manera satisfactoria en todos los escenarios de la vida contribuyendo al desarrollo y al progreso del país, la promoción de la salud debe ocupar un lugar importante, como elemento que permita alcanzar un desarrollo pleno de la sociedad, por consiguiente aunque la salud, es una temática a abordar desde diversas disciplinas del currículo educativo, nuestras miradas se focalizan en la educación física, asignatura que está estrechamente ligada a la salud (Contreras, 2004), puesto que en sus enseñanzas mínimas se observa un claro enfoque a la promoción de esta.
De acuerdo con lo explicitado nuestro objetivo, mediante el presente trabajo es conocer, comprender y analizar cómo se considera y fomenta la salud en el sector de educación física, específicamente en el primer curso de enseñanza media del currículo chileno; por consiguiente, el analizar cómo se organiza y estructura dicha enseñanza nos permitirá argumentar y fundamentar bajo que parámetros se establecen las bases curriculares que regulan las enseñanzas mínimas y obligatorias, permitiendo posteriormente llevar a efecto procesos de reflexión respecto a la vinculación y orientación de los elementos curriculares, sean estos objetivos fundamentales y contenidos mínimos obligatorios con la salud desde un enfoque global, que considere sus tres ámbitos de actuación (físico, psicológico y social).
II. La educación física y la salud en el marco curricular de enseñanza media en Chile
La enseñanza media corresponde a la etapa formativa que transcurre, posterior a la educación básica, comprendiendo esta última, ocho años de escolaridad en la actualidad, iniciándose según el artículo n° 27 de la LGE, a los 6 años de edad, por consiguiente la educación media comprende cuatro años de escolaridad, iniciándose los escolares en esta etapa alrededor de los 13 a 14 años de edad.
Al hacer referencia a los objetivos generales de la etapa de enseñanza media, es posible ver que estos se estructuran bajo dos ámbitos de actuación según el artículo n° 30, de la LGE, considerándose un ámbito personal y social y un ámbito de conocimiento y la cultura, mediante estos se explicitan de forma más detallada diversos objetivos tendientes a desarrollar habilidades y actitudes que permitan una actuación favorable del alumno todos los escenarios de la vida, posterior a su etapa de escolaridad. Rescatamos por tanto en el ámbito personal y social el objetivo f) “tener hábitos de vida activa y saludable” (LGE, art. 30, p.38), siendo este el único objetivo de la etapa que hace énfasis explícito en la salud.
Podríamos decir por tanto, que el poseer ciertos hábitos de vida, se relaciona con la conformación de estilos de vida, definiéndose estos, como un conjunto de patrones de conducta que caracterizan la manera general de vivir de un individuo o grupo (Mendoza, 1994), ahora en relación con la salud, un estilo de vida saludable es aquel que provoca en las personas un óptimo nivel de estrés, una sensación de bienestar, capacidad de disfrute de la vida y tolerancia a los retos del entorno (Sánchez, 1996). Dentro de los hábitos que deben adquirirse en función de lograr una vida saludable, destacamos una alimentación correcta, una actividad física realizada con frecuencia, considerando intensidades y duración adecuada y unas pautas de descanso regulares y apropiadas, entre siete y ocho horas (Shepart, 1995).
Las bases curriculares de enseñanza media, mediante las cuales se regulan las enseñanzas mínimas en la legislación educativa chilena, se encuentran en el Decreto Supremo de Educación n° 220 del 18 de mayo de 1998, estableciéndose en este, los objetivos fundamentales y los contenidos mínimos obligatorios, como también las normas generales de su aplicación. A pesar de que se han efectuado una serie de actualizaciones y modificaciones de las enseñanzas de acuerdo a las nuevas exigencias educativas, mediante el Decreto n° 254, vemos que en el sector de educación física en la enseñanza media, no ha sufrido ninguna modificación, manteniéndose vigentes sus enseñanzas bajo el Decreto n° 220, siendo organizadas estas enseñanzas, de acuerdo a tres ámbitos de actuación:
La actitud física y motriz asociada a la salud y la calidad de vida
Los juegos deportivos, deportes y actividades de expresión motriz
Las actividades en contacto con la naturaleza y de aventura
El Decreto Supremo n° 220 (MINEDUC, 1998), al hacer referencia a las bases curriculares que rigen el sector de educación física para enseñanza media, señala que los objetivos fundamentales y contenidos mínimos obligatorios para esta etapa, toman como antecedente el desarrollo físico y motriz aportado por la enseñanza básica, vale decir, los procesos de: adquisición, diversificación, combinación y especificación inicial de las habilidades motoras fundamentales. Todas estas capacidades, por representar formas de movimiento inherentes a la especie, serán utilizadas durante la adolescencia y posterior vida adulta para adquirir aquellas formas más específicas y especializadas de locomoción, manipulación y equilibrio requeridas por los diferentes juegos deportivos, actividades motrices de expresión, deportes, bailes, actividades recreativas y de tiempo libre en las que se involucran los jóvenes.
Estos lineamientos del currículo de educación física en enseñanza media, nos hacen distinguir dos orientaciones, primeramente el desarrollo físico y motriz adecuado de los alumnos, lo cual se viene trabajando desde la educación básica, en segundo lugar se presta atención al desarrollo de capacidades y requerimientos que permitan participar de diversas actividades motrices tanto en la adolescencia como en la vida adulta. Al contrastar estas orientaciones del currículo chileno, con una educación física basada en la salud, vemos que la educación física, debe tener dos orientaciones fundamentales, las cuales han de focalizarse por un lado en un crecimiento y desarrollo equilibrado del escolar, y por otro lado en proporcionar una vida activa, que asegure la participación en actividades físicas fuera del entorno escolar (Almond, 1992), reforzando esta idea, Duda (2001) señala que el principal propósito de la educación física, debe ser el de promover un estilo de vida activo para todos los alumno sin distinción, incluyendo a los menos aventajados, con la intención de facilitar escenarios propicios para una vida activa durante la edad adulta, frente a tal propósito es necesario que nuestros alumnos adquieran hábitos de ejercicio físico que sean perdurables para toda la vida, pudiendo disfrutar de estas instancias, en función de fortalecer la autoestima y la confianza en sí mismos (Contreras, 2004).
2.1. Objetivos fundamentales
Los objetivos fundamentales en la educación media se organizan por curso, existiendo una relación directa con los ámbitos de actuación que se presentan en esta etapa de estudios. En relación a los objetivos fundamentales del primer curso de enseñanza media, vemos que se presentan 6 objetivos, los cuales hacen referencia a la realización de ejercicios tendentes a incrementar la aptitud física, de acuerdo a las posibilidades de superación personal, seleccionando niveles de esfuerzo adecuados a su condición física. Se enfatiza además, en la comprensión por parte del alumnado de las consecuencias que podrían tener para la salud y la calidad de vida los hábitos alimenticios, las posibles adicciones y los hábitos de vida sedentaria. También encontramos dentro de los objetivos, la ejecución de habilidades motoras adaptadas de acuerdo a las exigencias de los juegos deportivos, el alcance de habilidades de comunicación y expresión a través de la motricidad, como también la valoración de las actividades en contacto con la naturaleza y de aventura de acuerdo a las posibilidades que ofrezca la unidad educativa.
El primer objetivo de este curso, hace referencia explícita al concepto de salud, asociándolo al ejercicio físico y la calidad de vida, en función de que el alumno identifique las relaciones existentes entre estos conceptos; cabe destacar además, que este objetivo hace énfasis en el incremento de la “aptitud física”, frente a ello que el programa de estudios entregado por el ministerio de educación, aclara que el concepto de aptitud física que se manifiesta en los objetivos de este currículo, se asocia a la necesidad de todas las personas de mantener vigente su potencial biológico y psíquico para generar acciones motrices significativas, en contraposición a una orientación hacia el rendimiento, propia del “acondicionamiento físico”, que se relaciona con el deporte adulto y que no tiene lugar desde una perspectiva educativa (Programa de Estudios Primer Año Medio, 1998).
Objetivo 1: “Ejecutar ejercicios y actividades tendientes a incrementar la aptitud física, conforme a sus posibilidades de superación personal y limitaciones físico-motoras, mediante diversos medios y métodos, identificando además, algunas de las relaciones más significativas entre ejercicio físico, salud y calidad de vida” (Decreto Supremo n° 220, 1998). |
Según Casperson y cols (1985), la aptitud física es el conjunto de atributos que las personas poseen o alcanzan, las cuales se relacionan con la habilidad de llevar a cabo actividad física, Pate (1998) por su parte define el concepto de aptitud física como un estado caracterizado por una habilidad para realizar actividades diarias con vigor, como también una demostración de aquellas características y capacidades que están asociadas con un bajo riesgo de desarrollar enfermedades hipocinéticas (asociadas a la inactividad física).
A través de estas definiciones y de acuerdo a lo que manifiestan este objetivo, vemos la existencia de una cierta coherencia respecto a los lineamientos en los que se sustenta la salud, aunque este concepto de aptitud física que se promueve en primera instancia, desaparece en los contenidos de este curso, siendo reemplazado por el concepto de condición física, estando este último concebido bajo la misma perspectiva saludable.
Morehouse (1965), hace una aclaración respecto a esta diferenciación que poseen estos conceptos de aptitud física y condición física, los cuales en este currículo tienden a tener significados y utilidades similares, por una parte y como ya lo hemos mencionado la aptitud física implica una relación entre la tarea a realizar y la capacidad para ejecutarla, lo cual se enmarca en una relación funcional, por otra parte el termino de condición física es genérico y reúne las capacidades que tiene el organismo para ser apto o no apto, en una tarea determinada.
Aunque podemos hablar de una pluralidad conceptual en estos elementos curriculares, vemos que la tendencia es hacia el desarrollo de una condición física orientada a la salud, diferenciándose de una condición física orientada al rendimiento, cuyos componentes se orientan al desarrollo capacidades físicas dentro de una perspectiva saludable, evidenciándose ello en el desarrollo de los contenidos del ámbito de aptitud física y motriz asociada a la salud, lo cual analizaremos posteriormente.
El planteamiento de los ejercicios conducentes a mejorar la aptitud física, que se manifiestan en los objetivos del primero medio, es de forma personal, de acuerdo a las posibilidades y limitaciones particulares, Frente a tal cuestión Devís (2001) señala que la condición física es una característica individual y cambiante en las personas, susceptible de variar con la práctica física. Cada persona responde de manera distinta al esfuerzo físico, incluso tratándose de la misma actividad esto es debido a que cada una de ellas posee una capacidad biológica y funcional distinta en un momento determinado y a que las relaciones entre actividad física, condición física y salud son complejas. Siguiendo en la misma línea, el objetivo 4 expresa: “seleccionar los niveles de esfuerzo y actividades deportivas más adecuadas a sus necesidades motoras y de condición física”, por lo tanto, es esencial conocer y respetar los propios límites para el esfuerzo, los cuales no deben superar las posibilidades del alumno, exponiéndoles a riesgos para su salud (Contreras 2004).
Otro de los objetivos que hace referencia explícita del concepto de salud es el objetivo 5, el cual se refiere a la compresión por parte del alumno, de las consecuencias las decisiones de hábitos alimenticios, posibles adicciones y hábitos de vida, para la salud y la calidad de vida de las personas, por consiguiente, el mantener hábitos alimenticios correctos, es esencial en el desarrollo de otras dimensiones de la condición física, en el cuidado del cuerpo, en la mejora de la autoestima y el bienestar personal; así como también en la prevención de ciertas patologías como la obesidad y la diabetes (Generelo y cols, 2004).
Objetivo 5: “Comprender las consecuencias que decisiones sobre la alimentación, posibles adicciones y hábitos de vida sedentaria, pueden tener para la salud y la calidad de vida personal” (Decreto Supremo n° 220, 1998). |
Este objetivo que se expresa mediante el verbo “comprender”, lo cual va más allá de saber ejecutar, acercándose a una perspectiva holística que considera como objetivos de la educación física orientada a la salud, el analizar críticamente la salud y su ejercicio dentro de un contexto social (Kirk, 1990), contribuyendo esto a una concientización de la problemática que enfrentamos como sociedad respeto a la salud, frente a las costumbres, estilos y formas de vida, pudiéndose enfrentar esta situación con mayores conocimientos, adoptando una postura y actitud frente a tal fenómeno en función de potenciar aquellos hábitos que favorecen la salud.
2.2. Contenidos
Los contenidos mínimos obligatorios del sector de educación física del currículo chileno se encuentran secuenciados, de acuerdo a los tres ámbitos explicitados anteriormente, estos contenidos se consideran como un medio idóneo para llevar a cabo la consecución de los objetivos fundamentales.
2.2.1. Ámbito de aptitud física asociada a la salud y calidad de vida
Los contenidos de este ámbito se orientan al incremento de las capacidades físicas, mediante la realización de ejercicios físicos que estimulen de manera positiva el sistema cardiovascular, respiratorio y mejoren la resistencia muscular y la flexibilidad. En relación al trabajo de la condición física, Pate (1988) presenta dos orientaciones contrapuestas del desarrollo de la condición física, por un lado tenemos la condición física relacionada con el rendimiento motor y por otro lado la condición física relacionada con la salud.
Condición Motriz |
Condición Física / Salud |
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Cuadro 1. Cualidades físicas de la condición motriz y condición física orientada a la salud
De acuerdo a estas dos orientaciones y según lo explicitado en los contenidos de este ámbito, frente a la ejecución de ejercicios físicos que incrementen las capacidades físicas y motoras globales, con especial énfasis en aquellos que estimulen en forma positiva el sistema cardio-vascular y respiratorio y mejoren la resistencia muscular y la flexibilidad, consideramos que el currículo promueve una condición física orientada a la salud, por otro lado cabe rescatar que se busca un incremento de estas capacidades, para lo cual es necesario una proporción de práctica de actividad física de 3 a 5 veces por semana, y durante un periodo mínimo de 3 a 4 meses para producir modificaciones en la mejora en las cualidades físicas relacionadas con la salud (Ferrero y cols, 1994), frente a tal cuestión al analizar los planes de estudio del currículo educativo en chile, vemos que la normativa vigente otorga solo 2 horas semanales al sector de educación física en enseñanza media, lo que hace imposible cumplir con estas expectativas del currículo.
Uno de los contenidos mínimos, de este ámbito, hace referencia al conocimiento y aplicación de métodos de entrenamiento y procedimientos básicos de la evaluación y control de las cualidades físicas, es importarte rescatar que la utilización de estos debe ser enmarcado bajo un mismo prisma de salud, puesto que si estos se utilizan para calificar y clasificar la condición física del alumnado no tienen lugar dentro de la promoción de la salud, Frente a ello, Devís y Peiró (1992) señalan que los test de condición física, cuantifican las conductas de los alumnos, lo cual es valioso en sí mismo, si están apoyados en fundamentos científicos del entrenamiento deportivo, pero desde un punto de vista educativo y bajo una orientación enfocada a la promoción de la salud es cuestionable.
Complementando lo anterior, vemos otro de los contenidos de este ámbito hace alusión a utilización de pruebas que permitan a los alumnos generar procedimientos de autocontrol de sus progresos, pudiendo medir y contrastar consigo mismo los resultados obtenidos de las pruebas de resistencia aeróbica, resistencia muscular y pruebas de flexibilidad. La condición física es una característica individual y cambiante en las personas, la cual es susceptible a sufrir modificaciones con la práctica física (Devís y Peiró, 2001), puesto que los componentes o cualidades físicas dependen de factores genéticos, teniendo cada persona una capacidad biológica y funcional distinta, por consiguiente desde una perspectiva saludable es más importante la valoración del proceso que los resultados obtenidos o la comparación con otras personas (Biddle y Biddle, 1989, Devís y Peiró, 1993; Ernst, Pangrazi y Corbin, 1998; Meredith, 1988).
Como ya hemos hecho mención, los contenidos de este ámbito se orientan hacia una valoración individual y personal de los progresos obtenidos en cuanto a la mejora de la condición física, donde no se busca la victoria, ni la comparación con otros, en relación con ello Duda (1987) señala que las actividades físicas orientadas a la tarea, las cuales se caracterizan por la búsqueda de una cierta maestría y mejora personal, favorecen la salud, en contraposición de una orientación al ego, donde prima el rendimiento y los resultados, asociados a procesos de comparación social.
De acuerdo a las observaciones realizadas a los contenidos de este ámbito, donde fluyen una serie de conceptos relacionados con la salud y el ejercicio físico, vemos que en algunos objetivos se refieren a “capacidades físicas” y en otros contenidos a “cualidades físicas”, utilizándose una doble terminología al exponer las orientaciones del currículo. En relación a ello Castañer y Camerino (1991) aconsejan la utilización del término de capacidad, el cual está más cercano al desarrollo del niño, siendo la cualidad asociada al rendimiento.
2.2.2. Ámbito de Juegos deportivos y actividades de expresión motriz
Este ámbito promueve la práctica de juegos deportivos y actividades alternativas, orientados a la consolidación de habilidades motoras y conocimientos para la aplicación de reglamentación y normativa deportiva tanto en la ejecución y participación de deportes de equipo, como también de los deportes individuales y actividades de expresión motriz.
Aunque no se evidencia de manera explícita el concepto de salud en este ámbito, rescatamos la orientación que posee el deporte dentro del currículo, el cual es de carácter recreativo, siendo esto un elemento clave, en la promoción de la salud, favoreciendo la participación de todos sin exclusión, mediante actividades que propicien disfrute y diversión.
Contenido d) “Torneos, competiciones y eventos deportivos recreativos. Participación en al menos un torneo, competición o evento deportivo recreativo de curso o internivel”.
Frente a la promoción del deporte recreativo en la educación física, Corbin y Lindsey (1988) distinguen entre deportes competitivos y deportes para toda la vida (recreativo), sugiriendo que estos últimos son más apropiados para la salud, ya que favorecen el bienestar y la salud mental de los participantes, en esta misma línea, Delgado (2003) indica que el deporte y la salud deben estar ligados de manera estrecha, consiguiéndose dentro de sus metas comunes, la práctica del deporte como un medio de diversión, placer y de fomento e indicador de una vida saludable.
Otro concepto importante que rescatamos dentro del contenido d), es la participación en “torneos y competiciones”, aunque ya se ha hecho la aclaración que el currículo promueve el deporte recreativo siendo este de carácter inclusivo; argumentamos por tanto, que desde una perspectiva educativa el deporte debe tener un carácter abierto, no sometiéndose a criterios de discriminación, realizándose con fines educativos, centrados en la mejora de las capacidades motrices y no en la finalidad de obtener un resultado en la actividad competitiva (Hernández y Velázquez, 1996).
De acuerdo a las orientaciones de meta, sean estas a la tarea o al ego, Nichols (1989) señala que las actividades físicas orientadas a la tarea, como lo es el caso del deporte recreativo, se relacionan con una mayor diversión y un interés intrínseco en las actividades de logro, a diferencia de una orientación al ego, la cual se interpreta como un medio para mostrar una capacidad superior (Duda, 2001), relacionada principalmente con actividades de carácter competitivo, con miras hacia el rendimiento deportivo. “Las experiencias agradables a través de la actividad física pueden tener un doble efecto en los niños, el placer puede representar un estímulo para la participación continuada, y constituir en sí mismo un resultado psicológico positivo” (Biddle y Goudas, 1994, p.139).
2.2.3. Ámbito de actividades motrices en contacto con la naturaleza y de aventura
En este ámbito los contenidos se orientan a la realización de ejercicios de exploración en entornos naturales, mediante las cuales puedan adquirirse conocimientos y aplicación de técnicas de conservación y cuidado medioambiental, con ello también fomentar el conocimiento de normas de seguridad requeridas en el desenvolvimiento de actividades recreativas en el medio natural. Dentro de estos contenidos solo uno hace énfasis explícito en la salud, refiriéndose al alcance de conocimientos y aplicación de normas de higiene.
Contenido d) Normas de Higiene. Conocimiento y aplicación de normas de higiene personal y del entorno inherentes al tema de salud y calidad de vida.
El medio donde se realizan las actividades físicas y el uso que se haga de las actividades físicas en aquellos medios, determinara su carácter saludable (Blasco, 1994), por consiguiente un medio hostil o de difícil control, puede contribuir a mayores potencialidades de riesgo que afecten a las personas y con ello verse afectado su salud; frente a esta situación el conocimiento y aplicación de las normas de seguridad que fomentan estos contenidos son útiles en función de favorecer una participación saludable del alumnado. Devís (2000) señala que las actividades en la naturaleza, además de proporcionar placer y bienestar, lo cual está ligado a la participación en entornos no contaminados, debe garantizar la seguridad de los participantes, como también incidir en los componentes físicos de la salud.
La promoción de la salud, en la realización de actividades físicas en el medio natural, tiene una doble funcionalidad por una parte debe contribuir al bienestar personal como también a la salud y preservación del entorno, ya que la degradación progresiva del medio ambiente pone en peligro tanto la vida de los ecosistemas como también nuestra propia vida.
Un aspecto a considerar dentro de todos los elementos curriculares tanto en teoría como en la práctica, es el riesgo, puesto que este componente afecta de manera considerable la salud en sus tres ámbitos. Desde la perspectiva de las actividades motrices de contacto con la naturaleza toma mayor trascendencia aun, puesto que la realización de estas actividades involucra introducirse a un medio donde las posibilidades de riesgo aumentan, siendo la seguridad un contenido esencial, lo cual también consideran los contenidos de este ámbito.
Contenido c) Normas de seguridad. Conocimiento y técnicas de seguridad básicas requeridas en ambientes naturales diversos. El mayor riesgo que el ejercicio físico tiene para la salud, desde una perspectiva física, es la posibilidad de sufrir lesiones músculo esqueléticas, aunque estas posibilidades se acrecientan e involucran a otros ámbitos de la salud en deportes de alto riesgo (Pate y Macera 1994). Los factores de inseguridad y miedo podrían afectar la participación de los alumnos en ciertas actividades, comprometiéndose tanto su salud psíquica como social, al percibir altos niveles de riesgo.
3. Discusión
Tanto en la ley general de educación, como en los objetivos fundamentales y contenidos mínimos, vemos la existencia de una cierta coherencia en relación a la aproximación al concepto de salud, aunque no por ello descartamos la posibilidad de hacer más enfática y explicita esta orientación saludable, considerándose que las últimas encuestas realizadas por el ministerio de salud, respecto a la calidad de vida en Chile, arrojan alrededor de un 90 % de sedentarismo en la población general, agregándose a ello que el 25% de la población nacional entre 15 y 24 años sufre de obesidad, de acuerdo a la encuesta de salud del 2010.
Estos datos podrían considerarse para posibles actualizaciones curriculares, donde el carácter saludable del currículo debería ser aún más predominante, con esto hacemos referencia a el nuevo Decreto n° 254, donde se modificaron las enseñanzas mínimas de enseñanza media en los subsectores de Lengua Castellana y Comunicación, Matemática, Historia y Ciencias Sociales, Biología, Química y Física, para adecuar el currículum nacional a las nuevas exigencias educacionales. Por consiguiente nos preguntamos ¿es la salud una exigencia educacional? Así como la educación es un derecho de todos bajo nuestra legislación educativa, la salud también debe serlo, teniendo en cuenta que la escuela tiene un rol fundamental en la promoción de esta y más específicamente el sector de educación física, donde las posibles actuaciones curriculares deberían orientarse al alcance de un carácter más enfático, en relación a la promoción de estilos de vida saludables, en función de disminuir los altos índices de sedentarismo que se presentan hoy en día en Chile, lo cual no se alcanza solo con objetivos y contenidos situados en la ejecución de actividad física orientada a la salud, de acuerdo a las posibilidades individuales, sino mediante la generación de una conciencia y sentido crítico, sobre el problema social que enfrentamos como sociedad, respecto a los malos hábitos y prácticas que atentan contra nuestra salud.
Por consiguiente, la promoción de la salud, dentro de la educación física, posee objetivos ambiciosos, los cuales no son susceptibles a alcanzarse, si el tiempo que se le otorga a la asignatura no sobrepasa las dos horas pedagógicas de cuarenta y cinco minutos a la semana, que le confieren en los planes de estudio, según la normativa que exige el ministerio de educación en Chile, frente a tal cuestión, aludimos a la necesidad de extender el tiempo destinado a la asignatura, con el objetivo de desarrollar ampliamente los contenidos y objetivos en función de que nuestros alumnos adquieran: “hábitos de vida activa y saludable”, siendo este uno de los objetivos terminales de la enseñanza media.
Respecto a los objetivos fundamentales y contenidos mínimos de la educación física en la enseñanza media, el Decreto Supremo n° 220 (MINEDUC, 1998), declara que estos tienen una doble finalidad, por un lado hacia la especificidad de las habilidades motoras, y por otro lado la utilización de estas habilidades motoras en actividades relacionadas con la práctica deportiva, recreativa y de ocio, en la vida joven y adulta, lo que concuerda con el enfoque que manifiestan los autores al referirse a las finalidades de la educación física, siendo estas orientadas al alcance de un adecuado desarrollo motriz , como también a favorecer estilos de vida activos, que aseguren la participación del alumnado en actividades físicas fuera del entorno escolar.
En el ámbito de aptitud física y motriz asociada a la salud, vemos que la terminología utilizada es “aptitud física”, lo cual según los programas de estudios entregados por el ministerio de educación hace énfasis en la mantención de un adecuado potencial biológico y psíquico, más que un enfoque al rendimiento, lo que coincide con lo entregado por los diversos autores respecto a las orientaciones del trabajo de la aptitud física. Por otro lado, el concepto de aptitud física presente en los objetivos de este curso es reemplazado en los contenidos, utilizándose el concepto de condición física orientada a la salud, lo cual no cambia la orientación que manifiesta desde un principio el currículo, sin embargo consideramos pertinente una revisión exhaustiva de la conceptualización del currículo respecto a la salud. Si bien, el tema es complejo, pero es necesario aunar criterios referentes a la terminología, lo cual nos permitirá dilucidar un paradigma más claro respecto a la promoción de la salud, materializándose en la práctica con menos posibilidades de error y confusiones de acuerdo a las pretensiones del currículo.
Consiguientemente, cuando nos referimos a esta pluralidad conceptual, lo hacemos bajo la observación realizada, de acuerdo a lo comentado en el párrafo anterior, donde vemos que por un lado el currículo habla de “aptitud física” y en otros momentos se refiere a “condición física”, por otra parte se habla de “incremento de cualidades físicas”, donde es posible referirse a una “mejora de las capacidades físicas”, encontrándose esta ultima terminología bajo un enfoque cualitativo. También es posible ver que en reiteradas ocasiones se utiliza una doble conceptualización, por una parte se usa el concepto de “cualidad física” y en otras de “”capacidad física; frente a ello, la bibliografía especializada aconseja la utilización de “capacidad física”, encontrándose esta terminología mas cercana al desarrollo del niño.
La ejecución de ejercicios conforme a las posibilidades individuales y los procedimientos de autocontrol y registro de la mejora de la condición física asociada a la salud, se promueven tanto en los objetivos fundamentales como en los contenidos mínimos obligatorios del currículo; esto guarda coherencia con la atención y respeto a la diversidad, dentro de ello es posible justificar también, la complejidad que existe entre la condición física, la salud y la actividad física, dado que cada persona posee una capacidad biológica y funcional distinta, por tanto la evaluación de la condición física desde una perspectiva saludable, es individual de acuerdo a los progresos y avances personales. La orientación del trabajo de la condición física asociada a la salud, que manifiesta el currículo Chileno es coherente con una perspectiva de meta orientada a la tarea (Duda, 2001), puesto que valora los progresos de los alumnos contrastados consigo mismos, poniendo mayor énfasis en el proceso que el en resultado, siendo esto, una condición que favorece la adherencia al ejercicio físico posterior a la etapa de escolaridad, lo cual contribuye al alcance del objetivo terminal de la etapa de enseñanza media, que se relaciona con la salud: “adquirir hábitos de vida activa y saludable”.
En contraposición con lo anterior hacemos referencia al sistema de medición de la calidad de la enseñanza (SIMCE), el cual ha efectuado pruebas en nuestro sector de aprendizaje, mediante las cuales busca conocer y contrastar los resultados obtenidos de la condición física de los alumnos con estándares preestablecidos, no considerando su individualidad y características propias, reduciendo a resultados y producto el carácter de la educación física, obviando los procesos, siendo estos de gran valor en los objetivos fundamentales y contenidos mínimos obligatorios del currículo chileno, reafirmando esta idea Cañoles (2011), señala que: “el SIMCE de Educación Física, no mide la calidad de la clase de educación física, solo mide una parte, que es la condición física, ya que los contenidos que el propio gobierno solicita son mucho más amplios y relacionados con el desarrollo motriz e integral de los niños”.
La incorporación del deporte como contenido educativo es compleja, más aun si queremos que este tenga una doble funcionalidad: ser educativo y saludable, la modalidad de deporte recreativo lleva implícito un carácter inclusivo, permitiendo la participación de todos sin discriminación por sexo, competencia motriz y otros, lo que contribuye al disfrute, la diversión y la participación masiva, en contraposición al rendimiento que es de carácter exclusivo, donde no todos tienen las competencias para acceder. Por consiguiente este tipo de modalidad deportiva, favorece el alcance de un clima de aceptación, respeto y buena convivencia entre los que son parte de la actividad, con ello podemos decir desde la perspectiva de la salud, que el deporte recreativo que se fomenta en el currículo educativo chileno, contribuye al bienestar social y psicológico.
El concepto de “competición”, es otro de los términos que genera gran polémica como un contenido educativo, la utilización de la competición en este currículo educativo, está implícita bajo una modalidad de deporte recreativo, con lo cual la competencia se adecua en función de favorecer los fines del deporte recreativo.
En el ámbito de actividades motrices en contacto con la naturaleza y aventura, se hace referencia a la utilización de normas de seguridad, dado que la realización de estas actividades se hace fuera del entorno escolar, donde debe garantizarse la seguridad en la aproximación del alumno a estos medios, capacitándole en la prevención de accidentes y el conocimiento de las normas de seguridad que permitan confortabilidad y bienestar en el alumnado. La educación en la seguridad y la prevención de riesgos podría ser abordado en los contenidos de los otros ámbitos mediante la prevención de lesiones y/o accidentes, en la correcta realización de ejercicios y utilización de material e instalaciones deportivas, con ello podría abordarse el concepto de salud desde una perspectiva preventiva en función de generar un mayor bienestar y seguridad en la realización de actividad física.
La trascendencia de que esta perspectiva saludable sea parte intrínseca de la educación física, más allá de lo plasmado teóricamente en los currículos, ya que el cambio que perseguimos no debe ser solo a nivel teórico, sino a nivel práctica, donde se concretan y llevan a efecto aquellas premisas, frente a tal cuestión, nuestra atención no solo debe estar en el ¿Qué?, sino en el ¿Cómo? se lleva toda esa teoría a la práctica en el aula de clases, de ahí la importancia de clarificar y reflexionar respecto a la concepción de salud que manifiesta el currículo.
4. Conclusiones
Aunque la salud no es el único foco de atención en la normativa educativa vigente en Chile, vemos como necesario conocer y analizar las orientaciones que se plasman tanto en la ley educativa, como en el currículo de educación física, respecto a la concepción y tratamiento que estos dan al concepto de salud.
Existe coherencia respecto a la aproximación al concepto de salud en los diferentes elementos que forman parte de la normativa educativa chilena, aunque creemos necesario una orientación más explícita y enfática.
Es necesario aumentar el tiempo destinado a la asignatura, con objeto de desarrollar ampliamente los contenidos y objetivos que pretende el currículo, en función de que nuestros alumnos adquieran “hábitos de vida activa y saludable”.
Consideramos pertinente una revisión exhaustiva de la conceptualización utilizada en el currículo, con el objeto de dilucidar un paradigma claro respecto a la salud.
El clarificar y orientar las bases curriculares a un mayor énfasis en la salud, podría favorecer el desarrollo de procesos educativos consecuentes con dichas orientaciones curriculares.
“Si queremos que el enfoque de la salud se convierta en una auténtica innovación en el currículo de la educación física debemos promover el cambio no solo a nivel teórico, sino también a nivel de las creencias y prácticas cotidianas” (Devís y Peiró, 1992, p. 35) |
Bibliografía
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